antes de que doudo me siguiera le da una mala mirada a Yair, jaja no se porque—vamos doudo pero con cuidado que se puede caer
Me detuve en seco, algo no andaba bien... ¿Dónde estaba Skarmory? Miré al cielo y vi que el pokémon de acero se elevaba y partía en otra dirección, hacia la ruta 301... preguntándome que quería ahora, decidí ir tras él, ignorando las miradas raras de los demás. —¡No se preocupen por mí, enseguida los alcanzo en el bosque! —les grité mientras me alejaba corriendo—. ¡Entren sin mí, nos vemos pronto!
—¡Yair tiene la MO Corte, que se la enseñe a algún pokémon suyo! —les grité antes de perderlos de vista por completo. Contenido oculto Tiene razón Yellow, Lucario, no pueden ir al bosque si ninguno de sus pokémon conoce Corte XD
—Como digas.....No quiero caminar—veo a doddy el cual niega—O vamos, dejame montarme—el niega—bien, tu ganas
Cyndaquil salio de la pokeball y corto los arbustos haciendome recordar que.el sabia corte.. --Asi ya lo recorde--Dije viendo el camino hacia el bosque--
Skarmory aceleró mientras atravesábamos la ruta 302... llegamos al lugar donde había dejado a los otros, y noté que los arbustos habían sido cortados... parece que Yair lo había logrado después de todo. Regresé al ave de acero a su pokebola, y me adentré en el bosque a pie.
Regresé a la ruta 302... creí que estaba yendo hacia Ciudad Témpera, pero al final parece que salí por el otro lado del bosque. Estupidos árboles que lucían todos iguales. En eso, mientras sobrevolaba la ruta antes de pegar la vuelta, me pareció ver un entrenador solitario vagando por allí... curiosa ante el prospecto de una batalla, decidí descender ante dicho entrenador... o entrenadora, mejor dicho. Contenido oculto @Liza White
—Hora de irnos Grovyle. —le dije al pokémon de Hoenn mientras cerraba mi mochila y guardaba la tienda de campaña tras haber pasado una noche más o menos buena. Saqué una barrita pokémon y se la di a mi acompañante para que pudiera desayunar en paz y comenzamos a caminar con tranquilidad mientras, metida en mis pensamientos tras recordar una y otra vez la pesadilla de anoche, no me di cuenta de que alguien se aproxima hacia nosotros. Grovyle miró a la entrenadora de arriba a abajo por seguridad y soltó un leve gruñido.