—Jajaja, parece que a glaceon no le gusta el barro, ¿me equivoco? Si quieres puedo dejar mi mochila abierta y glaceon puede viajar dentro observando el paisaje a mis espaldas,así irás más cómoda, ¿qué te parece la idea, glaceon?
—No, no le gusta en lo absoluto. —suspiré, logrando despegarla de mi cara y volviendo a tomarla en brazos. Al escuchar aquella propuesta, Glaceon se lo pensó un poco, pues casi no conocía al chico, pero tras pensárselo mejor saltó a su cabeza y esperó a que le abriera. Sonreí aliviada volviendo a caminar con normalidad. —Buena idea, gracias...
—No hay de qué, es lo mínimo que podía hacer después de la de lugares que estoy conociendo gracias a ti— respondí sonriente, como siempre — Bueno glaceon, disfruta del viaje. Continuamos nuestro camino por la ruta y nos encontramos otro pokémon. Esta vez se trataba de un azurill y un marill jugando en el barro. Parecían tan felices que decidimos pasar sin molestarlos para que pudiesen continuar jugando.
Sonreí al oír su respuesta y vi como Glaceon asomaba su cabeza y patas de la mochila, cómoda con su pequeño "refugio anti-barro". Acaricié su cabeza y seguí el paso a Lucas de nuevo. Ya quedaba muy poco para llegar y se podía ver la cueva perfectamente. —Y bueno Lucas, ¿cuál sería tu fósil ideal si te diera a elegir? —pregunté con curiosidad, recordando mi visita allí.
—Lo cierto es que me gustan dos fósiles. Me gustaría tener o bien el fósil pluma o el raíz, no sé cual escogeré. Y tú, ¿cual escogiste?— pregunté curioso mientras observaba a lo lejos la cueva de la que Liza me había hablado. Ya faltaba poco para llegar.
—Lo cierto es que no escogerás lo que tu quieras, es más bien al azar. A mi me tocó un fósil hélix, y espero que tengas suerte con ello. —finalicé, llegando ambos al inicio de la cueva. Pude notar la mirada curiosa de Glaceon intentando ver su interior sobre el hombro de Lucas, y decidí ser la primera en dar el paso. >>Muy bien, a dentro.
—Oh, ¿en serio no puedo escoger el fósil que quiera? Bueno, más emoción, supongo.—Una vez hubimos llegado, Liza dio el primer paso y entró en la cueva
—¿Qué tal? ¿Conseguiste el que querías, Lucas? —pregunté sumamente curiosa una vez salimos de la cueva. En verdad había sido rápido. Togekiss volvió a salir para montarnos de nuevo, y Glaceon no lo dudó ni un instante: saltó rápidamente de la mochila del chico a mi cabeza, y tras tomar impulso de nuevo volvió al lomo de Togekiss. Me monté enseguida, pensando en un nuevo destino. Creo que las ruinas de pueblo brocha no serían una mala idea. Lástima que Destiny lograra que lo destruyeran, el pueblo fue muy apacible.
—Siii, conseguí el fósil raíz, puedo considerarme afortunado— respondí muy contento mientras glaceon saltaba de la mochila— Bueno, ¿partimos de nuevo?—Togekiss emprendió el vuelo, como siempre, agarrándome por la chaqueta, pero esta vez tuve cuidado de que no se me cayese la mochila
Llegué corriendo a la Ruta 305; no era un camino demasiado extenso el que iba desde la ciudad hasta la cueva más adelante, pero lo que sí estaba embarrado a más no poder. Sin embargo, ignoré el lodo que embarraba mi calzado para continuar por la ruta… —¡Blastoise! ¡Dragonite! ¡Florges! ¡Salgan; hay que encontrar a Marill! —exclamé, liberando a los tres pokémon con quienes había comenzado mi viaje.
La exploración no duró demasiado; la ruta estaba prácticamente desierta. Finalmente encontramos al pokémon de tipo agua… sin embargo, éste no respondió positivamente a mi sonrisa de alivio. En cuanto me vio, dio un salto por los aires y se lanzó con una furiosa Pistola Agua que me empapó de pies a cabeza. Dragonite y Blastoise estuvieron por contraatacar, pero los detuve. —¡¿Qué sucede, Mrrill?! —¡Marill! —replicó el enojado pokémon; continuó atacándome sin cesar. Pero entonces lo vi. Miré los ojos del pokémon, y lo comprendí. Claro, me di cuenta entonces, ¿cómo había podido ser tan ciega? —¡Perdón! —exclamé, corriendo hacia el pokémon. Marill lanzó nuevamente otro chorro de agua, pero esta vez no me envió para atrás. Avancé lentamente a través del disparo de agua hasta llegar frente a frente con el pokémon que solía pertenecerme. Una vez que éste detuvo su ataque, me miró de arriba abajo, como esperando que me dignara a hacer algo… y entonces lo abracé. >> Perdón por no darme cuenta antes… que tú sólo querías tener aventuras conmigo, ¿verdad —murmuré, sosteniéndo al pokémon en mis brazos—. Has tenido que verme ir y venir del centro pokémon, ver a tus compañeros Squirtle, Dratini y Florges volverse grandes y fuertes mientras tú sólo esperabas tu turno allí en el centro pokémon… y apenas si tenía tiempo de saludarte. Ha estado muy mal de mi parte… te pido perdón, Marill… El pokémon de agua devolvió entonces el abrazo. Las expresiones de los otros tres pokémon se suavizaron, y se acercaron a nosotros con tranquilidad. Me separé del tipo agua y saqué de mi bolsillo la pokebola que Joy me había dado; la que correspondía a Marill. —¿Listo para nuestras nuevas aventuras? —pregunté, enseñándole la pokebola. —¡Marill! —exclamó el pokémon, asintiendo dos veces con la cabeza, su felicidad renovada. Apretó el centro de la pokebola y desapareció en un haz de luz roja; Marill se había incorporado al equipo.
Orgen [1/5] Entrando por la ruta, mis pies se embarraron de fango y el lodo era descomunal. —Rayos, mis zapatos. —me quejé.
Orgen Un Wooper salvaje apareció de entre el lodo, parece que intentaba jugar conmigo, ya que me salpicaba lodo y se escondía. Decidí atraparlo, sería interesante tener un compañero acuático.
Orgen Seguía caminando y al final observaba la entrada a una cueva que estaba en plena construcción. A un costado del camino lodoso decía que se trataba de una construcción hecha por una ruinamaníaca. —Genial, quizá consiga algún pokemon por allá. —pensé.
Orgen Continuaba caminando y observaba a un costado los pokemon dentro del lodo, pero ninguno salía a superficie para poder observarlos y quizá atrapar a otro más. El Wooper me venía bien, pero debía entrenarlo arduamente.
Orgen [5/5] Un Hippopotas me observaba desde bajo el lodo, pero ya tenía suficientes compañeros de Roca y Tierra conmigo, asi que decidí saludarlo y continuar mi viaje a la cueva.