Harry Potter Secreto.

Autor: Temarii Juuzou.
Personajes: Hermione Granger, Blaise Zabini.
Actividad: Parejas Disparejas.
Tipo: One-shote.

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Secreto.

Las mazmorras siempre han sido oscuras, pero nunca húmedas. Un hechizo, supongo, pero aún así, siempre silenciosas y alejadas de todo lo demás. Me encanta ser Slytherin por ello; poder sentarme frente a la chimenea con un libro o jugar ajedrez con alguno de mis compañeros, incluso practicar algunos hechizos se facilitan con tanta tranquilidad, sobre todo, cuando Draco y su pequeño grupo de seguidores no están dentro de la sala común. No hay que malinterpretar, Draco me agrada, las ideologías de su familia son las mismas que mi madre me ha enseñado con el paso del tiempo, pero sus amigos ruidosos y su arrogancia son algo que no puedo soportar. Es por ello que cuando el rubio entró a la sala común con la nariz sangrante y farfullando por lo alto “mi padre se enterará de esto” no pude evitar sonreír.

— ¿Qué le ha pasado?

En cuanto Draco entra, Pansy se levanta con un pañuelo blanco en mano, el cual lleva directo al rostro del Malfoy y la blancura de este comienza a tornarse rojizo, debido a la sangre.

—Granger le dio un puñetazo.

— ¡Esa maldita sangre sucia! Dañar a Draco de una forma tan… muggle…

No soporto a los hijos de muggles, dañan nuestro linaje, pero definitivamente esa Granger no solo es una gran bruja, también una gran golpeadora ¿Sería muy extraño demostrar mi gratitud por dejar un moretón en el arrogante rostro de Draco? Probablemente sí.

…

No me gusta Hogwarts en las fiestas, todo es ruidoso, todo es colorido. Especialmente, no me gusta Hogwarts en San Valentín, todo muy rosado, horrible. Pero hoy, en mi tercer año del colegio, por primera vez en mi vida, una carta se encuentra oculta escondida en mi túnica. La biblioteca es un buen lugar en las festividades, nunca es adornada y siempre debe estar silenciosa, así que un suspiro sale de mi cuerpo en cuanto los ruidos de risas son sofocados por los ruidos de las hojas de papel moviéndose y las plumas rasgando el papel.

Ahí esta ella, con la mirada encerrada en un enorme libro café, su pluma moviéndose con velocidad mientras sus ojos van de un lado a otro ¿Tiene qué esforzarse tanto? Revoloteo mis ojos antes de pasar disimuladamente cerca, fingiendo que observo los libros detrás de ella y tomando uno al azar, mi mano saca la carta y la deja en la mochila abierta de la Gryffindor antes de ir directo a la mesa mas alejada de todos; me siento y abro el libro solo para palidecer al leer el título: Mil y un pociones para evitar el salpullido y otras infecciones de piel.

…

Al igual que todos, creo que es injusto que no podamos participar en el torneo de los tres magos, y, sobre todo, aborrezco que un Hufflepuf cualquiera sea el que nos represente. Casi muero junto a mis compañeros cuando el nombre de Harry Potter sale del cáliz también.

Draco, que normalmente es agradable cuando esta solo, se comporta de una forma tan insoportable cada que puede, que en verdad estaría muy agradecido si Granger lo volviese a golpear directo en el rostro.

Cuando navidad llega, Pansy no deja de regodearse de su hermoso vestido y de lo afortunada que era al poder ser la acompañante de Draco, en cuanto entramos al gran comedor, lo único que sabe hacer Pansy es pavonearse mientras tironea del brazo del Malfoy. En cuanto los campeones entran con sus compañeros de baile, su rostro palidece al igual que el de Draco: tomada del brazo de Krum, Granger luce tan hermosa e irreconocible que solo puedo sonreír, de saber que podría verse tan espectacular, hubiera podido armarme de valor de invitarla.

…

Es mi quinto año, lo único bueno de Umbridge es que nos ha dado un botón que nos permite multar, acusar y castigar a quienes nosotros queramos, especialmente a los Gryffindor. Había disfrutado tanto el castigar a Ron Weasley la semana pasada, que muy poco importaba si era el Slytherin que menos usaba aquel poder que la nueva directora nos había proporcionado. Las festividades también habían sido mucho mas silenciosas, definitivamente este esta siendo el mejor año escolar.

Pasear por los pasillos es tan tranquilo ahora, puedo darme el lujo de andar por estos sin tener que desear esconderme en la sala común o en la biblioteca. Voy cruzando un pasillo cuando una melena irreconocible me hace girar el rostro. Es Granger, esta entrando en una puerta que podría jurar jamás había visto en esa pared, luego desaparece. Draco llega un poco después, con Crabbe y Goyle a sus espaldas.

—Zabini ¿La viste? A Granger, la estamos siguiendo desde el patio de Herbología.

Mis ojos viajan a la pared donde antes se encontraba una puerta, sería tan fácil decirles, Umbridge sin duda podría con cualquier extraño hechizo en aquella sala y todos los Gryffindor serían atrapados, quizá ¿Expulsados? Ya no veríamos ni a Potter, ni a ningún Weasley, solo Merlín sabe lo agradecidos que estaríamos de ya no tener que ver a Luna Lovegood tampoco. Pero ¿Granger? Esa sangre sucia no merece pisar los pasillos de Hogwarts, pero muy dentro de mi, no deseo dejar de verla.

—La vi pasar, creo que iba a su sala común.

Draco, junto a sus dos gordas sombras, refunfuñaron y se fueron. Miro por ultima vez aquella pared antes de caminar un rato más por los pasillos.

…

En el sexto año, Draco había parloteado de como ya no lo volveríamos a ver, porque su familia tenía grandes planes para él y Hogwarts era muy poco para él ahora, lo cual me molesto ¿Acaso estaba diciéndonos que los demás éramos inferiores por seguir en el colegio?

El nuevo profesor de pociones hizo aquel año lo que yo había estado evitando durante toda mi vida académica: hablar de mi madre. La amo, es una gran bruja, pero en definitiva su popularidad de “viuda negra”, no es algo que desee me arrastre. Detestaba las pequeñas reuniones con el profesor, pero si que puedo disfrutar el ver a Granger del otro lado de la mesa. Ella nunca me mira, no fijamente ni por mucho tiempo, pero cuando llega a hacerlo, aunque sea por tan poco tiempo, puedo sentir mi corazón saltar en mi pecho.

¿Sería extraño invitarla a la fiesta de navidad del profesor? Ella ya había sido pareja de Krum, así que… definitivamente pude ser mas rápido y hacerlo, así yo podría estar disfrutando aquella aburrida fiesta con ella y no viendo como se ocultaba del que, al parecer, es su compañero.

Definitivamente el sexto año estaba siendo extraño, pero nada fuera de lo común, no hasta la muerte del directo, lo cual comenzó una etapa nueva para el mundo mágico. Mi madre había decidido que no volvería el próximo año, por más que simpatizarnos con las ideologías de los mortífagos, prefería no involucrarse, ya que, según ella, no deseaba arruinar mi futuro en caso de que las cosas no salieran bien para aquel que no debe ser nombrado.

El último día de clases, después de asimilar que no volvería a pisar Hogwarts, Granger se acerca a mí, con cuatro cartas en mano, las únicas cuatro cartas que yo he escrito y entregado en San Valentín de estos últimos años escolares.

—Se que fuiste tu quien las dejaba en mi mochila.

—No sé de qué hablas.

—Mira, son muy bonitas, tienes una caligrafía y ortografía sublime, pero nunca podría verte como algo más… ni siquiera somos amigos.

—Lo sé, jamás podríamos serlo.

—Pero era lindo esperar cada san Valentín para recibir una. —Granger me sonríe y puedo jurar que el corazón se me saldría en cualquier momento —. Quizá, si las cosas no fueran tan complicadas… bueno, fue lindo.

La bruja saco una caja y me la entrego antes de darse la vuelta e irse. Abrí la caja, una sonrisa se pinta en mi rostro: chocolates, caseros, con una nota:

Zabini:

Eres un chico bastante atractivo, no solo físicamente, eres muy inteligente también. No dejes que los estúpidos ideales que tienes te arrastren a la ignorancia, tampoco te avergüences de lo que se rumorea ha hecho tu madre. Al final, eres tú, y eres grandioso. Gracias por tan hermosas palabras, en otras circunstancias, quizá, hubiera sido capaz de contestar a tiempo.

Hermione.

Pd: Espero tu salpullido haya desaparecido ¿Si te diste cuenta de que era ese mismo libro el que tomabas cada que ibas a la biblioteca?