Two-Shot de Naruto - Shintenshin no Jutsu.

Autor: Temarii Juuzou.
Personajes: Inojin Yamanaka, Mitsuki.
Actividad: Este cuerpo no es mío.
Advertencia: Un poco de Ooc (Estos pj son enigmas para mi, q). Le puse comedia, pero me equivoque, trataré de justificar eso en la segunda parte.

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Primera Parte.

Las vacaciones eran la parte favorita de todos los adolescentes de Konoha, porque eso significaba poder desvelarse, divertirse y, claramente, nada de misiones para ellos. Inojin las disfrutaba, ya que pasar el tiempo con sus compañeros de equipo y sus familias siempre era algo divertido, para su mala suerte, aquellas vacaciones sus dos amigos estaban de visita en las tierras natales de sus madres, por lo que Inojin tenía dos simples opciones para las próximas dos semanas: Ayudar a su madre en la florería o salir a practicar sus jutsus.

Claramente, lo segundo era mucho más tentador. El problema era que Inojin ya podía controlar decentemente todos los que su padre le había enseñado y practicar el Shintenshin no Jutsu sin compañía era inútil y peligroso. El rubio lanzó un suspiro, quizá dibujar a la sombra de los árboles era lo que debía hacer hasta que sus compañeros volviesen, pero entonces lo vio, solo, y recordó que tenía más amigos con quien poder salir.

—Mitsuki —el rubio se acercó a su ex compañero de academia.

—Inojin —le contestó este.

Luego hubo un silencio muy largo y el rubio recordó que realmente nunca había tenido una amistad con el chico; lo mejor era preguntar por Boruto o Sarada, con quienes mantenía una mayor relación.

—Sarada está ayudando a su madre en el hospital y Boruto —el chico hizo una mueca, algo triste — no me habla desde hace un tiempo.

Silencio incómodo. El aire parecía ser lo único que rompía aquel momento. Lo mejor será irme, pensó el rubio, pero luego miró el rostro del peli blanco y la idea de empezar una amistad no se le hizo tan mala.

—Estaba por practicar un Jutsu, pero hacerlo solo es inútil ¿Me quieres ayudar? —el chico pareció pensárselo un poco, algo que puso algo nervioso al Yamanaka, cosa extraña en él, pero luego Mitsuki asintió y ambos caminaron adentrándose un poco más en el bosque.

…

El golpe había sido duro, no recordaba que fuera así, aunque tampoco podía sentirse un experto tomando en cuenta que aquel Jutsu lo había practicado una sola vez y que su madre le había pedido no hacerlo sin un adulto presente. Se levantó e intento adaptar sus ojos a la luz. Se sentía con más calor de lo normal y con un mareo. No recordaba mucho, solo el haberle explicado cómo iba el Jutsu a Mitsuki, internarlo y luego nada… oscuridad y aturdimiento; se levantó y se miró las manos, no eran las suyas. El Jutsu, de una forma extraña, había funcionado. Se acercó a su cuerpo, que estaba tirado en la hierba, inmóvil. Lo mejor era no aprovecharse de su compañero y volver a su propio cuerpo, pero de repente se vio a si mismo levantarse, lo que lo hizo sobresaltarse.

— ¿No se suponía que yo estaría como dormido? —fue lo primero que dijo Mitsuki mientras se sentaba en la hierba.

Inojin se estaba poniendo nervioso, eso no era algo que debía pasar, lo mejor era romper el Jutsu y no volverlo a intentar sin un adulto, como su madre había dicho, pero por más que lo intentara, no podía regresar a su cuerpo. Lanzó un grito de frustración.

—Quizá debas hacerlo tú —fue lo último que se le vino a la mente después de un largo rato pensando. Se sintió molesto al ver la expresión de serenidad en su propio rostro ¿Por qué Mitsuki se lo tomaba todo con calma?

—Pero no se hacerlo.

—Yo te enseñare, solo quiero volver a mi cuerpo —dijo Inojin, las ropas de Mitsuki ya estaban comenzando a sofocarlo.

Mitsuki, en el cuerpo de Inojin, se lo pensó un largo rato, cosa que desespero al Yamanaka ya que no era algo que pensarse, era algo que debía hacerse y punto. Mitsuki volteo a ver a su amigo y le sonrió, una sonrisa que Inojin sintió escalofriante de ver en su rostro.

—En tu cuerpo puedo volver a hablar con Boruto, quizá arreglar las cosas y hacerlas mejor.

Mitsuki se levantó y se fue caminando tranquilamente, Inojin lo miró irse sin entender pero levantándose después de un rato. Lo alcanzó con facilidad, el chico no parecía tener prisa por salir del bosque.

—No, arréglalo con tu cuerpo —le dijo este, molesto.

—Boruto no quiere hablarme, lo convenceré siendo tú.

—Es tu compañero de equipo, seguro te perdonara de lo que sea que le hayas hecho —Inojin intentaba persuadir a Mitsuki, pero este seguía con la misma sonrisa neutra y la mirada perdida.

—Es más que mi compañero, es mi Sol —el chico giro su rostro para ver a Inojin, quien se escandalizo al escuchar aquellas palabras. Mitsuki siguió caminando sin rumbo alguno mientras que el Yamanaka lo observaba.

¿Qué diablos pensaba hacer Mitsuki estando en su cuerpo?

 

Segunda Parte.

Inojin buscó a Mitsuki por un largo rato, cada vez poniéndose más nervioso. No conocía tan bien al chico como para darse una idea de que es lo que planeaba hacer y eso era lo que le preocupaba más. Para empezar, ¿A qué se refería con eso de que Boruto era su Sol?

Entonces, por no mirar por donde caminaba, terminó chocando con alguien y tirando a la persona, si algo podía aceptar era que el cuerpo de Mitsuki era bastante fuerte.

—Lo siento —dijo ayudando a la persona que había tirado, quedándose de piedra al ver que había tirado a Himawari, la hermosa hermana de Boruto.

—Mitsuki —le dijo esta con su dulce voz —, lo siento, no te vi —ella le sonrió, esa sonrisa que le aceleraba el corazón. Odio que Mitsuki fuese más pálido que él, porque seguramente se notaba aún más —. Oye… de pura casualidad, ¿No has visto a Inojin?

—No —dijo con un poco de decepción. Ese definitivamente era el peor momento para estar en el cuerpo de Mitsuki. La chica asintió algo frustrada mientras soltaba un suspiro, Inojin pudo ver que en las manos de la chica había una carta con un corazón.

—Seguiré buscándola, entonces —la chica se despidió con la mano del ninja mientras se iba. Mitsuki le siguió desde lejos.

…

Encontrar a Boruto era más difícil de lo que creía, aunque seguramente estaba buscando mal. No estaba con Sarada, tampoco en su casa e incluso había regresado a buscarlo al bosque donde había estado con Inojin. Pero no parecía haber rastro de su compañero de equipo.

—Inojin —la voz de la hermana de Boruto le hizo girar, pero no por recordar que estaba en el cuerpo del nombrado, más bien porque era más probable que ella supiese donde estaba su hermano.

—Himawari —la chica se acercó, lo miró por varios segundos mientras sus mejillas y rostro se sonrojaban y luego le entregó una carta, con un enorme corazón en esta.

Mitsuki tomo el pedazo de papel y lo observó con curiosidad. Hizo una mueca, no entendía porque Himawari le entregaba una carta con el nombre del Yamanaka en este, lo más probable es que se hubiese confundido. Le regreso la carta con esa sonrisa tan neutral y los ojos cerrados, la Uzumaki miró su acción con el corazón latiéndole fuerte en el pecho.

—Perdona, pero a mí el que me gusta es tu hermano —le dijo con total naturalidad, para luego ser tacleado por él mismo, entonces cayó en cuenta de todo lo ocurrido hace apenas un momento.

…

—Creo que debo disculparme con ella —dijo Mitsuki mientras movía los pies de un lado a otro, sin preocupación alguna. Inojin le miraba con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Y decirle que es una broma.

—Pero no lo es.

Ambos niños se miraron fijamente y en silencio por un largo tiempo. Al final, Inojin suspiro y paso su mano por el cabello banco, extrañando el suyo que claramente era mucho más suave. Necesitaba su cuerpo, ahora.

—Te prometo que hablaré con Boruto si me regresas mi cuerpo, haré que te perdone —le dijo el Yamanaka mientras le estiraba la mano a Mitsuki, este la observó con duda pero al final cedió.

Mitsuki se bajó del barandal donde estaba sentado e Inojin se encargó de explicarle que hacer para llevar a cabo. Mitsuki realizó el movimiento de manos y, después de unos largos minutos bajo el sol, ambos decidieron arriesgarse. Entonces de nuevo todo en negro y lo primero que Inojin vio fue una cabellera blanca mirándolo y la alegría invadió su cuerpo.

—Funciono… —dijo este en un susurro, no podía creerlo.

—No olvides el trato —Mitsuki le ayudo a levantarse y el rubio, suspirando molesto, decidió ir hasta Boruto, quizá algo podría hacer.

…

Para cuando Inojin encontró al Uzumaki, este se encontraba consolando a una triste Himawari, el Yamanaka no pudo evitar sentirse algo culpable (aunque claramente no lo era para nada) y se acercó, olvidándose de la principal razón del llanto de la azabache: ella creía que a Inojin le gustaba su hermano y ahora, su hermano pensaba lo mismo.

—Cielos, Inojin —le dijo Boruto en cuanto este se acercó —, sé que soy irresistible, pero no por eso debes hacer llorar a mi hermana.

El Yamanaka jamás pensó en querer golpear a alguien tan fuerte como deseaba golpear a Mitsuki.