Long-fic de Inuyasha - Seduciéndote para Protegerte [Inu&Kag]

Re: ·Seduciéndote para Protegerte· [Inu&Kag] (Duplicado)


Capitulo 18 “¡Escuchame!”

-Kagome, tengo que hablar contigo-dijo Sango
Con tan solo una mirada Kagome supuso de qué se trataba. La azabache siguió a la castaña hacía un pasillo desierto.
-Los resultados ya están, verdad?-dijo Kagome
-Si…dieron positivo…estoy embarazada, Kagome-confesó Sango
-Que…-dijo una voz detrás de ellas y cuando se giraron vieron dos ojos azules totalmente sorprendidos-Sango…-sentía como se le iba la voz
-No te preocupes, Miroku, no pienso hacerte responsable de nada…-dijo Sango y se fue corriendo. No quería estar ahí para escucharlo decir puras excusas. Eso solo le haría daño.
-Espera, Sango yo no…Sango…-dijo Miroku viendo como la castaña huía-Kagome…esto realmente esta pasando?
-¿Que cosa esta pasando?-preguntó Inuyasha llegando junto a ellos
-Claro que esto es real!
-Pero…como…-decía Miroku sin salir de su impresión
-No creo que tú necesitas explicaciones de ‘como’ ¬¬ Y ahora que haces aquí! Deja de estar mirando y ve tras ella!-exclamó la de ojos chocolates
-¿Ir tras quien? Alguien podría decirme que diablos está pasando aquí!-exigió Inuyasha
-Yo te digo-dijo Kagome viendo como Miroku corría tras Sango
-Kagome! Que bueno que te encuentro! Ven conmigo, linda, quiero mostrarte algo-dijo Kouga apareciendo por uno de los pasillos y tomando a la aludida comenzó a llevársela
-Oye! Que crees que haces?-dijo Inuyasha
Mientras tanto, Miroku seguía buscando a Sango. Ayame le avisó que estaba en el baño de mujeres, y el Ojiazul entró mientras la pelirroja vigilaba la puerta para darles intimidad
-Sango…-dijo Miroku al verla llorar frente al espejo, con las manos cubriendo sus ojos y su cabello algo revuelto.-Oh, Sango, no llores por favor
-No, Miroku, no quiero que te sientas responsable de nada-dijo la castaña alejándose de él
-Pero Sango…-dijo Miroku, pero Sango siguió hablando
-No, Miroku, no necesitas explicarme nada ni darme excusas, yo sé que esto no es tu culpa
-Sango-la llamó él, pero otra vez no fue escuchado
-Ni tampoco te preocupes, ya veré como arreglarme, confío en que saldré adelante sea como sea-dijo entre lágrimas
-Sango-la llamó él con más esmero
-Te promete que no te pediré nada, yo solo quiero que seas feliz y no me importa lo que cueste
-¡Sango escúchame!-gritó Miroku y la aludida se calló. Miroku nunca antes le había gritado.-Sango, tienes que calmarte, no pienso poner ninguna excusa. No me importa si tengo que dejar la escuela o si tengo que buscar trabajo, yo te juro que el hecho que estés embarazada es la mejor noticia que me has dado-dijo el ojiazul abrazándola
-Pero, Miroku, yo no quiero que te sientas obligado a nada…
-¿Por qué te cuesta tanto el aceptar de que ya no soy como antes, y que te amo más que a nada no importa lo que pase? Sango, un bebé, el fruto de nuestro amor
-Oh, Miroku, te amo tanto!-dijo Sango llorando en su pecho
* * *
Era hora de irse a dormir, y mientras preparaba sus cosas pensaba en lo que le había contado Kagome. Ahora entendía la reacción de Miroku de esa mañana. Sango estaba embarazada, y ella y Miroku iban a formar una familia. Al levantar la mirada vio a Kagome a través de la ventana, al igual que él ella se preparaba para ir a dormir. Tenía el pelo recogido en una colita alta, y vestía unos joggings azules y una campera de polar celeste, ¿cómo podía hacer que aun vestida así se viera tan hermosa? Ella se sintió observada y le devolvió la mirada mientras sonreía y lo saludaba. Él la saludó también y se fue a bañar, pensando en la sonrisa de la azabache y en la suerte que tenía de que ella fuera su vecina. Tal vez de no haber sido así, no hubieran sido los mejores amigos. Recordó cuando la conoció, cuando ambos tenían 7 años
*Flash Back*
Afuera llovía con fuerza, en la residencia Taisho una señora de cabello negro y corto se despedía de su hija
-Bien, Kagome, por hoy te quedaras con los Taisho, pórtate bien y no le des problemas-dijo la mujer
-Tranquila, Sonomi, estoy segura de que es un angelito-dijo Izayoi
-Muchas gracias por dejar que se quede aquí-dijo Sonomi
-No es nada, quédate tranquila-dijo Inu Taisho al lado de su esposa
-Mami, papá va a morir?-preguntó la pequeña Kagome con inocencia
-Claro que no, solo lo llevamos al hospital por prevención, ya vas a ver que antes de que te des cuenta vamos a estar todos juntos de vuelta yendo al aeropuerto a recibir a tu Abuelo y a Souta cuando vuelvan de su viaje-dijo Sonomi con una sonrisa reconfortante-Ahora será mejor que nos vayamos, cuídate Kagome y se una buena niña
-Adiós, Mami-dijo la pequeña dejándose abrazar por su madre
-Adiós a todos-dijo Sonomi y se fue cerrando la puerta
La niña se dio vuelta encontrándose con la familia Taisho observandola, y el panorama era iluminado por el fuego que calentaba el hogar.
-Bien, Kagome, pronto estará la cena, mientras tanto puedes ir a jugar con Inuyasha-dijo Izayoi con una sonrisa maternal
-Anda, hijo, ven aquí y saluda a Kagome-dijo Inu Taisho mirando a su hijo menor
-Vamos, enano, se educado-dijo Sesshomaru empujándolo para que saliera de atrás de él
-Hola, Soy Kagome-dijo la niña al tenerlo en frente
-Yo soy Inuyasha-dijo el niño
Gracias a la edad en poco tiempo se encontraron jugando en la pieza de Inuyasha. El tiempo pasó y se visitaban todos los días para jugar, además de que Kagome pasó varias noches en casa de los Taisho cuando su padre era llevado al hospital. 3 meses después, el padre de Kagome murió, pero la pequeña contó con el apoyo de su nuevo amigo para seguir adelante.
*Fin Flash Back*
Ya habían pasado 9 años y ahora su amistad estaba peligrando debido a esos extraños arrebatos que ambos sentían al verse.
A la mañana siguiente, se fueron juntos a la escuela como todos los días. Allí se encontraron con sus amigos y se fueron al patio mientras esperaban que sonara el timbre
-Hoy tampoco vino Naraku…-dijo Kouga
-¿Creen que haya dejado la escuela?-preguntó Hoyo
-Hace 2 semanas que no viene, si no dejó la escuela yo creó que pronto se quedará libre por la cantidad de faltas-dijo Miroku
-Ya, que importa lo que haga ese imbécil-dijo Inuyasha
Mientras tanto, Sango, Ayame y Kagome estaban apartadas de los chicos sentadas en las raíces de uno de los árboles
-Te dije que estabas equivocada!-le dijo Kagome una vez que Sango terminó de contarles lo sucedido con Miroku
-Ahhh Miroku es tan tierno-dijo Ayame
-Bien, ahora te toca a ti Ayame, que ha pasado con Kouga?-preguntó Sango
-De que hablan? Por que creen que pasó algo?-dijo la pelirroja
-No te hagas la inocente, durante clases no dejan de mirarse, los dos se sonrojan cuando alguien menciona al otro y están diferentes, sonríen todo el día y Kouga no esta tan quejoso últimamente-dijo Kagome
-Bueno…tal vez si haya pasado algo…-dijo Ayame haciéndose la misteriosa
-Cuenta! Cuenta!-dijeron las otras dos a coro
-Lo haré luego-dijo Ayame
-¿Por que?-preguntó Sango entre desilusionada y enojada
-Por que ya ha tocado el timbre y los chicos vienen hacía acá-dijo Ayame parándose
Sango y Kagome se dieron vuelta y vieron a los chicos caminar hacía ellas. Tendrían que esperar para enterarse. Kagome sonrió, tal.vez la cosas mejorarían en adelante.

Continuara...^^

 

Re: ·Seduciéndote para Protegerte· [Inu&Kag] (Duplicado)

Al fin! Hace 2 dias que intento poner la conti! primero se me cayo Internet y dsp se cayo CZ!
Pero bueno, al fin aca les traigo al conti!

Capitulo 20 “Peleas”

-¿Lista?-preguntó Inuyasha desde el marco de la puerta
-Si! Ya podemos irnos-dijo Kagome con una sonrisa mientras tomaba su mochila
-Bien, los demás deben estar esperándonos-dijo Inuyasha
-Verdad, será mejor irnos-dijo Kagome yendo junto a él
Luego de despedirse de su familia se encaminaron a casa de Ayame. Inuyasha notó que Kagome estaba sonriente, seguramente era porque su abuelo había sido dado de alta y ya estaba en de vuelta en su casa. Eso le hacía pensar cuanto les duraría esa paz, por que sabía que si Naraku había desaparecido seguramente planeaba algo.
-Que haremos con Sango y Miroku?-preguntó Kagome
-No lo sé. ¿Cuánto crees que dure la pelea?-dijo Inuyasha
-Sinceramente no tengo idea. Esta vez fue fuerte, y considerando que Sango esta embarazada…ese idiota de Miroku, debería ser más considerado!-dijo Kagome
-Oye, que solo por que esté embarazada no va a tener coronita-dijo Inuyasha
-Pero todo fue culpa de Miroku!-dijo Kagome
-Bueno, Sango también hizo su parte, yo creo lanzarle un portarretrato le habrá molestado un poco a Miroku-contestó Inuyasha
-Ella está en un estado delicado, actuó impulsivamente!
-Pero pudo haberlo lastimado!
-Te aseguro que Sango no le apuntó a Miroku, solo fue un impulso del momento
-Si como no, Miroku tuvo suerte de esquivarlo
-Bueno, lo hubiera pensando antes de llegar 1 hora tarde aún sabiendo que Sango estaba embarazada
-Solo se retrasó! Además, lo dices como si hubiera tenido que esperar en la intemperie, Sango estaba en su casa
-No importa donde estaba! Se preocupó mucho! Y en sima Miroku no respondía el celular
-Solo se quedó sin batería! Sango es una exagerada
-No, Miroku es un desconsiderado
-Como si tú nunca te hubieras quedado sin batería
-Pero podría haberle avisado!
-Te recuerdo que los celulares no andan sin batería, no tenía forma de comunicarse
-Si de verdad lo hubiera querido hubiera podido avisarle
-Como sabes lo que quiso y lo que no! Sango debió quedarse tranquila esperando en vez de desesperarse
-Ash! Eres imposible!-le dijo Kagome
-No te preocupes que tú no te quedas atrás-dijo Inuyasha
-¿Eso crees?-preguntó la azabache con el ceño fruncido
-Eso creo-respondió el ambarino
-Bien-dijo Kagome cruzándose de brazos
-Bien-repitió Inuyasha
No hablaron durante el resto del trayecto. Cuando llegaron se encontraron con los demás ya listos para irse. El tío de Ayame se iba de viaje y le había pedido a ella que cuidara de su casa mientras no estaba permitiéndole llevar a sus amigos. La mansión estaba en un pueblo cerca de allí, y la madre de Ayame se había ofrecido a llevarlos
-¿Y Hoyo?-preguntó Sango
-No pudo venir, se enfermó a último momento-dijo Ayame
-Que lastima, hay otras personas que deberían haberse quedado en vez de él-dijo Kagome mirando de reojo a Inuyasha
-Lamento arruinarte el fin de semana, pero pienso ir tan solo para molestarte-dijo Inuyasha con una sonrisa burlona
-Vamos, Amiga, solo ignóralo-dijo Sango tomando a Kagome del brazo y llevándosela hacía el auto
-Si, será mejor que no discutan, no sea cosa que algo vuele por los aires-dijo Miroku
Sango gruñó y siguió caminando. Kouga y Ayame intercambiaron miradas en las que se leía “este será un largo fin de semana”. Durante el viaje los únicos que hablaban era Kouga, Ayame y la mamá de Ayame. Los demás tan solo hacían algunos comentarios, y cada vez que podían lanzaban alguna indirecta.
-Bien chicos, aquí es. Pórtense bien, y disfruten-dijo la madre de Ayame antes de irse
-Bueno, que tal si entramos y elegimos habitaciones? Hay 3 habitaciones de invitados, así que dormiremos de a dos-dijo Ayame
-Yo con Sango!-dijo Rápidamente Kagome
-Yo con Miroku!-dijo Inuyasha
Ayame miró sonrojada a Kouga quien la observaba con malicia
-Oye, Ayame, las habitaciones tienen cerradura? Tengo miedo de que en medio de la noche alguien entre y nos arroje un portarretrato o algo así-dijo Inuyasha
-No te preocupes, Inuyasha, en tu caso será algo más mortífero que un simple portarretrato-contraatacó Kagome
-Pues ten cuidado, linda, podría pasarte algo si entras a mi habitación en la noche-dijo Inuyasha con una mirada pervertida
-Intentas intimidarme? No te tengo miedo, Inuyasha-dijo Kagome muy segura
-Ya lo veremos, pequeña-respondió el ambarino desafiante
-Bien, bien. Suficiente. Mejor entremos antes de que se maten aquí mismo-dijo Kouga empujándolos hacía adentro
Cuando ingresaron quedaron impactados por la belleza de la mansión. Ya por fuera era hermosa, pero por dentro quedaba a la vista el nivel de cultura y riqueza del propietario de la casa. Cada uno fue a una de las habitaciones para asentarse mientras iban conociendo más el lugar. Mientras Sango sacaba algunas cosas, Kagome fue al balcón a ver el lugar.
-Mira, Sango, es hermoso!-dijo Kagome
La castaña salio a ver y se encontró con el panorama. Se veía un jardín enorme con flores y árboles muy cuidados, una gran pileta con agua fresca y al fondo el lugar terminaba en una barranca con el mar de fondo. El balcón era compartido con la habitación de Inuyasha y Miroku quienes estaban ordenando sus cosas. Cuando Inuyasha levantó la vista vio a Kagome con su vestido al viento y la mirada centelleante. El estar peleados no significaba que esa extraña sensación en su estómago se detuviera. Sintió una mano en su hombro y cuando se giró vio los ojos azules de Miroku
-Nosotros estamos en desventaja, verdad?-dijo Miroku dándole un vistazo a Sango
-Keh! Cállate, esto es tú culpa-dijo Inuyasha saliendo de la habitación.
* * *
-Tranquila, Sango, esto es normal cuando estas embarazada. Solo tienes que reposar y esperar a sentirte mejor-dijo Ayame poniéndole una toalla mojada en la frente
-Hablas como una experta-dijo Kagome divertida
-Le pedí algunos consejos a mi mamá antes de salir de casa-dijo Ayame
-Solo prométanme que esto no les arruinará el día-dijo Sango acostada en la cama. Kagome iba a decir algo pero ella la interrumpió-Te conozco bien, Kagome
-Haré mi mejor esfuerzo-dijo Kagome con una sonrisa
Kouga observaba la escena desde el marco de la puerta cuando sintió unas voces detrás de él y al darse vuelta se encontró con Inuyasha y Miroku
-¿Qué sucede?-preguntó Miroku
-Sango se siente mal, vomitó y esta algo mareada-explicó el ojiazul.-preocupado?-preguntó al ver la expresión de Miroku
-Claro que no, si se siente enferma no tendrá fuerzas para arrojar cosas por el aire-bromeó el ojiazul-Estaremos seguros por un rato
-Oye, idiota, te escuché!-dijo Sango enfadada
-Mejor vamonos, antes de que nos tiré el termómetro-dijo Inuyasha riendo
* * *
-Oigan, tengo hambre-dijo Inuyasha entrando a la cocina
-Si, ¿cuándo harán la cena?-dijo Miroku entrando tras él
-¿Acaso creen que vinimos para servirlos? Ustedes irán a pedir comida mientras nosotras vamos a al supermercado a comprar algunas cosas-dijo Kagome
-¿Estas loca? Esta por caer una tormenta, no pienso salir-dijo Inuyasha
-Es un pueblo pequeño, no hay controles policiales-dijo Kouga
-Así que podemos usar algunos de los autos de mi tío-completó Ayame. Esa ideo tentó a Inuyasha.
-Me imagino que tú manejaras, Ayame, por que si lo hace Kagome tendrás que pagarle un auto nuevo a tu tío-se burló Inuyasha
Ayame vio como Kagome empezaba a enrojecer de furia mientras formaba un puño. Le hizo señales a Kouga para que se llevara a los chicos de allí y después de avisarle a Sango ellas también se fueron. Mientras tanto, Sango se quedó sola en la gran mansión. La televisión estaba aburrida así que prefirió dormir un rato. Se acomodó en la cama cuando sintió un ruido. Al principió se asustó, pero intentó calmarse pensando que era una casa antigua y tal vez era algún ruido del lugar. Pero cuando volvió a acostarse estaba segura de haber visto una sombra en el pasillo. Se quedó estática sin saber que hacer y escuchó un ruido estrepitoso, que no era precisamente un trueno.

Continuara...^^