Salón

Luego de que la enana llamara a Shimizu y a Akaisa decidí salir un rato porque la verdad el juego estaba muerto que te cagas, dejé la sala, caminé un rato por ahí, salí a los jardines, me fumé un cigarro y luego regresé a adentro. Cuando lo hice ya Maze estaba cerca de la puerta, había visto por encima al grupo que se coló pero como no era mi fiesta y estaba tornándose aburrida lo dejé estar.

Regresé al salón por pura tontería, para servirme un trago y no sé, esperar a que la magia pasara o tan siquiera a alguien se le fuese la pinza para ver algo entretenido como mínimo. Al final uno de los colados volvió con la chica esa del cabello corto que había estado con la morena del vestido de bruja y el juego se reinició con cuatro gatos presentes.

Ellos dos, el príncipe al que la enana se le había ido encima el otro día y yo. Al principio la botella parecía fijada en el par nuevo, pero bueno no había mucho qué pedirle al azar cuando había tan pocas personas; sin embargo, cuando alcanzamos el nivel interesante la botella me señaló y luego... Al castaño.

Qué puta gracia.

Parecía hastiado de la vida que daba gusto y un estirado de categoría, ya me estaba viendo que seguro preferiría comerse una barra de jabón que aceptarme, pero cuando estuve frente a él no percibí el rechazo en su totalidad. Seguramente estaba tan aburrido de estar allí metido que estaba aceptando cuanta mierda se le cruzara al frente.

Bueno, me bastaba.

Estiré la mano para anclarla debajo de su oreja y me incliné para besarlo. Siendo que el juego se había reiniciado era un besillo de nada, ni siquiera tenía tiempo como tal de profundizarlo. Me separé, le dejé un segundo beso en la mejilla solo por amor al desastre y me acerqué a la mesa de bebidas para pedir otra copa de champán.

Contenido oculto

Kou: *existe*
Los dados: que le toquemos los huevos con los personajes de Hitori dise

 

Que la entrada desde la terraza fuese a través de la cocina me vino de lujo porque pude aprovechar para robar algo de comida antes de volver al salón. Pero es que, mira, habían preparado hasta bocaditos y todo, qué buen servicio.

Estaba llevándome uno a la boca cuando entré al salón y me di cuenta que un nuevo grupo se había reunido para seguir jugando a la botella. Bueno, nuevo a medias, pero se entendía el asunto. No parecían ser muchos, y si bien le había sacado ya un buen uso a aquel juego, de repente me apeteció tirarme sobre un sillón y quedarme a jugar también.

No tenía nada mejor en mente después de haberme bajado el porro y, venga, podía ser bastante divertido también. Siendo tan pocos, las probabilidades de que me tocasen eran bastante altas, y si no, siempre me había gustado ver los desastres ajenos.

Contenido oculto: pucha, léeme uwu

1. Zeldryck Kasun
2. Eris Tolvaj
3. Kou Shinomiya
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi

 

No era imbécil ni nada para pasar por alto el hecho de que siendo cuatro pobres diablos, las posibilidades de que la condenada botella me eligiera aumentaban exponencialmente. Me daba bastante igual, la verdad, sabía que no me temblaría el pulso para rechazar a quien me saliera de los cojones. Si había algo que sabía hacer era no ceder a la presión social.

Al final del día, era como lidiar con insectos.

La castaña del flequillo extraño se acercó sin más, ya la había visto de lo más campante comiéndose la boca con la del vestido azul así que imaginaba el tipo de idiota que era. Le sostuve la mirada todo el rato, con la eterna prepotencia impresa encima, y relajé la sonrisa altiva únicamente para recibir su beso. No colaboré demasiado, ni siquiera me incliné, y al sentir sus labios en mi mejilla comprimí los puños dentro de los bolsillos del pantalón.

Cabrona.

Como fuera, mi semblante no cambió ni un ápice y la seguí con la vista un par de segundos antes de redirigir mi atención al mozo, indicándole que girara la botella con un simple movimiento de cabeza. En lo que el numerito transcurría, recibimos una quinta afortunada para sumarse al juego.

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1. Zeldryck Kasun
2. Eris Tolvaj
3. Kou Shinomiya
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi

 

El maldito niño pijo debía haber sido meado por elefantes esa noche, porque parecía hasta la polla de todo el asunto pero entre que no se largaba ni nada pues la botella, entre esos cuatro gatos, tampoco planeaba darle tregua ni un segundo y ya no sabía si reírme o qué demonios. Apenas había terminado de acomodarme en mi lugar, con la copa llena de nuevo, cuando a botella volvió a señalarme y luego cayó en él de nuevo.

Me tragué la risa solo porque tampoco pretendía tocarle tanto los huevos al cabrón, pero la verdad es que no creía poder hacerlo una tercera vez. Un poco triste que hubiese tan poca gente eso sí, porque entonces simplemente habíamos regresado al nivel inicial y digamos que ya había pagado su penitencia con el beso de antes, pero el deber llamaba.

Como quien no quiere la cosa bebí algo más de champán antes de ponerme en movimiento otra vez, volví a acercarme y le dejé otro beso en la mejilla, apenas un roce cosa de nada, incluso le di el tiempo prudencial de rechazarme si así lo deseaba.

Me sentía piadosa hoy~

La próxima ya mejor directamente preguntaba por su nombre, solo para joderlo más.

Contenido oculto

me estoy meando ayuda

 

Ah, vamos, ¿era suficiente que decidiera algo para que la puta vida se ensañara conmigo? Algo similar parecía haberle ocurrido a la pelirroja, ¿no me habría dejado pegada su mala suerte o algo al irse? Observé la botella con la seriedad imperturbable de siempre, aunque sí me permití soltar el aire por la nariz con cierta pesadez. Deslicé mis ojos miel hasta la figura de Eris, mientras la cabrona bebía de su copa con semejante calma. Había cazado mi disgusto al vuelo y se estaba haciendo una puta fiesta en su propia salsa, ¿verdad?

Qué desagradable.

Cuando finalmente se dispuso a acabar con mi desgracia me limité a alzar apenas la barbilla, como el jodido estirado que era. Seguí sus movimientos de soslayo, se me escapó una sonrisa ligeramente torcida y busqué sus ojos luego de que me plantara el beso en la mejilla.

—Me halagas.

El comentario fue suave y aún así ácido que te cagas, no tardé en redirigir mi atención a la botella. A ver si seguía con ganas de tocarme los cojones.

Efectivamente, la jodida pelirroja debía haberme gafado. El mozo ese del bigote debía estar descojonándose o algo debajo de su cara de poker, eso o había espíritus empujando la puta botella. La verdad, era tanta la mala suerte que ya empezaba a perder seriedad. Se me escapó una risa nasal en cuanto el vidrio destelló en mi dirección y me retiré a rellenar mi copa; si iban a tocarme los huevos que al menos fuera bebiendo algo que lo hiciera valer.

Escuché el vidrio deteniéndose una segunda vez en lo que le daba un sorbo y lo sentí, qué sé yo. Deslicé la mirada y confirmé lo que me temía. Desde la botella, recorriendo la silueta de Eris, hasta sus ojos verdes. Bueno, a este paso podría preguntarle y todo por el flequillo extraño.

Suspiré dramáticamente y avancé sin prisas. La memoria nunca me fallaba, incluso si eran esa clase de juegos patéticos, así que me sabía las instrucciones al hilo.

Nivel dos.

Le dediqué una sonrisa ácida, alcé la copa para que la chocara con la suya y le di un sorbo elegante.

Beso de la cintura para arriba.​

—Señorita.

Vete a saber de dónde sacaba las ganas para montarme el numerito, pero ya que me había metido al baile me apetecía y ya. Era una perra, ¿no? Se le notaba en la puta cara, en la soltura y lo mucho que disfrutaba mi desgracia. Era una perra y como tal, no tenía de qué preocuparme, ¿verdad?

Aunque jamás lo hubiera hecho desde un primer momento.

Mi sonrisa se ensanchó con una clara nota de soberbia antes de inclinarme hacia ella. Me acerqué a su rostro por puro amor al arte, le eché encima la diversión cagada y seguí bajando sin realmente tocarla. Me detuve por debajo de su clavícula, aprovechando el corte strapless de su vestido, y presioné los labios justo encima de donde nacía su pecho.

Here, bitch.

Enjoy it.​

Me erguí en toda mi estatura como si fuera un puto rey o algo y le dediqué una última sonrisa antes de girar sobre mis talones y regresar a mi posición original sin más.

Bueno, al menos había encontrado algo de diversión.

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1. Zeldryck Kasun
2. Eris Tolvaj
3. Kou Shinomiya
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi

 

Es botella tenía que estar trucada o poseída por el mismísimo Satanás a secas, porque antes había pasado con Alisha y la pelirroja aquella tan bonita, luego se había ceñido con Mason y la chica del cabello negro también, y ahora estábamos allí. En realidad luego de que buscara mis ojos después del beso en la mejilla y me soltara aquel comentario que a pesar de su suavidad no perdió acidez casi di por sentado que Satanás debía estar detrás de esa mierda.

La botella volvió a detenerse en él y esta vez sí solté la risa, fue corta, tampoco me iba a puto descojonar pero no pude volver a reír al ver que el maldito pedazo de vidrio volvía a señalarme. El mozo tenía que estarse meando, de verdad, al pobre no le pagaban por ver a un poco de adolescentes comerse la boca toda la noche ni mucho menos pero que al menos sacara unas risas cuando se lo contara a sus amigos o algo.

Pensé en la posibilidad de que esta vez sí se negara pero cuando quise darme cuenta había pasado la vista de la botella a mí, me recorrió con la vista hasta alcanzar mis ojos y le sonreí pues porque sí, porque me daba la maldita gana, incluso aunque su suspiro fue audible. El cabrón avanzó, se acercó, chocó las copas y solo lo imité dando un trago.

—Caballero.

Si me preguntaban por qué coño de repente estaba dispuesto a montarse el teatro ni puta idea, tampoco me interesaba como tal, así como yo le había notado el disgusto al vuelo, que siendo honestos no era difícil, él debía haberse dado cuenta de la clase de zorra que era. Tenía pinta de estirado, no de estúpido.

La soberbia que adquirió su sonrisa solo colaboró en que le echara encima una sonrisa de mierda, porque ya me iba dando cuenta que no había nada que ocultarle al príncipe aquí presente. Encontré sus ojos color miel cuando acercó su rostro antes de seguir bajando, no me tocó nunca pero en sí no hacía falta, y lo vi seguir bajando hasta depositar el beso.

No era como que la gran cosa pero la diversión que toda la mierda me estaba provocando combinada con el tacto de sus labios en la zona me lanzó un chispazo de lo más interesante por la espalda. Cuando se enderezó volví a encontrar sus ojos, repasé sus facciones tanto como la máscara permitía, y le volví a sonreír antes de añadir algo a pesar de que ya se estaba retirando.

—Elegido de la botella, ¿cómo te llamas? —No esperaba que el señor estirado me respondiera, pero que no se dijera que no lo había intentado.

En tanto el mozo volvió a girar el objeto.

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1. Zeldryck Kasun
2. Eris Tolvaj
3. Kou Shinomiya
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi

Estoy disfrutanto este bucle como perra la verdad (?)

 

Parecía que había llegado en el mejor momento, a decir verdad, porque igual que había pasado antes, la botella pareció empeñarse en juntar a dos de las personas que había ahí y era bastante divertido ver cómo se desarrollaba. Sobre todo cuando el chico parecía un amargado de cuidado y la chica estaba en su puta salsa.

Estaba tan divertida con el espectáculo, de hecho, que casi ni me di cuenta que la botella me señaló justo después. Ah, qué suerte, escogida para romper el bucle justo después de llegar~ Vi después que la botella señalaba al otro chico y no tardé en ponerme de pie para acercarme a su posición. Parecía más animado que el princesito de allá así que tampoco me podía quejar, ¿verdad~?

—Permiso —murmuré, una vez a su lado, dedicándole una sonrisa de esas inocentes antes de comenzar a agacharme.

Deslicé el dedo índice a lo largo de la cintura del pantalón, lo colé después en el interior de la tela y lo bajé un par de centímetros para poder depositar un beso en la zona de la cadera. Lo alargué un poco por la gracia, claro, y después me levanté sin más para mostrarle otra sonrisa e ir a servirme el shot correspondiente.

 

La voz de la castaña me alcanzó cuando ya me estaba retirando, de momento no estaba entre mis planes echarme conversación o interesarme por ella en absoluto, pero que hubiera sido quien preguntó me arrojaba una especie de satisfacción bien jodida encima.

—¿Interesada tan rápido? —la molesté viéndola apenas de soslayo, con la eterna suavidad altanera impresa en la voz—. Qué poca clase~

Lo había sentido, de alguna manera. Nunca me había esforzado realmente por disfrazar mi forma de ser aunque, en líneas generales, la cara de culo se correspondiera a mi eterno inconformismo y a la preferencia por evitar conflictos. Pero esa fiesta de mierda ya me había demostrado con creces que estaba llena de salidos y comenzaba a sentir cómo los engranajes se activaban y cambiaban de posición. Podía hacerlo sin problema.

Podía convertirme en la puta bestia que hiciera falta.

No sería la primera vez.

¿Cierto, Ishikawa?​

La botella decidió darme un respiro por fin y aproveché para beber de mi copa en lo que la del pelo rosa se montaba el numerito. Quizás estuviera bebiendo más champagne del que había previsto inicialmente, pero las modificaciones en el sistema tendían a solicitar nuevos requerimientos. Así funcionaba.

El descanso duró poco, por cierto. Repasé sin demasiado interés la figura del chico frente a mí en lo que se acercaba y le sostuve la mirada, tranquilo. Decidió soltar su castigo de inmediato y me aflojó una risa burlona que vibró en mi pecho. ¿Seis shots? ¿Tantas ganas tienes de besarme?

—Me hago viejo aquí —murmuré con suavidad, permaneciendo inmóvil en lo que él hacía lo que le apeteciera.

Como si no hubiera preferido siempre a los tíos por sobre las chicas.

 

El cabrón ese también estaba disfrutando el juego que daba gusto, quizá se había estado conteniendo pero le bastó recibir mi afirmativa para echarse la sonrisa de mierda encima. No había necesidad real de reflejarlo, de todas formas luego de repasar su aspecto general tuve que acabar pensando si no luciríamos bastante similares, más allá de todos esos... tatuajes que llevaba encima.

En serio, qué pésima idea.

Él mantuvo las manos en sus bolsillos y yo tampoco lo toqué más de lo necesario, siempre con la copa suspendida a la altura de mi cintura. Recibí sus labios sin más, si acaso cerré los ojos en algún momento, lo cierto es que sólo eran seis estúpidos segundos y me distraje lo suficiente con los ribetes desenfocados de su traje. Le seguí el ritmo que marcó, tranquilo de por sí, sin problema alguno, y a la cuenta de cinco ejerció una ligera presión en mi labio inferior. El esbozo de una sonrisa ladina se proyectó y murió contra su boca, y aún besándonos alcé la mirada para encontrar sus ojos encima de los míos.

Eh, kinda kinky.

Se alejó sin más, le di un trago a mi copa y recargué las caderas al borde de la mesa, colando la mano libre en mi bolsillo. Hacía mucho que no me ponía a girar como condenado la malla de mi reloj, ¿verdad? Qué cosas.

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woah im horny

1. Zeldryck Kasun
2. Eris Tolvaj
3. Kou Shinomiya
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi

 

Rodé los ojos sin una gota de disimulo apenas la botella, sorpresa, se detuvo frente a mí. Esta vez le había tocado a la chica de la máscara de plumas y, bueno, recibí su beso con la seriedad de siempre. Arrugué el ceño al notar el tiempo que se quedaba allí, pegada a mi mejilla, y solté una risa nasal al creer adivinar lo que estaba pasando.

—El último beso es el único que va aumentando de duración, sabes —anoté, con cierto tono burlón.

Suspiré luego, estirando el cuello, y rellené mi copa antes de cambiarme de lugar en el círculo. A ver si eso le daba chance a los demás o qué sé yo. Total, la botella ya había tenido el detalle de volver a elegirme y posé mi vista sobre el muchacho, dedicándole una sonrisa fanfarrona. Ya sólo me faltaba acabar con la de pelo rosa y me habría echado a la ronda entera, qué carajo.

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Bueno esto ya es demasiado así que mixeé el orden de la lista con dadetes, acá está la nueva:

1. Zeldryck Kasun
2. Kou Shinomiya
3. Eris Tolvaj
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi

 

Lo vi acercarse y le permití alzar mi mentón sin poner pegas porque, vamos, llegados a este punto. Su beso me hizo algo de cosquillas y eso me ensanchó la sonrisa, buscando sus ojos adrede apenas estuvo lo suficientemente lejos para ello. Le di un par de tragos cortos a mi copa en lo que se marchaba y solté un suspiro liviano, esperando que haber cambiado de posición ayudara a que la botella me olvidara un poco.

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1. Zeldryck Kasun
2. Kou Shinomiya
3. Eris Tolvaj
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi

 

¿Me interesaba alimentarle la satisfacción al estirado? No podía darme más igual, como si me decía directamente que era una zorra me daba lo mismo porque para empezar dónde coño estaba la mentira.

No respondí a su estupidez de la clase porque vivía revolcándome en la suciedad del mundo de puro puto gusto, la clase me importaba tres huevos.

La botella siguió ceñida con él y yo me limité a beber de mi copa mientras me tiraba el espectáculo como buena voyeur, hasta solté una risa nasal cuando lo vi moverse a otro espacio para intentar sacarse la botella de encima un rato.

Claro, cayó en mi dirección entonces y luego en el otro castaño, que de hecho me recordaba un poco a don "no te digo mi nombre porque soy la puta polla" aquí presente.

Dejé la copa en una mesilla cercana para acercarme al chico y me acuclillé sin problema, con un movimiento fluido. Bueno, la pelo de chicle ya había puesto la cosa interesante así que había que volver a los buenos clásicos, ¿no?

—Permiso~

Sabía que no iba a poner pegas.

Deslicé la mano por el costado de su pierna, subiendo hasta su muslo y lo insté a adelantar la extremidad para facilitarme la tarea y le dejé un beso en la cara interna del muslo. Me levanté con la misma facilitada, luego le dediqué una sonrisa felina y regresé a mi espacio, para volver a tomar la copa y beber el último trago que quedaba en ella.

 

Habíamos quedado cuatro gatos pero al menos sabíamos divertirnos más que el montón de gente que había antes, eso se podía rescatar. El castaño me había dejado hacer sin problema, obviamente, no esperaba menos de él viendo que se subía prácticamente a cualquier estupidez que dijera la botella.

Apenas acababa de girar el cuerpo para ver qué pasaba con la botella cuando esta se detuvo en mí nuevamente, haciendo que alzara las cejas ligeramente sorprendida. Bueno, al parecer el estirado me había gafado también y aunque me gustaba la atención, bueno, también quería disfrutar un poquito el show.

Después de eso señaló a la pelo de chicle que ya bien ubicada tenía, sobre todo porque había vuelto recién y ya me imaginaba que se había entretenido bastante la jodida. No tardé en acercarme a ella, sonreírle y estirar una mano para enredar un mechón de cabello teñido entre mis dedos; al soltarlo coloqué la mano en su mejilla, la atraje hacia mí y atrapé sus labios al vuelo.

No tardé mucho en profundizar el beso y colé la lengua en su boca, aunque tanteé solo por la gracia, tampoco era que le iba a meter la lengua en la garganta aunque ganas en sí no me faltaban.

Cuando me separé le guiñé un ojo y terminé por hacer lo mismo que don estirado, cambiando de posición en el espacio luego de haberme pasado por la mesa de bebidas por un shot de tequila.

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That's me asumiendo que Gabi no rechazará una comidota de boca mis personajes (???)

Mezclé la lista otra vez, así que diviértete, Zeldryck jsjsj
1. Eris Tolvaj
2. Kou Shinomiya
3. Zeldryck Kasun
4. Catherine Whitman
5. Riamu Yumemi