Emily Hodges Hubert aceptó y dejando ver a lo que parecía ser su nueva adquisición legendaria (qué suerte, yo también quería atrapar un pokémon legendario), nos preparamos para marchar. El viaje a lomos de Unfezant fue tranquilo pero veloz. Recorrimos lo que quedaba de ruta y la Calle Victoria en muy poco tiempo, alcanzando la Sede del Gran Campeonato casi de inmediato. Aterricé y observé como Hubert seguía el proceso al poco tiempo. —Bonito lugar, ¿eh? —le dije, con una sonrisa cuando llegó—. Estoy segura que dentro de poco os veré a Effy y a ti aquí... ¿Hum? Al pronunciar el nombre de Effy, el holomisor sonó, dando la casualidad de ser un mensaje suyo lo que había recibido. Lo escuché y no pude evitar dejar ver una sonrisa en mis labios. Esta Effy tan aventurera... >>¿Has escuchado? Effy también ha pensado como tú... ¡Vamos a darle una sorpresa! —y tras exclamar aquello, cogí al chico de la mano para salir corriendo hacia el este, camino dela Ruta 315. Contenido oculto Bruno EVF Esto va a ser un visto y no visto ;)
Drake Orestes Tardamos varias horas en llegar a la Sede. Hiko aleteó un poco tratando de mantenerse despierto un poco más, pero debía de estar demasiado agotado, porque se devolvió a su pokeball poco después. La Sede de la Jungla batalla se veía exactamente igual a como era solo unos meses atrás. Siendo este mi destino de aquel viaje, me acerqué al momento.
Drake Orestes Hiko estiró las alas al salir de su esférico, antes de posarse en mi hombro. Parecía haberse echado una siesta en las ultimas horas. Habría un torneo dentro de unos días. En todo el tiempo que llevaba en Galeia nunca me había interesado demasiado por los torneos, o al menos nunca lo suficiente como para inscribirme en alguno. ¿Que era lo que me había detenido anteriormente a intentarlo? Probablemente sentía que mi equipo no era lo suficientemente fuerte como para ganar una batalla de esas. Y la verdad era, que no me había centrado mucho en entrenar, solo en convivir con mi equipo como una familia. Solo en los últimos meses había podido observar su potencial y decidir que ellos podían brillar como estrellas en el campo de batalla, y que sería horrible de mi parte no permitirles hacerlo. Tenía que ingresar en este torneo. Mi equipo no estaba del todo completo, pero sin duda estaban listos. Mientras entrenaba y encontraba a los compañeros que faltaban para crear un equipo sólido, podía centrarme en explotar el potencial del equipo actual. Aún si no ganara. Aún si me destrozaran en la primera contienda . ¿A quien rayos le importa? No se trataba de mi, se trataba de ellos. —Vamonos de aquí. Tenemos que ver que podemos hacer en una semana. Ya volveremos a esta sede por tercera vez.
Alpha Xenodis. Salimos de los oscuros confines de la Calle Victoria y la luz me cegó. Cuando pude abrir mis ojos me encontré en un enorme lugar, con un aura imponente como ninguno de los que antes había visitado. Estaba lleno de edificios y eran pocos los entrenadores que estaban en el lugar ¿será porque te pedían haber quedado en cierto lugar en los torneos o tener medallas para entrar? Quizás, quizás. —Muy bien, pero antes tenemos que encontrar a dos miembros más. >>Cuando lo hagamos volveremos a por ellos. Apunté a uno de los edificios al azar, me decidí por atacar ahí. Pasé al centro pokémon para poder curar a mis pokémon y posteriormente solo salí del lugar con un rápido vuelo en Swellow.
Alpha Xenodis. Tras haber llegado a la Sede simplemente me dirigí al Centro Pokémon, hice una rápida curación a todos los pokémon que me acompañaban y entonces salí en dirección a uno de los grandes edificios que se encontraban en el lugar. —¡Hora de entrenar!
Hubert Mattsson Conocíamos el camino hacia este lugar gracias a la ayuda de Emily, quien nos había indicado el camino hace un tiempo. En aquella ocasión apenas había tenido tiempo de admirar la arquitectura de los diferentes Edificios Batalla, porque luego tuve que centrar la mente en otros acontecimientos que obligaron a tomar otro rumbo. Ahora que gran parte de los villanos que amenazaban a la región Galeia habían sido detenidos, podía permitirme pensar con tranquilidad en el Torneo. Pero sólo un poco: desconocía el paradero de Mike y Melanie. Pese a que no me parecieron malas personas, eran sin duda los que más me preocupaban. Sacudí la cabeza, en un intento por quitarme de encima la imagen de sus rostros. Todo estaría bien, de momento. Mi objetivo era otro en este momento. La torre de cristal que había más allá, a la que me dirigí rápidamente.
Alpha Xenodis. Tras mi victoria en el Parque Batalla simplemente salí a las afueras del lugar, sonriendo ampliamente al ver como el contador de PB había aumentado en unas cinco unidades. Era jodidamente satisfactorio ver que aquello estaba ocurriendo, además de que los puntos tampoco venían para nada mal. —Es hora del torneo, así que hemos de ir, chicos... Aunque creo que olvidé algo en Témpera—Liberé en ese entonces a Swellow y me monté de manera suave sobre él, acariciando sus pelos negros.—. A Témpera, ¿sí? Y emprendimos el vuelo.
Hubert Mattsson Mientras me retiraba del edificio de la Escalera Batalla seguido por Serperior, volví a repasar el mensaje enviado a mi Holomisor. En él, el comité organizador del Torneo Aerosol me informaba que se encontraba abierta la sala de mi combate. Mi oponente en primera ronda era… —Mimi. Por primera vez desde que nos conocimos, nos enfrentaríamos en una batalla pokémon. Me alegró conocer su decisión de haberse apuntado al Torneo Aerosol, lo que al mismo tiempo despertaba mi curiosidad. El motivo para ambas sensaciones era el mismo: su equipo se había vuelto más fuerte. Liberé a Reshiram, al tiempo que regresaba a Serperior. —A Ciudad Aerosol.
En la Sede del Gran Campeonato había mucho revuelo... al parecer, estaban desarrollándose obras en secreto desde hacía algún tiempo, y era la hora de la gran inauguración. ¿Habría alguna sorpresa para los entrenadores del Frente? De hecho, parecía ser que, con motivo de la inauguración de las sorpresas, se había implementado una promoción nueva: ¡desde este momento, tal y como se anunciaba en carteles por todos los rincones del lugar, sería posible que, los que entren abonando la cuota de 3000 puntos, podrán recuperar su inversión una vez que obtengan acceso gratis quedando en el podio de cualquier torneo! Contenido oculto Ya lo habéis leído: los que hayáis pagado los 3000 puntos podréis, a partir de ahora, pedirme que os los devuelva siempre que obtengáis el acceso gratuito a través de quedar en primer, segundo o tercer lugar en un torneo. Y, además de eso, todos los que vengan ahora que paguen la entrada podrán aprovecharse de esta ventaja, también, y recuperar su inversión más adelante. Y eso no es todo... la sorpresa de verdad vendrá en pocos minutos ewe
Alpha Xenodis. Tras acabar la tercera ronda de combate decidí ir a dar una vuelta en mi compañero Rayquaza, a quien llamé de un rápido pitido. Tras eso, salimos disparados del lugar.
Alpha Xenodis. Acabé agotado tras el combate contra Pyro, de verdad me estaba comenzando a llevar abajo el hecho de no dormir tanto como solía hacerlo antes. —Vamos a la Torre, Shen. Suspiré mientras montaba al pokémon, de verdad que acortar la brecha tomaría un pedazo de mi cuerpo... Pero valdría la pena.
Alpha Xenodis. Decidí salir del parque a tomar un poco de aire. Sentía que había estado unas dos semanas a dentro, a diferencia de las reales tres horas que habían pasado desde mi entrada al lugar. —Volemos, Swellow.—Indiqué antes de liberar al tipo Volador y emprender el viaje hacia un lugar donde hace mucho no estaba.
Alpha Xenodis. Cuando salí del parque de batalla no pude evitar bostezar ampliamente. Llevaba horas ahí dentro y mi cuerpo pedía por sobre todas las cosas un buen descanso que obviamente, gracias a Darkrai, no podría brindarle en su totalidad. Pero la vida sigue, ¿no? Ahora toca ir a la Torre Desafío a por más puntos. —Shen, ven aquí—Dije antes de dar el silbido al gran dragón. Esperé un par de minutos a que llegase y cuando finalmente lo pude ver simplemente me reí, quizás en qué parte del planeta se encontraba... Menos mal los artesanos de Ciudad Endrino son muy diestros en lo que se trata de dragones, sino quién sabe cómo haría volver a este legendario.—. Nos vamos a Témpera. Y lo monté una vez más, como ya acostumbraba, y empecé a dormir mientras que él me conducía hacia la ciudad de mi primera medalla.
Alpha Xenodis. Tras salir de la Fábrica Batalla simplemente utilicé el silbato para llamar a mi colosal dragón. Obviamente éste me hizo caso y descendió desde los cielos, creando una gran ráfaga de viento que hizo levantar todo el polvo y tierra por el lugar. —Tan escandaloso como siempre, ¿no? Reí un poco antes de montarme sobre las cálidas escamas de mi querido Shen y seguido de eso emprender el vuelo hacia las Islas Artistas.
Lucas Diamond Guau... Nunca llegué a imaginar que viajar hasta la sede del gran campeonato sería real. Sus edificios eran descomunales y relucientes, especialmente el edificio del gran campeonato, dorado. Al reflejo del sol, relucía de una manera cegadora. No supe cuál de los edificios probaría primero (desde luego alguno probaría, tenía que amortizar la inversión)... Tras un breve dilucidar, elegí la Plataforma Batalla.
Lucas Diamond Regresé a la sede del gran campeonato, tranquilo por haber mantenido la racha de tres victorias hasta el momento. Si pudiera seguir así, seguro que entraba en el ranking... O bueno, al menos me divertiría, ¡desde luego! Abrí el portal hacia Udan sin que nadie me viera, y lo atravesé para llegar hasta los campos de miel.
Lucas Diamond Bueno, tras el pequeño contratiempo, volví a la rutina. Monté a lomos de Archeops y salimos volando hacia la sede del gran campeonato, donde se encontraba el frente. Me preguntaba si aquella presentadora tan agradable se acordaría de mí... Revisé tenerlo todo listo, y entramos al establecimiento.
Lucas Diamond Me agarré fuerte a Archeops durante el viaje; ya no recordaba lo movidos que eran los vuelos con él. Y esta vez, si moría, no tendría otra segunda oportunidad. Aterrizamos bruscamente en la sede del gran campeonato, y más que reñir a Archeops por casi estrellarnos, solo pude abrazarle una vez más. Alcanzamos el centro Pokémon donde debía aguardar Cinccino. Efectivamente Joy se encargaba de custodiarlo hasta mi llegada. Allí me encontré con mi compañero de nuevo, que me abrazó con cariño. Quizás todo fuera un recuerdo, pero para mí, era muy real. Descansaron todos los Pokémon con la enfermera hasta que estuvieron en perfecto estado. Y tras eso, nos marchamos una vez más a la plataforma batalla.
Drake Orestes Y bueno, nos encontrábamos aquí por tercera vez. Realmente esperaba poder acabar el primer recorrido sin tener otro contratiempo. Esta vez iba a terminarlo por fin, porque confiaba en que mi equipo y yo coordinabamos como nunca antes luego de todo lo que había pasado. Así, nos dirigimos otra vez a la Jungla Batalla.
Emily Hodges El viaje fue largo pero realmente lo agradecía. El aire fresco mientras volaba y ver Galeia bajo nuestros pies siempre era algo que me hacía dejar la mente en blanco. Era una sensación que no quería desaprovechar así que siempre intentaba no pensar en otra cosa. Aterrizamos después de un tiempo y no pude evitar mirar con sorpresa los edificios. Ya había estado ahí antes pero habían pasado muchas cosas y había olvidado lo imponentes que eran. Unfezant entendió que debía entrar a la pokéball y que no podía dejarlo volando como solía hacer, ya que quizás lo necesitase para combatir. Espeon si salió para hacerme compañía, como siempre. Y así nos dirigimos hacia el Coliseo. ¡Qué recuerdos!
