Prólogo: El día del declive

Hace una relativa cantidad de años, decidí crear una historieta en un foro. Quizá por mero capricho o por estar medio aburrido, le di continuidad como si fuera un pequeño pasatiempo. Sinceramente, para mí, no era la gran cosa. Sin embargo, otros pensaban de una forma totalmente diferente.

Con el pasar de los meses, se volvió regular leer comentarios variados respecto a la obra. Las reseñas se volvieron positivas, la gente frecuentaba más el sitio, los capítulos salían cada semana y no tardó mucho para que llegara una propuesta formal de trabajo.

"Queremos dar a conocer a todo el mundo lo excelente que es tu obra"

Acepté, ¿quién no lo hubiera hecho? Buena paga, un trabajo que cumplía con mis gustos, ganaba fama y popularidad. Fue genial, pero me descuidé de una forma garrafal. Cuando el día en el que se me acabaron las ideas llegó y debía terminar la obra como se debía, no me había dado cuenta de lo dependiente que me volví de mi trabajo.

Simplemente, terminé la obra. Tuve un descanso de unos meses y empecé a trabajar en un nuevo proyecto. Algo que me devuelva al estrellato, que genere un éxito igual o mayor a mí anterior obra. Sin embargo, la inspiración que necesitaba nunca llegó.

Mi dinero se acabó para entonces, las llamadas de presión para presentar un nuevo trabajo se volvían constantes, me refugié en el pequeño departamento donde vivía y finalmente, el estrés me invadió. En ese momento, cometí mi segundo y último error garrafal en mi vida: Conectar el cable del computador con las manos húmedas.

Un tenue y rápido sonido se disparó y una estremecedora cantidad de electricidad me golpeó. Cabe decir que no sobreviví, era una muerte segura y muy idiota. Supongo que me lo merecía.

Lo siguiente que recuerdo es esta habitación vacía. No había nada más que paredes alrededor y una ligera luz se visualizaba en el techo. ¿Donde estoy? No sabría decirlo con exactitud, pero lo más extraño de todo fue que aún estaba vivo. Aún me podía sentir, estaba feliz de eso, pero a su vez era un sentimiento complicado.

–Humano, 26 años. Nombre: Noe Martínez

Una voz se escuchó de repente. Parecía catalogar y ordenar cada dato de una persona en específico. Al oír decir el nombre de quién analizaba, supe que no era otro más que yo. Al terminar, un silencio incómodo se hizo en el ambiente, tragué saliva, respiré hondo y calmé mis nervios.

–Noe, has muerto por tu propia culpa. –replicó la voz– No nos entretuviste lo suficiente en tu efímera vida.

–¿Entretener?

–Por ello, tu castigo es entretenernos a costa de tu nueva vida otorgada por el capricho de los superiores.

–¿De qué estás hablando?– repliqué.

–Hay mundos que se han dirigido en un camino distinto a su ruta original. Es tu deber redirigirlos al sendero donde se han desviado.

–¿De qué hablas? No te llego a entender nada. Para empezar, ¿quién diablos eres?

Hubo un total silencio después. Esto solo hizo más difícil mi propio razocinio. Tantas preguntas han de transitar por mi mente y ahora estaba en una situación completamente inesperada.

–El primer mundo que debe ser tratado ya ha sido decidido. Por favor, prepárese.

Estuve aliviado al escuchar de nuevo la voz, pero sus últimas palabras me desconcertaron aún más. Sin tiempo para dejarme pensar, una luz me envolvió de pies a cabeza y en un parpadeo me encontraba en un lugar completamente diferente.

El poderoso frío que asolaba, la blanca nieve que abarcaba todo el lugar. Estrepitosos sonidos de golpes y llamas hicieron eco entre las dunas congeladas. El aroma a mar empezaba a inundar las fauces de mi nariz, pero lo más importante fue el gigantesco barco de acero anclado que se veía desde lo lejos.

FIXER: NOE MARTÍNEZ
BIENVENIDO A SU PRIMERA MISIÓN.
POR FAVOR, ABSTÉNGASE DE TODO LO INDEBIDO Y CUMPLA DE ACUERDO AL CONTRATO.

Inmediatamente aquellas palabras iluminaron mi vista, palabras como Fixer o contrato se volvían raras cada vez más que las analizaba. Sin embargo, lo último me llamó la atención.

MISIÓN PRINCIPAL: Rescata al Avatar de las manos de la nación del fuego.

Me di cuenta de que esto solo empezaba.

Tag del capítulo: Avatar, the last airbender.

 

Capítulo 1: Control de la situación

MISIÓN PRINCIPAL: Rescata al Avatar de la nación del fuego.

MISIÓN SECUNDARIA: Aprende los fundamentos de un maestro.

MISIÓN BONUS: Derrota a Zuko, el príncipe de la nación del fuego, antes de abandonar el barco.



Los datos que me fueron asignados destacaban todo lo relacionado con el "Avatar" y la armada de la nación del fuego. Estos eran temas que vagaban lentamente en mi cabeza, era algo que ya había escuchado antes. ¿Será un relato? ¿O será...?

–No, esto no puede ser verdad.

La terrible confusión se aglomeró en mi mente, las palabras que tanto destacaban empezaban a sonar aún más claras, pero con un gran sinsentido en la realidad. Una serie vinculó todo lo relacionado y el "Avatar" no era ni más ni menos que la denominación del protagonista. Era surreal lo que estaba a punto de admitir, sin embargo recordé que ya morí una vez.

–Este mundo es de una serie animada.

Agua, tierra, fuego y aire. Hace muchos años, las cuatro naciones vivían en armonía, pero todo esto cambió cuando la nación del fuego atacó. La única persona capaz de detenerlos era el Avatar, sin embargo él desapareció. Con esta premisa se dio inicio a una de las historias más entrañables de la televisión y conllevó a una mejor comprensión de la narrativa y guion para las caricaturas.

Saber que me encontraba en un vasto paisaje gélido solo me hacía pensar en una de las tribus agua existentes hasta el momento. Considerando que no hay grandes estructuras de hielo a los alrededores, puedo considerar que estoy en el sur. Ahora, ¿en qué momento de la historia me encontraba? O más importante, ¿qué diantres debo hacer actualmente?

–¡¿Ni siquiera hay algo como un tutorial aquí?!

Me desahogué frente al inmenso páramo, el eco resonó por las densas dunas de nieve y, al parecer, los ruidos de lucha se detuvieron por un instante. ¿Me habrán escuchado? Sin preocuparme, empecé a caminar lentamente hacia lo que parecía un conjunto de iglúes a la distancia.

Tras una ligera caminata, llegué al recinto. Las viviendas de la tribu agua del sur eran una solución térmica al insondable frío producto del Ártico. Sin duda, era un complejo fascinante de estructuras que parecían albergar de 3 a 5 personas. Aunque, por lo extraño que parezca, todas las construcciones se encontraban vacías. El sonido de golpes y llamas volvió a retumbar en el ambiente, pero en un tono más audible. Me encontraba relativamente cerca de lo que parecía ser un conflicto entre locales y foráneos.

Caminé un poco más para escuchar lo que sucedía y divisé a un extraño sujeto. Este hombre tenía un conjunto de ropas rojas sobresaliendo de los orificios de su armadura aparentemente de acero y llevaba consigo un llamativo casco con una punta en la cima. La marca de la nación del fuego se observaba en su hombro derecho, un ligero corte se denotaba en su brazo izquierdo y la frustración en su cara se vislumbraba desde la distancia.

El soldado gruñó y volteó su mirada, sus ojos apuntaban a lo que se escondía detrás del iglú. Él sabía que lo observaban y una profunda incomodidad nació en su mente. Su objetivo empezó a sudar, es decir, yo sudé con el temor de que se hubiera percatado de mí. Estaba sentado de espaldas oculto detrás de la casa de hielo, el miedo me empezó a invadir, cerré los ojos y deseé que ignore mi presencia.

No, esto no puede quedar así. Aunque ya morí una vez, una segunda vez no sería muy gratificante. Tenía que hacer algo ahora mismo, antes de que me atrape. ¿Pero qué puedo hacer? No, espera, ¡ya sé!

–¡Sistema!

Nada sucedía, el tiempo se acababa.

–¡Menú!

Los segundos pasaban, todavía nada.

–¿Cómo? ¡¿Cómo era?!

Aunque las pisadas no podían oírse por culpa de una repentina ventisca, tarde o temprano mi escondite estaría al descubierto. Sin poder defenderme, cualquier ataque sería mi fin. Debo... ¡encontrar una forma de salvarme!

–¡Interfaz!

Repentinamente el tiempo se pausó, los alrededores empezaron a perder su color y el gris se esparció por el ambiente. Solo estaba yo, sentado detrás de una inmensa pared de hielo, asustado y sorprendido. Frente a mí, una ventana apareció con palabras y números extraños. Una cantidad infinita de letras y números se combinaban aleatoriamente y al final, se formaron oraciones coherentes.

Equipamiento, estado, tienda y dos espacios en blanco se visualizaban en el supuesto interfaz de usuario. Al parecer, podía elegir solo las tres primeras opciones por alguna razón, sin embargo, no lo pensé mucho y me dirigí a tienda.

Llegué a escuchar vagamente que en la tienda puedo encontrar todo lo necesario para ir más rápido en una misión. Además, me entregaron cierta cantidad de monedas como cortesía por mi primera vez. Sin duda, era algo que no presté total atención.

–Veamos, ¿qué hay? ¿Acaso esto será útil? Rayos, no me alcanza.

Inmediatamente, me llevé una desilusión. Objetos como pociones de resistencia, de vitalidad o de magia no existían y la mayoría de objetos o técnicas útiles costaban más de lo que podía gastar. Solo había un artículo que realmente llamó mi atención.

•[ Agua Control - Básico ]

Su valor de 45 monedas hizo que se convierta en una ganga en comparación de los demás Elemento Control existentes en este mundo, por lo que no dudé y lo compré de forma exitosa.

–Esto servirá de alguna forma.

Con la compra hecha, una campana sonó y el color empezó a revivir en el mundo. Eso, además, conllevó a continuar el tiempo anteriormente detenido. La ventisca aún se oía golpear contra las heladas edificaciones y el frío recorrió mi cuerpo de pies a cabeza. Me abracé de forma instintiva y de repente, escuché un fuerte estruendo. Volteé la mirada para fijarme qué originó tal ruido.

–Ugh...

Mi vista se centró en el joven de tez morena, cabello café, ojos azules y vestido con un abrigo de pieles que se encontraba tumbado mirándome. Yo lo observé detenidamente y él hizo lo mismo. Nos quedamos así por unos segundos sin reaccionar, luego ambos abrimos la boca sin siquiera respirar adecuadamente y...

–¡¿Quién rayos eres?!

Se escuchó al unísono.