Rosa negra (Skip Beat!)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Kourei, 25 Marzo 2011.

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    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Rosa negra (Skip Beat!)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    488
    Rosa negra
    Prólogo

    "Hubo una vez una pobre y desdichada mujer que fue engañada por un hombre mayor. Desde el momento en que fue abandonada ella se dedicó a llorar desconsoladamente día y noche, sufriendo por el destino que le deparaba a ese nuevo ser que cargaba en su vientre. —No llores. —Escuchó decir a una suave voz. —Desde el momento en que nazca te aseguro que tu hijo será amado por todo el mundo.

    Y así fue.

    Tal como lo había profetizado la voz.

    Aquél niño creció siendo amado por cuanta persona le conociera debido a su gran hermosura exterior. Sin embargo, eso no le satisfacía.

    Una noche, mientras paseaba conoció a una hermosa mujer y se enamoró. Pero ésta era casada, aunque ella también le amaba por su físico. Sin importar este detalle el hombre le pidió huir juntos pero ella lo rechazó, siendo más importante su amor por su marido que la gran pasión que lo unía a este joven.

    La profecía estaba cumplida: era amado por todos.

    Pero nunca lograría ser amado por una sola persona."

    Y hablando de eso…—Una pequeña corriente que entró por la ventana meció los cabellos negros a la dulce chica. El libro que sostenía con ambas manos fue movido una par de páginas más. —Shou-chan, ¿Tú que eligirías? —Hizo una diminuta pausa para acercarse un poco más al joven de mirada esmeralda. Sus manos se apoyaron firmemente en la tela marrón del sillón donde ambos permanecían sentados: uno escuchando, la otra leyendo. —Sí tuvieras que escoger… ¿quisieras ser amado por todos o quizás por una sola persona?

    —Obviamente ser amado por todos…

    —Oh…—Protestó algo triste la pelinegra. Quizás, aunque fuera de lo más lógica su respuesta debido al carácter de Shoutarou, ella esperaba algo más. —Sin embargo yo si quisiera ser amada por…—Hizo otra pausa. Esta vez el oro fundido de esos ojos parecía adquirir un matiz distinto al mirarlo. El sonrojo de la pelinegra se hizo inevitable. —…Por una sola persona.

    *º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*

    N/DP: Bueno, de nueva cuenta con una nueva historia. Esta es una adaptación del manhwa coreano "The Flower of Evil" y dicho esto aclaro que SÍ es adaptación, no es exactamente la historia ya que quedarían medios extraños Kyouko y Shou como gemelos xD Ren aparecerá más adelante, esto es el prologo y muy pronto subiré el primer capítulo.
     
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    Chaos Lady

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    Bonito... muy bonita narración, eres sauve y con palabras muy artísticas. De cajón te digo que me leeré tu fan fic :)
    No he visto/leido el manga pero si lo vas a adaptar creo que daré prioridad a tu escrito X3
    Son todos mis comentarios hasta ahora, nos leemos pronto.
    Sayonara :)
     
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    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Rosa negra (Skip Beat!)
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    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    4
     
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    "Escondidos en aquella sonrisa deslumbrante se ocultan los pigmentos de los más oscuros sentimientos del alma…"

    "A pesar de la gran fuerza interna que posee esa chica, en algún momento, en algún lugar la pesadez y el abatimiento la alcanzarán…"

    "Detrás de la careta de arrogancia y ego se cegó un joven que perdió la capacidad de sentir y apreciar la nobleza de los demás…"
    Rosa negra

    El día que inició todo

    Una gran ovación.

    Enseguida todos los alumnos de la ceremonia lanzaron al aire la representación corpórea de sufrimientos, desvelos, horas, noches y día de estudios que los llevaron hacia este punto. Arrojaron todo cuanto tuvieran en el alma, y sobre todo, a la mano.

    Finalmente el último curso de secundaria había terminado.

    Kyouko, quien permanecía observando desde un perfil bajo a todos sus compañeros felicitándose no dudó en buscar con la vista a su amigo de la infancia. Quizás el único que tenía. Inmediatamente reconoció todo un séquito de sus admiradoras y dedujo que él debía estar en el medio porque, después de todo, era Fuwa Shoutarou.

    Orgulloso y engreído, siempre deseando ser el centro de atención.

    Un suspiro se le escapó de los labios. Aquello ya no rezaba tristeza sino resignación. Por esta ocasión marcharía sin protestar, alegrándose de ser el último día que soportara tanto tormento. Ladeó el rostro, esta vez intentado idear una ruta de escape hacia el jardín, por el costado derecho las chicas intentaban obtener fotos y demás de otro de los graduados… claro que eran menos que las que perseguían a Shou-chan.

    Se les acercó, simulando querer seguirlas en su acción y se escabulló tras cuestión de segundos, empujones y hasta un pie lastimado ligeramente. Aquél sitio era de los más solitarios debido a la sabida historia de un jardinero mal humorado que recelaba mucho su amado huerto de rosas.

    La variedad y el excelente aroma le inundaron los sentidos, naciendo en ella la idea de lanzarse contra estos, pensamiento grato pero... le preocupaban las consecuencias. —Puedes hacerlo, ya que es el último día y esa persona hoy tiene el día libre…—Escuchó decir a una conocida y vanagloriada voz de los últimos años. El rubio permanecía de pie en una pose de modelo, sonriendo tranquilamente.

    —No lo haré Shou-chan, por más tentador que suene. —Cerró los ojos y colocó sus brazos atrás de la cintura, en una pose demasiado infantil. El mencionado suspiro irritado pero la dejó continuar. —Sería muy cruel lastimar estas rosas que aquél amable señor ha cuidado con tanto esmero.

    —Sólo hazlo, esta es tu única oportunidad. —Reiteró molesto. Tanta inocencia y dulzura por parte de la pelinegra llegaba a exaltarle, ¿Qué no podía dejar de ser tan aburrida e infantil? No había necesidad de considerar a los demás tanto como a él.

    —Es que…—Dijo, pero se detuvo abruptamente. Una extraña cortina de pétalos negros comenzó a volar entre los dos, guiados por el suave aire de primavera. Uno cayó sobre su nariz y se dispuso a tomarlo, enarcando una ceja. — ¿Negros? No me gusta este color de rosas…

    —Como sea, antes de que digas otra bobería te pido que me escuches.

    — ¿Shou-chan? —Quizás el tono demostraba que no estaba siendo grosero por esta vez. Un halo de seriedad adulta le rodeó tanto el cuerpo como la mirada, en la única ocasión que se atrevería a decir palabras de semejante naturaleza. Antes lo había meditado y resultó mala idea, pero sin ella nada sería igual; sus tratos de príncipe, sus cuidados, todo lo que ella comúnmente hacía hasta el grado de hacérselo ver normal.

    —Sabes de las peleas que he tenido con mis padres últimamente y he llegado a una conclusión con ellos. Me mudaré a Tokyo para seguir estudiando, tomando un aire diferente antes de encargarme de la posada.

    — ¿Te irás…? —Preguntó consternada.

    —Sí. Pero antes quisiera preguntar: Kyouko, ¿Vendrías conmigo?

    —Por supuesto. —Asintió con una grata sonrisa que no pudo evitar dejar un leve cosquilleo.

    Más pétalos negros volaron alrededor, envolviendo de fatalidad el destino de aquellos dos jóvenes. Nada sería como antes, nada debería ser como antes…

    **************************************************
    N/dp: ^^U Disculpen la tardanza pero ahora que tengo trabajo es más dificl (Pero hay ma$ dinero :D) En relidad lo que pasa es que tenia el primer capitulo escrito pero seguía siendo muy introductorio, así que mejor lo eliminé y me quedo con este, así empezamos más rápido (Te urge que salga Ren para babearlo) See :D

    Chaos Lady: Muchas gracias por tu comentario :D De verdad que te recomiendo ese manga, final MUY triste pero excelente... buaa, ya quiero llorar de recordarlo. Y sobre skip beat! no sé si ya lo conozcas pero sigue siendo muy recomendable :D Espero que este cap también te guste.

    Y gracias por tu "me gusta" Kentaurus, aunque se me hizo extraño verlo... ¿En serio lo leyó?
     
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    Chaos Lady

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    Sí vi Skip Beat, soy fan del mismo, presisamente por eso entré a tu fan fic :) Y con respecto al manga... prefiero leer tu fic XD y espero que el final triste sea para Shoutaro X3 gomen a las fans, no me trago al tipo :D.
    Este capítulo estuvo muy interesante, como si los pétalos negros sellaran algo que el Destino tenía previsto X3 aww me emociono, será interesante saber como le va a la pobre joven... aunque puedo figurarme un preludio no estoy muy segura... en fin, ya veremos :) espero la continuación sea pronto y así mismo te felicito por tu nuevo empleo ^w^.
    *Como detalle:
    Esa frase está incorrecta con los signos de puntuación, lo correcto es así:
    Bueno, es todo de mi parte, nos leemos pronto. Ciao~....

    P.D Si le dio "me gusta" lo leyó, ¿no? ;)
     
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    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Rosa negra (Skip Beat!)
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    Drama
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    Oh, de verdad que lo siento ToT Chaos Lady muchas gracias por la informacién, aunque siendo sincera he leído varios libros donde se usa de ese modo y no he visto el problema xD ¿Te gustaría betearmelo? Ya que eres buena para eso y ahora que tengo mi computadora pero el maldito word no abre tengo que escribir con word pad y es posible que haya muchas, muchos mas errores xD



    Un poco salteadas las escenas al inicio porque quiero avanzar rápido el inicio hasta llegar a lo interesante. Mil disculpas que el siguiente está mejor narrado por motivos de depresión xD

    "Escondidos en aquella sonrisa deslumbrante se ocultan los pigmentos de los más oscuros sentimientos del alma…"


    "A pesar de la gran fuerza interna que posee esa chica, en algún momento, en algún lugar la pesadez y el abatimiento la alcanzarán…"


    "Detrás de la careta de arrogancia y ego se cegó un joven que perdió la capacidad de sentir y apreciar la nobleza de los demás…"

    Rosa negra

    Pronto será el encuentro

    Se meció un poco en la cama, topando con una figura que le hizo darse un leve toque en la frente y despertar. Algo asustada miró la hora del reloj alarma que malditamente no habían escuchado.


    Hoy era el día en que debian marcharse a Tokyo.


    Removió las cobijas y pudo observar a la masculina silueta fruncir el ceño, seguramente molesto de ser despertado. Shou-chan no acostumbraba levantarse a las nueve de la mañana ni por obra de un milagro. Sonrió levemente, mientras tomaba el hombro de su compañero para despertarlo. —Arriba Shou-chan.


    — ¿Eh? —Protestó, mirando desorientado por la habitación. Unos segundos más, y habiendo enfocado a la chica, suspiró resignado. —Olvidaba que te pedí dormir aquí para levantarme.

    —Vamos, prepararé el desayuno.


    °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
    Los rayos tenues del Sol le golpearon de lleno en el rostro para anunciar la hora de su labor diaria como jefa de la posada y guardiana de dos adolescentes. Dio un rápido analisis a la habitación y notó que su marido aún no se levantaba.


    Exhaló para calmarse, recordando la regla básica: En un sitio como ése solo una mujer podría mandar.


    Alzó las sábanas, resignada a ser la primera de la mañana en estar de pie como siempre. No era que le costase demasiado, pero generalmente preferiría esperar a que Kyouko-chan cocinase ya que su malagradecido hijo no le daba réplicas a ella.


    La señora no tardó en vestirse adecuadamente. Más pronto de lo que creyó se vio bajando las largas escaleras hacia la cocina, delatada su ubicación por el delicioso aroma que provenía de ahí. —Kyouko-chan—Cogió un cucharón y probó. —El día de hoy te ha quedado excelente, ¿es por su partida?


    —Sí. —Respondió levemente sonrojada. —A partir de este día ya no estaremos más con ustedes y quise hacer algo muy especial. —la mujer abalndó sus rasgos, totalmente enternecida por la actitud de verdadera gratitud. lamentaba en cierto modo que su hijo no fuera como ella.


    Sonriendo, con el mismo cucharón en mano le hizo un gesto pidiendole ayudar. La pelinegra asintió y juntas comenzaron lo que sería un banquete de despedida para ambos, que se marchaban a Tokyo por razones totalmente distintas a las que sus padres imaginaban.
    En parte sentía culpa de ello, pero por su Shou-chan no diría nada. Quería verlo feliz, cumplirle su sueño, para que así un día él volviera a sonreírle con las mismas emociones de cuando eran niños.


    Pronto Shoutarou y su padre se dejaron ver en la enorme mesa, totalmente puesta por ayuda de una de las empleadas. Y a pesar del momento pareciera ser un día común, exceptuando la tenue sonrisa que permanecía en el rostro de Shou al observar a Kyouko.


    °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°


    Otro día más.


    Desde aquella cena en su anterior hogar ya había pasado poco mas de un mes, indicando que el inicio de un nuevo curso escolar aburrido y tedioso estaba por iniciar.
    Abatido montó la mochila sobre su espalda y avanzó hasta la salida. No es que le encantara el estudio, pero debía tenerlo de momento para mantener a raya a sus padres y conseguir tiempo. Suficiente para lograr sus verdaderos sueños. —Kyouko, apurate que te dejo.

    —Espera Shou-chan. —Pidió mientras descendía la escaleras en una velocidad inusitada. Al verla en ese nuevo uniforme el rubio soltó un bufido y luego comenzó a andar.
    Ella era hermosa; sus cabellos negros como el carbón completamente lacios, cayendo como cascada hasta media espalda. La perfecta sincronía de su uniforme a su piel de tez blanca y hecha como a la seda crea la imagen irreal de una joven diosa. Sus facciones, de una muñeca de porcelana y sus ojos de lo más hermosos.


    Pero contrario a lo que cualquier persona pensaría, Fuwa Shoutarou no estaba interesado en que tales descripciones le perturbaran la mente. El diario ir y venir con ella desde hace tanto años le había hecho considerar su bella imagen como algo de lo más común.


    Kyouko avanzó hasta llegar su lado derecho, peinando su melena contra la corriente del viento que lo mecía, alborotaba. La falda tableada en estilo a cuadros favorecía mucho las caderas en desarrollo, aunque su pecho bastante plano ya tendría tiempo a hacerlo. Sin embargo no lo haría mucho, por cuestiones que ambos sabían.


    De medio lado lo observó, tan sutilmente genial como siempre y sonrió de sincera felicidad por estar a su lado. Siendo la elegida. Siendo a quien se le pidió caminar junto a él. Inmediatamente tomó a su amigo por el brazo, aferrando su vida en ello; Shou también sonrió importándole poco el carácter malcriado que tenía la pelinegra.


    No tardaron mucho en hallarse frente a la nueva escuela, en un edificio tan viejo que seguramente fuera la primera construcción del mundo. Enorme como la anterior, pero sus jardines más ocultos y en mejor estado, cosa que lamentablemente le faltaba a la instalación.


    Ella suspiró con desgana, sabiendo que tendrían que separarse por tener diferentes clases. —Ádios, Shou-chan —Dijo triste. —Nos veremos a la salida.


    — ¿Y el almuerzo? —Un poco de rencor salió en su voz. Odiaba que esa expresión le hiciera sentir un dejo de culpa, como si todo fuese parte de su plan. Maldita niña que hacía las cosas dificiles. —A la hora del almuerzo, ¿que harás?


    —No podré ir contigo. —Otra vez su expresión cambió, intentando tranquilizar eso que notó en su amado. —Tu eres tan genial que seguramente harás amigos muy rápido. —Y amigas, evitó decir, pero no quiso ser egoísta. —Además, ¡yo tengo que esforzarme por hacer amigas!


    —Eso es bue...


    — ¡De ser necesario hablaré con los chicos!


    —Callate irritante. Ya te entiendo. —Su mueca se recompuso, lo que en un inicio pudo ser una sonrisa ahora mostraba deseos de un desquite cruel, tal como sus palabras eran.
    La ambarina se encogió de hombros. A veces él era demasiado hostil, pero lo dejo pasar. Nuevamente se quedaría callada. El chico no soportó más del silencio, dio media vuelta y marchó lejos a su aula. —Oh, es verdad, también debo irme...—Retrocedió un poco y luego emprendió la larga carrera.


    Sus manos se agitaban sin ritmo mientras su cabeza permanecía gacha, intentando que las actitudes de su compañero no la derrumbaran.


    Porque a pesar de todo, dolía.


    Kyouko dio media vuelta y corrió. Tan enajenada iba que no se percató del hermoso hombre que por error había escuchado su conversación. La sorpresa figuraba en sus ojos, y no precisamente por la conversación. El halo de sus ojos bellamente coloreado de esmeralda se oscureció. — ¿Shou-chan? —Sonrió amargo. —Fue una suerte encontrarla aquí.
     
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    Kourei

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    Drama
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    Su cabello negro como carbón danzó al son que el imperioso viento tocaba. El traje de sastre en azul marino brillaba impecable mientras avanzaba esquivando todo aquello que le fuera estorboso a su paso veloz. Las mujeres inmediatamente cedían, endiosadas con aquella mirada verde esmeralda y su sonrisa deslumbrante, con sus facciones tan varoniles y la perfección de su cuerpo masculino.

    Él apresuró un poco más el paso, maldiciendo por lo bajo el tener que estacionarse tan lejos debido a problemas con el lugar. Dos centímetros más y una figura menuda chocó contra su cuerpo, impidiéndole el paso que tan urgentemente necesitaba.

    Fue así como Tsuruga Ren; hombre de carácter afable con los demás, dueño de gran autocontrol y el mejor en ascenso en su naciente carrera se topó con Mogami Kyouko; chica aparentemente normal y sin chiste, demasiado joven, impulsiva y a la que acababa de derribar. — ¡Perdón, perdón, perdón! —Repitió incansablemente la joven realizando una dogeza extrema.

    —No sucede nada. —Respondió con una franca sonrisa. Aunque no sabía de quien se trataba le causaba gracia su actitud tan impetuosa. O eso era hasta que al verla alzar su rostro con un leve rubor en sus mejillas descubrió de quien se trataba. Arrugó el ceño, molesto con saber que la simpática joven que le pareció al principio resultaba ser ella. —Mogami-san…

    — ¿Eh? —Respondió elevando su voz dos octavas. — ¿Cómo sabe... mi? —Calló de pronto. Ese rostro, las facciones, todo cuanto recordaba de una persona a quien Shoutarou detestaba sin razón coincidía con él. — ¡Tsuruga Ren! —Gritó con todas sus fuerzas.

    Sin embargo, aquella mirada intimidante que le brindaba le decía que él por alguna razón la detestaba, ¿o acaso era tan importante detener su camino? ¡Si la herida fue ella!

    A pesar de que también fue la que se disculpó.

    Con algo de desprecio, disfrazado en una sonrisa, se hizo a un lado y continúo avanzando hacia la oficina dónde lo esperaban. Definitivamente, la suerte estaba de su lado al tenerla tan cerca como desde hace tiempo había esperado.

    De su maletín sacó un extraño objeto, apretándolo fuertemente entre sus manos hasta hacerle sangrar. Besó los suaves pétalos de color negro y suspiró con rabia. —Después de tanto buscarle ella viene a mí.

    "—Kyouko, ¿Quisieras ir conmigo?

    —Sí.

    El hombre que se encontraba escondido tras la columna más cercana sintió algo de celos. Ella podía sonreír tan libremente como él jamás volvería a hacerlo. Mansamente fue abriendo su mano, dejando ir los pétalos negros hacia ellos dos.

    Bailaban a su alrededor, como si supieran que del mismo color estaban bañados esos dos en pecados. Ahora los acompañaban, las rosas negra que tanto le gustaban a él."
     
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