Santuario Shinto

Nagi Watanabe

Nagi al estar ya en el santuario repitió al pie de la letra lo que la srta. Kogami había dicho, casi cómo si estuviera acostumbrada a ello. Empezó pidiendo por la prosperidad de las cosechas del pueblo, aún sin saber si Hanazawa era o no un pueblo agrícola, de lo que si estaba segura al momento de pedir fue en la prospera pesca ¿Qué decir? Le encantaba el pescado y el pueblo al estar al lado del mar se notaba a leguas que era pesquero. Después pidió por su familia, en especifico por sus hermanos al dios Ebisu, a pesar de que uno ya rondara los 20 el mayor, por lo menos si Kazuki y ella no se enfermaban sería una carga menos para su madre... La cosa se le empezó a ir por las manos cuando también empezó a pedir por Haruka y Natsumi, vaya que pidió cosas relacionadas a ellas, ya no sabía si estaba haciendo una plegaría o simplemente deseando a lo loco.

Y al final, no pudo evitar desear suerte por todos los que habían estado en Velvet Room, pues sentía que la necesitarían tanto ellos como ella, aunque puso especial énfasis en Kurosawa, Akiko y el chico perro, este último más que nada para que no se agarrara otra vez con Sanji o quien iba a saber ella, tal vez en el fondo era más por sí misma que por su senpai, pues lo pasaba pésimo al ver tipos alterados.

Y después de algunos minutos terminó, se desperezó un poco al salir del santuario ¿Ya sería muy tarde? Estaba cansada, así que lo mejor sería irse de una vez, pues había perdido mucho tiempo en el parque y necesitaba hacer algunas compras. Así que aprovechando de tomar otro camino del templo, pues a pesar de que se estaba empezando a sentir un poco incomoda de perder más tiempo, no podía evitar querer mirar más los lindos paisajes del lugar.

Después de mucho esfuerzo logró nuevamente encontrar la salida del santuario, procediendo a marcharse.

 

Oreki Tojo

Apenas iba a saludar a Diani y Yule un brillo de ilusión se formo en las orbes rojas de Oreki al escuchar sobre el restaurante, definitivamente era un regocijo ver la vitalidad y energia que su compañera de escuela.

—Sabes que puedes contar con ello Anna conozco grandes platillos alucinantes — acepto el rubio con entusiasmo, si algo esperaba a parte de compartir más tiempo con su compañero es apoyarla en alguna posible batalla...la cual tarde o temprano ocurrira.

Pero de momento el chico se centro en la oferta de ir al hospital, le sonaba más tentador que explorar el templo y conocer a la sacerdotisa...tal vez a su tiempo dedique una plegaria en otra ocasión, pues el chico parecia algo perdido en estos primeros dias de su aventura escolar...tanto que conocer sin duda.

 

Akiko Brooks

Así las cosas, llegué pronto al Santuario, pues era mi objetivo desde esta mañana, y encajaba a la perfección con lo que nos dijo Alice que hiciésemos.

Izagawa nos dijo que la chica del templo recibía muchos supersticiosos, ¿no? Pues el paso lógico de investigación pasaba por ella. P-Por favor, espero que esta vez haya poca gente y diga algo más que un "hola". Me voy a quedar en blanco como lo que reciba por respuestas sean silencios.

—¿H-Hola...? —pregunté, nerviosa, mientras entraba en el lugar. Mis ojos, eso sí, seguían maravillados ante la belleza del lugar. Quizá el ambiente de paz y de serenidad que había allí me ayudaba a tranquilizarme un poco—. ¿H-Hinata...?

¿Estaría por la zona?

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Hands off my antisocial girl >:(

 

Akiko vio entonces, mientras ingresaba al templo, que la chica se encontraba allí, cerca del santuario. No traía en sus manos la escoba hoy, pero se encontraba hablando con alguien.

Al acercarse, Akiko vio que se trataba de un anciando del pueblo. El hombre tenía en sus manos lo que parecía ser un amuleto de madera... le hizo una reverencia a la chica, y se marchó del lugar. La joven sacerdotisa parecía un poco cansada, podía notarlo en cómo suspiró luego de que el viejo se marchara... pero en cuanto notó la presencia de Akiko, la miró con ojos curiosos e inocentes.

—Tú viniste ayer... —musitó Hinata con tranquilidad, observándola.

>> Sí, es verdad.

>> ¿Tú eres la encargada del santuario?

>> ¿Qué era ese amuleto?

 

Akiko Brooks

La muchacha parecía estar ocupada con un señor cuando entré en el Santuario. El anciano llevaba un amuleto de madera... curioso, sin duda. Lo miré sintiendo algo extraño en mi cuerpo. ¿Para qué querría ese amuleto? Sentí el presentimiento de que quizá tenía que ver con los rumores.

Pero poco a poco. La chica parecía cansada... y no me gustaría molestarle con un bombardeo de preguntas.

—Uh, ehm, sí. Vine ayer con... más gente. Soy Akiko, encantada...

... bien, conversación iniciada.

Creo.

... ¿y ahora qué?

 

—Hinata —se presentó la chica otra vez—. Hinata Kogami.

Hubo otro momento de silencio. Hinata la examinó por un tiempo sin hablar... como si estuviese tratando de descifrarla. Finalmente, debió cansarse de tratarlo (o se le cansó el cuello, pues Akiko era considerablemente más alta que ella) y procedió a volver a hablar.

—¿A qué has venido?

>> ¿Tú eres la encargada del santuario?

>> ¿Qué era ese amuleto?

>> Quería venir a rezar...

 

Akiko Brooks

¡Oh! ¡La conversación había progresado! ¡L-Lo estaba consiguiendo! Parecía un poco más dispuesta a interactuar conmigo, ¡eso era buena señal!

B-Bien, Akiko, ¿por dónde empezar ahora? Debo sacar el tema de los rumores, pero no quiero que suene extraño, así que... tal vez seguir mis instintos y tratar de tirar del hilo a partir de cierta cosa que había visto hacía un instante podía ser una buena idea. Si no me equivoco, eso tendrá algo que ver. Gente supersticiosa, como dijo Izagawa, llevará amuletos, ¿no? ¡S-Sí, seguro que la cosa iba en esa dirección!

Vamos, Akiko, con valor. Ella tiene aún más problemas que tú para interactuar, ¡estás del lado fuerte, por una vez!

—Uhm, v-verás, soy nueva por aquí y quería hacer algunas preguntas... p-por ejemplo, ¿qué era el amuleto que tenía aquel señor que acaba de marcharse?

¡Bien! ¡Bien, así se hace, Akiko! Con confianza.

—S-Si no te importa decírmelo, claro. C-Como quieras, ¡s-s-sin presión!

... ugh, ya lo estropeaste.

 

—No te servirá —replicó Hinata casi instantáneamente.

La chica miró en dirección a la salida, por donde el anciano se había marchado. Luego soltó otro suspiro, y volvió a mirar a Akiko.

—Es un amuleto de protección de los dioses... ayuda a proteger de maldiciones y demonios —explicó Hinata, sin inmutarse al hablar—. Ese hombre cree que el amuleto protegerá a su hijo... pero no lo hará. Lo que le sucede está más allá de nuestro poder.

>> ¿A qué te refieres con "nuestro poder"?

>> ¿Qué le sucedió al hijo de ese hombre?

>> ¿Por qué no me servirá a mi?

 

Akiko Brooks

Mis cejas se alzaron con sorpresa cuando empezó a decir todo aquello la chica. D-Demasiadas pequeñas piezas de información juntas, vaya. Al parecer el hombre había venido para velar por su hijo, pero Hinata decía que el amuleto no lo protegerá, porque lo que le sucede "está más allá de nuestro poder". Deduje que se refería a la extraña enfermedad... no era difícil deducirlo, siguiendo las pistas que ya sabía: el hijo tendría la dichosa enfermedad, y ese hombre creería que es cosa de demonios. Claramente Hinata debía pensar de manera similar, pues con aquello de que está más allá de nuestro poder, seguramente, haría referencia a aquello.

Pero... había algo en concreto que no entendía muy bien. Por eso fue lo primero que dije.

—¿Y-Y... por qué no me servirá a mí?

 

—No parece que lo necesites —sentenció Hinata, como si se tratara de una obviedad—. Tienes una fuerza que te protege... puedo sentirlo.

Hinata luego la miró con aquellos ojos grandes e inocentes. Parecía ser muy perspicaz... ¿se estaría refiriendo al poder de su Persona? Un momento... ¿significaba eso que las enfermedades estaban relacionadas con ese poder de alguna forma? Quizás debería averiguar más al respecto de esas enfermedades entonces...

>> ¿Qué le sucedió al hijo de ese hombre?

>> ¿Qué sabes de los enfermos?

>> ¿Sabes cuál es el origen de estas enfermedades?

 

Akiko Brooks

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿H-Hinata podía sentir... a Kaguya, de algún modo? ¿Podía sentir a mi Persona? Decir que alguien como yo, con mi inseguridad, tengo una "fuerza que me protege"... claramente debe ser porque percibe algo más allá de mi aspecto, palabras o mirada. porque esas otras tres expresan de todo menos fuerza, seguro.

P-Pero si ella podía percibir esa energía, la energía de los usuarios de Persona, ¿entonces tenía que ver la enfermedad extraña con eso? Era como si nosotros, por portar una Persona, fuésemos en cierto modo inmunes. ¿Sería porque realmente tiene algo que ver con demonios?

No podría saberlo si no preguntaba.

—Y... ¿cuál es el origen de esas enfermedades? ¿Tienes alguna idea, Kogami?

 

—No lo sé —respondió Hinata, moviendo la cabeza en señal de negación—. ¿Tú no lo sabes?

Un viento repentino se levantó. La fresca brisa pasó entre ellas, y los cabellos de Hinata se mecieron a voluntad del viento; la chica dirigió su mirada hacia el santuario, pero parecía como si estuviese viendo otra cosa...

—Un médico no puede curar algo que no es una enfermedad... y una sacerdotisa no puede romper una maldición que no es una maldición —dijo Hinata crípticamente, sin perder ese tono sereno y pacífico—. Algo se avecina... algo malo...

Y tras decir aquellas crípticas palabras, Hinata hizo una pequeña reverencia a la chica. Dijo que era hora de que fuese regresando a casa, y sin decir más se marchó. Era una chica sin duda interesante... tal vez si Akiko volvía allí al día siguiente podría aprender más de ella...

 

Diane Yamaguchi

Mi visita al hospital fue totalmente infructuosa. No pude encontrar a Kaji allí, ni a él ni a nadie de quien pudiera obtener algo de información. En su lugar, el sitio estaba abarrotado de personas mayores, preguntando en recepción como locos por la enfermedad y sus consecuencias. Parecían estar extremadamente ocupados, y aunque yo también necesitaba hacer alguna que otra pregunta, evité sobrecargar el sitio y decidí marcharme de allí.

¿Adónde podría ir ahora? Esto era como buscar una aguja en un pajar, como empezar a escribir un libro en blanco. Tantas posibilidades, y probablemente ninguna me llevase a algún tipo de "victoria". Salí a la zona comercial, y medité cuál sería mi próximo destino. Pensé en empezar por la tienda de Sakura-chan, pero antes de poder entrar caí en otro destino mejor: el santuario. Allí debía haber ido mucha gente, asustados por la enfermedad, creyendo que fuera una maldición, ¿no? Seguro que aquella chica del otro día sabía algo...

 

Diane caminó por el santuario... y observó que varias personas se encontraban en la parte del santuario, presumiblemente rezando. Sin embargo... no pudo ver a la chica del santuario, Hinata, por ningún lado.

¿Acaso tenía otras tareas que atender el día de hoy? En cualquier caso, no parecía haber tenido suerte hoy, quizás si volvía mañana...

 

Akiko Brooks

Al parecer, Isander quería que conociese a más gente para conseguir más Arcanas. Esa era mi... "misión". A decir verdad, más o menos era justo eso lo que tenía pensado hacer aquel día, porque... aún rondaba en mí una enorme curiosidad. No solo porque aquella persona parecía saber algo sobre la misteriosa enfermedad que afectaba a Sayuri, sino porque aquella chica tan callada y misteriosa me generaba, a la vez, empatía y curiosidad. Así que, con un nudo en la garganta, subí los peldaños del Santuario Shinto en busca de la chica sacerdotisa, Hinata.

Me temblaron un poco las piernas cuando llegué allí, por algún motivo. T-Tal vez porque el aura de aquel sitio me ponía nerviosa, o tal vez porque hablar con alguien desconocido así, por las buenas, no era mi especialidad. O tal vez por el hecho de que aquella chica era enigmática y podría tener información útil, y no quería fallar a la hora de extraer toda la posible.

... o tal vez simplemente porque soy así.

La cuestión es que entré allí, deseando que Hinata se encontrase cerca...

 

Akiko se adentró un poco más al santuario. En breve se encontró a Hinata, quien se encontraba barriendo las hojas del lugar con una escoba que era más alta que ella. Al escuchar los pasos de la otra chica, se detuvo y levantó la mirada.

... tras una larga y silenciosa pausa, finalmente habló.

—Has regresado —comentó Hinata—. ¿Necesitas algo?

¿Qué quería hacer ahora Akiko?

>> Pasar tiempo con Hinata.

>> Irse del lugar.

 

Oreki Tojo

Tras muchas vueltas Oreki decidido dar un paseo por el templo shinto, era un lugar relajante y tal vez tenga tiempo de conocer alguien interesante. La última vez, la multitud que se reunió a penas le permitió ver a la miko encargada del lugar, incluso no recordaba su nombre.

Apenas entro y vio a lo lejos que dicha miko y....vaya parecía que alguien más estaba cerca. Era...ella, no había tenido tiempo de conocerla, pero sabía que la chica de gran estatura era uno de los tricksters parecía estar sola deambulando por el templo, tal vez busque conocer más del pueblo.

— espero no estar interrumpiendo—susurro el tras un rincón lejano, en un intento vano de ocultarse, como sea sería detectado pero no quería asustar a la otra acompañante, a kilómetros sus gestos desprendían un cierto aire de inseguridad y lo último que Oreki deseaba era ser muy invasivo.

 

Akiko Brooks

El silencio de Hinata fue extremadamente tenso para mi. Cuando esa muchacha te miraba, parecía que el tiempo se detuviese... tragué saliva, algo confusa, y dije:

—H-Hola... me preguntaba si... tendrías hoy tiempo para hablar un poco. Y-Ya sabes, como las otras veces estabas ocupada y tal, pues...


Pasar el rato.

 

Hinata la miró por unos momentos más. Y luego, finalmente, negó con la cabeza.

—Tengo que limpiar el suelo del santuario... —dijo Hinata, su tono de voz bajito, casi inaudible. Y siguió barriendo el suelo. Notó entonces una segunda escoba, al lado del altar... ¿quizás podía usarla?

>> Ayudar a Hinata a barrer.

>> Preguntar acerca de sus tareas en el santuario.

>> Observarla trabajar.

 

Akiko Brooks

Me puse algo nerviosa al ver cómo Hinata me ignoraba, dedicándome solo un ligero gesto de negación, y luego se puso a barrer. Quedé un poco aturdida, ¿q-qué debía hacer?

Fue cuando vi una escoba cerca cuando decidí cogerla y, algo insegura, empecé a barrer a su lado.

—P-Puedo ayudarte, si quieres...

Solo esperaba que no me patease fuera del santuario o algo así...