Long-fic [RH#2] Querido Jack... [ROTG & HTTYD -Terminada

Dear preamble
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Cuando aquella noche Jack escuchó, por primera vez en años, todo lo que venía anhelando sin saber desde el primer momento en que los conoció, sintió que algo había sido levantado de sus hombros. Un peso fantasmal que jamás había sabido que cargaba hasta esos momentos.

Fue un momento de primeras veces, tanto para él como para los guardianes.

Suspiró, se controló lo mejor que pudo y dejó ir todo aquello que por tanto tiempo se guardó; sus miedos, sus inquietudes… o al menos una buena parte de los dos. Les relató de Jamie y los demás, de todo lo había hecho en ese mes e incluso de lo bien que se sintió volver a tener una madre.

Costó horas, varios silencios incómodos, algunos bocadillos y constante tensiones en su espalda antes de terminar. Norte se incorporó con un nuevo vaso de ponche, cortesía de sus yetis, y se dejó caer pesadamente a un costado de Jack; dio la indicación con sus manos para dejar entrar los rayos lunares del ventanal pese a las leves protestas de Bunny y la incomodidad de Tooth. Sandy parecía ser el único que se encontraba sereno, como si hubiese esperado eso desde un inicio.

Jack, su Jackie, sólo lo miró y él, con su habla mocha y algo retardada por el aún poco alcohol que lo entorpecía pese a la constante jarra de ponche que comenzó a beber, pasó un brazo por los hombros del chico, acercándolo. Sonrió y comenzó a contar un cuento de cómo a veces hasta el más poderoso podía llegar a caer, de lo difícil que era levantarse y lo sencillo de simplemente patalear.

Contó una fábula corta que Jack escuchó con atención.

Finalizada, Nick bebió un poco más de su ponche antes de sentir su garganta un poco rasposa y siguió con un relato más, uno que involucraba a un indefenso niño y a Pitch, peleas y pesadillas, malas decisiones y lágrimas. Nick le contó a Jack lo duro que fue entender cuánto ese niño era preciado hasta que se les vio arrebatado con gradualidad. Fue Tooth quien abrazó los rodillas del muchacho antes de decirle que el niño quien había perdido las memorias era él y que el ente malvado de dos cabezas no era más que Manny con Pitch.

—Pero, ¿sabes algo? —casi canturreó Norte—. No cuenta me di de lo fuerte que era a un hijo perder hasta que tú fuiste de aquí, Jack. Pero volviste, ¿da? Volviste… —miró el ventanal—. Y hora es creo yo de volver nosotros también.

Bunny suspiró y miro a Meme.

Sería complicado mas no imposible. Pues su familia estaba rota de mil formas, quizá se seguiría rompiendo con el pasar del tiempo, pero todos sabían que unidos a veces hasta lo más insignificante podía salvarlos de perder todas las piezas.

—Manny… —empezó Áster atrayendo la atención de todos mientras miraba en dirección a la luna— lo siento.

 

Dear Moon I​

“Han pasado años, demasiados para saber que hay heridas que jamás fueron cerradas de la manera correcta por ambas partes. Fue tanto tú culpa como la nuestra, Manny; tuya por dejarlo después de renacer y nuestra por ni siquiera intentar comprender un poco de lo que, para Jack, representaba todo este mundo nuevo.

De alguna manera el dolor que causó tu abandono y nuestra indiferencia para con él es algo que jamás desaparecerá por mucho que todos deseemos lo contrario, viejo amigo. Lamento, con el corazón de una madre inmortal como lo soy yo, el que hayas pasado por el sufrimiento de la soledad. Sé que eras, eres y seguirás siendo una especie de padre para ellos, Manny, sin embargo también es de padres cometer errores; sé que Áster habló contigo hace años y, de alguna forma que sólo él puede hacerlo, se disculpó contigo en representación a todos. También sé que tú, tan cómo eres, respondiste a tu manera.

Pero déjame decirte algo que ni tú ni ellos se han dado cuenta: tienen miedo. Miedo de intentar algo más y salir lastimados, ¿y sabes que es lo maravilloso de esto? Que, de alguna forma, eso es la familia. Nuestra familia, su familia. Y es espléndido que comiencen a entender todo lo que una simple palabra conlleva.

Ellos hicieron su parte, viejo amigo, ¿no crees que sea la hora de hacer tú lo mismo?

Atentamente, Madre Naturaleza​

PD: Dile a Cygnus y a los demás que Jack extraña, a palabras de nuestro joven guardián: ‘la fuerza con la que solían brillar, ahora parecen tristes al igual que Manny, y una constelación así también es bella pero melancólica. No me gusta ver el cielo que adoro de esa forma’. Por lo cual espero, de todo corazón, que todos perdonen y aprendan para que lleguen, de una vez por todas, a ser la familia que, sin saberlo, tanto desean.”

 

*Aviso, la información aquí presentada está alterada de forma que pudiese adaptarse al universo de “Recuerdos y Estimado/Querido Jack”

Dear Moon II​

Tsar Lunar, mejor conocido como El Hombre de la Luna, MiM (Man in the Moon) o Manny comenzó su vida en la Edad de Oro, cuando todos los sueños eran posibles. Como un bebé, el Hombre de la Luna tenía todo lo que un niño podía necesitar. Él tenía a su padre, Tsar, quien le mostró las maravillas de los cielos; a su madre, Tsarina, que le leía su cartilla de Planetas; además de Cygnus y demás constelaciones quienes cuidaban de él.

Juntos, todos ellos navegaron de un planeta a otro en su barco, el Luna Clipper. Por la noche, cuando la Luna Clipper se convertía en una luna, las constelaciones velaban por él y lo mantenían a salvo de las pesadillas.

Pero Pitch había oído hablar de él, un chico que nunca había tenido una pesadilla, y decidió hacer de ese muchacho su príncipe de las Pesadillas. Los padres de MiM habían decidido esconderse en un pequeño planeta llamado Tierra, sin embargo su familia fue atacada pese a todo.

Los padres de MiM mandaron a Cygnus, Leo, Taurus, Escorpio y Orión a llevar al bebé a una guardería escondida en el barco; las constelaciones siguieron las instrucciones y se precipitaron junto a Manny a la seguridad que ofrecía la Luna Clipper, el cual se sacudía debido a la batalla realizada fuera.

Siendo Taurus y Leo los más bravos de los hermanos no relacionados decidieron auxiliar en la batalla, lo que provocó entonces una reacción en cadena al utilizar una daga mágicamente alterada, dando como consecuencia que Cygnus y los demás perdieran su forma corpórea y quedaran estancados en el cielo como un conjunto de estrellas incapaces de comunicarse sin el brillo de su ser, siendo restringidas a ser sólo parte de la obscuridad de un cielo infinito. Así como también el sellado de Pitch y la aparente muerte de Tsar padre y Tsarina.

Después de la batalla, Manny se encontró solo en la pequeña luna que giraba en torno al planeta llamado Tierra. Dos veces llamó, y escuchó, pero no hubo respuesta de sus padres. En el cielo vio un grupo de nuevas estrella brillando por encima de él. Se quedó mirando hasta que fue capaz de ver a sus padres en esa nueva constelación junto a Cisne y los demás.

Cada noche Tsar voló en la parte posterior de la luna, hasta que fue capaz de ver las constelaciones de sus padres y amigos para, a continuación, cuándo iba dormir soñara con luz nocturna y la Edad de Oro.

A medida que pasaba el tiempo, la luna se convirtió en su patio y cada comida estaba iluminada por un camino de estrellas. Un día se encontró con el libro de su madre y recordó algo que había olvidado por completo. Corrió hacia el telescopio de su padre y vio el pequeño planeta llamado Tierra. Para su sorpresa, se encontró con que la Tierra estaba habitada por niños como él.

Pasaron los años, y MiM dejó atrás la infancia al haberse convertido ya en un hombre de ojos cafés y escaso cabello blanco. El hombre de la Luna decidió mantener una vigilancia sobre los hijos de la Tierra y descubrió que si tenía un globo cerca de su oído podía oír la esperanza y los sueños de los niños. Manny, igualmente se enteró de que a veces los niños sólo necesitaban un juguete, dulces o un premio para animarlos, pero también descubrió que todavía poseían miedo de la oscuridad y estaban teniendo pesadillas. Fue así como Tsar se comprometió a no dejar que los sueños de los niños fueran a ser invadidos por las pesadillas de Pitch y decidió llamar a su lado a un grupo de héroes para servir como Los Guardianes, dando inicio así a toda una revolución para salvaguardar a los infantes y evitarles el sufrimiento que, de una triste e incorregible forma, él había vivido.

Sabiendo que su padre Tsar y su madre Tsarina junto a Cygnus y los demás lo apoyarían decidió comenzar la búsqueda de esos guardianes no sólo en el planeta Tierra, sino, en todo planeta que el universo —tan inmenso como era— tenía para ofrecer.

Empero, conforme el tiempo pasaba y la amenaza de Pitch latía aún en su herida jamás cerrada, Manny comenzó a cambiar. Comenzó, de alguna forma, a perder aquella inocencia que tanto habían cuidado sus padres y las constelaciones; comenzó a formarse de él un guerrero. Un padre sin hijos aún que estaba dispuesto a tomar en sus hombros el peso de todas sus decisiones.

Fue así que, con el paso del tiempo, Tsar padre y Tsarina —viendo el drástico cambio de quien fue alguna vez su Príncipe bebé— comenzaron a volverse obsoletos. Siendo los mayores y quienes recibieron más el impacto de una daga mágica contaminada, el brillo de sus estrellas fue muriendo y Manny, tan obsesivo como era por aquél tiempo, no lo percibió.

No fue hasta que Taurus, siendo el más brusco de sus hermanos, se lo dijo con el brillo de sus propias estrellas que MiM pareció comprender y, sin embargo, siendo ya El Hombre de la Luna que era jamás lloró.

El tiempo siguió su curso y el enojo que un día existió —departe de Leo, Taurus, Orión, Escorpio y Cygnus para con el ahora Príncipe lunar— menguó fue que todo comenzó a cambiar nuevamente. Manny descubrió que había más allá de lo que alguna vez imaginó. Conoció a Gea y a los demás. Descubrió a Hiccup y lo vio perdido a manos de su amiga; descubrió a los pookas y obtuvo al mejor de sus guerreros después de la masacre ocasionada por un breve despertar que su viejo amigo Pitch Black había ocasionado. Descubrió a Sandman en su pequeña isla, a Norte, a Toothiana. Reconoció a Hiccup y Toothles como los Otoño, se presentó ante Mérida y Rapunzel como amigo de su madre Gea y las vio desempeñar entonces su trabajo como Primavera y Verano… despertó a los guardianes y siguió planeando, sigiloso, con la eterna “amabilidad” grabada en él. Pero, sobre todo conoció a Jack.

Jackson Overland.

Ese Jackson que comenzó a cambiar los planes que durante un par de milenios y varios siglos le costó perfeccionar.

Jack lo decepcionó justo en el instante en que despertó.

Lo hizo pelear con sus conocidos y quedar como el ente malo cuando él no era nada más que amabilidad.

El chico derrotó a Pitch y parecía que todo volvía a la normalidad. Orión y los demás comenzaron a hablarle después de trescientos años en mutismo, los Guardianes comenzaron a trabajar con más entusiasmo y él, Manny, comenzaba a sentirse completo una vez más.

Sólo que, siendo tan buen hombre como él lo era, aún no terminaba por aceptar a Frost en su totalidad.

Y todo comenzó a caer una vez más.

Llegado a un punto Tsar perdió la razón y terminó jugando en el tablero de Pitch. Él, quien había sido siempre el rey blanco terminó siendo un simple y obscuro peón. Dejó que los deseos insanos de una perfecta utopía lo dominaran y dañó.

Dañó a Frost.

Dañó a Hiccup.

Dañó a todos.

Empero, lo único que MiM podía ver era a Jack.

A Jack y su perfecta sonrisa.

A Jack y la atención de sus Guardianes.

A Jack tener todo lo que Manny perdió siendo un bebé.

A Jack, quien le quitó a sus hijos. A aquellos guardianes que habían aprendido a verlo como un amigo, un compañero, un consejero… un padre.

No fue sino hasta que Áster le hizo frente que todo —por ¿tercera vez?, ¿cuarta?, ¿quinta?— cambió de nuevo.

—Hasta que Jack apareció nunca fuimos una familia de verdad. Por eso me despido, todos querían despedirse, te agradecemos que lo hayas traído pero no más. Él está bien, él estará bien… es un chico fuerte, si lo sabré yo —recuerda MiM que Áster le dijo—. Te doy gracias por él, por habérnoslo traído, pero adiós.

Y eso, para un padre como él, fue el dolor más inmenso que pudo experimentar alguna vez.

Arrepentido decidió dejarlos vivir su vida, incapaz de intervenir en algo más.

Con la inseguridad de perderlos por completo si volvía a hacer o decir algo, Manny se alejó.

No fue sino hasta años después que el mismísimo Jack le otorgó el tan ansiado pero jamás pedido perdón, que Tsar descubrió que aquello que por tantos siglos cargó en sus hombros desaparecía. El que Norte, Áster, Tooth y Sandy le perdonaran —pese a sentirse aún incómodos con su presencia— no hizo nada más que ayudarle a respirar tranquilamente una vez más.

La carta de Gea fue quizá la cereza del pastel.

Tsar Lunar, El Hombre de la Luna, MiM, Manny, Príncipe… como sea que quisieran referirse a él descubrió que sí. El era una buena persona, sin embargo también entendió que hasta el más bueno de todos termina cayendo alguna vez.

Por eso levantó la mirada hacia el cielo, a esa parte solitaria donde solían estar las constelaciones de Tsar padre y Tsarina. Inhaló, exhaló y siendo incapaz de emitir sonido alguno al volverse una persona muda… lloró sentado en la luna que representaba su hogar. Cobijado por el resplandor de Cygnus, Orión, Leo, Escorpio y Taurus, Tsar hijo lloró.

Lloró por la muerte de sus padres.

Lloró por la muerte de su infancia.

Lloró por todo lo que había ignorado por siglos.

Lloró porque entendió que sí: nadie era familia hasta que Jack apareció.

Y abajo en el taller de Norte, acurrucado en su cama como pocas veces, Jack ignoró el hecho de que a fuera en la obscuridad llovía.

 

Dear Jack​

Sin saber qué escribir, Tsar se removió incómodo bajo el tenue brillo de las constelaciones; suspiró, no emitiendo sonido alguno y procedió a pensar.

Sabía que nada podía lograr que sus hijos lo perdonaran por completo y sin embargo tampoco podía dejar de intentarlo, de alguna forma dejarlo así era lo peor que podía hacer. Por eso meditó y llegó a una conclusión. Los grandes cambios empiezan por pequeños movimientos.

Él no pediría que Áster y los demás volvieran a tratarlo como parte de esa extraña familia que todos ellos conformaban, simplemente pediría entonces a Jack que le permitiera ser el padre segundo que jamás tuvo la molestia de ser y permitirle así demostrar a sus demás hijos que podía cambiar no sólo para mal sino para bien.

Con la aprobación de Cygnus, su más fiel consejero, Manny tomó un pedazo de papel y comenzó.

“Es de noche, aquí siempre es de noche, en mi palacio la noche eterna es todo lo que puedes ver… y desconozco, hijo mío, cuándo procederás a darle lectura a esta extraña misiva. Sin embargo, quiero que entiendas algo: en esta eterna oscuridad yo siempre consideré que en algún momento de mi vida podía ser mi propio y cálido sol, empero cuando tú llegaste a mí como una tormenta de emociones y me enseñaste que la calidez que yo por tanto tiempo he buscado no es sino uno familiar es que entendí todo. Te necesito tanto como a los demás para vivir. Eres un gran muchacho, Jack. Y, pese a todo, quiero que sepas que secretamente de alguna forma te he envidiado tanto… pero no más. Espero me permitas ser un algo en tu familia en algún futuro ya que sin recuerdos no hay vida alguna pese a los malos o buenos que estos puedan ser, tú me enseñaste eso, ¿sabes?

Por eso y más querido Jack, entiendo que para vivir es necesario recordar…”

Fin​