Sarishinohara

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Kou, 24 Noviembre 2014.

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    Kou

    Kou Hmp...Suke

    Tauro
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    Título:
    Sarishinohara
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    226
    Sarishinohara.

    Prólogo:

    Dentro de una puerta que lleva a otro mundo, me pregunto, si sola te sentirás… y no pienses en dañarte para encontrar la calma”.


    Al cubrirse el cielo por el manto negro de la noche, al quedar las calles sin tanto estrés como en horas anteriores, Haruno Sakura. Una joven mujer de mediana edad, toma una taza de café en uno de los tantos restaurantes a las afueras de Tokio. De temperamento solitario, sociabilidad casi nula y de gustos nada comunes entre los de su misma generación, hacen de ella un espécimen poco usual; ¿Por qué? Su tibia forma de mezclarse entre los individuos de la sociedad la mantienen con su propia esencia, sin ni siquiera percatarse por las nuevas tendencias que a todo mundo llaman la atención.

    Es entonces, mientras lee aquel ancho libro cuando conoce a ese hombre fuera de lo común. Ella lo conoce, eso es lo peor de todo… Sabe quién es.

    Todo se vuelve turbio y desmarañado desde que esa puerta automática se abrió pues, desde ese momento su estadía en aquel poco lleno y nada llamativo lugar se vería interrumpida por aquel hombre.

    Después de llevar una vida tan neutral, la vida, o tal vez ella misma, ocasionarán que sufra la oposición de los cambios a los que todos nos debemos someter en algún punto.
     
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    Kou

    Kou Hmp...Suke

    Tauro
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    Título:
    Sarishinohara
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    780
    CAPITULO 1:

    Nos encontramos desde las alturas de la gran urbe de Tokio. Se percibe un amplio panorama de la ciudad, dándole parecido a un gigantesco ser vivo. Se distingue el conjunto de una multitud caminando entre las iluminadas calles de la capital. La media noche se acerca y una vez que el enorme movimiento de la ciudad cede un poco, nos permite visualizar con mayor detenimiento nuestro alrededor.Nuestra vista se dirige a un establecimiento donde la luz es exorbitante y destaca entre las oscuras cuadras. Se percibe un mar de luces neón de distinta tonalidad. Es a lo que se le puede llamar un lugar de ocio. Los enormes sonidos y llamativas luces provenientes de los espectaculares que inundan la gran urbe han cesado al acercarse la media noche, pero los altavoces de los locales de la zona siguen sonando a todo volumen música hip-hop en tonos relativamente altos. Grandes bares y centros nocturnos atestados de jóvenes. Grupos de adolescentes que vuelven de alguna fiesta. Mujeres de cabello rubio y piernas robustas asomando por debajo de la minifalda en las esquinas. Oficinistas y trabajadores cruzando las avenidas a toda velocidad a fin de no perder el último autobús. Aún a tan altas horas de la noche los karaokes suenan fuerte y alegremente invitando a entrar y comprar “x” producto. A tan altas horas de la noche la zona funciona según sus propias reglas, sin inmutarse de los policías que rondan las calles rígidos y tensos. Estamos a principios de invierno, no sopla el viento pero se puede percibir el frío entre las calles. Dentro de unas cuantas horas comenzará un nuevo día.

    Nos encontramos en “Road”.Iluminación tenue, pero suficiente; decoración inexpresiva; diseño calculado hasta el menor detalle, música ambiental sonando a bajo volumen; empleados siguiendo el manual del lugar al pie de la letra. <Bienvenidos a “Road”>. Mires a donde mires el lugar está concebido de forma calculada. El lugar se halla casi lleno.Tras mirar el lugar detalle por detalle la vista se posa sobre una chica que está sentada junto a la ventana. Ocupa una mesa de cuatro asientos, está leyendo un libro. Suéter negro con gorro, pantalones vaqueros rectos, zapatos bajos de color neutro. Sobre el respaldo del asiento cuelga una gabardina sencilla. Por lo que respecta la edad se ve que la chica es universitaria. Tiene el pelo de un poco común por no decir extraño tono rosado muy bajo, liso y largo hasta la cintura. Lleva poco maquillaje, ningún accesorio. Cara pequeña delgada. Gafas de lectura. De vez en cuando frunce el ceño con aire concentrado.Está sumida en la lectura. Apenas aparta la mirada del libro. Es un grueso tomo de tapa dura, se ve pesado, no se alcanza a distinguir el nombre del libro. Dada la actitud e interés con que lee se deduce que el libro es de temática muy seria. La chica no se salta ni una sola palabra, al contrario parece ir analizándolas profundamente una a una.Sobre la mesa se encuentra una pequeña taza de café, un cenicero, y a lado de este un gorro negro. Tiene bordado el costado la letra “H” en hilo dorado. Posiblemente le quede un poco grande. En el asiento continuo esta una bolsa grande de piel negra. A juzgar por lo abultado y rechoncho que esta el bolso, la chica ha ido metiendo cuanta cosa ha podido. Alza la taza a intervalos regulares y sorbe un poco de café, toma un cigarrillo, se lo pone entre los labios y lo enciende con un mechero de plástico.Esta tan sumida en la lectura que no se percata de nada, ni siquiera se percata cuando la puerta automática del restaurante se abre dejando pasar a un chico alto, de cabellos largos y oscuros como el carbón, lo tiene amarrado en una coleta baja, luce desmarañado; es delgado y con aire despreocupado.El chico dirige una vaga mirada por todo el establecimiento hasta que sus ojos se topan con la muchacha de cabellera rosácea. Esboza una pequeña sonrisa y se dirige a la mesa de ésta. La camarera se interpone entre el chico y su objetivo y le pregunta si desea mesa para uno y éste le responde tranquilamente “no gracias”y se dirige a grandes zancadas hacia la chica que se encuentra perdida entre las gruesas y ásperas páginas de aquel enorme libro.

    (Bueno, por motivos personales este es el reinicio de este Fanfic que no logré terminar a tiempo. Espero que dejen sus comentarios y críticas. Subiré un episodio cada 2 días, puede que algunas veces uno a la semana, espero lo disfruten y tengan paciencia. De ante mano gracias por leer).
     
    Última edición: 25 Noviembre 2014
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    Nozomi Uchiha

    Nozomi Uchiha Entusiasta

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    ¡Hola! Soy Nozomi, un placer *estrecho tu mano*, desde ahora seré una lectora de tu historia. Pues, es muy interesante el fanfic, ya espero que lo continúes. Muy buena la narración, tienes el don xD. La descripción también, por supuesto. No le haría daño un poco de diálogo. Claro que la historia es tuya y la puedes hacer como quieras, es más, la tienes que hacer como quieras, porque si no, sería un fanfic colectivo. Yo creo (Opinión personal) que describes cosas innecesarias y que aclaras cosas que ya están claras.
    Ejemplo:
    ¿Entiendes? Espero que sí.
    Bueno, nada más por ahora.
    ¡Espero tu próximo capítulo!
    ¡Saludos!
     
  4.  
    Kou

    Kou Hmp...Suke

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    Gracias por tu comentario Nozomi-san, efectivamente leyendo tu crítica puedo estar de acuerdo contigo, son errores que a veces se me pueden ir de las manos pero, prestaré mucha mas atención a esos detalles.
    Por otra parte en éste capítulo el diálogo fue inexistente por que así lo meritaba, en los próximos capítulos la narrativa cambiará un poco, y los personajes que en el Fic participan interactuarán mucho más. Sin mas que decir, te mando un sincero abrazo.
    By: Kou.
     
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    Kou

    Kou Hmp...Suke

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    Título:
    Sarishinohara
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1420
    CAPITULO 2:

    El chico dirige una vaga mirada por todo el establecimiento hasta que sus ojos se topan con la muchacha de cabellera rosácea. Esboza una pequeña sonrisa y se dirige a la mesa de ésta. La camarera encargada de acomodar a los clientes se acerca a él.
    —Hola, bienvenido a Road— Dice sin mayor interés. — ¿Mesa para uno?
    —No, Gracias— Contestó sencillamente el muchacho. Se acomoda un poco la camisa oscura que trae y se acerca a grandes zancadas a la mujer que está sentada. Se para frente a la mesa y ladea la cabeza tratando de que la chica note que él está allí. La chica percibe su presencia y alza la mirada, mira al joven que se le ha plantado enfrente. El joven es muy alto por lo que tiene que levantar mucho la vista. Sus miradas se encuentran. El joven chico esboza una sonrisa, tratando de demostrar que no posee malas intenciones para con ella.
    Él le dirige la palabra.
    —Oye, disculpa si me equivoco, pero tú eres la hermana menor de Karin Haruno, ¿Verdad?
    La chica no dice nada y mira al chico entrecerrando los ojos como mirando a un bicho con una lupa.
    —Nos vimos una vez— Prosigue el chico— Te llamas Haruka, ¿No?— Pregunta el chico.
    —Sakura. — Corrige tajantemente.
    El joven levanta el dedo índice.
    —¡Eso es! Sakura, Haruno Sakura…No te acuerdas de mí ¿Verdad?
    Sakura ladea levemente la cabeza. Se quita los anteojos de lectura y frota sus ojos con las yemas de los dedos.
    La camera vuelve y pregunta:—¿Están juntos?
    —Si. — Responde él.
    La camarera deposita la carta sobre la mesa. El joven toma asiento frente a Sakura, un gran estuche que lleva consigo en el asiento contiguo y luego como si se acordara de pronto le pregunta:
    —Oye, no te importa que me siente un rato ¿Verdad? Después de comer me iré enseguida. Tengo que ir a otro lugar.
    —Eso se dice antes ¿No crees?— Pregunta Sakura frunciendo levemente el entrecejo.
    —¿Qué tengo que ir a otro lado después?
    —No me refiero a eso— Responde Sakura rodando los ojos.
    —¡Ah! Je. O sea que es una cuestión de modales.
    —Sí.
    El chico asiente.
    —Tienes razón, debí haberte preguntado antes si podía sentarme contigo, lo siento, pero el local está muy lleno y voy a quedarme poco tiempo, ¿Te importa?
    Sakura levanta levemente los hombros dando a entender “Como quieras”.
    El chico sonríe levemente y levanta la carta, la mira por pocos instantes, la deposita de golpe en la mesa.
    —La verdad no hace falta ver lo que hay en la carta, de aquí lo único que como es la ensalada de pollo y las tostadas. Si quieres mi opinión la ensalada de pollo y las tostadas es lo único que vale la pena del lugar, ¿Haz probado la ensalada de pollo de aquí?
    Sakura sacude la cabeza.
    —No están mal ni la ensalada de pollo ni las tostadas crujientes. Yo en Road no como otra cosa.
    —Entonces, ¿Por qué miras la carta si ya sabes lo que vas a pedir?
    —Porque sería algo muy patético venir a Road e inmediatamente pedir una ensalada de pollo con tostadas crujientes… ¿No crees? Da la sensación de que vienes cada día a Road con unas ganas inmensas de comerte una ensalada de pollo con tostadas.
    —Si tú lo dices— Responde Sakura con un leve tono de simpleza.
    Cuando la camarera le trae un vaso con agua él le pide una ensalada de pollo y unas tostadas muy crujientes.—Que estén muy hechas— Remarca— Casi quemadas. Añade una taza de café para después de comer. La camarera introduce su pedido en una pequeña máquina que lleva consigo y lo confirma leyéndolo en voz alta.
    —Y otra taza para ella… ¿Verdad?— Dice el chico refiriéndose a la taza vacía de Sakura.
    —De acuerdo, enseguida les traigo el café— Dijo la mesera antes de entrar a la cocina.
    —¿No te gusta el pollo?— Pregunta él—
    Simplemente prefiero comida casera— Respondió Sakura con un ligero tono de desagrado.
    —¿Tiene algo de malo la que sirven en los restaurantes?
    —No... Pero casi siempre las cadenas de restaurantes sirven comida atiborrada de sustancias químicas.
    —¡Rayos!— Exclama el chico y sonríe, al sonreír se le marcan unas pronunciadas líneas a cada lado de la naríz, aparentando unas profundas ojeras.
    —Te estas burlando de mí. — Pregunta Sakura achicando los ojos.
    —No, por supuesto que no… en fin, aquí el pollo no sabe nada mal.
    Tras pronunciar estas palabras y como si se acordara de pronto, se quita la chaqueta de piel, la dobla y la deposita en el asiento de al lado. Bajo la chaqueta lleva puesto un jersey negro, es un poco ajustado y hace notar el torso trabajado del joven, no da una apariencia muy elegante, más bien sencilla.
    —Nos vimos en la piscina de un hotel en Okinawa el verano pasado. ¿Te acuerdas?
    —Más o menos— Dice esta sin darle mucha importancia.
    —Estábamos un amigo mío, tu hermana, tú y yo. Cuatro en total. Nosotros estábamos por salir de la universidad, y tú debías estar en segundo año de bachillerato. ¿Correcto? Sakura asiente sin gran interés.
    —Mi amigo, Deidara, Salía por ese entonces con tu hermana mayor, por lo que Deidara me convenció de hacer citas dobles, y Karin te trajo a ti. Pero tú apenas abriste la boca, preferiste pasar todo el rato nadando como delfín en la piscina. Luego los cuatro fuimos al salón de té del hotel y tomamos un helado. Tú pediste un melocotón Melba.
    Sakura lo mira extrañada.
    — ¿A qué viene que te acuerdes de todas esas tonterías?—
    Es que, verás, yo nunca había salido con una chica así, y además, porque tú eras preciosa claro.
    —Mentira, estuviste todo el tiempo comiéndote a mi hermana con los ojos.
    —¿A si?
    Sakura guarda silencio.
    —…Es posible que lo hiciera— Reconoce él. — No sé por qué pero recuerdo que llevaba un bikini muy pequeño.
    Sakura saca un cigarrillo del paquete, se lo acomoda entre los labios y lo enciende.
    —Oye, no es que defienda a este restaurante pero me da la impresión de que para la salud, es peor fumar que una ensalada de pollo, ¿No te parece?— Dice el chico sonriendo picaronamente.
    Sakura prefiere ignorarlo.
    —Aquel día tenía que ir Ino, la mejor amiga de mi hermana, pero se enfermó de última hora y mi hermana me obligo a acompañarla porque faltaba una chica.
    —Por eso estabas de mal humor.
    —Pero me acuerdo de ti— Dice Sakura cambiando la conversación.
    —¿En serio?
    Sakura se toca las mejillas. El hombre se da cuenta de lo que trata Sakura de decir.
    —Usualmente me desvelo mucho y creo que por eso… ya no desaparecen. Dijo sonriendo, lo que provoco que se le marcaran aún más las ojeras.
    La camarera se acerca a la mesa en el pedido y vuelve a llenar la taza de café de Sakura. Comprueba si ha traído todo lo que han pedido. Al irse el joven toma el tenedor y cuchillo y comienza a comer la ensalada de pollo que le habían traído. Luego toma una tostada y la mira minuciosamente. Frunce el ceño.
    —Por mucho que insista en que quiero tostadas muy crujientes, jamás, ni una sola vez me las han traído como las he pedido.
    Sakura no le toma importancia.
    —En fin que tu hermana era guapísima— Dice él como hablando para sí.
    Sakura levanta la cabeza.
    —¿Por qué hablas en pasado?
    —¿Por qué? Pues he usado el pasado porque estoy hablando de cosas que sucedieron hace tiempo. Con ello no quiero decir que Karin no sea guapa ahora.
    —Pues sí, todavía lo es— Dice Sakura agachando levemente la cabeza.
    —Perfecto, aunque la verdad no conozco mucho a tu hermana, en bachillerato fuimos un año a la misma clase, pero apenas cruzamos un par de palabras.
    —¿Karin te gusta?— Preguntó Sakura espontáneamente.
    —¡¿Si me gusta?!... pues, muchas personas me decían que ella y yo hacíamos buena pareja, pero la verdad, a pesar de la belleza de Karin, nunca me interesó conocerla, puesto que intelectualmente no podríamos intercambiar muchas palabras, ¿Me entiendes?
    —Dices que mi hermana esta hueca de la cabeza. —Dijo Sakura sin mucho desconcierto.
    —Pues… honestamente si, algunas veces cuando yo estaba en la casa de Deidara, y llegaba ella, alcanzaba a escuchar algunas veces las conversaciones que tenían y debo decir, que ambos son tal para cual.— Dijo con gracia el joven chico.
    — Disculpa si soy muy descarado — Dijo rascándose la mejilla.
    —Descuida, estoy de acuerdo contigo.

    Continuará…
     
    Última edición: 25 Noviembre 2014
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    Nozomi Uchiha

    Nozomi Uchiha Entusiasta

    Tauro
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    ¡Bravo! Nunca vi mucho progreso en tan poco tiempo. Has saltado desde el océano Ártico al Antártico en un segundo. ¡Te felicito!
    La interacción entre los personajes le ha dado la "vida" necesaria a tu historia. Tú sigue así. Alguno que otro error no más, pero sólo son ortográficos (Nada que no se pueda arreglar.)
    Veré tus próximos capítulos, y espero futuras mejoras.
    ¡Hasta la próxima!
    ¡Saludos!
     
  7.  
    luna uchiha

    luna uchiha Usuario común

    Virgo
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    Sólo puedo decir una frase: Amo tu redacción. Eso define todo lo que opino de tu historia.
    Realmente me agrada como va, pero me agradarian mas capítulos mas largos :3 espero la siguiente parte!
     
  8.  
    Kou

    Kou Hmp...Suke

    Tauro
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    Sarishinohara
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1802
    CAPITULO 3:


    — Dices que mi hermana esta hueca de la cabeza. —Dijo Sakura un poco desconcertada.
    — Pues… honestamente si, algunas veces cuando yo estaba en la casa de Deidara, y llegaba ella, alcanzaba a escuchar algunas veces las conversaciones que tenían y debo decir, que ambos son tal para cual.— Dijo con gracia el joven chico.
    — Disculpa si soy muy descarado — Dijo rascándose la mejilla.
    — Descuida, estoy de acuerdo contigo.
    El chico sonrió divertido y continuo comiendo.
    —Pues ese día era tu amigo el rubio el que, como novio de ella la acompañaba, y tú ibas de acompañante ¿No?El joven asiente con la boca llena de comida y mastica con calma, se toma su tiempo.
    —Honestamente soy una persona muy discreta y nunca me ha gustado llamar demasiado la atención. Así que preferí ir de acompañante. Ya sabes como la ensalada, las patatas fritas o el postre. —Dijo esto último en tono sensual.
    —Ya, como sea —Sakura carraspeó la garganta. —Por eso te emparejaron conmigo.
    —Pero pues… tú eras muy hermosa.
    —Tienes muy marcado eso de hablar en pasado—. Dijo Sakura un poco irritada.
    —No es eso. Es que ya te dije que hablo de cosas que ya pasaron hace tiempo. Eras muy hermosa en serio, solo que tu casi no me dijiste nada. Así que yo, mientras tú nadabas se lo pregunté a Karin. ¿Por qué tu hermana no habla conmigo?, ¿A caso tengo algo malo?
    —¿Y ella que te contestó?
    —Que tú no solías hablar con la gente por ti misma y que como estudiabas otros idiomas, hablabas más en chino que en japonés. Y que por supuesto yo no tenía nada malo.
    Sakura calla.
    —Porque tú no me viste nada malo, ¿verdad?
    —No recuerdo tanto, pero no. No creo haberte visto nada malo.
    —¡Uff! Menos mal, eso me preocupaba mucho. Ya se que tengo defectos, pero la verdad me molesta mucho cuando la gente solo se fija en eso. Especialmente estando en la piscina en las vacaciones de verano.
    —No creo que viera esas pequeñas cosas.
    —¡Me tranquiliza oírlo!
    —Lo que si es que no recuerdo tu nombre. —Dice Sakura.
    —¿Mi nombre?
    —Sí.
    Él sacude la cabeza.
    —No importa que lo hayas olvidado. Es un nombre bastante raro. A veces me entran ganas de olvidarlo. Pero es mío, aunque los de los demás se me olvidan todos, incluso los que debo recordar.
    El joven chico dirige una mirada a la calle, luego vuelve a clavar los ojos en Sakura.
    —Hay algo muy extraño que desde entonces no he logrado averiguar, y es porque tú hermana no se metió ni una sola vez a la piscina. Ese día hacía mucho calor, y pues habíamos ido a esa gran piscina, y no la disfrutó.
    Sakura pone cara de querer decir “¿Ni siquiera eso entiendes?”
    —Pues por que no quería que se le arruinara el maquillaje, además el bikini que llevaba no era apropiado para meterse a nadar, ¿No te parece?
    —¡Ah! Ya veo —Dice—. Pues ustedes dos a pesar de ser hermanas y tener casi la misma edad toman la vida de un modo muy distinto.
    —Somos dos personas distintas.
    Durante un buen rato el joven le da vueltas a lo que ella le acaba de decir. Luego habla.
    —¿Por qué será que todos tomamos caminos diferentes?, quiero decir ustedes dos, siendo hermanas, teniendo los mismos padres y conviviendo durante mucho tiempo juntas son realmente distintas, como el blanco y el negro. Una se pone un bikini del tamaño de un banderín y se tiende súper sexy a lado de la piscina mientras que la otra se pone un bañador de colegiala y se pasa el rato nadando como un delfín.
    —¿Pretendes que te lo explique aquí y ahora en pocas palabras mientras tú comes?
    El joven sacude la cabeza.
    —No solo estaba pensando en voz alta. No tienes por qué responderme—. El chico se dispone a continuar comiendo, pero se lo piensa mejor y prosigue.
    —Tengo un hermano ¿Sabes? Y nos distanciamos hace mucho tiempo, así que solo quería saber cómo te llevabas tú con la tuya.
    —Pues creo… que está más que claro… ¿No?
    —Si, pero la verdad no creo que se lleven tan mal como nos llevamos mi hermano y yo. —Dijo el joven con desánimo.
    Sakura se queda pensando y apoya una mano en la tapa del libro que trae.
    —Aunque te lo preguntara con toda la educación del mundo no me dirías que estás leyendo ¿Verdad?—Dice el joven.
    —No.
    El hombre sonríe.
    —Parece muy pesado.
    Sakura guarda silencio.
    —No parece un libro que traen las chicas usualmente.—Dice él. —Ya sabes esos de tamaño pocket.
    Sakura guarda silencio.
    El chico se da por vencido y sigue comiendo. Ésta vez no dice nada, se concentra en la ensalada de pollo y se la acaba. Toma mucha agua, le pide varias veces a la camarera que le llene de nuevo el vaso.
    —Vivías en Hiyoshi, ¿Verdad? —Pregunta el hombre.
    Sakura asiente.
    —Pues ya no estás a tiempo de tomar el último autobús. A no ser que vuelvas a tu casa en taxi, tendrás que esperar el autobús de mañana por la mañana.
    —Eso ya lo sé. —Dice Sakura. —Ése es el que tomaré.
    —Muy bien entonces.
    —No sé dónde vivirás tú, pero seguramente también has perdido el último autobús ¿No?
    —En Koenji, pero vivo solo y de todas formas voy a quedarme toda la noche ensayando, si se da el caso uno de mis amigos tiene automóvil.
    Golpea suavemente el estuche del instrumento musical que se encuentra a su lado.
    —Los de mi grupo ensayamos en el sótano de un edificio de por aquí. Puedes hacer cuanto ruido quieras y no se escucha nada afuera, aunque la calefacción no funciona bien y, en esta época del año te congelas… pero nos lo dejan usar gratis, así que no nos podemos quejar.
    Sakura dirige una mirada al estuche.
    —¿Es un bajo?
    —Sí ¿Cómo lo sabes? —Pregunta el ligeramente asombrado.
    —Lo sé porque mi primo toca uno.
    —Sí ya. Pero en este mundo no hay muchas chicas que se interesen en cosas como ésta. ¿Has visto alguna vez a Jimi Hendrix destrozando un bajo en el escenario? Usualmente lo hacen con guitarras eléctricas.
    —¿Entonces por qué has elegido un bajo?
    —Hace unos tres años mientras visitaba una tienda de discos, encontré un disco de rock de un grupo llamado AKFG o mejor conocido como “Asian Kung Fu Generation”, y no tengo ni idea del por qué lo compré y al ponerlo en mi reproductor la primera canción que sonó fue la de After Dark, me gustó mucho y decidí comprar una guitarra eléctrica, pero al llegar a comprar una, el dueño me dijo que su negocio se había ido a la quiebra y no le quedaba ninguna guitarra eléctrica, solo le quedaba un bajo y me enredo diciéndome que eran casi lo mismo así que caí y pues… aquí lo tienes, me he quedado con el —Dijo el chico muy sonrojado. — El destino nos unió. —Dijo con carisma.
    El chico tarareó los primeros ocho compases de la canción.
    —La conozco. —Dijo Sakura.
    —¿En serio?
    Sakura tarareó los siguientes ocho compases.
    —¿Cómo es que la conoces?
    —¿Hay algo malo en eso?
    —No, no hay nada de malo, en fin que ese grupo me alucinó, y a raíz de eso empecé a tocar el bajo, aunque también he aprendido a tocar un poco la guitarra eléctrica. ¿Conoces la de “Rewrite”?
    Sakura niega con la cabeza.
    —No importa, total. Mi universidad no es nada del otro mundo, pero tiene una banda que no está nada mal. La camarera se dirige nuevamente a llenar el vaso del joven, pero éste hace un gesto negativo y mira su reloj de pulsera.
    —Ya es la hora, tendría que irme.
    La chica calla. La expresión en su cara indica: “Nadie te retiene”.
    —Claro que los chicos siempre llegan tarde. —Dice él.
    Sakura no comenta nada al respecto.
    —Oye, saluda a tu hermana de mi parte.
    —¿Y por qué no la llamas y lo haces tú mismo?
    —No tengo ganas, no sabría de qué rayos hablar, tiene mucho que no la veo y pues no sabría de que más hablar con alguien como ella.
    —Pues conmigo no te callas. Ya se te ocurrirá algo.
    —Es que contigo, no sé por qué, sí puedo hablar.
    —¿Conmigo, no sabes, por qué sí puedes hablar? —Repite Sakura.
    —Pero cuando tienes en frente a Karin no sabes de que hablar.
    —Exactamente.
    —Por su excesiva intelectualidad. — Dice Sakura sarcástimente.
    En el rostro de él se aflora una expresión de diversión. Exhala un largo suspiro. Luego toma la cuenta que está sobre la mesa y calcula mentalmente el total.
    —Ten. —Dice dejando algunos billetes sobre la carta. —Cuando me retire pagas con eso ¿De acuerdo?
    Sakura asiente.
    —Oye, tal vez me esté metiendo en lo que no es de mi incumbencia, pero ¿Te pasa algo? No sé, me refiero a si te van mal las cosas con tu novio o te has peleado con tus padres. Vamos, como estás sola en la calle a estas horas…
    Sakura se pone las gafas de lectura, alza los ojos y los clava fríamente en el chico. Se produce un silencio denso y frío.
    El Hombre levanta las manos y vuelve las palmas hacia ella. Como si dijera: “Siento haberme metido en lo que no me importa”.
    —A las cinco de la mañana, volveré a tomar algo aquí, seguro me entra hambre. Me gustaría verte entonces.
    —¿Y eso por qué?
    —¿Pues por qué ha de ser?
    —¿Por qué estás preocupado por mí?
    —Algo hay de eso.
    —¿Por qué quieres que salude a mi hermana de tú parte?
    —También hay algo de eso. —Dice y luego ríe un poco. — No, es broma.
    —Mi hermana es incapaz de diferenciar un bajo de un matamoscas… Claro que un Prada y un Gucci si los distingue de una ojeada.
    El chico larga una carcajada.
    —Todos tenemos nuestros campos de batalla. —Dice él sonriendo. Se saca una agenda del bolsillo de la chaqueta anota escribe algo con el bolígrafo. Arranca la hoja y se la entrega a ella.
    —Aquí tienes mi número de móvil. Si pasa algo ya sabes dónde localizarme, ¿Y tú?, ¿Tienes móvil?
    Sakura niega con la cabeza.
    —Me daba esa impresión. —Dice él admirado. —Lo intuía. Seguro a ésta chica no le gustan los móviles.
    El hombre toma el estuche del bajo y se levanta. Se pone la chaqueta de piel. En su rostro todavía queda el rastro de una sonrisa.
    —Nos vemos.
    Sakura asiente inexpresiva. Sin mirarlo apenas, deja la hoja de papel sobre la mesa. Luego respira hondo, apoya una mejilla en la palma de la mano y vuelve a entregarse a la lectura.En el local suena a bajo volumen “Rewrite” de Asian Kung Fu Generation.
     
    Última edición: 11 Diciembre 2014
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    Nozomi Uchiha

    Nozomi Uchiha Entusiasta

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    ¡Buenas! Me agrada que hayas subido el capítulo. Te extrañaba :'( . Te has tardado mucho :( . Mentira, tómate tu tiempo.
    Me ha gustado mucho el capítulo. Me encanta la química que hay entre ellos <3 Un par de cosas remarcaré.
    • Fíjate de separar bien los diálogos.
    • "Valla" es una cerca o algo parecido. La palabra correcta es "vaya."
    Como suelo decir, es todo por ahora.
    ¡Nos veremos!
    Nozomi
     
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    Kou

    Kou Hmp...Suke

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    Agradesco su comentario señorita Nozomi-san, trataré de subir cada vez mas rápido los capítulos.
    Corrigiendo los errores que he cometido espero que a próximos lectores del Fic les sea ameno.
    Decidí cambiar la palabra por otra de sencilla lectura así no habrá problemas. Sin más que añadir le mando un cálido saludo y gracias por leer.
    By: Kou
     
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    Kou

    Kou Hmp...Suke

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    Sarishinohara
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    2021
    Nos encontramos en una habitación a oscuras, apenas y se alcanza a distinguir la tenue luz de la luna, que se filtra por los huecos de las cortinas que recubren un gran ventanal de la habitación.
    Nuestra vista vaga un minuto y se detiene frente a la cama, en ella se encuentra una mujer durmiendo.
    Una mujer joven y hermosa. Su cabellera rojiza se desparrama sobre la almohada como llamas ardientes de un rojizo carmesí. Sus labios pequeños y bien dibujados, están cerrados formando una línea recta, a primera vista no se ven señales de que respire, pero al agudizar la vista, podemos percatarnos de vez en cuando de un ligero, muy ligero movimiento en la garganta. Karin respira. Yace con la cabeza apoyada sobre la almohada. Duerme profundamente, es posible que ni siquiera sueñe.

    Road, el mismo interior que antes. Por el hilo musical suena "Call your name" Interpretado por Shingeki No Kyojin a volumen prudente. Durante los últimos treinta minutos, el número de clientes ha bajado considerablemente. No se oyen voces. Hay signos de que la noche ha avanzado un poco más.
    Sakura sigue frente a la mesa, leyendo el grueso libro. Ante ella hay un plato con emparedados sin tocar apenas.
    Más que por apetito, por lo visto lo ha pedido para pagar el tiempo que pasa en el local. De vez en cuando, como si se acordara de pronto, cambia de postura. Hinca los codos en la mesa y levanta la vista hacia el local, respira hondo, comprueba lo lleno que está el local. Sin embargo al margen de esto se vuelve a sumergir en la lectura.
    Ahora se ven muchos más clientes que están solos. Algunos escriben algo en su portátil. Otros envían mensajes por el móvil. También los hay enfrascados en la lectura, como ella. Y otros que sin hacer nada, mantienen los ojos clavados en lo que pasa a las afueras del local, absortos en sus pensamientos. Ciertamente el lugar es un buen lugar donde refugiarse a tan altas horas de la noche.
    Como si fuera premeditado, la puerta automática se abre de nueva cuenta y el local es irrumpido por una mujer de grandes proporciones. Es corpulenta, pero no gorda. De espaldas un poco anchas y posee unos enormes senos que saltan a la vista.
    Lleva dos largas coletas bajas amarrando su laceo cabello rubio, pantalones algo amplios y una blusa de escote bastante pronunciado.
    En pocas palabras posee una apariencia que llama bastante la atención.
    Cuando entra en el local, la camarera se le acerca y le pregunta "¿Mesa para uno?", pero la mujer la ignora. Con ojos escrutadores barre el interior del local con un rápido vistazo.
    Descubre la figura de Sakura y su extraña cabellera rosácea y se va directo hacia ella dando veloces pasos.
    Al llegar a la mesa, se sienta frente a Sakura sin decir nada. A pesar de su corpulencia, sus movimientos son ágiles y precisos.
    — Hola, ¿Puedo sentarme un momento? —Pregunta la mujer.
    Sakura que estaba enfrascada en la lectura, levanta la cabeza. Al descubrir a aquella mujer con semejantes atributos sentada frente a ella, se sorprende.
    La mujer se acomoda mejor en el asiento. Y de un rápido movimiento de cabeza se echa ambas coletas de pelo en la espalda. Su cara es franca y abierta, y tiene la piel bastante cuidada. Su rostro viéndolo a detalle es agradable.
    A modo de saludo, la mujer tuerce la boca esbozando una sonrisa y apoya los codos sobre la mesa.
    La camarera se acerca e intenta dejar sobre la mesa la carta y un vaso de agua, tal y como lo indica el manual, pero la mujer lo rechaza con un ademán.
    — No, es que me largo enseguida. Perdona, ¿eh?
    La camarera esboza una sonrisa tranquila y se va.
    — Tú eres Sakura Haruno, ¿Verdad? —Pregunta la mujer.
    — Pues sí...
    — Me lo ha dicho Itachi. Que quizá todavía estarías aquí.
    — ¿Itachi?
    — Sí, Uchiha Itachi. Un tipo alto, con el pelo largo, delgado. Toca el bajo.
    Sakura asiente.
    — Ah, ése.
    — Pues resulta que Itachi me ha dicho que hablas chino perfectamente.
    — Una conversación normal, sí puedo mantenerla sin problemas —Dice Sakura con cautela— Pero no lo hablo a la perfección.
    — Oye, lo siento, pero ¿Podrías venir conmigo un rato? Es que tengo a una chica en casa con problemas. Pero no habla japonés y yo no me entero de nada.
    Sin acabar de comprender lo que le está diciendo, Sakura cierra el libro y lo deja a un lado.
    — ¿Problemas?
    — Sí, se ha hecho daño. Está aquí mismo. A dos pasos. No te entretendré mucho rato. Basta con que me expliques por encima lo qué le ha pasado. Oye, ¿Me harías un gran favor?
    Sakura duda un momento, pero mira la cara de la mujer y concluye que no es una mala persona.
    Mete el libro en el bolso que trae consigo, se pone el abrigo. Hace un ademán de recoger la cuenta de encima de la mesa, pero la mujer se le adelanta.
    — Esto lo pago yo.
    — No, gracias. Soy yo quien lo ha pedido.
    — No importa. Total, por ésta miseria. Bah, cállate y déjame pagar a mí.
    Al ponerse de pie, se evidencia como algunos hombres que se encuentran en el local miran a la mujer lascivamente.
    Sakura se da cuenta, pero no le presta gran interés, al parecer la mujer tampoco.
    Salen de Road.
    Todavía a tan altas horas, las calles siguen concurridas. Sonidos electrónicos de las salas recreativas, gritos de los reclamos de los karaokes, rugidos de los tubos de escape de las motocicletas. Hay tres chicos sentados en el suelo sin hacer nada en particular, frente a la persiana metálica de una tienda cerrada. Cuando Sakura y la mujer pasan por delante, los tres alzan la vista y las observan con gran interés. Estaban dispuestos a decir algo pero cuando la mujer volteó y los miro fríamente los chicos desvían la mirada a otra parte.
    — Me llamo Tsunade— Dice la mujer con tono amable.
    — Encantada— Dice Sakura.
    — Oye, siento haberte sacado de allí así por las buenas. Debo haberte pegado un susto, ¿No?
    Sakura guarda silencio, sin saber muy bien qué responder.
    — ¿Quieres que te ayude con el bolso? Tiene pinta de pesar lo suyo— Dice Tsunade.
    — No importa.
    — ¿Y qué llevas ahí dentro?
    — Pues libros, ropa...
    — No te habrás escapado de casa, ¿verdad?
    — No, claro que no— Dice Sakura.
    — ¡Uff! ¡Menos mal!
    Las dos siguen andando. Se meten por una calle alejada de la zona comercial, suben una cuesta. Tsunade avanza a paso rápido y Sakura la sigue a duras penas. Suben unas escaleras oscuras y desiertas, salen a otra calle. Por lo visto, las escaleras son un atajo entre ambas calles. Algunos bares mantienen todavía las luces de los letreros encendidas, pero apenas muestran signos de vida dentro.
    — Es ese Love-ho.
    — ¿Ese qué?
    — Love Hotel, hotel para parejas. Una casa de citas, vamos. ¿Ves ése letrero neón de allí?, bueno pues ese es el lugar.
    — Sakura al oír el nombre tan raro del lugar, instintivamente mira a Tsunade a la cara.
    — Tranquila, no es ningún sitio raro. Yo soy la dueña.
    — ¿Y es allí donde se encuentra la chica que se ha hecho daño?
    Tsunade sin detenerse, se da la vuelta.
    — Sí, ahí se encuentra.
    — ¿He Itachi se encuentra allí?
    — No, él no. Él está en otro edificio aquí cerca, se encuentra en el sótano, ensayando con su banda toda la noche.
    Ambas cruzan el portal del Love Hotel.
    En éste hotel los clientes miran el panel de fotografías del vestíbulo, escogen la habitación que más les gusta, pulsan el botón correspondiente y retiran la llave. Así funciona. Luego solo tienen que tomar el ascensor y subir a su habitación.
    No necesitan hablar con nadie. Hay tarifas por hora y por noche completa. Iluminación en tono azul oscuro. Sakura lo va estudiando todo con curiosidad. Tsunade dirige un leve saludo a la mujer de la recepción.
    — Tú nunca has estado en un lugar como éste ¿Verdad? —Dice dirigiéndose a Sakura.
    — No. Es la primera vez.
    — Bueno, pues ya ves. En éste mundo hay muchas formas de ganarse la vida.
    Tsunade y Sakura suben el ascensor de los clientes. Cruzan un pasillo corto y estrecho, se detienen frente a la puerta donde figura el número 404. Tsunade golpea suavemente la puerta, y de inmediato ésta se abre desde dentro. Una mujer joven con el pelo rubio amarrado a una coleta alta y flequillo de lado, se asoma con expresión inquieta. Es delgada y de muy buen ver. Lleva una camiseta sencilla y unos vaqueros algo desgastados. Aretes grandes y llamativos.
    — ¿Eres tú Tsunade? ¡Uf! ¡Menos mal! Has tardado siglos. ¡Estaba súper preocupada! —Dice la rubia.
    — ¿Cómo está? —Pregunta Tsunade.
    — Pues igual.
    — ¿Ya ha dejado de salirle sangre?
    — Más o menos. Pero he gastado un montón de toallas de papel.
    Tsunade hace entrar a Sakura en la habitación. Y cierra la puerta. Dentro, aparte de la rubia, hay otra empleada. Menuda, con el pelo castaño amarrado en dos cebollines, está pasando un mechudo por el suelo. Tsunade las presenta.
    — Ésta es Sakura. La chica de la que les he hablado, la que sabe chino. Ésta del pelo rubio se llama Ino, lleva trabajando aquí un montón de tiempo.
    Ino sonríe amablemente.
    — ¡Hola!, ¿Qué tal?
    — Encantada. —Dice Sakura.
    — Y aquella es Tenten. —Dice Tsunade.
    — Encantada. — Dice Tenten.

    La habitación no tiene ventanas. La atmósfera es pesada. Hay una cama y un televisor enormes para el tamaño del cuarto. En un rincón se ve a una mujer desnuda en cuclillas, encogida, como si quisiera ocupar el menor espacio posible. Se cubre con una toalla de baño y llora en silencio con el rostro entre las manos. El suelo está lleno de toallas manchadas de sangre. También se ven manchas de sangre en las sábanas. La lámpara de pie está volcada. En la mesa hay una botella de cerveza medio vacía. Un vaso. El televisor está encendido. Dan un programa cómico. Risotadas de los espectadores. Kaoru coge el mando a distancia y lo apaga.

    — Por lo visto, le ha tomado a trompicones con ganas — Le dice Tsunade a Sakura.

    — ¿El hombre que estaba con ella? -Pregunta Sakura.

    — Sí. El cliente.


    — ¿El cliente? ¿Es una prostituta? — El tono de la peli rosada tiene algo de sorpresa

    — Sí. A estas horas, la mayoría son profesionales — Dice Tsunade-. Así que no te extrañe que haya problemas. Peleas por el pago, tipos que piden guarradas...

    Sakura se mordisquea los labios, pone en orden sus ideas.

    — ¿Y ella sólo habla chino?

    — Sí, apenas balbucea cuatro palabras de japonés. Pero yo no puedo llamar a la policía. Seguro que es una ilegal y no siempre dispongo de tiempo de ir a comisaría a declarar.

    Sakura se descuelga el bolso del hombro, lo deja sobre la mesa y se acerca a donde está acurrucada la mujer. Se pone en cuclillas y se dirige a ella en chino.

    — ¿Ni zenme le? (¿Qué ha pasado?)

    La oiga o no, la mujer no responde. Le tiemblan los hombros, sacudidos por los sollozos. Tsunade mueve la cabeza.

    — La pobre está en estado de shock. Por lo visto, la paliza ha sido muy bestia. — Dice la rubia seria.

    Sakura se dirige a la mujer:

    — ¿Shi Zhongguoren ma? (¿Eres china?)

    La mujer sigue sin responder.

    — Fangxin ba, wo gen jingcha mei guanxi. (Tranquila. No soy de la policía.)

    La mujer sigue sin responder.

    — Ni bei ta da le ma? (¿Te ha hecho daño el hombre?) -pregunta Sakura.

    La mujer asiente al fin. Su largo pelo negro oscila. Sakura insiste y se dirige de nuevo a la mujer con voz pausada. Le repite una y otra vez la misma pregunta. Con los brazos cruzados sobre el pecho, Tsunade contempla con aire preocupado cómo Sakura le va hablando. Mientras tanto, Ino y Tenten se reparten las tareas de limpieza de la habitación. Recogen las toallas manchadas de sangre y las meten en una bolsa de plástico. Quitan las sábanas sucias de la cama, cambian las toallas del cuarto de baño. Levantan la lámpara del suelo, retiran la botella de cerveza y el vaso.
     
    Última edición: 22 Enero 2015
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    Kou

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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Drama
    Total de capítulos:
    6
     
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    1581
    TenTen e Ino comprueban el estado del equipo, limpian y asean. Por lo visto, están acostumbradas a trabajar juntas y sus movimientos son expertos y precisos.

    Sakura está acuclillada en un rincón del cuarto, hablándole a la mujer. Parece que ésta se ha calmado un poco al oír hablar en su lengua. Y, aunque de forma entrecortada, le explica a Sakura en chino lo que le ha pasado. Su voz es tan débil que Sakura tiene que acercarse mucho para oírla. Asintiendo, escucha con gran interés lo que le cuenta. De vez en cuando pronuncia unas palabras de aliento mientras da pequeñas palmadas a la espalda de la peli negra. Después de una charla un poco larga Sakura se entera que el nombre de aquella prostituta es Hinata.

    Tsunade le da a Sakura unos golpecitos en el hombro.

    — Oye, lo siento, pero le tenemos que dejar la habitación a otro cliente. Voy a llevar a la chica a la oficina de abajo. Te vienes tú también, ¿verdad?

    — Pero es que está completamente desnuda. Dice que el hombre le ha quitado todo lo que llevaba encima. Desde los zapatos a las bragas. Todo.

    Tsunade sacude la cabeza.

    — El muy cerdo la ha dejado en bolas para que no pudiera salir enseguida a avisar a alguien. ¡Menudo cabrón! Tsunade saca del armario un delgado kimono y se lo da a Mari.

    — De momento, que se ponga esto. La mujer se levanta con torpeza y, medio aturdida, se desprende de la toalla y se queda completamente desnuda. Tambaleante, se envuelve en el albornoz.

    Sakura aparta la vista de inmediato. Su cuerpo es menudo pero hermoso. Pechos de forma bonita, piel suave. Debe de tener la misma edad que Sakura. Su cuerpo todavía conserva rasgos de la adolescencia. Sus pasos son inseguros, Tsunade la conduce afuera de la habitación sosteniéndola por los hombros. Bajan en el pequeño ascensor de servicio. Sakura las sigue acarreando su bolsa.

    Ino y Tenten se quedan en la habitación, limpiando. Las tres mujeres entran en la oficina del hotel. A lo largo de las paredes se amontonan cajas de cartón. Hay una mesa de acero y un tresillo funcional. Sobre la mesa de la oficina, un teclado de ordenador y un monitor con la pantalla de cristal líquido. Encima de una nevera de pequeño tamaño hay un televisor portátil y un microondas. Con las tres mujeres dentro, la habitación se ve repleta.

    Tsunade conduce hacia el sofá a la prostituta china para que se siente. La chica se ciñe con fuerza el kimono, como si tuviera frío. Tsunade enciende la lámpara de la mesa y vuelve a inspeccionarle las heridas de la cara.

    Trae el botiquín, saca alcohol y algodón y va limpiándole con suavidad la sangre pegada a la cara. Le cubre las heridas con tiritas. Le toca la nariz para comprobar que no está rota. Le levanta los párpados y mira si tiene los ojos inyectados en sangre. Le palpa la cabeza buscando chichones. Para Tsunade aquello parece algo rutinario y lo ejecuta con una habilidad sorprendente. Saca de la nevera una especie de compresa fría, la envuelve en una toallita y se la da a la mujer.

    — Toma, póntela debajo de los ojos.

    Luego, acordándose de que no habla japonés, hace amagos de ponérsela ella misma bajo los ojos. La mujer asiente y la imita.

    Tsunade se vuelve hacia Sakura.

    — La hemorragia era muy espectacular, pero casi toda la sangre le salía de la nariz. Por suerte, las heridas no son graves. En la cabeza no presenta ningún chichón, la nariz no está rota. Tiene un corte en el rabillo del ojo y el labio partido, pero no necesita que se lo cosan. Claro que, con la paliza que le han dado, durante una semana tendrá los ojos morados y no podrá salir a trabajar.

    Sakura asiente.

    — El tipo era fuerte, pero no tenía ni idea de cómo se pega -dice la rubia- Aporreando así, a tontas y a locas, apuesto lo que quieras a que se ha destrozado la mano. El tipo tenía tan mala leche que incluso le ha dado a la pared, he visto que estaba abollada por varios sitios. Ha perdido la cabeza y se ha puesto como loco.

    Ino entra en la habitación, saca algo de una de las cajas de cartón apiladas junto a la pared. Un kimono limpio para reemplazar el de la habitación 404.

    — Dice que le ha quitado el bolso, el dinero y el móvil. Que se lo ha llevado todo -dice Sakura.

    — ¿Y todo eso para largarse sin pagar? –interviene Ino, al lado.

    — No, no se trata de eso. Lo que ha pasado es que, ¿Cómo te diría?... Pues que, por lo visto, antes de empezar le ha venido la regla de repente. Se le ha adelantado. Y el hombre se ha puesto hecho una furia y...

    — ¿Y qué podía hacer ella? -dice Ino.

    — Eso, cuando te viene, te viene y...

    Tsunade chasquea la lengua. -Tú no te enrolles más y acaba de arreglar la cuatrocientos cuatro.

    — Vale. Perdona -dice Ino y sale de la oficina.

    — Total, que cuando iba a hacerlo, le ha venido la regla y el tipo se ha puesto hecho una furia, le ha arreado una paliza y la ha dejado sin ropa y sin dinero - dice Tsunade-. El tipo ese está mal de la cabeza.

    Sakura asiente.

    — Dice que la perdones por haberte manchado las sábanas de sangre.

    — ¡Bah! No importa. Estoy acostumbrada. No sé por qué, pero a muchas chicas les viene la regla en el Love-Ho. Llaman a menudo. Que les deje una compresa, que les deje un tampón. Me entran ganas de preguntarles si se creen que soy una sirvienta. Pero, bueno. Primero tenemos que vestir a esta chica. Así no puede ir a ninguna parte.

    Tsunade busca en una caja de cartón y saca unas bragas precintadas dentro de una bolsa de plástico, de las que venden en las expendedoras automáticas de las habitaciones.

    — Son de esas baratas, para salir del paso. No se pueden lavar, pero de momento le irán bien. Sin bragas, no creo que esté muy tranquila, la pobre.

    Luego, Tsunade rebusca en el armario, encuentra las dos piezas de un jersey de color verde descolorido y se lo da a Hinata.

    — Se lo dejó una chica que trabajaba aquí antes. Pero está limpio, ¿Eh? No hace falta que lo devuelva. Para los pies, sólo tengo estas chancletas de plástico, claro que es mejor eso que ir descalza.

    Sakura se lo explica a la chica.

    Tsunade abre un pequeño armario y saca unas cuantas compresas. Se las entrega a la prostituta.

    — Ponte esto. Puedes cambiarte en el lavabo -dice señalándole el cuarto de baño con la barbilla.

    La prostituta asiente. Gracias -dice en japonés. Luego, con la ropa que le han dado entre los brazos, entra en el cuarto de baño.

    Tsunade se sienta en la silla frente al escritorio, sacude la cabeza despacio, exhala un largo suspiro.

    — ¡Uf! En este trabajo te encuentras de todo.

    — Dice que sólo lleva unos dos meses en Japón -Aclara Sakura.

    — Es una ilegal, supongo.

    — No le he preguntado tanto. Por cómo habla, yo diría que es del norte.

    — ¿De la antigua Manchuria?

    — Probablemente.

    — Ya -dice Tsunade-. Supongo que vendrán a buscarla. Por lo visto hay alguien que dirige el negocio. La mafia china, son los que controlan la prostitución de esta zona -dice Tsunade-. Traen a chicas de China en barco, de forma ilegal, y les hacen pagar con su cuerpo el importe del viaje. Los clientes encargan una chica por teléfono y ellos se la llevan al hotel en moto. Como si fuera una pizza recién hecha. Son buenos clientes de la casa.

    — Esa mafia china de la que hablas, ¿Son como los Yakuza?

    Tsunade sacude la cabeza.

    — ¡Qué va! Yo en este trabajo llevo años y de todas las prostitutas que llegan he llegado a tener que conocer a quienes las tienen trabajando. Así que conozco a muchos Yakuza. Pero, ¿sabes?, los Yakuza son como bebés comparados con la mafia china, que no puedes ni imaginarte de lo que es capaz. Pero esta pobre chica no tiene elección. O vuelve con ellos o se queda tirada en la calle.

    — ¿Y no tendrá problemas si no les da el dinero que ha ganado hoy?

    — ¡Vete a saber! Además, con la cara que le han dejado, no podrá trabajar durante varios días. Y si no les da dinero, a ellos no les sirve para nada. ¡Y mira que es guapa, pobre chica!

    Hinata sale del cuarto de baño. Lleva el jersey descolorido y las chancletas de plástico. En el pecho del jersey figura el logo de Adidas. Tiene la cara llena de raspones, pero se ha peinado un poco. Incluso con aquel viejo jersey, los labios hinchados y la cara magullada, es una mujer hermosa.

    Tsunade le dice en japonés: -Querrás llamar, supongo.

    Sakura se lo traduce al chino:

    — Yao da dianhua ma? (Quieres llamar por teléfono?)

    La prostituta balbucea en japonés:

    — Sí, gracias.

    Tsunade le pasa a la peli negra un teléfono inalámbrico de color blanco. Ella marca un número y, hablando muy bajito en chino, informa al que se pone al teléfono. Su interlocutor le grita algo en voz muy rápida, ella le da una respuesta concisa. Y cuelga. Con una grave expresión en el rostro, le devuelve el teléfono a Tsunade.

    Hinata se dirige a Tsunade y le da las gracias en japonés:

    — Muchas gracias.
     
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