Scorched Earth Erotica

Re: Scorched Earth Erotica

Hola!! muchas gracias por comentar me algro de que les haya gustado.
Bienvenidas shirlikagome y Frexua.
Ok les dejo la conti espero y sea de su agrado, cualquier cosa aganme lo saber no me enojo :D al contrario se los agradeseria.



Cap V.



Mis padres preguntaron sobre la ventana del carro que Naraku había golpeado, por lo que les dije que el y yo lo habíamos hecho por accidente jugando, pero tuvimos demasiada suerte de que no nos regañasen.

Al día siguiente fue realmente estupendo por que ya no era la única chica que se juntaba con puros hombres, puesto a que se nos unió la chica con la que mi hermano estaba hablando la otra vez; su nombre era Kanna y aunque era un poco seria a todos nos simpatizó mucho. En el receso los cuales me encantan ya que eran las mejor oportunidades de molestar a Inuyasha o a Jankotsu, nos la pasamos increíble ya que maquillamos a mi primo con mis cosméticos, el cual no se molesto, al contrario le vio el lado divertido paseándose por toda la escuela haciendo reír a toda la escuela, pero como todo tiene su decepción Jankotsu fue llevado a la dirección.

Naraku cumplió su promesa de pasar a la salida por mi al salón y por si fuera poco a Bankotsu no lo vi en todo el día, el cual me alegro mucho ya que me sentía más segura.

Pasaron siete días; el martes fue muy distinto a los demás días de clase, Jankotsu no había ido a clases lo que significaba que no pasaríamos receso de risas ya que casi todas las barbaridades que le hacíamos al pobre de Inuyasha se le ocurrían a el.
Durante el receso me encontré a mi hermano arriba de una banca como buscando a alguien, pero no estaba solo, sus amigos estaban con el pero a comparación de el estaba haciendo estos estaban sentados hablando uno con el otro. Así que se me ocurrió una fantástica idea de la que después me arrepentiría; me fui acercando lentamente hacia ellos, Hakudoshi se dio cuenta de lo que yo trataba de hacer pero no dijo nada por que se lo pedí con señales, aparte de que sonrió con malicia y disimulo no haberme visto. Me aproxime un poco más y cuando estuve lo suficientemente cercas…

- ¡¡¡NARAKU!!! – grite como una loca haciendo que el se exaltará y cayera de la banca. Sus amigos estaban riendo a más no poder - ¿Qué estas haciendo? – dije lo más tranquila y seria.

El se levanto pero algo en mi sabía que no me iría bien; trate de ver la expresión de su rostro más este no se distinguía por su flequillo que le cubría gran parte de su cara.

- Kagome esta si me las cobro – susurro, pero supe lo que había dicho al leer sus labios - ¡Ven aquí chamaca del demonio! – se lanzo corriendo hacia mi y yo no tuve de otra más que tratar de correr de su furia.
- Esta vez si me pase – pensaba mientras corría por toda la escuela.

Todos se nos quedaban viendo divertidos, entre ellos mis amigos que estaban doblados de la risa; Naraku me tomo del brazo, pero algo capto su atención desviando la mirada hacia las canchas, luego volteo a verme.

- Tienes suerte – dijo soltando su agarre de mi – Pero ni creas que lo pasare por alto el pequeño incidente, al rato me las cobro – dijo en tono amenazador para luego irse en dirección donde estaban sus amigos – Haku!! Esta por las canchas – en cuanto dijo esto todos sus amigos se fueron hacia esa dirección.
- Oye Kagome no me dejas de sorprender – decía Inuyasha entre risas – Que mala eres con tu hermano, pero que envidia me das. Cómo me gustaría que mi hermano fuera como el, bueno más bien que nos lleváramos de esa manera – decía un poco afligido.
- Inuyasha ¿Tienes hermanos? – pregunte con curiosidad.
- Si tengo uno que tiene un genio de los mil demonios, aparte de que no nos llevamos tan bien – sarcástico – Miroku ya lo conoce y sabe de lo que hablo ¿no es así? – este solo asintió afirmativamente – Pero a lo mejor ustedes ya lo han visto por la escuela y tiene un cierto parecido a mi, se llama Sesshoumaru. – note un poco de fastidio en su tono.
- ¿Sesshoumaru? – musite y recordé algo.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&& FLASH BACK &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


Iba tan rápido subiendo las escaleras y por mi distracción tropéese con alguien que por si no fuera por esa persona hubiera caído de las escaleras, el incidente fue presenciada por Naraku y por sus amigos y claro mi salvador.

- Gracias – dije un poco apenada y nerviosa. – Lo siento venia distraída
- Ten más cuidado – dijo fríamente.

Levante mi cabeza un poco para saber quien era esa persona, pero lo que vi me dejo sorprendida por completo.

- Inuyasha – dije casi inaudible a mi parecer, pero por la reacción de su mirada creo que le molesto.

Tenia cierto parecido con Inuyasha, el color de ojos y del cabello, pero me di cuenta de que el tenia un poco más clara la piel, más alto y esos ojos penetrables y fríos que me estremecían. A lo lejos pude ver como Kagura venia a toda prisa hacia nosotros, que por un momento pensé que estaba preocupada por mí, pero estaba equivocada, al parecer era a el al que buscaba y no a mí.

- ¡Sesshoumaru! – dijo abalanzándose sobre el casi lo tumbaba – Te he estado buscando, ¿Dónde te habías metido? – centrando su vista en mi.



&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&& Fin del FLASH BACK &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


- Ahora entiendo el porque se molesto cuando lo confundí con Inuyasha – pensaba haciendo memoria de aquella vez del incidente.
- Veo que ya lo conociste ¿No es así? Kagome – Inuyasha noto mi reacción en el momento en que había dicho el nombre de su hermano.
- Si, creo que si – dije nerviosamente.

Repentinamente mi celular comenzó a sonar, era mi padre, así que me disculpe con los muchachos y me retire a contestar la llamada.

- Hola papi, que pasa – cuestione con curiosidad.
- Hija acabo de hablar con tu director para pedirle permiso de que los deje salir temprano hoy, a ti y a tus hermanos…
- ¿Qué pero por que? ¿Qué pasa? – interrumpiendo a mi padre.
- Kagome que nunca se te quitara esa maña tuya de interrumpir a las personas – me regaño ya que siempre era lo mismo.
- Lo siento – me disculpe un poco apenada.
- No importa, solo hazme el favor de avisarles a tus hermanos; lo haría yo pero traen apagado el celular, no entiendo para que los quieren si casi nunca lo tienen encendido.
- De acuerdo padre, yo les aviso. Por cierto ¿A que hora? – curiosa.
- A las doce, una limosina los estará esperando en la entrada de la puerta de la escuela. Ha y por cierto, espero y que llegue entera – haciendo indirectas.
- Si por supuesto llegara enterita jejeje – reí nerviosamente.
- Esta bien cuídate hija, nos vemos luego...
- Igual tu bye – colgué y entonces fui en busca de mis hermanos y por lo que recordé, Naraku estaría en las canchas y era el más el que estaba más cercas. – ¡Ah! Se le olvido decirme para que nos quería – haciendo pucheros.

Fui hacia donde estaban las canchas para ver si estaba mi hermano ahí y definitivamente se encontraba ahí, pero mis ojos vieron a otra persona familiar. Ahí estaba el hermano de Inuyasha que al parecer estaba siendo rodeado por los amigos de mi hermano y este se aproximaba cada vez más hacia el, no sabía con exactitud de lo que hablaban ya que me encontraba muy retirada, comencé a cercarme sin que se dieran cuenta de mi presencia, pero esta vez era para escuchar no para sorprenderlos. Repentinamente todos empezaron a reír como hienas a excepción de Sesshoumaru que se encontraba con esa mirada fría inexpresiva, el dijo algo que izo que todos dejaran de reírse y dejando a Naraku asombrado con los ojos muy abiertos, Sesshoumaru solo sonrió con satisfacción y malicia ante su victoria. Mi hermano apretó fuertemente sus puños, su cara estaba rojo de furia y de un momento a otro se fue hacia el pero no puede contenerme más.

- ¡Hermano! – le grite con mucha preocupación.

El se detuvo en seco y todos voltearon hacia donde yo me encontraba; Naraku estaba mas pálido que de acostumbre y me miraba fijamente, el estaba temeroso, nervioso y tenso. Me acerque asta el y mientras lo hacia miraba con curiosidad a Sesshoumaru, pues me intrigaba sobre que le hubiese dicho a Naraku para que reaccionara de esa forma y quisiese golpearlo.

- Kagome – susurró Naraku mientras me seguía con la mirada. – Hakudoshi, váyanse – ordeno, haciendo que estos obedecieran.

Sesshoumaru fue el único que no se fue, se quedo ahí con una sonrisa de malicia de lado a lado; mi hermano solo frunció el ceño en desaprobación ante su presencia.

- Kagome deja que te expli…
- No te preocupes, solo venia a decirte que nuestro padre me llamo para avisar que vendrán a recogernos a las doce – decía mientras trataba de sonreír lo mas natural que se podía ya que aun estaba perpleja ante el suceso de ase un rato.
- Kagome…
- Hazme el favor de decirle a Kagura ya que están en el mismo edificio por favor ¿si? – le suplique poniendo los ojitos de perro para que aceptase.
- De acuerdo – dijo dando un leve suspiro.
- ¡Muchas gracias hermanito! – lo abrase en forma de agradecimiento y el lo acepto sin ningún problema. – Bueno me tengo que ir. Ah y por cierto no te olvides de pasar por mi al salón – el simplemente asintió, y me fui de ahí dejando los a ellos dos, esta ves solos.


Naraku y Sesshoumaru se encontraban en un duelo de miradas; Naraku dio media vuelta para irse pero algo lo detuvo.

- Eso comprueba mi teoría – decía serio.
- ¿Teoría? – cuestionó Naraku fingiendo el por que.
- Es hermosa, nadie te lo niega – decía sarcásticamente mientras se alejaba de el.
- ¡Sesshoumaru! Te lo advierto…
- ¿Advertirme? Tu advertirme jajaja. Ya no tienes nada con que amenazarme Naraku, has perdido esta batalla – decía con desden. – Y cuidado con que trates de hacer algo en mi contra, porque esta vez yo te tengo bajo mi poder – dijo con seriedad y malicia – Nos vemos mi gran amigo.
- No sabes cuan equivocado estas – pensaba con malicia – Esto apenas es el comienzo

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Faltaba poco para las doce, estaba en la clase de Física cuando se escucho que alguien tocaba la puerta, el maestro fue a ver de quien se trataba, mientras tanto Inuyasha tomaba una tijeras y le cortaba unos cuantos mechones a Miroku, yo no pude contener la risa haciendo que Miroku voltease para saber cual era el motivo y cuando lo izo Inuyasha por poco le corta la cara si no fuese por que este reacciono de inmediato, pero por el susto grite asiendo que la atención se centrara en mi con curiosidad.

- Señorita higurashi – llamo el maestro – Puede retirarse su hermano ha venido por usted – Naraku se asomo por la puerta cuando escucho que había gritado.
- Inuyasha no vuelvas a ser eso. Es muy peligroso, me asustases – dije quitándole las tijeras.
- ¡Me cortantes el pelo! – decía Miroku exaltado.
- Jejeje yo mejor me voy de aquí. No se vayan a matar muchachos – dije tomando mis cosas y saliendo del salón.
- Lista – pregunto mi hermano
- Si. ¿Y Kagura? – pregunte con curiosidad para ver si no se le había pasado por alto.
- Ya esta en la limosina.


El chofer nos condujo asta nuestra casa donde la nana Kaede nos esperaba con impaciencia, los tres nos preguntamos el ¿Por qué nos habían sacado de la escuela? Al entrar ella nos dijo que subiéramos a nuestras habitaciones y nos pusiéramos las ropas que estaban en las camas por que iríamos a un evento muy importante; en mi habitación se encontraba un hermoso vestido azul adornado con finas pedrería, sin mangas, arriba de la rodilla, tenia un escote sencillo, un listón blanco que combinaba perfecto y una hermosa caída. Las zapatillaza eran plateadas con un pequeño tacón de acuerdo a mi edad, me metí a ducharme lo más rápido que pude, me seque y me puse el vestido, me levante el pelo con un chongo alto dejando caer dos mechones en cada lado de las orejas y me puse un leve maquillaje. Era la única que faltaba para irnos, al bajar Naraku y Kagura se encontraban esperándome en la puerta, ella traía un vestido similar al mió pero un poco mas entallado color morado y con escote en v; Naraku traía aun traje negro y el pelo sujeto con un coleta alta.

Kagura subió a la limosina mientras Naraku esperaba a que bajara las escaleras, me miraba maravillado de arriba hacia abajo, me extendió su mano en para tomar la mía como era de ser por los modales que nos habían enseñado y me condujo asta la limosina.
El recorrido fue algo largo, ya que el dichoso evento era a las afueras de la ciudad, así que sin querer me quede dormida en el hombro de Naraku.

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En otro lugar padre e hijo se encontraban discutiendo por ciertos asuntos complicados, el padre se encontraba sentado en su silla de cuero negra, detrás de un enorme escritorio de madera con varios carpetas y papeles sobre el.

- Sesshoumaru por favor no seas necio, es la única forma de salvarnos de la ruina – insistiéndole a su hijo.
- De ninguna forma padre. Jamás formare parte de esa familia, ¡JAMÁS! – protesto fastidiado.
- Entonces despídete de todas las comodidades que posees, porque en poco tiempo estaremos viviendo debajo de una choza de madera y si es que tenemos esa suerte – dijo afligido y con seriedad.
- Tan mal estamos – suspiro levemente.
- Si no lo estuviéramos no te lo estaría pidiendo, se que es difícil para ti pero no hay otra alternativa, no por el momento…
- Y por que no se lo pides a Inuyasha, el también es tu hijo – interrumpió bruscamente a su padre.
- Por que eres el mayor y es tu obligación – tomando el hombro de Sesshoumaru.
- Lo voy a pensar – dijo abriendo la puerta del despacho de su padre.
- Piénsalo muy bien hijo, espero tu respuesta antes de que acabe la semana. Pues le tengo que hacer saber a el – sentía pena por el cargo tan grande que dejaba sobre sus hombros pero no había de otra alternativa o ¿si?

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Al poco rato después sentí como la limosina se detenía, abrí lentamente mis ojos para encontrarme con los ojos rojos penetrantes de Naraku que me veían fijamente, yo estaba acostada sobre sus piernas en sus piernas por lo cual podía verlo directamente.

- Ya llegamos – pregunte al no sentir que el carro se movía.
- Si ya llegamos dormilona – sarcásticamente.
- ¡Ah! Y por que no me despertaste – reclame levantándome repentinamente y saliendo del la limosina.
- Por que te veías muy hermosa dormida. – dijo con seriedad mientras salía y asiendo que mis mejillas se tornaran de un color rosado.
- Ya era hora de que llegaran – la voz de mi madre izo que me exaltara.


El lugar al que habíamos ido al evento, era una enorme mansión decorada al estilo victoriano con vista al mar, era precioso; nuestra madre nos condujo asta donde se escuchaban una música de piano, al llegar al salón principal pude apreciar cuanta gente reconocida y fina había. Cercas de la mesa donde había bocadillos visualicé una persona muy familiar e especial para mí.

- ¡Jankotsu! – Grite captando su atención.
- ¡Kagome! Que bueno que ya llegases – decía mientras me daba un gran abrazo que yo le correspondía de la misma manera. – y dime como estuvo la escuela hoy sin mí – decía curioso por saber la respuesta.
- Sin ti los recesos no tienen sentido – dije entre risas.
- ¡Lo sabía! – dijo con tono de orgullo, pero luego fue sustituida por una de fastidio ya que su alguien le hablaba – Permíteme un segundo.


Mire hacia donde Jankotsu se alejaba y entre la gente vi algo que me dejo estupefacta, ahí estaba el mirándome con la misma mirada lasciva, Naraku estaba a un lado de mi por suerte y tome su mano apretándola con fuerza, haciendo que este se preocupara y centrara su vista hacia donde tenia yo la mi.

- Bankotsu…



Espero que haya sido de sus agrado ¡¡¡Yo tambien quiero un hermano así!!!(quien no :D) ok biy dejen sus comentarios plis sonriendo

 

Re: Scorched Earth Erotica

Hola!!!!!!
Bueno disculpas por la tardansa esque mi hermana y yo nos metimos en un problemon pero va eso no me detendra en seguir mi ff. Ok antes que nada muchisimas gracias por comentar y tambien bienvenida Ami Hoshi, SESSHOGRISS y kathguitar me alegro que les gustara. Y pss uno consejos por ahí tratare de seguirlos jeje bueno me dejo de palabrerias y les dejo la conti que espero y sea de su agrado.


Cap. VI



Instintivamente me coloque detrás de Naraku; Bankotsu se acerco lentamente hacia nosotros, pero por suerte, esta vez mi salvador no fue Naraku sino mi pequeño hermano Souta que llego corriendo a abrazarme y jalonándome para que fuera a jugar junto con otros niños y jankotsu.

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Naraku y Bankotsu se encontraban frente a frente con miradas de desdeño; Bankotsu vacilo un poco con la mirada hacia otro lugar como en busca de alguien, para luego regresar a mirar fijamente a Naraku que no se había movido en lo absoluto.

- Me alegro de que hayan venido a nuestra fiesta; y por cierto Kagome se ve muy hermosa – viendo en dirección hacia momentos antes se había ido Kagome.

Naraku lo tomó del brazo repentinamente y lo condujo hasta un lugar apartado de la gente; era el pasillo hacia las escaleras del balcón y por lo cual no había nadie en esa área. Naraku lo empujo contra la pared y lo tomó del cuello haciendo que este forcejeará tratando de que lo soltara.

- Te recuerdo Bankotsu. La advertencia de hace cuatro años aun sigue vigente – dijo con suma seriedad en sus palabras y con un toque de malicia – Aléjate de ella, o ya veras lo que te pasara; se muy bien lo que has tratado de hacer y eso es inaceptable – el hacia cada vez más presión sobre el cuello de Bankotsu – ¿Me has entendido? – Naraku esperaba con impaciencia la respuesta de Bankotsu, el cual no podía articular palabra alguna por la presión que su atacante hacia – Considerare tu silencio como un si. Ahora iré a disfrutar de la fiesta y a felicitar a tu padre, por que a ti ya te he felicitado – decía sarcástico mientras lo soltaba.


Naraku desapareció por los pasillos de vuelta en dirección ha la fiesta dejando a atrás a Bankotsu agitado y asustado, pero a la vez, con una sonrrisa irónica y maliciosa.

- Me temo que no será así primo – pensaba mientras se incorporaba y respirando entrecortado – No creas que eres el único con poder sobre los demás, yo también tengo mis contactos, además… - No siempre estarás protegiendo a Kagome – pensaba con malicia mientras regresaba a la fiesta.

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Souta corría detrás de Jankotsu queriéndole llenar de confetis la boca mientras yo los veía divertida. Mi madre se acercó hacia mí y al ver a mi hermano y a Jankotsu no pudo contener soltar una leve risa de diversión hacia lo que veía.

- Esos dos no se aguantan ni un poquito – decía entre risas – Ven a felicitar a tu tío hija; por si no lo recuerdas hoy es su cumple y el de tu primo Bankotsu también – me tense al escuchar que tenia que felicitar a Bankotsu y al único al que no quería felicitar era a él, claro que el destino no estaba a mi favor, trate de buscar con la vista a mi hermano pero no lo encontré.

- Madre ¿Solo por ese motivo nos sacaron de la escuela? – cuestioné dudosa.

- Por supuesto que no, el otro motivo es para darles la bienvenida y felicitarlos por que ya termino su nueva línea de ropa. Se que no es motivo para que los hubiera sacado de la escuela, pero ya sabes como es tu tío Taiyo, siempre tan inoportuno y queriendo reunir a la familia – dijo sarcástica. Yo solo me limite a sonreír al recordar todas aquellas beses que a mi tío se le ocurrían todo en un momento menos indicado.

A lo lejos pude distinguir a mi tío hablando con un par de personas mayores; me lancé corriendo hacia él y lo abrasé gritándole “Felicidades tío por que cada vez estas más viejo”, claro que no le pareció del todo por la expresión de su rostro.


- Gracias por el cumplido – decía sarcástico – Pero usted no se queda muy atrás señorita – toco la punta de mi nariz con su dedo índice – Pero mires quien viene ahí, otro que se esta haciendo viejo – decía sarcástico mirando detrás de mi.

- Muy gracioso padre – escuche una voz muy familiar detrás de mi haciendo que me sintiera un poco incomoda. Bankotsu se coloco en frente mío con los brazos extendidos. – Y que ¿Yo no me merezco un abrazo de mi querida prima? – decía con ironía. No tuve opción, mi madre y mi tío estaban ahí, así que lo abrasé; Bankotsu rodeo mi cintura con sus brazos acercándome demasiado a él.



De repente las luces se apagaron y otras se encendieron junto con una música con demasiado ritmo, dando un estilo tipo antro. Bankotsu aun me abrazaba y me aferraba más a él, acerco su boca a la mí oído, podía escuchar su respiración entrecortada haciendo que me tensara y me pusiera nerviosa, él se dio cuenta de ello por lo que introdujo su lengua en mí oreja haciendo que yo me separa de él con brusquedad alejándolo de mí.

Mi madre estaba en la pista bailando con mí tío, por lo cual no habían presenciado aquel suceso. Busque con la vista a mi hermano Naraku, pero no lo encontré por ningún lado, estaba aterrada. Sentí como alguien me tomaba con fuerza del brazo y me jalaba en dirección un solitario corredor y por si fuera poco, esa persona era Bankotsu, trate de soltarme de su agarre pero el era más fuerte que yo; grite y pataleé para que alguien me ayudase, pero era inútil, nadie me oía por lo alto de la música. Bankotsu me condujo asta una puerta, la cual abrió y me introdujo dentro de ella. Estaba un poco oscuro ya que la luz que entraba por la ventana iluminaba un poco la habitación, la cual no era una simple habitación, sino que era la de Bankotsu.

Comencé a entrar en pánico cuando él se acercaba peligrosamente hacia mí quitándose su chaqueta y el cinturón de su pantalón; retrocedí barios pasos hacia atrás topándome con la pared, ya no había escapatoria, él me tenia acorralada. Coloco una de sus manos en la pared y con la otra acarició mi mejilla mientras se acercaba a mi rostro. Su cercanía izo que mi cuerpo comenzara ha temblar de miedo; lo empuje para poder escapar, pero en el momento de hacerlo me tomo del brazo y me tuvo en la cama poniéndose él sobre mi y aprisionándome con el peso de su cuerpo.

- Este será el mejor regalo de cumpleaños que me han dado – decía con malicia y lascivia en sus palabras.

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Naraku se encontraba afuera con su padre sentado en un banco de mármol tallado hablando sobre asuntos familiares, negocios, entre otras cosas. Pero por ultimo Naraku se levanto de su asiento para retirarse, pero antes de hacerlo le cuestionó algo a su padre.

- Entonces ¿Sí me darás esa propiedad, padre? – cuestiono algo dudoso.

- No – mintió para ver la expresión que ponía su hijo, la cual era de decepción – Es broma, claro que si ¿Pero para que la ocupas?

- Es para la banda, queremos un lugar donde no podamos molestar a nadie con la música y pues ese es el mejor lugar, ya que esta apartado de la ciudad.

- De acuerdo, el lugar es todo tuyo, ¿pero no crees que es demasiado grande para unos cuantos instrumentos? – interrogo pensativo al recordar lo grande que era el lugar.

- No es perfecto, así podré moverme con mas libertad – Naraku dio media vuelta para regresar a la fiesta dejando a su padre solo en aquel banco de mármol – Demasiado perfecto para la mercancía – pensaba.


Naraku entro en el salón de fiestas donde estaban todos y lo primero que izo fue buscar con la vista a su hermana Kagome, pero al no encontrarla fue directo hacia la mesa de bocadillos donde se encontraba Jankotsu para preguntarle por ella.


- Jankotsu, ¿sabes donde esta Kagome? – mirándolo con seriedad mientras este se llevaba unos bocadillos a la boca.

- Mmmm, hace rato estaba con tu mamá – decía con la boca llena mostrándole la comida masticada a Naraku, hacienda que este hiciera un gesto de asco.

- Hay por dios Jankotsu, no hables mientras masticas - regaño con asco.

- Lo siento – decía ya con la boca vacía – Como te decía, hace una rato estaba con tu mamá y mi padre, pero luego no se para donde jalo.

- De acuerdo, gracias – dijo retirándose del lugar - ¿Dónde se habrá metido? – pensaba. Naraku busco a su madre para preguntarle por su hermana, pero en eso se encontró con su hermano Souta – Oye, ¿no has visto a Kagome?

- Si, ella y Bankotsu se fueron por allá – Señalando el corredor.


Naraku al escuchar eso se puso furioso, agrado que se fue sin decirle nada a Souta dejándolo un poco confuso por su actitud.

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Bankotsu ya hacia encima de mí tratando de controlarme mientras yo forcejeaba lo más posible; gritaba, pataleaba y manoteaba con fuerza, pero nada de eso hacia que él me soltara.

Él se canso de mi resistencia y me tomo de las manos con fuerza apretándolas sobre la cama dejándome en desventaja sin poder hacer mucho, quedando él cercas de mi rostro.


- Por favor Bankotsu…. Suéltame – suplique mientras mis ojos derramaban gruesas lagrimas.

- ¡Ya deja de resistirte! – Grito irritado – De todos modos va a suceder – dijo para luego besarme a la fuerza.


Trataba de mantener mi boca cerrada, cosa que a él lo izo enfurecer haciéndome que la abriera a la fuerza con una de sus manos. En el momento en que abrí un poco la boca, él aprovecho e introdujo su lengua dentro de mi boca explorando cada rincón. Pero su descuido fue el haberme soltado las manos, el cual aproveche para tratar de escapar de su lujuria; lo empuje para luego golpearlo en la cara, el solo sonrió con malicia. Se abalanzo sobre mi volviendo a caer en la cama, yo solo grite para que alguien pudiese ayudar aunque sabia que eran muy pocas las probabilidades, ya que nadie lo aria por estar disfrutando de la fiesta.


- Te has portado muy mal – me decía con seriedad y lujuria en sus palabras – Ahora tendré que CASTIGARTE – Bankotsu se deshizo de su camisa para luego desabrochar su bragueta.

- ¡No! ¡Suéltame! – gritaba aterrada - ¡¡Ayúdenme por favor!!...


Mis ruegos fueron escuchados por una persona que pasaba precisamente por ahí y que irrumpió con brutalidad en la habitación.


- Ahora si te pasaste Bankotsu.


Naraku se abalanzo sobre él dándole un fuerte puñetazo en la cara sin darle tiempo de que se pudiera defender de la furia de mi hermano, yo veía horrorizada aquella escena de violencia desde una esquina de la habitación.


- Kagome espérame afuera – ordeno al percatarse de de mí.


Obedecí inmediatamente puesto a que aun sentía esa sensación de miedo cuando estaba con Bankotsu a solas en su habitación. Poco minutos después mi hermano salio de la habitación un poco golpeado y una de sus manos sangraba, corrí para ayudarlo pero me dijo que estaría bien que solo era unos cuantos golpes, pero en cambio el me examino de pies a cabeza.


- ¿Tu estas bien? ¿Qué te izo? – me miraba con seriedad a los ojos.

- Estoy bien, por suerte no pudo hacer nada – agache la cabeza en acción de vergüenza. – Gracias a ti – pude sentir como me tomaba entre sus brazos y el cual yo correspondí su abrazo enseguida haciendo que lo lastimara un poco – Lo siento…

- No te preocupes. Le diré a nuestros padres que nos vamos a retirar por que te sientes mal ¿de acuerdo? - yo solo asentí con la cabeza – Muy bien entonces finge sentirte mal…

- Pero hermano, se darán cuenta de tus lesiones – dije preocupada viendo el golpe que tenia en la cara.

- No lo harán, esta oscuro. Aparte ya han de estar un poco tomados – decía con tono burlón.


El me tomo de la mano y me condujo en dirección a la fiesta; ahí en el centro de la pista se encontraban nuestros padres bailando como unos adolescentes. Mi padre se percató de que íbamos directo hacia ellos por lo que dejaron su diversión a un lado, entonces fingí sentirme mal como me lo había pedido Naraku.

- ¿Qué pasa? – cuestionó mi padre.

- Kagome se siente mal y vine para decirles que la llevaré ha casa…

- ¿Se siente mal? ¿Kagome quieres que te llevemos al hospital? – ante a tal pregunta Naraku se puso un poco nervioso.

- No gracias padre, es solo que me duele un poco la cabeza – yo solo esperaba que me creyera.

- De acuerdo Naraku, llévala a casa. Pero asegúrate de decirle a Totosai que regrese por nosotros.

- Esta bien, nos vemos en la casa.

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En una de la s habitaciones se encontraba un joven tirado en el suelo con varias lesiones de golpes en su cara y cuerpo, pero ni siquiera el dolor hacia desvanecer esa sonrisa de cinismo en su rostro. Trato de incorporarse con cuidado apoyándose en una de las orillas de su cama.

- Por lo menos pude disfrutar un poco. – Con ironía – ¡Ah! Demonios esto dejara marca – decía tocándose la parte de la sien - Hay Naraku primo, estas me las pagas, y ahora que se supone que haga me dejaron emocionado, mmmmm… - viéndose el pantalón.

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Llegando ha casa, como la vez anterior fui en busca del botiquín de primeros auxilios y por suerte todos estaban dormidos; al entrar a la habitación de mi hermano tropéese con una silla que estaba casi en la entrada ya que todo estaba oscuro.

- Oye hermano ¿No podrías encender la luz? Casi me mato al entrar – decía tratando de no volver a tropezar con algo. De repente el cuarto se ilumino dejando ver cada parte de la habitación – Y se izo la luz ¿Qué te cuesta?... - Su decoración era sorprendente tenia un estilo barroco tétrico pero no se me hacia raro viniendo de el. Aunque también me sorprendió que su habitación estuviera impecable.

- Me vas a curar o a admirar mi curto – decía irónico.

- Uhm, lo siento – el estaba asentado en la orilla de su cama solo sin la chaqueta – Bien solo no te muevas y no grites, sino despertaras a todos – reí al saber que esta vez no podría poner la música.

Empecé por limpiar las heridas de su rostro en seguida de las de su mano, por suerte en pequeñeces que se podrían cubrir sin ningún problema. Aunque en el proceso de curación él soportaba de una manera graciosa el dolor puesto a que paresia un niño tratando de aguantarse, por lo que no pude aguantar una que otra risa.


- Muchas gracias…

- No gracias a ti hermano – sonreí con ternura ya que el no me había salvado de Bankotsu. – Hermano ¿Por qué no le decimos a nuestros padres sobre lo que sucede con Bank…

- No – dijo repentinamente – Ellos jamás no creerían – decía mientras caminaba en dirección a la ventana – (Y por que no me conviene)

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En otro lugar un joven de cabellos platinados y ojos dorados se encontraba recostado en su cama muy pensativo acerca la conversación que había tenido con su padre, por el cual se formulo uno mueca de disgusto al recordarlo.

- Jamás formare parte de esa familia – decía con desdén – Llevo días quitándomela de encima como para tenerla a mi lado toda la vida. - ¿Qué no habrá alguna otra forma de solucionar este problema? - Aunque podría ser una oportunidad para vengarme de Naraku – sonrió con malicia





Bueno espero y haya sido de su agrado dejen sus comentarios plis :P. Nos leemos luego.

 

Re: Scorched Earth Erotica

Hola!! a mis querid@ lectores, muchas gracias por sus comentarios, y bueno me tarde un poquito pero ya les traigo la conti.
bienvenid@s a los nuev@s lectoras(es) , Wariolo y LiFeInu me alegro que les haya guastado mi F.


Anteriormente
En otro lugar un joven de cabellos platinados y ojos dorados se encontraba recostado en su cama muy pensativo acerca la conversación que había tenido con su padre, por el cual se formulo uno mueca de disgusto al recordarlo.

- Jamás formare parte de esa familia – decía con desdén – Llevo días quitándomela de encima como para tenerla a mi lado toda la vida. - ¿Qué no habrá alguna otra forma de solucionar este problema? - Aunque podría ser una oportunidad para vengarme de Naraku – sonrió con malicia




Cap. VII





Al día siguiente en la casa de los Taisho, un joven de mirada fría y ambarina se preparaba para ir a la empresa de su padre para decirle en lo que había pensado, en una propuesta, la cual seria la condición para aceptar lo que su padre le proponía hacer.

Al llegar a la empresa de su padre, subió en el ascensor para ir al último piso, en el cual se encontraba su padre; una vez estando ahí, entro en su oficina sin esperar a que la secretaria lo anunciara. Dentro de la oficina se encontraba aquel hombre de cabellos platinados recogido con una coleta alta sentado en su enorme sillón de cuero negro, y sobre su escritorio se encontraban varios documentos los cuales revisaba con mucha concentración.


- ¿Dónde quedaron los buenos modales que te he enseñado? – Reprocho ante la actitud de su hijo - ¿A que has venido, Sesshoumaru? Deberías de estar en la escuela.

- He estado pensando sobre lo que hablamos ayer – dijo Sesshoumaru, pensativo, y lentamente cruzó la oficina hacia la ventana que se encontraba detrás del escritorio.

- ¿Y bien? ¿Cuál es tu decisión? – Pregunto con curiosidad al mismo tiempo en que se puso de pie y mirarlo con seriedad.

- Aceptó, siempre y cuando aceptes mis condiciones – Respondió con seriedad y se dio la vuelta para que su padre pudiera verle el perfil.

- ¿Condiciones? ¿Cuáles condiciones? – cuestiono curioso.

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Por la mañana siguiente, Naraku y yo nos levantamos desde muy temprano para que nuestros padres no se dieran cuenta sobre las lesiones de mi hermano, por lo cual llegue demasiado temprano a la escuela, pero por suerte Kouga también había llegado temprano por que le tocaba el aseo del salón, y de paso decidí ayudarlo para no aburrirme.

Después de un rato nuestros demás compañeros llegaron, incluyendo a Jankotsu, Miroku e Inuyasha, los cuales venían peleándose por el suceso del día anterior, pero por lo menos lo de ellos fue algo gracioso, en cambio yo tuve que pasar por algo muy desagradable.

Las primeras tres clases transcurrieron normalmente, pero en cuanto dieron el toque para el receso Jankotsu salto de su asiento en dirección a la puerta del salón.


- Esa es música para mis oídos – decía con emoción.

- ¿Y que es lo que planeas esta vez Jankotsu? – le dije con ironía.

- Pues la verdad se me ocurren muchas cosas, pero tengo una en especial – decía viendo fijamente a Inuyasha.

- ¡¿QUË?! Y por que siempre a mi – decía exaltado y disgustado.

- Yo no he dicho que tu, pero muchas gracias por proponerte – dijo irónicamente.

- Vamos Inuyasha será divertido – decía mientras salíamos del salón.

- Kagome, tú solo lo dices por que no tienes que hacer el ridículo frente a toda la escuela – frunciendo el entrecejo.

- Exacto. Vamos date prisa o no alcanzáremos comida – Decía entre risas y con tono de apuración ya que tenia demasiada hambre como ya era costumbre.



En la cafetería se encontraba mi hermano Naraku el cual estaba acompañado de sus amigos como siempre, le pedí de favor a Kouga que me comprara algo para comer mientras yo iba a saludar a mi hermano, el cual paresia que se divertían de algo que dijo Hakudoshi.


- Veo que ya estas mejorcito – dándole unas palmadas en las mejillas, las cuales tenían unos cuantos raspones diminutos.

- ¡Ah! Kagome, me duele – se quejo.

- Ya lo se – dije con ironía. A lo lejos pude apreciar la voz de Kouga llamándome y acercándose hacia donde estábamos para entregarme lo que le había pedido.

- Kagome, no sabía con exactitud lo que querías, así que te compre esto – mostrándome un paquete el cual contenía una deliciosa comida de pollo Teriyaki y un poco de arroz. Naraku solo lo veía con curiosidad y recelo.

- ¡Muchas gracias Kouga! – dije abrazándolo repentinamente causando un leve sonrojo en el, pero a la vez pude apreciar el disgusto por parte de Naraku. – Bueno hermanito, te dejo, yo me voy a comer mi rica comida. Nos vemos luego –decía mientras jalaba a Kouga para que Naraku no empezara.

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Fuera del colegio Rikuto, se encontraba un carro negro muy lujoso, en el cual se encontraban padre e hijo aun discutiendo sobre cierto tema.

- De acuerdo, hablare hoy mismo con él para hablarle sobre tu propuesta – dijo pensativo Inu-No-Taisho – Claro que no le diré que tu – añadió repentinamente. – Solo espero que acepte – con seriedad.

- Si es tu amigo claro que lo hará padre – dijo sin expresión alguna saliendo de aquel auto para entrar al colegio.

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Jankotsu e Inuyasha se encontraban discutiendo, sobre el asunto de las bromas, ya que siempre le tocaba a Inuyasha hacer el ridículo; Kouga, Miroku y yo solo veíamos tal escena como si se tratase de una pelea de novios, por lo que me izo reír un poco.

Puede sentir como si alguien me miraban, me sentía realmente incomoda así que volteé con disimulo para confirmar mis sospechas, y definitivamente alguien tenia su mirada tan intensa fija en mí, aquella persona era el hermano de Inuyasha, aquel joven que confronto a Naraku.


- ¿Pero que tanto ve? – pensé con curiosidad y con molestia.


Me incomodaba tanto que decidí ir ha ayudarle a Jankotsu para convencer a Inuyasha de que aceptase hacer la broma, el cual fue un fracaso, por que se rehusó.

El tiempo hace lo suyo, transcurre y trae nuevas cosas consigo.

Entrando ha segundo grado, Kouga se comportaba cada ves mas raro cuando estaba conmigo, simplemente era una actitud de nerviosismo, hasta que un día no pudo más y me pidió que fuera su novia, y claro que acepté pero lo dude ya que siempre mi hermano me los ahuyentaba, por lo que tuvo que ser una relación a escondidas, bueno ni tanto ya que solo lo sabían tres personas, Miroku, Inuyasha y Jankotsu. Kanna, aunque era mi amiga decidí no decirle ya que me había enterado de que ella era parte de la banda de mi hermano y no es que no confiara en ella sino que no quería correr el riesgo de que se enterara Naraku, pues ya sabía la actitud que tomaría.

Y Bankotsu, era rara la vez que lo veía y cuando lo hacía me saludaba con una sonrisa cínica. Mi hermano ya había ingresado al la Preparatoria junto con Kagura, por lo que no podía estarme cuidando de él, pero tenia una gran ventaja, la escuela de mi hermano estaba al lado del colegio Rikuto.

Al pasar de un año, mis padres empezaron con los preparativos de mi fiesta del decimoquinto aniversario de vida, por lo cual estaban muy emocionados, como ya era la costumbre de hacernos fiestas en cada cumpleaños. Pero lo que no sabía era que al cumplir los quince, seria el comienzo de mis desgracias.

Kouga se había cansado de que nos viéramos a escondidas, quería hacer formal nuestro noviazgo ante mis padres. Así que el domingo por la noche invite a Kouga a cenar a mi casa y desde luego que no solo para cenar sino para presentarlo con mis padres.

Me encontraba arreglándome en mí habitación para la cena, en la cual estaría presente Kouga; vestía un vestido verde esmeralda de tirantes, que hacia lucir mi cuerpo casi ya de una mujer y una chaqueta corta negra que hacían juego con mis balerinas; traía un leve maquillaje, haciéndome ver lo más natural posible y recogí mi cabello con una coleta alta.

Al escuchar que alguien había llegado, baje inmediatamente pues sabía que se trataba de Kouga, pero para mi sorpresa se trataba de mi hermano Naraku, que venia de ensayar con la banda, y como siempre le vestía muy bien, bueno a su estilo; llevaba una playera blanca con estampado de letras en el pecho, una chaqueta negra, jeans y botas negras que eran cubiertas por los pantalones, ya que eran un poco toscas.

- Ash, eres tu – dije desilusionada.

- A mí también me alegra de verte hermanita – dijo irónicamente y yo simplemente le sonreí - ¿Por qué tan elegante? Siempre vistes en pijama en la cena. – viéndome de pies a cabeza.

- Bueno pues, por que tendremos visitas – dije con emoción.

- Así ¿Quiénes?

Estaba a punto de decirle de quien se trataba, cuando en ese instante alguien toco a la puerta y esta vez si era Kouga que vestía jeans y una playera café. Mi hermano solo lo veía con desdén, mientras yo lo recibía con un fuerte abrazo.

- Buenas noches joven Naraku – le saludo de la forma más educada.

Naraku solo lo miro de pies a cabeza con fastidio, paresia como si lo apuñalara con la simple mirada, asta que por fin hablo.

- Buenas noches – contesto secamente dando media vuelta hacia la el comedor.

- Soy yo, o no le caigo muy bien a tu hermano – viendo en dirección por donde se había ido Naraku.

- Ya te acostumbraras – dije con una sonrisa – Él siempre es así.

- Pues me da miedo – dijo un poco nervioso.

- Anda, vamos que nos esperan.


En el comedor ya hacían todos sentados; mis padres lo saludaron amablemente al igual que Souta, Kagura como siempre actuaba algo descortés ante mis invitados, y Naraku, bueno pues el solo se limito a hablarle y mirarle durante dota la cena. Al terminar fuimos a la sala estar, la cual era un lugar muy amplio y acogedor al estilo barroco; las paredes blancas con retoques en dorado, amplias ventanales adornadas de finas cortinas de lino y unos sofás acogedores. Kagura subió a su habitación con el pretexto de que estaba cansada, pero en realidad es que planeaba escabullirse entre la noche para ir a quien sabe a donde como ya era su acostumbre.

Naraku no paraba de verlo, era como si esperara a que él bajara la guardia para atacar; el silencio invadía el lugar asta que Kouga decidió romper el hielo.


- Bueno señor y señora Higurashi – dijo nervioso y captando la atención de todos - Hoy he venido, no solo con la intención de cenar con ustedes, sino que vengo a pedir su autorización, para ser el novio de su hija – mis padres se vieron uno al otro a los ojos, mi hermano solo lo veía con asombro, el silencio volvió a invadir el lugar incomodando a Kouga y poniéndolo cada vez más nervioso. Mi madre volteo a vernos con una gran sonrisa llena de ternura y mi padre suspiro.

- Tienen nuestro permiso – dijo por fin mi padre – Siempre y cuando me la respetes, ¿entendido? – dijo repentinamente y serio.

- No se preocupe señor, estará en buenas manos – dijo sonriente y aliviado.

- Las manos son las que me preocupan – dijo con seriedad y frunciendo el ceño, Kouga solo río en forma nerviosa.

- Padre como…


Naraku se levanto de su asiento y retirándose del lugar, paresia estar molesto, y era de suponerse más nunca entendía aquella actitud sobre protectora de mi hermano.


- Bueno muchachos, creo que ya es demasiado tarde – viendo sur reloj – le pediré a Totosai que te lleve a tu casa joven Kouga.

- Ah no como cree, tomare un taxi, – dijo repentinamente.

- Por supuesto que no, además eres el novio de mi hija.

- Muchas gracias señor – decía un poco sonrojado.


Lleve a Kouga asta la puerta donde esperamos a Totosai, mientras tanto aprovechábamos para que el se relajara un poco después de pasar por lo peor como el lo llamaba.


- Pensé que me echarían como a un perro – dijo irónico.

- No exageres, después de todo no son tan malos – dije sonriendo – Aunque aun te falta el permiso de alguien.

- ¿Qué? ¿De quien hablas? – decía confuso.

- De mi hermano Naraku – en cuanto escucho de quien se trataba se puso nervioso.

- Yo paso, tu hermano me da miedo – dijo – Y no exagero, paresia matarme con la mirada. Nunca había conocido a alguien que te incomodara tanto – Totosai llego estacionándose enfrente de la puerta donde Kouga y yo estábamos, así que baje las escaleras para despedirlo. – Después de todo, me la pase muy bien. Tus padres son increíbles, y tu hermosa – decía esto mientras me tomaba de la cintura y me aproximaba a el juntando nuestros labios y fundiéndolos en un apasionado beso que fue interrumpido por la repentina música de mi hermano, la cual estaba a todo volumen.

- Bien nos vemos en la escuela, que descanses – decía mientras subía a la limosina, yo solo lo despedía con la mano.

- Hermano – pensé con molestia ya que sabía que lo había echo al propósito.

En cuanto la limosina cruzo el portón, entre a la casa y subí las escaleras en dirección al cuarto de Naraku para reprocharle su comportamiento, así que toque varias veces pero no recibí respuesta alguna por parte de él, y molesta irrumpí en su habitación; ahí estaba el recostado en la cabecera de su cama tocando su guitarra eléctrica negra con elegancia. Él al percatarse de mi presencia, me miro con curiosidad.


- ¿Qué no te enseñaron a tocar antes de entrar? – cuestiono sin verme

- ¿Por qué te comportas así? – cuestione en forma de reproche.

- ¿De que manea?

- En forma intimidante – conteste mientras me acercaba a él.

- No se de que me habas – susurro, y luego me contemplo.

- Siempre es lo mismo con tigo. Tan siquiera me podrías decir ¿Cuánto tiempo tengo, para andar con Kouga? – pregunte con seriedad.

Él dejo a un lado su guitarra, se incorporo y camino en dirección al ventanal. No decía nada, solo contemplaba la luna y jugaba con un mechón negro de sus cabellos.

- ¿Dónde están nuestros padres? – me pregunto sin voltearme a ver.

- Oye, no me cambies el tema. Te hice una pregunta y quiero que contestes – reclame molesta.

Naraku se dio la vuelta para que pudiese verle, luego avanzó asta mí y me tomo del mentón y sonrió con ternura, haciéndome sonrojar levemente.


- Tranquila, creo que ya estas demasiado grandecita como para poder tener novio – Dijo viéndome a los ojos – Pero que ni crean que se libraran de mí – decía mientras me daba un beso en la frente - ¿Y ahora me dirás donde están nuestros padres?

- AH hermano, como eres. Mmmm, están en el despacho – decía mientras daba media vuelta en dirección a la puerta – Bueno me voy a dormir, que descanses hermano. – cerrando la puerta tras de mí.

Camine en dirección a mí habitación, pero me detuve en el cuarto de Souta al ver las luces encendidas aun, ya que no deberían, eran casi las doce y el tenia que estar durmiendo, pero no era así. Toque a la puerta y enseguida la abrió.

- ¿Qué pasa hermana? – pregunto con curiosidad.

- Eso mismo quisiera saber yo. ¿Por qué no te has dormido aun? – cuestione con seriedad.

- Es que se me ha perdido la libreta de matemáticas. Hermana por favor ayúdame a buscarla ¿si? – me suplico con aquellos ojos de perrito irresistible.

- Está bien, pero luego te vas a dormir ¿de acuerdo?

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En el estudio, Naraku y sus padres discutían sobre el noviazgo de Kagome, el cual Naraku no estaba de acuerdo. Él caminaba de un lado a otro por todo el estudio, refunfuñando y alterado, sus pares desconocían el ¿por que se preocupaba tanto por ella?


- Oh, por favor hijo cálmate. Se ve que es un buen chico, y que respeta mucho a tu hermana – dijo la madre tomándolo del hombro.

- Tú madre tiene razón Naraku. Te tomas muy en serio el papel de hermano mayor – decía sarcástico el padre mientras se llevaba un puro a la boca – Te preocupas más por ella, que nosotros que somos sus padres.

- Yo sigo estando en desacuerdo. No es buena idea que tenga novio aun, es muy chica, y quien sabe que le llegue a ser ese mugroso – dijo sentándose en forma de derrota en un pequeño sofá que daba hacia la ventana.

Los padres lo veían con curiosidad, admiraban su papel de hermano preocupado por el bienestar de su hermana, pero lo curioso es que solo era con Kagome y no con Kagura. Nadie decía nada, se habían quedado en silencio mirando a su hijo, asta que un grito proveniente de una de las habitaciones invadió por completo toda la casa. Naraku fue el primero en salir y dirigirse hacia donde provenía el grito; se detuvo enfrente del cuarto de Souta, el cual tenía la puerta abierta y se podía apreciar a su hermana Kagome arriba de la cama.

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El cuarto de Souta estaba completamente revuelto, paresia que un torbellino hubiese pasado en el; por más que buscábamos su cuaderno de Matemáticas, no lo encontrábamos, hasta que recordé que el único lugar en el que no habíamos buscado era debajo de su cama, así que me asomé y afortunadamente ahí se encontraba rodeado de basura y demás cosas. Extendí la mano por debajo de la cama para tomar el cuaderno y cuando por fin lo tenia lo arrastre hacía afuera y la desagradable sorpresa que me llevaría. En mi mano se encontraba una enorme tarántula, por lo cual no pude evitar soltar un enorme grito del susto alarmando a todos. Me trepe a la cama y le indique a Souta que se subiera a una silla; mire hacia la puerta que estaba abierta y divise a mi hermano muy asustado y agitado.

- ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué gritas? – decía asustadizo y agitado.

- Una… araña – dije tartamudeando.

Él al darse cuenta de aquel insecto, entro y la tomo entre sus manos. Yo le gritaba de horror y le pedía que la matara, pero el solo sonrió con ironía y diversión ante mí miedo. Tomo un florero de cristal, en el cual introdujo al animal y lo puso sobre el escritorio; yo baje de la cama temblorosa ya que me daban miedo las arañas.

Al día siguiente, Naraku intentaba cualquier excusa por tal de mantener alejado a Kouga de mí, ya que su escuela estaba al otro lado, el aprovechaba para pasarse a mi escuela, pero sin embargo tenía la ventaja de estar más tiempo con él en clase y el cual aproveche para pedirle que fuera el caballero de honor, quien bailase una de las piezas de baile ha mi lado, la cual era importante y que siempre bailaba en cada cumpleaños.

Estábamos en la sala estar cuando le anuncie a Naraku de que Kouga bailaría con migo; se puso realmente furioso, ya que el quería bailar esa pieza a mi lado.

- ¡¿Por qué lo hiciste?! – Grito molesto - ¿Por qué se los has pedido a ese mugroso? – cuestiono en el picaporte de la puerta – Sabías muy bien que yo quería bailar esa pieza a tu lado – dijo con desilusión y cerrando la puerta tras de sí.

Estaba perpleja y agitada; me senté en el sofá con brutalidad al sentirme mal de lo que le había hecho. Él estaba molesto por lo que le hice y no quería que lo estuviera, así que tome el teléfono y llame a Kouga para decirle que los planes habían cambiado, y que me disculpara. Al colgar, subí a la habitación de Naraku para hablar con el; toque pero no me respondía, así que entreabrí la puerta y me asome. Ahí estaba el sentado en el marco del ventanal, viendo hacia la luna que se encontraba resplandeciente y hermosa, reflejando con sus rayos el rostro de él, resaltando aquellas facciones varoniles.

- ¿Puedo pasar? – Pregunte insegura.

- Adelante, ¿Qué se te ofreces? Dijo en tono cortante.

Me acerqué y me puse a un lado de él, pero sin embargo el ignoraba mi presencia o trataba de no mostrar interés. Yo simplemente lo veía a la cara en busca de sus ojos, los cuales se negaba a mostrarme, ya que tenía rastros de lágrimas en ellos.

- Naraku – Dije con aflicción, me detuve un momento para coger aire pues sentía una gran nudo en la garganta - ¿Podrías bailar mi lado en mi aniversario? – él volteó a verme con asombro, yo simplemente le dedique una sonrisa llena de ternura, la cual él correspondió con un fuerte abrazo.

Puse mi rostro entre su pecho y pude sentir como su corazón latía demasiado rápido, y que en cualquier momento se saldría, pero no le pregunte el porque.

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En la mansión de los Taisho, Inuyasha y Miroku se encontraban hablando en la mesa de billar que se encontraba en la sala de entretenimiento. Esta tenía un estilo contemporáneo muy acogedor, adornada blancas paredes, un ventanal con cortinas roller, Sofá Chaise color blanco y negro, una mesa de billar, televisión de plasma de ciento dos pulgadas con una gran equipo de audio y videojuegos.


- ¡Oh Inuyasha! Vamos, no te desanimes – decía tratando de animar a su amigo, el cual se veía deprimido – Ni que estuviera comprometida con Kouga, solo son novios. Quien quite y tengas la oportunidad de que ella te haga caso.

- Miroku, no digas tonterías – decía con disgusto ante el comentario de su amigo – Kouga es nuestro amigo, y jamás le quitaría a su chica. Aparte de que yo solo soy un simple amigo para Kagome…

- Eso no es solo el problema, Inuyasha – decía el recién llegado que se encontraba apoyado sobre el marco de la puerta – El mayor problema sería su hermano. El cual no acepta que salga con alguien – dijo sentándose en el sofá – De todas formas no tienes ninguna oportunidad.

- ¿A que te refieres Sesshoumaru? – pregunto confundido.

- A nada – decía con sarcasmo.

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En una de las propiedades de los Higurashi, casi apartado de la ciudad, unos jóvenes no menos de dieciocho años se encontraban arriando con muchos trabajos enormes cajas de madera pesadas, las cuales se desconocía su contenido.

- Oyes, andas muy distraído ¿Qué es lo que te ocurre? – decía Hakudoshi al percatarse de que Naraku se encontraba distante.

- Nada, solo pensaba – respondió cortante.

¡Uy! Eso si es interesante y peligroso. ¿Que tramas?, por que supongo que es algo para alejarlo de tu hermana ¿Cierto? – dijo curioso, y Naraku simplemente sonrió con ironía y malicia.




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Bueno asta aqui les dejo espero y les guste, dejen comentario plis, nos lemos luego bye :P.