Gotas de agua descienden por las paredes de este amplío cuarto blanco. El suelo es amollonado como si se caminara sobre bolas de algodón, sumamente acolchonado. Su puerta contiene todas las cartas de la baraja y representa a todo un mundo de fantasías, similar al país de las maravillas, o a un manicomio, como mejor prefieran verle. Hay una mesa grande circular, con una hoja en blanco con el nombre de cada prisionero en la esquina inferior izquierda, y un bolígrafo de color negro a cada lado. Frente a ésto hay un tablero que en su centro tiene escrito en tiza blanca la palabra "Carta" Al lado derecho del tablero reposa un escritorio con una manzana arriba de la madera. Todo pareciese una recreación de un salón para niños pequeños que asisten a su primer día de clase. Advertencias del rincón de juegos. El rincón de juegos se modificará cada vez que lo visiten. Sólo estarán aquí para obtener caramelos por medio de juegos, que se anunciarán cuando deban visitarlo por los altavoces. Para obtener el caramelo y continuar 3 días más con vida deben acatar y cumplir lo impuesto por Agnes, a menos que ella desee forzarlos a hacerlo sin darles nada a cambio. La ganadora de la batalla de cadáveres no participará, pero de igual forma debe asistir, y platicar con Agnes, como supervisora del juego. Agnes los irá llamando por las habitaciones en las que estén, es decir, por dúo. Cuando considere que ha habido interacción suficiente (transcurrido el tiempo) los hará asistir a este lugar. Contenido oculto Contenido oculto Yáahl The Pacman GigiBlanche Gigavehl Tarsis satellite Nekita rhapsodic Liza White SweetSorrow
Catherine Whitman No dudó en darle la razón antes de guiarlo fuera de la habitación, su mano agarraba la suya en busca de ambos tener algo de tranquilidad en algo conocido, sería la primera vez que ambos volvieran a verla desde que habían creído que sería su salvación en aquel juicio, y lo peor, es que volverían a verla en una sitación donde era probable donde tuvieran el control de la situación. —Noah...si termina pasando algo extraño, yo puedo compartirte de mis dulces, ¿sí? —murmuró, no sabía realmente como iba a reaccionar con esa propuesta de su parte, pero quería que lo supiera. Tenía ahora esa capacidad de brindarle eso tan importante que los ayudaría a sobrevivir tan siquiera un par de veces así que, quería que lo tuviera tan siquiera en cuenta. Tocó un par de veces la puerta antes de abrirla con lentitud, dudosa, por alguna razón no quería que Noah fuese quien entrase primero a esa nueva habitación. —¿Agnes?...Ya hemos llegado... —El suelo a sus pies se sentía extraño, al igaul que la atmosfera que transmitía toda aquella habitación. ¿Cómo hacian que el agua saliera de las paredes? ¿Por qué parecían estar los nombres de todos allí? Había reconocido el de Shade solo porque Agnes lo había mencionado y obviamente los propios. ¿Qué era todo eso?
Noah Briggs ~ Si bien no había tenido tiempo para despertarse y darse cuenta de que su vida acababa de joderse a la décima potencia, aquella breve caminata por los pasillos acompañados de los guardias había servido como balde de agua helada. Había pasado tanto tiempo distrayéndose con Cathy en la habitación que no había podido siquiera ponerse a pensar en cómo salvar su propio trasero de las garras de Agnes. Y peor aún: ahora la tendría frente a frente con Cathy, y de sobra sabía que Agnes no era una mujer de cumplir sus palabras o sus promesas. —¿Eh? —preguntó, completamente hundido en sus propios pensamientos—. ¿Más caramelos? No, gracias. Están rancios y tampoco quiero caries. Sonrió apenas, forzándose a sí mismo a bajar de la nube en la que se encontraba. Aunque el tono burlón en las palabras de Noah fuera más que notorio, él se mantenía muy firme en los dos principios que había pactado en su cabeza: tenía que arreglárselas por sí mismo en ese lugar y bajo ningún concepto depender de Cathy y ponerla en peligro con el proceso; no quería ni siquiera pensar en los malditos caramelos hasta que el collar se le volviera a poner rojo porque aún sentía como si ese supuesto dulce (que de dulce nada tenía) le había matado, probablemente, un tercio de las papilas gustativas en su lengua. No bien entró en la habitación sus ojos fueron directo a los de Agnes, ignorando por completo lo extraño del ambiente. Podía oír a Cathy hablando, pero no podía encontrar sentido en sus palabras porque realmente no estaba escuchando. Apretó el agarre de la mano de Cathy de la forma más sutil que su autocontrol le permitió, incapaz de contener una reacción, por más mínima que fuera. Cada segundo que pasaba frente a esa mujer se aterraba un poco más de ella.
Agnes Astaroth Levantó la cabeza al apenas escuchar la voz de Catherine al otro lado de la puerta, sonriendo, pero no para ella, sino para quién entraba después de ella. Aquella sonrisa no tenía ninguna carga altiva, sino más bien amable. Recostó su cabeza en su mano derecha mientras los examinada a ambos con una pizca de curiosidad. Al salir de su ensimismamiento deslizó la yema de sus dedos sobre la madera, sujetando la manzana mientras acomodaba sus fichas de ajedrez en su cabeza. Los otros prisioneros aún no eran requeridos, no mientras ella no obtuviese suficiente interacción entre ellos, así que qué más que llamar al par de enamorados. Una risa suave brotó de sus cuerdas vocales ante sus propios pensamientos. —Catherine, ven —habló dejando la fruta roja y levantándose del asiento del escritorio para arrastrar una de las sillas de la mesa circular hacia el mismo, como si fuese una reunión amistosa aquella—. Y tú Noah, siéntate que ahora procederé a darte las instrucciones de esta clase de literatura —aclaró al contextualizar un poco sobre lo que trataría ese pequeño escenario que había armado.
Catherine Whitman Se mantuvo quieta, apretando la mano de Noah de vez en cuando mientras esperaba que algo sucediera, esperando que en cualquier momento dejara de mirarlos con tanta atención que no sabía que esperar, y también, notar que Noah había hecho aquello la impulsaba a hacer lo mismo con tal de ambos poder estar tranquilos, seguros. Escucharla reir tampoco la hizo sentir tranquila aunque no quiso demostrarlo con su gesto. —Claro...—antes de dar un paso se giró un poco para poder darle un beso sobre su mano antes de separar aquella unión que tenían para poder acercarse al lugar que le había indicado, abrazada a uno de sus brazos para darse algo más de confianza y finalmente sentarse, no entendía mucho del porqué se sentaban en lugares distintos, ¿se suponía que ahora Noah actuaría como si se tratara de una clase?
Noah Briggs ~ Parpadeó un par de veces luego de que Cathy soltó su mano. ¿Había escuchado bien? ¿Acaso Agnes había dicho 'clase de Literatura'? Chasqueó la lengua y caminó hasta la mesa, sentándose casi de mala gana. De una forma u otra podía admitir que se sentía como mil kilos más liviano, porque al parecer, al menos de momento, Agnes no tenía intención de revelar algo sobre su reunión en su oficina. ¿Acaso la había visto sonriéndole a él? ¿Y de forma... amable? No, ni se te ocurra. Recuerda que ella es satanás en persona. —Genial —mururó para sí mismo, de forma prácticamente inaudible, cruzándose de brazos. No entendía qué clase de juego tenía ganas de jugar Agnes pero él empezaba a creer que se trataba de contar cuántas cosas que Noah odiaba podían tirarle en su cara antes de que perdiera la razón, o algo así. Primero el kiwi y luego la literatura. Dios, cómo odiaba la literatura.
Agnes Astaroth Sujetó a Catherine de la muñeca como si fuese una niña pequeña, haciéndola sentar en la silla que quedaba diagonal a la mesa circular en donde Noah había tomado asiento, como si a propósito los quisiera viendo mirarse en medio de la clase. Se quedó quieta por un momento, lo suficientemente largo como para que no pasara desapercibido, rodando la manzana en la madera para ofrecercela a Catherine. —Cómela, has sido la niña buena de estos días —le susurró pasándole los cabellos atrás de sus orejas con suma delicadeza—. No está envenenada, lo prometo —comentó en un suave susurro, alejándose en cautos pasos hacia la mesa en donde estaba sentado su primer estudiante, tomando asiento a su lado. Sujetó la hoja con el nombre correspondiente y se la puso al frente, tocándole la mano para pasarle el bolígrafo que él no había sujetado. —¿Ves aquel tablero Noah? —preguntó sin apartar su tacto de él— "C-a-r-t-a" —. Deletreó con suma parsimonia, arrastrando su mano sobre el papel en blanco que sólo traía el nombre de él en la esquina inferior izquierda—. ¿Has escrito alguna vez una carta, Noah? Movió su largo cabello y recostó su mentón sobre su mano libre, plantando sus ojos en el rostro de él, manteniendo el contacto físico de su otra mano sobre la de él.
Noah Briggs ~ Miró a Agnes por entre sus pestañas, con el ceño ligeramente fruncido. Aquella mujer había sido la protagonista de la gran mayoría de sus pesadillas desde el mismísimo día en el que la había conocido, con su mirar intenso y perturbador, con su sonrisa que transmitía miedo en vez de invitarte a la felicidad, pero tampoco había necesidad de hacerlo sentir como un mero imbécil. Sí, con toda seguridad él era un imbécil por sí mismo, por muchos motivos que nada tenían que ver con su falta de educación secundaria (o con la mera ausencia de ella en total, que jamás le había prestado atención), pero tampoco necesitaba que le deletrearan las palabras. Suspiró frustrado y clavó la mirada en aquel papel que se le hacía inmensamente grande, por algún motivo que seguro tendría que ver con su rechazo a todo lo que tuviera que ver con las letras y la cantidad de palabras que podría escribir en aquel papel y la ansiedad que aquello le generaba. —Una vez —contestó en voz baja, levantando la mirada del papel hasta los ojos de Cathy, como si estuviera pidiendo permiso para contar una historia. Y no entendía del todo por qué, porque él mismo se había roto su corazón escribiéndola y no tenía a nadie más que culpar que a sí mismo por ello, pero era un momento que había compartido con Cathy hacía muchísimo tiempo y los recuerdos que tenía con ella antes de entrar a ese manicomio barra cárcel barra coliseo barra quirófano barra parque de diversiones eran un tesoro que pretendía celar por cuanto tiempo pudiera—. Cathy me ayudó a escribirla.
Catherine Whitman Su mirada se continuó paseando entre Noah y Agnes por unos momentos hasta que, simplemente prefirió dejar su mirada en ella en caso de que así se necesitara, en caso de que esa pausa significaba que ella tenía que hacer algo o saber si significaba algo. Pero no, tan solo terminó con aquella manzana frente a ella, una orden y su cabello siendo acomodado detrás de su oreja antes de que se alejara de ella. Tomó la manzana y se mantuvo callada, observando toda la escena desde su lugar, ajena. Con la única posibilidad de dar la primera mordida a la manzana cuando comenzó a sentirse más tensa al verla tener ese contacto que sabía pondría a Noah algo incómodo, aunque, por el momento no parecía algo realmente...amenazador. Mas, cuando lo escuchó responder la pregunta y sus ojos se encontraron le sonrió con cierta nostalgia y asintió con lentitud para que se sintiera libre de contarlo si así lo deseaba, había sido un momento que habría resultado muy lindo y habría pintado esos momentos de tristeza si tan solo la persona a la cual había sido destinada aquella carta se hubiera dignado a abrirla. —...Fue una linda carta...—murmuró, ni siquiera estaba segura si podía hablar en aquella...situación, así que se había esforzado en decirlo lo más bajo que pudiera antes de dar otra mordida a la manzana, de lo contrario olvidaría que le habían pedido comerla.
Agnes Astaroth Le escuchó atenta por un momento, hasta que empezó a notar nostalgia en la historia, bostezando levemente como si sus palabras empezaran a causarle un poco de sueño. —Me legra —comentó cruzando su pierna izquierda sobre la derecha, volviendo la vista al papel—. Ahora escríbeme una carta Noah —ordenó alejando su tacto del de él, sin apartarle la mirada de encima mientras asemejaba a la primaria, a las típicas escenas de cuando los infantes se contaban secretos que no desean que sean escuchados, juntando sus manos hacia su oído, para susurrarle e incapacitar a Catherine que leyese sus labios, o que intuyese lo que decía en aquel murmuro—. Una linda carta para mí, Noah. Se levantó luego del asiento y caminó hasta llegar a Catherine, sonriendo al ver que se había comido la manzana. Era tan buena niña. —Cathy, algunos guardias me han comentado que Shade desea compartir habitación contigo —movió las manos como si fuese un pequeño chisme—, bueno, eso es lo que intuyeron en su actitud al verte en la sala de espera. ¿Crees que esté molesto por algo? Fingió demencia mientras se sentaba y paseaba su mirada entre ella y entre Noah. Instrucciones para Noah: Debes escribirle una Carta a Agnes de más de 100 palabras y menos de 500. La carta debe postearse acá Está permitido seguir roleando sobre lo que piensa el personaje mientras la escribe, lo que se le dificulta o facilita y demás factores que puedan incidir en su proceso. Cuando termines de escribirla, le hagas entrega de ella a Agnes y esté publicada en el lugar correspondiente tú y Catherine recibirán nuevas instrucciones del próximo lugar al que irán, o al que volverán.
Noah Briggs ~ Apretó los labios y dejó salir todo el aire de sus pulmones por su nariz, clavando la mirada en aquella pieza de papel. De momentos parecía kilométrica y sentía que podría volcar mil y un emociones en ella, como alguna clase de poeta o algo de eso, como si tuviera todo el espacio del mundo para llenarlo de cosas interesantes, sintiendo una leve chispa de emoción de poder pensar que él podría llegar a escribir algo así; de momentos sentía que era demasiado pequeña, que su letra era muy grande, y siempre estaba el temor constante de escribir algo que no le gustase. ¿Qué podía querer agnes de Noah, una mujer que seguramente sabía todo sobre él? Chasqueó la lengua y tomó el lápiz con su mano derecha, poniéndolo en una posición un tanto extraña entre sus dedos, como si no utilizado uno en muchísimo tiempo, aunque en realidad no hacía tanto. Aquel lugar tenía una forma curiosa de hacerlo sentir como si hubiera pasado años ahí dentro, como si todo lo que había hecho antes de su condena se pudiera archivar en un pasado lejano. —¿Solo usted la leerá, Agnes? De nuevo con el usted y el respeto. De nuevo con hacer aún más evidente esa distancia entre ellos. De nuevo con reconocerla a ella como algo que estaba muy por encima de él. De nuevo con ser realista, de hecho. Ella estaba muy por encima de él.
Catherine Whitman Se mantuvo ajena a todo lo que estaba sucediendo, de nuevo, tan solo esperando que la situación fuera a bien y que se mantuviera en algo no tan peligroso o comprometedor para Noah o los dos, auqnue estaba más interesada en la primera condición por la tajada de tema que había tenido sobre el tema que rodeaba a la ex-abogada en el cuarto. Dio una de las últimas mordidas, tratando de terminar de ahogar aquella preocupación que cargaba encima (practicamente el motor para que la estuviera masticando) , para que todo siguiera fluyendo, para no dar alguna clase de disgusto a Agnes. En un giro inesperado, Noah había sido dejado solo y ella volvía a tener a Agnes en frente con una sonrisa sobre sus labios. Debía concentrarse en mantener aquel buen humor que parecía tener, incluso aunque en el momento que mencionó a Shade sintió el miedo recorrerla de nuevo. ¿Compatir cuarto...? —¿Perdón? —Una de sus manos comenzó a frotar uno de sus brazos con cierto nerviosismo, ¿estaba intentando tenerla apropósito en un lugar donde tendría mas control de lo que pudiera hacerle? —Él... él debe estar molesto por lo que pasó con la Colibrí...—Y no lo culpaba. Y también por lo mismo había ignorado por completo su presencia para llegar lo antes posible a aquellos guardias. —No quiero compatir cuarto con él... se va a vengar... —habló relativamente bajo y se podía notar la preocupación que tenía, no quería que Noah pudiese escucharla, por el momento no quería preocuparlo por ese tema, no quería que simplemente tuviera un enemigo si él también podía ser sorteado a compatir una habitación con él.
Agnes Astaroth Asintió con la cabeza un par de veces ante la pregunta de Noah, volviendo su completa atención a Catherine, con diversión en su mirar ante sus palabras que la entretenían en demasía. Nunca esperó que aquella dulce niña fuese tan divertida como para hacerla reír naturalmente. Comenzaba a caerle mejor, mucho mejor que antes. —No te preocupes por cosas como esa —una risa llena de gracia brotó de sus labios al imaginar a Shade con Catherine en las mismas cuatro paredes, le mantendría gruñendo como un gran perro vengativo—. No está permitido asesinarse, quizá si pueda morderte, pellizcarte, lamerte —frenó su hablar, tocándole los hombros como si le transmitiera su calma a ella—. Sólo podrá hacerte travesuras infantiles, siempre y cuando no queden marcas en tu cuerpo que yo pueda ver, o de lo contrario podrías contarme si te hace algo, y yo lo reprenderé —afirmó, siendo lo bastante precavida como para que Noah no escuchase ninguna de sus palabras, porque lo quería concentrado en ese trozo de papel hasta que terminase su deber. De un momento a otro comenzó a jugar con sus uñas en las manos de Catherine, como si le hiciese pequeños mimos en forma de cosquillas suaves para arrullar a un niño. —¿A Noah se le dificulta la escritura? —preguntó bajito al ver el cómo sostenía el implemento para escribir.
Noah Briggs ~ Dios. Cómo odiaba tener que escribir a mano. Se acomodó en la pequeña zona didáctica que le habían asignado, apoyando ambos antebrazos en la mesa, inclinándose hacia adelante para acercar el rostro al papel como si las ideas y las palabras le fueran a brotar de los ojos en vez de la mano y del lápiz o alguna cosa por el estilo. Bufó como por millonésima vez en lo que iba la sesión, y tras remover el lápiz entre sus dedos un par de veces empezó a escribir después de recordar cuál era la posición adecuada. 'Querida Agnes,', empezó. No porque le tuviera alguna clase de afecto, pero así le había enseñado Cathy que tenía que empezar una carta hacía muchísimos años. Se llevó la otra mano a la nuca, procediendo a rascarse la piel con nerviosismo, a pesar de que no sentía ni la más mínima gota de comezón. ¿Qué se suponía que tenía que decirle a alguien que parecía poder leerlo como si fuera un libro abierto? Siempre se sentía desnudo delante de Agnes, como si ella supiera exactamente qué era lo que estaba pensando en la velocidad de un parpadeo. ¿Ella se daría cuenta si él le decía alguna mentira en esa carta? Probablemente. ¿Y qué pasaba si quería tomar represalias contra Cathy por ello? No quería ni imaginárselo. Algo real, Noah. Dale algo real. Levantó la vista de la hoja por unos instantes, mirando a Agnes en completo silencio desde su lugar. Sus ojos estaban viendo a Cathy porque estaban hablando de algo en un volumen que sus oídos humanos y totalmente carentes de alguna clase de sentido arácnido pudieran escuchar. ¿Cathy se sentirá de la misma forma que yo cuando la ve a los ojos? No. Cathy es muy pura para eso. Bajó la vista de nuevo al papel, sin querer seguir evitando el asunto. Si bien nunca había perdido la paciencia con él, Noah podía darse cuenta de que ella no era una mujer a la que le podría caer en gracia que malgastaran su tiempo. Ya sabía lo que le quería decir. Contenido oculto: huehuehe la cartita ya está escrita ;-; pero me avisan cuando terminen ustedes dos de rolear que yo publico
Catherine Whitman Ladeó su cabeza ligeramente al escucharla reir, no sabía muy bien la razón por la cual había reido, pero tan siquiera estaba aliviada de que no fuese una mala reacción así que, si ella lo deseaba, Agnes podía reir todo el tiempo que estuviera frente a ella y se sentiría tranquila. Tan solo las veces donde la miraba en silencio, estaba completamente perdida en sus palabras o la llamaba como solía hacerlo Noah era donde se sentía pequeña, vulnerable. —Lo lamento...es solo que, la manera en la que me miró me hace preocupar... —Pero eso no era sorpresa para ella y lo sabía, sentía que las recamaras se convertirian en aquella jaula en la que había peleado si Shade lograba quedar con ella. Cuando Agenes comenzó a enumerar las cosas que podría hacerle volvió a recordar en todo lo que había pensado cuando vio esas reacciones de su parte dentro de la jaula, cosas mucho peores que ella estaba diciendo por suerte, el sentir el toque en sus hombros la regresó a la realidad e increiblemente, sus palabras la relajaron. —Entonces...¿realmente podría decirle si sucede algo? ¿Incluso si...hace algo que no deje marcas? —Su mayor preocupación era que fuera tan listo que lograra hacerla sufrir sin que ninguno de sus cabellos fuera tocado pero... ¿no lo haría peor? ¿No alimentaría mas su enojo? ¿Lograría realmente mantener a Agnes como si fuera aquella "guardiana"? —Sería un alivio...muchas gracias. Se obligó a mostrar una pequeña sonrisa anque su cabeza preocupada no habría querido, luego, terminó un poco más centrada en aquellos mimos que estaba recibiendo en sus manos, mirandola de una forma mas tranquila por aquella distracción de su mente. "¿A Noah se le dificulta la escritura? " —No realmente—dirigió su mirada hacia él, observando como escribía, quizás incluso ya cerca del final de lo que le habrían pedido —, sabe expresarse como lo haría en una conversación normal... cuando está comodo...quizás su ortografía no sea la mejor pero no es su culpa...
Agnes Astaroth Se quedó por uno momentos mirándole las uñas, quizá la próxima vez que visitara su oficina se las pintaría de un color suave. Y luego volvió a los mimos, acariciándola con dulzura. "—Entonces...¿realmente podría decirle si sucede algo? ¿Incluso si...hace algo que no deje marcas?" —Siempre y cuando pueda comprobarlo, Catherine. Shade es rudo, pero quizá si tratas de ser un poco más fuerte a la hora de hablar te lleves mejor con él —soltó como una recomendación, mientras continuaba escuchándola. Tenía nuevamente ganas de reír, pero se las guardó por las ganas que tenía en acariciarla como una niña pequeña, indefensa que necesitaba su protección. Adoraba sentir aquella sensación de necesidad. En un momento volvió su vista a Noah al verlo escribir, sonriendo levemente. Al parecer algo se le había cruzado por la mente, pero no era de esperar... —Oh, ya veo —susurró en modo de respuesta a las palabras de Catherine—. Y dime Catherine, ¿qué tal las estrellas de la habitación? —cuestionó interesada, pues las había elegido ella misma.
Noah Briggs ~ ¿En serio ya había terminado? Parpadeó un par de veces mientras volvía a releer la carta. La letra se veía pareja en tamaño, era lo suficientemente larga como para ocupar dos tercios de la hoja, pero no podía decir algo positivo sobre su ortografía, no porque supiera exactamente en qué se había equivocado, sino porque se conocía a sí mismo lo suficiente como para estar seguro de que en algún lugar la habría cagado. En varios, de hecho. Procedió a doblar la carta a la mitad y luego de nuevo a la mitad, sin ser exactamente preciso en los pliegues. Un par de puntas se veían algo chuecas y el papel se había arrugado en algunas partes por la transpiración nerviosa de sus manos al recorrer el papel. No iba a mentir y decir que una parte de él no se frustró al notar que no se veía del todo presentable, especialmente después de haberle puesto esfuerzo como nunca pensó que habría hecho, pero simplemente decidió ignorarlo después de darse cuenta de que no tenía otro papel como para volver a pasar todo en limpio. Le recordaba a él, de hecho. Palabras y frases ligeramente desordenadas, ideas no del todo claras, imperfecciones (muchas de ellas) y un aspecto descuidado. ¿Quizás esa carta sí podía decir algo sobre él, algo real, después de todo? —Terminé —interrumpió, ligeramente ansioso, levantando la mano con la carta entre sus dedos—. Supongo que está terminada. ¿Tenía que levantarse a entregársela en la mano o ella vendría hacia él? Había pasado mucho tiempo desde la última vez que Noah había estado en un salón de clases como para recordar las interacciones apropiadas profesor/estudiante.
Catherine Whitman Asintió con cuidado, mientras pudiera comprobarlo...habría un pequeña esperanza de simplemente no estar a merced de Shade —He intentado hablar normal con él en el autobus pero...solo le agradé cuando le di la razón, pero intentaré lo que usted dice...—No lo podía asegurar y no lo iba a asegurar porque no creía que Shade le diera tiempo de intentarlo, pero era mejor estrategia simplemente decir que lo tomaría en cuenta. Antes de que pudiera responder, escuchó a Noah. Ya había terminado...entonces... no debían de permanencer tanto tiempo allí o eso suponía, tomó una pequeña bocanada de aire por la nariz antes de girarse hacia Agnes con una sonrisa, provocada por todos los recuerdos que hizo que llegaran a ella con Noah con las luces cuando estaban fuera. —Me gustaron mucho, realmente lo agradezco...—No era en lo absoluto mentira, a fin de cuentas, agradecía tener algo que siempre había relacionado con tranquilidad —, me hacen sentir tranquila.
Agnes Astaroth Su rostro se ladeó levemente, haciéndole una seña a Noah de que se acercara con un asiento, porque le había apetecido hablar, hablar con los tres en su hermoso salón de clases, y recibir la carta de Noah y ponerla sobre la madera para después a solas, leerla. Esperó pacientemente a que Noah estuviese lo suficiente mente cerca para preguntar, para fastidiar. Volvió sus ojos carmín a los orbes de Catherine, complacida por las respuesta que le había dado sobre su gusto en aquellas pequeñas lucecitas. —Y cuéntame, ¿te gustó el baño, Catherine? —preguntó recostando su rostro en las palmas de sus manos al apartar las caricias que había propiciado con anterioridad a la chica—. No me refiero al de la habitación, sino al de mi oficina, ¿lo disfrutaste? —aclaró con una sonrisa amable que marcaba los hoyuelos de su mejilla, dividiendo su atención entre ella y Noah—. Y tú, espero no se te haya complicado mucho la escritura en aquella hoja, ¿o sí fue difícil? —habló de forma impersonal, como cualquier docente le hablaría a un estudiante promedio.
Noah Briggs ~ Por un momento, un breve momento, Noah había pensado que quizás podría aguantar compartir habitación con Agnes de manera pacífica y en silencio, que quizás sí podría fingir que todo estaba bien, que nada había pasado, que cuando sintió la mano de ella sobre la suya cuando le indicó lo que tenía que hacer podría retener los recuerdos encerrados en algún lugar perdido en su consciencia. Pero toda su fuerza de voluntad se le estaba yendo por el caño cuando nombró a Cathy y a la bañera. Eso no iba para Cathy. Eso iba para él. —Pues yo no soy Cathy pero puedo decir que disfruté tenerla limpia, así que le agradezco personalmente por haberse tomado la molestia. Fue lo mejor de mi día, de hecho —contestó, sin siquiera detenerse a pensar en las consecuencias. Ella le había hecho una promesa en su oficina y estaba harto de que se tomara la libertad tanto de hacerlas como de romperlas. ¿Pero acaso importaba? Por supuesto que no, porque a pesar de su pequeño acto de rebeldía que solo podía esperar quedara entre los dos, que Cathy no notase nada extraño, aún seguía tratándola de usted. Noah aún reconocía esa distancia entre ellos, la superioridad indiscutida de Agnes, pero había mucha testosterona recorriendo sus venas adolescentes como para no contestarle a sus superiores de vez en cuando. —Oh, y respecto a la carta... —hizo una pausa, recostándose en la silla, apoyando la cabeza en el respaldo y mirándola por entre las pestañas, con la nariz elevada—. He tenido que hacer cosas más difíciles y mantener una cara seria al mismo tiempo. La valentía le duró poco, porque no tardó en reconocer que se le habían subido demasiado los humos a la cabeza. Ella lo había provocado y él, como un imbécil, había caído directo en su trampa. Pero poco había que hacer ya que había abierto la boca sin pensar, así que simplemente desvió la mirada de los ojos de Agnes, sintiéndose derrotado desde antes de escuchar lo que ella pudiera contestar, y se cruzó de brazos mirando hacia cualquier otro lado como si todo aquello no le afectara. ¿Y si rompía su promesa y se lo decía a Cathy? Ni siquiera se atrevía a mirarla. Se sentía como un niño que había robado un caramelo a pesar de tener las monedas para pagarlo en el bolsillo. Como un estúpido, en otras palabras.
