Rincón de juegos

Tema en 'Wonderland' iniciado por Insane, 19 Mayo 2019.

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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Laila Meyer~Lammergeier.

    La luz le martillaba la cabeza con insistencia, haciendo que no pudiera dejar de sentir aquel deseo de regresar a la oscuridad donde no veía nada, donde no sentía nada.

    "Nada bueno por lo menos".

    "Basta".

    Se aferraba a la mano de Noah con fuerza, como si creyera que si aflojaba tan siquiera un poco su agarre, él iba volver solo a la burbuja y desaparecer allí, como si sintiera que iba a desmoronarse entre sus dedos en cualquier momento.

    Más luz, más dolor, menos seguridad.
    La iluminación del escenario la cegó un momento, haciendo que diera un paso hacia atrás, chocando contra la puerta que se había cerrado tras ellos.

    "No hay vuelta atrás".

    Noah siguió avanzando y ella clavó la vista en los nombres tras las sillas.

    Shawn y Galen... con una distancia que los separaba de Noah y Agnes.

    Sus músculos amenazaron con tensarse.

    Aimi.

    Un suspiro de alivio escapó de sus labios sin permiso.

    Catherine.

    "¿Catherine?".

    "Cathy".


    Tragó saliva con dificultad, pues aún sentía la boca extremadamente seca, y deshizo cuidadosamente el agarre en la mano de Noah.

    "Solo unos pasos, nada más. Puedes hacerlo solo".

    Le colocó una mano en la espalda al muchacho, animándolo a caminar hacia su asiento asignado mientras ella avanzaba detrás de él.
    Una vez lo vio tomar asiento, siguió su camino y se sentó junto a a Catherine como lo indicaba el letrero.

    Desvió la vista hacia Shawn un momento, porque después de todo solo los separaba un asiento, pero notó que Galen le estaba hablando, a pesar de que no escuchaba bien ni prestaba atención a lo que el chico decía.

    Regresó la vista al frente, llevándose una mano al cabello, intentando acomodar los mechones fuera de lugar luego de haber caído rendida.

    "La organización de los asientos nunca es azarosa".

    Ese solo pensamiento le rayó la mente con fuerza y la hizo detener su tarea, dejando reposar su mano, que amenazaba con comenzar a temblar, sobre su regazo.

    "Qué comience el espectáculo de nuevo".
     
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    Hygge

    Hygge Game Master

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    Shawn Amery

    La voz de Galen a su lado hizo que abriese uno de sus ojos, pero no sintió la necesidad de erguirse y acomodarse en su asiento como debería para poder charlar con él. Permaneció en aquella posición, la nuca apoyada en el filo del respaldo de su asiento, ladeando la cabeza para ver cómo tomaba asiento a su lado. Aunque no lo pareciese se alegraba mucho de verle. Cuando le hubo sostenido la mirada mientras le saludaba volvió a clavarla en el techo, sin dejar de prestar atención a lo que le decía, porque nunca sería capaz de ignorarle, y le interesaba saber cómo se encontraba. Que todo hubiese marchado decente dentro de la oficina de Agnes.

    Agnes había amenazado a Galen. Su ceño se frunció ligeramente a medida que hablaba, pero no sintió la ira revolver su estómago, o la impotencia carcomerle por dentro. La costumbre le atemorizaba porque estaba habituando el comportamiento de Agnes en su rutina, interiorizando lo sucedido cada día, aceptándolo como algo normal. Galen no podía hablar con Shawn con total libertad por orden de Agnes, y Shawn no se sorprendió por ello.

    Sin embargo, su ceño se frunció aún más al escuchar su nombre asomarse en medio de sus palabras.

    Laila.

    Galen había compartido habitación con Laila. Eso le aliviaba y le asustaba a partes iguales. No podía entrever si la persona que había convivido con él había sido la chica de Fantasías o la chica de la Batalla de Cadáveres, la misma que le había soltado aquel sermón en la sala de espera. Tan solo se forzó a pensar que la noche habría transcurrido con normalidad, que Laila se habría calmado, que habría pasado una noche lo menos nefasta posible. Una parte de él quiso preguntar por ella, sus labios entreabriéndose en el proceso, pero las palabras murieron en su boca, soltando un suspiro resignado porque no se encontraba de humor para querer saberlo. Ladeó la cabeza hacia el chico una vez más, y esta vez sus ojos se abrieron al escucharle hablar.

    "D-Dime, Shawn. Si llegase a pelear y ganara la famosa Batalla de Cadáveres, ¿habría algún problema si te eligiera como compañero de cuarto?"

    —...Idiota —murmuró, cerrando su mano en un puño, fingiendo que le golpearía el brazo cuando simplemente le dio un toque suave, reprendiéndole a su manera. Su gesto se tornó serio, pero sus palabras no dejaron de sonar amables mientras le dirigía por fin la mirada—. Más te vale ganar y hacer que eso se cumpla, o tendré que ir yo mismo a golpearte allí dentro —y sus labios formaron una pequeña sonrisa mientras hablaba, porque no quería darle mayor valor a sus palabras.

    A pesar de que regresó a su cómoda posición una vez más, sus últimas palabras hicieron que su cuerpo se tensase ligeramente sobre el asiento. Algo en su cabeza pareció hacer cortocircuito, el diccionario de Shawn jamás se había visto en la situación de juntar "Laila" e "infidelidad" en una misma frase. Permaneció unos segundos en silencio, ojos cerrados, procesando aquella frase que parecía estar en un idioma completamente distinto al suyo. Notó en ese entonces movimiento no muy lejos de su asiento, y observó de reojo cómo iba llegando cada vez más personas, entre ellas justo la aludida. Shawn la miró sin una expresión aparente, como si buscase con aquel simple gesto que ella misma le diese una respuesta.

    Nunca se había hecho aquella pregunta porque nunca habría sido capaz de dudar de ella. Jamás.

    —No. Nunca —respondió con cierta sequedad, sabiendo perfectamente que preguntarle por el origen de aquella pregunta no serviría de nada. Volvió a cerrar los ojos y simplemente ignoró aquella extraña pregunta, porque era consciente de todos los hilos que Agnes podía manejar con un solo dedo de sus manos. Cómo su aliento podía crear todo un huracán al otro lado del mundo. Se volvió al chico una vez más, esta vez con algo más de suavidad en la voz. No quería imaginar la tensión que el chico debía estar sintiendo en esos momentos—. Tranquilo, Galen. Lo estás haciendo bien, estoy orgulloso de ti.

    Pero aquella pregunta, aunque procuró ignorarla, plantó una pequeña e inadvertida semilla de la duda en su corazón.

    La semilla del "y si..." que jamás se había llegado a replantear, pero que dentro del caos que conformaba ahora su ser, no le resultaba inverosímil acoger.
     
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    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    Maxwell

    ♫♫ Tan tan tararan ♫♫ Damas y caballeros, este es el momento que han esperado ♫♫ tan tan tararan ♫♫

    Abrimos aquella puerta esperando encontrar el baño de mujeres y por el contrario, encontramos algo mas grande... mas hermoso.

    Guardias por todos lados, ordenaditos como soldaditos de juguete, las luces desbordantes desde el techo que irradiaban aquella hermosa, aquella divina luz blanquecina de este pequeño mundo, estaba llegando a casa, mas no entraría, esta vez ese no era el trato.

    Me detuve nada mas entrar para colocar mis manos frente a mí con las palmas hacia arriba, la luz era tan fuerte que podía verlas demasiado blancas, se habían pasado de la raya con la iluminación pero ¿A quien le importa? cualquiera lo sabia, todos sabían que el de la iluminación fue un mediocre que solamente coloco bombillos y ya sin prestar atención a todo lo que conlleva una buena puesta en escena.

    Pero aún así, la luz se sentía cálida, di un paso atrás mientras tomaba aliento, cerré los ojos y conté hasta tres antes de dar un enorme paso en frente y dejarme bañar por la iluminación completamente, mientras abría mis brazos a los costados con las palmas hacia arriba para luego pasar mis manos por mi cara y el pelo con alivio.

    El escenario era variopinto, nada del otro mundo, pero aún así lo sentía como si fuese uno de los mas detallados que haya visto en los últimos años, con calma, empece a caminar sujetando mis brazos a mi espalda mientras veía todo a mi al rededor, todo era perfecto, hasta que llegue a los asientos.


    Al fondo estaban casi todos, Galen incluido y la pobre Laila, estaba la jovencita a la que le di el pañuelo, esa parte no tenia problemas alguno, pero los primeros asientos...

    Reconocía que el primer puesto me lo cedieron seguramente solo por la festividad, porque seguramente, de no ser así, Agnes me hubiera tirado al fondo como lo ha hecho hasta ahora mientras se quedaba con su perrito faldero al lado. No sabia si sentir lastima por Noah o lastima por Agnes al tener que aguantarme un rato mas, supongo... que perdió la emoción de querer compartir conmigo al tener a alguien mas inestable cerca.

    Pero ya que, lo mínimo que debemos hacer es criticar la obra y cerrar la boca para lo demás.

    Ahora...

    — ¿A cual de todos debo dejar expresarse para la primera función? ... A Bob no le interesa, DJ esta dormido... Franklin se fue de vacaciones... hmmm...

    Esperen un segundo... ¿Laila estará en la primera o la segunda obra seguramente, no? JA, eso me da una buena idea... procedí a finalmente sentarme en mi puesto asignado y a relajarme.

    Bueno tartamudo... creo que ansiabas ver a tu nueva mejor amiga ¿no es verdad?.

    — Pero en otro punto... me pregunto si llegare a conseguir alguna de las cosas que pedí.
     
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    Nekita

    Nekita Amo de FFL

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    Catherine Whitman - R

    Se había mantenido quieta sobre su asiento, sin realmente muchas ganas de hacer algo hasta que escuchó las puertas abrirse, dejando ver a Noah y Laila entrando juntos de la mano. Sintió una parte de ella descansar de una forma realmente agradable. Agnes los había puesto juntos... Agnes había dejado que Noah estuviera con quien lo había podido ayudar en la playa, aquella incertidumbre de quien lo recibiría luego de haber salido y su temor de que le tocara alguien que no le agradara desapareció por completo.

    Era ella.

    Su ayuda.

    Aunque, como siempre pasaba allí el consuelo no duró demasiado. Ver el estado de Noah la descolocó, lo cual solo llevaba a su imaginación plantear que más cosas de las que sabía que iban a ocurrir sí o sí cuando abandonara esa oficina pasaron, también se preguntó si Laila había podido ayudarle, o si se habrían podido ayudar mutuamente debido al estado en el que ella había logrado apreciarla cuando se dirigía a la oficina de Agnes. Esperó a que Laila se sentara en su lado y después de observarla por unos segundos, con cuidado aproximó su mano hacia ella para tomarla para ayudarla a que dejara de temblar.

    —...Lamento que esto es lo único que pueda hacer por ti, seguro no es ni siquiera lo mínimo para agradecerte por todo... pero, espero que por ahora sea suficiente —sus ojos violeta buscaron los ajenos con una pequeña sonrisa —, podremos con lo que venga, ¿sí?

    Como salieran de allí, bueno, era algo completamente distinto.
     
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