Shizuoka Shizuoka

Togashi
Clínica

Aguantó lo mejor que pudo el tratamiento que Kirara le daba. Sus movimientos carecían de delicadeza pero eran firmes y seguros, motivo que le bastó para confiar en ella y soportar el dolor mientras escuchaba su respuesta. Lo alentó bastante que la líder de los Fujiwara apreciara sus palabras, considerándolas las de un guerrero. Togashi las había dicho como quien conversa en una mesa, pero fue ahí que se dio cuenta de lo que había en su alma. Algo que había cambiado y se volvía más fuerte. Mientras pensaba esto sintió el olor a manzanilla del ungüento, lo que también le trajo paz en medio del dolor físico.

—Togashi ¿cierto? —le dijo Kirara cuando terminó con una sacudida de hombros— Sigue entrenando, habrá un momento en el que ya no pueda sacudirte como lo he hecho ahora, estoy segura de ello.

Se la notaba de buen humor. Sin saber muy bien por qué, tal vez porque se preocupaba por los demás, Togashi se alegró por ella: la liberación de Murai y la humillación que recibió debieron de ser golpes muy duros para ella. Todos enfrentaban enormes montañas que los volvían más fuertes.



La siguió a las afueras de la Clínica, donde estaba recibiendo a uno de los de su clan, un hombre que había visto un par de veces en Kamakura. Si no se equivocaba, su nombre era Riku. Al parecer acababa de llegar a salvo guiado por aquel simpático perro.

Togashi decidió dejar el reencuentro para ellos, así que comenzó a alejarse de allí, rumbo a las calles. Al pasar cerca de Kirara, le dedicó una reverencia:

—Muchas gracias por atender mis heridas. Y por sus palabras, son muy importantes —agradeció—. Me alegra que la persona que faltaba ya esté presente.

Dicho esto, saludó con otra reverencia a Taiyo, Shinko, Riku e Inosuke, para seguir su camino. Su siguiente parada era la Casa de armamento. Aún conservaba la katana simple que usurpó del sujeto que mató en Nagano. Hasta ahora nunca tuvo la oportunidad de sacar algo de ella, por lo que ese pequeño descanso del entrenamiento era la mejor ocasión.

Contenido oculto: Acción

Me voy a la Casa de Armamento. I need MONE $$$$

 

Jardín
[Takeda; Kenzaburo]

Sus ojos cambiaban, había algo en ellos. Takeda no aflojó el ritmo, se mantendría así, sin contener su fuerza, espero al ataque para bloquearlo e inmediatamente atacar a las costillas de Kenzaburo.

Contenido oculto

rapuma

• Kenzaburo
• Takeda

• 
  Fuerza= 9
  Protección= 6
  PV= 47
  +2 defensa (agilidad)
  -2 suerte (avaricia)
  
• 
  Fuerza= 19
  Protección= 11
  PV= 100
  

 

Kenzaburo

Esquivó el ataque por pura casualidad, esperando el momento idóneo. Y cuando le ganó la espalda a Takeda, le propinó un golpe fuerte justo detrás de sus rodillas.

 

Jardín
[Takeda; Kenzaburo]

Kenzaburo había esquivado su ataque, el cual iba dirigido con fuerza, pensando en terminar con aquel entrenamiento; pero no fue así, después de que Kenzaburo esquivara, su ataque se dirigió a la parte trasera de sus rodilla; brincó, superando la altura del impacto; ambos habían esquivado. Si aquella situación no fuera tan tensa, le hubiera provocado una ligera sonrisa ante la emoción del combate, el cual no estaba siendo sencillo.

Quería esperar al final del entrenamiento; pero algo le dijo que hablara ahora, necesitaba ver la respuesta —Mao, ella me pidió que te dijera que fuiste un gran padre.

Contenido oculto

rapuma

• Kenzaburo
• Takeda

• 
  Fuerza= 9
  Protección= 6
  PV= 47
  +2 defensa (agilidad)
  -2 suerte (avaricia)
  
• 
  Fuerza= 19
  Protección= 11
  PV= 100
  

 

Misato Aoyama

Enrede unos de mis flecos con una sonrisa compasiva, Takano mostraba el mismo sentimiento de impotencia ante el tema paranormal, era poco esperanzador lidiar con un arma indestructible ¿Cuanto pasaría hasta que un desquiciado empuñe a Shi y dejé un sendero de sangre.

—Como Samurái la muerte es algo que aceptamos y mantenemos como motivación para ser más fuertes, pero hasta yo debo admitir que tuve miedo de morir bajo un arma demoniaca...entiendo cómo se siente...muy desconcertado, sin saber como actuar—hable para desahogar aquel pasado temor, así como un intento de animar a Takano y mantener el hilo del tema—Con respecto a la misión...—lleve una mano a mi mejilla claramente triste— logramos entrar a las cuevas de Tsu, allí...le encontramos...encontramos al dragón, si así como lo escuchan—mire a los ojos del general como gesto de sinceridad— un dragón blanco que responde al nombre de Kibo se acercó y tomo la forma de un niño pequeño, según sabemos es nieto de Shiryu un anciano residente de Tsu.

Al relatar mi historia ni yo misma llegaba a creer; dragones...antes solo eran cuentos de niños amados por Shizune y Kaede, ahora podían ser la clave en nuestra lucha...al menos eso esperaba hasta el regreso de Kuroki.

—pero lastimosamente no pudimos traer al pequeño, el aun espera a su abuelo en las cuevas. Faltan varios amaneceres para su reunión...aún así está bajo el resguardo de Kuroki solo resta esperar.

Pensé en el dragón como una posible solución aunque desconocía totalmente si podría erradicar a Shi con su poder...Los dioses tenían que darnos las respuestas en su momento, esperaba de corazón fuese a la brevedad.

 

Kenzaburo

Levantó la vista cuando escuchó el nombre Mao salir de los labios de Takeda. Se mostró rígido, hosco, distante. Pero lentamente su fuerte coraza se quebró al oír esas palabras, palabras tan sinceras como podían serlo antes de una muerte. ¿Habría tenido miedo? ¿La habrían cuidado antes de que diera el último suspiro? Cerró los ojos para evitar desbordar sus lágrimas y recibió el golpe de Takeda justo en el pecho, quitándole el aire. Escupió sangre y se dobló sobre sí mismo mientras caía de rodillas al suelo. Se sostuvo con ambas manos, golpeando el suelo del jardín con su puño, una, dos, hasta cuatro veces. Era un golpe fuerte, se estaba dañando a sí mismo; sus cabellos sueltos le ocultaban el rostro.

—La muerte me intriga. —empezó Kenzo entre susurros, como si estuviera diciendo un pensamiento en voz alta. —¿Por qué los dioses me mantienen con vida? Es una pregunta que me hago a mí mismo todas las noches. —el dolor de la perdida era tan grande que los dolores del entrenamiento no le hacían olvidar su corazón estrujado, golpeado, del cual escapaban los pocos sentimientos que albergaba. —¿Por qué a mí, si siempre estoy toreando a la muerte? —se levantó despacio, sus vendajes estaban abriéndose, mostrando viejas heridas curadas. —¿Por qué no me toma a mí antes que a una chiquilla que solo quiere ver un mundo mejor? —y no pudo más, no podía contener esas emociones más tiempo o le lastimarían por dentro. La mano derecha, con la cual había martillado el suelo, era un espanto de sangre y carne. —La gente hablará como si fuera una traidora, un demonio; no fue un demonio, fue una niña; una chiquilla con muchos sueños y fallos... y a pesar de esos fallos, fue una de los mejores personas que tuve el placer de conocer. Ella no era como mi hija, era algo más... —y se quedó allí mirando la katana de Mao, herido, sucio, desolado.

 

Riku

No suena como si me estuviera castigando por tardar, pero bien reconozco que no he echo bien por caer en una trampa de la naturaleza.

De igual forma, me alegra verla parada sobre sus pies nuevamente. Siendo ella misma, trayendo el tema de la demora en vez de demostrar su preocupación por lo cual sucedió.

¿Por qué tarde? Tal vez se refiera al tiempo de separación entre mí llegada y la de Shinko, o del mismo echo que pude regresar antes junto a èl.

He realizado el viaje con calma. Cuidando de Shinko, asegurando que duerme y coma tal el pedido.

"Me desvíe". Admito directo a su pregunta simple. "Aún si es con un poco de demora".

Saco la katana extra de mí cintura, presentándola para que Kirara o Taiyo la agarraran. Desconociendo a quien paro la katana que cargaba Shinko. "He cumplido el pedido sin problemas".

"Ambas Katanas forjadas por el herrero Masamune".

 

Shiori
Abrí la boca en un acto gesto de sorpresa pues ni yo misma me esperaba que pudiera haber tenido éxito en convencer a los guardias. Giré la cabeza para sonreírle a Tsuna y empezar a avanzar solo para ser detenida posteriormente por otro guardia que nos informó de que teníamos que dejar las armas, algo que no me agarró de sorpresa y ni siquiera me resistí.

Finalmente nos dieron el permiso para avanzar y, en apenas unos minutos nos hallábamos ante el señor feudal, justo cuando empezó a hablar...

Una desagradable sensación de ira se incrementaba en mi interior más me mantuve impasible ¿Pero que clase de señor feudal era ése? Ignoraba la relación de Tsuna con él, más que no acceda a escuchar a su hijo en éstas circunstancias...O una de dos, o tenía unas desavenencias muy arraigadas o ese señor dejaba mucho que desear como líder. Obviamente mis opiniones se mantenían prisioneras en mi cabeza mientras esperaba para ver como se desarrollaba la situación. Lo que sí parecía tener claro era que me parecía alguien en extremo inmaduro que no deje sus querellas de lado en la situación actual, al menos, y no siendo yo líder de nada, al menos mantendría mi serenidad para ver que tendrían que decirme antes de ponerme tan a la defensiva por más rencor que tuviera hacia alguien, pues una cosa son las desavenencias personales y otra muy distinta, la seguridad de una nación.
Parecía que Tsuna había ignorado el desplante inicial de su padre, procediendo a hablar...

Asentí, puesto que yo misma le había platicado al respecto, solo cuando escuché al señor feudal empezar a reír.

Así que tú eres Nagato ¿eh? Se notaba que, tal como los ciudadanos de Shizuoka habían rumoreado, dudaba de que se mantuviera vivo pero, ¿De verdad? Teniendo todos los recursos de Shizuoka a su disposición ¿Ni siquiera ha enviado efectivos a corroborar la veracidad de esos rumores? Por los dioses, admitía que incluso estando yo tensa, debía mantenerme impasible y medir milimétricamente las palabras que estaría por decir.
— En mi perspectiva, y con todo respeto, ¿Por qué mantiene viva sus desavenencias con su hijo? Estamos en una situación delicada, más no considero que el pueblo ande errado cuando es un rumor más que factible que Takeda-san ha llegado a Shizuoka, en cualquier caso, estoy convencida de que el señor Tsunayoshi no habría venido a comentarle eso mismo a usted de no ser porque él está plenamente convencido de sus palabras. Por contraparte, estamos al borde de una guerra, lo que implica que cualquier cosa que se diga, aunque parezca inverosímil, considero honestamente que debería ser cerciorada antes de dar una respuesta rotunda. Si no cree que Takeda-san esté con vida, por favor, ruego lo corrobore de antemano. Pues si que es verdad que los rumores a veces son árduos de creer más, ruego deje de lado su negativa y sus tiranteces con su hijo y no haga oídos sordos a sus palabras, más que nada porque ahora, hemos de actuar juntos si anhelamos que Shizuoka siga siendo la que es y usted, como señor feudal, siga siendo apreciado por su pueblo. Ahora ha de actuar como líder, yo quiero confiar en usted, ruego se informe bien, escuche a su gente, corrobore todo lo que dicen, sea cierto o no, pues ellos aunque no sean guerreros, no implica que sus palabras signifiquen menos que la de cualquiera de nosotros. Y me llamo Shiori, encantada de conocerle—. Reverencié en señal de respeto mientras mantenía mi tono calmado— Haga sentir a su gente orgullosa del líder que tienen, pues un pueblo que quiere a su líder y confía en él, puede suponer la diferencia entre una prefecura próspera de una decadente, ruego lo piense y actúe como un líder, deje las desavenencias con su hijo, y escuche al pueblo. Gracias

 

Jardín
[Takeda; Kenzaburo]



Takeda no detuvo aquel ataque, fue descuidado al ver como Kenzaburo bajaba su guardia al último segundo, viendo como caía de rodillas; esta no era su manera de resolver los asuntos del alma; pero entendía el valor que otras personas le daban a un desfogue como aquel demostrado en el jardín.

Escuchó a Kenzaburo, allí, de rodillas golpeando el suelo; estaba derrotado, pero no por un mero entrenamiento de espadas, y Takeda entendía perfectamente ese sentimiento, sus palabras se entrelazaron con sus pensamientos en una sincronía idónea, develando respuestas que el mismo buscaba. Eran las preguntas que se hacía día y noche, pues a cada instante detrás de su espalda habían menos personas que morían por protegerlo; haciéndolo sentirse vulnerable, desprotegido. Ese dolor lo veía reflejado en su amigo, y el causante de ese dolor había sido provocado por sus propias manos.

Takeda se arrodilló frente a él, el dolor de alguien a quien estimaba tanto le estaba dando las respuestas que él mismo buscaba; pero no lograba encontrar. Porque Takeda no podía ayudarse a sí mismo; pero podía hacerlo con los demás, esa era su verdadera fortaleza —La amabilidad no es un crimen. Pero a veces despierta la debilidad y la avaricia de otros.

También concordaba con Kenzaburo, y es por ello que las palabras fluían con facilidad—Murai sigue vivo gracias a Mao; y por ello, mas personas morirán bajo su nombre; pero quiero que entiendas que jamás culparé a Mao, ella fue una víctima mas de un hombre que ha usado sus palabras para engañar toda su vida. Mao era un ser amable y bueno, porque la bondad abraza al mal y lo acepta, eso hizo ella; pero la justicia significa jamás aceptar el mal. La justicia requiere eliminar al mal; pues si no lo haces, tú mismo te conviertes en el mal. Es por eso que he decidido ser justo en lugar de bueno — miró a Kenzaburo, pues ese fue su razonamiento para perseguir a Mao— Porque quiero crear un Japón justo, en dónde puedan existir personas buenas, como lo era Mao; personas que no deban acabar como víctimas de alguien que es despiadado. Y si para ello debo sacrificar mis emociones, lo haré.

Mantenía una postura recta, con sus manos sobre sus piernas—Jamás dejaré de sufrir en carne propia el dolor de la gente, es lo que soy y eso en mi jamás morirá —dijo recordando las palabras de Yuzuki, las cuales lo detuvieron de responder con odio ante aquella injusticia— Pero por ello debo controlar que es lo que muestro a los demás, no eliminarlo; porque debo ser capaz de comprenderlo.

Takeda cerró los ojos, recordando aquella escena, tan desgarradora como necesaria — Si, era una niña pequeña; una que aun tenía mucho que aprender y vivir para entender —dijo apretando los puños — ¿Qué significa vivir en tiempos como estos? Es un infierno para los desprotegidos. Los tiempos así existen en todas las formas posibles para aquellos que son considerados débiles. Y aquellos que siempre son considerados como débiles son los niños. Cuando yo fui uno, sabía que era débil; no podía defender nada, no podía ni siquiera levantarme a pelear; y aun así, en un segundo el peso de todo un clan cayó en mis hombros sin que yo me pudiera dar cuenta; me pregunté por qué debía ser yo, por qué fui yo quien sobrevivió —miró hacia las hojas del árbol, para después volver la vista a Kenzaburo — Tal vez jamás encontremos la razón por la que seguimos con vida y otros encuentran la muerte; pero yo encontré una respuesta que me es suficiente; pues yo, fui una víctima mas de este Japón, fui un niño indefenso que creció en tiempos turbulentos para volverse un hombre, quien en lugar de salir corriendo, encontró una razón para pelear.

Se levantó —Estás con vida porque aun tienes un destino que completar; aun debes pelear a mi lado para conseguir un Japón dónde personas como Mao puedan existir y nadie ose burlarse de su bondad porque aquello es una virtud—acomodó a Genji nuevamente en su cintura, miró a Kenzaburo, aun con un corazón apesadumbrado por las emociones que el samurai mostraba ante él — Yo creo que seguimos con vida para seguir peleando de pie; porque no vamos a vivir en este Japón de rodillas. Permíteme guiarte a ese sueño que muchos consideran absurdo; pues sé que yo no lo lograré solo, los necesito a todos ustedes, mi clan. Kenzaburo, se las manos que me permitan a mi, volverlo realidad.

Takeda no lloraba mas, no dejó caer sus lágrimas cediendo a sus emociones; no porque no sintiera la tristeza, no lloraba porque no debía tener su vista nublada mientras hablaba del futuro que construiría.

Contenido oculto

rapuma

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Dojo
[Takano; Misato; Sora; Hideyoshi; Yuzuki]

Yuzuki comenzó a hilar los eventos del pasado; algo que desató un recuerdo en Takano, llevándose su mano instintivamente al cuello. ¿Quién lo noqueó esa noche? ¿Quién evitó que Takano salvara a Hana?

—Si la tenía Masaki, significa que los Taira la tenían en sus manos en ese tiempo —especuló Sora.

Después habló Misato, haciendo que Takano la observara con detenimiento —Esperaba noticias menos... extrañas— mencionó con frustración —Pensé que perseguirían una leyenda, algo que eventualmente resultaría haber sido una coincidencia, no una realidad. No podemos hacer nada en temas que desconocemos por completo —miró hacia Yuzuki —Seguramente mi hermano pueda ayudarnos en estos temas, por eso quería que fuera él quien los acompañara a Tsu—volvió la vista hacia Misato —Si está con Kuroki esperemos que al momento en que Kibo se encuentre con Shiryu, tengamos mas respuestas si él sabe hacer las preguntas adecuadas.

Contenido oculto

Kuno Vizard Yáahl

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Clínica
[Togashi; Clan Fujiwara; Akari; Hayato y Kyoko]

Kirara, Taiyo y Shinko hicieron una leve reverencia ante las palabras de Togashi antes de que este se fuera de la clínica. Después la atención de los Fujiwara cayó sobre Riko, mientras él extendía la katana restante ante Kirara, quien la tomó con fuerza; para después devolverle la que él le había prestado —De Masamune...— dijo desenfundándola a la mitad de la saya para sólo contemplar el filo, brillo y forja —... Debo cuidarla mejor, ¿No es así? —envainó de neuvo y la guardó a su costado con gran satisfacción para luego mirar hacia Riku —Yo también tengo algo para ti— dijo volviendo al interior de la clínica a velocidad.

Mientras esperaban Taiyo clavó su vista en Kojiro, quien parecía disperso —Es raro ver a alguien con una nodachi —mencionó Taiyo hacia Kojiro, quien volteó su vista hacia él.

Kirara volvió antes de que este pudiera responder, en sus manos cargaba una tela; la cual extendió ante Riku; era un haori, uno como el de ellos, uno que demostraba su permanencia en el clan Fujiwara —Me sorprendí al saber que algunos de los adeptos eran dueños de un local de textiles; lo hicieron bajo mis instrucciones.

Contenido oculto

Monpoke

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Cuartel
[Tsuna; Sanada; Tetsuo; Shiori]

Nagato se cruzó de brazos al escuchar las palabras de Shiori, después miró a Sanada y negó decepcionado. No detuvo su mirada en Tsuna y la presión cayó sobre Shiori.

—¿Lo que estoy oyendo es una amenaza? — preguntó retándola.

Tetsuo suspiró, detestaba a aquel hombre, desde lo más profundo de su ser. Detestaba lo que representaba y las palabras de Shiori le parecían adecuadas, era un mal líder; un mal padre —Es pérdida de su tiempo si no desea creernos, tarde o temprano sabrá la verdad, pues lo alcanzará. Pues no sólo el joven Minamoto ha llegado a Shizuoka, también lo ha hecho Kato Harima, quien está pisando en este momento su casa —Si de odiar se trataba, no sabía a cual de los dos señores detestar mas, si al de Shizuoka o al antiguo señor de Kanagawa, por eso disfrutaba esta situación —Mientras usted está aquí dudando de la veracidad de las palabras de su propio hijo, la cual es tan válida como la de usted; Kato Harima seguramente estará ganando terreno con el señor Minamoto, si usted no da prisa podrá quedar relegado en su propia prefectura.

Nagato lo observó con furia mientras Tetsuo se mantenía con una ligera sonrisa —Los Azai siempre me han resultado un grupo de personas impertinentes, meten sus narices dónde no los llaman.

—Es una lástima que nos vea de ese modo, siendo Nagano la prefectura con más amplitud territorial, creo que eso habla mucho mas que la muralla alrededor de su pequeño cuartel— mencionó Tetsuo confiado.

—Cuida tus palabras— advirtió Nagato llevando su mano al mango de su katana, alertando a sus guardias detrás suyo.

—Las cuidaré, señor Arima; así como usted las guardará cuando no sean necesarias — afirmó Tetsuo para después darle la espalda, a pesar de que él no estaba armado y Nagato si lo estaba —La casa Azai ha prometido ayudar en esta guerra; a pesar de nuestro descontento con las decisiones tanto de Shizuoka como de Kanagawa en el pasado; nosotros nos tragamos nuestro orgullo por acudir al llamado del clan Minamoto; eso habla mucho mas que nuestras palabras—sujetó el hombro de Tsunayoshi en complicidad.

Las palabras de Shiori y Tetsuo llenaron a Tsunayoshi de valentía, ante un hombre que se negaba a escucharlo —Lo único que has sabido mostrar ante tus aliados es hostilidad; nos podrían haber abandonado, no están obligados a nada y se mantienen preparándose en Shizuoka, o marchando hacia ella —señaló a Nagato —Estas equivocado si estas personas están aquí para ayudarte—se dio media vuelta, imitando a Tetsuo, mirando a Shiori y Sanada para que lo acompañaran en su acto de rebeldía — Y yo iré a recibir al líder del clan Minamoto como bien lo merece; porque es a él al que debo mayor respeto; porque por su nombre, tenemos la ayuda necesaria para salvar esta ciudad.

Contenido oculto

madarauchiha

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Casa de armamento
[Togashi]

Al entrar, Togashi pudo notar que aquel sitio estaba totalmente lleno de armas de distintas formas; y el hombre que las estaba organizando no parecía un herrero, tenía mas pinta de comerciante. El cual sonrió al ver a Togashi —Otro cliente, buenos días guerrero ¿Qué es lo que necesita?

Contenido oculto

Bruno TDF

 

Riku

Sonrió complacido al ir sintiendo la tela en mis dedos, limpio y ordenado. Lo que se esperaba de una prenda recientemente echa.

Un regalo que casi despierta el deseo de abrazarla tal como Shinko y Taiyo se movieron. Pero no sé hacerlo. Lograr demostrar tal movimiento de afecto.

"Llego en buen momento". Comento haciendo referencia a la guerra cercana. "La usaré con orgullo". No podría rechazarlo, lástima corre peligro de arruinarse en la batalla.

Es guerra. No hay tiempo para ponerse sentimental por una prenda. Aún así la cuidare.

Disimulado, miro unos momentos la manga de la túnica vieja que use durante tanto tiempo. Cómo podré deshacerme de ti.

Tenía que llegar en un momento. Quitarme otro rematente de aquellos años oscuros.

Colocando bajo mí brazo el haori todavía doblado, dirijo la mirada hacia Kojiro. Quien ha mantenido un extraño silencio en la situación, incluso desde la entrada a la ciudad.

Es por nada ¿Verdad? Casi siento gritos de paranoia ante la situación. Aquella paranoia que me hizo hacer llorar a una mujer.

"Sera mejor no atrazar tanto las presentaciones". Digo hacía Kojiro y los demás luego de una corta reflexión, dejando se presenten ente ellos en lugar de hacerlo yo.

Como líder, es formalidad de Kirara el deber presentar a los suyos. A su vez, seria irrespetuoso ser quien presente a kojiro, o considero lo vera así.

 

Misato Aoyama

Guarde un breve silencio para dar una oportunidad a Takano de meditar toda...la información recibida, nunca hubiese imaginado dar un parte de misión que tuviese como hecho espíritus o criaturas míticas. Note las palabras de Yuzuki las cuales inevitablemente me llevarian a tratar un tema preocupante; Natsu y su extraña visita a Chiryu y nuestro posterior encuentro con las guerreras Taira, el espíritu de Hana y el hecho de aceptar ( lastimosamente) a Natsu como el asesino de Hana y el robo de Shi en Tsu.... lastimosamente aquel relato tomaría tintes más extraños

— Si tan solo los Tao estuviesen les preguntaria— rompí mi silencio observando a la nada— Masaki era integrante de los Tao y su último encuentro fue en Higashiomi donde asesino a unos acompañantes hace unos soles, Zeng nunca mencionó algún arma extraña con Masaki, ni mucho menos señales de locura.

Finalicé mi observación tomando un poco de aire; debía estar lista para relatar tan irreales hechos.

—El dragón no fue lo único extraño en nuestro viaje—volvi a clavar mis orbes café en Takano— nuestro primer día en Chiryu tuvimos el inesperado encuentro con...Natsu, iba acompañado de Rengo pero no pude saber sus intenciones, claramente fue por su voluntad pues ir a Tsu requería no más de tres personas...Dejando a Natsu de lado Kenzo-san y yo investigamos las ruinas del templo a Inari las cuales llevaban a las cavernas Taki en Tsu. Pero luego nos enteramos de la presencia de una mujer portadora del mon imperial en Chiryu—mi semblante permanecía sereno pero mi mente aún no asumía lo ocurrido...todo fue real...y debía aceptar el peligro de todo aquello— Al enterarme fui a buscar a Kuroki al santuario para advertirle p-pero...—mordi mis labios por la frustración—Dos mujeres de vestimenta Taira lo habían encontrado...una de ellas, una niña albina lo enfrentó mientras su maestra observaba.

De nuevo un breve silencio.

—A-Aquellas mujeres...no eran guerreras ordinarias, ambas decían tener conexión con Mara, el dios de la muerte incluso Kuroki parecía saberlo, el...grito desesperado rogando por mi huida— mis dientes casi rechinaron recordando como lo deje a merced de aquellas mujeres, pero...fue lo más ¿Sensato? No podía enfrentar fuerzas desconocidas— sin embargo Kuroki sobrevivió, Natsu había accedido a tratar sus heridas sin dar más detalles—En ese momento cerré mis ojos recuperando totalmente mi paz mental, tocaba relatar lo más impactante— Kuroki decidió acompañar a Natsu y Rengo...sentí algo de preocupación por separarse del grupo. Kenzaburo por su parte me pidió seguir con la misión y en la noche tomamos la ruta oculta en los baños del Shukusha.

Imite a Yuzuki al comenzar a rondar alrededor para enfocar mi vista al techo.

—En medio de la oscuridad...un cascabel sonó, ambos seguimos el origen hasta dar con Kuroki, en compañía de Natsu, Rengo y una sacerdotisa desconocida...pero con lo que nunca contamos fue la presencia de alguien más....el espíritu...de Hana Harima.

Otro silencio se hizo presente, mil veces diría lo chocante y ridículo que aquello podía sonar todo.

—Era el espíritu resentido de Hana, estaba claramente enojada por tan horrible muerte; Kenzaburo aún así decidió preguntar quién fue su asesino pero descubrimos que alguien la estaba manipulando no podía actuar con libertad, ella dirigió su furia contra Kuroki y sus acompañantes...Rengo la confronto defendiendolo...pero mientras tanto, Natsu huyó sin dejar rastro ni aviso alguno...al final el espíritu desapareció, Kenzo decidió llevar a Rengo como nuestro acompañante para investigar hasta las catacumbas Taki donde encontramos al dragon. Kuroki no tardó en alcanzarnos.

Había finalizado de relatar los más importantes detalles, sentí como un gran peso había sido liberado de mi espalda, esperaba que Takano pudiese entender tan disparatada historia, el hecho de saber de un dragón real lo había descolocado en demasía.

—Kuroki cuenta en estos momentos con la ayuda de Rengo, ambos parecen buenos amigos, por ello confiamos la seguridad de Kibo...su hermano parecía muy atento con el pequeño más que Kuroki—añadi para dejar en claro el bienestar de los tres niños, esperaba muy ansiosa que nada les hubiese pasado...si incluyendo a Rengo ahora que sabía su duro pasado.

—Lo ocurrido en la cueva...solo me hizo pensar que Natsu tuvo que ver en la muerte de Hana y la liberación de Shi...deberíamos tener en cuenta que es un hecho—finalice en concordancia con las palabras de Yuzuki quien para colmo informo sobre el escape de Murai a manos de una ¿niña? Dioses tengan piedad...una cosa a la vez.

 

Togashi
Casa de armamento

En la casa de armamento había más armas de las que se hubiera imaginado, de todas las formas y tamaños. Lo embargó la sensación de que aquello estaba bastante desordenado en comparación con otras casas de armamento que había visitado, aunque estas no hubieran sido muchas. Luego reformuló su perspectiva de la situación, pensando que aquello en verdad era comprensible: una guerra se aproximaba, de modo que en realidad era de agradecer que hubiera tantas armas disponibles para un uso posterior durante el inminente enfrentamiento contra los Taira.

En el lugar había un hombre organizando las distintas armas. Antes de que éste se diera la vuelta para saludarlo, pudo notar que sus brazos y hombros no tenían la musculatura ni las marcas del oficio del herrero, era probable que se tratara de un comerciante. Cuando este hombre le sonrió, Togashi saludó con una leve reverencia.

—Buen día —saludó, sereno. Presentó a aquel comerciante la katana simple—. Quería saber si está comprando armas y, si así fuera, cuánto me podría dar por esta katana. Es un arma bastante simple, pero su filo se conserva bien y confío en que será más útil a esta casa de armamento que a mí. Sumar armas es importante dado nuestro contexto actual.

Contenido oculto

Uso mi habilidad de Comerciar

 

Dojo
[Takano; Misato; Sora; Hideyoshi; Yuzuki]

La información no paraba de caer; Takano veía pasó la mano por su cabello al escuchar lo de Natsu, para después apretar el pelo al escuchar de Murai; el había dado por sentado que si todos estaban allí, la misión había sido un éxito; pero calculó mal, ni siquiera Kato pudo contener al maldito de Murai; era libre y eso implicaba un gran riesgo para el clan y un severo peligro para Kamakura. Sólo quedaría confiar en Jiin y su liderazgo; vidas inocentes estaban en sus manos.

Miró a Yuzuki con genuina preocupación, no debía decirle algo para comunicarse con ella; el tema de los Fujiwara estaba pendiendo de un hilo muy delgado, dependería de la reacción de su líder. Sin los Fujiwara perderían el apoyo de Yamanashi.

La voz de Misato lo hizo observarla con detenimiento, de su lado también seguía corriendo información; lo que el creía que era un pequeño riachuelo, terminó siendo un tsunami de datos que no comprendía.

—Entonces fue Natsu...—dijo al terminar de oír a ambas —...y el muy cínico fue con nosotros a Kamkura— negó, pues Natsu en verdad le parecía un gran misterio — Fue Rengo quien le pidió salvarme; en Kamakura, y lo hizo; también salvó a Rengo mismo. En esos momentos no cargaba a shi, es un arma muy característica de brillo carmesí; significa que entre Tsu y su encuentro con mi hermano en Shizuoka la perdió, posiblemente a manos de los Taira —se cruzó de brazos —tal vez los Tao nos ayuden a completar lo que falta de esta información. —clavó su mirada en Misato —Kenzaburo y tú han hecho un buen trabajo, estoy orgulloso de tener camaradas tan competentes como ustedes —dijo mirando a todos los presentes, pues en verdad confiaba en Hideyoshi; Yuzuki y Misato — Aunque he de admitir que el hecho de que abandonaran a Kuroki junto a Rengo y un niño sobrenatural no fuera la mejor de las ideas, de hecho, yo quería que Rengo los acompañara a esa misión, pero ya se había ido de Kamakura. Ahora debemos confiar en tres niños ahora, algo que no me deja seguro.

Volvió a tallar sus párpados con fuerza —Tenemos a otro traidor que perseguir; tendremos que hacer uso de las habilidades que han adquirido de los Hattori en su viaje a Iga —mencionó hacia Misato.

Fue entonces que un búho entró volando al dojo, a sorpresa de los presentes. Colocándose en el hombro de Misato clavando sus garras. En su pata, había un mensaje secreto.

Las malas noticias no dejaban de llegar como lluvia constante sobre un piso ya mojado.

Contenido oculto

Kuno Vizard Yáahl

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Clínica
[Togashi; Clan Fujiwara; Akari; Hayato y Kyoko]

Kirara miró hacia Kojiro, después hacia Riku; tratando de entender la relación entre ambos.

—Mi nombre es Kirara; soy líder del clan Fujiwara; el es mi hermano menor, Shinko — mencionó señalando a Shinko para después girarse hacia Taiyo quien no parecía despegar la mirada de Kojiro —Él es Taiyo— miró a Riku — Y supongo ya conoces a Riku; nosotros somos el clan Fujiwara.

Inosuke comenzó a ladrar energéticamente haciendo que Kirara soltara una risa nasal —Lo siento, lo siento —dijo acariciando a Inosuke —Y el es Inosuke, el guerrero más fuerte de Kai, ¿Verdad? — mencionó mientras rascaba el mentón del perro.

Kojiro golpeó sus costados con fuerza con ambas manos para después hacer una reverencia sumamente enérgica —Mi nombre es Sasaki Kojiro; maestro de la escuela Ganryu — dijo marcialmente, con voz fuerte y grave. No se irguió se mantuvo así, viendo al piso —Es un honor conocer al distinguido clan Fujiwara; para mi implica un privilegio del que pocos gozan.

Kirara miró a Riku con desconcierto, apreciaba aquella formalidad pero era algo a lo que ya no estaba acostumbrada, nadie hablaba así del clan Fujiwara.

—Lo que hizo su padre fue un verdadero ejemplo de valentía y honor; defendiendo la injusticia del genocidio del clan Minamoto y sus allegados— continuó diciendo Kojiro —Agradezco a los Dioses que su legado no esté extinto.

Shinko reaccionó, el recuerdo de su padre le provocó lágrimas; mientras que Kirara se quedó allí, sin poder decir nada; nadie había hablado de su padre de ese modo.

—Moromichi no Fujiwara —mencionó Kojiro —Ha sido una inspiración para mi y mi padre.

Shinko llevó sus manos al rostro para tapar su llanto. Mientras Kirara se mantuvo estática, eran años que no escuchaba ese nombre.

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Monpoke

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Casa de armamento
[Togashi]

El hombre se acercó y revisó la katana de la que hablaba Togashi; la verdad es que aquel hombre sabía lo que decía así que sonrió —Veo que no podré comprártela por menos de doscientas monedas ¿Qué dices?— Era un comerciante frente a otro, ambos sabían llegar a un precio justo, es por eso que ofreció mas de lo que ofrecía comúnmente por la compra de armamento usado. Pero aun podían jugar mas con las monedas de cada uno.

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Bruno TDF normalmente las katanas las compran a 150 a ti te la está comprando a 200; ya es una ganancia; pero puedes arriesgar. Tira un dado de 20 caras y si es superior al que yo tire a continuación; puedes venderla a un mejor precio. Si tu dado es menor, será comprada a menos de 200 pero a mas de 150. Tu decides su arriesgarte, si no tiras el dado significa que compras a 200.

 

Shiori

Solté un suspiro, negando con la cabeza.
— En absoluto, conozco perfectamente mi posición, solo le digo que si realmente le preocupa Shizuoka debería simplemente saber que ahora no es tiempo de rencillas, sinó de acciones, estamos en los albores de una guerra, ¿No cree que las rencillas deberían quedar aparcadas a cuando acabara la guerra? para poder, digamos... Tener alguna posibilidad contra ellos. Incluso el pueblo está preocupado. Espero logre comprender eso, es lo único que le estoy diciendo, no soy quien para decidir que decisiones debe tomar usted, pero nada me impide ver que necesita la gente ahora mismo, porque incluso yo misma me siento en la tesitura de sentirme confusa e insegura sobre el futuro de eso, pero si tuviera alguna querella, no dudaría en aparcarla. Necesita mente fría, solo le ruego, que al menos no se cierre en banda—. Dije con calma.

Cierto... la veracidad de Nagato era tan frágil como un castillo de naipes, más que veracidad, ignorancia... Bueno, lo primero que sentí de él era básicamente hostilidad, pero a medida que empezaba a ver como poco a poco parecía cada vez más obcecado en mostrarse tan a la defensiva resultaba básicamente ridículo a niveles insospechados...
— Cierto es, aunque en cualquier caso, veo que tampoco parece que las palabras vayan a hacerle cambiar de opinión, sin embargo, señor, admito que aun está a tiempo de hacer bien las cosas, aunque, solo le pido, y antes de que me indique que si le vuelvo a amenazar, lo lamento...Pero esto no es amenazar, es contarle la verdad de lo que está aconteciendo... Incluso su propio hijo ha venido a hablarle de eso pues, como corroborará, tarde o temprano, es la verdad...— Luego le dirigí una sonrisa al chicho que había hablado hacia Nagato, asintiéndole conforme estaba de acuerdo con sus palabras.

Me quedé sorprendida solo para girarme hacia él, tenía toda la razón, eso era evidente, si el señor feudal no se movía, ¿Como iban a hacer que los propios ciudadanos siguieran creyendo en él si ya a estas alturas dudaban de su eficiencia? Claro que la primera impresión que me proporcionó pareció resultarme verídica, era un incompetente con todas las de la ley...
Me acerqué al chico para asentirle.
— No hemos venido para ser hostiles, señor... Meramente para que por favor, actúe y lamento informar que estoy de acuerdo con sus palabras, si no actúa, seguramente el propio pueblo dejará de tenerle respeto si ven que no hace nada por ellos, por su nación—. Añadí con calma— Ruego lo piense bien.

Ahora estaba claro, el señor feudal no atendía a razones...la verdad era que me empezaba a apiadarme de Tsuna, menudo padre tenía... Pero preferí mantenerme en silencio dado que acto seguido, la otra persona le comenzaba a responder...

Al escucharle ahora solo pude morderme el labio en un claro gesto de desacuerdo, al fin y al cabo esas palabras simplemente le daba la razón con que eran un grupo de personas impertinentes, claro que no podía decir nada de lo que desconocía y admito que me sentía impotente al respecto. Ahora ya sabía que ni Nagato ni esta otra persona tenían la razón. Sin embargo no pasó demasiado tiempo para que mis alarmas se encendieran cuando vi a Nagato decir que "cuidara sus palabras" y alertara a sus guardias.
Ya por acto reflejo, iba a llevarme la mano hacia donde generalmente estaba mi katana solo para recordar un instante después que me la habían quitado en la entrada antes de la reunión, y sin embargo tanto Nagato como sus guardias si que la tenían...Perfecto, pensé con ironía, al fin y al cabo, con acabar con esos tres habría sido suficiente para que Tsuna subiera al trono y pudiera al menos, reorganizar Shizuoka haciándo de ella una nación mejor.
Claro que el momento de estrés no me duró tanto cuando escuché al hombre hablar de nuevo mientras le daba la espalda a Nagato

Esa reacción me hizo, no solo relajarme sinó mirarle para esbozar una sonrisa, asintiendo.
— Eres muy valiente, señor Aiza, gracias por en parte estar de acuerdo con mi perspectiva de la situación—. Le sonreí para asentir— Gracias de corazón.
Aunque justo cuando acabé de decir la frase, noté que el propio Tsunayoshi estaba disponiéndose a hablar, pero era distinto esta vez....Su porte, su mirada, parecía que acababa de retomar una determinación renovada.

Mis labios empezaron a dibujar de nuevo una sonrisa determinada, asintiendo al ver a Tsunayoshi dirigirse hacia nosotros con esa mirada que nos invitaba a todas luces a apoyarle en esta rebelión suya, haciendo que me acercara a él y le apoyara uan mano en el hombro opuesto al que el señor Aiza tenía puesta su mano, asintiendo determinada.
— Y no tienes porque marchar solo Tsuna, estoy convencido de que nostros tres estaremos apoyándote en tus decisiones. ¿No es cierto chicos?—. Pregunté, obviamente dirigiéndome hacia Sanada y Tetsuo— Al fin y al cabo, ahora mismo lo que importa es el bienestar de Shizuoka, y, si Tsuna tiene confianza en el líder de los Minamoto, yo misma estoy dispuesta a confiar en él también. Lo lamento, Nagato-san, más lamento que lo hemos intentado todo para hacerle cambiar de opinión, más es obvio que es imposible. Confío en Tsunayoshi, en mi amigo... Gracias Tsuna-san, te ayudaré en todo lo que necesites y estaré a tu lado siempre que me necesites, de forma incondicional, Sanada-san, Tetsuo-san, muchas gracias y espero poder estar a bien con ustedes también— Esbocé una cálida sonrisa, reverenciando hacia ellos.

 

Misato Aoyama

Tal como Kenzaburo había ordenado di el parte con lujo de detalles, había que admitir la gravedad de todo lo ocurrido para estar atentos a un posible encuentro con Natsu, en definitiva no sería una bienvenida.

Me quedé intrigada al escuchar de nuevo sobre otro traidor que debía ser rastreado ¿Pero quién podía ser? ¿De verdad apareció un traidor antes de partir de Kamakura? Previo a mi intento de indagar Takano sugirió pedir asistencia a la red Ninja de Iga, asentí con seguridad, ubicaria a Natsu para posteriormente aplicar justicia por la afrenta contra nuestro señor.

Repentinamente un búho entro en el Dojo clavando sus garras en mi hombro, sin embargo no produjo mayor molestia y recibí con una sonrisa al ave recién llegaba con un mensaje....uno con terribles noticias

—N-No...—repase una y otra vez la caligrafía en el mensaje, un gran peso estrujo mi corazón como un hecatombe doloroso, nuestros aliados habían sido aniquilados...Shiba...Ichigo...Maestro Obata.

Negué un par de veces, intentando mantener una pequeña esperanza; esperanza de salvación para los ninjas con los que había luchado juntos...como hermanos, Dioses ¿Como pudo ocurrir?

—Takano-san—mire al general con una triste expresión—e-es un mensaje de nuestros aliados Shinobi de Iga...ellos han caído...

Guarde silencio esta vez para asimilar el dolor, una parte de mi estaba aceptando la posibilidad de la muerte de nuestro maestro Obata...el maestro y padre de Takeda, nuevamente había perdido a un ser muy querido.

—Estoy segura fueron los shinobis de Koga, desde hace mucho...ellos mantenían una guerra, el clan de Murai ha triunfado al final— declare con voz quebrada, todo ocurrió apenas Murai escapó quizás llevándose información valiosa...entonces.

—A todo esto ¿A quien se refieren con la traidora que liberó a Murai? ¿Que ocurrió con ella?—inquiri temerosa, presentía que la respuesta abrumaria mucho más mis emociones, más al saber que ya no contábamos con el valioso recurso de información.

 

Togashi
Casa de armamento

Cuando el comerciante le puso precio a aquella katana, bastante más elevado de lo que hubiera esperado, tuvo una sensación en el cuerpo que no lo cosquilleaba hace tiempo. Una adrenalina muy ligera, similar a la que sentía durante un duelo como el que había tenido contra Takano. Porque durante sus años de pobreza tuvo que adiestrarse en las artes del comercio para sobrevivir; su anterior katana fue su primera venta. Llevaba bastante tiempo sin negociar el precio de un objeto a vender; no le iba mal vendiendo a precios más altos y comprando cosas por unas pocas monedas. Su avaricia y su instinto de supervivencia hicieron que desarrollara aquella habilidad. Y ahora se encontraba ante un nuevo desafío en ese rubro. Miró al comerciante a los ojos, con una postura calma que mostraba seguridad, aunque por dentro se sentía algo nervioso. ¿Sus habilidades comerciales seguirían bien desarrolladas o, por el contrario, descubriría que allí también perdió algo de músculo?

—No es un mal precio —comentó—. Me alegra ver que sabes apreciar el valor de las armas como esta y tu generosidad es de agradecer —hizo una pequeña reverencia—. Por eso me avergüenza un poco tener que pedirte un precio más alto que el que propones. Porque creo que 250 monedas hacen justicia a esa katana.

>>Está prácticamente nueva. Su hoja pasó apenas por una batalla y lo cierto es que no se conectaron tantos golpes fuertes con ella —en este punto evitó referirse a la batalla en la ciudad de Tetsuo, temía generar alguna reacción negativa al comerciante—. Es por eso por lo que guarda gran parte de su resistencia y filo inicial.

>>¿Está de acuerdo con el precio? Si no es así, estaré de acuerdo con su decisión y, para compensar mi atrevimiento, quizá se la venda por un poco menos de 200.

 

Riku

Permanezco congelado procesando las palabras Kojiro, llenas de admiración y cero control. Afectando con ellas a Shinko y Kirara.

Nos tomo a todos con la guardia baja.

Desconozco mucha información sobre su padre, es de fácil asumir que no trato de un hombre pequeño o mala relación familiar.

"Eh". Tartamudeo luchando en buscar unas primeras palabras, las necesarias para destruir está situación incómoda y sentimental. "Èl está aquí en nombre del regente de Iwata para unirse a las filas de ataque".

Ser sincero en lo que se, contando en simples palabras nuestra relación y el que hace aquí.

"Visite el dojo una noche que estaríamos descansando en la ciudad, fui con intención de entrenar y un poco más. Luego de un enfrentamiento...". Cambio los ojos un poco hacia Taiyo, casi queriendo contar todo contacto visual. "Accedí a aceptarlo como Maestro y ser discípulo de su escuela".

Ten por seguro Taiyo, no he traicionado la técnica que me has mostrado. La historia que me has contado.

Es gracia a ti, esa técnica, que he logrado impresionar a Kojiro. El poder formar la relación que llevamos ahora.

Se podría decir, todo cayó para apoyarme en superar esa prueba.