Shizuoka Shizuoka

Togashi
Casa feudal

Varias lunas y soles habían pasado desde que se moviera la última pieza sobre el tablero de shogi. Cuando se despertó aquella mañana sintiendo hilos de aire frío provenientes del exterior, fue una de las primeras cosas en las que pensó; rememoraba la ubicación de los peones, del rey y de los generales, preguntándose en qué medida estarían teniendo desventaja frente a los enemigos. Lo cierto era que aquel tiempo que estuvieron en la ciudad de Shizuoka fue tranquilo. Eso, hablado en términos relativos, pues Togashi formó parte de un entrenamiento intensivo junto con los demás Minamoto. Aunque su cuerpo seguía siendo algo débil, pues llevaba apenas un mes alimentándose como era debido, lo que quedaba de sus músculos parecía recobrar la memoria del guerrero que fue en el pasado. Tardaba más en agotarse y atacaba con más fuerzas. Eso le daba esperanzas de no ser una carga en la guerra que se avecinaba.

Se dirigió a los baños, donde el agua caliente le ayudó a tener la cabeza un poco más despejada. En todos aquellos días, además del entrenamiento, había vendido su caballo ya que no podía mantenerlo y no quería que pasara hambre; paseó por las calles de Shizuoka observando el entrenamiento de los civiles.

Una vez que terminó de bañarse, se ató los cabellos y salió unos momentos al exterior de la Casa Feudal. Contempló el silencio y la soledad que parecía manar de Shizuoka, producto de la evacuación que se había llevado en aquellas tierras. Apenas se veía gente, apenas se escuchaban voces. El sol emergía del horizonte bañando el vació de las calles con colores anaranjados. Era un panorama desolador.

Pero por primera vez en muchos años, él quería luchar.

Su mano, posada sobre su katana casi con cariño, la aferró con un deje de motivación. Togashi entonces se puso a buscar a Takano, pues deseaba proponer que entrenaran juntos. Comunicarse con él con otra cosa que no fuesen palabras.

 

Kenzaburo

Contó la historia del pasado de Rengo hacia Misato, incluso también a Sora, aunque con esta última se guardó varios detalles que no le inmiscuían. Kenzaburo no juzgaba a Hana, tampoco a Kato, ni mucho menos a Rengo por ser cómo era; él nunca juzgaría a nadie por sus acciones, ya que después de todo eran decisiones que iban con el pasado y trasfondo de cada persona por igual y él mismo, el propio ronin que se transformó en samurái, nunca había tenido opciones para tomar decisiones, siempre habían sido pensando en sí mismo o en el último momento en la pequeña Mao. Pero sí juzgaba a los que jugaban con cosas que iban más allá de su comprensión, cosas que no tendrían que salir a la luz.

—Hana hizo lo que debía, como así también los Harima. —acotó el hombre mientras acariciaba el cuello de su caballo. —No juzgo a las personas por sus actos, pero deben pagar por ellos. Hana murió y Shi quedó suelta, desconozco si Masaki la robó en Tsu, pero está claro que el asesino de la madre de Takeda es ese tal Natsu. Lo único que me conforta es saber que siempre sospeche de él. La próxima vez que le vea le matare sin hacer preguntas. —no sabía que esas mismas palabras las había soltado Masaki al ver huir al ex Minamoto. —Son cosas a discutir con Takano, señorita Misato. Tenemos la guerra justo en frente nuestro.

Kenzaburo observó el monte Fuji en el horizonte y se quedó observando en silencio, oyendo las últimas palabras de Misato. El caballo relinchó y movió la cabeza hacia los lados; el animal estaba cansado y el sol del amanecer era como un golpe de luz a unos ojos que tenían resaca. El hombre sintió lo mismo que su montura, la luz lo encegueció unos segundos.

—Si nuestra posición está comprometida tendremos que actuar. Dudo que ataquen, quizá esperen al ejército Taira... pero debemos informar a Takano y al resto del clan. Señora Sora, acompáñenos. La llevaré frente a Takeda.

Entraron a Shizuoka; los preparativos de la guerra eran evidentes. El samurái pensó en las muchas vidas que aplastaría la contienda pero era necesario, debían triunfar. Y necesitaban toda la ayuda posible.

—Vayamos a la casa feudal. —movió las riendas y le dio la nueva dirección al animal. Miró a Misato. —Señorita Misato, luego de entregar la misiva y dar los detalles de lo que vivimos en Chiryu, entrenaremos. Entrenaremos todo el día, hasta que nuestros cuerpos desfallezcan. No podemos perder tiempo y estuvimos siendo holgazanes mucho tiempo.

 

Misato Aoyama

"Lo mataré sin preguntar"

Las palabras del samurái calaron en mi como el fuerte ventarrón efímero en los caminos a Shizuoka; la traición era algo muy común en la humanidad, aún así jamás estuve preparada para recibir una estocada ejecutada por un supuesto aliado, suspiré recordando como las palabras de Kenzo podrían afectar a Kuroki, desde el principio siempre se preocupó por Natsu y su paradero desde su primera desaparición en Tsu. Viéndolo como un hermano mayor siempre admirado por el menor, con el sueño de seguir sus pasos.

Pero...he vivido más y aprendí como la traición puede llegar de donde menos lo espera. De una u otra forma siempre debíamos vigilar a los más cercanos a nosotros.

— Tendrá que ser así Kenzo-san—afirme acariciando delicadamente la empuñadura de la katana ¿Hasta donde escalaria todo el asunto?

La vista del monte Fuji mantenía la belleza de esta parte de la nacion; una pena no poder simplemente contemplar, al entrar pensé en el primer paseo que di en compañía de Yin al mercado, ahora todo parecía desolado y algunos movimientos de prácticas militares se daban en ciertas zonas. Era la primera vez que participaría en una batalla campal no contra una banda de saqueadores, sino en el choque de ejércitos bien preparados.

—justo eso iba a sugerir señor, debemos estar en condiciones frente a las tropas— secunde con cierto entusiasmo.

Nos dirigimos entonces a la casa feudal, seguro algunos se alarmarian al ver nuestro aspecto pero más tarde arreglaría mi ropaje apenas tenga oportunidad.

 

Casa feudal
[Hideyoshi; Tetsuo; Terunobu]

Tetsuo, quien lo observaba desde el pasillo afirmó constantemente ante lo que acababa de presenciar —Ese es el sonido del viento siendo cortado, algo único; no se escucha bien con simple fuerza, no. Sólo muy pocos logran crear un sonido tan especial como el que acabas de producir Hideyoshi— mencionó al ver el brillo reluciente de las armas —Una gran forja. Te felicito, en especial porque conozco pocos guerreros que su arma predilecta sean las kodachis.

Contenido oculto

John Whitelocke

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Exterior, Casa feudal
[Terunobu; Misato; Kenzaburo; Sora]

Terunobu estaba haciendo guardia en la entrada a la casa feudal; hace unos días había tenido que despedirse de su nuevo camarada, Goro; quien tuvo que volver a Tsu a informarle la decisión a la guardia de Mie. Desde entonces disfrutaba de esperar allí por las mañanas, listo para cuando Tetsuo salir de allí para ir a entrenar al dojo.

En esta ocasión pudo distinguir a otro aliado; era Kenzaburo, y venía acompañado de Misato y otra persona mas.

Sora había guardado silencio mientras reflexionaba en la información que había obtenido, tanto de Misato como de Kenzaburo. Todo lo que decían la mantenían interesada, por lo tanto era incapaz de abandonarlos —El destino me ha unido a su causa; estoy segura de ello —lo que mencionaba era breve pero con ello afirmaba su alianza a la causa.

—Señor Kenzaburo, Señorita Misato —mencionó Terunobu con una reverencia, la cual extendió a la nueva integrante.

Contenido oculto

rapuma Kuno Vizard obtienen cada uno 300 por su nueva alianza

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Dojo
[Takano; Sanada; Togashi; Tsuna; Shiori]

Togashi se dirigió al Dojo; pues era donde Takano había dirigido casi todas sus fuerzas; pues el señor Nagato había decidido esperar al resto del clan Minamoto para organizar la estrategia militar; algo que lo tenía de un humor peor del usual.

—Creo que deberías ser menos...— trató Tsuna de decirlo con cuidado a su lado se encontraba Shiori, quien ahora parecía su escolta personal —...tosco — dijo mientras observaba a un par de guardias entrenar. Recordando como había sido inmovilizado la última vez que se enfrentó a él y "Yuki".

—El ánimo se necesita en la guerra; pero en el entrenamiento se necesita disciplina—mencionó Takano con los brazos cruzados, apretaba sus dedos a sus brazos, haciéndole notar a Tsuna que lo estaba irritando.

—Pero si les dices que parecen jabalíes en época de apareamiento, sólo los molestas, no sacas de ellos su máximo potencial —afirmó Tsuna notando la presencia de Togashi en el dojo. A lo que Takano frunció más el ceño.

—En el momento en que comienzas a comprometerte por el masaje del ego de alguien, eso será todo, se acabará el juego— dijo ante Tsuna apretando aun mas los dedos en sus brazos.

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Bruno TDF madarauchiha

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Calles de Shizuoka

Se veían a tres personas avanzando entre los preparativos de guerra seguidos de un águila y un lobo. Una mujer delgada sujetando de la mano a un niño con uno ojo vendado; aquello no era algo que ya se veía en Shizuoka, pues muchas mujeres y niños fueron evacuados hacia Kanagawa. Pero eso no era lo que llamaba la atención, era el tercer integrante; un hombre que estaba cubierto de sangre seca, la cual al parecer no se detuvo a limpiar en ningún momento.

—Señor...—dijo el niño a su lado —... debe ir a la clínica...— aquel niño era Hayato; el niño que ayudaron en Fujimi; a su lado estaba Kyoko; y aquel hombre, era Kato, seguido de Kiba, un lobo y Sangatsu su águila.

Contenido oculto

—No necesito que me digan que hacer— mencionó Kato mientras Hayato se aferraba al brazo de Kyoko, con miedo. A pesar de aque aquel hombre los había ayudado, inspiraba demasiado miedo en el pequeño.

 

Togashi
Casa feudal --> Dojo

En un comienzo trató de ubicar a Takano en la Casa Feudal, guiándose bajo la suposición de que habría despertado al tiempo que los demás o que estaría analizando una estrategia en su habitación. Durante la búsqueda captó la atención de unos sirvientes del lugar, quienes le informaron que la persona que buscaba se hallaba en el Dojo de la ciudad, pues el señor Nagato iba a encargarse de la estrategia militar. Tal detalle lo inquietó un poco por dentro, pero agradeció la información con suma amabilidad, tras lo cual dejó atrás la Casa Feudal para dirigirse al Dojo.

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El fragor del entrenamiento podía oírse incluso desde cierta lejanía. Togashi caminaba con los ojos cerrados pero con mucha concentración, habiendo memorizado el camino que tenía delante y teniendo plena confianza en sus pasos. Confianza en sí mismo. Sentía que ese solo acto de caminar, que esa confianza, marcaban el comienzo de un renacer. Como guerrero. La batalla de Shizuoka jugaría un papel importante no sólo para el futuro de Japón, también tendría un gran significado para él en lo individual. Incluso si moría en el enfrentamiento.

La brisa fresca seguía acariciando la ciudad vacía, acompañada del murmullo de pétalos y hojas arrastradas. A Togashi no le gustaba el frío, porque lo había padecido por demasiado tiempo y se había llevado a una persona que quería mucho. Pero era justamente el recuerdo de esa persona, su hermana pequeña, lo que le daba el calor que necesitaba. La razón por la que quería seguir luchando. E incluso comenzaba a sentir cierto aprecio por algunos miembros del clan, pese a que no tenía demasiado trato con ellos.

Abrió los ojos, de brillo filoso, justo a las puertas del Dojo. Las puertas de este parecían invitarlo a pasar, a probarse, a caer y a seguir intentándolo hasta que su cuerpo gritara. Asintió para sí mismo, tomó una bocanada de aire para infundirse calma y claridad, luego de lo cual ingresó. Allí pudo a ver a Takano y Tsuna junto con otras personas, además de unos guardias entrenando con intensidad. Había llegado justo a tiempo para escuchar un diálogo que le trajo recuerdos de Tsu por la similitud de las ideas que allí se planteaba. Sonrió para sí mismo, sin que nadie lo viera; incluso cuando Tsuna notó su presencia, ya había recuperado su expresión seria. Se acercó a ellos.

—“No te gustan mis métodos como a mí no me gusta tener lástima” —empezó diciendo. Miró a Tsuna— Eso fue lo que me dijo un hombre cuando lo recriminé por meterse con dos guerreros a los que entrenaba, que taché de “chicos”, y por amenazar a un hombre moribundo que andaba cerca —se refería al día que él y Takano se conocieron en la casa abandonada de Tsu—. En un principio pensé que sólo era un fanfarrón y lo insulté. Pero todas las peripecias que viví desde ese día hasta hoy me permitieron comprender la importancia de ser disciplinado ante la debilidad propia y ajena. Esa disciplina ha permitido la supervivencia de los dos guerreros y del hombre moribundo.

Hizo una breve pausa para dar tiempo a Tsuna de captar su idea. Luego siguió:

—Aquel día, quedamos en que nos enfrentaríamos cuando recuperara mi coraje. Siento que ese momento ha llegado.

Miró con firmeza a Takano.

 

Misato Aoyama

Luego de ver las vacias calles de Shizuoka fuimos recibidos en la entrada de la casa feudal, hice una seña para llamar la atención de Sora.

—Confiamos en que nos ayudara a triunfar Sora-san, lucharemos hombro a hombro y podre estar orgullosa de ello—dije dedicando una sonrisa calida mientras arribamos a la entrada.

—Hemos venido de Chiryu; daremos parte a Takano de lo ocurrido.

No me explaye en mas palabras, Kenzaburo era el lider de la misión y correspondia relatar los acontecimientos. Y sin duda mucho de lo ocurrido era en verdad mayúsculo... Mis ojos aun seguian posados en Shi, el peligro de la Katana de Mara seguía muy latente.

Lleve una mano a mis flequillos preocupada por como debian estar Kuroki, kibo...y Rengo, procure no darle muchas vueltas...debia tener fe en el.

 

Shiori
Shiori---->dojo
Me desperté aún con un dolor enorme por el entrenamiento, comprendido entre los moretones y agujetas. "Eso no era dolor" me repetía una y otra vez en mi cabeza "Eso es muestra de lo que confían en tí, Tsuna y el clan te han dado esta oportunidad Shiori, no debes defraudarlos".
Me daba la sensación de que el dojo estaba más concurrido de lo que me parecía estarlo ayer, claro que en una imperiosa necesidad de tomar algo de aire me decidí a salir al pueblo del mismo modo para pasear mientras pensaba con calma en que emplear hoy mis energías. Era cierto también que no había vuelto a hablar con el resto del clan desde que llegué y no quería dar la imágen de alguien esquiva pues, desde mi experiencia, eso no ayudaba a que los demás consiguieran confiar en tí y eso, ahora que estás como invitada, podría considerarse que formas parte de ellos aunque sea de forma extraoficial.
Regresé al Dojo un rato después, decidiendo tratar de encontrar de nuevo al chico con el que entrené ayer. Una vez me encontré con él, volví a reverenciar.
— Buenos días, disculpe más creo que ayer no le agradecí debidamente que me ayudara a entrenar—. Sonreí para reverenciar— Supongo que ya sabe mi nombre, más no le pregunté el suyo. Y la verdad es que he estado en el pueblo hace un momento para airearme y, bueno, si pudiera hablar con usted a solas, más por curiosidad que por otra cosa—. Dije con calma
¿Estaba bien sincerarme con él? La verdad es que con rapidez él ha confiado en mí claro que, ignorando todos mis antecedentes quizá.... Deba sincerarme.
— He estado escuchando rumores que bueno, podrían ser de su interés—. Comenté en un susurro calmado y amable, con el fin de igual modo de dar otra de mis ya contínuas muestras de fidelidad al clan.— Si anhela escucharlos se los diré

 

Kenzaburo

—Terunobu. —saludó el samurái con auténtico interés, aunque al hablar se mostraba parco y distante, Kenzaburo genuinamente se alegraba de ver al hombre frente a él y no podía ser de otra manera; siempre alerta, vigilando, siendo un soldado útil. Sin duda este tipo de sujetos quedaba al margen pero el ex ronin sabía bien qué madera de hombre era Terunobu. —Señorita Misato, frente a usted tiene un elemento valioso, protector del heredero de Azai y hombre fiel por igual. Con él llegamos a la cima de Kamakura sin un rasguño. Sin duda un hombre de fiar. —esto último se lo contó a Sora, quién seguramente sabría el dolor de cabeza que eran las trampas de aquella región. —Y como bien dijo la señorita Misato, tengo que presentarme junto a Takeda. Temo que traigo noticias agridulces de Chiryu. —miró hacia la sacerdotisa. —Y ella es Sora, una protectora que los Dioses pusieron a nuestro lado en un momento decisivo. Quiero que se presente comida, un buen baño caliente y los mejores tratos hacia ella.

 

Exterior, Casa feudal
[Terunobu; Misato; Kenzaburo; Sora]

Terunobu no estaba acostumbrado a ser elogiado, aun así se mantuvo firme, no cedería ante las banalidades de su orgullo; pero internamente estaba agradecido, así que hizo una leve reverencia —Kenzaburo; Misato y Sora...—se irguió nuevamente —...Takeda aun no ha llegado a Shizuoka, al parecer viajó en compañía de Shinrin, Yuzuki y Kato hacia una misión de búsqueda —miró específicamente a Misato, quien había dicho buscar a Takano —Takano está en el dojo entrenando a los guardias.

Sora reaccionó a los nombres que Terunobu mencionó. Y en ese momento, alguien detrás de ustedes se acercaba, su presencia parecía retumbar, pues todos lo que caminaban cerca de él lo observaban con una mezcla de miedo y asombro.

Era Kato Harima, seguido de un niño y una mujer. Kenzaburo, Misato y Sora le estaban dando la espalda, pero Terunobu quien lo veía de frente, abrió sus ojos por completo.

—¿Dónde están los demás?— preguntó Terunobu con gran preocupación, pues sólo estaba Kato frente a él, cubierto de sangre seca —¿Qué ha sucedido con Takeda?— parecía que quería gritar esa pregunta, pero no era prudente. No en una ciudad que sólo esperaban ver al último de los Minamoto.

Contenido oculto

rapuma Kuno Vizard

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Dojo
[Takano; Sanada; Togashi; Tsuna; Shiori]

“No te gustan mis métodos como a mí no me gusta tener lástima”

Takano reconoció la frase y Togashi obtuvo su completa atención; pues este esperaba que Togashi los defendiera de algún modo. Sus palabras no eran algo que hubiera esperado de Togashi, a quien siempre vio débil y sin ánimos; destruido por un pasado que él desconocía.

—Si te encuentras a un espadachín, saca tu espada. No recites poesía para quien no es poeta; esas fueron mis palabras ante tu debilidad y cobardía—se acercó a Togashi bajando los brazos —Pensé que jamás tendrías el coraje para mirarme a los ojos— tronó su cuello frente a él— ¿Sientes que es el momento o lo sabes? Detesto las medias tintas—mencionó Takano con voz retadora mientras Tsuna simplemente se alejaba junto con Shiori.

—Yo no soy como Takeda; no me gusta mirar atrás —señaló la katana que portaba Togashi en su cintura— Siempre estoy mirando hacia adelante constantemente. Yo no soy el que se sienta y llora por el té derramado. Estoy demasiado ocupado buscando la tetera para hervir mas —se acercó a las espadas de madera iba a tomarlas y se detuvo, recordando sus palabras aquel día, sería a puño limpio —Dijiste que en el último enfrentamiento que tuviste con los Taira perdiste tu espíritu; estamos a pocos soles de que esto vuelva a repetirse. Por eso romperé tu cuerpo a tal nivel que los golpes del enemigo no signifiquen nada, y tú te vas a levantar, porque voy a hacerte sentir el dolor de tu espíritu abandonado en esa carcaza que dices llamar cuerpo.

Takano se colocó frente a él; sin ningún miedo, esperaría el primer golpe.

Mientras tanto Tsuna y Shiori conversaban —Lo siento, creo que lo dije con voz baja o simplemente lo olvidé pues estoy acostumbrado a que todos me conozcan —mencionó algo altanero —Mi nombre es Tsunayoshi, puedes decirme Tsuna; soy el primogénito de la casa Arima — mencionó para después terminar de escuchar a Shiori —Por favor, dime.

Contenido oculto

Bruno TDF madarauchiha

• Takano
• Togashi

• 
  Nivel 4
  Pv= 90
  Fuerza= 17
  Protección= 13
  Katana Inu= +10 ataque (colmillo)
  Ataque especial: Yama no shōtotsu (choque de montañas)
  
• 
  Nivel 1
  Pv=60
  Katana= +16
  +2 defensa (agilidad)
  -2 suerte (avaricia)
  

 

Kenzaburo

Enarcó una ceja al oír las palabras del guardián del heredero de Azai. ¿Una misión de búsqueda en la cual Takeda estaba implicado? Debía de ser una muy importante para que el cabecilla viaje en ella, por lo que Takano lo habría permitido. Afirmó a las palabras sobre Takano, el cual se encontraba entrenando a los guardias, era algo muy propio de él; el Harima no era alguien que perdía el tiempo y todos y cada uno de los soldados debían de entrenarse, incluido ellos mismos.

Kenzaburo sintió un pequeño susurro en su mano derecha, donde colgaba Shi. Fue un idioma extraño, como si la saya de la katana fluyera con una energía al reconocer un antiguo portador de la espada maldita. Giró el rostro y se encontró de frente con Kato Harima. Involuntariamente se aferró a la empuñadura de Shi pero poco a poco relajó la postura, estaba frente un aliado. El samurái reconoció que la sangre que impregnaba la faz y la armadura del águila de Kamakura era ajena, no pertenecía a él, por lo que la pregunta de Terunobu lo puso ansioso de igual forma. ¿Habría sido sangre de enemigos o de aliados la que bañaba la armadura del líder del clan Harima? Kenzaburo cabalgaba encorvado sobre su montura pero se enderezó y bajó del caballo con una gracia felina aún pese a sus apariencias. Va cubierto por un kimono gris, oculto bajo una fina capa de polvo, resulta ya imposible de discernir. Es polvo de miles de estadios desde Kamakura hasta Tsu y ahora hasta Shizuoka; polvo de los inseguros caminos de una península en guerra. Kenzaburo se sacudió el polvo del camino con algunas palmadas sobre sus hombros y piernas, sin mucho afán, sin mucho interés por las apariencias. Era más un gesto con el que ocupar la espera de la respuesta de Kato. Los vendajes del cuerpo estaban sucios y algunos amenazaban con desprenderse, pero el ex ronin se mantuvo firme frente los ojos de aquél que era el terror de muchos.

Gruñó mientras cerraba un ojo, sintiendo como Shi le hablaba a través de la saya, susurrando, deseando más poder. —Tengo que hablar contigo. —dijo en forma impetuosa a su maestro, el cual sin saberlo había acabado con la vida de su único propósito en su vida: con Kozaemon.

 

Shiori
Esbocé una sonrisa, negando con la cabeza en lo que respectaba a su nombre. La verdad es que no me importaba repetirlo las veces que fueran menester con el fin de mantener mi estátus y mi personalidad. Le sonreí, ¿Tsunayoshi? Un nombre curioso pero con toques tradicionales que me daban un profundo sentimiento de felicidad.

— No se angustie, me llamo Shiori, el placer es mío Tsunayoshi-san, y es un honor para mí poder platicar con alguien de tal renombre—. Nuevamente reverencié, solo para incorporarme un instante después— Sobre sendos rumores que le quería referir es que la gente empieza a sospechar que hay un traidor entre nuestras filas, por otro lado, según otros rumores, un tal Nagato está desconfiando de Takeda Minamoto, otros están preocupados por el bajo número de efectivos, luego otro que no acabé de entender del todo pero dictaba así "...Ahora que es público que los Minamoto están con Shizuoka, no sé si es algo que nos ha beneficiado, creo que los Taira caerán con mayor fuerza...", tras ello escuché otro que decían que estaban aumentando el número de arqueros, luego otros que piensan que alguien llamado Takeda Minamoto es una falsedad, que si estuviera vivo ya estaría en Shizuoka, luego que Kato Harima ha eliminado a tres generales Taira, según dicen que el águila de Kamakura ha salido del nido y finalmente que tanto el estratega con el diplomático de los Minamoto han sabido manejar los asuntos internos de una Prefectura que no les corresponde. Sin ellos seguiríamos esperando las órdenes de Nagato. Admito que ignoro los detalles más consideré que podían ser de su interés—. Añadí con calma, informando como correspondía— Ignoro si usted pueda aclararmelo Tsuna-san, meramente por tener un mayor conocimiento de lo que acontece alrededor

 

Togashi
Dojo

“Si te encuentras a un espadachín, saca tu espada. No recites poesía para quien no es poeta.”​

Esas eran otras palabras que recordaba con claridad, porque en su momento calaron tan hondo como la frase que citó para hablar con Tsuna. Él quizás aún no lo sabía, no se daba cuenta, pero esa primera conversación con la mano derecha de Takeda fue lo que hizo que comenzara a cambiar el rumbo de su espíritu. Como una diminuta semilla que empezaba a germinar, las palabras de Takano, con el tiempo, permitieron que comenzara a replantearse muchos actos y muchos modos de pensar que había tenido en el pasado, cuando sólo era el fantasma de sí mismo. Un yurei.

“Siempre estoy mirando hacia adelante constantemente. Yo no soy el que se sienta y llora por el té derramado. Estoy demasiado ocupado buscando la tetera para hervir más.”
​

Nuevamente, otra frase que guardaría en su memoria y que redefiniría su camino. Por muchos años había mirado hacia atrás, hacia su hermana pequeña muerta, hacia su hermano desaparecido, tan sólo lamentándose y entregándose con lentitud a los shinigamis. Por ellos lloró muchas veces, olvidándose de sí mismo. Pero ahora estaba ahí, con el recuerdo de ellos, sobre todo el de Kanade, dándole fuerzas. Buscando la tetera para hervir el té, su espíritu y su vida.

Togashi escuchó a Takano en silencio, sosteniendo su mirada sin vacilar. Lo vio acercarse a las espadas de madera, mas no las tomó porque, al igual que él, se prometieron luchar a puño limpio. Agradecía que recordara ese detalle. Su rival habló de su último enfrentamiento contra los Taira, remarcando que eso se iba a repetir pronto y que por eso era necesario hacerle sentir todo el dolor posible con sus golpes. No se dejó intimidar. Respondió colocándose en posición de combate, con sus puños preparados.

—Si lo siento o si lo sé, eso no es relevante —dijo—. Lo que importan son las acciones. Por eso estoy aquí, por entrenar y levantarme las veces que hagan falta.

Dicho esto, comenzó la pelea de entrenamiento con Takano dando el primer golpe.

 

Exterior, Casa feudal
[Terunobu; Misato; Kenzaburo; Sora]

Kato observó a Kenzaburo, mantenía el mismo rostro de siempre, sin emociones —Estás hablando conmigo— dijo frío, en voz de alguien mas hasta se hubiera podido tomar como una broma, pero no lo era, era un hecho; responder obviedades era una pérdida de tiempo para él, por lo general solía ignorar ese tipo de oraciones que no llevaban a ningún lado.

—Están a salvo, sólo están perdiendo el tiempo en lugar de irse de una ciudad al amanecer— mencionó Kato haciendo que Terunobu relajara la postura, Takeda estaba a salvo.

Sora volteó su mirada al reconocer de inmediato la voz, y al hacerlo se quedó petrificada allí en su lugar; después de incontables estaciones volvía a ver ese rostro, jamás hubiera esperado verlo igual de como lo dejó; envuelto de sangre.
Kato la observó, se quedó así por unos momentos, incapaz de entender que estaba sucediendo.

—Kato... soy yo...— mencionó Sora sin acercarse a él. No era miedo, simplemente confusión.

Kato dio media vuelta.

—Shi...— mencionó Sora. Kato se detuvo, volvió a girarse; revisando las armas de los presentes, deteniendo su mirada en Kenzaburo, entendiendo que su deseo por hablar estaba genuinamente justificado.

Contenido oculto

rapuma Kuno Vizard

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Dojo
[Takano; Sanada; Togashi; Tsuna; Shiori]

Tsuna escuchó las palabras de Shiori —No sé por qué siempre soy el último en enterarse de todo en mi ciudad —mencionó molesto —Gracias Shiori, ahora entiendo un poco mejor por dónde moverme. Debo confrontar a mi padre. Pero no puedo hacerlo solo, si lo hago por mi cuenta sólo cerrarán las puertas frente a mi cara —Tsuna se notaba molesto con la situación.

Takano afirmó sin decir mas. Y así, fue Takano quien primero se abalanzó sobre Togashi, su fuerza era conocida, pues fue él quien con sus puños rompió las maderas de la celda que lo aprisionaban en Tsu. Pero Togashi fue muy ágil, esquivando con gran habilidad un golpe que le pudo haber costado un daño considerable, después el también apretó sus puños y lanzó un golpe de fuerza considerable; pero Takano lo recibió con su mano abierta.

—No vas a ganar; pero quiero verte explotar tus límite—Takano estaba seguro de sus habilidades, estaba próximo a convertirse en maestro, pues Togashi no era el único que había crecido en todo ese tiempo.

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Bruno TDF madarauchiha

• Takano
• Togashi

• 
  Nivel 4
  Pv= 90
  Fuerza= 17
  Protección= 13
  Katana Inu= +10 ataque (colmillo)
  Ataque especial: Yama no shōtotsu (choque de montañas)
  
• 
  Nivel 1
  Pv=60
  Katana= +16
  +2 defensa (agilidad)
  -2 suerte (avaricia)
  

 

Shiori

Le miré, preguntándome si sería buena idea meramente pensarlo, más tampoco tenía nada que perder, ¿O sí? Al menos esperaba que dicha confianza se mantuviera intacta aún con todo lo que le había contado sobre los rumores de la ciudad. Me sentía insegura al verle molesto, más de todos modos no me dejé amedrentar, quería ayudar, de verdad.


— Tsuna-san, ¿Que necesita para confrontar a su progenitor? Podría ayudarle en lo que necesite para los preparativos. Más dígame, ¿Es muy fuerte? ¿Cree que tenga posibilidad contra él? No debería precipitarme así, más anhelo ayudar—. Dije con suavidad— No me parece una mala persona en absoluto, quisiera ser su amiga con el tiempo, más no se amosque, no vengo con aviesas intenciones con esto, señor—. Reverencié, no...Cuando yo misma ya había sido traicionada y traicioné, ergo sabía que no quería volver a hacer, jamás. Más ¿Aceptaría? Sabía que me estaba precipitando, y temía que eso afectara mi reputación

 

Kenzaburo

Se giró hacia Misato y se acercó a ella, colocándole una mano sobre el hombro derecho, haciendo presión con sus dedos. La miró a los ojos. Una mujer muy joven, casi una niña. Un espíritu de fuego, mucho más aguerrida que él mismo. Le había salvado en la lucha contra Masaki, a riesgo de perder su propia vida. Le daría el derecho de relatar los hechos al segundo al mando, hacia Takano.

—Señorita Misato, tienes que describir los sucesos a Takano. Ve al dojo junto a Sora, presenta a nuestro aliado al joven Harima. Explica con detalles lo sucedido, di que Masaki cayó en Chiryu. Confío en ti. —miró hacia Sora y le afirmó con la cabeza, ignorando los sentimientos que embargaban a la mujer al estar frente a Kato y sobre todo, ignorando los propios del Harima mayor. —Terunobu, ¿podrías encargarte que mi caballo llegue a los establos? me serviría con que un sirviente se ocupe de ello. —le hizo una leve inclinación de respeto y caminó hacia Kato, pasando por su derecha, yendo hacia la casa feudal. —No se me ocurre otro sitio en que tengamos una habitación privada.

 

Misato Aoyama

—Un honor conocerlo Terunobu-san—me presente con una reverencia ante el guerrero de los Azai. Recordaba vagamente su prescencia en el castillo de Kamakura.

No tardamos mucho en enterarnos de la ausencia de Takeda por una repentina misión de busqueda donde era requerido y Takano entrenaba en el dojo ¿cual podria ser el objetivo de la misma? Por un momento me quede pensativa hasta sentir como una presencia se aproximaba a nuestras espaldas.

—Maestro Harima..—baje del caballo en cuanto vi aterrada como la mano de Kenzaburo rozaba el mango de Shi...pero supo detenerse...el regente de Kamakura parecia venir de un viaje marcado por batallas.

El Harima aclaro nuestra duda sobre el paradero actual de Takeda, aun estaba de camino y debiamos esperar.

"Shi"

Sora llamo la atención del hombre que una vez amo aunque no estaba segura si aun existia dichos sentimientos. Kato respondio ignorandola...hasta que nombro a la katana maldita, el volteo y reparo en seguida en el cintillo donde Kenzo portaba la espada de Mara.

Retuve lo más posible el miedo que producia tener al antiguo portador frente a nosotros, si de por si su poder era temible...influenciado por Shi era...

—Esa arma...—dije tocando el area donde recibi el filo maldito, donde la sangre manaba tiñendo el esmeralda de carmesi...la sangre estaba seca, el dolor inexistente gracias al tratamiento en Chiryu...pero la experiencia de enfrentar a Masaki seguia muy presente.

Pero fui imterrumpida, debia ir al dojo junto a Sora a dar mi parte de la misión.

—asi sera Kenzo san...

 

Exterior, Casa feudal
[Terunobu; Misato; Kenzaburo; Sora]

Terunobu afirmó y respondió a la leve reverencia, llevándose no sólo al caballo de Kenzaburo, sino al resto —Me encargaré de escoltarlos— mencionó con tranquilidad.

Kato escuchó a Kenzaburo; pero fue con Misato con quien reacción al escucharle decir "maestro" la observó y afirmó levemente. No parecía una gran respuesta, pero aceptaba la disciplina de su ahora discípula. Después de esa reacción no miró hacia Sora.

Kato entró a la casa feudal siguiendo a Kenzaburo, ignorando no sólo a Sora, sino al pequeño Hayato y a Kyoko que ahora quedaban allí, sin saber que hacer. Sora se acercó a ellos —Vengan con nosotras —los invitó a seguirla a ella y a Misato al dojo.

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Habitaciones
[Tetsuo; Hideyoshi; Kato; Kenzaburo]

Tetsuo y Hideyoshi estaban algo alejados cuando vieron entrar a Kato y Kenzaburo; uno con sangre seca mientras el otro lleno de polvo. Ambos se dirigieron a una de las habitaciones, cerrando la puerta detrás suyo.

Kato se sentó, su postura era recta; como si las heridas que aun sanaba fueran inexistentes —Habla.

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rapuma Kuno Vizard John Whitelocke

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Dojo
[Takano; Sanada; Togashi; Tsuna; Shiori; Misato; Sora; Hayato y Kyoko]

Tsuna la miró y sonrió mientras negaba —No, no, no; no me refiero a esa clase de confrontamiento, sería traición hacerlo y las traiciones se pagan con la vida —mencionó firme sin saber del pasado de Shiori —Yo quiero enfrentarme a él en una audiencia, debe escucharme alguna vez de su vida.

Dijo con preocupación; pues si bien, no pelearía físicamente; la contienda verbal de causaba la misma clase de incomodidad, como una astilla dentro de la piel la cual no puede ser alcanzada con un instrumento, esa astilla que debes esperar a que el cuerpo mismo la rechace con el tiempo.

Volvió a mirar a Shiori —Seremos buenos amigos, Shiori-san; de eso no me queda menor duda.

Fue en ese instante que Misato entró seguida de varias personas; allí pudieron observar a los presentes; dos guardias que habían terminado de entrenar, Tsunayoshi y Shiori, dos personas que conocían. Y al centro, Takano parecía estar peleando con Togashi. Takano las observó entrar pero volvió su vista al enfrentamiento, no podía desconcentrarse.

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madarauchiha Bruno TDF Kuno Vizard

• Takano
• Togashi

• 
  Nivel 4
  Pv= 90
  Fuerza= 17
  Protección= 13
  Katana Inu= +10 ataque (colmillo)
  Ataque especial: Yama no shōtotsu (choque de montañas)
  
• 
  Nivel 1
  Pv=60
  Katana= +16
  +2 defensa (agilidad)
  -2 suerte (avaricia)
  

 

Togashi
Dojo

Ambos se lanzaron al ataque casi al mismo tiempo, golpeando con todas las fuerzas que sus cuerpos les permitían. Logró detectar a tiempo la ofensiva de Takano, su puño dirigiéndose con velocidad a su rostro. Lo esquivó con esa agilidad que tanto lo había caracterizado desde la infancia, dejando que el golpe de su rival pasara limpiamente de largo. Eso le permitió contar con una abertura en la defensa de Takano, la cual buscó sin perder el tiempo con un potente golpe. Sin embargo, la mano del Minamoto lo detuvo en seco.

“No vas a ganar; pero quiero verte explotar tus límites.”

Togashi se quedó un instante mirándolo, con expresión serena. Su mirada, no obstante, estaba cargada de concentración y fiereza. Era consciente de la diferencia de fuerza que había entre ambos, pero él ya se había enfrentado a enemigos fuertes que, además, estaban armados. En su fuero interno agradecía que la lucha fuera a puños, eso le ayudaría a entender el poder que su cuerpo tenía en ese momento. Justamente, su intención era descubrir sus límites y romperlos, tal como proponía Takano.

No dijo nada, sólo asintió. Se apartó con agilidad y volvió a atacar, esperando lograr conectar su golpe esta vez.

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Kenzaburo

Se sentó de igual manera, pero a diferencia de la postura correcta, se sentó con comodidad, con una pierna flexionada y la otra semi recogida. Kenzaburo era un samurái por su espíritu, no por su etiqueta. Además no sabía ninguna. Observó a Kato con atención, observando la armadura, la sangre, las heridas propias y la asombrosa falta de ambas katanas. Fue lo primero que Kenzo inspeccionó; las katanas. Y no se encontraban allí. Habían sido destruidas, era la única respuesta posible. Después observó la armadura, algun golpe en la misma y luego la sangre en ella. Era claro que toda esa sangre no era de un enemigo en concreto, sino de varios; dos, quizá como mucho cuatro. ¿Hasta donde era cierto los relatos del gran Kato Harima? Y si fue contra más de dos guerreros es que fue un combate rápido e intenso, quizá de quince segundos de batalla; mucho movimiento, mucha técnica; sin duda Kato habría puesto en práctica el movimiento que le enseñó a él, a Misato y al resto de los Tao. Hubiera sido increíble estar en esa escena, sin duda se escribirán canciones de ella a futuro. Luego de calcular la batalla en la que podría haber estado involucrado el líder de los Harima, observó los ojos sin sentimientos de él. Ojos sin sentimientos, pero con un pequeño brillo de luz; Kato era alguien temible pero justo. En cambio los ojos de Kenzaburo eran ojos sin vida; vacíos, empañados en una lugubre promesa de sangre.

—Necesito saber la historia de Shi. Quiero saber el propósito de esta espada, por que Hana la protegía y cómo siguió tu vida luego de intentar asesinar a la madre de tu hijo. Lo necesito saber porque ahora como ves, esta en mi poder. Y quiero saber a qué me enfrentaré, a qué me estoy enfrentando. —la voz de Kenzo salía en un tono neutral, como si la información que requería era únicamente para fines de información personal; saber con qué lidiaba al poseer a Shi. Estaba claro que el pasado del hombre poco le importaba, pero debía de rebuscar en él para tener más luz en el asunto. —Necesito saber qué te hizo Shi.

 

Habitaciones
[Tetsuo; Hideyoshi; Kato; Kenzaburo]

Kato no separó la vista de Kenzaburo mientras este hablaba, esperó a que sus labios no se movieran mas, pues no le agradaba ser interrumpido por mas palabrería; porque a sus oídos, eso era. Sus ojos desafiantes no lo inmutaron, había enfrentado miradas como esas, estaba acostumbrado a observarlas, esperando que en algún momento le causaran algo, pero nunca lo hacían.

—Hablas con las palabras justas para decirme que esas preguntas ya las sabes— dijo con firmeza —Quieres escucharlo de mi, no lo harás; no desgastes el tiempo en el que deberías estar entrenando en palabrerías—Kato no estaba completamente desarmado; pero sus katanas ya no estaban con él, notó la mirada de Kenzaburo, era el reconocimiento básico que un guerrero hacía antes de un combate — Lo único que debes de saber es que de esta habitación no saldrás con esta arma —Golpeó con fuerza el tatami con su mano izquierda, su rostro seguía igual de estoico que siempre; pero su fuerza hizo vibrar el tatami — Porque ningún discípulo mío va a manchar mi escuela haciendo uso de esos juegos sucios —dijo refiriéndose a shi — Así que toma tu decisión.

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rapuma

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Dojo
[Takano; Sanada; Togashi; Tsuna; Shiori; Misato; Sora; Hayato y Kyoko]

Nadie separó la mirada; se mantenían allí, coordinados a la respiración del otro; Takano atacó y el sonido del aire creó un silbido tenue, el impacto hubiese sido fuerte, a pesar de ser sólo los puños; pero Togashi esquivó con la misma agilidad, demostrando su velocidad ante un enemigo más fuerte físicamente; pero mentalmente se mantenían parejos, ninguno cediendo a emociones o distracciones.
Togashi atacó fue lento y algo débil; parecía una finta en ligar de un golpe; por lo que Takano esquivó sin esfuerzo.

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Bruno TDF

• Takano
• Togashi

• 
  Nivel 4
  Pv= 90
  Fuerza= 17
  Protección= 13
  Katana Inu= +10 ataque (colmillo)
  Ataque especial: Yama no shōtotsu (choque de montañas)
  
• 
  Nivel 1
  Pv=60
  Katana= +16
  +2 defensa (agilidad)
  -2 suerte (avaricia)
  

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