—¡Oh! Es verdad. —reí ligeramente por mi despiste.—Pasamos tanto rato tras la pista del Exeggcuter que ya se me olvidó por completo. Venga, vamos a empezar. Arrastrando la ceniza del suelo con cada paso dado, empezamos a buscar al siguiente pokémon en la lista de Lucas.
—Busquemos primero un punto que nos sirva como referencia— dije inspeccionando la ruta hasta que mi dedo alcanzó a señalar un sitio resguardado por la copa de unos árboles—. Vayamos allí, será un buen lugar para dejar nuestras mochilas y encontrarnos en caso de que me pierda— comenté irónico por lo sucedido en la anterior ruta. Una vez llegamos, nos preparamos para la expedición evitando así problemas como los causados por mi última captura. Coloqué mi mochila escondida tras un árbol y salí del improvisado escondite en busca de el pokémon deseado
¿Dejar las mochilas en la copa de un árbol? Arqué mis labios en una mueca, no muy convencida. ¿Y si algún pokémon travieso las encontrara y se las llevara? No, gracias. Preferí pasar por esta vez, una mochila sería suficiente. —Sceptile, vayámonos por allí nosotros. —le indiqué al shiny señalando hacia el otro lado, y así ocupábamos más terreno, como siempre. Avisé a Lucas del plan y nos separamos en grupos de dos, cada uno con la compañía que le brindaba su pokémon. Pese a que Sceptile estaba en desventaja con los pokémon de la zona, mantenía la compostura con total seguridad, sin afectarle el clima ni lo más mínimo. Sabía que debía estar algo cansado ya; en cuanto fuésemos a una ciudad pasaríamos por el centro antes de nada.
Contenido oculto @Uomi no puedes hacer ese tipo de posts… si estás en Témpera y te quieres venir volando para esta ruta, rolea en Témpera que sales volando desde allí. Vamos, ya sabes estas cosas a esta altura… Y perdón por el spam aquí (lo borraré más tarde), pero no tenía otro método para contactarle a Uomi ya que por alguna razón no puedo escribir en su perfil...
—Mmm, tienes razón, mejor no dejar aquí la mochila. En cuanto al plan, me parece bien, pero... ¿qué pasa si encuentras al pokémon, cómo me avisas? Aunque... siempre puedes retenerle y mandarme un mensaje al holomisor— dije pensativo—. Está bien, nos separaremos. Mudkip y yo iremos por la izquierda y sceptile y tú por la derecha, ¿de acuerdo?— el pequeño mudkip asintió con la cabeza.
—Existen pokémon mensajeros, Lucas. —sugerí, señalando a Sceptile detrás de mí con el pulgar, discreta. Se dio cuenta del gesto cuando sintió curiosidad por la conversación, y se cruzó de brazos mientras me miraba. Yo me limité a agitar delante de mí mis manos con nerviosismo, tratando de hacerle creer que con él no iba la cosa. —Bueno bueno, nos vamos, ¡suerte! Y tras tirar a la fuerza del brazo del inicial de Hoenn, echamos a correr en la dirección acordaba mientras me despedía con el brazo del resto. Sceptile suspiró con resignación y se limitó a seguirme a donde quiera que fuese, en realidad no había un lugar fijo. Hora de ponerse en marcha con la búsqueda.
— También es otra opción, también. Mucha suerte con la búsqueda, chao— mudkip y yo nos pusimos a caminar por la senda. La ruta parecía desierta; apenas encontrábamos pokémon y los que encontrábamos eran muy duros. —¡Sal, tangrowth! Usa latigazo sobre ese spinda — dije al ver como se acercaba a nosotros con la intención de atacarnos
—¿Sabes? Será mucho mejor sacar a tipos agua para que nos ayuden un poco por aquí, ¿no? —comenté con tranquilidad, admirando cada rincón del lugar por si los pokémon daban cualquier señal. —Scep... —gruñó el shiny, ladeando la cabeza a modo de desaprobación. Se sentía tan bien en su nueva forma que se creía imparable a pesar de su estado y desventaja, cosa que no era así. Fruncí el ceño con molestia. —No todo gira en torno a ti, ¿sabes? Debes dejar un poco de protagonismo al resto. —e instantáneamente un destello rojizo materializó frente a nosotros a Samurott y Suicune. Sceptile los miró enfadado, y decidió acelerar el paso para tratar de bajar los humos un poco. Suspiré y miré al resto, quien trataban de entender lo que pasaba. —Dejadlo, está en una crisis adolescente... Creo. >>Como sea, sigamos buscando nosotros también. —los tipo agua asintieron algo confusos, pero no por ello dejaron de obedecerme, y cada uno a uno de mis lados se pusieron a buscar al pokémon fuego que necesitaba el entrenador.
—¡Cuidado, detrás tuya tangrowth! ¡Noo, aguanta ahí!— el pokémon tipo planta estaba luchando lo mejor que podía, pero le habían rodeado 3 pokémon salvajes—. No puedo seguir así, tengo que darle refuerzos a tanrowth... Tu turno, haxorus, usa garra dragón. Finalmente, conseguimos acabar con todos los rivales, aunque mis acompañantes acabaron muy malheridos. Y para variar, no encontraba al pokémon que buscaba
Caminar por una ruta donde abundaban los tipos fuego, escoltada por dos poderosos pokémon acuáticos era de lo más sencillo. Ambos se desquitaban con cada blanco que encontraban en el camino, y con un chorro de agua lo mandaban a volar bien lejos. Eso no quita que algún que otro tuviera una fuerza superior y nos diera más guerra, pero salimos airosos de todos los combates. —Sin duda sois una gran ayuda chicos. Seguid así. —les alenté, dando saltitos con cada paso a su lado divirtiéndome en el trayecto, y volví a ver al frente. Ni rastro de Sceptile ni de Houndour. ¿Lo habría encontrado ya, quizás?
—Vaamoos houndouur— llamaba al pokémon—. Ven aquí, solo quiero que formes parte de mi equipo. Bah, esto es inútil, no sé ni para qué me esfuerzo. Mmm, ¿vamos allí mudkip?— el pokémon corrió con una sonrisa en la cara, pero cuando me quise dar cuenta, un numel salvaje llegó y empezó a atacarlo. —¡Mudkip, cuidado! Haxorus, ve en su ayuda, ¡corre!—grité atemorizado mientras el pokémon fue a ayudar a su compañero, pero antes de que llegase el tipo agua había solventado su conflicto de un solo golpe, certero y potente—. Guau, mudkip, eso fue sorprendente— comenté asombrado —. Eres mucho más fuerte de lo que pensaba... Hasta ahora solo había pensado en ti como un acompañante, pero veo que también eres un excelente luchador. Bueno, continuemos buscando, pequeñín
Sceptile se había alejado demasiado de la vista de su entrenadora, mosqueado por la situación actual. ¿Quería atrapar al pokémon? Él se lo atraparía en un segundo, y así dejarían de dar vueltas como tontos por una ruta que no valía la pena. Su fuerza recién adquirida estaba por sobre la de los habitantes de la zona, así que no habría ningún problema, ¿no? Afiló sus garras en una pausa, apoyado en el tronco de un frondoso árbol, y se mantuvo en silencio para tratar de oír algún ruido que le delatase la posición. Bingo. Y allí se encontraba el tan codiciado Houndour, tratando de alcanzar la rama más alta del árbol para coger la que, a su parecer, era la baya más jugosa. Sonrió confiado, y de un golpe certero en el tronco hizo tambalear al pokémon hasta caerlo al suelo. Aturdido, gruñó ante el agresor dispuesto a enfrentarle enseguida, comenzando otro inevitable combate. Las fuerzas empezaron a jugarle una mala pasada al shiny. Sorprendido de su baja forma, trató de esquivar los ataques de fuego enemigos con la misma velocidad que anteriormente, pero le era imposible. Su cuerpo le pesaba y ya no combatía con las mismas energías que antes, por lo que pronto comenzó a recibir varias quemaduras perjudiciales. Se arrodilló, agotado, esperando que acabase ya de una vez con lo que empezó, con su orgullo desvaneciéndose ante él. Entrecerró los ojos con sus últimas fuerzas, pero un grito familiar lo hizo espabilar. --¡No lo toques! ¡Hidrobomba! --apunté con mi dedo al Houndour, y con un chorro de agua a presión el pokémon acabó por los suelos, derrotado. Ráudos nos acercamos a Sceptile para ver su estado, y lo ayudamos a ponerse de pie. Me sonrió, a pesar de todo, y no pude evitar hacerlo con algo de lástima también. --Tranquilo, pronto estaremos en el centro. Levanté la vista sin soltar a Sceptile, y vociferé, tratando de ser escuchada por Lucas. --¡Lo tenemos! ¡Ven rápido, vamos!
—Buff, estoy exhausto. ¿Crees que sería mucho pedir unos minutitos de descanso? Venga, volvamos al refugio mudkip— ambos nos pusimos a caminar y en poco tiempo llegamos al refugio—. Sentémonos un rato, hemos trabajado mucho en estos últimos días y apenas hemos tenido tiempo para pararnos y asimilar todo lo que hemos logrado. En ese momento, escuché una voz que provenía del este, ¡Liza ya había encontrado al pokémon que deseaba! Corrí raudo al encuentro de la entrenadora y cuando por fin llegué, allí estaba, junto a un árbol, el pokémon que andaba buscando. Sin pararme a pensar, le arrojé una pokeball. —Muchas gracias, Liza. Eh, ¿está bien sceptile?— pregunté extrañado al ver como se encontraba—. Creo que será mejor que volvamos al centro pokémon.
Lucas apareció en poco tiempo seguido por su pequeño Mudkip y capturó al instante al Houndour. Suspiré con algo de alivio al acabar la tarea que nos mantenía en la ruta, pero al ver a Sceptile de nuevo volvió mi intranquilidad. —Está agotado, eso es todo. Es tan tozudo que cree que puede con todo... Al menos ya vio que no es así.—le dirigí una mirada significativa al shiny pero éste desvió la cabeza, molesto. —En fin, estarás mejor en tu pokéball por ahora. Todos mis pokémon presentes fueron devueltos a sus pokéballs para reposar en su merecido descanso, y me estiré hacia arriba al ya no tener que agarrar a nadie. —Tienes razón, será mejor ir a un Centro Pokémon cuanto antes.
—Voto, si te parece bien, por terminar de explorar la ruta por completo antes de volver y evitar así perdernos la próxima vez que vengamos, ¿qué me dices? Bueno, vayamos de camino al refugio, allí podremos descansar y planificar el resto del viaje sin peligro de ataque. La muchacha y yo empezamos a caminar ya sin objetivos, simplemente disfrutando del paisaje que nos rodeaba hasta llegar al escondrijo. Cuando llegamos nos acomodamos en el sitio. Colocamos dos troncos a modo de asientos y saqué algo de comida de la mochila
—Ah, que bien sienta el agua fresquita con esta calor. —suspiré, bebiendo de mi botella ya a la sombra de un frondoso árbol. En verdad no tenía mucho apetito en aquel momento, cosas del clima, supuse, por lo que tuve que rechazar la oferta del chico con amabilidad. No obstante, él y su Mudkip disfrutaron de una merienda bastante variada. Les observé tranquilamente, desviando de vez en cuando la mirada hacia la ruta. —La verdad, ha sido divertido pasar estas dos rutas, no te voy a decir que no. —volví a beber de la botella, y centré mi atención en Lucas con una sonrisa. >>¿Te queda algo más por hacer que me necesites?
—Ah, estoy lleno, necesitaba comer algo después de tanto tiempo— suspiré mientras miraba fijamente el fuego, como si estuviese hipnotizado —. ¿Sabes? — me dirigí a la chica— Desde que empecé mi aventura tenía claro que quería hacerme más fuerte, quería ser el mejor, poder ganar a todo el mundo... Pero durante mi viaje me he dado cuenta de que lo importante es ir disfrutando cada uno de los momentos y no dejar pasar ninguna oportunidad. Lo he estado pensando mucho tiempo y... ¿No te has parado a pensar por qué estoy capturando tantos pokémon todavía sin evolucionar y no estoy entrenando? La razón es que quiero explorar una gruta bebé y por eso he estado formando equipo. Creo que será una buena forma para que mis pokémon nuevos vayan poniéndose en forma y para que puedan vivir nuevas aventuras. Así que... ¿Destino acuarela?
—Me gusta tu reflexión, Lucas. —sonreí con sinceridad, mirando el suelo como si fuerza la cosa más interesante del mundo. —Yo siempre he tenido esa idea en la cabeza, disfrutar cada tramo de mi viaje todo lo que pueda. ¿Y qué resultado tuve? Unos bonitos recuerdos para toda la vida. Y lo que queda aún, eso sí. —abracé mis rodillas y bostecé ligeramente, tapando mi cara en ellas por unos instante. Alcé de nuevo la cabeza y le miré. —Y es una buena idea entonces, las grutas bebé parecen muy interesantes. De hecho, Gible y Karrablast ya andan por allí seguramente. Me levanté del suelo tras ese ratito de descanso y me erguí, preparada para otro viaje. —De acuerdo: próximo destino, ¡ciudad Acuarela! —exclamé animada, y saqué a Togekiss para el nuevo viaje. Noctowl esta vez llevó a Lucas, y ambos nos fuimos de una vez de la ruta.
