[Segundo juicio] Asesino de Michael Stengel

—La ciudad miente...—Vote y segui golpeando mi panza de forma creativa.

 

--Esto es muy confuso pero... --dije mientras emitía mi voto.

 

Suspiré, sonriente, como desinflándome luego de un largo período de tensión.

—Me siento realmente aliviado y contento —dije, con voz amable, sin el menor atisbo de arrogancia—. Temía que las cosas no se desarrollaran como me hubiera gustado pero, por suerte, demostraron aquí la misma capacidad y agudeza del caso Nix Monroe. No me esperaba menos de ustedes, hicieron un gran trabajo investigando.

Me quité, suavemente, sin apuro, los gogles de mi frente, los auriculares... y la pistola, con la funda y todo. Sostuve estos objetos en mi mano. No podía dejar de sonreír. Ellos podrían seguir viviendo, yo encontraría por fin la paz. Les levanté el pulgar de la otra mano.

—Es verdad... Yo asesiné a Michael Stengel.

 

Miré como Alex se quitaba sus posesiones tranquilo, incluso sonreía... no sabía de donde sacaba esa tranquilidad distintiva, las personas eran muy raras de vez en cuando desde mi punto de vista; nos levanto el pulgar como felicitándonos de nuestra decisión en el juicio y finalmente confesó ser el asesino.

Aparté la mirada de Alex y miré a Rin, él de todos nosotros podría ser el más afectado por lo que pasaría después con el "castigo" de Monokuma, suspiré cansada de todo esto y me di la vuelta no quería ver lo que sucedería.

 

Doy un suspiro y me siento en el suelo abrasando mis rodillas, esperare pasientemente a que todo acabe deseando que sierto oso se fuera al diablo por lo que ha echo.
—Crow—Llamo timidamente—, ¿Como supiste del incinerador?—Pregunto, la curiosidad era algo que no podia dejar de lado y ese punto me llamo la atencion.

 

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En realidad, lo sé por el anime (?)

—Supe que si la camisa fue quemada, debía haber algo con lo que quemarla y no dejar rastro, y busqué por la Academia hasta encontrar el incinerador.

>>Bueno, amigo Valentí. ¿Por qué? Déjame que te explique por qué creo que lo hiciste con sólo unas palabras; tu móvil, ¿fui yo?

>>Mejor me explico. Cuando te enterAste de que por mi culpa, indirectamente, tu madre murió, te irritante demasiado, y juraste que tendría mi merecido por lo que hice. Casualmente, al poco ttiempo muere Michael.

>>Querías vengarte de mí, de aquel que robó a tu padre e inculpó a otros por ese crimen. Pero matarme no sería lo suficientemente "bueno" para tu venganza. No te vengarías del todo de esa forma. No; hacerme caer en mi propio juego, derrotarme, culparme de algo que no hice, justo como en el pasado hice yo, era el castigo correcto.

>>Por eso mataste a Michael, supongo que él era de todos el que menos te costaría matar y del que menos lamentaría el resto su muerte, después del espectáculo que dio en el juicio por Nix. Le mataste e hiciste pasar todo por una pelea, forzando la puerta... Y es que de ese modo, sumando las huellas, todo apuntaría a mí: digamos que pretendías hacer creer que entré, forzando la puerta, cosa fácil para un ladrón, dispuesto a robarle a Michael. Pero él estaba dentro, y me atacó; fue entonces cuando entramos en una pelea, y sin querer, le golpeé fuertemente en la cabeza, provocando así su muerte. Si hubiésemos creído en la teoría de una pelea, esa hubiera sido la explicación más lógica.

>>Vengarte del que "mató" a tu madre, y de paso aprovechar para intentar salir de aquí y ver de nuevo a tu padre, y explicarle la verdad. Pero no, no serías capaz de que tantas muertes se hubiesen producido por tu culpa de haber votado todos por mí. Por eso creo que fuiste tú mismo el que dejó los gogles en el incinerador. Aunque fuese inconscientemente... deseabas en el fondo ser descubierto.

Repetiré hondo, para luego concluir:

—¿Estoy en lo cierto?

 

Escuché atentamente a Crow y se me escapó una suave carcajada en cuanto terminó de plantear su teoría.

—Eres increíble, Crow —le dije, asintiendo con la cabeza—. Estás en lo cierto, aunque en parte —me revolví los cabellos, recordando todo lo que me había pasado desde el momento del crimen—. Es verdad que decidí cometer este asesinato a partir de que te revelaste como el ladrón que arruinó mi familia, pero en ningún momento el móvil fue un deseo de venganza, algo personal contra ti. No —miré a los presentes, lamentando no poder compartir más momentos con ellos.

>>Desde un principio tuve en claro que no quería verlos morir. Ni siquiera ti, Crow, porque no sería mi estilo darte tu merecido de esa forma. Rin —dirigía una sonrisa a mi amigo, que estaba justo al lado— es un gran amigo para mí; Evangelin y Dani me parecen personas encantadoras y prometedoras en sus talentos, y es mi deseo que salgan de aquí con vida; Ren y Graham, lo mismo, además de que emana de ellos una simpatía que no merece ser apagada en el aliento de la muerte. Y a ti, Crow, te corresponde una cárcel común fuera de la Academia —le sonreí, firme y amable—. Supongo que nos la tendremos que ver en el infierno.

>>Es así. Aunque hubieran acusado a la persona equivocada, yo habría confesado de todas formas que era el homicida que quitó la vida a Michael Stengel. Elegí matarlo a él porque me parecía un sujeto mentalmente inestable y peligroso para la seguridad de ustedes.

>>¿El móvil? Salir de la Academia cuanto antes, pero a través de mi propia muerte —bajé la mirada— Al final, no pude soportar todo esto…

 

—Curioso... supongo que ese tipo de móviles emocionales escapan de mi comprensión —alcé la mirada un momento—. Y, si ibas a confesarlo igual, ¿con qué objeto hiciste pasar todo por una pelea? ¿Pretendías "ponernos a prueba", o algo por el eestilo?

 

—El hecho ocurrió así: mientras todos dormían, tomé mi juego de herramientas y me acerqué a la habitación de Michael. Roncaba tan fuerte que no pudo sentir los ruidos que hice al sabotear la cerradura de su puerta. Para no no ser salpicado por su sangre, le cubrí la cabeza con sus propias sábanas para asestarle varios golpes en el cráneo, con la culata de su propia pistola (de ninguna manera usaría la mía para algo tan atroz). Reaccionó en los primeros tres impactos, pero lo inmovilicé de inmediato; no se pudo defender a causa de la sorpresa. Muerto Stengel, golpeé otras zonas de su cuerpo, para simular una pelea, efectivamente. Antes de irme, me llevé su juego de herramientas.
>>Mi intención con esto fue ponerte a prueba a tí, vencer tu inteligencia. Casi lo logro cuando señalaste a Evangelin pero, al final, me descuidé y me atrapaste en mi propio juego, con ayuda de Ren.

Mientras mencionaba al pelirrojo, me acerqué a éste y puse en sus manos tanto los auriculares como los dos pares de gogles.


Acto seguido, me dirigí a donde Rin, y le entregué la pistola de oro.

—Ahora es tuya, estimado —le dije sonriendo. Después le susurré algo al oído. Solo él pudo oírme.


Volví a ocupar mi lugar. Los miré a todos, e hice una reverencia, sólo para que no vieran mi ojos vidriosos.

—Ha sido un placer conocerlos.

 

—Interesante. Así que querías vencerme. Supongo que eso es algo complicado —dije de forma presuntuosa—. Hasta la vista, señorito Valenti. Fue un placer conocerlo.

Mientras decía esto, no podía evitar pensar en qué tramaba Rin con Alex, y al ver cómo le daba su pistola... no pude evitar que mi mente se dispararse, aunque suene sarcástico

 

Observé toda la charla en silencio y con una mirada de tristeza puesta en Alex. Al final debía de pagar con lo que había hecho, pero aún así me dolía verlo morir de una forma como solo Monokuma sabía hacerlo. Agaché mi cabeza y cerré los ojos, pues sabía que vendría a continuación, cuando el director pulsara el pulsador del castigo.

—Adiós Alex... hasta siempre.

 

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Me siento discriminado y como saco de boxeo xDDD, antes que nada, tenía la convicción de no hacerle daño a nadie xD

 

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@Bruno EVF Ah, lo olvidé, saldaremos cuentas en el infierno
xDDDDDDDDDDDDDD

 

—Gracias... —contesté algo desanimado, pues a pesar de todo, incluso a mí me desagradaba la idea de la muerte de Alex.

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Si Alex tenía la intención de ser descubierto, y por tanto votó por si mismo (seguramente es lo más probable), la duda es ¡¿Quien rayos votó por Crow?! xDDD

 

Desde que Alex empezo a hablar tan tranquilo y confeso el crimen, entre en un estado de shock a medias, porque una parte de mi sabia que fue el, las pruebas lo gritaban, era mi sentido de la justicia hablandome, pero mi parte humana, mi sentido de la lealtad y amistad no se lo terminaba de creer, no lo podia creer, era un combate entre dos ideas en mi cabeza, que para mi tenian el mismo peso. Fue esta cuestion la que no me permitió votar... Yo, no vote por nadie.
Vi a Alex acercandose hacia Ren, entregandole sus gogles y sus audifonos... Esos que traia todo el tiempo... Nunca tuvimos la oportunidad de tener una de esas charlas que duran hasta la mañana, ni siquiera pude preguntarle qué música escuchaba por esos audifonos que ya no volveria a usar... Luego, se acerco a mi. Senti un objeto frio y pesado en mis manos, me habia entregado su preciada pistola de oro, sonriendo... Se acerco y me susurro algo, en ese instante no pude mas. Algo dentro de mi se quebro y empece a llorar, ¡Maldita sea! — A-alex... Tu pistola... — Dije con una voz ahogada y con un nudo en la garganta. Él se mantenia sonriente, en ningun momento dejo de sonreir...

 

Levante levemente la vista, unas cuantas lagrimas caian de mis ojos, me limpie algunas con mi mano izquierda, veo a Rin llorar mientras intenta decirle algo a su amigo con vos entre cortada, el me animo en la muerte de Nix, ahora lo animare yo, ya que no soporto ver a un amigo llorar.

 

—¡Impresionante, impresionante! Upupupu. Sois más genios de lo que pensé. —Reía el oso mientras sacaba su martillo azul de juguete y sonreía— Felicidades, habéis descubierto al asesino del señor Stengel. Upupupupu, tengo un castigo especialmente preparado para el señor Valenti. —Siguió riendo y presionó el botón rojo que se encontraba en frente de él, con el martillo.

Luego aparecieron las figuras de Monokuma y Alexander en una pantalla, abajo decía "Game Over" y Monokuma iba felizmente con Valenti a tomar su castigo.

Pronto todo oscureció y rápidamente volvió la luz. Alexander estaba atado de pies a cabeza en una rueda de tiro al blanco y varios osos iguales a Monokuma tenían con ellos unas ametralladoras en sus felpudas manos. Todos tenían gogles y se los colocaron, para luego empezar a disparar brutalmente mientras reían sin control alguno. Varios osos lanzaron bombas de gas para darle un ambiente "tétrico" al castigo y luego, al final de todo, un oso desde un edificio, apuntó a la cabeza de Valenti.
Disparó. Y eso bastó para que la cabeza de éste explotara y el humo se dispersara, dejando ver a los presentes el horrible estado en el que había acabado Alexander Valenti.

—¡Y con esto finaliza la clase del Juicio, muy bien hecho! ¡Upupupupu! —Siguió riendo sin control alguno, mientras desaparecía en un pasillo negro.

 

Miré horrorizada lo que había hecho Monokuma con el castigo de Alex, era una imagen que no podría sacar de mi cabeza en un buen rato...sin decir nada me retiré hacia el elevador lo más rápido que mis piernas me permitieron, lo único que quería salir de allí pronto..

 

Mire con espanto lo que el oso le hiso a Alex, me levante secando las ultimas lagrimas que quedaban en mis mejillas y fui al elevador, al entrar me quite el sombrero por respeto al difunto y lo deje en el suelo para luego sentarme junto a el abrazando nuevamente mis rodillas.

 

Traté de controlarme un poco, pues si no lo hacía iba a terminar vomitando. Aquella imagen de Alex no era la que quería tener como mi último recuerdo, así que tendría que suplantarla, cambiarla por aquella cuando me regaló los gogles y los audífonos. Guardaría su legado en esos objetos.

Me puse con decisión los lentes y los audífonos, para después disponerme a salir del lugar, pues ya no tenía nada más que hacer allí.

—Nos veremos, compañero...