One-shot Requiest In Pace; Ezio Auditore

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por EN Auditore, 23 Junio 2013.

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    EN Auditore

    EN Auditore La Hermandad de Asesinos

    Piscis
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    Título:
    Requiest In Pace; Ezio Auditore
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2183
    Requiest In Pace Ezio Auditore

    “Cuando era joven tenía Libertad, pero no la veía; tenía tiempo, pero no lo sabía; tenía amor, pero no lo sentía…”​

    Tuve que ver a mi familia colgada en la Plaza de Florencia, tuve que jurar venganza, tuve que convertirme en un asesino para entender el significado de esas palabras. Luego me di cuenta que había una Conspiración más grande de lo que había pensado, no solo hacia mi familia sino hacia las más grandes familias de Italia, todo comandado por el cabecilla; Rodrigo Borgia.

    Tuve que entrenarme a la vez que me preparaba para una guerra que la mayoría de las personas no sabían que existía, lo que la mayoría de las personas ignoraba, era una lucha por la libertad, pero ellos no lo sabían, ellos lo ignoraban, muchos eran manipulados, muchos eran discriminados.

    Pero yo era el profeta, aquel profeta que dijo aquel ser; Juno. Yo tuve que volver a ver como un familiar mío era asesinado por los Borgias, como Monteriggioni era destrozada por el César Borgia, ver como asesinaba a mi tío Mario, el último recuerdo de mi padre, con un arma hecha por el amigo de la familia Leonardo Da Vinci.

    Ir a Roma malherido, dirigirme al Vaticano para ver como las Víboras eran asesinadas en su nido, como César Borgia asesinaba a su padre; Rodrigo Borgia que en ese tiempo era el Papa Alejandro VI, que fue envenenado por una manzana que fue obligada a masticar por su hijo.

    En ese momento recordaba los rebelde, orgullo y mujeriego que era, bueno lo de mujeriego aún lo tenía, pero ya me había dado cuenta que lo que iba a hacer no era por venganza, sino para evitar una caída mayor, evitar que una familia dividida llevara al abismo a toda Italia.

    Cuando él, me había dado por muerto, le demostré que no era fácil asesinar a aquel que había asesinado a toda su familia. Así que tuve un último combate, el lideraba las fuerzas del Rey Juan III que se encontraban atacando a Viena.

    Luego del último combate, en donde se encontraba en el suelo y sangrando, el seguía diciendo que el trono era suyo, que el llevaría a la humanidad a un nuevo paso evolutivo. En eso lo levantó y lo lance al vacio de las murallas.
    Aún con todo eso, yo tenía más dudas que respuestas, mi mente necesitaba la sabiduría. Fue ahí cuando encontré una carta que hablaba de la Biblioteca de Altair, el maestro asesino. Que se encontraba en Masyaf. Así que tomé un barco hacia Constantinopla,, luego de viajar en mar por diez meses llegue, pero cuando me dirigí a Masyaf estaba en manos templaría y del ejército Bizantino que no dudaron en atacarme. Logré repeler la mayoría de los ataques, pero fui capturado, cuando estaba en una Atalaya para ser ahorcado…

    Pude ver la figura del maestro Altair en la otra, pude ver cómo me miraba y luego saltaba, así que rápidamente ahorque a un guardia y salté al vacio, y perseguí al Capitán Leandro por toda la ciudad hasta que lo asesiné.
    Luego me dirigí en un barco con el Príncipe Otomano Suleiman, que se hacía pasar por un estudiante, luego de desembarcar me encontré con el Asesino Líder en Constantinopla; el Asesino Yusuf Tazim que me mostró todas las armas que no teníamos en Italia.

    Ya había comenzado mi búsqueda por las cinco llaves, cada llave contenía una memoria guardada del Asesino Altair, pude revivirlas todas y entender su vida, pero no lo habría hecho sin Sofía Sorto, aquella que años más tardes se convirtió en mi esposa y con la cuál tengo dos hijos. Sin su biblioteca quizás no hubiera conseguido.

    Luego de poseer cada llave, los templarios raptaron a Sofía y le quitaron la vida al pobre Yusuf, clavándole una daga en su espalda cuando esté trataba de proteger a Sofía, ya yo me encontraba exasperado así que luego de hacer descansar en paz a Yusuf, decidí acabar con la amenaza Templaría Bizantina de una vez y por todas.

    Subí a una torre para luego saltar de ella al darme cuenta de que mi Sofía iba a ser ahorcada, luego de cortar la cuerda y perseguir en una carroza al hermano del Sultán Otomano padre de Suleiman que intentaba huir para morir estrangulado y ser lanzado por un barranco.

    Unas semanas luego me dirigí a Masyaf nuevamente junto a Sofía, cuando estuvimos antes la gran puerta, donde detrás estaba la Biblioteca del Asesino Altair, pusimos cada llave y está giró dejando ver todo… menos lo que esperábamos…

    Era una biblioteca sin libros, las estanterías estaban vacías, en el centro de la sala se encontraba un trono y encima de este se encontraba lo que parecía Altair, recubierto por una túnica llena de polvo, ya no había ningún tejido en su cuerpo, solo el esqueleto y en su mano se encontraba su última memoria.
    Luego de ver cómo murió en paz el maestro, solo le dije:

    Requiest in Pace, hermano asesino.-

    Y me puse a la pared, luego de presionar una parte de esta, dejó salir lo que yo andaba buscando, el Fruto del Edén, luego de vivir tanto en Constantinopla casi todas mis dudas estaban claras, ya no había casi nada, le dije unas palabras a aquel sujeto que había mencionado Juno aquél; Desmond, aquel que era el elegido por los que vinieron antes.

    Luego de once años alejado de la Hermandad, ya no quería pensar que era un asesino, así que me mudé a una Villa en la Toscana en donde nuestra forma de vida era la plantación de Vid, uno de esos días en donde me encontraba preocupado, en donde Sofía me había dejado con mi hija Flavia, llego ella…

    Aquella Asesina que venía desde tan lejos, desde china ella era Shao Jun, ella había escapado junto con su maestros en busca de poder hacer más fuerte a la hermandad allá, poder rescatar a su pueblo como yo había hecho con Italia, pero su maestro fue asesinado antes de encontrarme, así que decidió seguir con la misión de encontrarme a mí.

    Al principio me negué, no quería nada que tener que ver con los asesinos, para mí esa época ya se había acabado. O eso ¿yo pensaba? Mi vida jamás podría alejarse del todo, no podía dormirme debía luchar, así que unos días luego, luego de que ella me dijera aquellas palabras que yo había dicho pensado hace ya tantas décadas:

    -Quiero comprender... ¡Comprender como guiar a mi pueblo!-

    Decidí llevarla a la Plaza de Florencia, en donde le explique que hacia cuarenta y cinco años mi familia había sido asesinada en esa misma plaza, pero que ahora yo la veía con ojos distintos, yo la veía con unos ojos llenos de alegría y felicidad, al haberme dado cuenta que ahora la gente no vivía con miedo sino con felicidad.

    Cuando volvíamos Jun se enfrentó a un sujeto con un Hacha y le rebanó el cuello con una Hoja Oculta, luego de huir de allí, volvimos a la villa en donde le dije a mi esposa que se quedará con Maquiavelo, mi temor se estaba volviendo realidad, el temor de que nos siguieran ahora era real, pero ahora debía luchar…

    Luego de hablar con ella explicarle que viví mi vida, entrenando a hombres y mujeres para que amaran antes de luchar, que viví todas mi vida siéndole fiel a la orden, buscando a nuevos asesinos. Luego de esa charla ella se fue, pero yo sentí una perturbación en el ambiente, tomé un arma que se encontraba al lado de mi chimenea y salí.

    En ese momento un Bruto disparaba con un caño una bola de plomo que atravesaba la cerradura y una pared y entraron dos hombres con las vestimentas del hombre de la tarde, rápidamente me movilice aunque tuviera mis sesenta y tantos, me podía mover con una fluidez casi natural, pude tomar a un hombre del cuello pasar por su espalda y arrebatarlo, para luego clavarle mi arma a uno de ellos en la cara.

    Cuando observé al segundo piso Jun se encontraba luchando con dos, pero se pudo lidiar con uno, pero el bruto le comenzaba apuntar con el cañón así que comencé a correr, subí al segundo piso y le quita la espada a otro para clavársela en u cráneo.

    Corrí a toda velocidad y antes de que la bala le llegara a dar a Jun la tumbé al suelo, y aquel proyectil atravesó la pared, cuando nos dimos cuenta, yo decidí saltar por una ventana, pero caí mal, mientras ella hacia una pirueta y caía al suelo, pero el bruto ya la comenzaba a atacar, luego de que ella hiciera una maniobra, yo me lancé con un cuchillo y se lo clavé en el ojo, pero esto hizo que se enfureciera más.

    Jun me pasó una espada y yo la toma, pero el bruto comenzó a correr hacia mí. Jun le lanzó seis dagas que se incrustaron en su espalda, pero no funcionaba, el bruto seguía su camino hasta que yo le clave la espada en su pecho y ambos terminamos en la corteza de un árbol.

    Ya el bruto se encontraba muerto, así que lo empujé, y me comencé a reír, aún no entiendo, quizás porque me sentía feliz de demostrar mis habilidades o porque realmente me hacía falta una buena batallas como la había tenido hoy.

    Ya ha pasado una hora desde que Shao Jun se marchó con una caja que le entregué, por supuesto, por si necesita encontrar de nuevo su camino, y hace unos minutos voy de camino junto a mi familia; Flavia y Sofía, de camino al mercado en la Plaza de Florencia.

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    Ya hemos llegado, pero comienzo a toser, no puedo controlar mis pulmones, ya están demasiado viejos, en eso Sofía me dice:

    -Debiste quedarte en casa.-
    Y yo le digo con un gran orgullo en mi rostro, a la vez que me sentaba en una banca, para poder admirar la belleza de la plaza:
    -Está es mi casa.-

    En eso ella me besa dulcemente la frente y se marcha carismáticamente con mi hija, es tan hermoso ver como mi familia camina tan felizmente, pero un sujeto se sienta al lado mío, aquel muchacho me recordaba a mí, cuando comenzó a recitar aquellas palabras que salían de su boca:

    -¡Al diablo! Odio está maldita ciudad.-mientras me observaba.-Desearía estar en Roma…-tomando una postura como si estuviera imaginando.- He escuchado que las mujeres de ahí son…-haciendo un ruido como de anhelo.- Son como Sangiovere maduras en la Vid ¿sabes?- observándose orgullosamente.- No como aquí en Firenze.- escupiendo el suelo en señal de asco.

    -No creo que Firenze sea vuestro problema.- fue como le respondí a aquel sujeto que se veía que le asqueaba aquella ciudad en la que yo había nacido.
    -¿Perdón?...- me mira algo extrañado.

    Pero en ese instante comienzo a toser, y comienzo a tocar mi pecho el dolor se comenzaba a intensificar considerablemente, me tenía que encorvar para tratar de aminorarlo, pero este sujeto me responde.

    -Coraje, viejo.- y me sigue observando con aquella mirada de orgulloso, pero tenía algo que hace que se viera sospechoso, pone su mano encima de la mía, en una señal hipócrita de tratar de calmarme.
    Trató de observarlo, pero el dolor no me debía enfocarme y ahora vuelve y me dice.

    -Descansa.- haciendo peso en mi hombro para levantar y marcharse.
    Pero luego de que esté se levantará mi dolor se comenzó a intensificar, poco a poco no puedo respirar, así que por último vez, observo a mi amada y mi hija, se que el tiempo que había llegado, pero ahora recordaba que había hecho aquella carta de despedida que hacia tanto meses me estaba consumiendo la cabeza, solo pude sonreír, pero pude ver en sus rostros un poco de temor.

    Vi como mi esposa lanzaba su cesta de compra contra el suelo y mi hija dejaba caer una máscara de cera al suelo y comenzaban a correr hacia mí, la gente se asomaba a ver mi cuerpo que estaba a punto de morir, pero yo en mi mente recitaba aquellas palabras que había escrito en aquella carta…

    “Cuando era joven, disfrutaba de gran libertad, pero no la valoraba; tenía tiempo, pero no lo disfrutaba; tenía amor, pero no lo sentía. Pasarían muchas décadas antes de comprender el significado de aquellas palabras y ahora en el ocaso de mi vida, la comprensión se ha tornado en satisfacción; Amor, Libertad y Tiempo; antaño eran tan desechable, pero ahora es lo que me impulsa y en especial el amor querida mía. Para tí, nuestros hijos, nuestros hermanos y hermanas, y para el vasto y maravilloso mundo que nos dio vida y nos mantiene en ascuas”…

    “Con infinito afecto, para mi Sofía; por siempre tuyo…​

    Ezio Auditore”.​
     
    Última edición: 2 Marzo 2014
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    Aramiza

    Aramiza Entusiasta

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    Hola que tal! Llevaba tiempo buscando algún buen fanfic de AC, y me ha sorprendido el tuyo. De manera breve nos narras toda la historia de Ezio, aunque algunas partes a mi gusto les falto detalle o daba para más, ejemplo en la escena donde narras el enfrentamiento con Cesar Borgia, me hubiera gustado sentir ese enfrentamiento en palabras, para los que hemos jugado el juego comprendemos la escena, pero para los que no esto sería de vital importancia ya que en mi opinión el deber de un escritor es transportarnos a ese lugar descrito usando la imaginación, como dije, para los que lo hemos jugado la escena aparece en la mente.

    Hay algunos errores de dedo que afectan en parte a la comprensión de la lectura,
    De igual manera trata de no usar tantas muletillas ya que empobrecen la lectura y suena redundante.
    Pudiera quedar mejor así... Pude ver la figura del maestro Altair en la otra, contemplando como me miraba a la par que saltaba, así que rápidamente ahorque a un guardia saltando al vacío, perseguí al Capitán Leandro por toda la ciudad hasta que lo asesiné.

    Disculpa si fue extensa de igual manera solo estoy brindando una crítica que espero no te ofenda es un muy buen fic solo le hace falta lo que mencioné y eso es muy a mi parecer. Aún a pesar de esos detalles me ha parecido una gran reseña de la vida de Ezio Auditore di Firenze.

    Saludos.
     
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