Un Miawth pasó delante mío, pensé en atraparlo, pero vi un Purrloin jugueteando por los arbustos cerca mío. — Cambié de parecer, quiero ése Purrloin. —le dije a Fósvoro, el cual me miraba extrañado.
Caminé despacio hacia el pokémon y arranqué una yerba del suelo, la cual usé para juguetear con él. Estaba confiado, asi que le acaricié la cabeza y saqué una pokeball. No dió complicaciones y fué capturado. — Bienvenida al equipo... Kitty. —la nombre, ya que me di cuenta que era hembra. Con una sonrisa en el rostro y la pokeball entre manos, miré a Fósvoro felíz.
Saqué a mi recién capturado Purrloin de su pokebola y le di la bienvenida. — Soy Chad y seré tu entrenador, pequeña. —la gatita me miraba un poco incredula. — Éste es Fósvoro, y será tu compañero. —le señale al tipo fuego, el cual saludó con la mano. Casi al instante, Kitty maulló, y se abalanzó sobre el combusken como toda una depredadora. Fósvoro logró quitarsela de encima y corria en circulos alrededor mio, escapando de Kitty. — Ya veo que encontraste alguien con quién jugar...jejeje. —reí maliciosamente. Tal parece que Kitty no tenía noción del tamaño de su "presa".
Llegamos inmediatamente a la Ruta 304. Los adelantados Maractus, Shuppet y Shinx cambiaban constantemente sus juegos y reían ruidosamente, mientras que Serperior se rezagaba más atrás, para acompañarme. Yo me encontraba concentrado en la lectura de uno de los libros otorgados por el anciano de Pueblo Pincel: era una interesante antología de cuentos sobre crimen y mundo pokémon. Había algunos pasajes dedicados al Gamma y al ya mencionado Ómicron. Era tal la crueldad de sus hazañas que me aliviaba pensar que Galeia no correría más peligro tras su deceso... Concentrado en estas lecturas, no advertí a Combusken huyendo de un Purloin, que lo perseguía haciendo círculos alrededor de Chad. Los dejamos atrás y nos internamos en la Caverna Témpera.
Cuando el purrloin dejó de perseguir al combusken, se subió a mi espalda y se acomodó en mi hombro derecho ronroneando. — Buena chica. —le dije. Parecía acostumbrarse a los humanos rápidamente, lo cual es lógico teniendo en cuenta los lugares por donde habita su especie.
Me puse mis auriculares y miré a los pokémon que cruzaban la ruta en mi camino a Caverna Témpera, vi caminando a Hubert concentrado en un libro, con Serperior a su lado y otros pokémon al frente. No quise distraerlo, seguro nos veriamos mas adelante, asi que decidí no interrumpir.
Un Clefairy cruzó por mi camino camninando de forma graciosa y me hizo recordar la pelea que le debo a Effy, ¿Dónde estará ahora?
Pensando en ello, un pokémon que nunca había visto se acerca a mi y me mira. — ¿Qué éres, amiguito? —le dije mientras sacaba mi pokedex. — Audino, el Pokémon Escucha. Al tocar a alguien con las antenas de sus orejas, conoce su estado de ánimo y de salud por los latidos del corazón. Su sentido del oído es infalible: capta cualquier ruido de su alrededor y hace las veces de radar. —guardé mi pequeña enciclopedia pokémon y miré detenidamente al pequeñin. Me observaba detenida y minuciosamente, entonces me puse de cuclillas y le devolví la mirada. — jii... —silencio largo. Al cabo de un rato, el Audino se acercó a mi y con una pata, tomó mi auricular derecho y lo miró. — Ahh, ya entiendo... —dije mientras sonreía. El pokémon había sido atraido por el sonido de mi música, para ser más precisos, la música de mi pequeño reproductor de mp3.
Estaba sentado en un una de las bancas con Fósvoro a mi derecha, Kitty en el respaldo del asiento y el Audino a mi izquierda. — ¿Cuánto tiempo más vas a escuchar la misma canción? —le pregunté al pokémon, el cual no pareció oirme con los auriculares puestos... ¿O tal vez fingía?. Hasta yo ( Con mis oídos normales ) puedo oír un poco cuando los llevo puestos, y cuando no lo hago, es porque el volúmen está muy alto o no quiero hablar con la persona que me llama. Y el volúmen estaba medio, se supone que debería escuchar. — Oye, ¿Me estás ignorando? —le dije mirandolo. — Sé que puedes oirme, tengo que seguir mi camino.
En eso, el Audino se pone de pie sobre la banca y salta al suelo, gira y me mira. — Bueno, ya era h- ¡Hey! —veo al pokémon corriendo como todo un Infernape. — ¡Vuelve aquí! —grité corriendo a su carrera.
Lo perseguí un buen rato, pero me distraje por unos segundos y se me perdió de vista. — Deberías ser tipo siniestro, huf, huf... —respiré hondo y miré por los arbustos, a lo mejor y no se había ido tan lejos.
Kitty se bajó de mi hombro y caminó hacia unos arbustos, entra en ellos y camino hacia ella. — ¿Qué sucede, Kitty? ¿Es el Audino? —pregunté. En eso escucho un gruñido y el Audino sale corriendo de entre los arbustos, chocando con mis piernas. — Aquí estas... —lo miré con expresión disgustada, él pokémon tenia un gesto de culpa, asi que cambie mi mueca a una media sonrisa. — No deberías llevarte las cosas de los demás, pequeño... —me agaché, le quité los auriculares y le toque la cabeza. — Te perdono por esta vez.
Me quedé mirando al pokémon, que miraba el suelo sintiendose culpable. Me senté en el césped y lleve mi mano a mi barbilla. — Hmn... —pensé unos instantes. — Tóma. —saqué de mi mochila otra piruleta y se la pasé. El pokémon la aceptó y me miró. — Te gustará. —le sonreí. — Y más vale que la disfrutes, porque es la última que tengo. —lo señalé con el dedo.
Me puse de pie, y me despedí de Audino. Este se despidió igualmente, con la golosina en la boca. — Nisiquiera sé si es sano darle eso a los pokémon... —susurré a Kitty. — Bueno, a ti nunca te ha hecho mal, Fósvoro. —le dije al tipo fuego. Ya a lo lejos, podía ver la Caverna Témpera, la última vez que vine, mi inicial era tan solo un Torchic.
Fuí dejando atrás la ruta 304, para adentrarme a la Caverna Témpera, a lo mejor encontraba a Hubert por ahí. Mi misión es capturar a los pokémon de mi lista, todavía le debo esa batalla a Effy, y me falta encontrar uno o dos compañeros de viaje. Poniendome los auriculares de nuevo, ingreso a la caverna.
Aterricé en la ruta 304 gracias a Aerodactyl --Bien ta estamos aqui Mitsuki--Le dije sonriendo mientras la veia volando en su Doduo (@Yellow green forest)
Doddy aterrizo en la ruta y me baje de el en un salto para ponerme a buscar la siguiente pista junto a Mizuki. —Bien, dime si encuentras una nota o algo parecido—le dije sonriendo mientras buscaba.
Mire a Mitsuki --Claro--Le dije sonriendo mientras empezaba a buscar, saqué a Typhlosion para que ayudara a buscar
Empece a buscar la nota. —Por cierto...¿piensas inscribirte en el torneo?—le pregunte sonriendo a Mizuki mientras buscaba.