Rosette Project

Bueno, esperando que quienes leían este fic aún se acuerden de él y el esperanza de dar con aventurados nuevos seguidores, opte por continuar por fin este fanfic ^^.

Capitulo 7: Regenesis

Ante las luces de neón de aquel parque de diversiones cerca del puerto, la algarabía de la gente entre los juegos mecánicos combinada con el suave susurro de las olas, todo esto era tan nuevo y la vez tan familiar para Rosette, que en toda su estancia al lado de aquel muchacho llamado Terry no había dejado de sonreír. Caminaban los dos juntos como uno solo, como si realmente lo fuesen, con los luceros fundidos por segundos en sus ojos y en su espíritu, felicidad.

— ¿Esto no te dice nada? — preguntó sonriendo Terry, mientras envolvía los hombros de la chica con su chaqueta.

— Solo sombras un poco vagas, pero estoy casi segura que alguna vez estuve por aquí—responde, mientras instintivamente se acurruca en sus brazos.

— Siempre me pregunte que había pasado contigo, Rosette—su mano juega un poco con su cabello rojizo— algo en mi quería que volvieras…

Ella no pudo evitar sonreír con esa ultima frase, a su mente vino ese ya distante recuerdo de ella sobre el aquel edificio. Temerosa, insegura ante aquel mundo que surgía, ante lo que había sido, ante lo que perdía, pasará lo que pasará a partir de ahora en adelante ya no sería igual, no se sentiría sola. Le dio un beso en la mejilla a lo que él permaneció estático, pero al final sonrió.

— Mi…mira allí venden algodón de azúcar, ¿quisieras probarlo? —agregó Terry nervioso.

— ¡Claro!, vamos—respondió la chica con una voz suave tomándolo de la mano y dirigiéndose hacia haya.

Pasaron unos cuantos minutos, ella observaba al cielo, mientras él se acercaba con dos algodones de azúcar.

— Jamás he tenido oportunidad de verlas…—dijo Rosette en forma de susurro.

— ¿A que te refieres?

— Las estrellas, en la ciudad siempre ahí mucha luz y se ven muy poco…

Él la tomo entre sus brazos y alejándose un poco de la multitud produjo un destello, la chica tardo un poco en darse que cuenta que se encontraban en otro lugar. La ciudad ante ellos muy por debajo y un firmamento lleno de luceros que los cobijaba mientras los observaban sobre un alto rascacielos.

Mientras tanto.

Era seguro que tenía bastante sueño, esa noche había sido bastante prometedora y hasta se había puesto un poco rara, Yoseline, su novia ya había sido recogida por su padre. El muchacho aún conservaba esa sonrisa un poco automática y esa postura recta que la mayoría de los chicos ponen ante sus futuros suegros, combinado con esa fase de ensueño y esa mirada fantasiosa que te envuelve después de tantas caricias y palabras de amor.
Su teléfono móvil comenzó a sonar, si no llegaba en quince minutos seguro terminaría castigado, en ese momento lo vio, a lo lejos pues el se encontraba en la playa pero juraría que esa pareja había desaparecido después de un breve destello.

— Vale mamá, mamá estoy seguro que dije que volvería a las 10:30, estoy en la playa ¿si?, tomaré un taxi y estoy en casa, intentaré que suceda rápido, si lo prometo, nos vemos pronto—cuelga y suspira— y pensábamos quedarnos una hora más.

Un tenue chiflido cortando el viento, como un cortahojas cegando el césped húmedo pero diez veces más, el acero fundido destazando el concreto erosionado por la sal del mar. Le pareció una simple centella, como un meteoro que impactaba la tierra, bajo el manto oscuro de la noche, no era algo común de ver y su mente buscaba una explicación al menos un poco razonable, fue más que nada un impulso, mera curiosidad, el comenzar a correr hacia donde había ocurrido todo, estando mas cerca encontró que lo que era consumido por las llamas era un helicóptero, algo pareció moverse dentro y el inconcientemente se precipito hacia él.

— ¿Se encuentra alguien con vida? — Exclamó el muchacho lo más fuerte que pudo, pero nadie respondió.

Se escucho una especie de crujido, una lamina que formaba el techo del helicóptero salio volando y pudo jurar que algo la había lanzando, como una sombra, lo que sea se movió demasiado rápido, escucho el fluir de un liquido por un costado, era el combustible del vehiculo apunto de tener contacto con el fuego que emanaba de este, abrió los ojos, su rostro se tenso, intento alejarse del accidente inminente, pero era tarde las flamas fortuitas de este ya comenzaba a devorarlo, sintiendo que era el fin cerró los ojos…

— ¿Pero que…?, yo…yo sigo vivo— Se dijo así mismo al abrir los ojos y ver que aún era consumido.

Sin embargo, el fuego parecía no tocarle, en el instante en el que este rozo su piel, esta había sufrido un cambio, cambio que la hacía inmune a este al igual que todo su cuerpo.

Mientras tanto.

Su pulso se había acelerado muchísimo, un nudo en la garganta privaba su voz, al intentar tomar la mano de su amiga para buscar una especie de consuelo, siendo un fantasma solo la traspaso, aquella perseguidora la observada con ojos asesinos y una sonrisa siniestra, mientras que a lo lejos yacía el cuerpo inerte de la otra mujer, para Mey era extraño tener miedo pero en ese momento temblaba, sentía que iba a morir.

— ¿Qué…que te hicimos? — Susurró la chica entre mezcla de miedo y coraje.

— Nada, son solo negocios — se disponía para tomarla del cuello— no lo hagas mas difícil chiquilla.

Ella detuvo su mano en el momento que comenzaría a estrangularla.

— ¡No te dejare que me hagas lo mismo! — exclamó la chica.

De entre sus poros comenzaba a emanar una intensa luz ámbar, la mujer, su atacante, tuvo que retroceder pues en ella había sucedido una especie de sobrecarga, todo su organismo trabajaba arduamente y su latido era demasiado acelerado, sentía literalmente que iba a explotar.

— ¡Maldita! ¿¡Que demonios me hiciste?! — dijo la mercenaria tomándose con las manos el pecho con una expresión de dolor.

La chica aprovecho el momento para disponerse a correr, pero Vice que apresuró y con su mano sobre el suelo termino congelándolo y atrapando sus pies en el proceso.

— ¡Mey! —gritó el fantasma al verla caer— vamos levántate— le suplicó intentando en vano alzarla.

La otra mujer aunque herida se aproximo a ella y la jaló por la espalda.

— Por un segundo me olvide que me enfrentaba a otras personas con habilidades, pero vengo preparada

Después de decir esto desde un compartimiento de su tobillo tomo una aguja hipodérmica y la clavo en su espina en su brazo, la chica dio un sobresalto además de un gemido y cayó al piso inconciente, su amiga impotente exclamaba lamentos imposibles ante su impotente actuar.

Mientras tanto.

Omar se recostaba en aquel sillón que era prácticamente nuevo, el oficial Terry se había encargado de dárselo al igual que un módico pero significativo televisor en el ahora veía las noticias, para tratarse de alguien a quien había detenido lo trataba muy bien. Tenía un poco de sueño pero debía esperar al oficial que vendría a checar el cumplimiento de su arraigo mientras que concluía su rehabilitación, él solo quería que supieran que había cambiado.

— Hijo ahí alguien que te busca en la puerta— anuncio la voz un poco acartonada de una mujer.

El atendió al instante y se dirigió a la puerta, por la ventana pudo ver una sombra que inquieta se movía de un lado a otro, pero pudo reconocerla al instante. Apenas la habría como un zarpazo la mano del muchacho espera tras el umbral se poso sobre esta.

— Tu…tu dijiste que podía contar contigo…yo…no tengo a nadie a quien recurrir y menos con esto…— el muchacho hablaba entre cortado.

— ¿Crees que eso intenta volver? — preguntó Omar mientras lo hacia pasar.

— Ahí té ¿Quieren un poco? — prorrumpió su madre desde la cocina.

— Claro mama, gracias, tal vez eso calme un poco tus ánimos ¿no crees? — dijo sonriendo.

— Ella, no deberías dejar que estuviera aquí…

— Esta bien, no pasará nada, no dejaré que pase nada— contestó Omar.

— Por cierto, mi nombre es Nathaniel…olvide decirlo la ultima vez — dijo entre respiraciones— yo…no creo poder soportarlo…

El muchacho comenzaba a dar una especie de saltos involuntarios, su pulso cada vez iba más rápido. Omar se levanto temiendo tener que utilizar sus habilidades contra él.

— Necesito que pienses en la ultima vez que ocurrió así tal vez tendremos algún indicio de cómo pararlo…— lo observaba fijamente.

Nathan lo observó cabizbajo y luego cerró los ojos.

Flash Back:

El muchacho que hasta ese momento todos habían llamado monstruo al menos una vez, recordaba poco o nada antes de que se transformara en esa cosa, lo único que terminaba ocurriendo en las terapias era el llorar como si algo en ese entonces se hubiese roto. Pero en ese momento algo comenzó a aparecer en su mente, primero eran solo sombras difusas, pero poco a poco fueron tomando sentido comenzando por una melodía.

— ¡Oni-chan!, ¡Oni-chan! — exclamaba a lo lejos una suave y tierna voz— vamos Nathy, sonríe un poco, por favor, hemos venido al parque a jugar…

— Jasmin no vayas tan rápido, sabes que yo no puedo correr…— decía Natahiel.

Las figuras que conformaban un jardín conformado por sauces, robles, arbustos del verde mas vivo y cientos de flores de todos tamaños comenzaban a surgir en su mente, la risa de los niños al balancearse entre los columpios. Una pequeña niña corría cerca alrededor de él, tenia el pelo negro y unos ojos color celeste, estaba seguro que él también reía…

— Jasmin, Jasmin escuchame debes correr lo mas rápido que puedas no importa que pase, ¿entiendes?

Era como si el anterior recuerdo se hubiese agrietado, como cuando un placido sueño es sustituido por una terrible pesadilla, los colores aquel verde de los árboles y el celeste del cielo ahora eran oscuros como el resto de la noche, llovía, la niña se aferraba fuertemente a su mano y el se encontraba herido de un costado.

— Yo no puedo dejarte hermanito, yo tengo miedo y tu, te pondrás mal— la pequeña emanaba lagrimas— podemos escapar los dos…

Aquello que los perseguía estaba cada vez más próximo, podía sentirlo, esa respiración pesada, esos ojos inyectados en sangre, era un hombre que había surgido de la nada justo antes de partir y despiadadamente ahora los cazaba. Se escuchó un estruendo un proyectil rozó su mejilla.

— Anda debes irte, lo atraeré hacía mi—diciendo esto le dio un empujón.

La niña sin otra opción se le vio perderse llorando en la oscuridad. Por fortuna su plan servía lo seguía a él, recuerda esa opresión en el pecho, esa tos violenta que arremetía con el entre zancadas, el disparo en su pie izquierdo a la altura de rotula que lo hizo caer de bruces si no antes golpearse contra un tronco, sentirse como una presa, la sonrisa malévola de su captor, la mano de este alargándose hacía él y ese segundo pinchazo que lo condeno, recuerda su sangre hirviendo, su humanidad desvaneciéndose, una extraña hambre creciendo en él y oscuridad.

Fin del Flash Back

Ante parte sus recuerdos de pronto recuperados ante el surgía una perturbadora verdad.

— Alguien fue, alguien me transformo de esa manera…

Mientras tanto.

En el tejado del rascacielos, Rosette yace entre los brazos de Terry.

— ¿Te gusta aquí? — dice el joven sonriendo.

— Si te he de ser sincera, me da un poco de miedo las alturas…

— Yo lo siento no lo sabía...

— Pero a tu lado estoy bien, además las estrellas se ven hermosas desde aquí— recargo su cabeza en su pecho.

Parecía en que todo culminaría en aquel momento epico tan esperado por ambos, ella envuelta en sus brazos y sus labios fundidos en un beso, cuando de pronto…

— Aléjate de ella… —de entre la oscuridad se escucho una voz, ella la reconocía.

Aquel hombre con barba y bigote que portaba una bata blanca y su nombre plasmado en esta, Gregory, doctor Gregory, a diferencia de aquella primera vez su semblante había cambiado, aquella sonrisa tímida había sido remplazada por una mirada fría. Cojeaba y en su mejilla mostraba las secuelas de haber sobrevivido aquella explosión con la cicatriz de una herida de fuego. Habían pasado ya dos meses de aquel suceso y ella recordaba cada segundo.

— Una promesa, es una promesa, ¡Te dije que te alejaras de ella! — desenfundó un arma de fuego.

— ¿Quién es el? — preguntó Terry desconcertado.

— Soy su padre o al menos podría decirse que soy como si fuera él, después de todo cuide de ella desde siempre…— respondió fríamente.

La chica en extremo confundida le indico al detective que la soltara un poco, él se vio con intenciones de desenfundar también su revolver pero la chica lo persuadió con la mirada para no hacerlo.

— Esto, esto no puede ser tu…tu moriste…— susurró la chica— yo no pude salvarte.

— Recuerdas a los hombres que intentaron capturarte, lo enviaron a él— dijo el doctor señalando a Terry.

Continuará.

 

Espero no haber demorado mucho, le invertí un poco en manejar los capitulo entre distintos tiempos y lugares para que lo hiciera mas original, al final como en los anteriores en confuso formaran la historia completa, espero no sea muy confuso. Que lo disfruten leyendo como yo escribiendo. Como un dato extra si se permitiera que no es así, adicionar una canción a algún capitulo, la de este desde el punto de Rosette sería Life for rent-Dido, si gustan buscarla es muy conmovedora.

Capitulo 8: Broken

22 de enero 8:00 PM

En el exterior parecía un complejo industrial, promocionaban seguros de vida, paquetes de viajes y agencias de cobranza; pero 5 pisos inferiores debajo de toda la estructura se dedicaban a la verdadera razón de ser de todo el complejo, la investigación genética y sus aplicaciones, al menos esa era la teoría. Una suave melodía resonaba entre los pasillos de mármol del lugar, hasta una habitación en la que se realizaban algunas pruebas de despeño, hoy servía como celda de un muchacho.

— Tócame, para unirme con el mundo, para respirar profundo solamente tócame, tócame, para estar de nuevo en casa, con tu mano se me pasa todo el miedo, tócame... —resonaba como un susurró aquella canción.

Se trasportaba por el viento hasta Terry, evocó por segundos a él tantos recuerdos y lo hizo despertar, mientras cierto desasosiego lo invadía se levantó y se sentó en aquella plancha que por los dos días- suponía que eran dos días era difícil ver el paso del tiempo- había sido su cama, dio un suspiro y entre sus dedos entrelazados encendió su teléfono celular, con la esperanza de que al fin hubiese alcanzado señal, pero nada. Presionó sus dientes con impotencia y se tocó la nuca, la canción aún sonaba y entonces se preguntó si ésta, tal vez podía venir de su interior, nutriendo algún recuerdo perdido.

— Debo lograrlo esta vez — se dijo así mismo.

Presionó sus ojos, pasó las manos sobre su rostro y luego las puso en forma de puño en sus extremos, tomo una fuerte bocanada de aire. Desde la punta del pulgar de sus pies, hasta el último cabello de su cabeza, cada molécula de su cuerpo comenzó a vibrar, expandirse y contraerse dispuestas a desvanecerse, desde las paredes de la habitación emanaron cientos de látigos eléctricos que al instante envolvieron su cuerpo, provocándole al impacto una intensa y dolorosa descarga eléctrica que forzó que cada partícula se uniera de nuevo impidiendo su transportación. Cayó al piso de rodillas, emanando humo e intentando recuperar la respiración.

— Ya no deberías hacerlo, terminaras haciéndote daño — desde aquella ventanilla que era el único contacto con el exterior desde la habitación, se escuchó la voz de Rosette.

— ¡Rosette!, ¡Rosette!— a pesar de estar adolorido se apresuró a levantarse— ¿cómo estás?
Se percibió un silencio momentáneo y luego el ruido de una bandeja de metal tocando el piso.

—Traigo tu desayuno— dijo secamente la chica, deslizando la bandeja dentro.

Desde este punto y en su posición parecía poco probable lograr algo, esperaba que las cosas no se hubiera complicado tanto, los que lo tenían cautivo realmente habían pesado en todo, aunque tal vez había algo con lo que no contaban.

— Espera, tengo algo que decir algo…— tomo la charola con su mano— no se suponía que las cosas fueran así…—en su celular escribía con la mano libre un mensaje lo más rápido de podía— yo…—dudó— tal vez no debiste confiar en mi Rosette— puso el celular en la bandeja y la empujo hacía afuera— no tengo hambre hoy..

—…Bien…por cierto estoy perfecto…—la voz de la chica se quebrantaba.

Tomó el recipiente sin darse cuenta de lo que portaba y comenzó a caminar, en el rostro de Terry se dibujó una leve sonrisa y al concentrarse extendiendo sus manos hizo que teléfono desapareciera.

20 de enero 10:30 PM

Las aspas del helicóptero rompiendo el viento, la luz de neón de un espectacular que cruza por segundos en su ruta, se encuentra despierta, puede ver y sentir todo, siente frío y temor, incertidumbre e impotencia. Observa de reojo a su compañera cautiva y se pregunta si con ella sería igual; era una chica solamente, sería mayor a ella por apenas unos cuantos años, escuchaba a Amelie llamarle, pero, ella no podía contestar.

— Tus latidos, Mey, tus latidos los escucho cada vez más lentos, ¡maldición!, — arañaba en baño el manto congelante donde la chica estaba presa—¿¡Por qué no puedo hacer nada!?, Mey ¿puedes escucharme?, dime algo, ¡Mey!..—la tomo con sus manos intangibles del rostro.

La chica emanaba la misma carga de energía vital que había surgido de ella instantes atrás, la misma con la que había logrado defenderse de la cazadora o al menos lo había intentado, Amelie sintió una extraña sensación recorrer su palma, extraña, porque se suponía que como un anima no podía sentir.

— ¿Pero qué…?— repitió la acción, podía percibir que su amiga le hablaba por medio de esto.

— No puede ser lo estoy logrando, está funcionando, Amelie amiga me encuentro bien— decía Mey en el interior de su mente y mandaba interpretar por medio de esa energía.

Parecía que la chica fantasma lo había entendido, sonrió aliviada, pero su semblante cambio de nuevo al instante.

— Lo percibiste, ¿verdad?, puedo sentirlo, ahí alguien más aquí, dicen que vienen en nuestra ayuda, solo esperan una distracción— dijo Amelie.

Diez personas viajaban en aquel helicóptero, entre ellos: el piloto, el copiloto, aquella mujer mercenaria llamada Vice y el resto eran siete agentes con ropa militar enviados allí para asegurarse que todo saliera bien, contratados por los mismos sujetos que habían empleado a la cazadora, todos ellos ex militares por su corrupción, salvajismo e insubordinación habían tenido una baja deshonrosa, pero con dinero de por medio se han vuelto mercenarios leales al mejor postor.

— ¿Y qué harán con estas dos linduras después?— dijo obscenamente uno de ellos mientras se acercaba a los dos contenedores, pasando al área de atrás donde se encontraban— ella es bastante joven pero seguro ya ha de saber bien de todo—una sonrisa torcida se dibujó en su rostro y se acercó más.

— ¡Maldito no te le acerques!— exclamaba Amelie sin ser escuchada.

— Espera Amelie, tal vez que se acerque es justo lo que necesitamos, que el idiota se condene solo.

El mercenario se aproximó a la chica inerte, haciendo un desagradable gesto y palpó su mejilla con saña, con cierto desagrado y coraje, para luego para satisfacción de si misma, Mey activó su habilidad de nuevo. Cada órgano, cada tejido, cada célula del cuerpo del infeliz quedo sobrecargada con la energía que emanaba la chica y calló al piso convulsionante.

Vice sentada en el asiento de adelante, viéndose próxima a su destino se disponía a dar una orden, cuando se percató de la ausencia de uno de ellos.

— ¿Dónde está Rogelio?— preguntó autoritariamente.

— Ya lo conoce, seguro ha de estar en la parte de atrás, divirtiéndose— bramó una risa irritante uno de ellos.

— ¡Ese idiota!, le dije que se mantuvieran lejos, tú y tú vayan por él— ordenó gritando.

Los dos hombres que recibieron la orden se levantaron y partieron hacia la parte de atrás.

— Oyes amigo la jefa ordena que no te acerques, porque…¡que diablos!..—Observó al hombre sufriendo el ataque en el piso y se acerca él— pide apoyo, ¡rápido no solo te quedes viendo…

Antes que cualquiera de ellos pueda hacer algo, una criatura negra en cuatro patas le salta encima a uno y atacándolo, el segundo intenta levantarse y huir, pero es recluido al piso por una fuerza aplastante que arremete contra él dejándolo inmóvil.

22 de enero 6:00 PM

Fabián se encontraba nervioso, había podido disimularlo unos días, incluso llego a pensar que aquel incidente del helicóptero solo lo había imaginado, se obligó a pensar así. Su mp3 Gorillaz ese grupo, su grupo favorito, pasará lo que pasará lo tranquilizaba siempre. Se encontraba en un pequeño centro comercial buscando algo que tomar, agarró un jugo de una de las hieleras y apresuradamente se dirigió a la caja a pagar.

— Solo vuelvo a casa, pasó una hora en el Facebook, práctico guitarra y todo estará bien— se decía a sí mismo en forma de consuelo.

— ¡Fabián!— una voz femenina lo llamó a sus espaldas.
El muchacho se detuvo, abrió los ojos como platos y presionó el jugo antes su pecho, su cuerpo reacciono al instante ante el frío del jugo en su pecho y comenzó a emanar más calor, cada vez era más sensible.

—¡Viri!, ¿Qué haces aquí?— preguntó exaltado.

— Solo vine a comprar unas cosas, ¿estás bien?, estas como todo nervioso y demasiado caliente, ¿no estas enfermo?, lo mismo me decía Yoze.

— No-o estoy perfecto, solo que estado ocupado, lo siento—emitió una risa nerviosa—debo irme.
Se aproximo a la caja a pagar, intentando tranquilizarse respiro profundo, cuando de pronto frente a él apareció un celular, el dependiente cobraba a un cliente antes de él por lo que no se percato de esto y solo vio en aparato próximo a Fabian.

— Oyes muchacho tu celular, no quiero que se me acuse de algo luego…

—No, no…—por alguna razón decidió callar y lo tomó junto con su jugo, saliendo de la tienda— tiene algo escrito, esto no puede ser…

24 de enero 2:00 PM

Rosette se encuentra confundida en una de las habitaciones de la instalación donde ahora se encuentra, llama por celular a Melissa quien se ha perfilado ante ella como su hermana mayor, necesitaba hablar con alguien he intentar poner en orden algunas respuestas de su cabeza.

— Hola Melissa— dice en voz baja tomando delicadamente entre sus manos en auricular.

— Hola pequeña, ¿cómo estás?—ella está preocupada, pero intenta mostrarse tranquila en su voz.

— Bien, en los últimos días he logrado entender ciertas cosas…

Flash Back:

La chica yace en un sofá con una manta encima y un café, Gregory aquel hombre que asegura la ha estado buscando surge de una habitación y la invita a pasar.

— Si tú eres él, la persona que me crió, dime ¿por qué te llevo tanto tiempo buscarme de nuevo?— lo observó a los ojos, mientras se sentaba donde le indicaba.

— Te haré solo unas cuantas pruebas para ver si te encuentras bien— indicó tomando una jeringa y aproximándola al brazo de Rosette—…niña debes intentar entenderlo, yo intente encontrarte, pero ellos estaban tras de mí…

— Lo se…— se conformó— ¿cómo aseguras que Terry es uno de ellos?, si él quería hacerme daño ¿por qué me cuidó por tanto tiempo?—hizo un gesto de dolor, tal vez por la aguja perforando su piel o esta idea perforando su corazón — no puede ser así.

— Pequeña — dijo tratando de esbozar un gesto paternal, pero luego su semblante se hizo duro— es parte de su entrenamiento, tu solo puedes confiar en mí…
Por alguna razón estas palabras no entraban del todo en ella.

Fin del flash back.

La voz de Melissa se había perdido un poco, Rosette había quedado abstraída por ese recuerdo.

— Rosette, hermanita, ¿sigues allí?—insistía la chica del otro lado del auricular.

— He, si perdona…—contestó con voz baja.

— No te siento bien, espero, espero que pronto puedas volver con nosotros te extrañamos.

— Yo también, yo también los extraño…hasta pronto…

Colgó, aunque tenía ganas de gritar tantas cosas, decidió no hacerlo, no sabía en que creer, no sabía en quien creer, apenas recordaba ciertas cosas y ahora todo estaba peor, justo cuando empezaba a creer que todo estaba bien, todo se había complicado. Se cubrió el rostro con sus manos frías y sintió una lagrima resbalar en su mejilla, suspiro profundamente y busco acurrucarse en aquel sofá cerrando los ojos, deseando que todo acabará. Comenzaba a dormirse a causa de la fatiga cuando escuchó un estruendo. La alarma del lugar comenzó a sonar, segundos después el profesor vino hacía ella.

— Rosette, ¡nos encontraron de nuevo, tenemos que huir!— su voz emanaba tensión.

La chica quedó paralizaba, esto le traía malos recuerdos, intento pensar que ya no era la misma persona, pero al buscar en su pasado no pudo encontrar algo en lo que le pareciera seguro aferrarse. Sus manos temblaban y su mente de puso en blanco, el hombre la tomó de las manos y ella se dejó arrastrar. De pronto todas las luces se bajaron.

—Llegaron— susurró Terry mientras se desvanecía.

Continuará

 

Les presento el antepenúltimo capitulo de la primera temporada de esta historia, comenzaran a revelarse ciertos misterios y todo ira entrelazándose, así que no pierdan atención a los detalles, sin mas que decir les dejo este capitulo. Cuiden bien las fechas y horas.

Capitulo 9: Believe me

20 de enero 11:30 de la noche

El frío imperaba en las calles oscuras, de las alcantarillas surgían una especie de niebla que opacaba por poco la vista, dos figuras yacían en una banca esperando tal el amanecer, una de ellas daba leves temblores con su cuerpo, mientras la otra yacía cerca de él, posando su mano en el hombro. No es que fuera este el barrio mas seguro, ni que ellos tuviesen algún tipo de inmunidad, pero si en este lugar existía una amenaza potencial mayor a ellos, merecían atacarlos.

— Ya… no…puedo…soportarlo…— gruñó uno de ellos mientras presionaba lastimeramente su estomago. — terminaré metiéndote en problemas o algo peor…

— No, no te dejaré, no es lo que me han enseñado estos días, sabes que a él no le gustaría, debe haber algo, alguna forma de canalizarlo.

— ¡Debes irte Omar, ya viene! —exclamó combinado con una especie de rugido.

El otro muchacho se levantó como disponiéndose a marcharse, Nathaniel parecía resignarse, cuando su amigo se puso frente a él y utilizando su gravedad lo sostuvo frente a él.

— ¡La niña! —prorrumpió Omar, mientras de cierto modo lo forzaba a verlo.

— ¿Qué?... — respondió entre jadeos.

— ¡La niña, esa pequeña de tus recuerdos, seguro ha sido alguien importante para ti!

La actitud de Nathan pareció relajarse un poco.

— ¡Ella debe de estar haya afuera, siempre fuiste un protector para ella!, ¡no puedes rendirte solo así! —agregó Omar, mientras la transformación de Nathan continuaba.

Una criatura de un pelaje translucido y ojos azabache, una apariencia como de un camino tomó el lugar de Nathan, permanecía allí, inerte, suspendido en el aire y cuando Omar creyó que había fracasado cuando vio su mirada, en ella todavía persistía la humanidad.

Se escucharon unas voces a lo lejos y de una especie de cantina clandestina surgieron varios hombres, vestían de ropa militar y para sobresalto de los dos chicos se encontraban armados, Omar y Nathan se ocultaron al instante.

— ¿Quién rayos son esos tipos? — susurró Omar.

La criatura que ahora era Nathan aún cuando conservaba algo de inteligencia había perdido al perecer la capacidad del habla, pero su amigo notó su reacción al verlo.


— ¿No querrás decir, que ellos fueron los que te hicieron esto?…creo que debemos seguirlos...

Uno de los hombres portaba un radio.

— Mi objetivo esta completo vengan por mi, Vice fuera…— pronunció una voz del otro lado.

17 de enero, 12:00 PM

Iban a toda velocidad, la unidad de policía apenas tocaba el piso, mientras que resonaba la sirena por las calles, Terry enfundaba su arma en su estuche, mientras charlaba con uno de sus compañeros; sentía que por fin su carrera iba en asenso, el mismo compañero que alguna vez había creado de él tantas injurias había propuesto su asenso, era teniente, todos los respetaban mas, era grandioso, nada, nada se comparaba con salir con ella.

— ¿Ya has pensado que harán? — cuestionó el otro muchacho que tenía enfrente, un novato que habían puesto a su cargo.

— No lo se, yo pensaba hacer unas cosas simples, no se ve que ella sea una chica ostentosa, tal vez vayamos al parque de diversiones del puerto.

— ¡Vamos!, de todos los lugares, ese... no esta mal, pero ahí tanto que puedes hacer, con tu…capacidad…

— shhh, que solo te lo he contado a ti, además, no creas que no tengo un as bajo la manga. — sonrió.

El auto paró y ambos descendieron de la patrulla, unas calles mas haya se encontraba el motel “la media luna”, caracterizado por realizar negocios fraudulentos dentro de sus habitaciones. Lamentablemente nunca se encontraban suficientes pruebas para ligar a dueño con sus huéspedes y por eso el lugar seguía abierto, en la habitación 2b estaba su objetivo.

— El perímetro esta acordonado, es imposible que pueda escapar, teniente Terry es todo suyo— anunció un oficial cuando recién descendían de la patrulla.

Después de recorrer unas cuantas calles y ascender por unas escaleras semi-derrumbadas se encontraron con frente a una puerta descolorida con el numero 2b en ella.

— Ponte en las escaleras del lado este, así solo tendrá una salida— indicó el detective a su compañero.

Este asintió con la cabeza y se fue. Terry llamó a la puerta.

— ¡Policía habrá! — Ordenó el muchacho golpeando con fuerza.

Una mujer de unos treinta años abrió la puerta extrañada.

— Buscó a Alejandro Coria, se no señaló se encontraba en este domicilio.

— Disculpe, pero aquí no es…— dijo con un acento un tanto extraño que delataba que no hablaba bien el idioma.

Acto seguido se escuchó un golpe y dos puertas posteriores a esta se vio salir a un hombre de piel morena y pelo rizado, vestía una camisa a cuadros encima de una playera blanca, Terry lo entendió, él era ese hombre que buscaba.

— ¡¡Tú, detente!! — exclamó mientras comenzaba a perseguirlo.

El hombre aumentó la velocidad, Terry iba tras él por las escaleras, el furtivo de un salto descendió hasta el final de ellas.

— ¿Pero que estoy haciendo?, si yo…— Terry sonrió con ironía.

Después de unos cuantos minutos Alejandro, se encontraba varias cuadras lejos, al ver que nadie lo seguía decidió parar, con sus manos en las rodillas buscaba recuperar el aliento, de pronto una camioneta negra paro frente a él.

— ¡Oye tú, sube! — indicó un hombre con una gorra que le cubría el rostro— vamos no tengo todo el día, la policía esta cerca, te sacaré de aquí.

— Gracias, estaba seguro que me seguían detrás pero ese oficial pareció rendirse muy fácilmente.

— Así son, para nuestra suerte, espera, te abriré la puerta — señaló mientras descendía del auto y le habría las puertas del la camioneta. — ¡Vamos sube!

Ya estando dentro, cerró ambas puertas y dispuso a respirar tranquilo, cuando encontró algo extraño, en el extremo derecho de esta tenía grabado “policía”.

Desde una pequeña ventanilla el conductor se acercó a él.

— Has escuchado de esos ladrones que se entregan solos, yo hasta ahora solo conozco uno, tu — se quito la gorra y sonrió.

— ¡¡Eres el policía!!, ¿pero como?...

La patrulla arrancó.

— Tengo al sospechoso en custodia, voy para allá— indicó en un radio.

Llevaban unos cuantos minutos de camino.

— No se como lo hayas hecho pero no diré nada me entiendes, no tienen nada contra mi lo sé, no los conocen no tienen nada ustedes que me intimide y me haga hablar.

— ¿Tu crees?... — suspiró y rió— veremos.

Minutos mas tarde en la estación.

— El sospechoso en custodia, ¿ha dicho algo?... — preguntó el capitán.

— Todavía no, pero Terry lo esta interrogando…

En la sala de interrogación.

— Entonces, ¿será por las buenas o por las malas?...

— Púdrete…— contestó altaneramente…

— Las malas…— suspiró—bien…— al decir esto lo tomo del cuello de la camisa y con un destelló desapareció junto con él. — ¿ Estas bien seguro de querer hacer esto?...

El sospechoso abrió los ojos, se encontró en la cima de uno de los pilares de un puente, sus pies apenas tocaban el acero y detrás de él había más de 200 metros hasta desembocar en el mar.

— Hace unas semanas ocurrió un incidente, un pequeño laboratorio a la orilla del mar, ¿Qué me puedes contar sobre eso?, ahí gente que te vio por ahí...

— ¿Cómo llegamos aquí?, ¿Qué eres tú?, ¡Fenómeno!, has lo que quieras, no diré nada…

— OK…— sonrió y lo soltó…

El hombre desesperadamente buscó alcanzarlo, pero no lo logró, a toda velocidad descendía rumbo al mar.

— ¡nooo!, ¡nooo!, ¡no quiero morir! ¡diré todo! — gemía desesperado.

— Eso quería escuchar, ¿era tan difícil?

De pronto, se encontraban de nuevo en la sala se interrogación, el hombre se aferró por segundos a la mesa.

— Bien habla o tendremos otro paseo…— agregó Terry.

— Soy un ex militar, dediqué mi vida a eso y con un maldito error se fue todo al diablo, tuve una baja deshonrosa, no tenía empleo, tenía que vivir de algo, ¿de que iba a trabajar? — jugueteaba nervioso con sus manos— esos dos tipos llegaron ofreciéndome 10 millones por un solo trabajo, el objetivo un viejo, Gregory no se que— dio un respiro y se reclinó en la silla— había sido un gran científico en LIFE enterprise hasta que esta fue absorbida por Astra CNK, pero él conservó varias patentes, íbamos por algo que había hecho, los escoltaríamos hasta él…— hizo una pausa.

— ¿ Qué fue lo encontraron allí? — cuestionó el detective mirándolo a los ojos.

— Una chica, una chica pelirroja de unos 15 o 16, ella estaba acompañando al viejo…

Terry se sobresaltó, hablaba de Rosette

— ¿Qué paso con ella?,,,

— Primero nos daba una paliza, ¿si?, tenía poderes algo muy raro, luego creímos que había muerto cuando volamos el lugar, pero al volver allí solo encontramos solo un cuerpo…

Terry se quedó pensativo, se levantó y salió de la habitación.

— Su abogado llegó, ya no puedes seguir…—indicó el capitán.

— De cualquier manera ya me dijo lo necesitaba saber.

21 de enero, 7:00 PM

Rosette salía de tomarse un baño, con una toalla envuelta en su cuerpo se disponía a elegir que ropa de las que le habían proporcionado en ese lugar usaría, se decidió por una blusa de tirantes y pantalón blancos, alguien llamó a la puerta.

— Pequeña te espero en la sala de pruebas, tenemos que ver como están tus habilidades. — ordenó el doctor.

— Claro, solo un momento…— respondió para luego apresurarse a cambiarse.

Minutos después, entró a una sala grande como del tamaño de un gimnasio en los extremos había cámaras y nada más, solo en el fondo Gregory y una mujer con una mochila gigantesca al brazo.

— Bienvenida Rosette, ella será tu maestra Estela Svanov, experta en varios tipos de artes marciales y ganadora de varias medallas de oro para su país.

Frente a Rosette había una mujer corpulenta de rasgos toscos y una expresión sería, vestía un traje de pelea, ella lo sabía pues su hermana adoptiva practicaba estas disciplinas; la mujer apretó su mano con fuerza y ella intentó corresponder, la observó por unos segundos, lo que la hizo sentir incomoda y habló.

— Lo que necesitas esta en tu mochila, cambiate. —ordenó autoritariamente.

— Profesor, yo no quisiera hacerle daño, no me gusta…

— Pequeña, nunca se sabe para que se pueda ocupar además tu poder requiere cierta disciplina, es algo estricta, pero podrás con esto

— Esta bien…— suspiró mientras se vestía con lo que había en la mochila, encima de su ropa se puso una ropa similar unas protecciones color azules en el pecho y la cabeza.

— Me cuentan que tu poses cierto talento para aprender todo solo con verlo y ya estas familiarizado por todo esto, pero para mi eso solo son charlatanerías, muéstrame lo mejor que tienes— le indicó la mujer.

Algo había en ella que la chica no se sentía ni un poco a gusto y decidida, pero sin querer buscó ejecutar con maestría varios golpes, que aunque bien realizados ninguno logró alcanzarla, la mujer le esbozo una mueca y de una patada la empujo hacia atrás, a pesar de la protección terminó siendo un duro golpe y Rosette buscó recuperar el aliento.

—¡Durak! — gruñó— Eres una chiquilla aficionada, lo sabía, te dije ¡dame con todo lo que tienes! — exclamó

La chica se puso en posición de pelea y arremetió con ella con varios golpes, la mujer detuvo su puño y se disponía a contraatacarla con un puñetazo justo en el rostro ella cerró los ojos e inconcientemente comenzó a expedir energía, con el impulso y la fuerza con la que el golpe iba a hacer asestado y la barrera de choque que la chica creo con su mente, la mujer terminó volando por los aires expulsaba por el choque de fuerzas hasta la pared.

— ¡Aaaaaaaa! — gritó con esa voz áspera y grave hasta estrellarse con el muro.

La chica observó esto sorprendida.

— ¡Lo siento!…— exclamó.

Minutos después.

— ¿Seguro que se pondrá bien? — preguntaba la chica preocupada.

— Solo fueron unos cuantos golpes, si te preocupa tanto puede verla en la enfermería.

La chica esbozó una sonrisa.

— ¿lo dices enserio?, iré a disculparme.

Se levantó para irse.

— Es la primera puerta del pasillo— indicó Gregory.

La chica se encontró ante un pasillo de 3 puertas, le indicaron que era en la primera de ellas, pero esta podría ser cualquiera de los dos extremos, lo dejo a la suerte e ingreso a la de la izquierda, tomo su tarjeta y la deslizó ya puerta se abrió al instante.

— Señora yo quería disculparme…

La chica quedo paralizada, era claro que había entrado al lugar equivocado, este era una especie de laboratorio, en un extremo había probetas y tubos de ensayo, había una plancha de acero, y aun lado de esta una bandeja con varios instrumentos de medicina, bisturí, pinzas, etc. Pero frente a esta dentro de una especie de contenedor un muchacho, tendría mas o menos su edad, aun lado de este yacía una especie de indicador que monitoreaba sus signos vitales, esto por alguna razón le causó cierto malestar.

— ¡Rosette pero que haces tu aquí! — el doctor exclamó desde la puerta. — te indique la primera puerta— su semblante era serio— ¿tocaste algo?

— No..no…¿ quien es el?... —tartamudeó.

— Eso a ti no te concierne, será mejor que vayas a tu habitación…— ordenó prepotentemente.

21 de enero 12: 25 AM

Tres de los siete mercenarios ya yacían inconcientes en el piso, uno por causa de Mey y otros por la criatura del pelaje oscuro enfrentaba a varios de ellos en la que se había transformado Nathan, mientras que el otro muchacho luchaba por liberar a las chicas de su prisión de hielo, poco a poco con la fuerza de gravedad y sumo cuidado había estado destrozando cada capa de hielo que las cubría, hasta que la ultima de las dos se vio liberada.

— ¿Se encuentran bien? — cuestionó el Omar.

—Estaba congelada, como esperas que este, pero en un segundo me recupero— respondió la chica.

De su cuerpo comenzó expedir energía vital que pronto la restauro hasta un estado más estable.

— ¿Crees que puedas hacerlo mismo con ella? — dijo señalando a Ángela aún inconciente.

— Supongo que si…— Se aproximó a ella

— ¿Quiénes son estas personas Mey? — preguntó la chica fantasma

— Se los preguntaré, cuando estemos a salvo en el suelo firme.

— ¿Con quien hablas? — preguntó el joven

— Es una larga historia…— susurró la chica, mientras reanimaba a la otra.

— Vamos estas con un montón de extraños en un helicóptero que tal vez se estrellé cuéntame…

— Tu optimismo es admirable, pues yo…puedo ver a los muertos…

Una segunda criatura infectada por Nathan ya se enfrentaba junto con él a los soldados restantes y con un golpe de cuerpo de éste, el último terminó fuera de combate, ya solo Vice quedaba de pie.

— ¡Ustedes! ¡Malditos!, ¡Los mataré! — exclamó la mercenaria enfundando una m-5 y comenzando a disparar.

Omar y Mey apenas pungieron tomar a Ángela y ocultarse.

— ¿¡Que esta pasando?! — la pobre reportera estaba apunto de entrar en schock por tanto sobresalto.

El mercenario infectado se lanzó contra la mujer, pero terminó acribillado despiadamente entre sus balas, Nathan sin embargo aprovecho esto para lanzar una segunda embestida y lograr tirarla a pesar de terminar herido en el pie, sin embargo ya en suelo busco atacarla, después de todo una mordida bastaría, la mujer lo tomó de una de las garras y comenzó a congelarlo, él chilló salvajemente de dolor y calló de lado con la mitad de su cuerpo helado. Antes de que diera el golpe final a su amigo, Omar se levantó y con la fuerza aplastante de su poder arremetió contra ella, su golpe fue certero pero descuidado, el helicóptero comenzó a descender violentamente.


— Eres un genio— djjo Mey sarcasticamente—, terminaste doblando una de las aspas, me anuncia mi buen amiga Amelie, nos has condenado a todos.

— No lo creó, puedo hacer algo, ve por el piloto, el no tiene nada que ver en esto…

El muchacho tomo a Ángela en sus brazos y se acercó a Nathaniel que estaba herido.

— ¿Estas bien amigo?

Nathan hizo “estallar” el hielo que lo rodeaba y se puso de pie sacudiéndose en forma canina, Mey venía a restas con un pequeño hombrecillo de bigote, temblando.

— No me hagan nada, yo solo seguía ordenes.

— Lo sabemos, te salvaré la vida, tonto…


—No deberíamos llevar ella — Ángela señaló a Vice en el piso— cierto no es muy buena idea.

El helicóptero terminó estrellándose con Vice y otros 7 infelices dentro, en una carretera próxima a la playa, ellos terminaron por un segundo suspendidos en el aire hasta que Omar no resistió mas y terminaron cayendo en el infalible de una fiesta infantil, por suerte Nathan volvió a la normalidad y aunque no tenían excusa valida, los niños lo tomaron como el mejor espectáculo de superhéroes y el asunto no paso a mayores.

23 de enero

Sonaba la alarma, las fuerzas eran desplegadas alrededor de ellos en respuesta a esta, los pies de Rosette apenas tocaban el suelo y comenzaba a lastimarla la forma en la que Gregory la llevaba tomada de la mano, su corazón estaba agitado y se forzaba a distinguir cada figura a media luz, estaban en el penúltimo piso, uno más y llegarían hasta el helicóptero que los sacaría de allí. Pero de pronto, paso, se produjo una luz, un breve destello como el del flash de una cámara o algo similar, pero Rosette conocía ese destello, solo podía ser él.
Poco a poco una figura se fue dibujando frente a ellos, Terry yacía con un muchacho en los brazos alguien herido, la miro a los ojos, esa mirada, esa forma en lo hacía siempre le había gustado, era imponente pero a la vez tierna, mostraba tanta seguridad y valor.

— Rosette, ven conmigo, vengo a salvarte.

Continuara.

 

El fin de temporada se esta acercando y como lo han dicho mientras unos secretos se solucionan otros mas surgen, como han notado ciertos personajes que parecían insignificantes toman cierto protagonismo el la historia, en este capitulo y en el próximo se revelaran mucho de lo que involucra si pasado, incluyendo por supuesto a la protagonista, espero que les guste.

Capítulo 10: Cicatrices

23 de enero:

10:05 PM

Rosette pensó en lo que todo lo que había pasado su vida en estos últimos meses, estaba segura que sus ojos habían presenciado cosas más asombrosas que lo que muchas personas harían en toda su vida, en su mente revoloteaban ideas en caos, pensamientos intentando formarse como uno solo, su corazón decidía entre la primera persona que recuerda al volver a este mundo y el que intentaba hacerle recuperar su pasado, repasaba cada recuerdo intentando encontrarle un sentido a su propia existencia, mientras el lugar entero se venía abajo, el sobrecargar el sistema de energía había provocado un incendio en el piso inferior y con esto que la estructura del edificio se dañaba a cada segundo.
—Yo…yo lo siento Rosette, no importa cual haya sido el fin, lamentó haberte mentido…—dijo Terry mientras se aproximaba más a ella—quería protegerte pero esto era mucho más grande de lo que imaginaba…

— ¿Qué es lo que está pasando?, ¡no logro entender nada!— la chica se presionó un poco las cienes.

— Explique doctor, ¿Cómo sobrevivió al accidente del laboratorio?— el rostro de Terry se mostró severo al ver al científico.

Rosette observó al médico, esta pregunta había venido un par de ocasiones a su cabeza, pero parte de ella no quería saber la respuesta.
Gregory se puso nervioso, frunció el ceño y no contesto nada.

— Varias después de que te encontré Rosette comencé a investigar, en la policía teníamos varios reportes de desapariciones personas hace varios años pero comenzó a acrecentarse en los últimos meses, yendo más a fondo entrevistando a cada una de las familias nos hablaban que entre ellos había un comportamiento extraño e inusual antes de desaparecer, son como nosotros— Terry dirigió la mirada al chico que llevaba en sus brazos.

Rosette lucía consternada. Un futuro incierto, un pasado olvidado, entre mentiras verdaderas yacía su existencia como en un delgado hilo.

— ¿Entonces, Omar, Nathan…fueron solo el principio?— cuestionó

— Si, en la ciudad ha continuado apareciendo, en esta misma instalación mantenían recluidos a mas cincuenta de ellos.

— No puede ser— Rosette comenzaba apartarse del doctor, recordando aquella escena que vivió hace unos días, realmente todo encajaba.
— Todo tuvo sentido cuando vi al buen doctor tratando de llevarte—suspiro— el verdadero pereció valientemente para que tu vivieras, Rosette.

Rosette sentía en ella un nuevo sentimiento, un calor intenso casi le quemaba el cuerpo, presionaba su puño y sus dientes, sus dulces y bellos rasgos se vieron se vieron ensombrecidos, sentía furia, estaba enojada consigo sí misma y su ingenuidad, estaba enojaba por su vida siempre estuvieran involucradas mentiras, pero más que nada porque alguien se había atrevido a mancillar uno de las personas que ella recordaba con más cariño, podía leerlo en la mente de ese hombre, era un impostor.

— ¡Como te atreves!—exclamó la chica volteando hacía el hombre para tirarle un puñetazo, pero expulsándolo lejos solamente por la intensa aura de poder que expedía.

El falso Gregory salió expulsado varios metros, hasta que intento ponerse de pie y correr, a su apariencia el sucedía algo, descontroladamente mutaba desde un pequeño niño de seis años hasta una mujer de treinta, un hombre alto y moreno, una anciana, al igual que cada uno de sus pensamientos, así consistía su habilidad. Tambaleante por el ataque psíquico que había producido un efecto demencial en su cabeza, llegaba hasta una especie de alarma y la activaba antes de caer inconciente.

Antes de que Terry siquiera se percatara, un sujeto llegaba por detrás de él y lo golpeaba, propinándole una patada envuelta en electricidad, esto lo dejaba tambaleante y algo herido pues apenas había tenido tiempo de ponerse como escudo para que no dañaran al chico inconciente.

Mientras tanto. 9:30 PM

Uno de los guardias de seguridad hacía su revisión diurna, sabía que si trabajo era una pantalla, con el sistema de seguridad el edificio contaba solo un súper-humano podría entrar y aun así no era nada seguro, sonrió irónico, le importaba poco lo que ocurriera dentro de ese lugar, cualquier negocio ilícito, los ruidos extraños que se escuchaban dentro, la integridad o moral, mientras que él recibiera su cheque y no hiciera preguntas todo estaba bien, si alguien preguntaba diría que era un centro de negocios.
Un muchacho se acercaba a él, tendría unos doce o trece años, caminaba pausado y un lento, el guardia meneo su cabeza y se acercó para sacarlo del perímetro.

— Oyes muchacho, ya es tarde para que estés fuera de casa, además esto es propiedad privaba, lárgate antes de que te saque a patadas— dijo autoritario.

—Calma amigo—dijo el muchacho—solo quiero la hora.
El hombre agacho la mirada y al hacerlo el muchacho busco arremeter contra él, el guardia contrataco al instante con su porra en el pecho pero sintió como que le pegaba al concreto, el chico intento un segundo golpe su mano era ahora como de piedra e inevitablemente con esta termino noqueando al sujeto.
Haciendo esto camino hasta la entrada, se acercó a otras cuatro tres siluetas en la oscuridad, a sus pies yacían otros dos inconscientes.

— ¡Lo mate!, ¡lo mate!, estoy segura que lo mate— Mey yacía frente a uno de ellos temblando.
—Tranquila Mey aun puedo sentir vida solo sufrió un colapso, se pondrá bien— dijo Omar.

—Si yo también puedo sentirlo, está vivo— agregó Amelí

—Gracias amiga—dijo Mey

— ¿En serio si hablas con un fantasma?— cuestionó Fabián mientras se acercaba.

— Claro que lo hago, ¿por qué mentiría?—dijo la chica a la defensiva.

—Tranquila era solo una pregunta—se puso en posición defensiva, alzando sus manos— ¿ya vamos a entrar?—preguntó a Omar.

—Solo que Nathan llegué, él limpiaba el lugar de los últimos guardias, le hubiera llamado, pero no puede hablar—sonrió levemente.

— ¿Sigo opinando que esto podría ser un error?—dijo Angela, algo inquieta— ¿y si sucede lo de la última vez?...

—No sucederá, ya lo veras—Fabian puso su mano en su hombro y sonrió.

—Sera una operación discreta y silenciosa, no queremos causar revuelo—indicó Omar.
Apenas terminó la oración Nathan transformado en bestia lo salta y con otras dos criaturas destroza la entrada del edificio.

—Allí quedó lo de discreta y silenciosa—Mey sonrió irónicamente.
Omar suspiro molesto e indicó que entraran con una señal.

— ¡Vamos la prioridad es encontrar a Terry!, recuerden por lo que él sabía, ellos están preparados contra nosotros, así que cuidado —ordenó Omar, apenas creyéndose lo que era ahora.

— ¿Sabes que sería gracioso?, que nos hubiéramos equivocado de edificio y al abrir una habitación hubiera una chicas haciendo aerobics—dijo Fabián sonriendo.

— ¿Él tiene que venir?, ¿y si lo dejamos como carnada?— respondió Mey.

—Mala…—Fabian frunció el ceño
Nathan salé expulsado de regreso entre la umbra del edificio, se estrella contra el piso y apenas se levanta con dificultad, varias sombras surgen desde un pasillo superior.

—¿Quiénes son ellos?—pregunta Angela, observando.

— Creo que son, las de los aerobics— contesta irónicamente Omar.
Mientras tanto.

— ¡Terry!— Rosette gritaba al verlo acorralado por el otro sujeto.
La mirada que se filtraba entre el pelo largo sobre su rostro se tornaba inhumana, sin ningún vestigio de voluntad, en sus manos había ciertas laceraciones, había estado atado, vestía una playera de algún autoservicio seguro se lo habían llevado antes de salir de trabajar, su nombre, al menos de quien había sido antes de ser raptado, era Gale.

— Después de tantas descargas aún me cuesta un poco transportarme, linda— contestó Terry malherido, esquivando apenas un puñetazo fulminante que acabo destrozando la pared de atrás.

Rosette acudiría en su ayuda en este momento, cuando sintió un pulso de dolor en su muslo, el ruido fugaz de un proyectil, una bala le había rosado la pierna, por el dolor cayó violentamente de rodillas, puso las manos para evitar caer al piso y presionó luego los puños intentando que el dolor se amortiguara.

— Debo admitirlo la estrategia de tu amigo el detective ha sido bastante buena, sobrepasó mis expectativas, no imagino por que se habrán tomado los que me contrataron se tomaron tantas molestias por ti—se escuchó cargar el arma de nuevo— es claro que yo podría derrotarte.

Rosette sintió el acero frío del arma en su espalda.

— Mírense ahora jugándose a ser héroes—apretaría el gatillo—patéticos…

—¿Sabes?, yo no sé quién soy, ni de dónde vengo, pero debo compadecerte por que al menos yo puedo soñar y creer…

Rosette emanaba una un aura de poder psíquico a su alrededor esta empujar a su atacante y la obliga a retroceder, la chica pelirroja se levanta con algo de dificultad y le hace frente a su atacante, Vice la observa despectivamente, en su mejilla de la mercenaria ha quedado vestigios de la última batalla en una cicatriz, mas sin embargo vive.

— ¿Me enfrentaras? que digna, por cierto mi nombre es Vice.
La mujer pone su manos en forma de X y luego las extiende de sus manos surgen varias cuchillas hechas de hielo hacía la chica.

Del otro lado Terry había logrado conectar un golpe, sin embargo esto fue sido para el cómo darle con una barra de acero a una cerca electrificada, con su cuerpo humeante y lacerado observó que su rival se dirige hacía el muchacho inconsciente que había salvado, lo entiendió en ese momento, él ha sido su objetivo todo el tiempo, sin pensarlo se lanzó hacía el atacante y logrando desvanecerse.

Jamás había sido para el tan doloroso el transportarse a otro lugar, cada partícula de electricidad se encajaba al cuerpo como una aguja, su idea era llevarlo lejos, pero a causa de ese efecto solo logró moverlo a afuera del edificio, reaparecieron en medio de las calles, un conductor tuvo que virar violentamente para no estrellarse con ellos y la gente a su alrededor los observaba, extrañados.

Mientras tanto.


10: 20 PM

El sonido de alarma resonaba, estaban allí por un vínculo que los mantenía unidos, aquellas habilidades que habían surgido en ellos les llamaban a estar juntos, los movía la voluntad, redimir las culpas de un pasado o lidiar con los retos de un futuro, se enfrentarían uno a uno contra los rivales que ahora se imponían a ellos, sin tener idea que de estos se reanimarían memorias que creían perdidas.

Omar casi intentaba olvidar la vida que había tenido hasta hace unos meses, había cometido demasiados errores y se rodeaba de la gente equivocada, carecía del coraje requerido para tomar su vida en sus manos y era solo una hoja al viento, un muchacho que haría lo imposible por poco de atención, pero alguna vez no tuvo que ser así, existió una persona que lo apoyó, que entre las calles inclementes donde creció le daba esperanza y en lo que todos veían solo un muchacho desobligado, él pensaba en niño con mucho potencial, jamás recibió de aquel hombre un abrazo o muestras de afecto alguna, con su rostro duro y fuerte solo lo observaba de vez en cuando, pero siempre estuvo allí…

Flash Back:

Un pequeño niño corría entre las calles, su rostro estaba lleno de polvo al igual que su ropa, llevaba una cartera en sus manos y detrás lo sigue un oficial de policía

— ¡Para ya, chiquillo ladrón!— exclamaba el oficial— ¡detente o ya verás!— amenazaba batiendo su porra negra en el aire.

— Mejor deberías de dejar de intentarlo, policía tonto, ¡nunca me atraparas!—se burlaba haciendo señas para luego seguir corriendo.

El niño al voltear hacia atrás cocha contra un hombre alto y de rostro severo que lo intimida al instante mientras cae al suelo por chocar contra él, el hombre extiende su manaza hasta él y lo toma de la playera. El oficial llega hasta donde están ellos.

—Muchas gracias señor terminó atrapándolo—dijo el policía agitado.

— ¿Cuál es el problema?—preguntó con voz ronca.

— Ese malandrín despojo a un señor de su cartera—lo intenta tomar de la mano al niño—pero esta es la última lo llevaré conmigo directo a la correccional.

El hombre lo mantenía sujeto del cuello, lo observó furiosamente.

— Entrega eso, ahora— el niño sin dudar le dio el objeto al policía.

— Tengo que remitirlo—indicó el uniformado.

—No creo que sea necesario, este es mi sobrino, me encargaré de que reciba un castigo y jamás suceda de nuevo — el hombre observó con misma mirada al oficial.

Éste ya no se atrevió a objetar.

— Te mantendré vigilado—miró al niño, que terminó bajando el rostro—buen día señor…—concluyó retirándose.

—Oyes, oyes me salvaste amigo, jeje, gracias—el niño le sonrió a aquel hombre.

Éste permaneció con el mismo semblante, lo soltó y comenzó a caminar.

—Espera, ¿a dónde vas?—preguntó el pequeño tomando su brazo.

— No te importa, deja de meterte en problemas o acabaras mal, ¿quieres?—respondió secamente.

— De acuerdo—el chico bajo la mirada y se quedó inmóvil.

— ¿Ya has comido algo?—preguntó el hombre, mientras volteaba de nuevo.

—No, desde hace dos días—dijo algo avergonzado el chiquillo.

—Te invitaré algo, vamos…

Fin del Flash Back

Permanecieron juntos varios meses, le comenzó a enseñar algunas cosas, leer, escribir, a veces llevaba su auto y si lo lavaba en menos de 15 minutos le otorgaba un regalo. Omar comenzaba a vestir mejor, tener más modales, llevaba un largo tiempo fuera de las calles, su verdadero padre se fue cuando él tenía dos y comenzó a verlo como uno, buscaba de él orgullo, se sentía alguien.
Algo como el sentimiento más terrible surgió al verlo surgir de entre la oscuridad, mezclas de melancolía, miedo, coraje, rabia, rencor lo destrozaban por dentro, recordó el ultimo día que lo vio, era un verano le había prometido que al día siguiente irían al cine, a un niño como Omar que solo había visto televisiones en aparadores le maravillaba la idea de una pantalla gigante y un sonido envolvente como estar justo en medio de la acción, espero ansioso la hora pactada y su gran amigo no se presentó, pasó un día y él no había vuelto, las semanas se hicieron meses y los meses años, el corazón del niño se hizo pequeño pues se sintió abandonado y traicionado. Ahora después de tantos años aquella de su pasado resurgía para enfrentarlo, vencerlo y recordarle quien realmente era.

— Otosan-sama…pero…pero… ¿Cómo?…—su voz temblaba, ese nombre pensó que no lo pronunciaría jamás.


La mano de quien había sido casi un padre para él se acrecentaba y formara un mazo de arena que el chico apenas lograba esquivar, repetía esta acción varias ocasiones hasta que lograba estrellarlo a la pared y comenzaba rodearlo con arena con intención de asfixiarlo, Omar no se atrevía a atacar.

— ¡Omar— gritó Mey diciéndose hacía él pero es interceptada por otro sujeto comenzando a batallar contra éste.

— Tu pelea es contigo muñeca— le dijo el tipo.


Era moreno y tendría unos treinta dos años de edad, una sonrisa sardónica se dibujaba en su rostro de ojos grandes y nariz redonda, vestía con un traje militar.

— ¡No me llames así!, lo odio— le dio una patada— ¿esto no esta tan mal o si Amelie?…

—Mey…él…—la chica fantasma permanecía inmóvil con un rostro consternado.

— ¿Que te sucede amiga?— preguntó aún dentro del calor de la batalla.

— Él fue quien mató…—dijo en forma de susurró.

—¡¿Qué?!,nnnn…no bromes no es momento, tú tuviste un accidente de auto, yo…¡Yo…yo lo recuerdo!—su voz se entrecortaba por ansiedad, su rostro se tensó y se quedó callada intentando recordar.


Flash Back:


Ese era un día de escuela muy soleado, dos chicas caminaba hacía la salida de la escuela mientras tres chicos las molestaban.

—Miren allí van las raras—vociferaba un chico de cabello rizado.

— Oigan dementes, ¿Qué harán hoy, asustar a los niños del kínder con sus caras?—agregaba otro niño algo obeso caminando a su alrededor.

— ¡Vamos niñas tontas digan algo!, lo que pasa es que nos tienen miedo—exclamaba otro alto y moreno.
La chica de pelo claro hasta el cuello miro a su amiga.

—Mey, has algo—suplicó

—Tranquila Amelie, sabes que perros que ladran no muerden…
Diciendo esto le propino un puntapié al niño obeso se comenzó a saltar del dolor, se quitó su mochila del brazo y le pegó al moreno que casi cae al piso, observó solo al otro que se quedó paralizado, los tres terminaron huyendo.

— Gracias—sonrió

— No todo el tiempo te estaré defendiendo, la próxima vez te toca a ti—la chica sonrió—recuerda que pasare por la tarde a tu casa para “hacer la tarea”.

— ¿¡Esta ocasión, si vendrás!?—saltó de gusto.

—Claro mi querida pira, ahora debo irme si no mis viejos me comenzaran a alegar—dijo Mey

—Está bien Mey, te veo en la tarde

La chica se despedía mientras su amiga cruzaba la calle.

— Rayos, se me olvido darle mi dirección, ¿Cómo se supone llegara a mi casa?, ¡Mey!—gritó la chica— ¡espera!—agregó mientras se disponía a cruzar la calle.

Mey volteó y se cruzó de brazos, un hombre moreno entonces más joven pero con la misma apariencia, le adelantó el paso y la empujó.

—Fíjese, viejo idiota—reclamó la chica que tenía su carácter.

Amelie comenzó a esquivar autos desde el otro lado, cuando el trafico hizo una pequeña pausa que buscó utilizar, Mey recordó en ese momento un detalle, entonces no había sido relevante no le encontraba relación, el mismo sujeto que la había empujado, por breves segundos había tocado el antebrazo de Amelie y seguía su camino, esta caía desplomada al piso y en ese momento era cuando era arrastrada por un conductor que no alcanzaba a frenar a tiempo.

Fin del Flash Back.

Es misterioso como ocurren las cosas en el más allá, pero no fue hasta ese momento que vio rostro que Amelie recordó como cada gramo de su vida fue arrancada con ese toque, como su sintió un ardor en todo el cuerpo y le abandonaron una a una sus fuerzas.

La mirada de la chica estaba ensombrecida, su labio inferior le temblaba y unas lágrimas de coraje se deslizaban en sus mejillas.

— ¡Maldito!, ¡Tú lo hiciste, la mataste!, ¡Te acabaré!— rugió la chica furiosa dirigiéndose al tipo.

La energía vital que rodeaba su cuerpo se intensifico al máximo y antes de que él tipo pudiese hacer algo le lanzó una fuerte descarga en el pecho, pensando que había vencido levantó la mirada solo para darse cuenta que no había ocurrido nada.

— ¿Por qué tanto escándalo?—esbozó esa risa sardónica de nuevo.

— ¿Por qué?, ¿¡por qué no te hice nada!?—exclamó impotente mientras este la sujetaba de las manos.

— Porque soy tu opuesto, espera—su sonrisa se hizo más grande— ya te recuerdo, entonces si terminé equivocándome de objetivo después de todo— sonrió burlón— ella tu eran buenas amigas ¿no es cierto?—le susurró.

Al decir esto comenzó a emanar dentro de ella una especie de sustancia o energía, fuese lo que fuese dolía demasiado, tanto que la hizo gritar.

— ¡Aún es mi mejor amiga!— destelló un pulso de energía que obligó a soltarla— y la vengaré…

Mientras tanto.


10:35 PM

Rosette se enfrentaba a la mercenaria quien la ha estado atacando indiscriminadamente, la chica pelirroja cuenta ya con varias heridas en la mejilla, manos y pies que además de arder comenzaban a restarle movilidad pues cada una de la cuchillas heladas al impactarla le roba calor.

— No puedo entender a personas como ustedes, nosotros no les hemos hecho nada y nos buscan lastimar— dijo la chica mirándola a los ojos— ¡no pienso dejar que dañen a otras personas jamás!

Levantando la mano hacia ella forma unas alas de energía psíquica que se diseminan en cientos de plumas, mientras corre hacía ella, Vice crea un escudo de hielo que refractó la mayoría de estas, pero las que están en los extremos Rosette las empuja hacia ella y logran envestirla, antes de que la mujer contraataque, la chica introduce una esfera de energía en ella que la empuja contra la pared.

Se acercó a ella.

— ¿Qué rayos me hiciste?—dijo a punto de caer inconsciente.

— Reduje la sinapsis de todo tu cuerpo, sin esta puedes caer inconsciente, dormir o caer en coma, mereces algo peor, pero te lo dije, te compadezco.

—Pequeña insolente, recuerdo el diario de tus padres, “en este mundo puede haber luz y oscuridad”, yo fui consumida por la ultima…—dijo Vice resistiéndose a desmayo.

—¿Cómo sabes eso?, yo no se lo he comentado a nadie…

— Estaba allí, cuando fue escrito, soy tu hermana…



En medio de la intensa tormenta que ocurre en su interior estalla un sorpresivo relámpago del pasado.

Continuara.

 

Casi un año escribiendo este fic, estoy emocionado, increíble que haya llegado tan lejos, agradezco a todas las personas que han leído y espero que este final de temporada sea todo lo que esperen.

Capítulo Final: Rosette


El crepitar del fuego entre el concreto que estructuraba aquel edificio, se escuchaba por encima de él, su mente aún daba vueltas por ese ataque de la chica, pensó cuan estúpido había sido por fortalecerla con entrenamiento. Claro, no sé suponía que estoy debiera pasar esto, se supone que sus habilidades miméticas bastarían para convencerla, la manipularía el tiempo suficiente para poder hacer algo al respecto y entonces ya habría aprendido lo suficiente para eliminarla.—Cada célula, cada partícula, cada neurona y por lo tanto cada pensamiento… Cada célula, cada partícula, cada neurona y por lo tanto cada pensamiento—repetía mientras avanzaba tambaleante entre el pasillo.

Su cabeza está hecha trizas, sus pensamientos y los de varias personas que alguna vez había replicado se licuaban y lo bombardeaban incesantes, estuvo a punto de pegarse en la pared desesperado para acallarlas, cuando algo ocurrió.

— Creo que yo no debo estar aquí, esto fue un enorme error, tengo miedo…—se escuchaban unos susurros a lo lejos.

El falso doctor Gregory, avanzó hacía donde se escuchaba. Detrás de uno de los múltiples laboratorios que estaban en el edificio se encontrada una chica, unos veintantos años, piel pálida, cabello negro, algunas pecas en las mejillas y una expresión de tensión, era Angélica Venegas algo había ocurrido durante esos días algo que le había hecho recordar algunas cosas de su pasado y ahora no la dejaba atrás.

—Debemos irnos, sabes que puede ocurrir—se decía así misma— pero ellos me ayudaron, no puedo abandonarlos, aunque no pueda hacer nada.

Se acercaría a ella pero algo comenzó a vibrar en su bolsillo, era un teléfono celular.

-Volaremos el edificio asegúrate de haber recabado toda la información, tu fallo no quedara impune-

El hombre presionó los dientes, se forzó a reincorporarse por completo y avanzó al lado contrario, observó a la chica una última vez y se retiró.

— Manden unidades al área A-14 encontré otra intrusa—indicó por un radio que sacó de su bata.

Mientras tanto.

— Ya saque a varias personas Nathan, solo revisa en el último pasillo yo iré al piso de arriba—indicó Fabián subiendo.

Los ojos salvajes por debajo de ese brumo pelaje, de la criatura que se había forjado sobre él había un hombre, un muchacho que había perdido mucho y no sabía si esto algún día podría volver algún día. Su mente racional aunque no se perdía por completo como antes, solía divagar un poco entre los recuerdos de este pasado perdido y entre las cenizas de este edificio observaba algo que le daría respuestas, rugió y precipitándose sobre algunos de los soldados que los atacan lo encontró, el hombre que lo portaba permanecía temeroso y con el enorme peso de la criatura sobre él buscaba atrapar un cuchillo de portaba en la pantorrilla, Nathan desgarró sin esfuerzo alguno ese el escudo antibalas que tenía y con él hocico tomo una pequeña capsula de cristal que contenía un líquido amarillo, sus sentidos se agudizaban demasiado en su forma animal y esa sustancia en definitiva era la misma que contenía en su sistema.

Flash Back:

Precipitadamente se ve descender de un barco a un muchacho de pelo largo entre los callejones de la ciudad, sus movimientos son erráticos y apenas puede mantenerse en pie, sin querer se impacta contra unos mercantes que descendiente con una enorme caja de otra embarcación.

— ¡Oyes tú! ¿Qué hacías sobre ese barco?, ¡Fabricio llama a la policía teníamos un polizonte!—dijo uno de ellos.

El joven sin saber que sucede acelera el paso, un incesante zumbido en los oídos lo tensa aún más, no conoce nadie ni donde está, su memoria está en blanco y una fuerte opresión en el pecho le obliga a detenerse por segundo y ensimismarse, algo cambia en él y ese cambio duele demasiado, su sangre arde y una especie de ansiedad incontrolable lo satura.

— ¡Ya basta!—gritó presionando sus cienes.

Una mujer se acerca a ayudarlo, tomándolo del hombro, pero se aleja y la empuja sin querer, se refugia tras unas cajas, un olor dulzón invadía el aire, y cuando se dio cuenta se percató que provenía de él, era como a una fruta pero no era agradable, tenía hambre, pero una hambre distinta, observando a la gente pensaba en solo abalanzarse sobre ellos y devorarlos, se levantó y continuó caminando hasta llegar a un autoservicio

Fin del Flash Back

Nathaniel rugió furioso, eran ellos los que lo habían transformado en esa criatura, por ellos había atacado a toda esa gente.
El tipo que estaba sobre el que estaba sonrió.

— ¿Te sorprende?, debo confesar que le he tomado cierto gusto a esa sustancia, al poder que te otorga, siento decirte que tu solo eres el prototipo, yo soy la versión mejorada.

Él lo sabía todo su organismo expedía ese olor, habían creado más como él y lo peor lo habían magnificado.

Lo observó cómo crecía hasta sobrepasar por mucho su talla a pesar de medir casi dos metros, se rodeó de pelo como púas negras, mientras su ropa cedía ante la excesiva musculatura del monstruo en el que se transformaba.

— ¿Vienes aquí por retribución?, ¡te convertirás solo en mi bocadillo!— lo tomo con su enorme garra del cuerpo y lo estrelló al piso sin que pudiera poner alguna resistencia luego lo mando volando a través de la puerta.

Nathan lanzó un gemido lobuno de dolor.

Mientras tanto.

Fabián escucho el estruendo de la puerta al romperse y vio a Nathan desaparecer tras ella, aceleraría el paso cuando vio a Omar atravesar la pared del pasillo con un enorme coloso sobre él, Omar parecía no defenderse mientras este lo golpeaba sin piedad.

— ¡Omar tienes que defenderte!— le indicó.

— Es que… —esquiva apenas un puñetazo— no lo entiendes, no sé qué hace él aquí…—salta y esquiva una patada— el solo se fue…

—Pero, ¿Quién es?...—preguntó Fabian a punto de ayudarlo.

— Él es como mi padre…—sus ojos se cristalizaron y recibió un puñetazo fuerte en el estómago.

—Pero no puedes dejar que ocurra así, piénsalo si es la misma persona que decía ser, ¿te trataría así?, algo muy malo le hacen a la gente así Terry lo sabe, tal sea la única forma de liberarlo.
Omar se quedó pensativo unos segundos, cabizbajo, tantos sentimientos, tantas sensaciones.

— Te quiero papa…—susurró y levantó la mirada, extendió ambos brazos hacia él y creo una enorme esfera casi transparente que comenzó a crecer—Fabián, hay muchas personas haya atrás, debo encargarme de esto.

Fabián corrió y escuchó una explosión detrás, dio un suspiro y se acercó a la primera puerta.

— ¡Auxilio!— prorrumpió una voz desde el final del pasillo donde se veía humo y fuego avanzaba.

Fabián dudó un momento y acudió, conforme se adentraba más al incendio y el calor aumentaba su piel se volvía densa y contra él fuego, sin embargo no tuvo que acercase más en medio del pasillo se veía una silueta, sus ojos buscaban adaptarse a la visibilidad pero por los cambios constantes no le era sencillo, extendió su mano hacía el herido.

— ¿Estas bien?— preguntó

El muchacho levantó el rostro aunque su rostro no era visible y lo tomo de la mano.

— Yo estoy bien, tu no, ingenuo— presionó su mano.

Diciendo esto lo arrojo al fuego, Fabian derrapó y se reincorporó, alcanzo a observar como la mano de su atacante tocaba el piso y se volvía de mármol, para luego dirigirse hacia él.

Mientras tanto.

Rosette caminaba entre los pasillos con Vice al hombro, su forma de ser no le permitía dejar a nadie atrás, parecía que decía la verdad, todo había sido demasiado confuso y aunque pareciera un poco ingenua debía aferrarse a cualquier indicio de su pasado por vano que fuera.

— Si eso es así dime ¿por qué estas con ellos?...—preguntó la pelirroja.

—El mundo cambia, para mi cambio demasiado, mi vida se hizo cada vez más oscura hasta que me dejo de importar lo que fuera de ella…—suspiró y dio una sonrisa irónica. — que patética soy, siendo arrastrada por quien tenía que matar.

— ¿Qué es todo esto?— la subió más a su hombro

— Esto es el absurdo intento del hombre de verse como dios, deberías dejarme aquí, yo ya estoy perdida…—intento soltarse.

—No, ¡no!, no me pidas eso…

— Dentro de pocos minutos volaran todo esto y…bueno yo no soy la cosa más peligrosa que reside aquí…

El destino parece tener la vida a veces en juego de azar, con sucias tretas y crueles bromas, aquí ocurría algo así. En pasillo se escucharon unos pequeños pasos, una sombra estirada se refracto en la pared hasta dar paso a un pequeño ser como del tamaño de un niño, tenía el pelo negro y ojos pequeños y un poco humanoides color gris, carecía de orejas, y sus manos parecían ser más largas, caminaba sin pestañear.

— ¡Déjame!— Vice se soltaba y se tiraba al piso extendía su mano hacía el asustada. — ¡Maldita sea lárgate o morirás!, vete, vete ¡maldición!—gritaba histérica.

—Pero… ¿pero que es él?...— se ponía en posición de pelea para enfrentarlo…

— ¡Que te vayas!—Insistía.

— ¡Dime que es!— gritó

— Cuando el hombre buscó ser dios, terminó creando al diablo…

El extraño ser se eleva y lanza hacia ellas una onda expansiva ambas crean escudos de hielo y psíquico, pero estos son desintegrados en segundos y la energía las empuja violentamente contra el otro extremo de la habitación.

Mientras tanto.

En la calle, la gente huye en medio de un feroz enfrentamiento de methahumanos, algunos curiosos se esconden tras los autos a pesar del peligro mientras uno de ellos deja a oscuras la calle absorbiendo toda la electricidad de farolas y negocios cercanos y redirigiendo todo hasta su atacante, los relámpagos lo impactan contra un puesto ambulante y luego un negocio.
Se levanta tambaleante y se come el hot-dog que cayó sobre él.

— Y si lo hablamos mejor, mira te invito una salchicha…—dice Terry intentando reír.

Su rival solo observa.

— No digas nada, claro te pones exigente en la primera cita, ¡ja!, ya duro demasiado es hora de terminar…

Cierra los ojos para concentrarse, se escucha un rechinar de ruedas en una calle que se supone ya está desierta, de la nada un auto aparece, esta tripulado por un hombre que grita al ver que impactara al otro, lo golpea con fuerza y lo estrella en la pared pero se desvanece de nuevo antes de que la atraviese.

— Ups quería uno que no estuviese tripulado, bueno está bien— se acerca a su rival y le toma el pulso— sigue con vida, espero que se recupere de lo que le hayan hecho, estará bien

Una mujer sostenía en su regazo al chico que salvo, se acercó a ella.

— Cuídelo a él también es inofensivo ya…—observa a lo lejos al chico y se teleporta.

Segundos después aparece dentro del edificio y voltea hacia todos lados buscando a Rosette.

— ¡Rosette!, ¡Rosette!— corrió entre los pasillos en su búsqueda.
El edificio cedía a cada segundo y el tiempo se agotaba, esperada que su plan hubiese sido una buena idea y todos salieran bien de allí, entre varios pasillos había claras señales de batallas y se preguntó a que se estarían enfrentando el equipo que había reunido, que con poderes y todo, eran solo chicos.

Mientras tanto.

Mey enfrenta a ese hombre que le arrebató a su mejor amiga, está furiosa e impotente porque a pesar de sus habilidades, no logra hacer frente a las de él, él se jacta de esto a cada segundo.

— Entonces encanto ya piensas darte por vencida— lanzó una especie de aura desde su brazo que a su contacto le provoca un enorme mareo.
Mey se reincorpora, sus habilidades debían de lidiar con los venenos que él producía y además atacarlo, comenzaba agotarse.

— ¡Maldito no me llames así!—concentró energía en su pierna

Le pegó con fuerza, él tomó su pierna y la tiró al piso. Amelie observaba, durante tanto tiempo solo observando, si pudiera llorar, lo haría de incapacidad.

— Siempre Mey, siempre viste por mí, me defendiste, me enseñaste a afrontar cosas difíciles, siempre me defendías y yo, y yo ¡no puedo hacer nada por ti!

La chica fantasma la atraviesa por su espalda en el justo momento que él soldado venenoso dará el golpe final, su cuerpo espectral resplandece un poco y se introduce al del tipo, que de pronto quedó estático.

Mey lo observó por segundos, no parpadeaba siquiera.

— Mey, creo que lo estoy controlando, termina con él mientras tanto—la voz provenía de su interior.
Los lazos que no rompió ni la misma muerte, hoy se unen más que nunca, creando un resplandor de justicia, para su amistad imborrable.

— Lo haré, como en los viejos tiempos—Mey sonrió.

Hazlo ambos puños sobre él, la energía que producía se trasfería directamente a Amelie afectándolo directamente, por los ojos y la boca comenzó a emanar una gran y potente luz, mientras casa partícula de su cuerpo se sobrecargaba. Él quería gritar pues cada gramo de su poder se desvanecía y esto le causaba un gran dolor, pero no tenía en su cuerpo ni el mínimo control para hacerlo. Después de unos segundos cayó inerte al piso. Amelie surgió de su cuerpo y sonrió junto con Mey.

Mientras tanto.

Ante una luz roja de emergencia Angélica Venegas, observó su obra completada, varios cuerpos inamovibles con una mirada gris sin ningún gesto ni expresión en su rostro, sus armas en el piso y su conciencia en la nada, los observaba temerosa y nerviosa, jamás estaba segura de lo que podía hacer pero esta vez había funcionado, no era algo que le agradara ni estaba seguro de controlarlo, al fondo se escuchó una voz.

— ¡Oye tú!—dijo una voz masculina detrás de ella.

Se disponía a atacarlo cuando.

—Espera Angélica, soy Terry, soy quien los trajo aquí—respondió

—No debiste hacerlo conmigo— dirigió la mirada a los soldados

— ¿Qué les pasa?— se acercó.

— No lo sé pero hice yo…—su cara mostró tensión.

Los revisa un momento, sus clases de medicina mientras estudiaba Criminología se servían mucho en este momento.

— Leí algo sobre ti—Terry respiró— Acompáñame vamos…

—Pero, pero ¿y ellos?...

—No les has causado ningún daño te lo aseguro, se le pasara— le indicó.

Ella lo siguió indecisa, pero apenas cruzaron la esquina, uno de los soldados parpadeó.

Mientras tanto.

Con cada golpe lo sentía él, pero había otra forma, lo había entendido y debía afrontarlo.

— Si, mi padre, siempre lo fuiste, ante ti me probé, me hice mejor, busque dar todo de mi— dio un puñetazo cargado con energía gravitacional. — Hago esto porque es todo lo que me enseñaste…—intentó dar otro pero lo detiene—…ya jamás seré un desobligado, intento hacer algo bueno…

En hombre lo observa unos segundos y hace un leve gesto, Omar se sorprendió al ver esto pues no se había movido en toda pelea. Algo le dice que continúe.

— No entiendo porque debe ser así— su voz se quebranta—pero seré fuerte…

Ejerció mayor presión sobre él mientras lagrimas rodaban de sus ojos, mientras una mueca entre sonrisa y furia se dibuja en su rostro.

— Me hubiera gustado que vieras en que estoy convirtiendo, estarías orgulloso— aumenta y el hombre cae de rodillas.

Una lágrima cae al suelo de los ojos de él.

— Lo estoy hijo…gra-cias…

Cayó con fuerza al piso estrellándose. Omar quedo estático por encima de él un momento sin decir nada, sin pensar nada, para luego caer de rodillas y golpear el piso con fuerza, al final en su rostro se dibujó una sonrisa de paz.

Mientras tanto.

El incendio se acrecentaba y entre este Fabian enfrentaba ese su rival invisible, era una lucha reñida, por segundos se había vuelto polvo y lo asfixio por segundo, a veces actuaba demasiado rápido para que su cuerpo se adaptara, buscó alejarse del fuego un poco. En pleno enfrentamiento su celular comienzo a sonar, lo habría dejado pasar si no fuera porque conocía el número asignado a ese tono.

— Bueno— contestó esquivando un puñetazo.

— Hola, quería hablar contigo— la voz baja y dulce de su chica se escuchaba por él auricular.

— Hola Yoze, también quería escucharte— logró golpear el piso y lo hizo vacilar—…pero tal vez no sea el mejor momento…—se lamentó un poco de estas palabras luego de pronunciarlas.

—Emmm…— sollozó— sé que hemos estado discutiendo mucho pero no quiero que sea así, siento si te molesto…— escuchó mover para colgar.

— ¡No, espera!..— respiró y buscó patear a su oponente seguro su piel dura como el concreto le dolería —… no es eso…— lo tomó del pie y lo estrelló en el piso el celular escapo de sus manos.

Se buscó reincorporarse.

—Entiendo que no quieras hablarme, a veces no sé qué hago, lo lamento…—se escuchó a lo lejos la voz de ella.

Él buscó alcanzarlo pero antes de eso lo golpearon justo en la espalda y después lo arrojaron en la pared.

— ¡¿Fabian?!...—suspiró— tu silenció me lo confirma, yo creo, tal vez sería lo mejor tomar un tiempo separados y ver a otras personas.

— ¡No!, ¡no acabaría así!, llevo casi un año con ella y ni tu ni nadie nos separar— logró zafarse y tomar el celular— Yozelin, eres lo mejor que me ha pasado, créeme si te digo que enfrentaría lo que fuera solo por escuchar tu voz— con cada palabra daba un golpe hasta que dio el ultimo y lo hizo caer de bruces.

— ¿Lo dices en serio?, te amo, no pensaré en eso más, pero dime que pasa te escuchas agitado.

—Es que tú me haces perder el aliento…—agitado— ¿puedo llamarte en un momento de nuevo?—preguntó

— ¿Lo prometes?— dijo en un tono dulce.

— Lo prometo, te amo— colgó y se dirigió a quien había sido su oponente.

Ya su rostro era visible luego de la bruma, pero nada lo preparó para esto.

— ¡ Wow...eso de veras no me lo esperaba! Soy yo.

Efectivamente el que yacía en el piso inconsciente era exactamente igual a él.

Mientras tanto.

Con la pata herida y algunas costillas laceradas era difícil moverse, Nathan estaba a punto de volverse humano, mientras que la otra criatura no vacilaba ni un poco.

— ¿Cansado?, sabes el día que te infectaron estaba allí, yo mismo trate de pagarte varios tiros— lo estrella contra la pared y lo toma del cuello— ella chiquilla que huyó es tu hermana lo sé, es nuestro siguiente objetivo, tal vez lo resista mejor que tú.

Al escuchar esto sintió un enorme coraje pero no podía moverse, cada vez más presionaba contra su yugular.

— ¡Morirás como un maldito monstruo!—presionaba más y su cuerpo queda suelto.

Había caído inconsciente, algo en su interior lo llevaba a resistir un poco, se imaginó de pronto en ese parque de nuevo, su pequeña hermana se acercaba a él y le sonreía.

— Hola nee-chan has vuelto—lo abrazaba— te extrañe mucho, ven juguemos como lo hacíamos antes—sonrió.

— Esta bien, ¿Qué será esta vez pequeña?—preguntaba

—Súbeme a tus hombros, hace mucho que no lo haces—hacía un puchero— ¿lo harías?

—Claro que sí, ven—la tomaba y la abrazaba y la subía con él— ¡lista! Aquí vamos...

Comenzaba a correr y ella reía, gritaba totalmente emocionada.

— ¡Vamos por los charcos de agua Nii-san!— exclamaba alzando sus manos.

— Esta bien sujétate, porque…

Frente a él agua no se miraba él, su hermanita estaba sobre los hombros de esa criatura que ahora era, retrocedió y la bajo enseguida.

— ¿Qué pasa hermanito?— preguntó

— ¿Que no vez lo que soy?— preguntó alterado.

— Eres mi hermanito—sonrió.

— ¡Soy un monstruo!

— En el interior lo que te hizo parar y hacer lo correcto ha sido tú, no importa cuando cambies por fuera, tu interior es lo vale, tu enseñaste eso— lo besó en la mejilla.

No todo en él era oscuridad, un ángel vino a recordarle eso y darle fuerzas para seguir.

Abrió los ojos de nuevo y rugió con fuerza, se abalanzó como un poderoso león contra el otro monstruo y con el mismo rugido comenzó a drenar su fuerza, comenzó poco a poco a encogerse hasta que un hombrecillo delgado quedo en su lugar, la criatura que era Nathan rugió con orgullo al cielo.

Mientras tanto.

Aquel demonio creado por el hombre se jactó de su poder otorgado, insensible ante la vida destroza todo a su paso. Rosette y Vice están muy malheridas pues ninguno de sus poderes ha llegado siquiera tocarlo.

— Vamos Vice no te rindas— sollozó Rosette ante el cuerpo ya agotado de su hermana — tenemos que seguir luchando.

La criatura monstruosa la observó y lanzó y lanza contra ella varias esferas negras que surgen de su pecho, el solo contacto con la piel te quemaba como nada y ella ya había recibido varias. Cerró los ojos esperando el final abrazando Vice, pero nada ocurrió es escuchó un enorme estruendo y las esferas fueron a estrellarse tras de ella, abrió los ojos y ante ella estaba Terry sonriéndole.

— Perdón si llego tarde linda, vez el tráfico de estos días—dijo mientras le cedía su mano— estoy seguro que no podre con él solo, espero te quede fuerza.
Rosette sonrió, era increíble que bromeara en ese momento, tomó su mano.

— ¿Y quién es ese?— agregó.

—Genial tu novio llegó, eso es un alivio—dijo Vice con sarcasmo— intenta vencer a esa cosa y luego piensa en ligar con ella, eso tiene la capacidad de controlar la antimateria.

— No hemos podido hacerle nada…—dijo Rosette.

— Bueno, chica simpática, ocuparé tu ayuda también—extiende su mano hacia el demonio que venía a atacarlos.

Su intención de teleportarlo no funcionó, al intentarlo transportar una especie de energía invade su brazo y lo hace gritar cayendo a piso.

— ¡Terry!— gritó Rosette.

El monstruo los repelió a los tres.

— No puedo mover el brazo, duele…—dice Terry.

Antes de que pueda hacer algo, el demonio lo envuelve dentro de la misma energía torturándolo y luego lo lanza contra la pared fuera del edificio, mal herido antes de transportarse de regreso observa un helicóptero elevándose y repentinamente explotar.

Flash Back

Minutos antes en otro lugar

Varios soldados escoltan al impostor al último piso.

— Es un infierno haya abajo—dijo.

—Señor Alejandro el transporte llegó, el señor Baltazar espera su reporte.

—Lo sé— gruño— solo sácame de aquí...
— Por aquí señor…— indicó.

Ambos hombres subieron al helicóptero, este comenzó a ascender y alejarse de este.

— ¿Fue toda una locura no?—dijo el conductor

— Claro, imagina como un laboratorio donde los ratones con los que experimental se liberan…— Alejandro, el polifacético rio con ironía.

— Puede suceder, si se les alimenta mal, su no se les agua—parecía carcajearse— pero sabe lo peor es…— repentinamente se levanta, el helicóptero se desestabiliza.

— ¡¿Pero qué demonios hace imbécil?!—reclamó el tipo intentado sujetarse de algo.

— Soy solo un ratón del laboratorio buscando algo de atención— se acercó a él.

Era un muchacho de pelo con corte militar, rubio. Encendió un fosforo y el fuego comenzó a esparcirse en su mano y consumirlo por completo, se sujetó riendo del helicóptero e incremento su intensidad.

Fin del Flash back.

Después de esto, Terry se impulsó de regreso hacía el edificio y se teleportó justo frente a la criatura buscando patearlo, este lo esquivo con facilidad, extendió su mano hacía atrás y una motocicleta apareció girando frente a él demonio y al contacto con él explotó, lo hizo retroceder un poco, Rosette aprovechó este instante y forjando una especie de arco psíquico lo impacto con varias flechas místicas en la espalda, hizo una especie de chillido ultrasónico y arremetió con fuerza contra Terry tomando una de sus piernas y estrellándolo al piso mientras le transfería energía oscura dañándolo.

— ¡Aaaaaa!—gritó Terry teleportándose de nuevo a lado de Rosette.

— Es invencible Terry, gracias por no haberme abandonado pero no queda nada mas—dijo Rosette cansada.

— No puedes rendirte así, no puedes hacerlo…— contestó.

— No sé qué en mi vida es cierto, mentiras traiciones…—Rosette no pudo terminar, observó a Vice semi-conciente.

— Pero no por eso se debe tirar la toalla hay mucho que hacer, que pensar y sentir, además si hay algo cierto en tu vida…

El monstruo comenzó a formar una esfera gigantesca, debajo todo comenzó a estallar, Mey, Fabian, Nathan, Omar, buscaban salir con vida.

— ¡Sobrevivieron!— dijo Fabian entusiasmado mientras cargaba a alguien en sus hombros.

— A mí también Fabian…— respondió Omar que venía junto con Nathan con su padre en su lomo.

— Me da gusto verlos, incluso a ti Fabian, venga la salida esta aca…

—Tenemos que volver por los otros— dijo Omar

— No hay tiempo vamos o saldrá nadie.

Dijo próxima a la puerta.

— ¿Cuál, que cosa Terry?—preguntó Rosette viéndolo a los ojos.

El techo comenzaba a derrumbarse.

— Que yo te amo y quiero estar contigo— tomó su mano.

La esfera ya había superado todas las paredes y destrozaba el edificio.

— Yo también te amo…

El amor surgía en medio de un cataclismo y a pesar de todo eran felices.

— Intentemos una última cosa…

Sin pensarlo Terry se lanzó hacía el demonio.

— ¡¿Qué haces?! Noooo!— gritó Rosette.

— ¡Busca controlar su energía con la tuya un segundo! Confía en mí— se acercaba más a él.

— ¡Esta bien!

Extendió sus manos y buscó concentrarse, no podía fallar, tal vez no supiera que era su vida, pero en ella había amor y por este lucharía hasta el final.

La energía que rodeaba el demonio quedó libre por un segundo.

— ¡Ahora Angélica!— gritó Terry.

La chica que apenas se sostenía de los vestigios del edificio se aproximó extendiendo sus manos.

El tiempo pareció detenerse un poco, Terry se aproximó hacía la criatura para teleportarla hacía un lugar donde no pudiera volver, comenzó a ocurrir sus moléculas se movían y estaban por desaparecer, pero de pronto la criatura tomó más fuerza y tomó al detective entre sus garras desintegrándolo, volteó hacía las dos chicas y creo una enorme explosión que se extendía más y más hasta no dejar nada con vida en más de una manzana.

Todo quedo en silencio y quietud por un momento.

— ¡Excelente Angélica tu ilusión funcionó!— exclamó Terry.

El demonio yacía completamente inmóvil había dejado de emitir energía, ahora mismo se encontraba en una especie de fantasía donde el salía victorioso, todo gracias a que la energía psíquica de Rosette había logrado repelerlo el tiempo suficiente. Terry volteó hacía la criatura y con todas sus fuerza lo teleportó lejos de allí, corrió hacía Rosette y le indicó a Angélica que lo alcanzara, mientras el edificio se derrumbaba sobre sí mismo se transportaron lejos.

Rosette volvía a ver el amanecer como la primera vez que recuerda haber estado en este mundo, se preguntó cuanto más cambia su vida, cuando más tendría que crecer , no se percató hasta ese momento de la ausencia de Vice, quien estaba segura no había dejado atrás, su mano paso por su bolsillo y allí había una nota.

- En este mundo hay luz y oscuridad, nunca permitas que tu luz desaparezca, queda mucho por hacer, WindSun City-

Sintió cierta incertidumbre y la vez alegría, pensó en lo que le prepararía el futuro y por segundos tuvo miedo, hasta observó esa mano envolviendo la suya y mientras a lejos se acercaban Fabian y los demás, así como alrededor de cien personas que hasta ese momento habían estado cautivas. Ante un mundo cambiante, de incertidumbre, miedo y muerte, ella había podido encontrar, esperanza, valentía, amistad y amor, pensando en esto sonrió mientras Terry se aproximaba a ella, la tomó de la mejilla y depositó sus labios sobre los suyos.

Fin