Dormía plácidamente bajo la fresca sombra de un robusto árbol cuando de repente un Pidgey que iba volando se posó sobre mi cabeza; eso hizo que me despertara de mi sueño y comenzara a estirarme, pues había dormido por un largo rato. Una vez que mis músculos estaban de nuevo activos (y de que me hubiese almorzado a ese irresponsable Pidgey) salí volando junto con mis pokémon hacía la Torre Desafío.
Justo como en el mapa lo indicaba, la Ruta 301 se encontraba al norte de Ciudad Lienzo, como me lo esperé llegue sin problemas junto a mi Piplup, decidí adentrarme para encontrar algún pokemon que sumar a mi equipo, mi Piplup quiso guiarme hacia el final de la ruta, no se porque de repente quería tomar el rol de guía, pero lo detuve y le dije que deberíamos sumar uno o dos miembros mas al equipo, este entendió y de inmediato se puso a buscar entre los arbustos del sitio, de pronto algo se movió entre los arboles Piplup y yo corrimos de inmediato a ver de que se trataba.
No era mas que una rama cayendo de los arboles, pero el sonido se repitió dos veces más detrás de mi y mi compañero. Los nervios de mi primera captura asechaban impidiéndome sacar mi Pokeball, pero logré tranquilizarme y sacarla sin titubear. Esta vez corrí hasta el lugar de donde provenía el sonido y miré a ver si encontraba algún pokemon.
Era un Starly Salvaje, me impresioné al ver un Pokémon de mi Región natal y procedí a capturarle cuanto antes decidí usar al pokémon que estaba a mi lado para no sacar a nadie de mi mochila, podría escaparse con tan solo desviar la vista. — ¡Piplup, alístate para la batalla! — Señalé al Starly y Lancé mi ataque por medio de mi pokémon. — ¡Usa Burbuja, Piplup! — Señalé el ataque a mi Pokémon
Mi compañero expulsó potentes burbujas de su pico que iban en dirección al Starly enemigo, este no se quedó ahí parado y salió del radio del ataque saltando y volando en el aire, fue cuando me di cuenta de que era rápido, este concentro energía en su pico y procedió a decender con un potente picotazo que amenazaba con hacerle perder salud a Piplup. — Contesta con otro Picotazo — Ordene acabar con esto en un choque, no quería huir de sus ataques. Piplup hizo lo mismo que Starly pero este en lugar de descender, saltó alto para confrontar al Pokémon volador quien falló su ataque y dejó un hueco en su defensa permitiendo a mi Piplup atacarle con su pico en el pecho causándole graves daños.
— Starly a la Pokebola — Lancé mi Pokeball que golpeó suavemente el rostro del Starly que estaba tirado en el suelo por la dura caída y lo absorbió, inmediatamente esta comenzó a dar giros, en señal de resistencia del Pokémon, gesto que pareció inútil dado a su debilidad conseguida al recibir el picotazo de Piplup. La Pokebola se detuvo sin soltar al Pokémon y podía decir que ya había capturado mi primer Pokémon. — ¡Lo logramos, sumamos un Starly al equipo! — Sonreí tomando la Ball que seguía en el piso y guardándola de inmediato, antes de saludarle, debería llegar a un centro Pokémon para curar las heridas de mi nuevo amigo.
Comenzó su viaje Pokémon, bastantes cosas estaban destinadas para él pero comenzaría esta travesía desde el lugar más fácil, acompañado de Zyon, Zeek y Gliscor. Se adentró en la hierba baja, no veía nada, solo entrenadores bobos que hablaban entre ellos, quería encontrar un Pokémon rápidamente, tenía miedo de adentrarme en la hierba alta pero nada se podía hacer, era el camino que decidí tomar, con mucho temor entró a la hierba mas alta, se escuchaban los chirridos y zumbidos de los Pokémon, de la nada uno salto hasta él. —¡Demonios...! Era un Patrat, simplemente lo observó, este parecía furioso y tenía ganas de atacar a alguien con esas pequeñas garras, envió de inmediato a Zyon. —Ya sabes que hacer, chico. — Houndour se presentó intimidante, el filo de sus dientes rebosaba haciendo notar su enojo. Se contoneaba de un lado para otro haciendo velocidad, Patrat lo miraba un poco confundido. — Zyon, ascuas.— Musitó sereno el chico de hebras rojas. El color de los ojos de Patrat era diferente a los de los Patrat normales, pero Grey no le prestó atención a esto. Houndour lanzó su ataque fieramente, el ascuas hizo un efecto bastante potente, dejandolo casi en un estado crítico. Houndour observaba a su presa bastante emocionado era la primera vez que salía a pelear una verdadera batalla. Grey también estaba exaltado, quitó la PokéDex de su bolsillo y apuntó a Patrat. "Pokémon Desconocido, el Pokémon desconocido es Patrat, siempre está alerta y no quita la mirada de su madriguera. Cuando no está vigilando, le invade la inquietud. Puede ser localizado en la mayoría de las rutas, pero es mas visto en la 301" Grey se quedó bastante impresionado con la información que le había proporcionado la PokéDex. Houndour estaba preparado para atacar, pero Patrat fue mas rápido y lo ataco con "Mordisco" movía la cola a gran velocidad mostrando su nerviosismo. Houndour fue herido con ese ataque, mas aun no se rendía, eso le puso mas nervioso. —Zyon, ¡ascuas con todo tu poder!— Lanzó pequeñas llamaradas al pequeño Pokémon, este trató de evitarlas pero lastimosamente para él, no pudo. Zyon saltó de felicidad, pero el mordisco le dañó un poco, aún así seguía de pie, ganador de la batalla. Grey lo devolvió a su Pokébola y siguió merodeando por las inmediaciones de la zona, buscando a otro Pokémon.
La ruta 301... nuevamente me encontraba caminando por ella y se podría decir que ya me la sabía de memoria y estaba seguro que mis pokemon igual, pero bueno.. siempre era bueno recordar por donde pasabas casi siempre, pero ahora que lo pensaba...¿cuantas rutas me quedarían para témpera?, me dejé de mover por un momento, si me iba por el pueblo pincel llegaría a la ruta 304 y después la caverna...— No estoy tan lejos como creía... — murmuré volviendo a caminar esperaba no tardar tanto
Pareciera que nadie se había pasado por ahí en meses, no me disgusta para nada el paisaje, posiblemente sea menos de un día de camino en linea recta. No pasa mucho rato para escuchar pisadas detrás mio, ¿me estarán siguiendo? No, aquí nadie me conoce, no vienen tras de mi. Pero no me gusta confiarme, llamo a Bulbasaur, le pido que camine a mi lado.
Jo, la Ruta 301… hace cuanto que no andaba yo por aquí. Siglos, parecía ser en mi memoria. El largo camino recto se encontraba repleto de pokémon en su primera fase evolutiva; nada más que Pidgeys, Spearows, y Rattatas por doquier, disfrutando de su vida salvaje. Teddiursa miraba todo con admiración; era realmente un aventurero aquel pequeño. Liberé también a Marowak, para que disfrutara un poco del aire fresco, y además sabía que le gustaba acompañarme en mis caminatas. Continuamos avanzando por la ruta sin problemas los tres juntos.
Escucho el sonido de una pokebola abrirse, se me ponen los nervios de punta, intento mirar disimuladamente hacia atrás, veo un Marowak... Siento que debo huir. Apuro mi marcha, pero algo, como salido de la nada se interpone en mi camino... y tropiezo... Aquello era un...
—¿Hm? Miré hacia delante. Un poco más hacia el norte, una persona había tropezado con un Biddof que se había cruzado en su camino y cayó al suelo. Me acerqué junto a mis dos pokémon; por suerte parecía que no se había dañado de seriedad, sólo fue una pequeña caída. La acompañaba un Bulbasaur, que miraba a su entrenadora como intentando ayudarla a ponerse de pie. —¿Te encuentras bien? —pregunté, debatiéndome internamente sobre si debía ayudarla a levantarse o no.
El pokémon me mira, como si se divertirse; sonríe y huye. Maldición. Y miro frente a mi, se trata de una chica, trae puesta una camisa blanca desabotonada, un contraste un tanto extraño con el resto de su vestimenta. Me pregunta si estoy bien. —Sí, fue algo leve, algo... tonto. Ella extiende su mano, no se la veía muy convencida, como si ella misma dudara si realmente el gesto era necesario. Su mano delante mio. Se pensará que soy una novata, lo soy. Tal vez se piense que soy torpe y que me he entusiasmado en este viaje, al menos en lo primero tendrá razón. Y yo me pienso que a estas alturas el orgullo no sirve de nada. Ya no. Tomo su mano y me levanto. —Gracias.
El Bidoof salvaje huyó de la escena mientras ayudaba a la joven a ponerse de pie. Una vez que lo hizo, me agradeció por el gesto. —No hay problema —respondí, encogiéndome de hombros—. Es un bonito Bulbasaur el que te acompaña… —miré a la muchacha con cautela; era un pokémon inicial en su primera fase y venía de Ciudad Lienzo. Todo parecía indicar como que acababa de comenzar su viaje, y como yo no soy de las que se callan las cosas hablé enseguida—. ¿Tú acabas de comenzar tu viaje pokémon? Me dio esa impresión por el inicial y partir de la ciudad que suele ser la principal para comenzar… ¿me equivoco?
—Uh.. sí. —Contesto con un poco de nerviosismo. Era una verdad a medias. Sí, era mi primer viaje pokémon, no era la primera vez que tenía una pokébola en mis manos ni que llamaba a una criatura al combate, pero si la primera que aquellos eran míos. Era verdad que tampoco tenía muy claro qué hacer y eso me molestaba, casi toda mi vida tenía la certeza de por qué sí o no hacia las cosas, pero ahora... no lo sé realmente, sabía que debía viajar por la región, ganar medallas, hacerme más fuerte... a veces lo que me quedaba difuso, como en un sueño, era el por qué. —Voy rumbo a Pueblo Pincel, aunque supongo es un poco obvio.
Respondió afirmativamente, aunque con un poco de nerviosismo… era natural, supuse; realmente yo era nada más que una extraña para ella, obvio que podía ponerse nervioso uno si un desconocido le hablara en el medio de una ruta desierta. Decidí simplemente responder a su afirmación posterior. —Pues, de hecho no… también podrías ir de camino al Bosque Pincel, o también puede que te encaminaras hacia la Gran Catarata; muchos entrenadores están con la mira en Ciudad Acuarela, que está sobre la Catarata, desde que se anunció que en un futuro no muy lejano se abrirán concursos pokémon allí —dije, mientras Marowak y Teddiursa se dedicaban a corretear no muy lejos de nosotras, demasiado absortos en sus juegos como para prestar atención a nuestra conversación—. Pero así que vas para Pueblo Pincel… es un lugar muy lindo, pintoresco. Mi nombre es Effy, por cierto, mucho gusto...
Me sorprendo, como arte de magia saco un mapa de mi mochila y miro donde me encuentro y veo los lugares mencionados, croe que debo empezarme a fijar más en esos detalles, al fin y al cabo ya no todo se trata de ir de un lugar A a un lugar B. También observo brevemente lo que hay en mi mochila, hay 3 discos compactos que dicen: Surf, golpe roca y corte, respectivamente. Sabía que si se les daba a un pokémon este sería capaz de aprender un ataque... aunque no veía el modo de meterles un cd... ruego que sea por la boca... También hay un brazalete y una piedra... al menos lo último sé de que se trata... es una... ¡piedra muy valiosa en el mercado negro! Me pregunto cómo rayos habrá obtenido eso el dueño original de la mochila... y ahora me pregunto cuál será mi próximo moviniento... creo que se verá mas sospechoso ni no digo nada. —Oh... gra... gracias por la información. Mi nombre es Heka.
Pasó un momento de silencio durante el cual no estuve segura que más decir. Ella se dedicó a revisar su mochila, admirando su contenido por unos momentos hasta que extrajo de ella un mapa, el cual usó para corroborar la información que había mencionado yo. —No hay problema. Un gusto conocerte, Heka —repliqué con una pequeña sonrisa. Teddiursa había cesado con sus juegos y corrió hacia mí, subiéndose a mi hombro, mientras que Marowak simplemente se quedó a mi lado en el suelo—. Oh, estos son mis pokémon, Teddiursa y Marowak. Y dime, Heka, ¿ya has tenido alguna batalla pokémon?
Hago un hueco en mi memoria sobre el último combate que tuve... ... ... —No. —Sonrío como niña pequeña. —Y creo que ese Bidoof ya esta un poco lejos, es una lástima. En el fondo sabía que lo que vendría, tarde o temprano tendía que andar por la hierba y luchar y luchar con el objetivo de que ellos ganen experiencia y así se volvieran más fuertes. Si tan sólo hubiese otro modo. Detesto los combates innecesarios.
Contenido oculto Lol, yo me siento así en los juegos… odio tener que combatir por experiencia contra pokémon salvajes XD Miré alrededor para descubrir que era cierto; aquel Bidoof que había bloqueado el camino de Heka había desaparecido de vista rápidamente. Sin embargo, no le di importancia; la ruta estaba llena de Bidoofs, después de todo, así que seguro nos topábamos con otro aunque no quisiéramos. —Bueno, en ese caso, ¿qué te parece si tenemos tu primera ahora? Te reto a un pequeño combate, de un pokémon —desafié, cruzándome de brazos.