de Inuyasha - Sabor Prohibido. /MiroxxKag/

Espero les guste, me tarde un buen rato y pues es un reto que me puso una amiga, pero con diferentes nombres a decir verdad xD Así que ya que lo cumplí lo subí aquí con diferentes nombres e_eU
Yo me entiendo xD
Espero les guste. Lo hice sin fines de lucro y para entretener. El final es abierto. Cualquiera puede pensar que significan las palabras...

Advertencias: Ooc.

Sabor Prohibido.​

Kagome:

Aun no puedo comprender que es lo que viste en aquel…Simplemente quería que fueras sincero conmigo, si aquella fue la verdad lamento no poder...
Se que tratas por todos los medios que no ocurra nada malo pero ¿Acaso no comprendes que…

Sabes que cuentas conmigo. Cuando me necesites allí estaré. A tú lado. ¿De acuerdo? Mándale mis saludos a Sonomi, mis padres están ansiosos por ir de nuevo al templo. Allí hablaremos con más naturalidad.

Adiós

At: Miroku. ​

Todo comenzó así, con aquella carta que le había mandado su amigo, aquel que desde niños se juraron amistad eterna. Más ahora la chica no comprendía la brusquedad con la cual fue respondida la carta, repleta de manchones de tinta, si ella hubiera estado presente estaría soltando carcajadas por las expresiones de aquel chico pelinegro…, más ahora, se encontraba del otro lado del camino.

‘Confundida’ era la palabra perfecta que describía lo que sentía en este preciso momento, aquella carta siempre la llevaba consigo, tratando de analizar cada palabra que marcada allí, se encontraba.

Suspiro, suspiro tras suspiro soltaban los delgados, sonrosados, carnosos y atrayentes labios. Después de esperar tres días, llegó el momento más esperado para la familia Higurashi, aquel en el cual por fin se volverían a ver con sus amigos Mitzutage...

--¿Mamá?—Llamó Kagome desde la parte superior de la casa. — ¡Mamá!—Gritó finalmente.

--¿Qué ocurre hija?—Contestó Sonomi.

--¿Dónde está mi vestido azul?—Preguntó.

--En la parte derecha arriba de tú armario. —Añadió

--¡Domo Arigatto!—

Aquel día había comenzado tentadoramente aburrido, con la menor provocación ella saldría del templo sólo para pensar, meditar más aquellas palabras. ¿Acaso su amigo ya no era su amigo?

El reloj marcaba las tres de las tarde, los Mitzutage ya habían llegado. Los padres se saludaron felices por aquel recuentro, Sonomi, Higurashi y Kagome saludaron finalmente a Mitzutage y viceversa. La cena había sido deliciosa…los padres se quedaron platicando unos minutos más, tomando whisky y recordando viejos tiempos. Mientras tanto, Kagome y Miroku salieron al gran patio.

--¿Te sientes mal?—Preguntó el pelinegro—No has hablado mucho desde que llegamos. ¿No querías verme?

--Liie, liie—Contesto rápidamente ella—Es solo que, quisiera…hm…no sé, me siento demasiado confundida. En la carta—Sacó un pedazo de papel arrugado de su bolsillo—me quisiste decir algo más—La desarrugo y comenzó a delinear con la yema de sus dedos las manchas de tintas—Por favor, dime Miroku. ¿Por qué me hablaste con brusquedad? ¿Acaso dije algo malo?—volvió a estrujar la nota.

--Liie, simplemente fui yo él que no supo responder. —Se acerco a su amiga y tomo su mano—No te esfuerces en adivinar que de nada resultara. ¿De acuerdo?

--Está bien. —Su amigo la soltó.

--Ahora dame esa nota—Estiró la mano.

--¿Nani?—Le miró incrédula.

--Si esa nota fue demasiado brusca, te escribo otra y hago el mismo proceso. ¿Te parece?—Le sonrió.

--Pero…

--Pero nada—Tomó su mano y comenzó a abrirla. Cuando estaba apunto de soltarla ella rápidamente retiro la mano— ¿Quieres jugar no?

--¡Hai!

Y así fue como comenzó aquella extraña persecución. Aun que Kagome vistiera ropa demasiado formal para correr, se movía con delicadeza pero astucia. De vez en cuando le mostraba la lengua, en señal de burla por lo lento que se movía.

La cena había durado media hora, la platica de sus padres antes de que ellos salieran al jardín, dos horas y la persecución dos horas…, descansaban de vez en cuando, una arriba del árbol para evitar ser alcanzada y otro tumbado en el suelo tratando de recobrar el oxigeno perdido.

Finalmente marcaron las siete y media de la noche, el de ojos azules estaba demasiado cansado así que opto por hacer un estupidez, corrió lo más rápido posible y se aventó hacía aquel frágil a simple vista, pero resistente al tocarlo, cuerpo de su amiga.

Ambos cayeron, pero él la coloco arriba de su cuerpo para que no recibiera daño alguno.

--¡Baka!—Susurró entre jadeos de cansancio Kagome.

--Gané—Respiro forzosamente y le sonrió—Así que la nota por favor.

--De acuerdo…

La chica rodó a un costado de su amigo y le entrego la nota. Se quedaron unos momentos así, descansando por aquella agotadora persecución hasta que llego la hora de que los Mitzutage se marcharan.

Ya a unos cuantos metros lejos del templo y alejado de sus padres, Miroku desarrugo por tercera vez aquella nota y miró su contenido.

--Puede que hayas crecido—Pensaba él. Rompió aquella hoja y lanzo los pedazos por la ventana. —Pero nunca llegaras a entender ni a probar el ‘Sabor de lo prohibido’

FIN