Digimon Ryoki:perdoname... [oneshot]

ryoki:perdoname...

olas...weno ninguno de mis fics deron sus frutos en cemzoo...
xk n los daba akabado i n sabia k poner xDD,lo admito xD
el fic k voi a poner es un ryoki,osea de ryo y rika d digimon,el fic lo saque de una pagina pero lo voy a ir kmbiandom,le kmbio algun personaje...un poko la trama...espero k os guste,en ese caso intentare seguir la historia yo sola...
espero k les guste a todos^^

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Podía casi tocar aquella masa informe con la punta de los dedos... faltaba tan poco...

¿Por qué deseaba hacerlo? Ni ella misma lo sabía. Sólo sabía que, si lo hacía, estaría cumpliendo parte de su destino.
Y así, la tocó. La sustancia brilló como la sangre, y lo único que alcanzó a ver fue cómo el Digimundo se iba destruyendo, junto con ella.

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-¡¡RIKA!!

-¿Qué te pasa, Ryo?- preguntó Cyberdramon al ver a su camarada despertar, extremadamente sudado y con la mirada fija en un punto, aterrorizado. Ryo se tomó unos segundos para respirar.

-Fue... un sueño... –Ryo se tiró de nuevo al suelo de pasto del Digimundo, pasándose la palma de la mano por la frente.- Dios Santo...

-¿Qué te pasa, Ryo?-Cyberdramon repitió la pregunta, consciente de que seguramente ahora le respondería. Ryo desvió la vista hacia él.

-Una pesadilla...

-Con la chica pelirroja, supongo.-murmuró Cyberdramon, usando aquel tono de preocupación que hasta a Ryo, con los años que lo conocía, se le hacía difícil identificar.

-Sí. Ella... tocaba una cosa y... moría.-Ryo se estremeció al recordar la paz en el rostro de Rika al ir desapareciendo... ni dolor, ni deseos de vivir... Sólo había percibido resignación en los ojos de la muchacha.

-Fue sólo un mal sueño, Ryo. Vuelve a dormir.- Ryo se sentó en el pasto. Cyberdramon suspiró imperceptiblemente. “Aquí vamos de nuevo.” pensó el Digimon, pero ni un solo gesto se atisbó en su sempiterna actitud.

-No, no fue eso... es algo más.

-Supongo que irás a cuidar a tu gata, ¿no?-dijo Cyberdramon con cierto tono divertido en su grave voz. Ryo lo miró, sus ojos confundiéndose con el color del río atrás de él, y sonrió.

-A veces hasta los gatos más ariscos se dan por vencidos cuando alguien les hace cariño en el lomo.-Cyberdramon sonrió.

-¿Entonces le harás cariño en el lomo?-Ryo se sonrojó con el desvergonzado comentario de su camarada, pero no reprochó ni nada parecido. Sólo se levantó, tomó su D-Ark y lo apuntó al cielo.- Rayos, nunca me respondes cuando te hago preguntas interesantes.-exclamó, mientras observaba cómo un rayo de luz rosada se llevaba a su amigo.-Si sólo fue un sueño...

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-Me niego a aceptarlo rotundamente.

-Rika, escúchame por favor... –rogó un hombre muy alto, de cabello intensamente rojo y mirada celeste.- Necesito que convenzas a tu madre para que firme el documento.-Rika sintió cómo la ira iba creciendo en su interior, y no intentó detenerla.

-¡Nos abandonaste y ahora quieres NUESTRA casa! ¡Eres el peor hombre que he conocido en mi vida!-el adulto frunció el ceño.

-No me hables así, mocosa insolente.

-Yo te hablo como se me dé la regalada gana, al fin que tú no tienes y nunca tuviste poder alguno sobre mí.
-a pesar su fría respuesta, Rika podía sentir sus ojos llenarse de agua por el comentario de su “padre”-Para ti siempre fui un estorbo en las relaciones con tus amiguitas... y nunca te interesó escucharme de verdad. Nunca te interesaste en mí... ¡TE ODIO!-Rika salió a grandes zancadas de la inmensa oficina del Gerente General de Heipzy, la mayor compañía de marketing internacional del Japón.
“Estúpido egoísta. Estúpido irresponsable.¡Estúpido oportunista!”
El viento frío golpeó fuerte en las mejillas de la muchacha, y ella lo percibió más helado debido al testimonio líquido de dolor en sus mejillas. Súbitamente recordó que había dejado su abrigo en uno de los sillones de la oficina, pero no le dio importancia. A pesar de que su cuerpo tiritaba incontrolablemente en busca de calor, se secó las lágrimas y empezó a caminar. Su dinero también estaba en el tibio cuarto del tercer piso del edificio.
“12 años viendo lo mismo... 12 malditos años que no dejan de ser iguales... 12 años en los cuales él no ha cambiado, y tampoco ha empezado a quererme. Sólo me llama cuando necesita algo. Y piensa que soy una estúpida que se lo va a conceder. No señor, para algo tiene a sus treinta y tantas mujeres, que ellas le cumplan todos sus estúpidos caprichos...

Sus pensamientos fueron interrumpidos al chocar con una persona. Murmuró un seco <

-Gata, no deberías salir así de desabrigada con este clima. No tienes un pelaje apropiado para el invierno.
-Rika bufó indignada. “Perfecto, 2 problemas en un día.” No dijo nada, con la esperanza de que Ryo la dejara ir, pero sólo percibió tibieza. Él le había puesto su abrigo.-Eso está mejor. Acabo de implantar una nueva moda: ¡Gatos con abrigo! Mmm... quién sabe si pueda ganar algún dinero vendiendo la idea...

-Cállate y déjame en paz.-dijo Rika, con ira helada en cada una de las palabras. Se sacó el abrigo y siguió caminando, pero sintió los pasos de Ryo siguiéndola.

-¿Sabes? Soñé contigo. Una pesadilla, mejor dicho.

-Y supongo que viniste desde el Digimundo para ver si estaba bien,¿no?- respondió mordazmente la pelirroja.

-Ah, tienes el 6º sentido felino muy desarrollado, gata. Quién sabe si podría servirte en la lotería... –Rika se volteó y se encaró a Ryo.

-¡¡DÉJAME EN PAZ, AKIYAMA!!-Ryo se quedó sorprendido, pero no por el grito de la muchacha, sino por su rostro: No tenía la misma mirada felina y astuta que a él tanto le gustaba, sino que sus ojos estaban levemente hinchados, vidriosos y de aspecto deplorable. Tal vez patéticos, si usábamos el vocabulario felino.

-Dios Rika... no pensé... –Rika volteó nuevamente y echó a caminar, sin preocuparle que Ryo la siguiera o no. Lo único que quería era llegar a su casa, dormir y olvidar por un rato... Tal vez un rato más largo si tomaba sedantes.
Ella bufó al ver a Ryo frente a ella, pero no lo miró a los ojos, no se hallaba en condiciones de iniciar un duelo de miradas. Tampoco se rehusó cuando sintió el abrigo de Ryo sobre sus hombros nuevamente.

-No quiero que te resfríes, gata.-el tono usualmente vivaz y levemente burlón había desaparecido por completo. Rika estornudó, y sintió cómo una lágrima que había quedado rezagada corría por su pálida mejilla. Ryo la secó con el dorso de la mano.-Dios, estás fría... realmente fría.

-Ahora sí parezco Reina del Hielo, ¿no?-argumentó la pelirroja con tono irónico. Ryo sonrió al reconocer la frágil defensa que todos los seres heridos e indefensos usaban siempre que se sentían asustados.

-Nah gata, aún no te alcanza para eso. Te faltan como 15 grados más bajo cero para ser la Reina. Digamos que por ahora sólo eres princesa, porque francamente, en el est... –Ryo cortó la frase al ver a la muchacha cerrar los ojos fuertemente, mientras más de sus lágrimas caían al suelo.- Rika... lo siento, yo no quise...

-No es tu culpa, idiota.-murmuró Rika, con los puños apretados. Odiaba esa faceta de ella misma, esa cara débil y sentimental que siempre salía lastimada. Ryo la tomó de la muñeca y la tiró.

-¿Qué haces?- preguntó la muchacha.

-Te llevo al café para que no te sigas congelando.-respondió él, sin dignarse a mirarla mientras le hablaba.

-¡No quiero ir!

-Ah no, señorita, no me vas a hacer esto. Ya tengo bastante con que estés llorando en plena calle como para que te rehúses a mi ayuda.-Ryo apuró el paso, y entraron al local. Rika sintió el aroma intenso del café, y sus mejillas se extrañaron con la repentina tibieza. Él la llevo a una mesa, y la hizo sentarse. Él se ubicó al frente suyo.- Camarera, dos café con leche por favor.

-Enseguida, joven.-respondió una mujer. Ryo se volteó nuevamente a Rika.

-Te vas a tomar el café, y luego me vas a explicar qué te pasa. Ah! Y si no quieres contarme, créeme que te voy a sacar la información a punta de golpes, ¿me oíste?
-Rika lo miró sorprendida, y luego frunció el ceño.

-No te atrevas a amenazarme, Akiyama.
-Ryo sonrió: al menos la antigua Rika estaba de vuelta. Sonrió más al ver en la mesa las dos grandes y humeantes tazas de café y luego percatarse de la expresión de agradecimiento de la muchacha, que miraba la taza.

-Deja de hablar y tómate el café.-murmuró Ryo al tiempo que sorbía de su propia taza, y veía con satisfacción como, con cada sorbo, las mejillas de la muchacha retomaban su color habitual.

-Es mi padre.-dijo Rika de repente, sin soltar su taza, ni mirar a Ryo a los ojos. Ambos sabían cuán difícil le era a la joven expresar sus sentimientos o preocupaciones a los demás.-He tenido con él más problemas de lo habitual... quiere quitarle la casa a mi mamá.
-Ryo se atragantó.

-¿Qui... quitarle la casa a tu mamá?

-Exacto. Fue una compra compartida, pero él cree que tiene el derecho de sacarnos de allí cuando se le dé la gana.-tomó de su café.-Hoy me pidió que convenciera a mamá de firmar los papeles de traspaso de propiedad, y creo que pensaba que yo lo ayudaría.-sonrió con ironía.
-Pobre idiota.
Ryo no acertó a decir nada, sólo miró seriamente a Rika, que rozaba con el dedo índice el borde de la taza, y sostenía su mentón con la otra mano.

-Nunca estuvo a mi lado cuando lo necesité, siempre le importaron más sus noviecitas baratas que yo. Siempre le importaron más sus amigos que su hija de 16 años, a pesar de que yo no iba a visitarlo por su dinero, sino por el simple hecho de ser su hija. Sangre de su sangre.-sonrió con desgano.-Creo que los lazos sanguíneos no son lo que realmente importa en estas cosas de padre/hijo.

-Rayos.-fue lo único que atinó a decir Ryo; realmente esa situación lo estaba dejando muy mal parado, pocas veces no sabía qué decir. Y vaya que esta era una de esas veces.

-¿Recuerdas cuando volvimos del Digimundo?-Ryo asintió con la cabeza.-Pensé que él estaría allí, pero... muchas veces los deseos no se hacen realidad.- Ryo recordó lo seria y triste que la había percibido desde ese día, su empatía con Juri... en cierto sentido, ella también era huérfana.-Cuando fui a verlo después de que todo con el Deleepa terminó, no me abrazó, ni me dijo cuánto me extrañaba. No, no... él sólo me regañó por ser una “egoísta sin remedio, una niña que no sabe diferenciar intereses”... –Ryo vio lágrimas apiñándose en los ojos amatista de la muchacha, pero ella no parecía darse cuenta. Estaba demasiado absorta en ver cómo variaban las formas que la espuma del café creaba.

-Te juro que llegué a odiarlo por un tiempo... él es el único ser que ha logrado herirme tan intensamente.-miró con delicadeza a los ojos de Ryo.-Lo odié hasta que me di cuenta de que es un pobre diablo que no sabe lo que es el amor por otra cosa que no sea el dinero. En ese momento el odio se fue, y en ese momento supe que él nunca sería mi padre. Punto final.-en ese momento, las lágrimas de nuevo iban surcando las mejillas de la pelirroja, esta vez eran más que antes. Ryo se levantó, y luego se sentó al lado de la muchacha. Le pasó un brazo por el hombro.

-Sería una estupidez si te digo que no te preocupes... lo único que puedo decir es que siempre me tendrás allí, Rika. Siempre habrá una taza de café esperándote en mi mesa.- Rika apoyó la cabeza en su hombro, descargando todo en un llanto convulsivo, para luego quedarse suavemente dormida, sintiendo la tibieza del cuerpo de Ryo, que sólo la miraba dormir. El hombre del que tanto había hablado Rika tendría que explicarle a él todo. Y vaya que lo haría, si no quería recibir un golpe que lo dejaría en coma por 18 años.

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weno...ia esta aer si les gusta...ia se que n ai muxos fans d esta pareja...pro aer si algen la lee bks a todos ^^