Emily Hodges Sin darme cuenta, debido a la tranquilidad del momento y el cansancio acumulado, acabé quedándome dormida en la misma postura en la que estaba. No era la más cómoda del mundo... de hecho, era muy incómoda, pero me había servido para descansar un poco y encontrarme con más energías al abrir los ojos. Al hacerlo, me di cuenta que Mimi ya se había ido, dejándome un nota. Oh vaya, la había dejado hablando sola, que mal~ Tendría que disculparme después con ella. Leí la nota con una sonrisa. Era corta, no decía gran cosa, pero me pareció muy tierna, así que mi reacción fue inevitable. Guardé el papelito en la mochila y me puse en pie, estirándome en el proceso. Observé que Espeon siguió mis movimientos, así que seguramente también había estado durmiendo junto a mí. —Vayamos a dar un paseo~ —anuncié, comenzando a caminar por el lugar—. A ver si tenemos noticias de Effy~ ¡Por lo menos entretenernos de alguna manera mientras salen! Y tras aquellas palabras, el tipo psíquico y yo emprendimos marcha por el enorme lugar, curioseando por ahí para pasar el tiempo.
—¡Ah! No pude evitar una pequeña exclamación de sorpresa cuando un Purrloin salvaje se cruzó en mi camino, tomándome de sorpresa y haciéndome tropezar. Había caído justo encima de mi bolso, lo cual no podía significar buenas noticias… Y en efecto; en la caída se me habían roto un par de pokebolas vacías, como pude comprobar casi de inmediato. Revisé el bolso para ver si había mayores daños… y me topé con la pantalla del Holomisor, partida por la mitad. Saqué el aparato y apreté botones apresuradamente; nada funcionó. Había cesado de funcionar por completo. Tendría que pasar por Ciudad Témpera y pedirle a Joy que lo reparara pronto. Me puse de pie; ya habría tiempo para eso después. Guardando el inservible Holomisor dentro del bolso nuevamente y maldiciendo internamente por última vez a aquel Purrloin, decidí continuar caminando en dirección al Coliseo o el Parque, en busca de mis compañeras de viaje… y pronto descubrí, cerca de la entrada al parque, que ya una de ellas se encontraba allí fuera esperando. —¡Emily! —exclamé, acercándome a la joven y su Espeon—. ¡Que bueno encontrarte! ¿Qué tal te ha ido en el Coliseo Batalla? ¿Y Mimi? ¿Sigue dentro del Parque Batalla? Contenido oculto @Amane @Noir
Emily Hodges En medio de mi paseo, Espeon y yo dimos de lleno en una grata sorpresa. —¡Hola Effy! —saludé con efusividad, mientras me acercaba. No pudo faltar wl abrazo lleno de emoción que le di en cuanto alcancé su posición. Miré con una sonrisa su rostro mientras escuchaba las preguntas. —Oh~ He caído sobre la cuarta ronda~ —respondí encogiéndome de hombros—. Antes he estado con Mimi y... ha vuelto al Parque, lo que no sé es como le irá. Le quedaban aun dos combates cuando yo la vi —expliqué, pensativa. Poco después llevé mis manos a la espalda, uniéndolas. —¿Cómo te ha ido a ti? ¡Estoy segura de que muy bien!
Emily me abrazó apenas me vio y no pude evitar una pequeña sonrisa ante ello; era Emily después de todo, esta reacción era esperable de inmediato. Me lamenté de que hubiese caído en la cuarta ronda del Coliseo; aquel edificio batalla se oía bastante intenso, tal vez lo probaría algún día. Considerando el nivel que tenía la Torre Batalla, no era extraño suponer que el Coliseo estaba por el mismo nivel, el cual era extremadamente alto… Emily había mejorado mucho si había conseguido llegar hasta la cuarta ronda, definitivamente. —¿Mimi sigue en el Parque? Entonces acerquémonos hacia allá, así la encontramos en cuanto termine —sugerí, y nos encaminamos hacia allí. Mientras caminábamos, decidí ir contándole a Emi que tal me había ido—. Yo he llegado hasta el quinto piso y decidí ahora tomarme un descanso… intentaré los cinco pisos que me quedan más tarde. ¿Y tú, Emily, qué harás ahora? ¿Intentarás otro desafío del Frente Batalla? Contenido oculto @Noir puedes ir apareciendo, you know (?
Mimi Honda La noche ya había caído cuando mis pies me llevaron fuera de parque. Me sentía agotada, tanto física como anímicamente, tenía hambre y un baño de espuma no me haría nada mal, pero estaba indudablemente feliz. Sí. Porque había logrado mantener mi promesa a pesar de las trabas, porque no había desperdiciado los puntos que Effy y Emily me habían dado para pagar mi entrada aquí. Si hubiera perdido aquel combate, habría herido también mi sentido de la lealtad, mi dignidad y mi orgullo, y eso hubiese sido peor que la derrota misma. Así que, cuando logré calmarme y dejar de llorar como una idiota de la emoción— ¡Era tan patético! ¡Y tan vergonzoso!— emprendí la marcha en busca de Emily. O de Effy, si es que había salido de la torre ya. ¿Qué podía estar haciendo a esas horas? Llevaba casi dos días sin salir de allí... —¿Cuanto tiempo más piensa retarse?— me pregunté en voz alta, caminado por el trecho asfaltado que separaba el Parque del resto de la sede. Las farolas iluminaban tenuemente el camino, envolviendo la noche veraniega en una estampa pacífica. Mientras caminaba, no pude evitar pensar en todo este viaje, y en lo que me había divertido junto a Effy y a Emily. Bueno, sí era cierto que no todo había sido "perfecto", ¿pero a quién rayos le importaba? Nunca pensé que podría divertirme en compañía de Effy. Se suponía que nosotras no estábamos hechas para ser amigas, jamás se me habría pasado por la cabeza. Si bien, ahora que había superado el desafío del Parque Batalla... no pude evitar preguntarme si sería capaz de derrotarla. — ¿Y tú, Emily, qué harás ahora? ¿Intentarás otro desafío del Frente Batalla? — ¿Esa voz? Ese tono tan decidido y enérgico a la vez... —¿Effy? Casi pude sentir como mi expresión se iluminaba cuando las localicé a ambas. A Effy y a Emily. Allí, en la amplia plaza que se encontraba no lejos del Parque Batalla. Effy también estaba allí, lo que me hizo sentir cierto alivio... porque de verdad creí que nunca saldría de esa condenado torre. —¡Chicas!— exclamé nada más verlas— ¡Effy! ¡Emily! La verdad es que el trecho que nos separaba era mucho más largo de lo que pensé. Acelere el paso. Contenido oculto I know, I know (? Plisu, soy malísima roleando reencuentros x'D
Emily Hodges Escuché atenta la historia de Effy mientras caminábamos. Sonreí, sabía que le estaba yendo bien, era Effy. —¡Genial! ¡Sabía que te estaría yendo bien! —afirmé con una sonrisa. Después, escuché su pregunta—. Oh, pues de hecho... Pero justo en ese momento, Mimi hizo su aparición, provocando que ambas parásemos y la esperásemos. —¡Hola, Mimi! —saludé en cuánto nos alcanzó. Miré a ambas con una sonrisa deslumbrante. Volvíamos a estar las tres juntas y eso me ponía tremendamente feliz. —¿Qué tal te ha ido? —pregunté, curiosa. Después les diría cual era mi plan, también quería saber su opinión.
Mimi Honda Mucho, mucho más largo de lo que esperé. Cuando me reecontré con Emily y Effy de nuevo, me vi obligada a flexionarme sobre mis rodillas para poder recuperar el resuello. ¡Oh cielos, creía que nunca se acabaría! ¿Por qué había corrido tanto, después de todo? ¡íbamos a vernos igual! — Por el amor de Arceus...— jadeé, antes de poder incorporarme. Si ya estaba agotada antes, aquella carrera acababa de matarme por completo —. Me merezco unas vacaciones después de esto... >> Effy, ¿cómo te fue en...? —¿Qué tal te ha ido? — esa fue Emily. Fue sinceramente sorprendente que preguntásemos a la vez. Sentí que mis mejillas enrojecían. ¿Qué tal me había ido? Responder un ''bien'' era demasiado común para mí, pero tampoco era esa clase de personas efusivas que gritaban sus logros a los cuatro vientos. De modo que solo sonreí, muy dignamente. —¿Cómo crees?— pregunté entonces, henchida de un orgullo muy mal disimulado—. Es obvio que lo logré. Te lo dije, ¿verdad? Un Honda jamás incumple su palabra. Fue horrible porque mis primeros rivales parecían querer destrozarme la vida y la autoestima, y mi última rival fue todo un desafío. Pero lo logré. >> Lo que me recuerda...— me quité el bolso y rebusqué entre mis cosas un par de segundos. Se trataba de mi Pokédex-holomisor—Ten, Effy. Recupera tus puntos, sólo tienes que decirle a Dex que los transfiera a tu cuenta. Lo mismo para ti, Emily. Era lo justo. Había sido un préstamo después de todo... ¿no?
Justo cuando Emily se disponía a contarme su plan de la próxima aventura, reapareció Mimi, quien salía triunfante del Parque Batalla. La joven Honda se apresuró hacia nosotros, tomando una aceleración que la dejó agotada en cuanto nos alcanzó, y necesitó de un momento para recuperar su aliento. —¡Felicidades! Ganar un edificio batalla no es poca cosa, así que sí, deberías sentirte orgullosa. Bien hecho —comenté, asintiendo hacia mi rival y amiga—. Oh, casi me había olvidado de los puntos… no se que diga Emily, pero a mi me da igual si quieres conservarlos o repartirlos; como tu prefieras, no te sientas obligada a ello. >> Oh, Emi, sí… ¿qué ibas a decir? ¿Sobre qué haremos ahora después del Frente Batalla?
Emily Hodges —Aw, Mimi, si los necesitas, guardalos~ —dije con sinceridad. No necesitaba que estuviera preocupada por unos pocos puntos, teníamos más cosas en las que pensar. Después me aclaré la garganta y miré a las dos chicas. —Sí. Hum... bueno, no sé si estaré del todo preparada pero... me gustaría ir ya a Islas Artistas para ver a Ethan... ¿qué opináis? —pregunté.
Mimi Honda Por parte de Effy... la verdad es que no fue la respuesta que esperé. En lo absoluto. ¿Bien hecho? ¿Qué demonios? ¿Un simple bien hecho después de todo lo que había tenido que pasar? Ese'' bien hecho'' no me transmitía absolutamente nada, no compensaba mi esfuerzo. No supe si mi hirió o me molestó, después de todo me había esforzado en ganar porque me sentía en deuda con ellas, en especial con Effy... ¿y ahora respondía con tanto desinterés? Es decir, ¡era obvio que estaba más interesada en el tema de Emily y en lo que haríamos después de salir de la Sede que en mí! Mentiría si dijese que aquello no me molestó. —¿Y ya está?— pregunté, apretando los puños— ¿''Bien hecho'' es todo lo que tienes que decir? ¡Lo he pasado horrible! ¡Si he hecho todo esto ha sido para devolverte los puntos que me dejaste, porque decías que era un préstamo! ¡De ninguna manera lo habría hecho si no fuera así, de modo que no me pidas que me los quede ahora! Extendí de nuevo la mano con la que sostenía a Dex, exigiéndole con la mirada que transfiriese los puntos correspondientes a su cuenta y que, por muy bien que me viniesen, no tenía intención alguna de conservarlos yo. Si bien aquella no había sido la única razón, si era la principal junto a mi promesa a Emily. Fue en ese momento, que escuché la voz de ella, con un tono bajo y vacilante. —Sí. Hum... bueno, no sé si estaré del todo preparada pero...—decía—me gustaría ir ya a Islas Artistas para ver a Ethan... ¿qué opináis? Dejé de insistir en el tema de Dex y los puntos por un segundo, y me volteé a ver a Emily. La verdad es que en ese momento fui perfectamente capaz de reconocer ese nombre, ya que recordaba con claridad aquel entrenamiento en Caballete que habíamos tenido por su causa. Ese entrenamiento había acabado horrible, de todos modos. El rostro lleno de ira de Effy bajo aquella lluvia torrencial sería algo que jamás olvidaría. Me hizo sentir de lo peor. —¿Ethan?— pregunté, confusa—. ¿Ahora? Contenido oculto Mi creatividad anda moribunda, sorry (?
—Mimi —dije con tranquilidad, intentando serenarla—. No dudo que la hayas pasado horrible… pero mi sorpresa hubiese sido mayor si hubieses perdido, porque en ningún momento dude que serías capaz de ganar. Confié en tus habilidades como entrenadora… y a juzgar por los resultados, no me equivoque, ¿cierto? Y por lo tanto, sí, lo diré de nuevo: bien hecho, Mimi Honda… >> Ahora, si tanto insistes, supongo que aceptaré los puntos de regreso… pero tendrás que transferirlos tú; tu pokedex es mucho más avanzado que el mío y no lo manejo tan bien… Me gustaría ir ya a Islas Artistas para ver a Ethan... ¿qué opináis? Al igual que Mimi, me silencié en el momento en que Emily expresó lo que quería hacer a continuación. Había oído un poco sobre Ethan de parte de Emily durante nuestros múltiples viajes, pero poco y nada; sólo que él había sido su primer rival, y que al parecer él la esperaba en Isla Artistas para enfrentarse nuevamente… —A mi no me parece mala idea —opiné, asintiendo con la cabeza—. Tal vez él sea más fuerte que antes, Emi, pero tú también lo eres, y estoy segura de que le demostrarás lo poderosa que te has vuelto desde que os enfrentaste por última vez. Y además Mimi y yo estaremos allí contigo apoyándote, ¿verdad, Mimi? El Espeon de Emily ronroneó como asintiendo a lo que decía. Un tiempo en las cálidas playas de Isla Artistas se oía fenomenal para descansar de mis batallas de la Torre, y después volver con energías renovadas; y además, sabía que mi presencia y la de Mimi junto a ella haría que Emily confiara más en sí misma y se determinara a ganar el encuentro.
Mimi Honda Le dirigí a Effy una mirada de soslayo... porque la vergüenza que sentí al oír sus palabras fue suficiente para que me rehusara a encararla de nuevo directamente. Entonces, ¿Effy no estaba desmereciendo mi esfuerzo? ¿De verdad había creído que podía lograrlo? ¡Ni siquiera yo misma había tenido fe en eso! Si no hubiera tenido ese éter en la mochila, los resultados habrían sido muy diferentes. Pero lo peor de todo no había sido eso... lo peor de todo había sido aguantar las provocaciones de mis rivales. —C-como sea...— musité en voz baja , sintiendo como me ardían fieramente las mejillas— En cualquier caso, si eso piensas... solo tienes que aceptar los puntos y ya, no puede ser tan difícil, ¿verdad? >> Dex, transfiérele a Effy sus 2.500 puntos, por favor— dije, a lo que mi Pokédex-holomisor respondió con su voz monocorde e impersonal de siempre: —Enseguida, señorita Honda. El silencio se hizo después de eso. Mientras escuchaba las palabras de Effy en lo referente a Ethan, no pude evitar preguntarme si esta que estaba por llevarse a cabo no sería otra aventura juntas. Porque, ¿íbamos a estar juntas, no? ¡De ningua manera podía dejar sola a Emily en una empresa como esta! —Y además Mimi y yo estaremos allí contigo apoyándote, ¿verdad, Mimi? —¿Ah? ¿Es una broma?—repliqué, muy orgullosamente—. ¡Por supuesto! ¡No te atrevas a dudarlo un instante! Cualquier cosa que necesites, Emily, puedes contar con nosotras.
Emily Hodges Sentí como mis ojos picaban debido a las lágrimas que amenazaban por formarse en ellos. —Gracias, Effy, Mimi, sois las mejores amigas que podría desear —dije, con sinceridad, antes de lanzarme a los brazos de ambas y así crear un abrazo grupal. Para mí, esas palabras de aliento, significaban mucho. Cuando me separé, me limpié rápidamente los ojos con el dorso de la mano y volví a sonreírles. —Prometo no defraudaros~ Tranquill salió de su pokeball y se posicionó, preparado para volar. —Cuando digáis vosotras.
Mimi Honda Y entonces Emily nos abrazó. No sabía que tenían esos abrazos grupales, pero siempre lograban hacerme sentir cálida en el interior. Bastaba uno solo de ellos para disipar mis inseguridades y mi soledad por completo. Así que me permití disfrutar de él, agradeciendo poder sentirme realmente parte de algo. Atesoraba esos momentos muy dentro, de hecho, aunque ni siquiera se me pasase por la cabeza expresarlo en voz alta. Cuando Emily se separó, pude ver que sus ojos estaban acuosos, brillantes debido a las lágrimas, pero de todos modos sonrió. Yo le devolví la sonrisa. El pokémon volador, Tranquill, que acababa de liberar agitó las alas, preparándose para el viaje que se avecinaba... Un momento. Pero eso... pero entonces... ¡¿Qué?! —¡E-espera Emily!— intervine entonces, exaltada—. ¿Vamos a irnos ahora? ¿Ya? Quiero decir... ¡es medianoche! ¿No deberíamos descansar y prepararlo todo con calma antes de partir? Era demasiado apresurado salir de inmediato, así y sin más. ¡Y yo estaba agotada!
—Muy bien, no se hable más entonces —declaré, sacando una pokebola y apretando su centro para expandirla en mi mano. Hecho esto, la lancé por los aires—. ¡Adelante, Skarmory! La pokebola se abrió por la mitad durante el vuelo y de ella emergió aquel pokémon volador de tipo acero. Skarmory clavó sus garras en la tierra y estiró sus alas, listo para partir cuanto antes, mientras que Mimi presentaba sus objeciones y quejas a nuestro accionar tan repentino (cosa que, claro, no sorprendió a nadie). Vamos a irnos ahora? ¿Ya? Quiero decir... ¡es medianoche! ¿No deberíamos descansar y prepararlo todo con calma antes de partir? —Relájate Mimi; así es como es una aventura, de repente, sin mucho tiempo de planificación. ¿Verdad, Emily? —determiné con una pequeña sonrisa—. Pero lo que sí, debo hacer una pequeña pasada por Ciudad Témpera… mi Holomisor se rompió, y debería llevárselo a mi herman para que lo mande a arreglar allí. >> ¡Oh, ya se! Aprovecharé para comprar comida para nosotras y para nuestros pokémon en la ciudad, y luego las encontraré en Isla Artistas. Pero debería partir cuanto antes para alcanzarlas… ¡será mejor que vayamos yendo, Skarmory! Aferrando mi bolso con fuerza, salté al lomo del ave de acero. Tomándome con fuerza para no caer mientras Skarmory extendía sus grandes alas metálicas, el pokémon volador comenzó el despegue, y pronto comenzamos a alejarnos del suelo. —¡Las veré en Isla Artistas, chicas! —exclamé, y poco después nos alejamos por el aire.
Emily Hodges Miré a Mimi con la cabeza ladeada pero no tuve tiempo de responder a su pregunta porque Effy se adelantó. Asentí enérgicamente, sonriendo. —¡Exacto! ¡Dan igual las circunstancias cuando se trata de alguna aventura! —expliqué, sin un atisbo de cansancio en mi actitud y voz. Le hice una seña de aprobación a Effy y observé como partía hacia Ciudad Témpera. —Si estás cansada, podemos intentar apañarnos algo en las Islas para que descanses —le dije a Mimi antes de subirme a mi pokémon volador, invitándola a ella después al extenderle mi mano.
Mimi Honda —¡P-pero yo tengo que prepararme!— repliqué ante las palabras de Effy, incrédula, en tanto que ella se preparaba para partir en su Skarmory—. ¡Y necesito descansar! ¡Y darme un baño! ¡Si voy a esa isla desierta sin protector solar me quemaré! No sé por qué hacía el esfuerzo. Era como hablar con una pared. Esa cabeza llena de serrín de Effy era increíblemente obstinada, lo sabía, y si se le metía algo entre ceja y ceja era literalmente imposible hacerle cambiar de idea. ¡Maldita sea!¡No podía atender a razones, por supuesto, ni siquiera podía tener en cuenta mis deseos y necesidades! Aquella había sido la misma razón por la que discutimos en Isla Caballete, ese egoísmo. Esa forma que tenía de clasificar mis quejidos como caprichos y banalidades era tan... molesto. Suspiré, frustrada. Todo fue vano. Effy me ignoró— que gran novedad—, y partió hacia Témpera tras una corta y enérgica despedida. ''¡Las veré en Isla Artistas, chicas!''. Y con eso mi destino fue sellado. —¿Por qué nunca me escucha?— musité entre dientes, apretando los puños con rabia contenida—. ¿Por qué simplemente no...? ¡Ugh, me pone enferma! —Si estás cansada—escuché entonces la voz de Emily, suave, tácita... a mi espalda. Le dirigí una mirada por encima del hombro. ''Si estás cansada...'' ¿Que no era evidente? ¿Por qué tenía que ser yo siempre la que dejara de lado mi orgullo, sometiéndome sin quererlo a las peticiones de los demás? ¿Por qué siempre terminaba sintiéndome la más inmadura del grupo?—. podemos intentar apañarnos algo en las Islas para que descanses. Que humillante. Me froté las sienes. Estaba cansada... de verdad que lo estaba. Aquella experiencia había sido extenuante para mí, de modo que vacilé. No quería hacerlo. Quería mantenerme firme en mi opinión, ir a descansar a algún CP, pero sabía que sin pokémon volador mis posibilidades de lograrlo eran nulas. Y tampoco quería hacer las cosas difíciles para Emi; o pecar de infantil por alguna clase de rabieta de niñita mimada que sentía que aparecería de un momento a otro, de modo que extendí mi mano para tomar la suya. Tan cálidas como siempre. Desviando la mirada, y con un tono muy bajo murmuré: >> Yo solo quiero una cama.
Por fin habia llegado a la Sede del Gran Campeonato. Al entrar, mi primer pensamiento fue algo así como "¡ARGGGG!". Deberían poner un aviso que dijera: "Advertencia: Has pasado las ultimas dos horas en una cueva casi completamente oscura. Salir a la luz sin tomar precauciones puede MATAR tus ojos". Sí, sería muy útil. En cuanto me recuperé de la ceguera inicial, me dirigí al Centro Pokémon de la zona. Era necesario restaurar a mi equipo antes de tomar cualquier decisión. Había una especie de restaurante por la zona, por lo que no tardé en dirigirme hacia allá. Estaba muriendo de hambre. Media hora después, estaba listo. Ni siquiera estaba pensando en descansar, la adrenalina ante lo que iba a hacer me haría imposible dormir. Entonces, sin más dilación, me dirigí al edificio Jungla Batalla.
Salí rápidamente del edificio. ¿Cuanto tiempo podía pasar antes de que fuera demasiado tarde? Por suerte, la secretaria no tardó mucho en entregarme a mis pokémon, aunque parecía especialmente confundida. Después de todo, ¿quien abandonaría un desafío cuando le estaba yendo tan bien? Luego de aclararme que de querer volver tendría que empezar de cero, me permitió salir. Liberé a Hiko. —Tenemos que irnos—le aclare. Crobat estaba demasiado agotado como para hacer un viaje tan largo, asi que tocaba estrenar el plan b. No dejaría que chatot me llevara volando agarrado de mi franela. Solo un idiota sin valor por su vida haría algo asi. Pero dias atrás había comprado unas correas con un gancho que, en retrospectiva, debían ayudar a chatot al tener un soporte de donde llevarme. Asi, pues, al ponerme las correas por encima de la franela, quedaba un soporte de metal a la altura de mi cuello, soporte al que chatot le hincaria las patas. —Isla Caballete —ordené, esperando llegar a tiempo.
El vuelo a través de los cielos me llevó finalmente a mi destino: la Sede del Gran Campeonato. Originalmente, mi destino era la imponente Torre Batalla, donde aún tenía un desafío pendiente ya que dejé la torre a mitad de camino. Todavía debía poder retomar por donde había tomado mi descanso, estaba segura… pero a medida que me acercaba a la sede, mi mente fue cambiando de parecer. Porque a lo lejos se alzaba el Faro de Descubrimiento, el abandonado y misterioso faro que nunca había visitado. Uno de los pocos rincones de Galeia que me quedaban por explorar… nunca estaba de más conocer un poco más de la región, ¿verdad? A lo mejor y encontraba algo interesante… y en cualquier caso, la Torre Batalla aún estaría ahí esperándome para cuando regresara, ¿cierto? Con eso en mente, decidí aterrizar en la sede y regresar a Skarmory a su pokebola. El trayecto que seguía a continuación quería hacerlo a pie… y con esta nueva mentalidad, comencé el recorrido hacia el faro, dirigiéndome hacia la Ruta 315.