Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

CAPITULO 9: "RECUENTRO CON EL AMOR, NACIMIENTO DE UN NUEVO SER Y DE VUELTA A LOS VIAJES"​

Todo estaba listo para que Ishizu viera y alejara a Atem en 15 minutos siempre y cuando Atem hiciera lo que Ishizu calculaba. Ishizu solo tenía la intención de verlo a él sin hablarle.
El momento llegó, y todos estaban preparados. Para mayor ventaja de Ishizu, Atem entró en la habitación donde ella estaba y solo. Ishizu estaba escondida entre las sobras; cuando lo vio fuerte y sano se alegró mucho, pero al verlo a los ojos, ella no pudo contener la emoción y la tristeza, así que comenzó a llorar.

-Perdóneme – decía Ishizu llorando.

-¿Quién anda ahí? – preguntó Atem de forma alarmante.

-Perdóneme- repetía Ishizu una y otra vez.

-¿La conozco? – preguntó Atem acercándose poco a poco.

-No se acerque por favor- dijo Ishizu mientras dejaba que la luz alumbrara sus manos que estaban en posición de alto.

-No le aré daño – contestó Atem acercándose mas por que la voz que oía se parecía a una que él conocía – ¿Nos conocemos?

-Es lógico que usted no me recuerde, si lo hiciera, lo haría con odio – dijo Ishizu mientras lloraba mas –Seguro usted ya hizo su vida, así como yo hice la mía, aunque la hice de esta forma para saber de usted.

Ishizu ya no pudo hablar más y se tiró al piso donde lloró con más fuerza.

-¡Mana!- exclamó Atem felizmente cuando vio que la chica era alumbrada por la luz deJonsu-¿Qué haces aquí? – preguntó mientras la abrazaba.

-Yo…- titubeó Ishizu – Yo soy la Reina de este lugar- terminó mientras descubría su vientre crecido –Perdónenme –

-Yo siempre te estuve esperando – dijo Atem mientras abrazaba mas fuerte a Ishizu.

Ambos lloraron abrazados y sin decirse nada. Hasta que Ishizu recordó el tiempo.

-Ya no hay tiempo – dijo Ishizu muy alarmada – Debe irse o lo atraparan.

-Vamonos – dijo Atem mientras jalaba delicadamente a su querida Mana -Ven conmigo.

-No, no puedo – dijo Ishizu llorando.

-¿Acaso lo amas? – preguntó Atem muy serio.

-No – contestó Ishizu –No puedo ir con usted, además así les daré más tiempo.

Atem se dirigía al balcón por donde había entrado, pero se detuvo.

-Toma – dijo Atem mientras le daba una carta a Ishizu – ¿Sabes cual es la carta de mi familia?

-Si, es El Mago Obscuro – contestó Ishizu.

-Ella es La Maga Obscura – comentó Atem refiriéndose a la carta que le ofrecía -¿A quién se te figura?

-A mí - dijo Ishizu muy confundida (NOTA : RECUERDEN QUE ISHIZU TOMO OTRA FORMA PARA PRESENTARSE FRENTE A ATEM Y LA MISMA FRENTE A SETO)

-Esta carta la creé después de que te fuiste basada en ti para recordarte – contó Atem sonrojado –Tiene algunas diferencias a ti, pero quiero que la tengas, inclusive tiene un vestido parecido al que traías la vez que conocí tu rostro

Ishizu recibió la carta aún muy sonrojada –Debe irse ya, el tiempo se acaba –

-Podría…- calló Atem mientras tomaba por la cintura a Ishizu de forma delicada-¿Debo pagar como la última vez?- preguntó mientras se acercaba a su rostro

-Debe irse- dijo Ishizu muy suplicante.

-Prometo regresar por ti- dijo Atem mientras se trepaba al balcón.

-¡Espere!-detuvo Ishizu – Cierre los ojos por favor.

Atem se regresó e hizo lo que Ishizu le pidió. Ishizu comenzó a formular un hechizo en silencio mientras se acerba a los labios de Atem. Ambos se besaron, al separarse, Atem salió de la habitación y se fue.
Ishizu veía como Atem se alejaba con sus tropas entre la obscuridad.

-No puedo dejar que le atrapen por mi culpa- pensó Ishizu mientras comenzaba nuevamente a llorar –Por eso debe olvidar que me vio aquí.

Cuando Ishizu vio que el tiempo se agotaba, se secó las lágrimas y comenzó a gritar.

-¡GUARDIAS! ¡GUARDIAS!- gritó Ishizu mientras estos entraban rápidamente.

-¿Qué sucede Alteza? – preguntaron los guardias.

-Alguien se metió al palacio por ahí- decía Ishizu mientras por el balcón señalaba una ventana que se encontraba al otro extremo del palacio.

Los guardias hicieron un alboroto con eso que se concentraron en buscar al supuesto intruso que dieron tiempo a las tropas de Atem para escapar.

Ishizu se sintió tranquila por que no pudieron capturar a Atem y se quedó sentada junto a su balcón para ver la carta que le habían obsequiado.
Al poco rato Seto llegó a la habitación e Ishizu intentó que él no viera la carta, pero el se percató del movimiento que ella hizo para ocultarla.

-El estuvo aquí ¿No es así?- preguntó Seto agresivamente.

-¿En que te basas? – Preguntó Ishizu sin titubeos –Prometí no verlo.

-A mí no me vas a engañar- dijo Seto acercándose a ella- Tu no alertarías que ellos se metieron al palacio con tal de que no les pase nada.

-Está bien, te lo diré, si, él estuvo justo aquí- dijo Ishizu.

-No creas que no me di cuenta de tus intenciones- dijo Seto – Si seguí tus instrucciones fue para atraparlos.

-Parece que no te salió tu plan – dijo Ishizu.

-No, pero tú rompiste tu promesa- dijo Seto – ¿Ahora que me asegura el que no me vayas a traicionar?

Ishizu solo se quedó callada por que no estaba orgullosa de haber roto una promesa, aunque se sentía feliz por haber visto a su querido Atem.

-Esta bien, dime que fue lo que platicaron- ordenó Seto.

-¿Por qué voy a decírtelo? - cuestionó Ishizu.

-Dímelo y sabré que aún puedo confiar en ti, si no lo haces dejaré de informarte lo que sucede- contestó Seto.

-Está bien, te lo diré- respondió Ishizu resignada- Mi Rey vino aquí y…

-El ya no es tu Rey- dijo Seto muy enojado.

-El vino y cuando me vio me puse a llorar y el me consoló – contó Ishizu –Al final me pidió que me fuera con él.

-Hay algo mas que solo lo que me contaste- insinuó Seto – El te dio algo ¿No es así? No lo niegues ¿Qué es lo que te dio?

Ishizu solo sacó la carta de su bolsillo y la mostró a su marido.

-No me la vayas a quitar- dijo Ishizu un poco temerosa y volviéndola a ocultar.

Seto la miró con enojo y se acercó más a ella.

-Como quieras, no te la quitaré para que veas que te quiero- dijo Seto –Pero se que no es todo- dijo mientras agarraba de la cara a su esposa – Se besaron- aseguró Seto muy enojado.

Ishizu solo volteó su cara.

-Si- contestó Ishizu sonrojándose pero dándole una cara de frialdad a Seto- Yo lo besé

Seto la soltó con más enojo todavía.

-Seguramente te volverá a buscar…- dijo Seto.

-No, no volveré a faltar a mi promesa – dijo Ishizu – El no volverá por mi por que le he borrado la memoria de lo que sucedió esta noche. No quiero que tomes ventaja de eso.

-¿Sabes hacer magia?- preguntó Seto –Como te dije el día en que te conocí, tu no eres una chica normal. Aun no se como sabes cosas que tienes prohibido hacer como mujer. Pero eso no lo salvará de que yo gane esta guerra.

-Prometiste no tocarme sin mi permiso – dijo Ishizu cambiando el tema – Pero si eso repara lo que hice, adelante.

Seto se acercó a Ishizu y la tomó por la cintura.

-Cuando dije que con tu permiso, me refería al momento en que tú me amaras – aclaró Seto – Pero en vista de lo sucedido te tomaré la palabra – siguió diciendo- Una cosa mas- dijo Seto – Si él pudo entrar aquí tan fácilmente, me hace dudar de que el hijo que esperas sea mío.

-¿Cómo te atreves a pensar que yo…?- Ishizu se sintió ofendida –No importa lo que pienses, este hijo es tuyo.

-Mas tarde hablaremos de eso – contestó Seto

Seto abrazó a Ishizu y le dio un beso en la mejilla, pero alguien tocó la puerta.

-¡ALTEZA!- dijo la voz – El ejercito enemigo aún anda cerca.

Viendo a Ishizu -Ya veremos si él se salva de esta- dijo Seto con una sonrisa y abriendo la puerta –Ya voy, preparen a todos, los seguiremos.

Ishizu solo se quedó ahí orándole a Ra para que Seto no alcanzara a Atem hasta que se quedó dormida junto al balcón.
Seto no alcanzó el ejército enemigo y regresó al palacio en la madrugada, encontró a Ishizu en la ventana con la carta de La Maga Obscura en las manos.

-Podría quitársela- pensó Seto – Pero, puedo utilizar esto.

Seto le guardó la carta a Ishizu y la acostó en la cama.

-Algún día me amaras – susurró Seto mientras se acostaba a su lado.

Pasó un mes del reencuentro de Ishizu y Atem. Ya no se habló del tema y Atem no recordaba lo que había hecho dentro del palacio ese día.
Se reanudo la tregua por que las batallas de esos últimos habían sido muy pesadas.
Una noche, Ishizu se encontraba en la habitación de su hijo sentada junto al balcón.

-Me pregunto si quiero darle algo por su cumpleaños- pensó Ishizu – No lo amo, pero el vivir con él tanto tiempo…

Ishizu miró a Jonsu incompleto en el cielo.

-Pero ¿Qué le puedo dar?- se preguntó- Cuando fue el cumpleaños de mi Rey no le di nada por que ¿Qué se le puede regalar a alguien que lo tiene todo?

Ishizu puso sus manos sobre su vientre y comenzó a cantar un arrullo para su hijo.

Que Isis lo arrulle en sus brazos,​

Para que duerma muy bien,​

Por que su madre lo está esperando​

En la tierra donde vivirá el.​

Que Isis lo arrulle en sus brazos,​

Para que el mal este lejos de el​

Y su madre lo vea sin ningún rasguño​

Que le pueda hacer Seth.​

Que el niño duerma tranquilo,​

Y llegue a la tierra con bien,​

La madre le canta a su hijo para que​

Tenga sueños llenos miel.​

Pocos días después, el cumpleaños de Seto llegó, se hizo una fiesta en honor al día. Día 6 de Dyehuty
Seto e Ishizu estaban en su habitación alistándose para le celebración. Antes de salir, Ishizu le dio un bulto a Seto.

-Toma. Feliz cumpleaños- dijo Ishizu algo fría – Después de todo eres mi marido.

Seto abrió el bulto, era un traje elegante de color morado el que había ahí.

-Espero que te quede- terminó Ishizu y salió de la habitación.

Seto se puso el traje para la fiesta, aunque no lo quiso admitir, él estaba muy feliz por el detalle, mas aun cuando encontró entre las cosas de Ishizu tela e hilos.

-Ojala y en el cumpleaños de mi Rey se me hubiera ocurrido esto- pensó Ishizu que estaba fuera de la habitación.

La fiesta terminó y todos en el palacio fueron a descansar. Al siguiente día, Ishizu se acercó a Seto.

-Seto, quisiera pedirte un favor- dijo Ishizu.

Seto solo escucho con atención lo que Ishizu le decía.

-Me gustaría que me permitieras darle el nombre a nuestro hijo- pidió Ishizu.

-Haz lo que quieras- contestó Seto- Después de todo ese niño no es mío.

-¿Cómo sigues pensando eso?-preguntó Ishizu.

-Ya te dije- contestó Seto- Haz lo que quieras.

Paso casi un mes después de la fiesta. La noche del 12 de Pa-en-Ipat Ishizu despertó como todas las noches para ir a la cocina por un poco de agua, y al regresar a la habitación empezó a sentir unos fuertes dolores que la obligaron a tirarse.

-SETO- gritó Ishizu –DESPIERTA.

Seto estaba muy dormido que apenas y la escuchaba, pero el dolor terminó e Ishizu se acercó a Seto.

-Seto, despierta- dijo Ishizu un poco mas tranquila, pero los dolores regresaron – DESPIERTA.

En ese momento Seto reaccionó y al ver que Ishizu estaba en el piso se levanto rápidamente de la cama muy preocupado.

-¿Qué te pasa Mana?- preguntó Seto.

-Ya va a nacer- contestó Ishizu agitada.

Seto la levantó del piso y la puso en la cama, después salio corriendo de la habitación para llamar a las que sería las parteras.
Después de unas horas de espera, en la habitación donde estaba Ishizu, se oyeron los llantos de un bebé.

-Ya puede entrar Alteza-dijo una chica que salía de la habitación.

Seto entró a la habitación apresuradamente. Dentro, vio a Ishizu muy feliz acostada en la cama con un bulto en los brazos. Cuando Ishizu lo vio entrar, le sonrió. El resto de las personas dentro del cuarto salieron de ahí.

-Es un niño- dijo Ishizu mientras veía la confusión en la cara de Seto que no sabía que pensar- Toma, cargarlo y dime si aun dudas que es tu hijo.

-Dime que nombre le pondrás- pidió Seto.

-Su nombre será Mokuba- contestó Ishizu.

Seto salió de la habitación ignorando lo que Ishizu le había pedido. Al amanecer, se dio la noticia al reino del nacimiento del nuevo príncipe. Ese día, Seto no tuvo otra opción que cargar al bebé.

-Tómalo- dijo Ishizu-Tu debes presentarlo.

Seto tomó al pequeño Mokuba y se acercó al balcón donde el pueblo esperaba.

-Si de verdad crees que no es tu hijo ¿Por qué lo reconocerás ante todos como tal?- preguntó Ishizu.

Seto solo miró al bebé.

-Nadie debe saber lo que me hiciste- contestó Seto.

El tiempo pasó y el bebé creció. Seto terminó admitiendo que Mokuba era su hijo, por que no podía negar que había cierto parecido a el.
Ishizu se encargó de la educación de Mokuba procuraba no consentirlo para que no se convirtiera en lo que ella detestaba. Seto la dejo, por que sabía que Ishizu podía enseñarle todo lo Mokuba necesitaba.
Todas las noches desde que Ishizu supo que estaba embarazada, le cantaba a Mokuba para que durmiera. Seto lo sabía, y por orgullo no se acercaba a ella para estar con su familia, pero a escondidas escuchaba su canción y veía a su esposa y a su hijo bañados con el velo de la noche.
Cuando Mokuba iba a cumplir tres años, Ishizu comenzó a sentirse encerrada, quería volver a ver a su hermano y estar fuera del palacio. Asi que decidió hablar con Seto.

-Seto- dijo Ishizu en el comedor un tanto suplicante.

-¿Qué sucede?- preguntó Seto extrañado por la actitud de Ishizu.

-Yo, quisiera pedirte un favor- dijo Ishizu.

-¿Qué es?- cuestionó Seto.

-Es que me gustaría ver a mi hermano y…- Ishizu fue interrumpida.

-Salgan de aquí- ordenó Seto a los presentes.

Todos, menos Ishizu y Mokuba obedecieron la orden. Cuando quedaron solos Seto estaba un poco alterado.

-Tú no puedes regresar a ese lugar…- dijo Seto.

-No, espera- detuvo Ishizu- Recuerda que mi hermano no esta ahí, el vive en Argos.

-¿Para que quieres verlo?- cuestionó Seto calmándose así mismo.

-Es que lo extraño y me gustaría acabar mi viaje- terminó Ishizu

-¿Acabar?- preguntó Seto.

-Si, yo inicie este viaje, pero nunca lo acabé por que me casé- dijo Ishizu- Antes no te dije nada por que Mokuba estaba en camino, y cuando nació no podía dejarlo tan pequeño, pero el estará bien ahora.

-¿Y que me garantiza que volverás?- preguntó Ishizu.

-Puedes estar seguro de que regresaré por que aquí te dejaré lo que mas quiero en el mundo- contestó Ishizu- Me gustaría que Mokuba fuera conmigo para que conozca muchas cosas antes de que llegue a tomar la responsabilidad que le toca, pero se que si él se queda aquí, tendrás la seguridad de que volveré.

-Mamá, quiero mas fruta- dijo Mokuba.

-Toma hijo- dijo Ishizu dándole una manzana cortada en trozos - ¿Me dejaras ir?- se dirigió a Seto.

-No, si te vas, podrías ir a verlo a él- contestó Seto.

-Pero yo…-

-No te lo permitiré- dijo Seto levantándose de su asiento muy furioso.

-Debe haber una forma de que me dejes- suplicó Ishizu.

Después, Seto sonrió un poco y regresó a su asiento.

-Si realmente quieres ir te dejaré- dijo Seto – Pero debo estar seguro de que no lo irás a ver.

Al ver la sonrisa de Seto, Ishizu se asustó mucho, por que sabía que tenía algo en mente.

-Termina tu viaje- dijo Seto- Pero antes de irte quiero que hagas algo por mí.

-¿Qué es?- preguntó Ishizu preocupada.

-¿Cuándo pretendes irte?- preguntó Seto.

-Yo quisiera hacerlo después del cumpleaños de Mokuba- contestó Ishizu extrañada por la pregunta.

-¡Perfecto!- exclamó Seto- Después de la celebración de su cumpleaños arreglaré todo para que te batas en duelo.

-¿Yo? ¿Con quién?- preguntó Ishizu.

-A pesar de que esta prohibido que las mujeres usen monstruos sabes combatir ¿No es así?- preguntó Seto.

-Si- contestó Ishizu- ¿Cómo lo supiste?

-El día que llegaste al palacio pude darme cuenta de que llevabas una baraja contigo, es mas, siempre la traes. También sabes usar la magia y por eso puedes convocar monstruos- dijo Seto- Quiero que te batas en duelo con él- refiriéndose a Atem – Por supuesto no habrá ninguna consecuencia, solo será algo… mmm ¿Cómo decirlo? por diversión.

-¿Qué?- preguntó Ishizu- ¿Para que quieres que haga eso?

-Llevarás puesta una mascara para que no te reconozca en ese momento- dijo Seto- Durante el duelo quiero que le expreses que tu me amas y lo odias a él- pidió Seto- Ademas, velo como algo bueno, volverás a verlo.

Ishizu no comprendía nada de eso pero igual siguió escuchando.

-Hazlo y te dejaré ir- siguió diciendo Seto- ¡Ah! Y una cosa más. Agrega a tu baraja la carta que te dio.

-¿Qué?- se sorprendió Ishizu-Si hago eso él…

-Se dará cuenta de quien eres y te dejará en paz por que pensará que no lo quieres ver- interrumpió Seto- Solo así estaré seguro de que no pondrás un pie en ese reino.

Seto se fue del lugar e Ishizu se quedó ahí sin saber que hacer.
Un día antes de la celebración de cumpleaños de Mokuba Seto se acercó a Ishizu.

-¿Qué haz decidido Mana?- preguntó Seto.

-Lo haré- contestó Ishizu- Pero antes quiero…

-En ese caso ya está todo arreglado- interrumpió Seto – Pasado mañana será el duelo.

Ishizu intentó decirle a Seto que su plan no funcionaría por que el hechizo que ella le había hecho a Atem se desharía con ver algo que le recordara el momento en que se vieron. Seto no oyó e Ishizu decidió dejarlo así.
El momento del duelo había llegado. Ishizu entró a la casa de campaña donde se llevaría acabo el encuentro, y ahí vio nuevamente a Atem. Ishizu estaba feliz de poder verlo nuevamente, pero él no pudo ver la expresión de Ishizu por la máscara que llevaba.

-Quiero que conozcas a mi esposa- dijo Seto en forma irónica – Ella tiene muchas habilidades.

-Aun no entiendo todo esto- contestó Atem- Será mejor que empecemos de una vez con el duelo.

-Pero yo no seré quien te enfrente- dijo Seto- Será mi esposa.

-¿Ella?- preguntó Atem –Pero está prohibido que las mujeres…

-Te dije que ella tiene muchas habilidades- dijo Seto- Además, si me llega a pasar algo ella te enfrentaran.

-Esta bien, me enfrentaré a ella- dijo Atem- De igual forma, pelearé como siempre.

-Eso me agrada- dijo Seto- ¿Por qué no empiezan ya?

Ambos se sentaron en una mesa, pues el duelo no tendría riesgos y no necesitaban usar magia para invocar monstruos.

-Lo hago por ti cariño- dijo Ishizu a Seto.

-Empiece usted- dijo Atem.

Ishizu no dijo nada, solo actuó.

-Invoco a Fera Limp en modo de defensa- dijo Ishizu de la forma mas indiferente que pudo.

-Invoco una carta en modo de defensa y una bocabajo- terminó Atem su turno.

-Uso Cuerno del Unicornio para aumentar el poder de ataque de mi monstruo y ataco la carta bocabajo-

Atem volteó su carta y era el Espiritu del Arpa 2000 DEF contra 2000 de ATK.

-Y uso mi carta boca abajo- dijo Atem mientras volteaba su carta – Woaboku.

El duelo continuo. Ishizu quería perder antes de sacar a La Maga Obscura, pero si Seto se daba cuenta de que perdía apropósito se cancelaría el trato. Conforme el duelo avanzaba, Ishizu decía odiar a Atem y amar a Seto como se lo había pedido su marido. Atem no sabía por que la constante mención de sus sentimientos, pero no le dio importancia.

-Ataco con mi Rey Goblin a su Gai- dijo Ishizu manteniendo la frialdad en sus palabras.

El duelo avanzó, ambos iban muy parejos en puntos de vida y el momento que Seto esperaba había llegado, La Maga Obscura ya estaba en la mano de Ishizu.

-Sacrifico a La Cebra Obscura y a Pequeño Dragón para invocar a El Mago Obscuro- dijo Atem.

-Paso turno- siguió Ishizu.

-Ataca Mago Obscuro a su carta boca abajo- prosiguió Atem.

-Kuriboh, multiplicate- dijo Ishizu mientras volteaba una carta boca abajo.

-¡Usa la carta!- ordenó Seto que estaba atrás de Ishizu.

-¿Kuriboh?- preguntó Atem- No, eso aumentará el poder del Rey Goblin.

-Para que la carta de Kuriboh salga del campo debe eliminar a todos- dijo Ishizu después de asentar con la cabeza a lo que Seto le ordenaba.

-Pongo una carta boca abajo- dijo Atem un poco preocupado por el poder del monstruo de Ishizu.

-Sacrifico a mi Rey Goblin…- decía Ishizu.

-¿Qué? Pero si tiene mas 5000 puntos de ATK por su habilidad especial- se sorprendió Atem.

-Y a La Mano Mística para invocar a La Maga Obscura- dijo Ishizu.

-¡Esa carta!- exclamó Atem -¿Dónde la conseguiste?-preguntó Atem mientras se levantaba exaltado de su asiento.

Ishizu se quitó la máscara y aunque su rostro mostraba frialdad hacia Atem, sus ojos mostraban tristeza.
En ese momento, todos los recuerdos de Atem con respecto a Ishizu y la noche en que se vieron en el Nuevo Egipto regresaron a su cabeza, pero estaba muy confundido con lo de aquella noche y lo que Ishizu había estado diciendo durante el duelo.

-Mana- dijo Atem- ¿Qué sucede?

-Ella es mi esposa- dijo Seto – También ya tenemos un pequeño hijo, Mokuba.

-Espero que con esto se olvide de mí- dijo Ishizu – Yo amo a mi esposo-

Seto abrazó por detrás a Ishizu.

-¿Qué esta sucediendo?- volvió a preguntar Atem mas confundido al ver a Ishizu llorar.

-Tome- dijo Ishizu mientras le devolvía la carta de La Maga Obscura a Atem- No necesito nada de usted.

De los ojos de Ishizu brotaron lágrimas que Seto no pudo ver por su posición. Atem estaba mas confundido al ver que Ishizu le devolvía la carta pero no dejaba de llorar.

-Quédatela- dijo Atem imaginándose el por que del rechazo- Es tuya, haz con ella lo que quieras.

Ishizu no pudo quedarse mas tiempo ahí, tomó su baraja y se fue de ahí, justo a tiempo, por que Seto tenía la intención de romper la carta.

-Espero y estés convencido de las habilidades de mi esposa, y mas aun de sus sentimientos- dijo Seto sonriendo.

Después de eso, Seto salió del lugar y fue tras Ishizu que estaba llorando.

-Ya no llores- dijo Seto – Podrás ir a ver a tu hermano y terminar tu viaje.

-No creo que pueda perdonarte esto- dijo Ishizu – Y tampoco creo que me lo pueda perdonar a mí – pensó.

Atem estaba seguro de que lo Ishizu hizo fue por orden de Seto, así que quizo buscar la forma de llevársela consigo. Cuando todo estaba planeado, Atem se enteró que Ishizu se había marchado.

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

Bueno, les dejo un par de notas.
1º Yo quería ponerles una canción de cuna egipcia, pero por mas que estuve buscando no encontrñe ninguna y me invente la mía, pero está mal, por que hasta donde sé en Egipto en esa época no hay miel. Jiji.
2ºLa carta Rey Goblin si existe, yo la tengo, pero me falta el multiplicador para mi Kuriboh ¿Alguien lo tiene?

CAPITULO 10: "LA MUERTE DE UN SER QUERIDO"

Sayonara

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

Pido una disculpa, olvidé poner la habilidad del Rey Goblin:

ATK 0 DEF 0
Habilidad-º Por cada monstruo tipo Fiend en le campo, el Rey Goblin recibe 1000 puntos de ATK.

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

Jaja que importa lo de la miel xD
ese es tu toque en la cancion ^^
Me gusto mucho la continuacion, pobre ishizu no hace otra
cosa que sufrir su unica felicidad ha sido ver a Atem y tener a
Mokuba.

siguele pronto

Catsu

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

hola ishizu que bien actualizaste mucho me gusto tu actualizacion estuvo muy dramatica (todas la mayoria) pero aun asi muy bonitas nooo yo no queria que ishizu se casara con Seto yo la queria para Atem ._. bueno que se le va a hacer espero pronto tu actualización
adios
Atte. Ali2

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

CAPITULO 10: “LA MUERTE DE UN SER QUERIDO”

Ishizu reanudó su viaje, como primer destino fue a Argos a ver Marik, que, para esas fechas, ya debía estar casado con Selene.


-¡Marik!- exclamó felizmente Ishizu- ¡Que gusto verte!

-¡Hermana!- continuó Marik –Estaba preocupado. No te comunicas.

-Lo siento, es que no podía hacerlo- contestó Ishizu.

-Y dime ¿Regresaste con el Faraón?- preguntó Marik- Mira que mi querida Selene y yo estamos esperando a nuestro primer hijo.

-La verdad es que- comentó Ishizu un poco apenada – Ya eres tío.

-¿Cómo? ¿Dónde esta mi sobrino?- preguntó Marik muy sorprendido - ¿O acaso es sobrina?

-Es un niño, acaba de cumplir tres años – contestó Ishizu.

-Regresaste como te lo dije- siguió Marik muy feliz- Me alegra oír eso. ¿Pero donde está tu familia?

-La verdad es que…- contestó Ishizu muy triste.

Ishizu le contó todo lo sucedido a Marik y de cómo ella convenció a Seto para que la dejara viajar.

-Que tonta hermana- dijo Marik muy decepcionado y algo enojado – Querías casarte con quien amaras, pero no querías a un Noble por esposo. Y mírate, casada con un Rey al que no amas.

-Lo se hermano, pero yo ¿como iba a saber que él me estaba esperando?- se defendió Ishizu –Para cuando me di cuenta que era tonto no estar a su lado pensé que el me odiaba, o tal vez simplemente se había olvidado de mí.

-Y cuando se volvieron a ver ¿Por qué no te fuiste con el?- preguntó Marik- Tu pudiste haber detenido el tiempo para irte con él sin riesgo a que los atraparan.

-Tu sabes que solo puedo hacer eso una vez en toda mi vida- contestó Ishizu- Y es mejor usar ese poder para salvar la vida de alguien, no para caprichos míos. Se lo prometí al abuelo.

-Hay hermana, esa cualidad tuya de cumplir tus promesas haciendo todo a tu alcance es buena – comentó Marik – Pero debes aprender a medir las consecuencias de lo que afecte tu promesa.

-Si, tienes razón- contestó Ishizu.

Ishizu volvió a quedarse en la casa con Marik y Selene, pero llegó el momento en que debía partir.
Ishizu siguió con sus viajes aprendiendo nuevas cosas. Un día, se dio cuenta de algo importante.

-A pesar de lo que ha pasado, extraño a Seto- se dijo- No lo amo, pero el vivir ese tiempo con el, ha hecho que le tome cariño. Pero no puedo perdonarlo por lo que me hizo hacer.

Ishizu decidió que era momento de regresar, además de que quería estar presente en el cuarto cumpleaños de Mokuba, y en el de Seto, que cumpliría 26 años.
Ishizu regresó al palacio, pero Seto se encontraba en batalla.

-¡Mamá!- exclamó Mokuba muy feliz.

-¡Hijo! Que alegría que estés bien- dijo Ishizu mientras abrazaba a Mokuba.

-¿Dónde esta tu padre?- preguntó Ishizu muy feliz.

-No está- contestó Mokuba- Padre está en el desierto. Dijo que esta vez mataría a todos, inclusive al Rey que te había llevado.

-Pero si a mí no me llevó nadie- dijo Ishizu riéndose para esconder que estaba enojada -¿Acaso no recuerdas que te dije que me iría a ver a tu tío?

-Pero padre me dijo que el Faraón del otro reino te había llevado- dijo Mokuba muy confundido.

-Hay tu papá, como le gusta inventar historias- dijo Ishizu que no se aguantaba las ganas de gritar - ¿Sabes cuando volverá?- preguntó muy tranquila.

-No mamá- contestó el niño.

-¿Qué te parece si hoy duermes conmigo?- preguntó Ishizu a su hijo.

-Pero a padre no le gusta eso- contestó el niño.

-Pero tu padre no está- dijo Ishizu - ¿Qué dices?

-Si mami- contestó Mokuba muy feliz.

Esa noche, Ishizu durmió con su hijo un tanto molesta por lo que Seto le había dicho a Mokuba.
En la mañana, Ishizu estaba mas tranquila por lo del día anterior, y para recordar por que había regresado tan pronto, comenzó a escribirlo para que se le pasara mas rápido el enojo.

-Mamá- dijo Mokuba- Vamos a bañarnos.

-Si- contestó Ishizu – Ya voy.

Ishizu dejó a la mitad sus escritos en su cama mientras se iba a bañar. Antes de que salieran del baño, Seto regresó con toda la tropa y le dieron la noticia de la llegada de Mana al palacio. Una vez más no lo quiso demostrar, pero estaba muy feliz que corrió a la habitación disimuladamente para verla. En la habitación no había nadie, pero Seto vio los escritos y comenzó a leerlos.

​

He viajado por mucho tiempo. Conocí a mucha gente en mis viajes, pero una es la que menciono el día de hoy. El, es alguien que conocí como a cualquier persona. Con el tiempo el dijo que me amaba, pero yo no creí eso. Después de tanto viaje pude darme cuanta que lo extrañaba, y que sería mejor permanecer a su lado para evitar tragedias. No se como decirle esto a mi Rey, pero espero que comprenda, por que lo hago por el bienestar de todos los involucrados en todo esto; eso no quita que lo sigo queriendo.​

Mi esposo debe comprender todo, y si no lo llega a hacer…​

Ahora, para darle fin a mi viaje, he decidido ir con mi hijo a los brazos de esa persona que talvez nunca llegue a amar, pero aunque me duela admitirlo lo quiero. Su nombre es..​

​

​

Cuando Seto vio este texto incompleto, pensó que Ishizu hablaba de alguien mas, así que lleno de celos y furia, salió corriendo de la habitación.

-¿Dónde esta? ¿Dónde esta? – preguntó Seto a todos en el palacio refiriéndose a Mana.

-¿Quién Alteza?- preguntó un valiente, pues todos estaban asustados por la actitud rabiosa de su Rey.

-¿Donde esta Mana?-dijo Seto con mucho trabajo por el enojo.

-Se encuentra duchándose con el príncipe- contestó el valiente con mucho miedo.

Seto corrió a donde su familia. Entró al baño donde Ishizu, ya vestida, terminaba de arreglar a su pequeño.

-MANA- gritó Seto furioso.

-¡Seto!- exclamó Ishizu feliz mientras volteaba – Ya estas aquí.

-Ven conmigo- dijo Seto jalándola del brazo muy agresivamente.

-¿Qué te pasa?- preguntó Ishizu asustada por su actitud – Suéltame, me estas lastimando.

-MAMA- comenzó a gritar Mokuba muy asustado.

-Mokuba, por favor ve a tu cuarto- pidió Ishizu mientras era jalada por Seto que no le importaba su alrededor.

-MAMA- siguió gritando el niño llorando mientras veía como se llevaban a Ishizu.

Seto llevó hasta la habitación a Ishiuz donde estaban los escritos. Todos en el palacio veían la escena sin decir ni hacer nada. Una vez adentro, Seto cerró la puerta con furia y jaló a Ishizu hasta la cama donde estaba lo que le tenía perturbado.

-¿QUE SIGNIFICA ESTO?- preguntó gritando Seto agresivamente mientras tomaba las hojas y se las mostraba a su esposa.

-Esto es…- dijo Ishizu.

Seto no la dejó acabar –Yo, hice muchas cosas para que me quisieras, conoces a alguien un par de meses y piensas escapar con él llevándote a mi hijo.

-Tranquilo…- dijo Ishizu una vez más interrumpida.

-Hasta aquí se acaba el trato, jamás te dejaré salir del palacio – dijo Seto.

-Pero…- titubeó Ishizu por que estaba asustada – Deja que te…

-Olvida todo lo que teníamos acordado- dijo Seto –Estarás conmigo quieras o no.

El tiempo pasó dentro de la habitación. Unas horas después Seto salió mas tranquilo.

-Vigílenla- ordenó Seto que veía a sus sirvientes atónitos.

Ishizu estaba en la habitación llorando mientras se vestía y con unas pulseras en forma de esposas en las muñecas.

-Ahora que ha anulado mi magia no podré defenderme- pensó Ishizu mientras lloraba.

Después de ese día, todo cambió dentro del palacio; Ishizu y Seto ya no cruzaban palabra; ella procuraba estar lo mas lejos de él y el ambiente en donde ellos dos estaban juntos era tenso.
Seto se encargó de que Atem no se enterara del regreso de Ishizu, para que no intentara llevársela.
Así pasó el tiempo con el cumpleaños de Seto y las cosas seguían igual.
Una noche, Seto despertó a Ishizu y a Mokuba, sin ninguna explicación se los llevo.

-¿Qué sucede?- preguntó Ishizu preocupada.

-Mamá tengo sueño- dijo Mokuba bostezando.

-Ahora voy a acostarte- contestó Ishiuzu mientras cargaba a su hijo para llevárselo.

-No se vayan- ordenó Seto.

-Mokuba tiene sueño – dijo Ishizu dando la media vuelta.

-Tienen que venir – dijo Seto mientras jalaba a su esposa.

-Padre, quiero ir a dormir- dijo Mokuba a punto de llorar.

-Solo quiero que vengan un momento y se podrán ir a acostar- dijo Seto.

Seto llevó a su familia a un cuarto que se encontraba oculto en el palacio. Dentro, había un altar donde se encontraban 3 cartas.

-¿Ves eso?- preguntó Seto – El Dragón de Ojos Azules es el símbolo de mi familia.

-Pero aquí hay tres- dijo Ishizu muy sorprendida con lo que decía.

-Así es – afirmó Seto – Es la representación de nuestra familia.

Seto puso a Ishizu contra la pared.

-Escúchame bien – murmuró Seto – No quiero que le enseñes este lugar a nadie. Si algo llega a pasarme antes de que Mokuba tenga edad suficiente, tú tomaras el poder para combatir al enemigo.

-Yo no…-

-Promete que lo combatirás o no dejaré que vuelvas a ver a Mokuba- interrumpió Seto.

-No te atreverías – dijo Ishizu no muy convencida de sus propias palabras.

-¡Pruébame!- dijo Seto- Te arrepentirás.

-Padre, no lastimes a mamá- rogó Mokuba mientras jalaba la capa de este.

-¡Mokuba!- exclamó Ishizu – No te acerques, todo está bien.

Mokuba obedeció y solo miró.

-Esta bien- contestó Ishizu conteniendo el llanto para que Mokuba no se asustara más.

-Ahora dilo tu- ordenó Seto – No te creeré hasta que lo oiga de tu boca.

-Prometo no decirle a nadie sobre este lugar- obedeció Ishizu.

-Combatirás al enemigo y usarás al Dragón de Ojos Azules para eso- dijo Seto.

-Si, también combatiré a tu enemigo usando la carta de tu familia- siguió Ishizu.

-Y no te casarás con él – dijo Seto refiriéndose a Atem – Con cualquiera menos son él.

-Si, no lo haré- dijo Ishizu.

Seto soltó a Ishizu y se acercó a Mokuba.

-Mira hijo- dijo mientras le enseñaba una de las cartas.

-Algún día usaras esto para pelear- le dijo- No reveles a nadie este lugar ¿Entendido?

-Si padre- contestó Mokuba.


El tiempo pasó y la guerra continúo. Un día, Seto encerró a Ishizu y Mokuba.

-¿Qué te pasa?- preguntó Ishizu.

-Queden se aquí- ordenó Seto.

-¿Pero que está pasando?- preguntó Ishizu pidiendo una explicación.

-Hay una epidemia muy grande- explicó Seto – Queden se aquí hasta que se acabe. Les mandaré lo que necesiten, pero no salgan de aquí- Seto se echó a correr antes de que Ishizu pudiera decir algo.

-¡ESPERA!- gritó Ishizu, pero era demasiado tarde.

Seto los encerró muy bien, Ishizu seguía con las esposas mágicas que le impedían usar su poder para poder salir del lugar. Pasó una semana y por fin, alguien llegó y abrió la puerta.

-¡Alteza!- exclamó un lacayo muy alarmado – ¡El faraón está gravemente enfermo!

-¿Qué? – Preguntó Ishizu un tanto extrañada – ¿Nos protegió y no fue capaz de cuidarse? – pensó Ishizu.

-Fue atacado por la epidemia- dijo el hombre.

-¡Llévame con él!- ordenó Ishizu – Mokuba, quédate aquí.

-Pero Alteza, el Rey ordenó que no se le permitiera entrar- informó el sirviente –Solo se me ordenó que le avisara.

-Lléveme- volvió a ordenar Ishizu.

-Pero Alteza yo…- insistió el hombre.

Interrumpió Ishizu – ¡Hazlo! ¿Acaso me estas retando?- preguntó Ishizu muy enojada para que el cediera a su orden.

-No pero…- siguió el lacayo.

-Si no me llevas ahora mismo tendré que tomar otras medidas – siguió Ishizu.

-Si Alteza- contestó el hombre asustado.

Ishizu dejó a Mokuba en la habitación y salió para ir donde Seto.
Al llegar a la habitación, Ishizu vio a Seto muy mal en la cama con un montón de doctores y sacerdotes a su alrededor buscando la forma de bajarle la fiebre.

-¿Desde cuando está así?- preguntó Ishizu.

-¡Alteza!- exclamó uno de los sacerdotes - ¿Qué hace aquí?

-Tenía que venir a ver- contestó Ishizu.

-Pero el Rey ordenó…- explicó el sacerdote.

-Que no viniera- completó Ishizu –Lo sé, pero tengo que ayudar.

-Se puede contagiar- dijo el médico.

-No importa- dijo Ishizu.

Enseguida Ishizu se puso a ayudar aún en contra de lo que se había ordenado. La noche fue difícil, pero la fiebre comenzó a bajar.

-¿Por qué la preocupación es tan poca? – Se preguntaba Ishizu – Me siento más tranquila que cuando vi a mi Rey herido.

Todo salió bien y Seto comenzó a mejorar. Cuando despertó vio a Ishizu a su lado.

-¿Qué haces aquí? – preguntó Seto enojado.

Todos las personas menos Ishizu salieron al ver enojado a Seto.

-Debes reposar o recaerás- dijo Ishizu ignorando la pregunta.

-¿Qué haces aquí? – volvió a preguntar Seto levantándose de la cama.

-No te levantes, aun no tienes fuerza- dijo Ishizu mientras Seto caía por lo que se le dijo- No podía quedarme mas tiempo encerrada; además, no puedo dejar que mueras antes que yo.

Seto hizo una cara de desconcierto.

-No pongas esa cara- dijo Ishizu – Si mueres antes que yo seré enterrada contigo- terminó feliz de que Seto estuviera bien.

-No, si yo muero tú tendrás que terminar de educar a Mokuba y combatir al enemigo ¿Lo recuerdas?- contestó Seto.

-Peor aun- dijo Ishizu molesta.

Seto terminó por curarse y la epidemia disminuyó. Había pasado un mes a partir del cumpleaños de Seto.
Seto se estaba arrepintiendo por lo que le había hecho a Ishizu, pero una vez mas el orgullo no permitió el que se retractara de ello.
En la habitación de ambos reyes se estaba dando una charla.

-Quiero darte algo- dijo Seto de forma muy fría.

El sacó un pequeño cofre de madera fina que entregó a Ishizu.

-Ábrelo- ordenó Seto.

-No lo quiero- contestó Ishizu – No creas que con regalos vas a hacer que te perdone.

-Esa no es mi intención- dijo Seto – Ábrelo.

Ishizu termino por abrirlo. Dentro había un juego de joyas en forma de corazón, adornadas con piedras rojas (anillo, gargantilla, aretes, pulsera y un broche).

-Esas joyas fueron de mi madre- explicó Seto- Ahora son tuyas.

-No las quiero – respondió Ishizu mientras entregaba el cofre a Seto.

-A mi no me sirven- dijo Seto alejandose de Ishizu- Quédatelas.

-Pero…-

-Regálalas si quieres, son tuyas- dijo Seto- Mañana me voy de nuevo a luchar- Cambio el tema.

-Lo se- dijo Ishizu dejando el cofre en la cama.

Seto, que estaba de espaldas a Ishizu se volteó con algo en las manos.

-¡El Cetro del Milenio!- exclamó Ishizu- ¿Por qué me sorprendo?- pensó.

-¡Ah! Con que conoces los Artículos del Milenio- dijo Seto escondiendo su sorpresa –Nunca dejas de darme sorpresas.

-Por supuesto, mi Rey…-

-DEJA DE DECIR ESO- grito Seto.

-El tiene el rompecabezas- dijo Ishizu como si nada- ¿Por qué hasta ahora lo sacas?

-Iré a una batalla que será más grande que cualquiera de las que he ido- explicó Seto – Para mañana te olvidarás de él.

-¿Qué pretendes hacer?- preguntó Ishizu muy asustada.

-Ya lo verás – dijo Seto saliendo de la habitación y se fue a la lucha.

Esa noche, Ishizu no pudo dormir y se la pasó junto a la ventana para enterarse de cualquier cosas que pasara lo antes posible.
Seto se acercó al campo de batalla donde Atem ya se encontraba.

-Antes de empezar tenemos algo que hablar – dijo Seto.

-¿Cómo esta Mana?- preguntó Atem preocupado por que no sabía que ella ya había regresado a salvo al palacio.

-Hablemos- reiteró Seto.

Ambos hablaron a solas y después comenzó la gran batalla.
Al amanecer, Ishizu oyó alboroto por la llegada de Seto al palacio, pero Ishizu no sabía si salir.

-¿Qué debo hacer?- se preguntaba muy preocupada- ¿Qué habrá pasado?

Ishizu decidió salir y justo cuando abrió la puerta, los lacayos se dirigían al cuarto cargando a Seto en una especie de camilla.

-¡Alteza!- exclamó un sacerdote –Urge atenderlo.

-¿Qué pasó?- preguntó Ishizu asustada – No, mejor llévenlo a la cama.

Una vez que Seto estaba ahí aparentemente desmayado, el sacerdote explico a Ishizu lo que había pasado.

-Hubo un duelo donde se apostó la vida de ambos contrincantes- contó el sacerdote – Pero antes tuvieron…

-¡ESTA DESPERTANDO!- gritó uno de los doctores.

Todo mundo atento se acercó al Rey, Mokuba entró a la habitación en ese instante.

-Mamá, ¿Qué pasa?- preguntó el pequeño.

-Mokuba, ve a tu cuarto, mas tarde te explicaré- dijo Ishizu mientras llevaba de regreso a su hijo.

-MANA- gritó Seto con mucho esfuerzo.

-Ve hijo- dijo – Ahora voy contigo.

Ishizu se acercó a Seto.

-Ahora te corresponde a ti pelear- dijo Seto.

-¿Qué?- preguntó Ishizu asustada- ¿De que estas hablando?
-Perdí- dijo Seto enojado consigo – Perdí y ahora moriré. Pero tú debes defender el reino.

-Pero…- dijo Isizu sin poder terminar su oración por la tristeza que invadía su cuerpo.

-¿OYERON?- preguntó Seto a los otros presentes –Ella no será enterrada conmigo. Es una orden.

-Si Alteza- contestaron con desconcierto.

-Ahora, salgan todos de aquí- ordenó Seto – Por favor, trae a Mokuba – Pidió a Ishizu.

Todos salieron de la habitación e Ishizu por primera vez obedeció sin peros.

-Acérquense- pidió Seto- Quiero ver una vez mas a mi familia. Aunque sea la última vez.

-¿Qué le pasa a padre?- preguntó Mokuba.

-Solo…- titubeó Ishizu por que estaba sollozando –El se irá.

-¿A dónde mamá?- preguntó Mokuba extrañado.

-Al inframundo- contestó Ishizu rompiendo en llanto.

-No llores mami- dijo Mokuba – El no lloró cuando te fuiste.

-Después de tanto mal que te he hecho aun lloras por mí- dijo Seto mientras reía un poco.

-¿Qué esperabas?- preguntó Ishizu mientras se hincaba junto a la cama – Como sea vivimos y eres el padre de mi hijo.

Mokuba aun no entendía muy bien, pero se acercó a Ishizu.

-Mamá, ¿Dónde es el inframundo?- preguntó Mokuba- ¿Dónde mamá?

-Ven aquí- dijo Ishizu mientras lo abrazaba.

-Escúchame bien Mokuba- dijo Seto – Debes cuidar a tu madre por que no voy a regresar.

-No padre, no te vayas- pidió Mokuba llorando – Me portaré bien.

-Tú siempre te has portado bien- dijo Seto orgulloso- Pero me están llamando.

-¿No vaya padre?- pidió Mokuba- Mamá está llorando, no vaya.

-Si por mi fuera me quedaría a su lado por siempre- dijo Seto – Pero ya comprendí que no es feliz.

Al escuchar esto, Ishizu alzó la mirada desconcertada por lo que oía.

-Ella nunca fue feliz a mi lado- dijo Seto- Lo único que la hizo sonreír a mi lado fue cuando tu llegaste.

-¿Qué dices?- preguntó Ishizu.

-No, mamá te quiere- dijo Mokuba sin dejar de llorar.

-Cuando muera…-dijo Seto.

-No, espera aun no…- dijo Ishizu aun llorando.

-Cuando muera, entierra conmigo esa promesa que te obligué a hacer- dijo Seto – Esa promesa debe morir conmigo, para que tu seas feliz al lado de él.

-Pero Seto…- sin terminar la oración, Ishizu tomó las manos de Seto y él tomo las suyas – Tu…

-Ya no preguntes- dijo Seto –Solo hazlo.

-Padre- siguió Mokuba- No se vaya.

-Pero…- fue interrumpida Ishizu.

-Quisiera que me cumplieras un deseo- pidió Seto.

-¿Qué es?- preguntó Ishizu mientras apretaba sus manos mas fuerte- Dimelo.

-Todo el tiempo que estuvimos juntos, yo era el que te besaba- explicó Seto – Yo…

-Lo haré- interrumpió Ishizu.

-Mamá, no dejes que se vaya- seguía insistiendo Mokuba.

-No llores hijo- dijo Seto – Debes hacerte fuerte par a que cuides a tu madre.

Ishizu se levantó del piso, se acercó a los labios de Seto para cumplir su deseo sin soltar sus manos y aun con lágrimas en los ojos. Apenas Ishizu se alejo de Seto y…

-Gracias- dijo Seto – Te amo- sonrió- Y perdon…

Seto comenzó a soltar las monos de Ishizu, su cuerpo quedó inmóvil, sus ojos perdieron la luz de la vida y su última palabra no fue completada.

-¡SETO!- gritó Ishizu llorando más fuerte - ¡SETO!

-Mamá- dijo Mokuba- ¿Qué le pasa a padre?

Ishizu abrazó a Mokuba.

-Ya se fue- contestó Ishizu- Ya se fue.

Cuando Ishizu se tranquilizó y Mokuba se durmió, ella salió con su hijo en brazos a dar la noticia a todo los que esperaban fuera de la habitación.

-El Rey Seto ha muerto- anuncio Ishizu fríamente.

Ishizu dio la orden para que se hicieran los preparativos para el entierro; ella ocultó cualquier sentimiento con respecto a lo sucedido. La guerra ceso por un momento.
Pasados tres días, se realizó el entierro y el anuncio de que Ishizu tendría el poder absoluto sobre el Nuevo Egipto hasta que Mokuba cumpliera 16 y tomara el poder; todo como Seto dejó dicho.
Al siguiente día del entierro, una carta del Viejo Egipto llegó a manos de Ishizu.

Bueno, un poquito tarde pero aquí esta la continuación.

CAPITULO 11: "UN NUEVO COMIENZO"

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

CAPITULO 11: "UN NUEVO COMIENZO"

-¡Alteza!- exclamó el anunciante -Un mensajero del Viejo Egipto quiere verla. ¿Lo dejo entrar?

-Adelante- contestó Ishizu disimulando alegría -¿Cómo puedo alegrarme después de lo que sucedió?- pensó.

-Alteza, ¿no cree que es peligroso?- preguntó preocupado uno de los consejeros.

-Si viene en tregua no hay por que alarmarse- contestó Ishizu.

El mensajero entró al salón donde Ishizu lo esperaba con alegría.

-Alteza, mi Rey me ha confiado la misición de traerle personalmente esta carta- dijo el mensajero mientras se acercaba para dársela.

-¡Un momento!- detuvo el consejero arrebatándole la carta- Es peligroso que la tome sin pensar en las consecuencias Alteza.

Antes de que el consejero abriera la carta, Ishizu se la arrebató enseguida.

-¿Ahora ya estas seguro de que no hay peligro?- preguntó Ishizu mientras abría la carta.

-Si Alteza- dijo conformandose el consejero.

Ishizu abrió lo mas rápido que pudo la carta, pues estaba anciosa por saber lo que Atem le había escrito. Cuando la abrió, comenzó a leer para sí misma.

22 Dyehuty
Saludos Alteza.
Quisíera solicitar una reunión con usted, con motivo de la situación política de nuestros reinos para llegar a un acuerdo.
La reunión se llevará acabo en los límites de ambos reinos antes del atardecer dentro de dos días.
Sin más que decir y esperando que acepte mi propuesta, me despido.

ATEM.

Cuando Ishizu terminó de leer la carta, quedó un tanto descepcionada, voteó a ver a su consejero.

-¿Qué dice la carta Alteza?- preguntó el concejero preocupado por la cara de Ishizu.

-¿Cree que sea lo mejor ir?- preguntó Ishizu dándole la carta y aunque su respuesta sería afirmativa sin importar la opinión.

El consejero dio a leer al resto de sus compañeros la carta y después de una discución, pensaron que sería buena idea ir, para que Ishizu aprendiera, según ellos, sobre la guerra, ya que era la primera mujer que tenía el poder absoluto en Egipto.

-Dile a tu Rey que asistiré a la reunión- dijo Ishizu al consejero de Atem.

-Si señora- contestó el mensajero que salió enseguida del palacio para dar la respuesta a su Rey.
El inesperado día llegó, todos estaban nerviosos por que no sabían como iba a salir todo.
Ishizu llegó a los límites de ambos reinos con sus consejeros y guardias a una pequeña casa de campaña donde Atem la esperaba. Mientras Ishizu entraba, llegó a su mente un recuerdo de cuando Seto había muerto y Mokuba ya estaba dormido.

***** FLASH BACK *****

-Se que me dejaste acargo- dijo Ishizu -pero estoy en desacuerdo.Yo no sé como dirigir un país.

Ishizu abrazó por un momento a Seto antes de salir de la habitación, pero en un bolsillo encontró una pequeña nota que tenía el nombre "Mana". Ishizu lo abrió enseguida.

Querida Mana:
Esta nota la escribí por que sé que no me daría el tiempo para decirte esto:
Apesar de que me desagrada la idea de que estes en los brazos de él, me dí cuenta de que solo así serás feliz. Pero si con él te vas a casar, quiero que me prometas que no le otorgarás a él, el cotrol de nuestro reino. Este país es de nuestro hijo y de nadie mas.
No quería decirtelo enfrente de Mokuba, por eso hice esta nota esperando que la encuentres.
Me despido de ti, que te eestaré esperando en el otro mundo.

SETO.

-No se si él quiera eso, pero está bien- dijo Ishizu- Prometo no otorgarle el poder en el reino, solo por nuestro hijo.

En ese instante, las esposas que tenía Ishizu la soltaron.

-Ahora entiendo- dijo Ishizu con una sonrisa y los ojos lloroso- Esas eran las palabras mágicas para quitarme las esposas, pero sigue siendo una promesa.

**** FIN DE FLASH BACK *****

Ishizu miró sus muñecas ya dentro de la casa.

-Mi mágia ha regresado- pensó Ishizu.

Ishizu entró al cuarto donde Atem estaba con su gente así como ella.

-Buenas tardes- saludó Atem.

-Buenas tardes- contestó Ishizu.

En medio de la casa, había una mesa con dos sillas muy elegantes. Atem invitó con una seña a Ishizu a sentarse, y como todo un caballero, esperó a que ella se sentara para continuar el.
Una vez los dos sentados, todo quedó en silencio, el hambiente era tenso y todo mundo estaba en alerta.

-¿Para que me ha citado?- preguntó Ishizu para romper el silencio.

-Quisiera llegar a un acuerdo para llegar a la paz- contestó Atem.

-No piense en subestimarme por ser mujer- dijo Ishizu.

-Yo no subestimo a mis contrincantes- contestó Atem- Y mucho menos cuando conozco sus habilidades.

-¿Entonces en que piensa?- preguntó Ishizu.

-¡NO ENTREGAREMOS EL REINO!- gritó uno de los guardias muy alterado.

A la reacción de este, todos se alertaron y estaban listos para atacar.

-No entregaremos nada- dijo Ishizu tranquilamente- Creo que el hambiente está muy tenso.

-Si- contestó Atem -Sugiero que mejor hablemos a solas para evitar algun accidente.

-Si- contestó Ishizu.

Ambos ordenaron a sus seguidores que dejaran el lugar, y después de varias objeciones, no tuvieron otra alternativa que obedecer.
Cuando se quedaron solos, ambos estaban ya levantados de la mesa mirandose frente a frente sin decir nada por un tiempo.
Cuando Atem iba a correr hacia donde Ishizu, lo detuvo una pregunta que lo congeló.

-¿Qué fue lo que pasó?- preguntó Ishizu.

-El pidió un duelo de las sombras apostando energía- contó Atem - Pero al llegar a cero, tendríamos suficientes energías para despedirnos de tí, según el que perdiera.

-Me dolió- dijo Ishizu- Con el tiempo le agarré cariño. Pero nunca se comparará a lo que siento por usted.

Ishizu corrió hacia donde estaba Atem y lo abrazó.

-Pensé que ya no te importaba- dijo Atem mientras le correspondía el gesto.

-Mi Rey, cuanto lo he extrañado- dijo Ishizu aún con respeto.

-Deja de decirme así- pidió Atem- Ahora somos iguales.

-Pero yo no debería estar aquí- contestó Ishizu llorando.

Atem la tomó de la cara y la miró con ternura.

-Eso ya no importa - dijo Atem - Lo importante es que ahora estamos juntos.

Al terminar su oración le dió un beso, Ishizu no lo pensó dos veces y le correspondió.

-Ahora, lo de el tratar de hacer la paz, no solo fue un pretexto para verte- dijo Atem.

Ishizu, solo se sorprendió y dejó que Atem siguiera.

-De verdad quiero que se acabe la guerra- siguió Atem- Y la mejor forma que hay para eso es que...

-No caye- pidió Ishizu alejandose de él.

-No me hables así por favor- suplicó Atem.

-Lo siento- se disculpó Ishizu.

-Esta bien, no importa- dijo Atem - Lo que quiero decir es que ¿Te quieres casar conmigo?

Ishizu se quedó pasmada por que no esperaba esa pregunta.

-Por favor, una vez me rechasaste- dijo Atem - Dime ahora si realmente me quieres. Si no es así, por favor no sigas dandome esperanzas.

-Lo siento- se disculpó Ishizu - Realmente mis sentimientos son cinseros. Pero no puedo aceptar por que ahora no solo debo pensar en mí.

-¿Qué es lo que te detiene?- preguntó triste Atem.

-Como dije, no puedo entregarte el reino que me dejó Seto y....- dijo Ishizu.

-No me importa el reino- interrumpió Atem - Solo quiero estar a tu lado.

-Pero no es solo eso- dijo Ishizu - Mi hijo... No se como lo tomaría.

-Yo no le haré daño a tu pequeño- dijo Atem - Si de tí a venido, ten por seguro que lo querré mucho.

Ishizu sonrió con la respuesta de Atem y lo volvió a abrazar.

-Ahora solo queda un inconveniente- dijo Ishizu.

-¿Cúal?- preguntó Atem muy preocupado.

-No podemos salir de aquí y decir que nos vamos a casar- dijo Ishizu -Eso no es normal, además de que cosas de este tipo hay que consultarse.

-Tienes razón- dijo Atem mientras le tomaba las manos -Pero no puedo estar mas tiempo lejos de tí.

Ishizu y Atem quedaron en que debían esperar un tiempo, y no anunciar nada, si no sugerirlo enfrente de sus consejeros y hacer argumentos para convencerlos de apoyar la idea.
Justo, una semana antas de que llegara el cumpleaños de Mokuba, los consejeros aprovaron la idea de la boda con desconfianza y duda.
Ishizu pidió a Atem que esperaran un poco mas para que Mokuba asimilara la situación.

-Esperaré- dijo Atem - El tiempo que pidas esperaré.

-Gracias por entenderme- agradeció Ishizu - Solo te pido esperar dos semanas despues de la celebracion de Mokuba.

-Estaré feliz cuando llegue el día- dijo Atem.

El tiempo pasó y el gran día llegó. Todo estaba listo, solo faltaba una hora para que ellos dos estuvieran juntos.

Aquí dejo el capítulo, espero y le haya gustado.

CAPITULO 12: "¿Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE?"

No crean que la historia acaba aquí, aun quedan dudas por resolver.


​

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

Que bien, has puesto dos continuaciones seguidas ^^
la muerte de seto es una lastima y aunque fuera un ser
frio ishizu se encariño, me emociona la idea de que Ishizu y Atem se case.
No creo en finales felices, veremos q pasa.

Cuidate!

Catsu

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

CAPITULO 12: “¿Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE?”

La boda se llevaría acabo frente a las tierras sagradas, que se encontraba en el centro de todo Egipto, así, todos en ambos reinos podrían asistir a la unión de ambos reyes. Para los lacayos, esta boda significaba el fin de la guerra; para la pareja, era algo más que eso.
En medio del desierto se colocaron tiendas de campaña bien distribuidas para los invitados, una más grande para los novios y un altar preparado para la unión. Ninguna de estas preparaciones traspasaba los límites que iniciaban el inicio de las tierras sagradas.
Tan solo faltaba una hora para el momento que Ishizu y Atem habían estado esperado desde hacía años.
Atem en una de las casas de campaña se terminaba de arreglar para el momento.

-¡Esto es un insulto!- exclamó Shada- ¿Cómo casarse en medio del desierto?

-Eso no importa- dijo Atem mientras afinaba los últimos detalles - Después de todo seremos bendecidos por las tierras sagradas.

-No creo que esto sea buena idea- siguió Shada – Así no debe ser la boda de un Rey.

-Eso es lo de menos- dijo Simon – Por que al fin llegará la paz al país.

-¿Por qué no esperaron a construir un palacio cerca de las tierras sagradas?- preguntó Shada por que en realidad no estaba muy de acuerdo con la boda.

-Estamos en medio de una guerra, no hay tiempo para eso- dijo Atem modelando su traje de bodas- ¿Creen que así está bien?

-Si Alteza, se ve bien- contestó Simon.

-Creo que saldré- dijo Shada- Con su permiso Alteza.

Shada salió del lugar y dejó solos a Simon y Atem.

-¿Cuánto falta?- preguntó Atem a Simon muy entusiasmado.

-Tan solo una hora- contestó Simon notando la emoción de Atem – Pero estoy seguro que para los que aman el tiempo pasa mas lento.

-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó Atem algo nervioso - ¡Explícate!- ordenó.

-No Alteza, solo un comentario- contestó Simon que ya había notado las miradas de Atem e Ishizu en cada reunión, a pesar de que fingían otras - ¿Quiere agua? Hace mas calor de lo normal- evadió.

-Si- contestó Atem mas tranquilo para evitar el tema.

Simon se dirigía fuera de la casa para ir por el agua, pues dentro del lugar se había acabado.

-De verdad no puedo esperar mas- dijo Atem deteniendo a Simon.

-Lo sé- contestó Simon con una sonrisa – Con su permiso Alteza.

Al mimos tiempo que esto sucedia, Ishizu se encontraba en el otro extremo a la casa de Atem, donde, al igual que él, se preparaba para la celebración en compañía de Mokuba.

-Mamá ¿Por qué te casas?- preguntó Mokuba – Espera a padre.

Ishizu tomó a Mokuba y lo sentó en sus piernas.

-Tu padre te dijo que no volvería- dijo Ishizu explicando.

-¿Por qué?- siguió preguntando Mokuba.

-El murió, ya te lo había dicho - dijo Ishizu tranquila - ¿Recuerdas que te dije como era eso?

-Si, pero ¿acaso no puede regresar?- preguntó Mokuba aun con esperanzas.

-No- contestó Ishizu- Recuerda que te dije que su cuerpo dejó de funcionar, y su Aj fue donde Osiris lo espera para su juicio. Si así lo quiere el tribunal, lo volveremos a ver en alguna de nuestras encarnaciones.

-Si mamá- dijo Mokuba triste.

-Ya no te preocupes hijo- consoló Ishizu tiernamente – Ya conociste a Atem, no te dañará.

-Si mamá- contestó mas triste Mokuba – Pero el no es padre.

-Lo sé- entristeció Ishizu por la actitud de su hijo- Pero así la guerra acabará y no tendrás que preocuparte por que a alguien mas muera.

-¿A dónde se llevará el dios Anubis a padre?- preguntó Mokuba

-A la sala de las dos verdades, Anubis pesará su corazón en su balanza, y del otro lado pondrá la pluma de Maat para averiguar si merece el paraíso y la reencarnación – explicó Ishizu.

-¿Qué pasa cuando no la merecen?- preguntó Mokuba preocupado.

-No te preocupes hijo mío, ya no tienes por que preocuparte más- dijo Ishizu – Ya verás que todo saldrá bien.

-Si mamá- dijo Mokuba confiando en las palabras de Ishizu

-Ahora, vamos a arreglarte a ti también- dijo Ishizu bajándolo de sus piernas.

-Pero mamá, ya me arreglaste- protestó Mokuba.

-Si, pero te ensuciaste al irte a jugar- dijo Ishizu mientras comenzaba a cambiarlo – Si Seto no llega a pasar la prueba, su corazón será comido por Ammit y volverá a morir – pensó triste – No debo pensar en eso.

La hora había llegado, los invitados, tensos por estar junto al enemigo, estaban sentados en unas sillas frente al altar, los civiles que habían asistido, se encontraban atrás de los que estaban sentados, pues eran los nobles; muchos guardias de cada reino vigilaban atentamente cualquier tipo de traición, pues nadie confiaba en nadie. La ceremonia comenzó.
Atem en el altar, veía llegar a Ishizu con Mokuba a lado hacia donde el estaba, en sus manos, había un ramo de flores de loto tan aromáticos que, hasta los invitados que estaban mas lejos del lugar por la multitud, alcanzaban a percibir el dulce aroma que estos despedían.

-Hasta el mismo Nefertum, envidiaría semejante aroma- dijo uno de los presentes.

Los corazones de ambos se aceleraron de emoción al verse en aquella situación. Una vez mas la cara de Ishizu estaba cubierta por el vestido, que este, a su ves, ocultó sus mejillas rosadas que no podían ser vistas por los invitados, pero al llegar frente a Atem, este le retiró el obstáculo que evitaba que la viera a los ojos, y así como pudo, el rubor de sus mejillas se había alejado.
Un sacerdote de cada reino, estaba presente para la unión, como imagen religiosa, tenían el privilegio de estar cerca de las tierras sagradas y la figura de Isis diosa del amor, por que a pesar de que la boda, a vista de todos, era solo un convenio de paz, en una boda no podía faltar.
Ishizu, se retiró por única vez el anillo hecho con aquellos dos que le habían dado, para que Atem se lo diera en la ceremonia. Ishizu, a su vez, mandó hacer uno parecido al que Atem le había dado para su esposo.
Al terminar la ceremonia, se leyeron los acuerdos establecidos:



Bajo este tratado, se declara la paz entre el Viejo y el Nuevo Egipto. Como acuerdo de ello, los Reyes respectivos, Atem Moto y Mana Kaiba, serán unidos en matrimonio bajo las siguientes circunstancias:

1.El derecho de mas de una esposa, no se le anulará al Rey, en el caso de la Reina, tendrá derecho solo a un matrimonio mas.
2.Al primer ataque por parte de alguno de los reinos, la paz será suspendida y el matrimonio anulado.
3.La autoridad de ambos Reyes seguirá siendo la misma en sus respectivos reinos, en el opuesto, tomaran un segundo papel.
4.La Reina, tiene por obligación concederle un primogénito varón al Rey, después de eso, ella tendrá derecho a negarse a estar con este.
5.Mokuba Kaiba será el heredero del Nuevo Egipto y el producto de la boda ya celebrada, será heredero del Viejo Egipto.


Estas y otras condiciones fueron leídas después de la boda ante todos los presentes, para finalmente ser firmadas por Atem, Ishizu, Simon y Shada como testigos del Viejo Egipto y Metternich y Nectanebo como testigos del Nuevo Egipto.
Después, una gran fiesta se celebró en honor a la unión de los reinos con esta boda. Hubo un gran banquete para los invitados, música, baile, entretenimiento, todo se disfrutaba a pesar de la desconfianza, que terminó olvidada por los invitados después de haber comido y bebido hasta perder los sentidos.
Atem, Ishizu y Mokuba se encontraban viendo todo desde unos temporales tronos. Tanto Atem e Ishizu, sabían que no debían perder los sentidos en una situación como esa, pero aunque la situación fuera la mas ventajosa, no querían dejar de sentir esa emoción de estar a lado de quien querían. Enfrente de todos no podían demostrar su felicidad ni aquello que querían decirse, pero esperaron pacientemente a quedarse solos.
Por fin llegó el momento que Atem e Ishizu esperaban, estar solos para demostrar su felicidad, lo que querían. Solos, en la habitación nupcial, se miraron a los ojos tomados de la mano.

-Ahora es momento de decirte lo que siento- dijo Ishizu dejando ver el sonrojado que estuvo evitando.

-Así como yo lo haré- siguió Atem.

-Quiero que me perdones por…-

-No, eso ya no importa- dijo Atem no dejándola terminar, poniendo su mano sobre los labios de su pareja.

Ishizu, tomó la mano de Atem que la había enmudecido para llevarla a su cara invitándolo a acariciarla.

-Ojalá y me hubiera de cuanto antes de que mi felicidad estaba a tu lado- dijo Ishizu sonriéndole.

-Ahora estamos juntos- contestó Atem – Y quiero que sepas que sin importar ese tratado, tu serás mi única esposa, mi único amor.

-Yo también te prometo, que serás es único esposo que tenga- dijo Ishizu –Y quiero que sepas que confío en ti, sin importar nada.

Ambos se besaron tierna y apasionadamente.
La noche pasó, para algunos como una noche mas; para otros una noche de paz; unos mas, como algo desagradable, pero para ellos, fue la noche en la que Jonsu celebraba su unión mostrándose completamente, para anunciar al resto del mundo que por fin, ellos estaban juntos.

A la mañana siguiente, muy temprano, ellos tendrían que separarse, por que tenían cosas que arreglar en sus reinos. Pero se despidieron con una sonrisa y un beso, por que sabían que se volverían a ver sin ningún obstáculo que impidiera el fundimiento de de sus almas en una sola.



Les dejo un nuevo capítulo, lamento que sea corto, pero es que si no, el siguiente creo que quedará muy extenso, espero y les guste.

CAPITULO 13: "AMIGA O ENEMIGA"

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

Les dejo mas notas para que se entienda mejor el capítulo, creo que les parecerá interesante lo que encontré.

Se trata de una antigua costumbre que podría rastrearse hasta el antiguo Egipto. Las novias egipcias solían llevar hierbas con intenso aroma destinadas a auyentar los malos espíritus. Con el paso de los años, las hierbas fueron sustituidad por flores. Siglos más tarde esta tradición pudo haber sido importada a Europa allá en tiempos de las Cruzadas. La flor utilizada por aquel entonces era el azahar, flor que simbolizaba la pureza.
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]La flor de Loto ha sido símbolo de multitud de civilizaciones a lo largo de la historia de la Humanidad. En la civilización egipcia tenía un gran significado, ya que de él emergían multitud de dioses como Ra, dios del Sol, al estar ligada la flor a la aparición y al ocaso del Sol, debido a que sólo está abierta por el día. De ella también emergió el dios Nefertum, considerado el dios de los perfumes, al proporcionar un perfume sumamente agradable a los egipcios.


[/FONT][FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif][/FONT] La costumbre de intercambiar anillos, alianzas, durante la ceremonia nupcial viene de muy antiguo. Su origen es claramente pagano pero la Iglesia acabó adoptándolo e incluyéndolo entre sus ritos. Ya épocas tan lejanas como en el Antiguo Egipto existía la costumbre de intercambiar este tipo de alianzas. Por aquel entonces el intercambio de anillos revestía todo un significado místico por el que el alma de los esposos quedaba vinculada a su cónyuge. Durante el Imperio Romano se mantuvo la costumbre; los anillos solían ser de hierro entre el pueblo llano, pues el oro o la plata se reservaban para las clases más privilegiadas.

Es interesante ¿NO?
En mi FF hay un par de errores, y mas por la forma de bodas que encontré, pero les dejo la pagina para que esten mejor informd@s. Hay mas informacion que solo esta:

Amigos de la Egiptologa - El matrimonio en el antiguo Egipto (1 parte)

Tambien les dejo una imagen de la flor de Loto.

Sayonara.

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (ishizu X Atem) :love:

Amigos de la egiptologia xD perteneci a ese foro hace tiempo.
Adoro el matrimonio estuviste acertada con el perfume de la flor,
esperaba a que añadieras algo asi ^^ el intercambio de aniños es una de las
tradiciones actuales que se han tomado de egipto, en realidad ellos dejaron un legado mucho mas grandes que las piramides.

Ya quiero saber que pasa en el siguiente cap ^^

cuidate.

Saludos

 

Re: Separados Por El Destino Y Unidos Por El Amor (Ishizu X Atem) :love:

CAPITULO 13: “¿AMIGA O ENEMIGA?”

Ishizu llegó al Nuevo Egipto con todos sus seguidores e invitados que venían de su reino. Al llegar, se dispuso a arreglar todos los asuntos pendientes, que se provocaron por la boda. Ella estaba muy cansada por tanto viaje, pero entusiasmada, se apresuró con el trabajo para regresar lo antes posible a los brazos de Atem.
A pesar de su deseo de estar lo antes posible con Atem, el cansancio la obligó a descansar, además de la insistencia de sus doctores.
Ishizu se fue a dormir por la tarde y despertó hasta el siguiente día.
En el salón principal, Ishizu atendía unos asuntos, cuando el Primer General del ejercito se acercó de forma muy agresiva a ella.

-¿Cómo es posible que se permitiera esta boda?- preguntó – Es un insulto para nuestro Rey, morir para no conseguir nada.

-Más respeto- ordenó Karim- Es con nuestra Reina absoluta con la que hablas.

-¡Hemos conseguido la paz!- exclamó Ishizu - ¿Acaso te parece poco?

-Una mujer gobernando a Egipto no me parece- contestó el Primer General de nombre Nefim – El Rey debió haberme dejado a mí el poder.

-Con esas palabras insultas a nuestro Rey- siguió diciendo Karim – El fue quien ordenó directamente que la Reina gobernara.

-No confió en las habilidades de la Reina- siguió subestimando Nefim – ¿Como una mujer que ni siquiera sabe pelear podrá dirigir un imperio?

-¡CALLA!- ordenó Karim a pesar de que tampoco estaba deacuerdo con la idea, pero respetaba las órdenes de su Faraón –El…

Ishizu detuvo a Karim.

-Si realmente crees que no se pelear rétame a duelo- dijo Ishizu muy confiada – Tu elige.

-No puedo hacerlo contra una mujer- dijo Nefim – Usted está muy indefensa ante mí.

-Si eso es lo que crees, te propongo algo- dijo Ishizu con una sonrisa– Peleemos, si me ganas, yo me casaré contigo y volveré a declarar la guerra al Viejo Egipto.

-Será muy fácil ganar- pensó Nefim.

-Se que eres un gran espadachín- dijo Ishizu – Peleemos bajo tu campo.

-No Alteza- dijo Nefim muy confiado- Eso sería injusto para usted, mejor tengamos un duelo.

-No, quiero demostrarte que se pelear inclusive cuerpo a cuerpo- dijo Ishizu – Mis grandes motivaciones son las promesas que he hecho, si demuestro que soy fuerte, no volverán a cuestionar mi autoridad y podré disfrutar de mi nueva vida- pensó Ishizu.

-Insisto Alteza- dijo Nefim imaginándose ya en el trono del Faraón, junto a Ishizu.

-¡Hagámoslo!- dijo Ishizu – Se que puedo derrotarte.

-No podrá contra mi fuerza- desafió Nefim.

-La fuerza no lo soluciona todo- contestó Ishizu.

-Aceptaré su reto Alteza- contestó Nefim. -¿Cuándo será?

-Ahora- dijo Ishizu sin rodeos.

-Pero Alteza…- dijo un doctor.

-Estaré bien- interrumpió Ishizu – Ahora hablemos de lo que pasará si pierdes.

-No sucederá eso, pero si así lo quiere…- dijo ya muy confiado Nefim.

-Si pierdes, serás degradado por desafiarme- dijo Ishizu – Y no volverás a cuestionarme.

-Como guste Alteza- contestó Nefim.

-Preparen el campo y las armas- ordenó Ishizu ignorando las advertencias.

Todo se puso en orden para el reto. Ambos portaban una espada del mismo estilo y material. Cuando ambos estaban frente a frente, tomaron su posición de batalla. El, con una pose de imponencia que parecía, podía con todo un ejército; ella, dejó caer la espada como si esta le pesara.

-No Alteza- dijo Nefim –Olvídelo, ni siquiera puede con el peso.

-No te fijes en pequeñeses- dijo Ishizu - ¡Empecemos!

-Pero Alteza, quedará lastimada- dijo el.

-No te fijes en eso- siguió Ishizu.

-Como desee- dijo el, pues después de todo quería la corona.

Ambos comenzaron a luchar, y a pesar de que la fuerza de ella no se comparaba con la de el, ella era muy rápida y sabía donde estrellar la espada para aturdir a su oponente. Nefim se dio cuenta de que el duelo no sería nada fácil, y decidió usar mas fuerza. La corte estaba impresionada con lo que veían, nadie se prestaría a enseñarle esas actividades a una mujer, pensaban.

-Si sigue así no podré ganarle- pensó Ishizu tras el aumento de fuerza – Necesito buscar una forma de usar esa fuerza en su contra.

El duelo aun estaba muy parejo, pero Ishizu encontró la solución: Nefim puso se espada contra la de ella recargando su peso y fuerza para terminar lo antes posible, pero cuando Ishizu notó el peso, se quitó de inmediato desequilibrando a su contrincante, haciéndolo caer. Una vez tirado, ella lo amenazó con la espada en señal de victoria.

-¡Haz perdido!-dijo Ishizu – Pero no fue nada fácil.

-Máteme- dijo Nefim.

-No- dijo Ishizu – No era batalla a muerte. Y aunque lo fuera no lo haría.

-No quiero vivir así- siguió el- Es humillante.

-Debes cumplir tu palabra- dijo Ishizu quitando la espada de su cuello.

-Lo sé- contestó el.

Después de ese duelo, nadie quiso desafiar la autoridad de Ishizu.
Un mes después, Ishizu y Atem volvieron a reunirse de forma mas fija, pues solo se habían visto un puñado de veces en breves ocasiones, pero, la felicidad de verse, no solo fue por su reencuentro, si no por una noticia en especial que se daría mientras ambos estuvieran solos en su habitación en el Viejo Egipto.

-Mana, te extrañé tanto- dijo Atem tiernamente mientras abrazaba a Ishizu.

-Yo también- contestó ella correspondiendo el abrazo con una voz suave- Por fin he vuelto a casa.

Atem la besó sin decir mas, Ishizu, por un momento empujó delicadamente a Atem por su pecho con una mano.

-Espera- dijo Ishizu.

-¿Qué sucede?- preguntó Atem extrañado.

-Es que tengo algo que decirte- siguió Ishizu de forma muy seria.

-¿Qué pasa Mana?- preguntó preocupado Atem-¿Te sientes mal? ¿Ah pasado algo grave? Dime.

-No- contestó Ishizu – Es algo que... es algo que yo…

-Dímelo por favor- pidió suplicante por la preocupación.

Ishizu puso su mano en el corazón de Atem, puso su cuerpo contra la de el y con su otra mano rodeo su cuello mientras dulcemente le murmuró al oído.

-¿Eres feliz?- preguntó.

Atem volvió a abrazarla, y con sus manos comenzó a jugar con el cabello de Ishizu.

-Si- contestó el- Por que tu estas a mi lado.

-¿Podrías estar mas feliz?- preguntó Ishizu sin moverse de su posición y con el mismo tono de voz.

-No- contestó Atem- No lo creo.

-¿Entonces no te alegrará saber que algo tuyo crece dentro de mi ser?- siguió Ishizu de la misma forma.

Atem solo alejó a Ishizu para verla a los ojos con una sonrisa inevitable en el rostro.

-¿Estas segura?- preguntó Atem emocionado.

-Si- sonrió Ishizu algo sonrojada.

Atem volvió a abrazar a Ishizu fuertemente y se puso más feliz de lo que estaba.

-Gracias, gracias- decía Atem –No puedo creerlo- el la abrazó mas fuerte pero de inmediato se detuvo – Lo siento, lo siento, ¿no te lastime? ¿quieres descansar?

-No, calma estoy bien- dijo Ishizu – Tranquilo.

-Es que no puedo creerlo – siguió repitiendo- Gracias

-Me gusta verte tan feliz- dijo Ishizu.

-¿Cómo no voy a estarlo?- dijo Atem- Sabes, quiero 5 hijos e hijas.

La felicidad de Atem era notoria e Ishizu sintió exactamente lo mismo cuando se enteró. Los asuntos de ambos países ya estaban casi solucionados, así que Atem e Ishizu permanecieron juntos esperando la llegada de su hijo. Mokuba, también estaba feliz, por que el quería la compañía de un hermano, y la presencia de Atem no le molestaba mucho, por que empezó a tomarle cariño.

-Mamá ¿Cómo debo llamarlo?- preguntó Mokuba confundido- El no es mi padre.

-No, no lo es- respondió Ishizu – Pero si tu se lo permites, el podría serlo en ausencia de tu padre. Es tu decisión.

-No lo sé mamá- dijo Mokuba – Pero no me gusta que te abrace, me recuerda a padre.

-Entiendo- dijo Ishizu – Pero todo se dará a su tiempo. Ya veré que hacer para que no veas esas escenas.

Cuando Ishizu cumplió los dos mese de embarazo, fue llevada junto con Mokuba al Viejo Egipto para que el heredero naciera ahí. Mientras tanto, el poder sería transferido a Karim temporalmente, pero este debía dar reporte de todo a Ishizu.
Todo el periodo de embarazo fue muy tranquilo, la familia real estaba muy feliz por la espera del nuevo miembro.
La madrugada del día 28 de Apep, Ishizu apenas se iba a levantara para ir por su agua de todos las noches, pero antes de plantar los pies en el suelo, un dolor muy familiar la envolvió..

-CARIÑO- gritó Ishizu – Despierta – después de que se calmó el dolor.

-¿Qué sucede?- preguntó Atem despertando.

-DespiERTA- gritó Ishizu.

Cuando Atem la oyó gritar, el sueño se le fue del susto, por que no sabía lo que tenía.

-¿Qué pasa? ¿Qué tienes?- preguntó Atem asustado al ver que Ishizu gritaba.

-Debes tranquilizarte- dijo Ishizu aguantando el dolor para que Atem ya no se preocupara- Tu hijo ya viene.

-¿Qué?- preguntó Atem ganándole el nerviosismo- ¿Qué hago?

-Ve por los doctores y las parteras- dijo Ishizu aun aguantándose y terminó desmayada.

-¿Qué hago?- se preguntó muy asustado –No puedo dejarla sola.

Atem fue dominado por el pánico que salió corriendo de la habitación por su gente para el momento. Al llegar a la habitación, Ishizu aun seguía desmayada, todos entraron a la habitación para atenderla y Atem se acercó para tomar su mano.

-Por favor despierta- pidió Atem preocupado.

-Todo estará bien- dijo Ishizu que comenzaba a despertarse.

En ese momento, Mokuba entró a la habitación, pues se había despertado con el alboroto.

-¿Qué pasa mamá?- preguntó Mokuba.

-¡Mokuba! ¿Qué haces despierto?- preguntó Atem.

Ishizu volvía a gritar por las contracciones.

-MAMA- gritó Mokuba preocupado - ¿Qué te pasa?

-No te asustes- contestó Ishizu aguantando – Tu hermanito ya va a nacer.

-Alteza, será mejor que salga- dijo una chica.

-Pero…-

-Por favor- pidió Ishizu – Llévate a Mokuba.

-Pero quiero estar presente- dijo Atem.

-EntiENDO- contestó ella – Pero vas a poner nerviosos a los DEMAS.

-Esta bien- dijo Atem mientras besaba sus manos – Vámonos Mokuba, ya oíste a tu mamá.

Atem tomó por la mano a Mokuba y los dos salieron de la habitación. Ambos estaban afuera esperando junto con Simon y Shada. Atem estaba tan preocupado que se paseaba de un lado para otro, Mokuba, Shada y Simon se estaban mareando.

-Alteza por favor debe tranquilizarse- dijo Simon.

-No puedo- contestó Atem – Ya se tardaron.

-No, así es- dijo Shada aunque no sabía realmente nada.

-¿Estas seguro?- preguntó Atem sin dejar de caminar.

-He… yo- titubeó Shada.

-Si Majestad- dijo Simon – Aun recuerdo cuando usted nació. Tardó mucho.

-Quiero estar con mi mamá- dijo Mokuba ya muy mareado.

Atem se detuvo y se acercó a Mokuba – Tu mamá está muy ocupada ahorita, mientras yo te cuidaré.

-Pero mamá está gritando- dijo Mokuba.

-Si, lo se – contestó Atem – Pero ya veras que pronto estará bien y tendrás a un hermanito o hermanita.

El amanecer llegó, el parto fue algo difícil pero todo salió bien. Una chica salió de la habitación.

-Ya puede entrar Alteza- dijo la chica.

-Ven, vamos- dijo Atem a Mokuba tomándolo de la mano para entrar.

Al entrar, Atem prácticamente corrió a donde Ishizu. La gente de adentro, decidió dejarlos solos y salieron de la habitación.

-¿Estas bien?- preguntó Atem - ¿Dónde esta?

-¿Dónde esta mi hermano?- preguntó Mokuba.

-Estoy bien- contestó Ishizu muy contenta- Aquí esta – dijo mientras destapaba un bulto de cobijas – Es un niño.

Atem vio al bebé de los brazos de Ishizu, no podía creer lo que veía. Mokuba también lo miró fascinado por que jamás había visto a un bebé.

-¿Puedo cargarlo?- preguntó Atem tiernamente.

-Adelante- sonrió Ishizu.

Atem tomó al pequeño entre sus brazos, estaba feliz que no sabía como expresarlo.

-¿Cómo se llama mamá?- preguntó Mokuba.

-¿Cómo le pondrás?- preguntó Ishizu a Atem.

-¿yo?- se preguntó Atem –Ponle tu el nombre mi amor, tu sabes mas de estas cosas.

-Que se llame Hor-Hur- sugirió Mokuba.

-Me gusta el nombre- dijo Atem mientras veía a su pequeño dormir.

-Entonces que se llame Hor-Hur- dijo Ishizu.

Mokuba comenzó a bostezar.

-Hijo tienes sueño- dijo Ishizu – Será mejor que te vayas a dormir.

-Pero mami, quiero enseñarle a mi hermano a…- dijo Mokuba mientras volvía a bostezar.

-Ya tendrás tiempo para eso- dijo Ishizu – Tu también deberías dormir Cariño.

-No- dijo Atem- Tu eres la que debe dormir, no se como sea tener un bebé pero puedo apostar que es muy cansado.

El bebé comenzó a llorar.

-¿Qué hago?- preguntó Atem- ¿Qué tiene?

-Debe tener hambre- sonrió Ishizu- Por favor ve a acostar a Mokuba en lo que le doy de comer.

-Esta bien- dijo Atem mientras le entregaba al bebé.

Cuando Atem regresó a la habitación se acercó a Ishizu y le dio un beso en la frente.

-Ya me arrepentí- dijo Atem – Ya no quiero mas hijos.

-¿Por qué?- preguntó Ishizu extrañada –Estabas tan emocionado.

-Si vas a sufrir de esa manera no quiero mas hijos- dijo Atem – Además el primero fue niño y Mokuba también esta. Es suficiente.


La familia real estaba muy feliz por la llegada del bebé Hor-Hur, ambos reinos también sentían cierta felicidad por que el nuevo príncipe aseguraba cada vez mas la paz, ya que muchos pensaron que no duraría.
En esos momentos de felicidad, una carta llegó al palacio del Viejo Egipto para Atem, justo a la semana del nacimiento. Cuando Atem la leyó se puso muy contento y corrió a buscar a Ishizu.

-Mana- dijo Atem mientras se acercaba a ella – Mis amigos vendrán pronto.

-¿Amigos?- se preguntó Ishizu pues no los conocía - ¿Por qué no los conozco?

-Es que las veces que tu estabas en el palacio ellos estaban fuera- dijo Atem – Ellos son como tu, les gusta viajar.

-Me dará gusto conocerlos- dijo Ishizu – Pero ¿Por qué no estuvieron en la boda?

-Desgraciadamente no les pude enviar nada- dijo Atem – No sabía en que lugar estaban cuando nos comprometimos.

-¿Por qué no me dijiste para esperarlos?- preguntó Ishizu- Tu esperaste a que pasara el cumpleaños de Mokuba, era lo mínimo que podía hacer.

-Por la época de guerra pensé que era mejor no postergarlo mas- contestó Atem – Además así les daría la sorpresa.

-¿Cuando llegaran?- preguntó Ishizu – Me gustaría preparar algo especial para ellos.


-En tres días- contestó Atem.

-Entonces cocinaré yo misma algo especial- dijo Ishizu.

-¿Tu?- preguntó Atem- No tienes por que hacerlo.

-¿Acaso no te gusta como cocino?- preguntó algo enojada Ishizu.

-Ni siquiera el día que cocinaste para mí pude decirte lo que opinaba- dijo Atem.

-Es cierto- aseguró Ishizu- Dime que es lo que piensas.

Atem se acercó a Ishizu y la tomó por la cintura, al oído le susurró.

-Comida mas rica jamás probaré- dijo Atem y le dio un dulce beso.

Ishizu solo pudo sonrojarse al oír estas palabras de Atem.

-Entonces ¿por que no quieres que cocine?- preguntó Ishizu dulcemente.

-Por tres razones importantes- dijo Atem – Una es que no debes hacer eso por que están para que te sirvan. Y la otra es por que ¿que pensaran si dejo que lo hagas? Y la mas importante de todas es que acabas de tener a Hur-Hor debes descansar.

-Pero quiero hacerlo- dijo Ishizu – Ya estoy bien.

-Yo se que mis amigos se pondrán muy felices cuando prueben tus platillos- dijo Atem.

El día en que los amigos llegarían llegó, todo estaba listo para recibirlos.

-Mana ¿podrías esconderte con los niños?- preguntó Atem.

-¿Para que?- pregunto Ishizu extrañada.

-Quiero hablar con ellos para darles la noticia- dijo Atem – Además así será una sorpresa.

-Tienes razón, se sorprenderán mucho si solamente me ven- dijo Ishizu – Primero hay que explicarles.

Ishizu se escondió con los dos pequeños cerca de la sala donde Atem recibiría a sus amigos.
Los amigos de Atem llegaron, el estaba muy contento al verlos bien. Atem los invitó a pasar a la sala previamente arreglada y comenzó a explicar sutilmente la situación.

-Yo pensaba que los amigos de Atem eran solo hombres- pensó Ishizu viendo a dos chicas una rubia por la espalda y una castaña de frente- No, este no es el momento para ponerse celosa.

Atem siguió acercándose a la noticia fuerte.

-Esa chica- dijo Ishizu – Creo que la conozco.

-Alteza- dijo la chica castaña – Ya no tiene que pensar en ella si tanto mal le ha hecho.

-Si- dijo un chico rubio – Teana tiene razón.

-Si Jhono- dijo Atem – Pero es que ahí no termina todo.

-¿Qué más pasó?- preguntó un chico de cabello obscuro.

Atem terminó de platicar lo que quería.

-Entonces Mana y yo…- Atem se puso colorado – Nos hemos casado y tenemos un pequeño.

-¿Qué?- preguntó Teana.

-¿De verdad?- preguntó Jhono feliz por su amigo – Eso es estupendo ¿No es así Honda?

-Si- contestó el chico de cabello obscuro.

-Quiero presentarla- dijo Atem mirando donde Ishizu estaba escondida.

Ishizu salió de su escondite con sus hijos sin dejar de ver los ojos de Teana que mostraban una gran desilusión.

-Amigos, ella es Mana mi esposa- dijo muy feliz Atem – El es Mokuba y el Hur-Hor.

-Mucho gusto en conocer a los amigos de mi esposo- dijo Ishizu mientras miraba sorprendida a la chica rubia – ¡Es Mai!- pensó

-Mira, ella es Teana, Jhono, Honda y ella es Mai, esposa de Jhono- presentó Atem.

-¿Esposa? Pero si ella fue raptada por Hapio- pensó Ishizu - ¿Qué es lo que hace aquí?

-Por la historia ella sería…- pensó Mai- Debió cambiar su forma.

Atem invitó a todos a sentarse para que se conocieran mejor.

-Déjenme felicitarlos por su unión y su hijo- dijo Jhono –Pero debo reclamar por que no me invitaron.

-Creo que estamos a mano- dijo Atem – Se supone que los sorprendería con la noticia de mi boda, pero me haz sorprendido tu al haberte casado sin siquiera decir nada.

Todos rieron un poco, pero Ishizu no dejaba de ver a las dos chicas.

-¿Puedo cargar al príncipe? – preguntó Teana.

-Adelante- dijo Ishizu dándole al niño dormido- No cabe duda de que ella es Mai, pero no puedo hacer nada por que ella no sabe que cambie de forma, pero estoy feliz de que esté bien.

Hur-Hor comenzó a llorar en cuanto sintió el cambio de brazos.

-Mejor tome- dijo Teana – Quiere estar con su madre.

Entre mas hablaban, Atem no dejaba de abrazar y besar a Ishizu. Ella intentaba evitarlo por que se percató de lo incomodo que le resultaba a Teana, además de que Mokuba estaba presente y tampoco le gustaba.

-¿Que les parece si pasamos a la mesa?- dijo Atem después de un rato.

-Si por favor- dijo Jhono- Muero de hambre.

Todos fueron a la mesa donde les sirvieron distintos platillos y comenzaron a comer.

-Esto está delicioso- dijo Teana.

-Si- nunca había probado algo como esto- dijo Jhono llenándose la boca con comida.

-Si- dijo Honda - ¿Cambio al cocinero?

-Tan rico como siempre Mana- dijo Mai- Disculpe Reina Mana.

Todos se quedaron atónitos con lo que Mai decía.

-¿Acaso ustedes se conocen?- preguntó Atem.

-Si- dijo Ishizu – Ella era, no quiero decir es mi mejor amiga, tenía años que no te veía.

-¿Por qué no me dijiste antes?- preguntó Atem.

-Es solo que ha cambiado y no la reconocí muy bien- contestó Ishizu.
-Tu tambien haz cambiado- dijo Mai.

-¡Que gran sorpresa!- dijo Jhono – Esto es impresionante.

-Mucho- dijo Honda.

-Pero dime ¿Qué haces aquí?- preguntó Ishizu – La ultima vez que te vi, fuiste llevada por Hapio.

-Si- dijo Mai – Cuando me llevó a su casa, permanecí algunos años con el, fueron aproximadamente 4, pero pude escapar.

-Lamento que no haya hecho nada por ayudarte- se disculpó Ishizu muy triste.

-¿Y como se conocieron?- preguntó Atem a su amigo.

-La última vez que nos fuimos de aquí, pasamos por el bazar- dijo Jhono – Y la vi junto con un hombre que la estaba lastimando.

-Si- dijo Mai – Es que el comenzó a buscarme y logró encontrarme.

-Yo fui a rescatarla- dijo Jhono con aires de héroe- Y la salve.

-Si, después de que te dio una tunda- dijo Honda – Tuve que ayudarte.

Todos menos Jhono comenzaron a reír.

-Ellos me invitaron a viajar a su lado- dijo Mai- Y no tuve otra opción que hacerlo hasta pagarles el favor.

-¡Oye!- dijo Jhono- ¿Entonces por que te casaste conmigo?

-Alguien tenía que cuidarte y así pagaría mi deuda- dijo Mai en forma fría.

Jhono se puso furioso y comenzó a comer de una forma muy peculiar, mientras Mai se le acercaba para limpiarle de forma dulce la boca.

-Además, eres tierno cuando te enojas- dijo Mai dándole un beso.

Jhono se puso colorado.

-De verdad, su sazón no ha cambiado mucho Alteza- dijo Mai – Es igual de delicioso.

-¿Usted lo cocino?- preguntó Teana muy sorprendida al igual que todos.

-Si- dijo Atem – Ella lo ha hecho todo por su llegada.

Todos siguieron comiendo, despues llegó el postre y siguieron charlando, pero Teana seguía con los mismos ojos de desilusión.
Todos se fueron a dormir esa noche. Teana quería hablar con Atem a solas, así que fue a su habitación para llamarlo, pero al acercarse a la puerta, oyó que Ishizu y Atem hablaban.

-Todos me han caído bien- dijo Ishizu.

-Y parece ser que Jhono quiere mucho a Mai-Dijo Atem – Es una enorme coincidencia.

-Si- dijo Ishizu – Me ha dejado sorprendida. Y me da mucho gusto volver a ver a Mai sana y salva.

-¿Sabes? Creo que fue cosa del destino el que nuestros mejores amigos se casaran- dijo Atem abrazando a Ishizu- Y tú y yo estamos juntos.

-Si- dijo Ishizu mientras ella lo abrazaba - Pero hay alguien que no está muy feliz- pensó Ishizu.

-Te amo- dijo Atem- Y no sabes cuanto.

Ishizu besó a Atem. Teana no quiso oír mas y se fue de ahí hacia su habitación.

-¿Por qué?- se preguntó Teana mientras corría- ¿Por qué tuvo que pasar esto?

Ella estaba ahí en su habitación y una hora después alguien toco la puerta.

-¿Quién es?- preguntó algo sollozante.

-Soy yo, Mana- dijo la voz del otro lado - ¿Puedo pasar?

-Si, adelante- dijo Teana secándose las lágrimas- ¿Pero que hace ella aquí?

-Quisiera hablar contigo- dijo Ishizu – Si me lo permites.

-Pensé que estaría con el Faraón- dijo Teana - ¿Qué puedo hacer? Ella no se merece al Rey por que lo ha hecho sufrir.

-El está durmiendo- dijo Ishizu – Quedó muy cansado por tantas emociones.

-¿Debo hacer algo para que se aleje de él?- pensaba Teana – Pero el la quiere - ¿Y de que quiere hablar Alteza?- preguntó con desconcierto.



Les dejo hasta aquí, espero y les haya gustado.


CAPITULO 14: "EL FARAON DEL EGIPTO MEDIO"