Una ruta desértica... creo que ya podía recordar el porque no pasaba mucho por esta ruta, pero lo único bueno es que era que no pasaría mucho tiempo por aquí ya que para mi suerte podía apreciar no muy lejos de mi la entrada a la ciudad óleo pero aun así ojalá Ukita vuelva con Staraptor pronto... de vez en cuando era difícil llegar de una ruta a otra de esta forma...
Nuevamente me encontraba en esta ruta, solo que ahora acompañado de mi inicial Typhlosion, ahora nos correspondía cruzar las mismas rutas que antes para llegar al mismo destino en el que estaba antes — Bueno Typhlosion... no nos falta tanto...
Llegué a la ruta. La zona parecía desierta, a excepción de unos cuantos movimientos aquí y allá, que me decía que habían pokémon en esta ruta. Ordené a Arcanine seguir caminando para salir de la ruta lo más pronto posible. No veía algún pokémon que me interesara por el momento.
A este paso, para cuando llegara a la proxima ciudad Snorlax estaría muerto de hambre y se comería a media Ciudad Óleo....nah, estaba exagerando. ¿V-verdad? Esto me puso algo nervioso. Esperaba llegar a Ciudad Óleo pronto, sería algo así como un punto de descanso. Mientras tanto, decidí buscar con la mirada por si encontraba algún pokémon.
Me detuve un momento para observar: estaba completamente seguro de haber visto un Beldum entre las rocas. Es un pokémon raro de ver, y sé que me tomaría todo el día capturar uno. Por suerte, ya he tenido su evolución en mi equipo, y sé donde encontrarla por si algún día busco otro, así que lo ignoro. Arcanine se sienta a mi lado mientras descansamos. Apenas llevamos unas horas de habernos conocido, pero su especie es muy leal. Le acaricio el hocico mientras sonrío.
Para cuando hube llegado a la ruta y pese a haberle puesto todo mi empeño, la maternal Togekiss ya había llegado la primera. Y era lógico, volando ganaba cualquiera sin duda, pero aún así fue divertido probar. Respirando entrecortada por no detenerme en ningún tramo, llegué junto a la pokémon y me lancé a estrujarla en un abrazo. —Eres una tramposa, ¿lo sabías? —me quejé sin apartarme de ella, dándole así su "castigo". Ésta se limitó a reír, agitando sus alas con sumo cuidado para quitarme sin hacerme daño. Al final las cosquillas que me dio fueron suficientes para quitarme de encima, me conocía demasiado bien. Me levanté de un salto y le lancé una mirada asesina que poco duró, porque mi atención se centró en otro punto. A lo lejos podía ver la silueta de un entrenador y su pokémon. ¿Sería alguien conocido? Curiosa, fui a acercarme tranquilamente. Si no era conocido podría pedirle una batalla y si no... ¡también! ¿Por qué no? Pero resultó ser un chico al que había conocido recientemente junto a un Arcanine. ¿Cómo se llamaba...? ¡Ah, sí! —¡Hola, Drake! No sabía que estabas por aquí, ¿explorando rutas acaso? —le saludé con simpatía, acercándome junto a Togekiss hacia pokémon y entrenador. Antes no tuve la oportunidad de conocerle, pero ahora que el caso había acabado no había razón para no hacerlo.
Me desesperezo...Rayos, me había quedado dormido. En mi defensa, el pelaje de Arcanine hace recordar la cama de mis padres, un santuario en el que todos quieren dormir. Luego de unos minutos en modo zombie, me levanto, justo para oir gruñir a Arcanine y tensarse. Retiro mi mano de su pelaje, pues ha empezado a calentarse. Wow. Yo no quisiera tocarlo cuando estuviera enojado del todo. Me giro y veo a una chica acercandose junto a su Togekiss. Me cuesta un poco reconocerla, pero luego la recuerdo como la chica a la que me presenté en Isla Caballete. —Calma, grandote—le digo a Arcanine, frotando su melena—es una amiga. Así pues, Arcanine se relaja, y hasta parece curioso hasta el punto de ir a olisquear a la chica. Sonrío, algo apenado—Hola, Liza—respondo.— Si, hay bastantes rutas por donde no he pasado.
Acaricié el suave pelaje del Arcanine que se había acercado curioso a nosotras, saludándole con cariño. Parecía de esos pokémon leales que no se despegaban de su entrenador por como les había visto a ambos, una escena muy tierna a decir verdad. Togekiss le saludó llena de energía, parecía que estos dos podrían llegar a llevarse bien. —Ya veo, he de suponer que empezaste tu viaje por Galeia hace poco, ¿no? A mí ya no me queda mucho por explorar, la verdad —comenté, recordando mis primeros días de viaje y cada una de las rutas que recorrí a pie junto a mis pokémon. Me senté en el césped de la ruta y dejé salir un pequeño bostezo, aún no había descansado lo suficiente—. ¿Te apetece que te acompañe mientras? No tengo mucho que hacer por ahora, así que~.
Sonreí—Eso estaría bien, gracias. Arcanine aprovechó mi distracción para meterse entre mis piernas y ponerme encima de su lomo. Lo hizo tan rápido que casi me caigo al elevarme, y terminé mirando en dirección contraria a la de Arcanine, mientras este caminaba de una forma que Liza podría categorizar como tierna, moviendo sus patas y melena como si estuviera en una marcha o siguiendo el compás de una canción. Miré a Liza algo divertido, y la invité a subirse, aunque no sabía si tenía otro modo de transporte.
Reí ante el desfile de Arcanine y sus elegantes movimientos, facilmente podría ir a un concurso pokémon si se lo proponía, podría llegar a gustarle. Estuve a punto de aceptar la oportunidad de subirme a su lomo, pero otra idea cruzó por mi mente al segundo. —¿Y si echamos una carrera? ¡Así pasamos la ruta de una forma más rápida y divertida! —saqué al instante a mi fiel Samurott, dejándome subir a su lomo casi sin preguntar. Miré desafiante a Drake, y apunté al final de la ruta—. ¿Te apuntas a ver quién llega antes hasta el final?
Miré atonito a Samurott. Vale, parecía fuerte, pero sus patas eran casi aletas. A menos que decidiera crear una ola... Sonreí, igual que Arcanine— ¿Vas a pedirle una carrera a un Arcanine? ¿Sabes que aún hay científicos en el mundo que suponen que Arcanine sabe volar sin alas cuando corre, como los Gyarados? Arcanine se pavoneó, orgulloso, y decidí darme la vuelta y aferrarme a su cuello—Tu decides—le dije a Liza, con mirada desafiante— Pero lo único que verán en toda la carrera serán los cuartos traseros de Ark. Ark hizo un ladrido emocionado, feliz con su nuevo mote.
—Nadie ha dicho que vayamos a correr —esbocé una sonrisa de lado imitando la postura de Drake, y me aferré al cuello de mi inicial con delicadeza. Era muy quejica en ese aspecto—. Nos vemos en Ciudad Óleo. Y nada más comenzar la carrera, un potente chorro de agua a presión inundó el camino que aparentemente acabaría en barro, pero que con un toque del hielo producido en sus patas delantetas, formó una improvisada pista de hielo. Samurott alzó la cabeza y miró a su adversario con el mismo orgullo, y dio inicio a la carrera. Apoyado en su abdomen la mayor parte del tiempo, se deslizó por la pista a gran velocidad, tomando la delantera. ¿Podría Arcanine hacer uso de su gran velocidad por la pista resbaladiza?
—¡Por Arceus, no es justo!—grité cuando Samurott tomó la delantera—Ha cambiado la zona a su favor. ¡Pero no nos resbalaremos como novatos! Ark, que ya estaba resbalandose, me lanzó una mirada sorprendida que parecía decir "¿En serio?". —¡Sí!—contesté a su pregunta, y luego me desanimé—me va a doler, pero no tenemos tiempo para derretir todo el hielo, ya Samurott esta tomando ventaja...¡Así que tienes que encender tus patas! Ark comprendió al instante, y todo su cuerpo comenzó a arder. Los grados subieron, como si estuviera sentado en un segundo sol. Por suerte, Ark había concentrado su fuego interno en sus patas, por lo que no iba a achicharrarme, pero igual era doloroso. Me aferré a su cuello, y noté que sus patas ya no estaban en hielo. De hecho, ahora sus patas estaban sobre barro seco. Vaya potencia solar. Ark rugió, dando un enorme salto e impulsandose para correr. Allí donde sus patas se dirigían, el hielo se derretía y le daba una superficie lo suficientemente seca para no resbalar. De haber tenido un Luxray u otro pokemon de tipo diferente, aún estaría resbalando hacia adelante. —¡Vamos!—grité, decidido a encontrarme con Liza y superarla.
Me sentía segura a la velocidad que íbamos con respecto a la carrera, estaba claro que teníamos mucha ventaja ahora y la confianza de Samurott me mantenía tranquila. Pero no fue sino oír los ladridos determinados de Arcanine a lo lejos, que supe que había encontrado la manera de seguirnos el paso. Miré hacia atrás con cuidado. —¡Wah, acelera Samurott, acelera! ¡Nos van a coger! —volví a agarrarme con fuerza a su cuello, y pasamos al plan b; pequeñas rampas de hielo lograron impulsarle mediante saltos. Aún así Arcanine iba a la velocidad del rayo, dentro de nada nos iban a pillar. ¡Debía pensar en algo!
Ark rugía mientras daba enormes saltos propios de un Spoink, recorriendo grandes distancias entre saltos. ¿Y yo? —¡AAAAAAAAAH!—gritaba—¡ESTO NO ES SEGURO! ¡NO ES NADA SEGURO, RAYOS! Sabía que la única razón por la que aún no me había caido era porque Arcanine aumentaba la velocidad en cada salto, empujandome hacia atras. De lo contrario, habría sido el misil humano más rapido del mundo. —¡YA LA VEO!—grité luego. La mancha que había sido Liza se acercaba cada vez más, pronto estaría casi a mi lado.—¡HAY QUE SEGUIR, ARK!—mi mano resbaló, y tuve que agarrarme fuerte de nuevo entre gritos—¡ESTO NO ES NADA SEGURO PERO HAY QUE SEGUIR! Ark, obediente, siguió en su marcha. Apreté mis piernas entre su lomo, en un intento de dejar de ir saltando como un trapo en su cuello. Quizas así sería menos peligroso. Nota mental: necesitaré correas para sujetarme cuando Arcanine aprenda Velocidad Extrema.
Agaché la cabeza y con una mano sujeté mis cabellos, que gracias a la velocidad con la que habían pasado Arcanine y Drake se mecieron con brusquedad. Sorprendida, alcé de nuevo el rostro para ver únicamente la parte de atrás del pokémon alejándose frente a nosotros. ¿¡Cómo...!? Oí a Samurott gruñir, parecía haberse tomado esta competición más seria de lo habitual. ¿Y qué fue lo que hizo? Lanzar un gran chorro de agua hacia el tipo fuego, empapándolos a ambos y frenando así su fuego. Volvimos a llegar junto a ellos, y el pokémon samurai sonrió confiado. Yo me limité a reír con cierto nerviosismo. —Etto... A veces se pasa un poco, siento lo del agua y... ¡Waah! —casi me caigo al incrementar Samurott la velocidad de sopetón, sin aviso alguno. Sin duda la carrera estaba llegando a su fin, y esto se ponía interesante.
Habíamos pasado a Liza, la cual me miró de manera atónita. La pasamos de largo en cuestión de segundos. De repente...se escuchó el sonido que hacía una cacerola al rojo cuando recibía contacto con el agua. Luego Arcanine soltó un lloriqueo, y nuestra velocidad bajó. Mi ropa estaba empapada, así como el pelaje de Ark. —Etto... A veces se pasa un poco, siento lo del agua y... ¡Waah!—Fue lo que logró decir Liza antes de que su Samurott aumentara el ritmo. Ese pokémon jugaba sucio... Arcanine no tardó en empezar a resbalar, y cayó de panza, aunque aún seguiamos resbalando a velocidad considerable, pues el pelaje de Ark aun estaba lo suficientemente caliente como para deslizarse sin que el hielo se secara... Eso me dió una idea—Ark, vamos a tardar horas en recuperar ese ritmo...—Ark lanzó un quejido triste—pero creo que ya no es necesario. Ahora solo tenemos que impulsarnos más sin perder velocidad... Sus orejas se elevaron al entender el plan. Ladró, emocionado. Sonreí maliciosamente—Necesitamos nitro, campeón. *** Cuando volví a ver a Liza, le hice una seña de saludo mientras nos acercabamos a toda velocidad. Arcanine estaba recostado, su panza lo suficientemente caliente para que el hielo fuera increíblemente resbaladizo, y mirando para el lado contrario al que nos dirigiamos. Yo me encontraba agarrado a su lomo con mis piernas, pero el no poder agarrarme de su cuello me preocupaba un poco. Por último, pero no menos importante, Arcanine lanzaba un ininterrumpido lanzallamas, el cual nos impulsaba hacia el lado contrario al que Arcanine los lanzaba. Es decir, hacia adelante. Esta vez, sin embargo, nos quedamos a la par, aunque el trasero de Ark iba a unos cincuenta centimetros a la delantera. Podíamos ir mas lejos, pero Ark quería evitar otro chorro de agua. Reí ante mis locas ideas, y alenté a Ark—¡Queda poco! ¡Vamoooos!
Ya podía ver los edificios de Ciudad Óleo desde aquí, y mis orbes azules brillaron de la emoción. ¡Quedaba muy poquito, podíamos conseguirlo! Samurott lanzó un gruñido satisfactorio, veía tan cerca la meta que ya casi podíamos saborearla. Me sujeté de nuevo a su cuello tomando precauciones y giré la cabeza para comprobar por dónde iban, pero no los vi por ningún lado. ¿Dónde se habían metido? Pero paracuando fui a volver a mirar hacia el frente, pegué un brinquito del susto al comprobar que ambos estaban ya a nuestro lado, deslizándose de una forma que me causó bastante gracia. Reí, volviendo la vista al frente. —Eres muy ingenioso, Drake, no me lo hubiese esperado —el tipo agua dio un par de saltos dadas las dificultados del terreno, y miré al chico sonriente—. Pero esta carrera debe acabar, ¡adelante, tramo final Samurott! Y así se impulsó haciendo un último sprint, con Arcanine siempre a nuestro lado. Todo estaba muy empatado, ¿quién ganaría finalmente? Traspasamos los límites de la ruta y nos adentramos en la ciudad.
—¡adelante, tramo final Samurott! —Ya escuchaste—le dije a Ark—¡Vamos con todo! Arcanine liberó la mayor cantidad de fuego posible mientras salíamos de los limites de la ruta. Liza y yo ibamos a la par...el ganador se decidiría en Ciudad Óleo.
