Long-fic de Inuyasha - Seduciéndote para Protegerte [Inu&Kag]

Re: ·Seduciéndote para Protegerte· [Inu&Kag] (Duplicado)

Cada vez que tengo la conti CZ se cae ¬¬ empiezo a sospechar que lo hace a propósito
Hace 2 dias que tengo la conti! Pero bueno, al fin se las pude traer ^^

Capitulo 21 “El enemigo contraataca”

Con dedos temblorosos buscó su celular dispuesta a pedir ayuda. El primer número en su directorio era el de Miroku, ella lo había configurado así, pero no lo llamó a el. Siguió hacía abajo tan rápido como pudo hasta encontrar el número de una de sus amigas.
* * *
Mientras, los chicos esperaban la comida. Kouga intentaba conseguir información de por qué se habían peleado con Sango y Kagome, pero no tuvo mucho éxito. En eso sonó su celular, una sonrisa se dibujó al ver el número, pero cuando colgó su rostro solo mostraba confusión y preocupación.
-¿Que sucede?-preguntó Miroku
-Era Ayame, estaba muy alterada-dijo Kouga
-¿Pasó algo?-preguntó Inuyasha
-Si. Sango la llamo diciendo que había visto una sombra-dijo Kouga pensativo
-¿Una sombra?-dijo Miroku-Creo que ya terminó por volverse loca jaja
-¿Crees que a esta ‘sombra’ también la atacó con un portarretrato?-dijo Inuyasha divertido
-¡Pueden ponerse serios por esta vez!-gritó Kouga sorprendiéndolos
-Vamos, seguramente fue solo un sueño, Sango solo esta exagerando-dijo Inuyasha
-Sueño o no, la cosa es seria. Después de ver la sombra escuchó un disparo, y yo no se ustedes, pero yo voy a ver que sucede. Kagome y Ayame ya están yendo hacía allá-dijo Kouga
-¿Un disparo?-dijo Miroku más serio
-¿Tu crees que Naraku pudiera llegar a tanto?-preguntó Inuyasha por lo bajo
Miroku no respondió y se apresuró a alcanzar a Kouga seguido de Inuyasha. La lluvia no fue razón para bajar la velocidad. Cuando llegaron vieron la camioneta que se habían llevado Kagome y Ayame estacionada, y se apresuraron a entrar. La casa estaba a oscuras, pero antes de que pudieran prender la luz escucharon un grito proveniente del primer piso. Se miraron entre sí y subieron corriendo las escaleras.
-¿Que sucede?-preguntó Kouga al ver a Kagome en la puerta de la habitación de Sango con una mano en la boca
-Esta inconciente-dijo Ayame desde adentro.
Los chicos se apresuraron a entrar al cuarto para ver que sucedía. Allí vieron a Sango en la cama, las sábanas manchadas de sangre y Ayame arrodillada junto a ella. Miroku quedó petrificado al ver la escena, los ojos le ardían y aunque sentía ganas de correr a abrazarla, sus piernas no respondían. Kouga se acercó a Ayame poniéndole una mano en el hombro.
-El corte fue con una navaja o algo así-dijo Ayame
-¿En…donde fue el corte?-preguntó Miroku con voz temblorosa
-En el vientre…-dijo Ayame bajando la mirada
-Maldición…-susurró Inuyasha. Sintió unos sollozos a su izquierda.
-Todo es mi culpa…de seguro esto es obra de Naraku, oh, maldición! ¿Por qué siempre hago todo mal?-dijo Kagome con lágrimas
-Kagome no-…-dijo Inuyasha pero Kagome lo interrumpió
-No intentes hacerme sentir mejor por que todo esto es mi culpa!-dijo la azabache retrocediendo y tomándose la cabeza-¡Por mi culpa todos vamos a morir!
La azabache salió corriendo en busca de un refugio que no existía e Inuyasha salió tras ella sin que nadie se lo dijera. Fue en la sala donde la alcanzó, ella pensó que podría escapar por la puerta que conducía a la cocina, mas cuando quiso abrirla notó que estaba cerrada con llave y un sonido de sirena sonó en toda la casa
-Se activó la alarma-dijo Inuyasha detrás de ella.
De pronto se cortó la luz y se apagó la sirena, pero el sistema de alarma había activado la traba de todas las puertas de la casa. Estaban encerrados en la sala, y Kagome ya no tenía a donde correr. Se cubrió los ojos mientras sollozaba asustada.
-Kagome tienes que calmarte-dijo Inuyasha acercándose
-¡No puedo calmarme! Ahora estamos encerrados, sin forma de salir de esta maldita casa por que las malditas ventana tienen rejas y es imposible derribar la maldita puerta principal, y todos vamos a ser asesinados!-estalló Kagome
-¡Tranquilízate! Nadie morirá, tienes que calmarte. Si mantenemos el control todo estará bien-dijo Inuyasha
-¡Ni si quiera tú te crees que lo dices! Tú sabes muy bien como yo que Naraku es capaz de hacer cualquier cosa, y ahora nos va a matar a todos, y sabes que más? Saldrá bien parado de ésta como siempre lo hace por que es el maldito hijo de un mafioso que siempre obtiene lo que quiere!
Inuyasha frunció el seño enojado por el pesimismo de la chica. En un acto impulsivo la atrajo hacía él y la besó. Kagome abrió los ojos de sorpresa pero luego suavizó la mirada y correspondió abrazándolo por el cuello. Los choques eléctricos mezclados con la magia de aquel beso creaban una sensación de placer que se fundía con la paz. Cuando Kagome abrió su boca el beso pasó de tímido a uno lleno de dulce pasión. Pero se vieron obligados a volver a la realidad para enfrentar aquella situación a la que el destino los sometía. Cuando sus labios se separaron Inuyasha tomó la cara de Kagome entre sus manos y le dijo suavemente:
-Si tú no te calmas me alteras a mi. No podemos darnos el lujo de perder el control y dejar que nos agarren desprevenidos
Kagome lo abrazó fuertemente, quería pedirle perdón pero tenía miedo de que si hablaba aquella persona que los atacaba los encontrara. Lloró haciendo el mayor silencio posible mientras Inuyasha le acariciaba el cabello susurrándole “calma, pequeña”. Escucharon un golpe en la puerta y luego esta se abrió con la fuerza de una embestida.
-Aquí están-dijo Kouga, y Ayame llegó junto a él.
En una situación normal se hubieran alejado al sentir la presencia de otras personas, pero se mantuvieron abrazados. Ni Kouga ni Ayame hicieron preguntas, la tensión lo explicaba todo.
-¿Y Miroku?-preguntó Inuyasha
-Está con Sango. Sea quien sea quien nos ataca conoce la casa-dijo Kouga
-No hay forma de salir, las llaves desaparecieron y la puerta principal es blindada. Tampoco hay línea telefónica-dijo Ayame
-¿Y nuestros celulares? Los dejamos todos en la mesa del comedor, quizás podamos pedir ayuda-dijo Kagome
-No. También desaparecieron.-dijo Kouga negando con la cabeza
-¿Sango sigue inconciente?-preguntó la azabache
-No lo sabemos. Será mejor que nos mantengamos todos juntos-dijo Ayame
-Si, mejor vamos con Sango y Miroku-dijo Inuyasha
Cuando llegaron a la habitación Miroku les dijo que Sango había despertado por unos momentos.
-¿Dijo algo?-preguntó Ayame
-Si. Dijo que estaba muy oscuro, pero que estaba segura de que…fue Naraku-dijo Miroku y vio como Kagome se aferraba al brazo de Inuyasha-Luego dijo que le había puesto un pañuelo en la nariz y se quedó dormida.
-¿Dijo algo más?-preguntó Kouga
-No, cuando vio la sangre y notó la herida en su vientre se desmayó. Al parecer Naraku la atacó cuando estaba inconsciente, ella no sabía que estaba herida.
-¿Qué vamos a hacer?-preguntó la pelirroja
-Parece que no nos queda otra que atacar nosotros también-dijo Inuyasha
-Pero sería muy peligroso-dijo Miroku
-Somos 5 contra 1, considerando que Sango no puede pelear-dijo Inuyasha
-Pero Naraku esta armado, y nada nos asegura que esté solo-dijo Kouga
-Es muy orgulloso, de seguro que vino solo dispuesto a acabar con todos nosotros-dijo el ambarino
-¿Que es ese olor?-dijo Kagome
-Parece humo…-dijo Kouga y fue a investigar.-Maldición…
-La casa se incendia!-gritó Ayame.

Continuara...^^