El calor de la ruta comenzaba a arrebatarme toda las energias, y por cada paso que daba estaba mas cerca del colapso. A fin de cuentas, era obvio que alguien acostumbrado al frio no soportaria mucho mas tiempo aquel calor agonizante.
Cuando estaba apunto de desmayarme un heatmor salió de la tierra y se dispuso a golpearme con un potente ataque, sin embargo, tal y como lo tenía planeado mi Wartortle atacó por sorpresa al pokémon de fuego. Rápidamente comenzaron un combate, el cual, a pesar de la ventaja de tipos de mi pokémon, fue ganada por el Heatmor; sin embargo su energía había disminuido lo suficiente como para atraparlo. Le lancé la pokébola, la cual se movió una...dos....tres veces. Después de esto me desmayé sin previo aviso.
Cuando desperté tomé la ball de heatmor, la cual estaba en el piso, la miré, me puse de pie y me dispuse a salir de allí.
Pasadas unas horas al fin encontré el camino de vuelta a Ciudad Óleo, por lo que sin mayor dilatación comencé a seguirlo, después de todo ya había cumplido mi propósito en aquella ruta y por lo tanto ya no me quedaba más que hacer ahí. --"He logrado atrapar el pokémon que necesitaba, ahora sólo me queda volver a Ciudad Óleo y probar el fruto de mi esfuerzo". Los minutos pasaron y cada vez estaba más cerca de salir de la ruta 306 y adentrarme en Óleo...
Cuando estaba a punto de salir de la ruta una enorme hormiga metálica salió bajo mis pies, derribándome y luego comenzando a morderme la pierna brutalmente. Apenas y atiné a arrojar la ball de Heatmor, quién al ver a su enemigo natural se lanzó al ataque, más fue derrotado por la gran velocidad del pokémon hormiga y a que seguía dañado por el combate contra Wartortle. Después de hacer trizas a mi pokémon de fuego el insecto se abalanzó de nuevo contra mí, mordiéndome de nuevo la pierna y arrancándome un pedazo de tela del pantalón. Antes de que me dejara sin pierna liberé a Litwick, quién de inmediato utilizó un Fuego Fauto para disminuir la potencia de sus ataques. Sin embargo, antes de que pudiera usar otro movimiento más, fue contraatacado por un brutal mordisco que lo dejó completamente noqueado, por lo que rápidamente lo regresé a su pokebola antes de que sufriera el mismo castigo que yo. Tomé otra de mis pokebolas y recé porque éste pokémon si lograra vencer a nuestro temible adversario; Luxio salió a escena y observó a su oponente durante un segundo para después lanzar una poderosa chispa contra él. El Durant enemigo no tardó en reaccionar y atacó a mi pokémon con fuerza, más Luxio lo esquivó con habilidad y luego lo paralizó con una Onda Trueno; parecía que mi león tenía la ventaja, pero el pokémon hormiga rápidamente logró conectar un golpe que dejó muy malherido a mi Luxio, quién apenas se podía mantener de pie. Mi pokémon atacó de nuevo con Chispa, logrando causar daño, además de que Durant fue incapaz de moverse debido a la parálisis. Una Chispa más fue producida por mi pokémon eléctrico, sin embargo justo después de impactar contra su oponente, este le propinó un mordisco definitivo que lo dejó completamente derrotado. Más cuando el metálico pokémon intentó propinarle otro golpe, una pokeball impactó justo en su cabeza, atrapándolo casi sin esfuerzo debido a sus heridas de combate. Después de esto me levanté con mucha dificultad debido a mis heridas y recogí su pokeball, emprendiendo así de nuevo el viaje, más ahora apoyado en un palo de madera que encontré tirado, debido a la herida de mi pierna.
Salí de Ciudad Óleo con Spark en mi hombro, y con Luxio ya recuperado y en su pokéball. --Segñun la pokédex... El pokémon que busco ha de estar aquí...-- Dije mientras miraba la enciclopédia pokémon, y buscaba datos sobre él. --Bueno Spark... Iremos a por ese pokémon.-- El pikachu asintió, y se bajó de mi hombro para olfatear y buscar al pokémon. --Lo voy a necesitar por si Alpha me vuelve a desafiar....--
--¡Spark! ¿Has encontrado algo?-- Le pregunté a mi pokémon. Yo me dejaba guiar de él, nunca se sabe. Spark negó, y yo suspiré. -- Vamos...--
Spark encontró un Durant, pero este me daría problemas. Me podría servir, pero no es el que busco. Hago salir a Charmeleon, y de un ascuas, lo hizo huír. Spark seguió buscando, ayudado ahora de Chameleon.
Spark encontró justo lo que buscábamos. --¡Perfecto!-- Celebré. --¡Charmeleon! ¡Pulso Dragón!-- Mi pokémon atacó al enemmigo, y cuando ví que estaba debilitado, fué mi turno de lanzar la ball. Dio bastantes toques, pero al fin, lo atrapé. --¡Bien!-- Dije contenta.
Spark felicitó a Charmeleon por su trabajo, al igual que yo. Hice salir a nuestro nuevo compañero, que no parecía tener buenos ánimos. Charmeleon se le acercó para saludarlo, pero este se giró arrogante. --Vaya...-- suspiré. --Pero bueno, se nos acostumbrará pronto. Papá siempre lo dijo. No hay pokémon que no se acabe encariñando a su entrenador.-- Spark asintió, por que sabía lo que decía. En cambio Charmeleon... No tanto.
Me senté a ver como actuaría el pokémon de fuego con Charmeleon y Spark. No parecía haber avances, hasta que Spark se le acercó, y el pokémon ígneo empezo a hacer procesos. --¿Qué le habrá dicho?-- Me pregunté
Al ver que Spark cogió mi mochhila, y se la acercó al pokémon, no sabía si enfadarme, o ponerme contenta. Esto se debe por que a parte del pokémon oso hormiguero, Spark aprovechó también en comer. Charmeleon no, el se sentó en mis piernas mirando a los dos pokémon tambien. --Algo me dice que esta aventura será genial...-- Dije sonriendo.
Así que otro pokémon goloso... Vaya... Voy a tener que comprar muuuchos dulces. Charmeleon me llamó, y cuando le hice caso, dibujó con sus zarpas el símbolo del género femenino en la tierra. --Con que es hembra ¿eh?-- Susurré. ¡Por fin! Una del sexo femenino en mi equipo
Vi a la Heatmor disfrutando de mis dulces. --Tengo dos pokémon golosos... pero fuertes a la vez.-- Dije con descuido. La Heatmor me oyó, y me miró seriamente. Me da que se enfadó... Pero eso no se sabe aún...
Al ver que solo era obra de mi imaginación, y de que ella se acercó, y me ofreció su pata como saludó, vi que acptaba el unirse a mi equipo. Yo acepté su trato, y sonreí segura. Me levanté, y dejé a Charmeleon en el suelo. Luego, cogí mi mochila, metí a Heatmor y Charmeleon en sus pokeballs, y me fuí con Spark de nuevo a la ciudad. --Pienso ganar... Me cueste lo que me cueste... Y tú me ayudarás.-- Le dije a Spark sonriente y confiada. Spark asintió enérgico, y me miró confiado. --Lo haremos por papá.--
Llegue a la 306, y mi Quilava salió de su pokebola para caminar conmigo -- ¿Entonces... nos vamos ya? -- le pregunté a mi quilava, ella asintió y rápidamente comenzamos a correr para poder irnos de esa ruta e ir a nuestro destino
--Ruta 306 --pensé--, no tengo gatos recuerdos de ella. Mientras caminaba escuché el ruido característico del lugar y me preparé para ser atacado en cualquier momento.
Como lo supuse, un enorme Heatmor salió de la tierra, pero rápidamente saqué a Blastoise, quien, con su nueva fuerza, lo acabó en dos movimientos. Después de aquel calentamiento me dispuse a enfrentar el reto de verdad: La nueva llanura.
-- Falta poco para llegar-- En lo recorrido ya llevaba 30 minutos por lo cual apresure la marcha y lo bueno fue que la ruta era corta.