Salón

La verdad yo no sabía si queríamos darnos de hostias antes de que me fuese al demonio o qué, pero mira al menos unas risas me estaba sacando la estúpida así que se le agradecía, incluso si eran risas de pura burla. Cuando mencionó a Altan se me zafó una risa algo más genuina, casi amenazó con convertirse en una carcajada y solo la contuve porque la estúpida se me sentó encima.

La piel se me erizó otra vez cuando regresó el tacto al cuello, ni modo, al menos había tenido la decencia de no hacerme todo el peso encima todavía, que no tenía ganas de que me calentara la polla tan directamente así sin intermedios. Un poquito de clase no caí mal, vamos, aunque claro seguía ahí con el público y no había demasiada clase en eso.

—Entonces fue eso —solté de golpe y desvié la vista hacia Kurosawa, ni siquiera reaccioné como tal a los besos que Welsh había comenzando a repartir bien pancha—. Pero eso el hijo de puta de Sonnen apareció contigo en el Hibiya a pesar de que te tuvo escondida de los ojos de los lobos durante meses y meses. Me cago en sus muertos.

Se me escapó un suspiro de mierda cuando se hundió en la curvatura del cuello eso sí, me lanzó a la cabeza un chispazo de todo el desastre que me había marcado en la habitación de huéspedes y tuve que tragar grueso.

Shiori se encogió de hombros, no parecía que lo supiera tampoco pero no le había costado mucho encontrarle la lógica al asunto y desvió la atención a Welsh mientras bebía algo más de la copa. Se notaba que estaba tragándose la risa.

—Agradece que no se agarró a hostias con el primero que vio —resolvió con sencillez—. Cuando Al quiere castigarse hace cosas muy raras, desde bajarse una botella hasta casi matarse, fumar como tren de carbón, golpear a alguien que haga lo mínimo para merecerlo o buscar comerse a su ex, sabiendo que tiene un pandillero detrás. Pero poco importa ahora, ¿no? Nunca recibió el castigo que buscaba, casi parece que lo recibí yo en su lugar.

Levantó la mano izquierda, la de los rasguños del espejo que había hecho añicos, y soltó una risa floja mientras se acomodaba en el sofá subiendo las piernas.

>>Hey, Ali-senpai. —Llamó a la rubia con una sonrisa de mierda pegada a la cara—. Mejora el ángulo, quiero tener buenas vistas.

Era una estupidez, pero si algo había terminado de zafarme los cables había sido saber que un montón de mierdas estaban relacionadas más de lo que parecía. Que la idiota se había comido a Sonnen, que el estúpido había arrastrado a Kurosawa al Hibiya como si nada luego de los esfuerzos de Yako y que ahora yo tuviera aquí a la mocosa divirtiéndose a mí costa, convertida en un monstruo por el otro pollo que nada tenía que ver.

Seguía dando palos de ciego siendo honestos, pero el cuerpo reaccionaba solo, sobre todo cuando le metías un golpe de ira así por amor al arte. El movimiento en sí fue liviano, total la cuestión de las manos ligeras no era coña, deslicé la mano izquierda por el muslo de Welsh, apenas rozando con las yemas de los dedos y alcancé el borde de la abertura del vestido. Al final despegué la mano de allí y terminé por hundirla en su cabello, enredando los dedos en la mata rubia.

—¿Oíste? La niña está pidiendo gustos y de todo, parece que acabas de despertar a una genuina voyeur, blondie —murmuré con evidente diversión en la voz—. Espero estés tan orgullosa de eso como de lo del alemán, porque parece que te andas marcando un pleno maravilloso.

De cagadas.

 

Descubrir que el estúpido se había arrastrado a Shiori al mundo de las sombras por culpa mía no había sido, realmente, el descubrimiento del año ni mucho menos. No relacioné ambos eventos porque me dio la gana y no tenía interés en ello, pero tenía todo el sentido del mundo. Además, yo misma me había dado cuenta de cuando llegó a la escuela oliendo como una chimenea después de aquel fin de semana.

¿Pero qué iba a decir yo al respecto? Si había acabado comiéndole la boca por ese mismo motivo, por andar buscando alguna especie de castigo por mis propias mierdas. Al final íbamos a ser el mismo tipo de idiota y todo, qué cosas.

Igual no mostré señal alguna de estar haciéndoles caso, incluso cuando era obvio que lo iba a escuchar todo, y seguí centrada en mi tarea hasta que escuche a la chica llamándome. Paré los besos en seco, pero no me separé del todo del chico, y le dirigí una mirada de soslayo a Kurosawa desde ahí. Su petición me sacó una risa floja, haciendo que el aliento rebotase en la piel de Cayden, y me erguí para poder ver mejor a la morena.

—A ver, ¿y qué quieres ver mejor exactamente, linda? Para saber cómo colocarme, digo~

De todas formas, tan pronto como dije aquello acabé por desviar de nuevo la atención hacia el pelirrojo, ya que había notado el roce a lo largo de mi muslo y, sinceramente, eso sí que era digno de ver. Paró en el límite del vestido y subió la mano hasta enredarla en mi cabello, ensanchándome la sonrisa de mierda y provocándome un ronroneo bajo que me vibró directamente en el pecho.

Como que ya había quedado claro mi terrible kink con el pelo y esas cosas, ¿o no?

Deslicé la mano del cuello hasta apoyarla sobre su pecho y me presioné ligeramente hacia abajo, rozando su entrepierna en el proceso casi, casi que sin querer. Fue cuando soltó lo del pleno que los dedos que habían seguido jugando con su cabello pararon ese movimiento, todo para enredarse en las hebras y tirar de las mismas con algo de fuerza que me fue difícil de controlar. Y aun así, mi expresión de la más jodida diversión no cambió en ningún momento, si acaso la mirada solo se me oscureció un poquito más.

Va, cariño, no me juzgues si no tienes ni idea de la mitad de las cosas que realmente he hecho~

>>Maybe~ Pero no tan orgullosa de como lo voy a estar por esto~

Me había tocado un poco los ovarios, vete tú a saber si quizás todo se acentuó por el alcohol, así que no le di mucho tiempo a procesar mis palabras antes de lanzarme contra su boca. Fui algo brusca de inicio, aunque al final acabé aflojando un poco el ritmo justo después, y solo tuve la decencia de no colar la lengua porque... sinceramente, ni idea de por qué, simplemente no lo hice y ya.

 

Como Shimizu se diera cuenta de esa mierda se iba a partir el puto culo y lo sabía, sobre todo porque había sido su gracia la que había iniciado una suerte de reacción en cadenada. Había hecho la hilera de piezas de dominó como le salió de los huevos y cuando vio que estaba muy aburrido de solo seguir haciendo una línea vino y empujó una que tiró las demás, como un gato que te tira las cosas de la mesa porque le da la gana.

Casi para llamar la atención.

—Pues todo —respondió Kurosawa todavía a sus anchas en el sofá.

Había firmado mi muerte desde hace rato ya, eso no era sorpresa para nadie de por sí, que se me hubiese terminado de ir la pinza pues venía con el paquete, ni modo. Ya de por sí tenía la cabeza en la mierda desde hace horas, había bajado cada interruptor que asociara a mi maldito culo ansioso dejando solo un par, entre esos los de leer y clasificar.

Como una máquina.

Shiori acaba de entrar de forma automática en una categoría muy parecida a las de las tres cabeza de Cerbero, para qué mentirnos, puede que le faltara la experiencia en folladas que a los otros o lo que fuese, pero la malicia, la maldita maldad y el amor por el desastre lo tenía. Había encontrado en Welsh una suerte de compañera, la pieza del rompecabezas que le faltaba para despedazar lo que le pusieran al frente. El zorro negro dentro de su círculo de fuego había dominado el calor que lo mantenía a raya y ahora teníamos eso.

Mis paredes de tierra no habían servido para nada, obviamente, nunca servían para nada cuando se trataba del maldito fuego vicioso de los Kurosawa, pero al menos había valido la pena el intento. Digamos que podía tener paz mental por haber tratado de hacer algo al respecto.

Alisha apoyó la mano en mi pecho y antes que pudiera reaccionar a eso siquiera la hija de puta se me presionó contra la entrepierna, podía pasar de accidental, pero ni que fuera yo tan puto imbécil. Me importó una mierda no disimular el suspiro que se me aflojó del pecho en ese preciso instante, tampoco me iba a regresar el dinero seguir pretendiendo nada. El tirón en el pelo me hizo arrugar los gestos, pero era puto suicida o algo porque incluso así se me escapó una risa ronca.

A ver, ¿qué pasa? ¿Te toqué los ovarios tan siquiera un poco?

Qué honor.​

Se lanzó a mi boca y tampoco era que tuviese mucho lugar a dónde huir incluso si me hubiera interesado, la recibí incluso cuando la hija de puta fue brusca, en sí no era que esperara otra cosa luego del jalón en el cabello. De fondo pude jurar que escuché a Shiori aflojar la risa, no era una carcajada tampoco, pero no estaba demasiado lejos. Vete su a saber por qué mierdas aflojó el ritmo o dejó la mierda a medio palo.

La mano que le había dejado enredada en el cabello se aflojó, incluso sin intención sentí que un par de hebras se me quedaban entre los dedos y alcancé a anclarle la mano en el cuello, justo debajo de la mandíbula. En sí la movida no tuvo fuerza, a ver, que seguía siendo mi primera noche de desastres oficial; lo único que hice fue separarla de mí lo suficiente para encontrar sus ojos y sonreír.

—Felicidades, vas a tener pasta para quedar hasta las tetas de alcohol más de una noche, hasta con compañía si te da la gana—murmuré—. Y el orgullo un poquito más grande de seguro, por si no tenías bastante ya.

Aflojé el agarre solo para deslizar la mano y encajarla en su mejilla. Volví a su boca pues porque ya no tenía caso en realidad, no sé de dónde mierdas me salió el impulso de instarla a separar los labios y tampoco me iba a poner a preguntármelo ahora mismo, pero el caso es que lo hice, colé la lengua y regresé la mano a su cabello. Ahora sí que se me fue algo la mano con la fuerza, ni siquiera era intencional, lo mismo había pasado hace rato con el otro espectáculo.

Bueno, me iba a ir a casa caliente que te cagas seguro, pero podía vivir con eso.

 

No es que hubiese sopesado la posibilidad de que me rechazase, porque ya se sabía que perder algo así no entraba en mi concepción, pero realmente la probabilidad estaba ahí, era consciente de ello, y que no lo hiciese solo consiguió lanzarme otra ola de satisfacción encima.

Para la gracia, también sabía que la mano en el cuello no tenía que significar nada y menos viniendo del tipo que venía, pero a veces a una el cuerpo le traicionaba y un suspiro placentero fue a morir contra sus labios en lo que me separaba. Siempre era divertido andar tonteando con cierto tipo de personas, sabiendo que seguramente solo se quedaría en eso, pero tampoco podía pretender ignorar el hecho de que yo también estaba más caliente que la mierda.

—Todo eso está bien, pero realmente me quedo con haberle comido la boca a otro chico lindo~

No iba a ser yo la que negase que tener dinero para seguir hundiéndome más en mis vicios asquerosos no sonaba a un jodido planazo, pero la verdad era que también me venía bien haber ganado porque era el cumpleaños de Joey en unos días y qué mejor manera de invertirlo que en eso. Si de todas formas iba a seguir sacándome copas gratis de tíos idiotas todas las noches, sobre todo ahora con mi ego un poquito más grande~

Otra risa de las jodida amenazó con querer salir cuando vi que volvía a buscarme los labios, pero logré retenerla a tiempo para permitir la unión sin complicación. También separé los labios cuando me instó a ello y dejé que se colase para que hiciese un poco lo que le viniese en gana; tampoco quería asustarlo al pobre y mucho menos ahora. Dudaba que en sí hubiese sido su intención, pero decidí tomar la nueva presión en mi cabello como una señal para pegarme más contra su cuerpo y ya de paso profundizar aun más el beso.

Acabé deslizando ambas manos hasta apoyarlas sobre sus hombros, más bien cerca del cuello, y me lo fui llevando en un movimiento lento hasta que acabé de nuevo sentada en una porción de sofá y él prácticamente encima de mí. Entreabrí los ojos solo para buscar el ámbar de Kurosawa de reojo y me sonreí en mitad de todo el asunto antes de cerrarlos de nuevo y seguir a lo mío.

Mira que hasta negocio podía hacer con eso de ir descubriéndole fetiches a la gente o algo, era hasta divertido.

 

Se veía que a la jodida sucia esta le gustaba el rollo este con fuerza de por medio, no había que tener muchas luces para verlo cuando reaccionó al agarre en el cuello y aquel suspiro fue a morir en mi boca, apenas un instante antes de que la apartara. Por otro lado nadie iba a quitarle a la niña que sabía jugar, obviamente, si debía haber pasado por todas las bocas del corazón de Tokyo la hija de puta, eso por decir algo.

Acababa de compartir saliva con todo Dios a través de ella, para qué negarlo.

El punto es que se le agradecía que me inflara el ego por lo menos, con todo el asunto de antes y ahora con ese comentario estúpido, porque bueno era un chico simple al final del día. La verdad iba a tener que abrirse una categoría de, no sé, "los que tenían cara de crío", separada de la de "amargados del culo", porque parecía que coleccionaba cromitos o vete tú a saber.

La cabrona me estaba dejando hacer un poco lo que me viniera en gana, pero tampoco iba a salir yo a cuestionarlo ni a joderme solo, así que solo lo dejé correr. Sentí que se pegaba más a mí, por rebote profundizando más el beso y un suspiro de los jodidos fue a morir en su boca, amortiguado. Sentí sus manos en los hombros, se ancló de forma que me arrastró consigo cuando regresó al espacio del sofá, la idiota sonrió a mitad del tema pero me la traía bastante floja el motivo.

Apoyé una mano junto a su cabeza un segundo, a mi cerebro le pareció buena idea cambiar de plan prácticamente al vuelo y volví a su cabello, tiré hacia un lado separándome de su boca en el proceso. Con el camino libre me hundí en su cuello, le respiré encima sin siquiera se consciente de ello y deslicé la lengua por su piel antes de dejar un reguero de besos húmedos.

Fue cosa de un segundo, conecté miradas con Shiori que parecía en su puta salsa. Se me escapó una risa baja, me costó reconocerla como mía realmente, y hablé desde allí.

—Págame por la porno al menos, tener público no es así como que mi kink favorito como viste antes.

Presioné la lengua contra la piel de la rubia, poco después la pellizqué apenas con los dientes. No era que fuese a dejar marcada a la cabrona aunque posiblemente le importara un carajo, pero en sí no estaba en mi naturaleza el rollo ese.

—¿No? Pero si desde que te conocí pareces pedir a gritos tener las miradas encima~ ¿Te vas a poner delicado ahora, senpai? ¿O es que te da vergüenza verme la cara a mí en particular justo cuando se te va la pinza? —No la estaba mirando ya pero la escuché bajarle lo que le quedaba en la copa en un par de tragos. La jodida tenía un punto, era la hermana de mi alfa fallecido, la cosa no era así como que muy correcta moralmente hablando—. Es una lástima. Te queda bien eso de no parecer un obseso del orden por un rato.

Mira nada más, el burro hablando de orejas.

Contenido oculto

escribí esta shit con you gotta keep up de fondo y eso es todo lo que diré

 

Era bastante obvio que al niño ya le había aflojado los pocos cables que había conseguido mantener anclados en su lugar, y aunque también sabía que no podía adjudicarme la victoria por la parte más tocha del trabajo, la verdad es que me sentía lo suficientemente satisfecha por haber dado el tirón final.

Se dejó llevar, claro, ¿qué más iba a hacer? Y capté al vuelo cómo apoyaba la mano a un lado de mi cabeza para acabar cambiando de idea casi al instante, enganchándose de nuevo a la melena. Me pasé la lengua por los labios cuando tiró de la misma para separarse, y aunque hubiese pretendido mantener la fachada aquella de cabrona que me caracterizaba, el cuerpo no engañaba y el mío estaba en su puto límite.

Sentí un escalofrío a lo largo de la espalda solo cuando me echó el jodido aliente encima y no pude controlar el gemido quejumbroso que brotó desde lo profundo de mi garganta cuando deslizó la lengua por la piel. De verdad, para no saber lo que estaba haciendo, lo estaba haciendo muy bien el cabrón.

Cómo para echarle un polvo ahí mismo, la verdad.

Por suerte no tardé en acostumbrarme a los toques y logré controlar la voz para que al final solo saliese algún que otro jadeo o suspiro esporádico de mis labios, aunque eso no me impidió en ningún momento deslizar una mano para enredarla en su cabello y presionarlo un poco más sobre la piel de vez en cuando.

—¿Siempre pensando en sacar beneficio de todo, Dunn? —solté, sin poder evitar acompañar las palabras de una risilla.

Incliné un poco la cabeza hacia un lado para darle mejor acceso al cuello, dejándole hacer lo que le diese la gana, y fui consciente en ese momento de que mis caderas habían comenzado a moverse buscando acoplarse contra su pierna en busca de algo de fricción.

>>Agradece que tenemos público, cariño —susurré contra su oído, siendo que lo tenía al alcance, y le solté un gemido ronco encima completamente a propósito—. O te habría arrancado ya la camisa de encima~

Y solo para confirmar la idea, y pasármelo mejor como la hija de puta que era, llevé la mano libre por su cuello hasta alcanzar el primer botón cerrado de la camisa en cuestión y desabrochárselo, colando solo un poco los dedos en la nueva abertura.

Contenido oculto

Ah, i get what you saying 7u7

 

Era innegable que el numerito con Ko había dejado los interruptores flojos, ya no tenía resistencia alguna y que ni se hablara de lo en la mierda que me habían quedado los estándares. Claro que no era ciego, la americana esta estaba bien hecha, en condiciones normales lo que me tocaba los cojones era esa maldita confianza que no conocía de espacio personal, pero eso no quitaba que era un regalo a la vista. Yo no tenía en sí la tirria que debía tenerle Sonnen, a ver, que tampoco se había cagado en mi madre ni nada, no era que fuese a tener una crisis existencial luego de esta mierda. Solo, bueno, su personalidad era un grano en el culo porque no paraba quieta.

Pasaba que ya con tanta hierba y alcohol encima, al menos con algo de sus efectos, no me interesaba lo suficiente para detener nada. Luego estaba lo de mi orgullo, pero eso era otro tema.

Como fuese no era solo yo el que estaba en la mierda, poco sabía que la jodida tenía horas de calentura acumuladas y en sí me daba igual, pero el caso era que el cuerpo ya le reaccionaba solo. Una satisfacción de lo más jodida me cayó encima cuando escuché que no había podido controlar su propia voz, por muy cabrona que fuese se le había aflojado un gemido y tuve que aguantarme la risa. Fue solo el primer toque, ya luego logró controlarse al menos un poco y todo se redujo a suspiros, jadeos.

No perdían efecto de todas formas.

Regresó la mano a mi cabello, suspiré con cierta pesadez y para cuando la escuché solté una risa floja, pero pegado como estaba a ella debió sentir la vibración. Yo mismo la había sentido con algo más de claridad, había sido casi el ronroneo de un gato. Encima la desgraciada había inclinado la cabeza dejándome más espacio y como ya se me había ido la olla recorrí su cuello de punta a punta, repartiendo mordidas suaves aquí y allá.

—Pues los billetes no aparecen en los árboles, ¿y qué te digo? Me gusta el dinero como a todo el mundo —respondí un poco por la gracia, a centímetros de su cuello dejando besos en las pausas entre palabras—. Además tengo que pensar ya en recuperar lo perdido.

El espectáculo continuó, solté el aire algo de golpe cuando la jodida me echó otro gemido encima ya con clara intención y acabó por desabrochar un botón de la camisa. Su tacto aunque leve quemaba que daba gusto, eso ni Dios lo iba a negar, y tampoco había podido ignorar del todo el movimiento de sus caderas; ni siquiera lo pensé, no hasta que ya estaba hecho al menos, pero ajusté posición de la pierna acentuando el contacto. Aproveché para subir de su cuello a su oído y echarle la respiración encima.

—Come on, darling —murmuré—. Keep going.

Me quedé allí, vete a saber por qué realmente, y con la mano libre delineé su cuello, seguí por las clavículas, bajé hasta alcanzar la piel del escote y retrocedí un poco porque me cagué, la verdad fuese dicha, y otro tanto porque todavía algo de raciocinio me quedaba y estábamos en el puto salón. Cualquier imbécil podía entrar y comerse el show de gratis.

—Pero bueno, si te vas a cortar a medio camino mejor me voy para que sigas a gusto —dijo Shiori conteniendo la risa—, o se van a la habitación de huéspedes.

 

La verdad es que el chiquillo se estaba acostumbrando a la situación con una facilidad ridícula. No podía darle todo el mérito, porque sabía que yo misma me estaba controlando bastante para evitar un posible colapso nervioso y me estaba conformando solo con lo que me estaba dando, pero tampoco iba a negar que me estaba sorprendiendo y todo.

Es decir, había pasado de casi morirse por apoyarme sin querer en su pierna a estar comiéndome el cuello con unas ganas que hasta que daban gusto, talk about development.

Dejé salir un simple 'mhm' cuando respondió a lo del dinero, porque la verdad es que después de soltar la broma mi cabeza no daba mucho más de sí para seguir la conversación, y tampoco me estaba dando mucha tregua como para conectar lo suficiente las neuronas. ¿Y mi kink por los acentos? On fucking fire, apparently, porque ni medio normal tuvo que ser la nueva oleada de calor que me lanzó encima al hablarme en inglés.

Bueno, eso y el hecho de que prácticamente me estaba dando una orden implícita, aparte de haber acentuado el contacto contra mi entrepierna. Me mordisqueé los labios durante un segundo antes de acabar por acatar la orden y mover las caderas con algo más de insistencia. Ni de coña iba a admitir alguna vez que había dudado, pero también sabía muy bien que toda aquella tontería no iba a acabar cómo a mí me gustaría y no sabía hasta qué punto podía basarme en mi autocontrol.

Y casi como si quisiese confirmar mi pensamiento, noté en ese instante como retrocedía al haber acercado las caricias de su mano al pronunciado escote del vestido. Bueno, no podía haber esperado otra cosa diferente tampoco, la verdad. Solté el aire de golpe, en una risa que acabó convirtiéndose en un suspiro pesado, y le di un par de golpecillos en el pecho con la mano que seguía dentro de la camisa.

—Nevermind, sweetie, you've tried your best~

Hubo un ligero atisbo de burla en mi tono de voz, por mucho que intenté que no se notase demasiado, y la verdad es que no sabía si simplemente quería burlarme como lo hubiese hecho de cualquier otro tipo o estaba intentando tocarle justamente a su orgullo de mierda, pero tampoco me interesó darle demasiadas vueltas al asunto. Igual me habían cortado en peores momentos así que podría sobrevivir a ello.

>>Eh, Shio-chan, be a doll y mejor tráeme la botella de tequila, anda.

 

No era que yo fuese así el mejor idiota para andar dando órdenes fueran directas o no, pero tampoco me había parado a pensarlo porque simplemente no tenía neuronas vivas ya, no muchas al menos. Solo me quedaban en funcionamiento un par que bastaban apenas para recordarme que era un inexperto de mierda y que seguíamos en el salón, nada más, el resto se habían ido de vacaciones pagadas.

Al final hubiese dudado o no, que tampoco me interesaba, había terminado por hacerme caso y cuando noté el movimiento de sus caderas me relamí los labios. La hija de puta no iba a dejarme salir limpio de haberme arrepentido a medio camino claramente, sentí los golpes en el pecho y solté otra risa de mierda al escucharla, de por sí ya estaba claro que sabía cuáles botones presionar y es que parecía tener un don para tocar huevos y no solo literalmente.

Desenredé los dedos de su cabello sin delicadez alguna, en sí porque seguía moviéndome a punta impulsos, y le anclé la mano en el mentón de forma que los dedos alcanzaran parte de sus mejillas. Me despegué de su cuello para encontrar sus ojos, se me escapó una risa nasal y tuve que forzarme a no terminar descojonándome.

—Pues eso es lo que pasa cuando te metes con los ariscos de mierda, a ver, que seguro debes haber notado a kilómetros que apesto a inexperiencia. No es secreto gubernamental después de todo. —Sonreí y apreté apenas un poco el agarre casi por reflejo—. Aprendo rápido, sobre todo si insistes en tocarme los huevos, pero eso también lo sabes ya.

En un parpadeo la botella de tequila apareció en mi campo de visión, Kurosawa me dio un golpe flojo con ella en el brazo y solté a Alisha ni idea de por qué, pero no me moví de dónde estaba.

—Aquí está~ —canturreó con la sonrisa de no matar una mosca pegada en la cara y se inclinó para estamparme un beso en la mejilla que me hizo contener el impulso de apartarme, me habló en un murmullo—. Y bien, ¿te vas a largar sin poder decir siquiera que tocaste un par de tetas o cómo está el asunto?

 

No es que hubiese esperado que de repente el chico fuese la epítome de la delicadeza o algo así, que ya había comprobado que se le daba bastante bien eso de ser brusco, ya fuese queriendo o no. Aun así, tenía que admitir que un poquito me sorprendió cuando, después de mi burla, se soltó del pelo con algo de fuerza y se ancló a mi barbilla casi con la misma intensidad. La verdad es que me hizo recuperar la sonrisa de mierda de antes, y mira que al final iba a arrepentirme de haberle dejado ir~

Seguía con el mood asqueroso, eso estaba claro, y por ese mismo motivo noté como la mirada se me oscurecía un poco más al escucharlo y, sobre todo, cuando apretó más el agarre a mitad de oración. Fue también en ese instante que aproveché la posición en la que seguíamos para alzar una pierna y presionar su entrepierna con la rodilla, siendo que con toda la tontería habíamos acabado enredados de esa manera.

—No sé de que me hablas, cariño, yo no sé nada de nada de ti~ —solté, en el mismo tono de voz bajo que había usado anteriormente y cambiando a una expresión completamente inocentona casi al instante—. Pero, eh, cuando quieras ganas experiencia, búscame. Si tan rápido aprendes, seguro que nos lo pasamos muy bien~

Bajé la pierna justo en el momento en el que Shiori apareció en escena, cuando Cayden me soltó también, y seguí con la sonrisilla inocente plasmada en los labios mientras cogía la botella, murmurándole un 'gracias' a la chica. Le bajé un trago mientras ellos hablaban o qué sé yo, la verdad es que empezaba a notar ya lo efectos de todo el jodido alcohol que llevaba encima y, más que otra cosa, lo único que eso hizo fue tener más ganas de seguir bebiendo. Es que de verdad que sería un desperdicio si no~

Cuestión de que escuché aun así la pregunta que la morena le hizo al chico, porque para la gracia seguíamos jodidamente cerca el uno del otro, y solté una risa nasal con la misma. Se me cruzó la idea por el cerebro, por supuesto. Era una idea de mierda, solo serviría para ser más hija de puta y borrar de golpe mi intento de no presionarlo a nada, pero ya se sabía que esas eran mis favoritas y solo me guiaba por ellas.

Así que acabé por usar la mano libre para hacerme con una de las muñecas del chico y así, sin previo aviso ni nada, lo obligué a colocarla encima de uno de mis pechos. En general fue un movimiento bastante repentino, algo brusco, y para nada tenía la intención de calentarme como tendría que haber sido el caso. Era hasta un poquito cómico si me paraba a pensarlo. Sea como fuere, dejé salir otra risa y le solté la mano, dejándole decidir realmente lo que quisiese hacer (como asumiendo que iban a quedarle neuronas para decidir o algo).

>>Listo. Puedes contarle a quien quieras que me tocaste la teta, I won't hold any grudge, don't worry~

Busqué la mirada de Kurosawa una última vez, queriendo saber si también seguía divirtiéndose a su costa como la lo estaba haciendo yo, como una zorra en definitiva, y después decidí darle otro trago a la botella. Mira que si no se desmayaba ahí mismo supongo que podía contar como todo una victoria o algo, ni idea.

 

Alisha había subido la pierna y se confirmaba una vez más que quién sabe si queríamos seguir comiéndonos la puta boca o darnos de palos en cualquier momento, posiblemente eran las dos cosas en un orden variable. A ver que yo no era de andar dándome de hostias con la gente, en grandes rasgos porque tenía todas las de perder, pero para bien o mal tenía gente que podía hacer eso por mí. La idea estaba, nada más, no era que fuese a mandar a nadie a hacerla carne molida ni nada.

Como fuese la bajó cuando Kurosawa apareció y la solté, por supuesto que Alisha iba a escuchar la pregunta de mierda que Shiori me había soltado, si es que estábamos tan pegados que poco nos faltaba para parecer una sola cosa. La predije, por mi madre que la predije como había predicho a Shimizu hace horas, pero tenía los reflejos jodidos todavía por el alcohol y para cuando pretendí apartarme la desgraciada ya me había cazado la muñeca, llevando mi mano a uno de sus pechos sin paradas en ninguna puta parte.

La movida en sí no tenía ninguna intención más que joder, me silenció la cabeza un segundo aún así y para cuando volví a revivir un par de neuronas, bueno, me di cuenta que no tenía nada que perder ya de por sí. Le quité la botella con la mano libre, me metí un trago que no dejó nada que desear y estiré la mano hacia Shiori para que la atajara cosa que hizo casi en automático; con toda la movida no le quité los ojos de encima a la rubia, tampoco lo hice cuando colé la mano dentro del vestido y presioné su pecho.

—Who the fuck do you think I am? —murmuré y solté el aire por la nariz solo para no dejar salir un suspiro—. Ni fuese yo a andar contando esas mierdas como si me hubiese ganado una medalla en las olimpiadas.

Escuché el ruido de la botella a un lado, asumí que Shiori le había pegado un trago y poco después regresó a su lugar en el sofá, callada. No iba a asegurarme tampoco, me daba igual, así que prácticamente me le fui encima a Welsh, volví a comerle la boca que dio gusto, todavía con el sabor a tequila. Me deslicé a su cuello después, hasta la clavícula, el escote y acabé por apartar la tela del vestido para presionar la lengua contra el pezón. Le respiré encima antes de pellizcarla con los dientes sin fuerza realmente y así como me había montado el teatro en segundos me separé de ella, incorporándome del sofá por fin.

Kurosawa soltó la risa, empezó sin fuerza al principio y ya luego acabó por carcajearse, tuvo hasta que enderezarse en el sofá porque se iba a mear o algo. Cuando logró medio controlarse le pegó otro trago a la botella e inhaló aire con fuerza, la verdad me había recordado bastante a una hiena y, dadas las circunstancias, no era agradable.

No cuando era una hiena precisamente quien la había jodido.

—Pero mira al cara de borrego degollado, ahora no solo puede decir que tocó una teta, también que la tuvo en la boca. —Volvió a reírse unos segundos—. Bueno, no serás tú el que lo diga pero seguro que a Arata le hace mucha ilusión enterarse, ¿no?

Fruncí el ceño al escucharla.

>>Tus amigos ahora son los míos, senpai, ¿se te olvida?

Se me escapó una risa floja, me encogí de hombros y terminé por sentarme en una mesilla de centro que estaba prácticamente frente al sofá mientras me volvía abotonar la camisa sin prisa alguna. Para estar caliente hasta decir basta me lo estaba tomando con demasiada calma, la verdad, pero tampoco planeaba hacer mucho más al respecto.

Saqué la corbata que me había metido en el bolsillo luego del otro espectáculo, me la ajusté de nuevo y me quedé allí solo para dejar que el cuerpo se me regulara siquiera un poco.

—A ver, Kuro-chan, ya que te voy a dar suficiente pasta como para irte a dar un par de gustos, ¿quieres ser una amiga agradable un segundo y alcanzarme el vaso de agua que dejé en el suelo? —Sacudí la cabeza para regresar un poco al cabello a su orden natural y le eché encima una sonrisa inocente—. El resto de cosas que hagas me dan exactamente lo mismo.

Contuvo la risa pero se levantó, rodeó el sofá y levantó el vaso para alcanzármelo, me bajé lo que quedaba en un par de tragos. Mentira no era, el trago de tequila no me había caído muy bien que digamos, no me había vuelto el estómago al revés pero muy lejos no andaba. Vi que Shiori se dejaba caer en el sofá de nuevo y entendí que estaba esperando, así que esculqué en el bolsillo del pantalón para sacar la billetera y la pasta que me había dado Alisha por la hierba, estiré el dinero hacia ella.

—Como lo repartan también me importa una mierda —resolví cuando lo tomó y eché los brazos hacia atrás en la mesa para poder apoyar la espalda—. Falta la mitad del dinero, pero no cargo tanto encima así que se lo doy a cualquiera de las dos el lunes y si alguna se lo deja todo, bueno, qué triste por la otra.

Contenido oculto

me iría al infierno pero ya estaba allí hace tiempo (?

 

Tampoco iba a mentir, claro que hubo una pequeña intención de provocarlo con toda mi actitud, aun cuando lo había enmascarado todo como una simple manera de bromear o de tocar los cojones. Quizás podía haberme burlado de esa manera de cualquier otro que se hubiese cagado a mitad de camino, sí, pero eso, lo de la pierna y lo del pecho había acabado siendo un combo para ver cuánto daño le haría a su orgullo, y ya me daba bastante igual si era cosa suya en particular o el orgullo general de los hombres.

La cuestión es que la mierda funcionó y mucho mejor de lo esperado.

Le mantuve la mirada en todo momento, incluso cuando se me aflojó una risa después de que me quitase la botella de la mano para pegarle un trago interesante y dársela después a Shio con algo de fuerza impostada. Entreabrí la boca al sentir como colaba la mano dentro del vestido, no sabría decir si para soltar otro gemido o querer responderle algo a la gracia, pero al final se quedó en nada porque, bueno, el cabrón volvió a venírseme encima.

Me comió la boca una vez más, con unas ganas tremendas y el sabor a tequila aún en los labios de ambos, y dejó un reguero de besos que en aquella ocasión sí acabó dónde tenía que acabar. Lo observé con la mirada entornada, soltando un suspiro pesado ante las atenciones, después se quitó en cosa de nada, a lo que yo me ajusté de nuevo el vestido sin prisa alguna.

—Igual tienes razón, Cay-kun, esto apenas llega a la medalla de bronce. Si hubieses querido algo para poder presumir de verdad, me hubieses llevado a un cuarto o algo.

Lo solté un poco porque sí, porque nunca venía mal aumentarse el ego a una misma o algo por el estilo. Sea como fuere, acabé por subir las piernas al sofá mientras Shiori se descojonaba con todas las ganas del mundo y dejé un brazo apoyado sobre el reposabrazos para hundir los dedos en la melena y quedarme viendo la escena con una sonrisa divertida.

>>Eh, Shio, déjame estar presente cuando se lo cuentes al otro cabrón o algo, quiero ver su cara de primera mano~

De nuevo, dije aquello hacia la chica pero no aparté la mirada de Cayden en ningún momento, detallando como se iba acomodando la ropa y toda la parafernalia a su ritmo. Mira que el cabrón estaba caliente, lo había podido confirmar con mi propia mano al fin y al cabo, y aun así lo estaba disimulando estúpidamente bien. Estiré una pierna para deslizar el pie por la suya, yo qué sé por qué, y aunque podía parecer que iba a seguir jodiéndole, acabé por cortar el rollo a mitad de camino para devolver la pierna a su posición.

Luego le dio el dinero a Shiori y yo pues acabé por echarme como si estuviese en mi casa, buscando el regazo de la muchacha para apoyar la cabeza y pasando las piernas por encima del brazo del sofá para dejarlas colgando por el lado. Repasé las facciones de la chica con la mirada y en un impulso extraño levanté el brazo para pasar los nudillo de los dedos por sus mejillas y mandíbula, en una caricia suave.

>>Todo tuyo linda, a mí me da igual esperar al lunes —dije al final, dejando caer de nuevo el brazo y devolviendo la vista al techo.

Dios, qué mierda. Había planeado seguir la fiesta por mi cuenta en un pub o algo, y aunque no había entrado entre mis planes ligarme a nadie más esta noche, con lo caliente que había quedado parecía que iba a tener que cambiar de objetivo.

Qué pereza.

 

Contenido oculto: just hold my main theme rolita porque pedazo de mood

Esta vez sí largué la carcajada, la largué porque era un chiste pero para mearse y de todo. Ya no era que Alisha fuese estúpida en todas las de la ley, asumía que no debía tener muchas luces para las mierdas de la escuela, en sí no las tenía para nada que no le interesara posiblemente porque no estaba orientada a metas. En eso entraba el instituto, planes complejos que no le otorgaran un beneficio directo a corto plazo y quizás hasta ser un persona decente a secas, siendo que debía aburrirla.

Pero tenía el don de mierda, sabía lidiar con la gente y para la gracia tenía el carisma, sumado al cuerpo para qué engañarnos, para tener a más de un imbécil justo donde lo quería, bueno, la verdad fuese dicha. Para tener a cualquier persona bajo el zapato si le salía del coño, eso requería una inteligencia completamente diferente. Digamos que los juegos que esta niña preparaba eran de estrategia pura, bastante más instintiva si se quiere, y aún así podía colar casi como imbécil porque parecía no pensar nada durante más de cinco segundos.

Pasaba que uno no se ganaba el puesto de una de las cabezas de Cerbero siendo retrasado mental. Estos tres hijos de puta eran una mente criminal, podía estar casi seguro de ello, que Akaisa fuese la pieza intelectual ya era otro tema.

Podía haberle respondido la gracia, pero ella misma sabía la respuesta, presumir esa mierda, incluso presumir si hubiéramos follado era el equivalente a presumir que me había pegado un chicle en el zapato de cientos de chicles que habían en la puta calle todos los días. Además esa estupidez de la gente de andar alardeando las folladas que se habían pegado y con quién, ¿qué puto sentido tenía? Era bastante repugnante, incluso si no era con una de las tipas estas, que habían pasado por todo Tokyo.

Pero si te infla el ego, pues como quieras.

—Pues podría llamarlo ya mismo y todo, no será verle la cara, pero seguro la reacción igual vale la pena~ —respondió Shiori a la estupidez, balanceando la botella de tequila como un péndulo.

Volví a encogerme de hombros, Alisha no me había quitado la vista de encima mientras soltaba la tontería pero en ese punto de mi vida ya me importaba poco o nada. La idiota estiró la pierna, deslizó el pie por la mía y cortó a medio camino, esta vez sí me lanzó la tensión encima y ya no por la expectativa ni una mierda, fue tensión pura, ansiosa directamente, porque ya había cortado el asunto de cuajo y no quería que me tocara incluso si estaba sensible que te cagas.

Kurosawa recibió la caricia como un gato mimoso, ladeó la cabeza acentuando el contacto, y la vi dejarse el dinero sin siquiera ponerse a porfiarle a Welsh sobre dividirlo.

—Podríamos ir a beber algo, ¿qué dices? —Le preguntó a la rubia y aunque parecía haber querido añadir otra mierda terminó por callarse, ni idea de por qué.

Me levanté de la mesa, me incliné hacia ellas solo para tomar el saco que había acabado por ahí y retrocedí para colocármelo con la misma calma que me había vuelto a acomodar el resto de la ropa.

—Antes de largarte recoge el móvil que vete a saber dónde dejaste tirado y cuando termines tu fiesta con la señorita aquí presente llama al número que te voy a enviar, te va a responder el conductor que nos trajo, dile que va por parte de Dunn y ya estuvo, te lleva a casa. A Welsh también si le da la gana —dije mientras hundía las manos en los bolsillos.

—¿Qué se supone que harás tú? —preguntó y se dejó el dinero sobre el regazo para poder acariciarle el cabello a la rubia.

—¿Cómo que qué voy a hacer? ¿Qué mierda parece que voy a hacer, largarme a casa y matarme a pajas? —Saqué la mano izquierda del bolsillo, me acomodé el cabello un poco mejor y solté una risa. La chica volvió a beber de la botella—. En este momento hay más de un ricachón pasado de tragos en este maldito barrio de niños pijos, son los que me van a regresar la pasta que acabo de darte y la que le daré a la rubita aquí presente a inicio de semana. Ya lo dije antes, ¿no? Me gusta el dinero.

—¿Y si te cachan?

—¿Sospecharías tú que yo, con esta cara de crío, me robé algo? —atajé con clara diversión en la voz, ella negó con la cabeza—. Repartí más de trescientas invitaciones sin que me viera un alma más que las cámaras del Sakura e incluso así no pueden acusarme de nada porque no saben qué repartí. Ve cortando la entrevista, la próxima me la agendas por favor. Si necesitas algo llama a Arata o a Sonnen, es horario de trabajo a partir de este momento.

No sabía parar quieto, de verdad.

Tenían que meterme una hostia para que me detuviese.

No esperé una respuesta como tal, me despedí con un movimiento de mano y dejé el vaso vacío sobre la mesa de centro antes de retirarme del salón con las manos en los bolsillos.

Contenido oculto

ni dios me perdona a mí estos tochos ya

 

Shiori aceptó la caricia sin poner ninguna queja, de hecho acentuó la misma moviendo la cabeza hacia un lado y la imagen se me hizo como la de un gatito mimoso, provocándome una sonrisa ligera por ello. Hubiese estado en su salsa o no, la verdad es que seguir así después de haberse comido tremendo espectáculo de gratis era digno de admirar; bien podría haberse molestado en cualquier momento y nadie la habría culpado.

Luego Cayden se puso a hablar de nuevo y la verdad es que dejé de prestarle realmente atención desde el principio, pero desconecté por completo cuando la morena comenzó a acariciarme el pelo así de la nada. A ver, ¿hacerle caso a un tipo que se las estaba empezando a dar de rey de la colina o disfrutar de las caricias de una chica linda? Pues la elección me parecía bastante lógica

Aun así, una era cómo era, y entreabrí los ojos para seguir sus movimientos así fuese de reojo. La verdad es que no tenía ni idea de que ya me había sacado un perfil completo en su cabeza, y aun si me lo hubiese imaginado, dudaba que hubiese llegado a pensar lo mismo que había pensado él sobre mí. Como mucho podía asumir que pensaba que era una zorra, como pensaba casi todo el mundo, y ya. Y bastante igual me daba, de todos modos.

Sea como fuere, solté una risa cuando cerró finalmente la puerta y abrí los ojos por completo para buscar la mirada de Shiori, negando ligeramente con la cabeza en el proceso.

—Qué niñato —murmuré, chasqueando la lengua justo después, pero sin perder en ningún momento el tono de diversión—. Pero bueno, me parece bien, linda. Lo de ir a beber algo, digo. Iba a hacerlo de todas formas, pero no me quejaría de tener compañía~ Y ya de paso llamamos a Ara-kun antes de salir, a ver si le jodemos un polvo o algo también.

Dejé salir otra carcajada ante la idea, me erguí, acomodándome mejor en el sofá hasta poder encararla, y señalé la botella de su mano con la cabeza.

>>¿Qué te parece si antes aprovechamos el alcohol gratis y, al menos, nos acabamos esta botella? Podemos hacerlo divertido~ Podríamos jugar al Yo nunca o un Truth or drink, ya sabes, nos hacemos preguntas y si no queremos responder pues bebemos, o algo así. ¿Quieres?

Contenido oculto

Pero Gabi, ¿en algún momento te cansas de messear con Ali-chan?
Pues no mi ciela

 

Lo había vendido a los lobos, ¿no? Bueno, no a los lobos que yo conocía, pero a un jodido perro de tres cabezas que venía a ser lo mismo al final del día. No tenía en sí una razón, si el chico no había hecho más que intentar ayudarme desde que la vida se me fue a la puta mierda, fuese o no impulsado por Altan el caso era que se había aparecido en casa, me había invitado a la fiesta y me había pagado parte del vestido.

Pero en cuanto había notado las paredes de tierra fría a mi alrededor, levantadas por él, me di cuenta que no las quería. Que no quería que nadie contuviera el incendio, que no me interesaba si yo me consumía en el proceso, pero simplemente no quería la bondad o el cuidado de nadie, mucho menos si había en eso algún rastro de pretender mantenerme a raya como si fuese una loca. Me importaban una mierda las buenas intenciones.

Llevaba días sin dormir más que un par de horas, comiendo apenas porque era mi obligación y tratando de mantener todo a raya para poder seguir cuidando de mis padres incluso si posiblemente no lo necesitaban ya, pero no tenía otro motivo por el que estar viva realmente.

Luego había aparecido Cayden, Alisha y el teatro se organizó solo porque parecían querer matarse a hostias o comerse la boca incluso desde antes de que se me ocurriera juntarlos. El teatro se acomodó y lo dejé correr porque también me sirvió para entender qué demonios era lo que había visto mi hermano en sus bestias, en Arata y en el crío este con cara de bebé, lo de Shimizu saltaba a la vista, Dunn no tanto. Pero al final todos la tenían, ¿no? La puta ira, incluso si era sutil, si se disfrazaba de orgullo o lo que quisieran. El pequeño monstruo que el irlandés cargaba había sido liberado junto a otra cosa, claro, pero yo me divertí de lo lindo a su costa.

Merecía una disculpa, pero eso no iba a pasar hoy.

Solté una risa por la nariz cuando escuché el comentario de Alisha luego de que se fuese y seguí acariciándole el cabello con movimientos lentos, luego solté la risa ante la idea de joderle un polvo a Shimizu. La vi acomodarse antes de señalarme la botella.

—Venga. —Me incliné hacia ella, sonriendo—. Empieza tú preguntando. Soy toda tuya, responderé cualquier mierda que preguntes y si no, bueno, espero que no me mate la botella esta.

 

—No te preocupes, Shio-chan, tú piensa que la botella es tu amiga, no te va a hacer daño~

Bromas aparte, la verdad es que me hizo algo de ilusión que hubiese aceptado así sin más. Tampoco era como si a esas alturas no hubiese sabido ya que iba a hacerlo, ¡pero igual me hacía ilusión, hombre! Aunque, eso sí, un poco lo dije por decir y sin haber pensado ninguna posible pregunta de antes, así que ahora tenía que comerme un poco la cabeza para ello. Y estaba llena de alcohol y droga, así que no iba a salir nada bien aquello.

Le dediqué una sonrisilla y me giré hasta poder echarme sobre el respaldo, recogiendo las piernas en el sofá y echando un vistazo hacia el techo con expresión pensativa. A ver, un poquito de teatro estaba haciendo porque deep down sabía muy bien lo que quería preguntar, y realmente me daba igual empezar la estupidez de juego de aquella manera que podía pecar de fuerte.

Quizás en otra situación me lo hubiese pensado un poco más, quizás me lo hubiese tragado solo por mi predisposición estúpida a ser algo más suave con las chicas. Pero la situación en ese instante era la que era: seguía con el mood jodido, como ya había dicho antes, y estaba disfrutando lo de ser hija de puta, como siempre.

>>Well then... ¿qué le pasó a tu novio? O bueno, ex-novio ya, asumo. Whatever.

 

Era evidente por dónde iban a ir los tiros si me paraba a pensarlo, después de todo Alisha había estado en la fiesta de la azotea y encima era compañera de Hiroki, luego debía haberme visto la mano hecha mierda pero se había hecho la imbécil, después estaba el hecho de que acababa de liarme con ella. Era evidente que eso era porque, bueno, ya no tenía mi ancla.

Se montó el teatro de pensarse el asunto y todo, para al final soltar la pregunta obvia que me hizo soltar la risa. Fue una carcajada parecida a la que había largado antes cuando a Dunn se le fue la puta pinza con la jugada de Welsh, porque la verdad era que me hacía toda la puta gracia del mundo. Aproveché que ella se había enderezado para cruzar una pierna sobre la otra, tomar el dinero de Dunn que me había dejado en el regazo y apoyar la botella a un costado mientras contaba los billetes con aire distraído.

Había pensado en beber, callar toda la mierda y ya estaba, pero la verdad es que, ¿qué puto caso tenía? ¿Qué iba a hacer, llevármelo a la puta tumba? Los único que sabían lo que de verdad había pasado eran Al, los carroñeros y Hiradaira por aproximación, y si me daban a elegir entre contarle a Welsh y tener que soltarle semejante bomba a Nagi pues me iba de cabeza en la primera opción, porque a la hija de puta esta posiblemente le importaba una mierda y no iba a preocuparla.

—Empezando fuerte, ¿no? —dije cuando logré controlar la risa, con la vista puesta en el dinero todavía—. Pasó que se me ocurrió de nuevo que era buena idea comerme un pandillero, eso pasó, y qué coño sé yo si había un ex-hermano de pandilla resentido por ello, todos los cabrones, o solo una zorra celosa que puso a todo Shibuya en mi contra, pero me dejaron un mensaje bien claro. El martes me dejaron un llavero lleno de la sangre de Usui, lo apalearon como si fuese una puta piñata y mataron a su perro.

Doblé el dinero y volví a dejarlo sobre mi regazo, no sabía cómo mierda estaba contándolo tan fresca. Levanté la mano izquierda, la que le había mostrado a Dunn diciéndole que el castigo que Al había buscado parecía habérmelo ganado yo.

—Despedacé el espejo del pasillo de abajo, también el de mi habitación y por eso ando la pantalla del móvil hecha una puta desgracia. El caso es que senpai tuvo que irse, digamos que era eso o que la próxima sangre esparcida en un callejón fuese la mía en lugar de la suya. —Clavé la mirada en el vaso vacío que Dunn había dejado en la mesa de centro—. Estuve un par de días prácticamente con guardaespaldas y aunque no parezca el palillo de dientes este de Dunn era uno de ellos. Luego me invitó a la fiesta para que me distrajera con algo y yo acabé lanzándolo a las pirañas, pues porque sí. Esa es la historia de mis decisiones de porquería.

Giré el rostro para encontrar sus ojos, solté una risa baja y me encogí de hombros para después alcanzarle la botella.

—Altan parece querer escupirte en la cara desde que llegó a esta academia, ¿se puede saber qué hizo que terminaran liados a pesar de eso? Y si no quieres soltar la lengua pásame otro chisme, llevo tres días sin pisar el Sakura y sé bien los desastres que se montan a diario.

 

De alguna manera u otra, siempre había estado rodeado de evitativos de mierda, siendo yo misma la primera de ellos; por ese mismo motivo, digamos que sopesé en todo momento la posibilidad de que no me respondiese y lo cierto era que me daba igual si lo hacía o no.

Pero de alguna manera parecía que se lo había tomado como una especie de confesionario o algo y soltó la lengua como si nada.

La escuché con bastante atención, siguiendo los movimientos que sus manos hacían de vez en cuando, y acabé por soltar una risa cuando terminó y se encogió de hombros. No fue burlona ni nada, más bien sonó a incredulidad porque la historia, no sé, parecía sacada de serie de CW o algo.

Un hombre incapaz de solucionar los líos en los que se mete y la estúpida de turno que acaba pagando por todo ello, qué típico~. Al menos este había tenido la decencia de irse antes de que la chiquilla acabase en un agujero o algo.

Estiré el brazo para darle un par de palmaditas en la espalda y eso fue todo antes de coger la botella que me extendió, escuchando entonces su pregunta. Le gustase a ella o no, la verdad es que no me iba a inmiscuir más de los necesario y tampoco era algo así como buena consolando a la gente, así que... que se quedase con lo que tuviese.

En fin, la niña quizás no tuviese ni idea de ello, pero ella también había conseguido dar en el clavo con la pregunta de mierda. Maldito el día en que decidí comerle la boca al alemán, la verdad sea dicha.

—Si quieres hablar de malas decisiones... —murmuré, soltando la risa que yo no me digné a controlar—. Mi amiga se me confesó y decidí que la mejor manera de responder a eso iba a ser tirármela como me estaba pidiendo; así que me la follé y, entre una cosa y otra, acabé en un parque más colocada que la mierda, con la buena o mala suerte de que nuestro querido Sonnen estaba ahí también. Me llevó a casa y me tuvo que subir a la habitación porque no veía ni por dónde andaba. Estaba en la mierda así que me lancé a comerle la boca, y supongo que él lo estaba también para corresponderme.

Suspiré y me pasé los dedos por la melena, en un gesto distraído. La verdad es que no sé de dónde saqué yo también el impulso de soltarle toda la gilipollez si todo eso solo lo sabía Joey y por motivos más que obvios, pero qué sé yo, supongo que asumí que Shiori tampoco se preocuparía demasiado por ello y que no intentaría comerme la cabeza con que eso había estado mal o intentar ayudarme a mejorar o algo, que ya era más que suficiente.

>>¿Tres días? Tranquila, en un rato te suelto los chismes que quieras, cuando tenga una copa en la mano.

La verdad era que no había perdido la actitud liviana en ningún momento, porque ya todo el asunto me daba bastante igual de por sí, y le di un trago a la botella solo porque con esa predisposición que estábamos teniendo a hablar pues no nos la íbamos a acabar nunca, antes de volver a dejarla apoyada en el hueco entre las dos.

>>Okey, let's lighten the mood, sweetie~ Entre Arata y Cayden, ¿a quién te comerías antes?

 

No creí que fuese a responderme, por eso precisamente le di la otra opción, si Alisha había terminado revuelta con Katrina ya no era solo porque las dos fuesen unas zorras y punto, era que las dos eran evitativas que te cagas. La gente evitativa se entendía entre ella, entre menos preguntan menos debes hablar y la vida es más sencilla, tan fácil como eso. Las conversaciones son llevaderas sin tener que meter las narices en la vida ajena.

Pero soltó la lengua.

La escuché con una atención estúpida, pues porque era esa clase de persona, y se me escapó una risa nasal cuando escuché que se había tirado a su amiga que, un poco por rebote, asumí que sería Suzumiya que era el único ser humano además del inglés que parecía cercano a Welsh. En la historia había un espacio muerto, eso sí, el cómo había terminado puesta como la mierda en un parque, pero tampoco iba yo a ponerme a sacarle las palabras con cuchara.

—Buena suerte —resolví en voz baja mientras regresaba la espalda al sofá—. Incluso si al otro imbécil le dieron tres síncopes luego es posible que lo volviese a hacer si es necesario. Es un puto loco, para qué vamos a negarlo, pero siempre es mejor encontrarse a Al que a casi cualquier otro idiota. Al menos sabes que llegarás a casa.

Volví a reír cuando dijo que me contaría los chismes que me había perdido en cuanto tuviese una copa en la mano y vete a saber realmente porqué me acomodé un poco mejor en mi espacio, eché la cabeza en el hombro de Alisha y luego de que ella le diese un trago a la botella hice lo mismo, pues porque si seguíamos de confesionario no se nos iba a acabar nunca.

—A ver, Ali, ¿no ves ya que debo tener un kink con los chicos yakuza o qué? Al parecer me gustan las causas perdidas y los chicos malos, el combo por excelencia de eso es Arata. —Se me volvió a soltar una risa—. Pero oye, que el cara de mocoso este tampoco está mal, así que posiblemente la respuesta de verdad sea que a cualquiera de los dos.

Cerré los ojos unos segundos, dándole cabeza a mi siguiente pregunta.

—Si tuvieras que elegir uno nada más, ¿alcohol o hierba?

 

La verdad es que no supe por qué me salté lo de que había sido Eris la que me dio las pastillas, siendo que ya había aprendido que no era ninguna puta broma la chica y que me había tensado cuando se acercó a Sasha antes. Quizás solo pensé que Shiori no lo necesitaba, teniendo en cuenta los líos de los que ella misma ha tenido que salir y que tenía a Altan movilizando a medio Tokio para protegerla si hace falta.

Lo que, por cierto, solo confirmaba lo que ya sospechaba: que el alemán era estúpido, vaya. No hacía falta ser un genio tampoco para darse cuenta, pero supongo que el hecho de que Kurosawa lo confirmase lo hacía ya imposible de negar. Y estaba segura de que sí, de que volvería a hacer lo mismo así hubiésemos acabado follando en lugar de solo comernos la boca, porque era un jodido idiota pero también una persona decente, aún a costa de su salud mental o algo.

Noté que la chica echaba la cabeza sobre mi hombro y sonreí ligeramente antes de ajustarme para facilitarle la tarea, notando como una risa ronca me vibraba en el pecho al escuchar su respuesta.

—So smart, Shio-chan~ Manteniendo tus horizontes abiertos. Lo más lógico sería ir primero con el cordero degollado, ¿no? Ya que te va a dejar con la calentura, digo. Así luego el tatuado pues te hace un dos por uno o algo.

Me quedé un buen rato pensando en la respuesta a su pregunta, frunciendo ligeramente el ceño y todo, pero al final acabé soltando un suspiro y le di un buen trago a la botella.

>>Vaya, eso es peor que hacerme elegir entre daddy or mommy, you know? No sé, creo que o me quitas las dos o prefiero tirarme por la azotea.

Obviamente todo seguía siendo en tono de broma, al final del día seguramente sobreviviría sin una, sin otra o sin ambas, aunque todo se volvería aun más mierda de lo que ya es. Pero a menos que me lo quitasen a punta de pistola, no sería yo la que fuese a hacer esa elección concienzudamente.

Me llevé la mano al pelo, comenzando a jugar con un mechón del mismo entre los dedos mientras pensaba mi siguiente pregunta. Sabía que si estuviese jugando a aquello con Katrina o Joey, las preguntas me saldrían solas y serían de lo más jodidas, porque seguramente los tres iríamos a matarnos con los secretos más oscuros que nos pudiésemos sacar o algo, así de hijos de puta podíamos llegar a ser incluso entre nosotros. Pero con la morena aquí presente... tampoco tenía mucho de lo que tirar.

>>Ah, venga. Imagina que estás en la Academia, a punto de echar un polvo con algún otro yakuza o algo, y todas las cámaras están desactivadas. ¿Dónde te gustaría llevártelo para follar~?