Alpha Xenodis. —Espera... ¿Por eso se comportó así en el Laberinto? Tan dócil y dejándose acariciar como si fuésemos un amo y su Persian... E-Eso tiene bastante sentido, ¿sabes, Flame?—El tipo Fuego únicamente asintió, pero sabía que él ignoraba completamente lo que le estaba contando. El Charizard en el que me apoyaba no era otra cosa más que su propia imagen reflejada en mis sueños.—. ¿Sabes? Entre tener que elegir entre Des y Mimi preferiría solo quedarme con Ian combatiendo por todo el resto de mi vida. Y me detuve por unos segundos, apoyando mi barbilla sobre el manubrio de la bici, a observar el cómo unos Susrkit jugaban sobre el agua, patinando de manera rápida sobre esta misma como si de hielo se tratase. >>Debí haber nacido molusco. [3/10]
Alpha Xenodis. Beep-Beep~ Mi pokédex sonaba con esa señal tan característica y que pocas veces solía emitir. La saqué de mi mochila y entonces comenzó a emitir de manera inmediata el mensaje: "Holders de tercera generación-" Espera, ¿ya hay una cuarta generación de entrenadores? Le preguntaré a alguien luego sobre eso. "... anunciamos oficialmente abierto la primera edición de el torneo Aerosol. Constará de batallas individuales de dos pokémon que deben ser distintos entre ronda y ronda. Acudid a la Ciudad Aerosol para inscribirse." Y concluyó de esa manera. —¿Escuchaste? No fue necesario que hablase de más, pues mi inicial instintivamente lanzó un rugido de emoción. ¿Cuándo fue la última vez que participábamos en un torneo? ¿Acrílica en parejas con Ian? Y vaya, fue una victoria aplastante, pero no era solamente mía: Debía ganar mi tercera medalla por cuenta propia... Eso significaba que ahora debía dedicarme a entrenar como un condenado. >>Creo que ya tenemos un objetivo. [4/10]
Alpha Xenodis. Dos contra dos en todo el torneo... Necesitaría un mínimo de ocho pokémon en su máximo si quería tener una pequeña chance para ganar. Veamos: Venus, Pietr, Flame, Rook, Excalibur, Shadow... Seis. Sí, creo que me faltan aún dos más para poder ir e intentar conseguir levantar esa medalla en mi mano. Definitivamente debía aumentar el arsenal de pokémon en mi equipo. —Creo que debemos atrapar un par de nuevos amigos, ¿qué opinas?—Refunfuñó. No quería perder la gloria de partir caras con sus tan conocidos Puño Fuego.—. Me da igual, lo haré de todas maneras. [5/10]
Alpha Xenodis. Mientras que yo revisaba mi pokédex lentamente, Flame se había encargado de llevar la bicicleta conmigo en sus brazos. Era una buena manera de matar dos pájaros de un solo tiro: Buscar nuevos aliados y avanzar por el camino que teníamos por delante. Por cierto, ¿qué es un pájaro? —¿Qué te parece un Primape?—Le pregunté con curiosidad. Negó la cabeza de inmediato.—¿Un Flygon?—Una vez más volvió a hacerlo, aunque ya había tenido por momentos uno en mi posesión.—¿Qué tal un Talonflame? Cuando le hice esa sugerencia él simplemente me empujó a uno de los charcos de un latigazo brindado con su cola. Esa idea realmente no le gustó en lo absoluto, pues la tercera evolución de Fletching compartía tipos con el orgulloso dragón. >>¡Ni que pudiese remplazarte, pokémon estúpido! Y me dejé caer de espaldas, flotando en esa agua junto a unos Poliwag y Slowpoke... Me identifico con ellos. [6/10]
Alpha Xenodis. Salí del agua sobre el lomo de uno de los Slowpoke, quien no sé si ignoró mi presencia o simplemente era lo suficientemente flojo como para no dar un pequeño giro a su cuerpo y hacer que me cayera. —¿Entonces no nos veremos de nuevo?—Pregunté a mi propia persona. Las últimas palabras que Mimiko me habían dedicado sonaron con tanta frialdad y odio que me costaba pensar en que la situación se pudiera arreglar de un momento a otro.—No puede ser... O sea... Es imposible que no nos volvamos a ver en esta región, pero creo que ella hará lo mismo que hice después de lo que pasó con Ian en Ciudad Témpera... ... >>Nota mental: Darle un puñetazo a Ian. [7/10]
Alpha Xenodis. Mientras observaba hacia el cielo en los lomos del Slowpoke aparecieron varias siluetas de seguido que sobrevolaban por la ruta. Se trataba de un pokémon Insecto cuya forma se dividía en dos secciones principales: Una cabeza con dos especies de antenas con ojos dibujados en ella y unas alas pequeñas bajo su cuerpo. Eran Masquerain. —Hey, Flame—Llamé a mi inicial, quien simplemente se acercó de mala gana, dejando la bici de manera un poco bruta en el suelo.—, ¿podrías traer uno de esos? Quiero atraparle y hacerlo uno del equipo. Charizard no tardó mucho. En menos de tres minutos había debilitado a varios de esos Masquerain a base de Puño Fuego y Trueno de manera rápida y de ellos decidió escoger al más pequeño de toda la manada... De verdad que era un desgraciado. La cosa es que lo trajo hasta mi persona y simplemente toqué suavemente sobre su cabeza con una Malla Ball. Se capturó de inmediato. >>No te volveré a pedir nada. [8/10]
Alpha Xenodis. Liberé de su esférico al pequeño Masquerain. Se veía confundido, asustado y no parecía querer hacer otra cosa que huir. El hecho de haber sido derribado de la nada con un Puño Fuego le podría causar esta clase de problemas a cualquiera, y era absolutamente comprensible que se pusiese así. —¿Ves lo que le hiciste? ¡Pobre pequeño!—Suavemente comencé a acariciar su cabeza. Tenía un tacto un tanto peculiar, pero no llegaba a ser desagradable. Masquerain temblaba en mis brazos y dudaba que se fuese a calmar en poco.—. Regresa, luego hablaremos... O te buscaré un buen combate en su defecto. La luz roja desapareció la figura de mi inicial y eso, quieras que no, ayudó un poco al tipo Insecto. >>Soy tu entrenador desde ahora—Le comenté con un tono cálido, quería tener un poco de su confianza.—. Espero que nos llevemos bien, Kugo. [9/10]
Alpha Xenodis. Con las presentaciones hechas, simplemente decidí continuar mi viaje de manera solitaria. Levanté la bicicleta y comencé a pedalear como si se me fuese el alma en ello, pues quería ya largarme de esta ruta donde, quiera que no, había podido pensar un poquito, disfrutar de un baño y llevarme un nuevo compañero para mi equipo. Dime, ¿podría ser un poco mejor? Y así fue, terminé el tramo, lleno de barro y empapado, pero lo logré. ¡[10/10]!
Ian Lockhart Salamence y yo aterrizamos en la ruta 313, aquella que había visitado hacía mucho tiempo y, que sin embargo, no había logrado completar en su momento. El pokémon Dragón estaba bastante cansado por el viaje y porhaber tenido que combatir recientemente, así que lo regresé a su pokeball para que descansase y saqué la bici que tenía en mi mochila. Un poco de ejercicio no venía mal de vez en cuando. [1/10]
Ian Lockhart Hace mucho que no recorría las rutas de Galeia, y aún no estaba demasiado acostumbrado a usar la bicicleta. Vagamente recordaba haber usado una de pequeño, y no fue durante mucho tiempo, eso lo sabía bien. Pero al parecer era cierto el hecho de que andar en bici jamás se olvida, si bien estaba claro que mi técnica era aún más mala de lo que había sido antes. Aún así, con todo y mala técnica seguíasiendo más rápido que ir a pie todo el trayecto, y francamente también era más cómodo. [2/10]
Ian Lockhart ¿Llegaría a mi destino a tiempo, antes de que terminase el torneo? ¿O no sería lo suficientemente veloz? Era algo que desconocía, pero que de momento no me preocupaba demasiado. Sabía que la batalla de Liza y Hubert recién estaba por comenzar, y probablemente tardasen un poco. Seguro tenía tiempo. El problema era si alguien se me adelantaba, después de todo, no había sido el único que recibió aquel mensaje. [3/10]
Ian lockhart El secreto para avanzar lo más rápido posible era mantener una velocidad alta pero que pudieras sostener todo el camino, no servía de nada acelerar a máxima potencia si luego te detenías a tomar aire a cada segundo. Una velocidad constante hacía los desplazamientos más rápido, pues no debías detenerte a tomar aire ni disminuir enormemente tu velocidad de movimiento. Aquello era algo que tenía dominado y, probablemente para el final del camino ya fuese un prodigio de la velocidad. O al menos esperaba no caerme de la bicicleta. (4/10)
Ian Lockhart Parecía que ya iba a la mitad del camino de la ruta, lo cuál era bastante bueno; si podía mantenerme igual todo el trayecto, lo cuál era lo que esperaba, llegaría en muy poco tiempo a la Sede del Gran Campeonato. Por lo que sabía, muchos de los holders de tercera generación ya habían ido al lugar con anterioridad, mientras que a mí me faltaba visitar una buena porción de Galeia aún. Pero tampoco era algo que me sorprendiese demasiado, dado que nunca había sido del tipo explorador o aventurero. Me gustaba moverme más bien poco, y prefería quedarme en un lugar que me pareciese cómodo, en vez de buscar nuevos horizontes. Quizá fuese algo que pudiese mejorar. (5/10)
Ian Lockhart Aunque me encontraba avanzando por una nueva ruta que jamás había visitado, lo cierto era que había perdido el interés con muchísima rapidez. Pedaleaba mecánicamente, sin prestar a penas atención lo que me rodeaba; quizá fuese algo triste. Sí, me hubiera puesto a pensar en aquello en aquel momento, tal vez habría prestado más atención a la naturaleza que me rodeaba. En su lugar, sin embargo, continué con la mente y cuerpo en piloto automático, con el único deseo de llegar pronto a la Calle Victoria. De vez en cuando revisaba el mapa que venía integrado en la pokédex, de manera que pudiera ubicarme. (6/10)
Ian Lockhart El camino, incluso en bicicleta, era bastante largo, y tras mucho rato de pedalear y pedalear mi mente comenzó, sin darme cuenta en qué momento exactamente, a divagar. Me preguntaba qué era lo que ocurriría en la fase final del Torneo. Mis oponentes eran Liza White y Hubert Mattson -¿Era ese el apellido de Hubert? Bueno, tampoco era algo que me importase demasiado, sinceramente-, dos holders de alto calibre que sabía que no podía subestimar. Aunque consideraba al segundo un nivel por arriba en lo que respecta al entrenamiento de los pokémon y tácticas de combate generales, lo cierto es que Liza contaba con la habilidad de capturar pokémon muy fuertes, y cualquiera de los podían, si no planeaba bien mi estrategia, arrinconarme en cualquier momento y dejar fuera de combate a mi equipo. (7/10)
Ian Lockhart Por suerte tenía un as bajo la manga, claro que sí. Si bien era algo que me inquietaba fuertemente, y nada me haría más feliz de descubrir el origen de aquellos documentos, de momento lo único que podía hacer era la información que contenían, incluso si desconocía los detalles que le rodeaban. Me refería, por supuesto, a aquellos papeles y dibujos, que en su conjunto conformaban una especie de diario o de bitácora (muy similar, de hecho, a la que recordaba que Hubert llevaba consigo otrora) en la que se encontraban datos de todos los Holders. Lo inquietante era el nivel de detalle con el que cada uno de nosotros había sido estudiado… (8/10)
Ian Lockhart Sí, aquello no era obra de una simple labor de observación, sino que fácilmente podía considerarse acoso. El aspecto, personalidad y demás rasgos generales de cada uno de nosotros estaba plasmado vívidamente en aquellas hojas, así como los pokémon que conformaban cada equipo de combate y cuáles eran sus estrategias generales. Más aún, y esto era lo que en verdad me inquietaba, tenía la impresión de que algunos de los pokémon que aparecían en el documento nunca los he visto en los equipos a los que se suponen corresponden, o que los vi tiempo después, como si los hubieran adquirido recientemente. (9/10)
Ian Lockhart ¿Acaso significaba aquello que los documentos predijeron qué pokémon atraparíamos nosotros?, ¿acaso su autor conocía el futuro? Por supuesto que me hubiera gustado descartar esa hipótesis, pero habiendo vivido todo lo que he vivido hasta ahora, sería muy estúpido por mi parte descartar aquello; sobre todo por aquel Celebi variocolor dibujado en una de las múltiples hojas que se encontraban en mi poder. Sí, aunque fuese difícil de creer, era probable que los elementos que ahora resguardaba con tanto recelo no fueran escritos en el pasado, sino… en el futuro. Si Iota aún estuviese aquí, si las cosas no hubiesen terminado como acabaron aquel entonces quizá podría… No. No tiene sentido que piense en lo que podría haber pasado. (10/10)
