The Hunger Games Símbolo de amistad

Es increíble como algo tan pequeño e insignificante, resultó ser algo tan fuerte e importante en mi vida. Y pensar que fu casi casualidad que llegara a mí, un regalo desinteresado, que yo llevé conmigo por agradecimiento y respeto, no porque supiera lo que podría desencadenar.

Ella me lo dio aquél día, sus ojos me suplicaban que lo llevara, y por supuesto yo acepté. Era mi única amiga, y a pesar de que el tiempo ha pasado, hay días en los que me gustaría que ella estuviera aquí; días en que realmente la necesito. Su melodía en el piano me tranquilizaba, su cálida voz y sus consejos me devolvían el valor que a veces perdía. Cómo lamento no haber pasado más tiempo con ella, haber tardado tanto en darme cuenta del tipo de amiga que tenía a mi lado.
Porque eso es lo que era Madge Undersee era para mí, una verdadera amiga. Y es finalmente hoy, luego de tantos años, luego de tantas cosas, que tengo el valor de venir a su tumba y agradecerle todo lo que hizo por mí. Porque pasaron cosas malas, sí, pero de no ser por ella no hubiera sido el sinsajo, quizás estuviera muerta, o quizás estaría ahora mismo viendo como mis hijos son enviados a los juegos. Pero no, gracias a aquél gesto todo el terror ha desaparecido de Panem, gracias a ella podemos pensar en un mañana.

— Gracias, amiga —digo con lágrimas surcando mis mejillas. No puedo contenerme, no quiero hacerlo tampoco. Desprendo el prendedor que hasta ahora reposaba colgado en mi blusa, y con cuidado lo coloco delante de la pequeña cruz que lleva una placa con su nombre. Una foto de ella la acompaña, su linda cabellera rubia le daba un toque angelical. No puedo evitar sonreír al recordarla, lo feliz que se veía cuando comía mis fresas—. No habríamos podido hacerlo sin ti…

El viento sopla levemente. Finalmente me levanto y observo por unos instantes más su tumba. Luego veo el resto de pequeñas cruces que la rodean. No sé quién tuvo la idea de crear este pequeño “parque de la memoria”, pero siento que fue lo correcto. Suspiro dándome unos segundos para reponerme, seco mis lágrimas con los puños de mi abrigo, y finalmente doy la vuelta para volver a casa. Los niños ya deberían estar por llegar de la escuela.

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Para la actividad ¿Qué es lo que ves?