Yamagata Sakata

Aoi Nobunaga

La amabilidad del niño la distrajo por un momento, hasta que la conversación se vio interrumpida por la de otra muchacha algo mayor y, tristemente, más desconfiada.

Los vio marchar en silencio, con cierta curiosidad y dejó escapar un largo suspiro al sentir la incomodidad de sus ropas nuevamente empapadas.

Comenzaba a deshacerse de las primeras capas de su atuendo cuando una voz familiar hizo que se detuviera. La enorme cantidad de piel expuesta hubiera avergonzado a cualquier joven normal pero, desde luego, Aoi no era una de ellas por lo que se volvió con el ceño fruncido y le lanzó la prenda empapada que tenía en las manos con intención de golpearlo en el rostro, quedando únicamente con su torso vendado y su hakama oscura y chorreante.

- Muérete.- Espetó, con bufido. Cruzando los brazos sobre su pecho y fulminándolo con la mirada.

 

Puerto
[Aoi]

El hombre comenzó a reír mientras se limpiaba el rostro del agua que lo había golpeado de lleno en la cara; pero no quitó los ojos de Aoi —¿Quieres que te enseñe como se hace? —dijo mirándola por unos segundos mas antes de señalar al barco — A saquear... podría compartirte un poco del botín si me esperas

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Ayeah

 

Aoi Nobunaga

Enarcó una ceja y lo evaluó con interés. ¿Qué podría enseñarle ese hombre que no supiera ya? Ciertamente sentía curiosidad y, la idea de compartir el botín era realmente alentadora.

Se tomó un par de segundos para responder, relajando la expresión hasta que su ceño fruncido se transformó en una sonrisa juguetona, casi irónica.

- De acuerdo. - respondió, dejando caer los brazos hasta descansar las manos sobre sus caderas en una postura más relajada. - Muéstrame qué sabes hacer.

 

Puerto
[Aoi]

Le sonrió para después quitarse su haori mal amarrado y con él envolver su flauta para después tirarse al agua con delicadeza; desde allí miró a Aoi antes de comenzar a nadar hacia el barco —No me vayas a robar —le guiñó un ojo para después comenzar a nadar hasta el barco, se deslizaba en el agua con gracia para después trepar por la embarcación como si eso hiciera en sus tiempos libres, no resbaló y no parecía estar desgastando demasiada energía. Había entrado al barco por la parte trasera con sigilo mientras despistaba a aquellos que hacían guardia.

Tardó un poco para después salir y colocarse en el techo mas alto; estaba ataviado de nueva ropa elegante la cual estaba empapando con su cabello mientras levantaba la mano hacia Aoi, saludándola a la distancia.

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Ayeah

 

Aoi Nobunaga

Negó con la cabeza y se acercó al fardo que era aquella extraña flauta para custodiarla mientras observaba atenta y, para qué negarlo, impresionada cómo aquel hombre se sumergía en al agua y, con insultante facilidad se escabullía en el interior del barco pirata para, instantes después, alzarse triunfante sobre uno de los tejados del mismo vistiendo un nuevo y vistoso atuendo.

Abrió los ojos con una mezcla entre sorpresa y admiración cuando éste le dedicó un saludo y, sin poder remediarlo, dejó caer la cabeza hacia atrás, derrotada, y comenzó a reír.

Carcajadas auténticas ante la diferencia abismal entre el desempeño de ambos en la misma misión.

- Y yo que me creía toda una shinobi. - Murmuró para sí, limpiando una lágrima risueña de su mejilla con el índice.

Sacudió la cabeza con una sonrisa y volvió a centrar la vista en el joven para dedicarle un exagerado, lento y silencioso aplauso de reconocimiento.

 

Puerto
[Aoi]

​

El sol estaba en su cénit; iluminando con fuerza la costa. El joven sonrió al ver que Aoi respondía a distancia; después brincó del techo hacia dónde los guardias protegían la entrada; esto los alertó y rápidamente apuntaron sus lanzas hacia él, para casi de inmediato separarlas —Ryoshi, señor...

Se acercó al borde del barco, recargando su peso en el barandal mientras observaba a Aoi en la costa —Me pasarías mis cosas ¿Por favor?

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Ayeah

 

Aoi Nobunaga

Ahogó un grito cuando vio al hombre saltar a la borda justo entre los guardias, ¿acaso quería que los piratas lo pillaran?
Pero, para su sorpresa, éstos parecieron reconocerlo e, incluso, lo llamaron señor.

Alzó las cejas y observó al joven de arriba abajo con una sonrisa torcida.

- Por supuesto, "señor".- respondió, haciendo hincapié en ésta última palabra con un tono burlón. A pesar de todo tomó las pertenencias de ambos y subió por la pasarela hasta cubierta para tender a Ryoshi su pequeño fardo, depositándolo con fuerza contra su pecho para tener ocasión de acercarse a su oído.

- Eso es jugar con ventaja.- Protestó en un susurro. Aunque debía admitir que estaba disfrutando de la situación.

 

​

 

Puerto
[Aoi]

​

Ryoshi sonrió al escuchar la voz de Aoi; tomo sus cosas y afirmó —Lo sé; pero ahora tu estás en ventaja — hablaba mientras colocaba su amaba flauta entre su obi, dándole un pequeño golpecito, le alegraba que Aoi no hubiera salido corriendo, para él eso demostraba mucho mas de lo que dejaban ver sus palabras —Sabes mi nombre, y eso te da mucho poder sobre mi; y yo no conozco el tuyo... Quisiera saberlo, pues quiero ofrecerte una nueva oferta.

En ese momento, una kodachi reposaba sobre cuello de Ryoshi, la kodachi era sostenida por el nuevo maestro de Aoi. Los guardias apuntaron con sus lanzas hacia Aoi y Wu.

Wu separó su kodachi —Somos asesinos, nuestro nombre jamás es revelado — mencionó sin temor a los guardias aun apuntándole con sus armas.

Ryoshi levantó su mano para calmar a sus guardias, los cuales relajaron su postura. Ryoshi llevó su mano al cuello y lo masajeó; aquella situación lo había tensado, aun así no dejaba de sonreír.

—Esto es el destino entonces —mencionó ante ambos —Busco eliminar a alguien... iba a decirle a esta bella señorita que me ayudara con una persona; yo no puedo acercarme a él, conoce demasiado bien mi rostro y a mis hombres. Es un trabajo complejo —miró específicamente a Aoi —por eso te puse a prueba —soltó una risa —no la superaste pero aun creo que tienes una oportunidad dónde yo tengo nulas —se quitó la ropa elegante dejando nuevamente su ropa sencilla, un haori mal atado que dejaba al descubierto su brazo izquierdo mostrando el tatuaje singular en el pecho —Y pensaba compartir de mis riquezas si me libran de este... problema.

Wu observó a Aoi y afirmó —Tenemos tiempo; y con ello podrás pagar nuevas armas, es tu decisión.

Ryoshi miró a Wu, entendiendo que era él el superior de aquella mujer, pero no sabía que esperar, eran personas que jamás había visto antes en Sakata.

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Ayeah

 

Aoi Nobunaga

Si Aoi se sorprendió de ver allí a su maestro su expresión no lo reveló. Le dedicó una fugaz mirada y se volvió hacia Ryoshi con un encogimiento de hombros.

Escuchó su oferta con interés y se volvió hacia Wu para comprobar su reacción. Por mucho que le divirtiera aquel pirata ella estaba ahí por otros menesteres por lo que no pudo evitar sentirse complacida cuando éste dejó la decisión en sus manos.

Meditó unos segundos, mirando al cielo en busca del Sol... Aún tenía algo de tiempo antes del anochecer por lo que asintió lentamente.

- Me vendría bien el dinero.- Respondió, sacando su parche para colocarlo de nuevo sobre su ojo azul y apartando el cabello aún húmedo de su cara.

 

Puerto
[Aoi]

​

Ryoshi mantuvo su sonrisa —Bien; me parece que tenemos un nuevo trato

Wu observó a Ryoshi —¿De quién estamos hablando? Tenemos que saber todos los detalles necesarios para lograr este asesinato con éxito.

Ryoshi les indicó que lo siguieran; se adentraron a las habitaciones del barco, pues no quería discutir aquello a simple vista —Su nombre es Jinrai, lo vi caminando por Sakata, ese hombre es un enemigo comercial; si está de este lado del mar creo que es porque ha venido a reclutar mas hombres; ya se ha llevado demasiados —en su semblante se mostró una genuina tristeza mientras hablaba —No puedo permitirle que se lleve a mas con él

—¿A cuántos hombres trajo consigo?— inquirió Wu mientras

—No sé si estará ocultando a mas; pero sólo viene con dos escoltas

—Si es así; ¿Por qué no lo eliminas por cuenta propia? Tienes suficientes hombres en este barco para encargarte de tres personas

Ryoshi negó —Jinrai no es una persona odiada; es bastante respetado en los puertos, tiene buena reputación; es un hombre con grandes habilidades de comercio, si lo mato a plena vista no quedaré como un buen futuro aliado mercantil en Sakata ¿No crees?

Wu calló.

—Por la noche habrá una reunión entre viejos comerciantes de mar; sé que Jinrai estará allí, también lo estaré yo; será un buen sitio para que puedan asesinarlo al salir ¿No creen?

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Ayeah puedes hacerle mas preguntas a Ryoshi si crees necesitarlas

 

Aoi Nobunaga

Meditó unos segundos a cerca de toda la información que aquel hombre le había otorgado y asintió para sí.

- Bien, ¿Cómo sabremos de quién se trata? Habrá más hombres en esa reunión. - Inquirió, a la espera de una descripción física. - Y quizá necesite un kunai o dos si vamos a atacar de noche y por sorpresa.

Le dedicó una sonrisa pícara, a sabiendas de que los malditos kunai eran lo que los había reunido en primer lugar. Le gustaba asesinar a distancia, era más eficaz para mantener el anonimato.

 

Puerto
[Aoi]

​

Ryoshi observó aquella sonrisa de Aoi obligándolo a soltar una risa seca mientras negaba mirando al suelo —Cincuenta monedas —dejó escapar una risa mas fuerte mientras levantaba la mirada —Y será muy sencillo saber quien es Jinrai, pues hoy viste frente a frente a sus escoltas; ese niño y la mujer que lo acompañaban seguirán a Jinrai.

—¿Cuánto nos pagarás por este asesinato?

—Quinientas monedas, a cada uno —sonrió —Te alcanzará para todas esas kunais que quieres.

—Y el barco— Wu se mantenía estoico mientras Ryoshi perdía su sonrisa para mirar hacia Wu

—¿Qué?

—El barco; nos llevarás a dónde necesitamos dirigirnos.

—¿Y a dónde se dirigen exactamente?

—Fukui, allí dejé a mis hombres. Después de asesinar a este hombre, subiremos a tu barco y nos dirigiremos a Fukui

Ryoshi miró a Aoi, no entendía como podían trabajar juntos siendo tan diferentes.

Wu le entregó una kunai a Aoi —No falles; o yo tendré que arreglar tus errores.

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Ayeah en el siguiente post entramos directamente a esta misión; te dejo abierto por si quieres agregar algo mas, si no quieres pues ya mañana iniciamos con el asesinato.

 

Aoi Nobunaga

Sonrió y tomó el kunai que su maestro le tendía con un asentimiento, ella misma no se perdonaría otro falló más, llevaba demasiados encadenados y la perspectiva del oro y el viaje resultaban realmente excitantes.

Hizo girar el familiar arma entre sus dedos con habilidad, sopesándolo, y lo introdujo en uno de los pliegues de su ropa antes de que Wu se lo pensara dos veces. Dedicó a su maestro una sonrisa angelical y se despidió de Ryoshi con un gesto de la mano.

- Siempre quise hacer un crucero. - Murmuró, confiada.

 

Puerto
[Aoi; Wu; Ryoshi]

​

La noche llegó y la misión se acercaba. Lentamente del puerto avanzaron a un barco en común; varias personas fueron abordando. Wu le indicó a Aoi que ella debía ser quien decidiera cuando atacar, que se mantuviera oculta mientras se llevaban a cabo las negociaciones entre comerciantes. Aoi se oculto y para su sorpresa, su maestro también era un comerciante, pues varios de los que abordaban lo saludaban y se detenían a hablar brevemente con él.

Eran cinco comerciantes mas Ryoshi y Wu quienes se comenzaban a dirigir al centro del barco alrededor de un conjunto de barriles los cuales usaron de mesa para recargarse.

Entre los comerciantes había una mujer la cual saludo a Wu —¿Cómo va tu búsqueda por un heredero? —dijo burlona mientras Wu se mantenía tranquilo.

—Es un deseo que dejé morir ya hace años — dijo ante la mujer.

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—¡Hey! ¡Ruru!—gritó un hombre hacia la mujer quien se giró a observarlo —¿Cómo van los negocios?

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—Qué te importa, Taka; preocúpate por los tuyos— dijo la mujer que respondía al nombre de Ruru

—Calma; hemos venido a hablar de posibles alianzas marítimas — otro de los hombre se acercó al grupo

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—Nadie quiere hacer negocios con alguien como tú, Gempachi — aclaró Taka recriminándole al hombre quien negaba al ver entrar a Ryoshi

—Maldito bribón; ¿A quién más le has robado para hacerte de un barco?— Gempachi se acercó a Ryoshi y recargó su codo en el hombro de Ryoshi, este soltó una de sus ya conocidas risas —¿Y esto? —preguntó señalando sus tatuajes

—Hice un trato con la persona correcta —sonrió —las marcas venían con ello.

—Ryoshi...

Y allí estaba su objetivo: Jinrai. Quien entraba con sus dos escoltas que ya Aoi conocía de vista.

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—¿Y Kojiro? —preguntó Ryoshi — ¿Se decidió por abandonar Sakata por siempre? ¿Ni siquiera una pequeña visita?

Jinrai negó

—¿Y... Kaori? ¿Siguen sin saber de ella? — Ryoshi se notaba genuinamente preocupado.

Jinrai volvió a negar, haciendo que Ryoshi se cruzara de brazos.

—Veo que todos se han reunido...

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Era el mas viejo de los hombres a bordo —El mar ha estado mas agitado últimamente ¿A quien mas de ustedes les ha llegado una propuesta del Imperio a unir fuerzas con su ejército?

Todos levantaron la mano y el anciano sonrió.

—No nos están dando muchas opciones, quieren que los hombre libres del mar usen su fuerza naval ante el imperio —mencionó Taka hacia el anciano.

—No sólo hay una opción—aclaró Jinrai —Aun están los Fujiwara, aun están los Minamoto

Todos observaron a Jinrai.

—Sumitomo Fujiwara... nuestro viejo líder — el anciano hablaba mirando hacia Jinrai para después desviar su mirada hacia las escoltas detrás de Jinrai.

—Ambos son clanes pequeños —Wu declaró sin ningún reparo — Unirse a ellos es como enterrarse en la arena cuando hay corriente baja; en algún momento te ahogarás cuando la corriente suba.

—¿Entonces planeas aliarte a los Taira? —preguntó Ruru hacia Wu

—Siempre seré hombre libre de mar, esta ni siquiera es mi tierra; no tengo por qué pelear por ella — Wu se cruzó de brazos.

—Unirse a los Taira es un suicidio; vean lo que sucedió con Misuomi en Shizuoka; los barcos son los primeros sacrificios en costa enemiga —Jinrai alegaba su caso, intentando convencer a los presentes.

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Ayeah
Puedes atacar o esperar.

 

Aoi Nobunaga

Se agazapó entre las sombras y dejó que éstas la envolvieran mientras aquellos comerciantes discutían a cerca de sus lealtades.
Le sorprendió ver las interacciones de su maestro y prestó aún mayor atención tras las mismas. Tal vez pudiera obtener información últil además de beneficio económico tras aquella misión.
A pesar de que Jinrai de le puso a tiro en más de una ocasión, Aoi aguardó con paciencia a que terminara la reunión.
Era lo que Ryoshi había sugerido y ella estaba de acuerdo en que era el mejor momento, cuando hubieran relajado la guardia y no hubiera tantos testigos y/o posibles defensores.

 

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Lucha de convencimiento

 

Puerto
[Aoi; Wu; Ryoshi]

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—No tiene sentido levantarse contra el Imperio; eso estarás haciendo si tomas tus naves y las entregas a un grupo tan pequeño como los Minamoto; estarás regalando tu vida ante una muerte segura— Mencionaba Wu.

—Camarada; estás confundiendo entre lo que es correcto a lo que es ventajoso —Jinrai había ya varias veces convencido a los marineros en Sakata, viejos piratas, comerciantes; todos independientes, todos libres —Fue la primera lección que le di a Kojiro cuando decidí tomarlo bajo mi apellido— miró a Ryoshi —A la gente le resulta muy atractivo el lucrarse y todos se obsesionan con ello. Así que en cuestiones de vida y muerte, les gusta la vida y odian la muerte; en asuntos de ganancia o pérdida corren hacia los beneficios y huyen de las pérdidas; en cuestiones de labor y holganza , les desagrada la labor y se dedican a la holganza. Ese es camino del cobarde, y el cobarde siempre cae. Así como Masakado Taira murió a manos de Hidesato Fujiwara

Wu soltó una risa —¿Pero qué espíritu perdura? Hidesato ha sido olvidado mientras Masakato ha trascendido como un yurei poderoso; se dice que esa es la razón del ahora destino de los Fujiwara.

Jinrai negó —Debemos doblegar a los espíritus, pelear en su contra; aquel que se rinde antes de pelear es un cobarde. Personas individualistas que son olvidadas. Masakado fue un gran líder; a costa de opresión a los demás; sólo veía por sí mismo y eso lo llevó a su derrota. Lucrarse uno mismo sin tener en cuenta a los demás, a eso lo llamo confusión de espíritu. Si lo que quieres es obtener algo para ti mismo, ten en cuenta que todo el mundo quiere lo mismo; por ello, debemos saber distinguir la importancia, ser valientes. El mundo y la nación son más importantes que el individuo

—Estas tirando tu vida; ir en contra del Imperio es muerte asegurada. Mejor ser libre, independiente de cualquier bando — interrumpió Ryoshi

—Con mi vida, le estoy dando una oportunidad a mi hijo y la futura descendencia que él tenga. El Imperio ha abandonado el deber obvio a causa de interés personal y eso desde luego es vergonzoso, muy lamentable— Aclaraba Jinrai haciendo que varios de los presentes afirmaran convencidos —El Imperio y su clan mas prolífico se sienten orgullosos cuando obtienen pequeñas ventajas, arrogantes cuando alcanzan el éxito, buscan dinero y huyen de las dificultades, intentan prevalecer con sus argumentos, quieren una parte más grande, se sienten descontentos, desean satisfacer todas sus ambiciones y esperan que cualquier posible placer sea absoluto —Algunos golpearon a los barriles a puño cerrado; Jinrai estaba acrecentando la llama interna de los presentes —¡Estos son deseos ilimitados que nosotros como su pueblo les damos bajando la frente a su paso!

—¡Maldita sea, Jinrai! Tienes razón—Aspetó Genpachi apretando sus dientes.

—A ellos no les importa lo más serio, valoran lo más frívolo, descuidando al final los deberes para con su nación, su señor, súbditos, padre e hijo, hermano mayor y menor, maestros, compañeros, esposo y esposa, haciendo sólo lo que uno quiere, dando paso a consecuencias desagradables. Ellos se debe al abandono de los deberes propios, y eso es una violación a las leyes naturales.

—¡SI! —gritaron todos menos Ryoshi y Wu

—¡Esto es lo que le he enseñado a mi hijo! Si nuestro Imperio nos ha olvidado... ES MOMENTO DE QUE PAGUE

Todos los presentes vitorearon, Jinrai los había convencido con fuerza arrolladora, no hubo momento de duda o confusión; estaban unidos. Si antes Jinrai ya era respetado; ahora era un hombre venerado por sus camaradas.

Los hombres lentamente se fueron dispersando cuando terminaron de felicitar a Jinrai por su aplomo y su poder de convencimiento; uniendo sus fuerzas a las suyas en el sur.

Contenido oculto

Ayeah
Puedes atacar o esperar.

 

Aoi Nobunaga

El acalorado discurso de aquel hombre divirtió a Aoi, que tuvo que contenerse para no revelar su escondite con un irónico y lento aplauso.
No podía entender cómo aquella panda de estúpidos se le sumaron con tanta facilidad. Suponía que era el efecto de una personalidad atrayente y unas palabras bonitas pero no le dió mayor importancia y observó, en silencio, cómo tras las felicitaciones los otros comerciantes comenzaban a abandonar la sala.

Era el momento perfecto, entre el pequeño alboroto de los saludos y con un número más reducido de presentes, la joven shinobi sacó su único kunai y lo balanceó entre sus dedos, fijando su objetivo con su único ojo visible ligeramente entornado.

Sin un sólo parpadeo lanzó su arma, directa al corazón del comerciante con un suave susurro al romper el aire a su paso.

 

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