Casa de Armamento [Rokujou; Shiori] la mujer sonrió sin levantarse de la mesa —Pobrecilla, a decir verdad si necesito algo; ¡MONEDAS! —cerró los ojos riendo —¿Qué crees que aquí no nos han robado? Gana monedas y regresa, no entregaré lo que tanto me ha costado hacer simplemente por caridad—se levantó y dio un fuerte golpe a la mesa con la palma abierta —Somos una aldea ya bastante azotada por la tempestad. Y tenemos problemas con los cuales pelear. Así que ve y gana monedas como las personas normales, ustedes los guerreros se creen superiores y creen que todas las aldeas deben servirlos. Paga o vete. Déjame descansar. Y si sigues insistiendo, te dejaré en el suelo; no sólo sin monedas, también sin orgullo. Contenido oculto Alisse Madness madarauchiha
Rokujou Sentí discretamente mis monedas en la bolsa que llevaba y tampoco me parecía que pudiece comprar algo, así que aproveche la situación y me interpuse frente a Shiori y fruncí en seño que difícilmente podría verse por mi máscara. Le di un golpe fuerte a la mesa y mire seriamente a quien nos atendía— no permitiré que le hable así a mi esposa— titubie un poco en mis adentros al decir eso último—del clan dónde venimos es insultante y esto amerita un duelo— le dije con la esperanza que se lo tragara todo— o es acaso que ni si quiera sabes blandir una espada con tanta arrogancia?— Finalice cruzando los dedos para que fuese suficiente—no quisiera solo tomar las cosas en compensación e irme de brazos cruzados, también tenemos honor y un duelo me parece justo—puntualice mirando de reojo a shiori
Shiori La acción de Rokujou me agarró desprevenida provocando que empezara a ruborizarme pero luchando con todas mis fuerzas para ocultarlo, era alguien tan valiente... y con el farol desde luego se coronó como alguien que ya me estaba cayendo bien, así que cuando golpeó la mesa no pude sinó sonreír pero, al ver la cara de la vendedora... estaba roja como un tomate y con el carácter que tenía sabía que el resultado no iba a ser muy distinto al que tuve yo cuando me regañó a mí primero. Le tiré un instante de la manga con suavidad. — Creo... que será mejor abandonar el lugar, cielo, temo que la vendedora no está dispuesta tampoco a ceder en tu petición, ya buscaremos la forma de conseguir material, solo espero que luego ella no necesite ayuda cuando los Taira ataquen el lugar o uno de los dos fallezca porque no le interesa ayudar—. Comenté con cierto resquemor hacia la mujer
Rokujou Me sonroje sin controlarlo al escucharla hablarme tan melosamente con esa voz tan dulce, pero reflejaban carácter fuerte —Le brindaremos ayuda, nosotros no somos como ellos— finalicé y tome de su mano con un agarre nervioso deseando que no sintiera el leve temblor que no podía controlar. Salimos de la tienda y gracias a mi mascara ella no pudo notar el sonrojo que tenia en mi rostro, tenia tantas cosas en mi cabeza que no soltaba su mano, mi corazón latía mas exaltadamente que cuando estaba en combate —Lamento no haber conseguido nada para ti — me armé de valor al fin y aparté la unión de nuestras manos, y trague un poco de saliva, a pesar de ser una guerra, o eso aparentaba, sus manos eran tersas y delicadas, en comparación de las mías, ásperas y bruscas. —Tenemos que regresar cuanto antes, no quiero hacer esperar a Ukita— finalicé paseándome por las calles que recorrimos con anterioridad.
Kohaku Ishikawa Herbolaria No era iluso, sabía que muchas veces las palabras valían para las personas lo que una ráfaga de viento. Un efecto inmediato, un alivio pasajero quizá, que no duraba más de escasos segundos. Aún así, y pese a ello, decidí creerle. Era la madre del chico a mi lado y ambas personas me habían resultado muy amables y honestas desde que topé con ellas. Una corazonada, si se quiere. Atendí a cada una de sus palabras e intenté grabármelas a fuego en el pecho. Sabía que era una tarea difícil, que yo precisamente vivía atorado en el pasado, pero debido a ello sólo aumentaba la importancia de la enseñanza. Tenía que mirar hacia el futuro, enfocarme en eso, y si en algún momento el pasado me encontraba... sería el destino. Quería creerlo. Le sonreí, fue un gesto amable y estuve a punto de despedirme cuando recordé, de repente, una información que aún podía facilitarme. —Ah. —Alcé las cejas, volteé un segundo hacia el muchacho y regresé a su madre—. ¿Podría decirme el nombre de su hijo, señora? Me gustaría referirme a él apropiadamente, por el nombre que usted y su marido le escogieron. Era, a su vez, una señal de respeto.
Kuroki Fusatada Volví a prestar atención a Ukita mientras hablaba, saliendo un momento de mis pensamientos mientras hablaba, algo en sus palabras me sorprendieron... "Tal vez por ahora, debes conformarte en que seguramente eres la razón por la que alguien sigue luchando" Y... Tenía tanta razón. Y es que lo creía ya que... Inclusive tal vez Rengo llegó a luchar por mi, Shiori principalmente, y quién sabe, puede y hubiesen muchos más y yo aún no me daba cuenta, inclusive desde la guerra. El escuadrón que comandé... ¿Quién no diría que algunos se mostraran no solo sorprendidos si no hasta ahora me admiran? ¿Y llegasen a anhelar a ser como yo? Sin dudas era algo que debería a empezar a tomar muy en cuenta... El cómo varios llegasen a comportarse no solo por mí, si no por mis acciones... Promesas, demostraciones. Como el armero... Afirmé, comprendiendo a lo que se refería. Luego escuché el resto, hablando sobre virtudes extra que cada uno tiene, desde espiritismo hasta herrería. Finalizando con algo que me tomó por sorpresa. ¿Mi... Mayor virtud? ¿Mi curiosidad? Nunca lo había visto de esa manera, inclusive me sorprendí al escucharlo decir que era algo que me hacía muy similar a Yamagata, y por lo tanto nos llevaríamos de fabula. Reí por su último comentario, no evitando recordar al Clan Tao, y precisamente Nagoya... Cuando mi padre me dejó tomar Sake, celebrando que ya era todo un hombre. —Alcoholismo... No te preocupes, no soy de ellos. Pero comprendo lo que dices, la verdad es que siendo honestos... Una mujer me dejó algo perturbado con respecto a mi curiosidad. Aunque supongo como dices, al ser mi virtud, es algo que por mucho que no quiera, lo termino ejerciendo aún sin darme cuenta. ¿Y sabes? Al demonio con esos acontecimientos... Debo estar en el presente, en el ahora, no en el pasado. ¿Que si cometí errores? Debo aprenderlos y levantarme para seguir adelante, e intentar enmendarlos, si aún hay posibilidad...—. Añadí, mientras afirmaba. >>Vaya, ojalá poder haber platicado mucho antes contigo, me habría dado cuenta de tantas cosas, y de esos detalles que necesitaba tomar en cuenta, especialmente cuando en unos días tuve que viajar en solitario.
Casa de Armamento [Rokujou; Shiori] Lu mujer estaba preparándose para el combate, la intimidación de Rokujou no le afectó en lo más mínimo; pero al notar como sus oponentes lentamente se alejaban de la idea de la confrontación, volvió a recargar su peso sobre la mesa, completamente aburrida, ignorando el como el par se ruborizaba. Las palabras de Shiori la habían hecho fruncir el ceño; pero lo suavizó nuevamente al escuchar " no somos como ellos" de parte de Rokujou; ella también era transparente en sus sentimientos. Los miró irse sin más, no iba a detenerlos. Al salir, se dirigieron al shukusha, era momento de descansar. Contenido oculto Alisse Madness +50 EXP por usar una de tus habilidades madarauchiha Herbolaria [Kohaku] La mujer observó las acciones de Kohaku con una sonrisa ligera; pero cuando preguntó por el nombre de su hijo esa sonrisa se esfumó; no dio paso a enojo o confusión; simplemente su rostro se mantuvo neutro mientras miraba a Kohaku —Nuestros nombres regresarán cuando el ocaso se levante — mencionó con seriedad —No puedo darte su nombre, él debe ser quién debe dártelo. Suspiró. —Deben ir a dormir —dijo en plural sin siquiera darse cuenta de ello — Síganme — mencionó levantándose. El joven Ohara la miró con tristeza; pero cuando se giró hacia Kohaku trató de disimularla —Nos lleva hacia mi vieja habitación. Allí pasaron la noche. en una habitación austera pero con un calentador suficientemente fuerte para no sentir el frío de la noche. Contenido oculto Gigi Blanche Shukusha [Kuroki; Shiori; Momoka; Rokujou; Sho; Ukita; Hideyoshi] Habitación Ukita miró sorprendido a Kuroki cuando este mencionó a cierta mujer con respecto a su curiosidad; desvió un poco la mirada, notándose algo incómodo; al parecer, había entendido esas palabras en otro contexto, uno que lo había tomado desprevenido en ese tipo de conversación. Al escuchar sus últimas palabras sonrió, pues entendía que Kuroki había crecido sin su familia; a pesar de que se había reencontrado con su padre, tal vez no habían tenido muchas conversaciones padre e hijo; incluso Matsuda se lo llegó a comentar. —Siempre puedes contar con los hombres del clan si necesitas conversar...—hizo una pausa y sonrió ligeramente —... desde combate hasta de mujeres. Pero por el momento creo que es necesario el descanso. Necesitan recuperar energías. Contenido oculto Gigavehl Capítulo XX 灰 Hai - Cenizas Shukusha [Kuroki; Shiori; Momoka; Rokujou; Sho; Ukita; Hideyoshi] Era una nueva mañana. Habían recuperado energías de sus viajes, se sentían mejor, al menos físicamente. Habían despertado al sonido de la conmoción; al parecer, había nuevas visitas en el shukusha. Contenido oculto Gigavehl madarauchiha Mori Alisse Madness John Whitelocke Gigi Blanche fichas actualizadas
Shiori Sin nada más que pudiéramos hacer allí, nos fuimos alejando con lentitud de la tienda, empecé a moverme cuando la tendera empezaba a buscar pelea y, seamos honestos, ni yo tenía nivel y dudaba mucho que Roku tuviera alguna posibilidad, me sabía mal por él, al final intentó también dar la cara por mí aunque, desconocía el motivo. Era alguien que acababa de conocer y aún con todo estaba dando la cara por mí, incluso haciéndose pasar por mi marido pese a todo. A decir verdad, el chico me había caído bien y, no sé por qué llevaría la máscara puesta permanentemente ¿era alguien que tenía heridas bajo ella? las cicatrices de la guerra, imagino que yo tampoco quería que las viera, aunque mi cuerpo estaba llena de ellas, por ello tampoco me gustaba que nadie lo viera desnudo, solo lo vio la hermana de Tsuna y porque se había ganado rápidamente mi confianza al aceptar mi amistad por ser yo amiga de su hermano, por contraparte, mi idea no era pertenecer a su clan toda mi vida, sinó que realmente anhelaba unirme a los Minamoto ¿lo aceptaría Tsuna? por una vez esa pregunta generaba cierta incertidumbre en mi interior pese a que mi intención fuese firme. En el camino hacia Shukusha, me entenré por varias personas que Kato Harima había llegado a la ciudad y la preocupación sobre que dirían los Utsonomiya al respecto, Kato Harima... ya había escuchado ese nombre con anterioridad, así que dirigí mi mirada a Rokujou. — Kato Harima está aquí—. Le comenté en un susurro, esperando su reacción
Kuroki Fusatada Al final, la respuesta fue breve pero no menos importante, afirmé, estando de acuerdo con Ukita con respecto a irse a descansar, aunque parecía que no había entendido bien mi punto de la mujer (y no lo culpaba, no lo había especificado) y para colmo yo no lo había captado tampoco. Agradecí el ofrecimiento, y poco después nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente, me sentí más descansado, al menos estaba ya más tranquilo, en parte, había algo en Mito que me había dejado mal... Escuché algo de conmoción en el ambiente, las mujeres parecían tener un tono anonadado... Cuando me levanté, ni falta hizo abrir un poco la puerta para escuchar... "Kato Harima está aquí" Me congelé en mi sitio mientras intentaba procesar eso, primero, la razón por la que estaba allí, segunda, por nombrar de nuevo el clan que residía aquí, y en tercera... Mi padre... Cerré con calma pero también con tensión, me devolví hacía Ukita y lo sacudí un poco. —Ukita... Ukita—. Susurré para después añadir: >>Kato está aquí, por lo tanto, Jiin y mi padre deberían ir con él; voy a ver—. Comenté lo cual, si bien fue con calma, también había un deje de tensión. Y la tensión era por si venía sólo... Y si era así... No podría ser nada bueno. Caminé decidido, pese a la tensión, y deslicé la puerta para salir y ver la conmoción, por lo que me aproxime hacia las mujeres. —Señoritas... ¿Qué ocurre?—. Pregunté sorprendido, mientras pedía me hicieran algo de paso, para ir a ver si Kato venía acompañado o no, lo que escuché no sonaba a que viniese con alguien precisamente...
ROKUJOU Lo que acababa de pasar era algo insólito, mis impulsosme hicieron decir cosas frente a una mujer desconocida, mi corazón latía descontroladamente, pero pude dicimularlo un poco y me dirigí directamente a shukudha de la mano de shiori, al llegar ví a Ukita brevemente y con solo la mirada entendí la situación. Me fui a descansar sin bajar la guardia, Ukita había pasado mucho tiempo ya con Kuriki y eso me inquietaba un poco, estará pasando algo malo?, De momento salí de mis pensamientos al notar que Shiori estaba en la misma habitación que yo, ella pasará aquí la noche ? Conmigo?! Me limité a decirle algo, por suerte ella pareció quedarse dormida rápidamente y yo tomé un lugar cerca de ella y me recosté casi sintiendo su calor corporal, la habitación era pequeña así que no tenía muchas opciones, igualmente estaba tan cansado que no me quite la máscara y me quedé dormido a su lado. Shiori despertó exaltada y me miró algo asustada —Kato Harina? —no sabía de quién se trataba pero a shiori parecía preocuparle bastante, lleve mis manos a sus hombros delicadamente para que no sintiera mi rudesa , sin percatarme que mi máscara se había caído por dormir con ella puesta— No te preocupes, pase lo que pase, estoy aquí, Ukita está aquí, estoy seguro de que él me ayudaría a protégete si pasa algo malo— le sonreí algo intrigado pero quería que se sintiera segura. —Puedes contarme quien es ese hombre? Es peligroso? Quieres hacerte daño?— le cuestione algo molesto por qué le incomodara su presencia.
Shukusha [Kuroki; Shiori; Momoka; Rokujou; Sho; Ukita; Hideyoshi] Habitación Ukita despertó de golpe; en alerta absoluta, notó en Kuroki entusiasmo más que preocupación, así que decidió seguirlo. Comedor Varias de las mujeres estaban reunidas pero a diferencia del día anterior, mantenían su prudente distancia en una de las mesas, dónde dos figuras tomaban té; estaban de espaldas a Kuroki; pero al igual que él, tenían cabello blanco; él distinguía perfectamente esas siluetas, era Kato y su padre: Satou. Jiin no estaba con ellos. Satou giró al oír su voz y sonrió —Hijo...— se levantó y se acercó a él para abrazarlo con fuerza —¿Quién te ha hecho daño? Dime... dime su nombre y prometo que su sangre correrá. Mientras tanto, Kato se limitaba a seguir bebiendo. Mientras las mujeres lo observaban atentamente. Ukita apareció detrás de Kuroki, alegre de ver la reunión de padre e hijo; pero la sonrisa se difuminó al recordar su conversación con Kuroki la noche anterior. Contenido oculto Gigavehl
Kohaku Ishikawa Herbolaria Me sorprendió bastante que la mujer se negara a concederme el nombre de su hijo, aunque intenté moderar mi expresión por miedo a ofenderla o algo parecido. Decía que él debía decírmelo, pero si no lo recordaba ¿entonces qué quedaba? Sellé mis labios, tomé aire por la nariz e incliné mi cabeza con respeto. —Lo entiendo. Cuando quise acordar, la señora nos estaba enviando a dormir. Parpadeé, había olvidado por completo cuán tarde era, y esperé que el clan no se preocupara por mí al ver que no regresaría al shukusha. Le había dicho a Hideyoshi que nos encontraríamos ahí, pero al final eso tendría que esperar. Asentí hacia la mujer, obediente, y tuvieron que transcurrir unos segundos para que notara la forma en que se había referido a ambos. En lo que la seguía, volteé el rostro hacia el chico Ohara y le sonreí. Su vieja habitación, ¿eh? En cierta forma... no creía tener el derecho. Remarqué mis agradecimientos hacia la señora en cuanto nos dejó allí, repasé el espacio con la vista y busqué el abrigo suficiente para no pasar frío. Chiasa, en algún momento, se hizo un rollito en un extremo de la almohada y yo me acomodé a su lado, aunque no sin antes volver a sonreírle al muchacho. Suponía que iba a ser una noche particular, tanto para él como para su madre, y me detuve a un segundo de soltar las palabras para reír. Fue un sonido suave. ¿Los espíritus dormían, acaso? —¿Que descanses? —indagué, dudoso, y meneé apenas la cabeza—. Bueno, hasta mañana, eso sí. . . . La mañana se abrió paso y agradecí haber sido capaz de dormir bajo un techo. Los eventos se habían sucedido a un ritmo que apenas fui capaz de seguir, cosa que apenas noté en cuanto, por fin, pude cerrar los ojos. Estaba exhausto. El sueño fue reparador, sin embargo, lo suficiente para sentirme descansado y arrugar la nariz cuando sentí una cosa suavecita y esponjosa haciéndome cosquillas en el rostro. Era la cola de Chiasa. —Buenos días —susurré, estirando la mano para rascarle la cabecita, y la pequeña ardilla emitió un chillido leve en respuesta. Me enjugué los ojos luego y, por un breve instante, no fui realmente consciente de dónde ni con quién me encontraba. Lo recordé de un momento al otro, me cayó encima y las emociones del día anterior se solaparon al tiempo que me incorporaba un poco y buscaba al muchacho con la vista. Fue un movimiento un poco brusco, la luz incidió con fuerza y parpadeé, con cara de dormido. Reparar en él, verlo tan nítidamente se siguió sintiendo irreal. —Buenos días para ti también —murmuré, en un ligero tono de broma, el cual se enfatizó con lo siguiente que dije—. ¿Dormiste bien~?
Shiori ¿Que si era peligroso? Si, y mucho, a decir verdad cuando caí dándole vueltas a la cabeza, palidecí un instante, el padre de Rengo... vaya si era peligroso ese hombre, si tuviera que contarle la historia de Rengo a Roku se asustaría incluso tanto o más que yo, pero, pese a todo, estaba convencido de que Rengo no habría anhelado que su historia trascendiera, pese a los cambios que empezó a sufrir tras los últimos acontecimientos. — Es alguien completamente Inmoral si te soy honesta, quiero matarlo... pero me da a mi que de todos modos lo vamos a necesitar. Es mejor esperar
Rokujou Las palabras de Shiori me hicieron fruncir el seño y justamente sentí como no topaba ligeramente en la mascara, miré a donde había dormido y efectivamente ahí estaba, shiori me había visto sin ella, pero no pareció importarle, así que tragué un poco de aire y me la coloqué lo mas normal posible —Vamos— le indique ayudándola a levantarse para salir de la habitación y dirigirme donde Ukita quien parecía haberse levantado por la misma razón, Kohaku estaba hablando con alguien quien al parecer conocía, y no muy lejos de ahí estaba un hombre cuyo semblante parecía temible. ,—Será él?— le susurre a Ukita discretamente dando por hecho que estaba enterado, al menos poco mas que yo.
Shukusha [Kuroki; Shiori; Momoka; Rokujou; Sho; Ukita; Hideyoshi; Kato; Satou] Comedor Shiori y Rokujou salieron de la habitación para reunirse con los presentes. Ukita estaba allí, observando a Kuroki con su padre, Satou. Al escuchar a Rokujou afirmó —Kato Harima; el águila de Kanagawa —Esto lo dijo sin susurrar, haciendo que Kato se girara hacia Ukita. Ukita tomó el hombro de Rokujou —Espera aquí. Ukita avanzó hacia Kato — ¿Ha llegado a tus oídos lo que tu hijo menor ha hecho? Kato se mantuvo en silencio. Satou levantó la mirada hacia Ukita con confusión, después miró a Kuroki. Su mirada mostraba tantas emociones debido a su confusión. Ukita notó el silencio de Kuroki así que procedió, notando que tampoco Kato hablaría. —Con la apariencia de Takeda, ha desafiado al mismo Emperador; deberías sentir orgullo por tener hijos tan fuertes, a pesar de todo. —Ha hecho lo que estaba obligado a hacer —mencionó tajante Kato ante Ukita —Así como cada uno de nosotros. Ukita no mencionó mas, no daría demasiados detalles, simplemente suspiró —¿Y cuál es tu deber? —Eliminar a los demonios carmesí — mencionó clavando su mirada en la de Ukita — Un deber que correspondía al Norte. Ukita apretó sus puños; pero rápidamente se controló, no dejaría que aquello lo alebrestara inútilmente; el conocía las razones del Norte. Sonrió — Así como el Norte ayuda a los Minamoto; un deber que recaía en tus hombros. Contenido oculto Gigavehl madarauchiha Alisse Madness Herbolaria [Kohaku] El joven Ohara soltó una risa sincera — Fue extraño; he estado tanto tiempo deambulando en los campos que no sentía cómo pasaba el tiempo; aquí lo he vuelto a sentir, mientras ustedes dormían — sonrió —recorrí toda la casa y cuidé de mamá; sonreía durmiendo. Creo que le has traído paz, y eso lo agradezco. —Lo miró —También visité a tu amigo en el shukusha; su alma sigue atormentada —su voz era de preocupación — Al menos pudo dormir —desvió la mirada — Por último visité al amigo de tu amigo en la clínica; pasó una noche de dolor agonizante; no me quedé a ver si podía conciliar el sueño. Lo que han vivido esos hombres... seguramente no ha sido agradable —su mirada se distrajo con los movimientos de Chiasa haciendo que dejara escapar una leve sonrisa —Ah, y otra cosa — volvió a mirar a Kohaku, tratando de no distraerse —Un hombre intimidante llegó acompañado por la madrugada; tiene una presencia poderosa. No indagué más pues debía volver acá por si despertabas. Vaya que dormiste —soltó una risa — Los guerreros despertamos antes que el alba. Contenido oculto Gigi Blanche
Kuroki Fusatada Contenido oculto Según yo había respondido y resulta que no *llora* Cuando llegué al comedor, después de pasar de entre la femenina multitud, pude ver a dos figuras perfectamente reconocibles, igual de albinos como yo, ahí estaban... Kato y mi padre, Satou, por lo que no evité sonreír de alivio, pero borré la expresión al notar la ausencia de Jiin... Ukita vino detrás, mi padre no tardó en percatarse y por un instante me dió un breve flash por sentirme ciertamente en Nagoya, cuando recién lo encontraba de nuevo. Sonreí ante mi padre, aún cansado por la recién desnutrición pero no rechacé el gesto de mi padre y devolví el abrazo, escuchando su comentario, sin saber qué decir... Me separé un poco de él cuando hizo lo propio y negué. —Calma padre, no hay que precipitarse, con tiempo te lo contaré todo, ¿De acuerdo? Estoy bien—. Dije, dedicándole una sonrisa para notar cómo Kato ni se inmutaba, no me sorprendía, poco después Shiori y el otro joven enmascarado se presentó, y las mujeres mantenían la distancia, no me sorprendía tampoco si lo reconocían. No supe qué decir... Debía estar al tanto de lo de su hijo, ¿No? Pero tampoco sabía si debía preocuparme por ello... Después de todo, ya estaba pactado. Pacto... No... Solo surtía efecto si Kato lo hacía de otra manera... Me quedé callado mientras se desarrollaba una escena entre Ukita y Kato, mi padre me miró, profundamente confundido y en ese momento supe que debía hacer algo, volví la vista a Ukita, notaba que hablaría, así que lo dejé, hablando sobre lo que Rengo hizo. Hablaba frío, y prácticamente ambos se dieron un golpe bajo, pero también intuía que no lograríamos nada discutiendo, así que suspiré y caminé hacia Kato para acabar a lado de Ukita, no tenía miedo. —Hizo lo que tenía que hacer... Si... Pero no de la manera en como debió terminar—. Dije por fin, sin secretos, quería que Kato me escuchara claramente. Tal vez no sería bueno... Prefería hablarlo con Takeda, pero con una guerra de por medio, tal vez no sería lo mejor esperar ya. —No van a matarlo, porque pude percatarme de algo cuando nos hicieron ver el combate en Mito. Aún si los Taira se enteran que tu hijo no es Takeda, seguramente van a esforzarse por hacerlo pasar como tal ante todo Japón. ¿Para qué? Para casarlo... Con la hermana menor de Shino Taira...—. Continué, sin titubear... >>Tomoe Taira...—. Finalicé, sabiendo que esto podría ser muy shockeante, y no tenía intenciones de revelar cómo me había enterado de eso. Contenido oculto Esto se pondrá feo...
Kohaku Ishikawa Herbolaria Su respuesta resolvió las dudas que tenía. El muchacho había dedicado la noche entera a deambular por la ciudad y me pregunté hasta dónde sería capaz de llegar. Quería decir, si no había recorrido el país como deseaba debía ser por algún impedimento, ¿cierto? Al principio pensé que era simplemente Shimotsuke, pero ¿quizá se tratara del broche de luciérnaga? ¿Por eso me había dicho que debíamos conseguirlo de su madre? Se me dibujó una sonrisa en el rostro al decirme que le había traído paz a su mamá y asentí, permitiéndole seguir hablando. Era lo que había pensado apenas la conocí, cuando le dije que se trataba de una cuestión de fe. Había hablado con la esperanza de traerle algo de calma, y si en definitiva ese era el resultado, entonces jamás me arrepentiría de todo esto. Su relato siguió informándome de diferentes personas, Hideyoshi y el hombre de la clínica. Noté que se distrajo con Chiasa y bajé la vista a la ardilla, quien parecía estar observando al muchacho muy fijamente. Eso me recordó que el gato, Nyanko, también había advertido su presencia, ¿verdad? Eso... decía bastante de los animales. Luego pareció recordar algo, sin embargo, y fruncí el ceño tras oírlo. ¿Un hombre intimidante? Bueno, conocía varios que entraban en esa categoría. Al menos esperaba que fuera un aliado. Su comentario sobre cuánto había dormido me arrancó una risa suave, una que descomprimió la preocupación repentina que se había atorado en mi pecho y solté un suspiro, incorporándome para volver a ordenar la habitación. —Bueno, aunque sepa blandir una espada me gusta más considerarme a mí mismo un herborista. ¿Esos tienen permitido dormir hasta más tarde? —Fui junto a él, ya habiendo acomodado todo, y le sonreí—. Vayamos al shukusha, pero primero despidámonos de tu madre.
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Shimotsuke: herbolaria Largo fue el sueño que lo introdujo en una oscura pesadilla de la cual no pudo salir hasta el despertar de la mañana. Su vuelta a la realidad fue confusa, entre episodios de lágrimas y muecas de molestia. A medida que fue notando que sus emociones se anclaban a una pesadilla, fue volviendo la serenidad habitual. Pero esa serenidad ya hace un tiempo que era menos serena que nerviosa, y más apática que real. Pero con la vuelta de Reijiro, herido pero vivo, algo del viejo Hideyoshi había estado luchando por regresar. Ese viejo Hideyoshi era una parte del alma de un hombre confundido y atormentado por los errores y las desgracias de un pasado que no podía controlar. "A fin de cuentas, solo podemos controlar el futuro hasta cierto punto, pero el pasado de un hombre es un hecho irremediable del que no podemos escapar", reflexionaba mientras desayunaba con un trago de sake, algo un poco fuerte para comenzar el día. Este era hoy Hideyoshi, con varios pedazos de su alma pugnando entre sí por darle coherencia a una persona que había solido ser entera, recta y unida como una única pieza de metal compacto, que no dejaba que ninguna parte del metal desentonase ni un poco en su color o consistencia. Pasaba por la herbolaria cuando lo vio a su amigo Kohaku. "¿Amigo?", se preguntó. Últimamente era con quien había sido más cercano. Kenzo había muerto, dejando en él un vacío irremediable, Takeda estaba lejos, y Togashi ausente. El flamante señor Azai era otro amigo que Hideyoshi echaba de menos, y ya estaba claro que las Seis Montañas de Hideyoshi habían muerto o desaparecido, y lo mismo pasaba con Aoshi. —Kohaku-kun, ¿cómo estás? ¿Hay noticias de Reijiro? Yo he oído entre los lugareños mientras bebía sake que Kato Harima está aquí...
Rokujou La pesadez del ambiente se hacia presente, Ukita me pidió que esperara y así lo hice, permaneciendo al lado de Shiori, aun logrando escuchar la conversación que tenía haca Kato, realmente se veia como un hombre cualquiera, pero todos parecían algo tensos, al notar que Ukita por un momento pareció que iba a saltar sobre él subí la guardia por si se ponía feo, pero al final no era el momento, fruncí las cejas molesto por la situación pero me limité a no actuar, quizas ukita sabia como reaccionaría y por eso me pidió estar alejado —Ahora entiendo por que tanta inquietud por aquel guerrero— dije en voz baja para Shiori Aunque por un momento recordé al padre de Ukita, quien a simple vista no parecía ser peligroso y en cuestión de instantes casi me arrebata la vida, pero hasta el lobo mas salvaje resultó tener un lado sensible que lo hacia actuar de esa manera, aquel hombre podría no ser diferente, pero si difícil de acercarnos a él.