Drabble de Naruto - Sanadora [AU]

En aquel lugar sombrío era difícil no sentirse desolado, era como si consumiera parte de su ser a cada segundo, más Óbito Uchiha creía que no era más que sus mismas tinieblas asimilándolo y lo merecía.
La puerta de celda rechinó mientras dos hombres lo custodiaban hacia afuera de ella, grilletes sujetaban sus pies y sus manos.
Había sido el cabecilla de una organización criminal, sediento de poder se sometió cada vez más a ese mundo hasta creerse dueño de él, cuando las piezas del tablero se movieron fue solo un peón, un chivo expiatorio.
Se sentó en la silla pesadamente y cabizbajo, comenzaba a dejar ir su cuerpo como un alma en pena, entonces escuchó su voz.

—Hola Obito— saludó sonriendo Rin radiante como siempre.

La chica tomó su mano y se él sobresaltó, no creía que mereciera ese contacto, con el mínimo movimiento los policías se apresuraron a sujetarlo, pero ella enérgicamente les indicó que los dejaran solos.

— Les aseguro que no me hará daño—indicó sentándose frente a él.

Su forma de mirarlo, tan cálida, pasiva, segura, casi sentir distinto.

— ¿Te encuentras bien?, tal vez deba revisar esa herida— Rin se aproximó y lo tomó de la mejilla examinando un hematoma en su pómulo— se ve mal.

— No soy precisamente popular aquí— dijo a modo de broma.

En su rostro se formó una expresión muy típica de cuando era niño y eso la hizo sonreír.

—Quiero ayudarte— murmuró.

—Yo no creo que lo merezca, además, eres doctora, no puedes enfrentar a todo el sistema de justicia—respondió bajando la mirada.— no queda nadie más.

— ¿Qué tal yo?

Óbito alzó la mirada asombrado, ingresando a la celda de entrevistas estaba el mejor abogado fiscal, aunque el con más orgullo lo recordaba secretamente como su mejor amigo, aunque la vergüenza, le impedía decirlo.

—Ustedes son amigos, deben de ayudarse.—dijo Rin.— demos todo nuestro esfuerzo

La mirada de Kakashi era severa, siempre lo había sido, pero cuando se sentó a su lado, saco su maletin y al entregarle algunas cosas lo miró,base percató, no había más odio para él.

Verlos allí le llevó a observar que todavía podía rescatar bondad de su interior. Tal vez no resultara, tal vez nunca más fuera libre, tal vez todos días pasara tiempo en ese infierno, pero si Rin lo miraba así, si le era tan leal de una manera tan desinteresada, tanto para hacer cambiar a su amigo de parecer, ya estaba salvado.