Long-fic de Naruto - Renacimiento

Tema en 'Fanfics de Naruto' iniciado por Hakuno, 2 Mayo 2022.

  1.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Ahora mismo me encuentro escribiendo el capítulo 12. El 10 es bastante más largo de lo usual, y el 12 parece querer serlo también. Espero que sean de tu agrado cuando los publique ^^

    El Slytherin saldrá cuando tenga que salir ;)
     
  2.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    2336
    ¡Ey! Según yo iba a publicar los caps los Sábados, pero bueno, llevo escrito ya hasta el capítulo 13, así que, ¿por qué no adelantarme un poco?

    Espero que lo disfruten.

    Capítulo 08. Sharingan

    Al día siguiente, tras finalizar las clases en la academia, Naruto y Sasuke regresaron al segundo campo de entrenamiento.

    A pesar de su nombre y su propósito, pocos ninjas usaban los campos durante el año. Los clanes, aún desconfiados de sus compañeros dentro de la aldea, entrenaban en sus propias zonas y dojos, mientras que el resto aprendía sus habilidades en la academia. Tras convertirse en Gennin, la mayoría de los ninjas entrenaban y aprendían habilidades durante sus misiones.

    En el presente de Naruto, aunque los campos habían sido reconstruidos, dos de ellos habían terminado por ser remodelados y convertidos en parques recreacionales. Había sido una ingeniosa idea de Shikamaru para que los niños se interesasen por las artes ninja mediante el juego. Aunque en el fondo, ambos habían sabido que era un esfuerzo ineficiente, pues la relativa paz en el mundo había disminuido el interés por el modo de vida ninja.

    —Bien, —dijo Naruto en cuanto llegaron—. ¿Qué me puedes decir del Sharingan?

    —Que no es ningún secreto, —respondió Sasuke. Aún mantenía el ceño fruncido y una actitud distante, pero Naruto no había visto esa mirada llena de odio y rencor en todo el día.

    Naruto puso los ojos en blanco.

    —Sí, sí. Copia Jutsus, ve el flujo del Chakra. —Señaló a Sasuke con un dedo—. Lo que quiero que me digas es cómo lo obtienen los Uchiha.

    Sasuke miró a Naruto en silencio por unos segundos.

    —Entrenando. ¿Cómo si no?

    —Así es como se controla y mejora, —explicó Naruto—. No cómo se obtiene.

    —¿Te estás burlando de mí?

    Naruto frunció el ceño.

    —Cuando un Uchiha experimenta un sentimiento extremo, el cerebro desprende un Chakra especial que afecta los nervios de los ojos, y se produce el Sharingan. En este mundo, sin embargo, los sentimientos extremos suelen ser aquellos de odio o desesperación.

    Sasuke dio un paso atrás.

    —Si eso fuera cierto, entonces…

    —Sí, —dijo Naruto—. Tú ya deberías poder activar el Sharingan.

    La información sobre cómo el Sharingan se manifestaba no era precisamente conocimiento popular. Incluso dentro del propio clan, eran muy pocos los que realmente entendían su funcionamiento. Mientras que el hecho de que Sasuke ya lo había despertado sólo lo había sabido tras discutir y analizar los hechos con Shikamaru, Kakashi-sensei, y el propio Sasuke.

    —Eres el usuario del Sharingan más joven de la historia.

    Sasuke parecía aturdido, incapaz de hacer más que sólo parpadear por un rato.

    —Eso no puede…

    —Tu tarea será controlarlo, —le interrumpió Naruto—. Aunque primero tienes que lograr manifestarlo otra vez.

    —¿Cómo se supone que haga eso?

    Esa era una buena pregunta. Originalmente, Sasuke había logrado manifestar el Sharingan tratando de proteger a Naruto de los ataques de Haku. Así que, ¿cómo hacer que Sasuke lo manifieste ahora? Bueno, la respuesta anterior de Sasuke era la correcta. Sólo entrenando sería posible.

    —Bueno, los Doujutsu requieren de un flujo constante de Chakra, especialmente un Sharingan recién despertado. Así que, por ahora, intenta canalizar tu Chakra hacia tus ojos y, no sé, ve sintiendo qué pasa. Yo estaré aquí para comprobar que lo hayas despertado.

    —Vaya explicación más vaga…

    Naruto se encogió de hombros.

    —No sé cómo es tener un Doujutsu, ni cómo controlarlo, así que no puedo explicarlo mejor.

    Sasuke suspiró y sacudió la cabeza. Entonces se sentó en el césped, cruzando las piernas, y juntó sus puños.

    —En cuanto controle el Sharingan, quiero una revancha.

    Naruto sonrió.

    —Por supuesto.

    ~~~~~~~~​

    —... y el tratado de paz se firmó el 12 de abril del año 963. Con esta alianza en pie, se estableció un cese a las hostilidades. Más tarde, el 27 de junio del mismo año, la alianza Uchiha-Senju estableció un pacto de mutua protección con el País del Fuego, y el 2 de agosto se fundó oficialmente la Aldea Oculta de Konoha, poniendo fin al Periodo de Estados Combatientes.

    —Muchas gracias, Sakura, —dijo Iruka-sensei.

    Sakura sonrió y se sentó nuevamente.

    A Naruto siempre le había sorprendido la inteligencia de su compañera, pero ahora la admiraba incluso más, pues a sus casi ocho años se había aprendido ya toda la historia de las Aldeas Ocultas. A Naruto le había costado horrores memorizar toda esa información para su exámen Jounin.

    —Como pueden ver, —explicó Iruka-sensei—, nuestra aldea ninja es la más antigua. Algunos podrían pensar que cincuenta años son pocos, pero incluso hoy día las alianzas entre ninjas suelen durar un par de años como mucho. Ha sido mediante el esfuerzo combinado de todos los clanes de Konoha que nos hemos mantenido fuertes y unidos, incluso después de tres Guerras Mundiales Ninja.

    Y con un poco de suerte, pensó Naruto, No habrá otra guerra de ese calibre.

    —Así pues, el aniversario de la fundación de Konoha será la próxima semana. Por lo tanto, ese día no habrá clase.

    La clase estalló en gritos y vítores de celebración. Iruka-sensei necesitó de cinco minutos completos para calmar a los emocionados estudiantes.

    —Sin embargo, no quiero que descuiden sus deberes. Pero más importante aún, el exámen de Taijutsu será el día siguiente del aniversario, así que sigan entrenando los movimientos que les enseñé.

    Sonó la campana, y los niños se apresuraron a irse, mientras que las niñas habían intentado rodear a Sasuke para estar con él. Aunque, como siempre, Sasuke era capaz de burlarlas, así que siempre se adelantaba a entrenar. Naruto usualmente se apresuraba a alcanzarlo, pero hoy tenía que desviarse un poco.

    Encontró a Hinata en su asiento, pacientemente esperando a que disminuyera el flujo de estudiantes para poder irse.

    —Ey, Hinata, —saludó Naruto.

    Hinata se giró para verlo tan rápido que Naruto creyó escuchar cómo le tronaba el cuello. Sus ojos blanquecinos se ensancharon, y sus mejillas se sonrojaron.

    —¿N-N-Naruto-kun?

    —¿Qué tal estás?

    —Um… y-yo…

    —¿Tienes algo que hacer hoy? Si no, me gustaría que me ayudaras con un asunto importante.

    —Ah… y-yo… bueno, este…

    Naruto dejó escapar un suspiro por la nariz. ¿De verdad había sido tan difícil hablar con Hinata cuando eran niños? Tal vez porque la conocía mucho mejor siendo adulta, con un carácter afable y una confianza de hierro. Pero ahora que hacía memoria, definitivamente recordaba que Hinata era propensa a desmayarse cada vez que se le acercaba.

    No quería importunarla demasiado, pero Hinata era la única persona que podía ayudar. O mejor dicho, ella era la más adecuada.

    —¡Necesito tu ayuda, por favor!

    Hinata se tensó, pero su expresión cambió de confusión a una de incredulidad.

    —¿Necesitas… mi ayuda?

    —Sí. Luego te devolveré el favor.

    —Um… —Hinata bajó la mirada—. De acuerdo…

    —¡Gracias! —dijo Naruto, tomando a Hinata de la mano y haló de ella para que lo siguiera—. Estoy seguro que contigo conseguiremos entender el secreto detrás de… Bueno, ya lo verás.

    Naruto guió a Hinata por la aldea hasta el segundo campo de entrenamiento, sin darse cuenta que a momentos la había arrastrado como si de una estatua se tratase. Al llegar, vio que Sasuke ya estaba ahí, sentado encima de un tocón con las piernas cruzadas y formando el sello del tigre. Abrió los ojos en cuanto Naruto se acercó.

    —Ey, Sasuke. ¿Cómo vas?

    —Como siempre, —respondió Sasuke—. No hemos logrado nada en meses. Creo que te equivocas conmigo.

    Sasuke llevaba un par de semanas diciendo lo mismo, y Naruto notaba que su amigo se estaba desanimando rápidamente. Así que, tras considerarlo mucho, Naruto había decidido pedir consejo a la única persona de su generación con la capacidad de ayudar.

    —Por eso traje a Hinata hoy conmigo. Seguro que ella puede ayudarte.

    —¿De verdad? —preguntó Sasuke, escéptico.

    —¿De verdad? —preguntó Hinata, estupefacta.

    —¡De verdad! —afirmó Naruto, extático.

    —¿En qué estás pensando? —insistió Sasuke.

    Naruto posó una mano en el hombro de Hinata.

    —Ella tiene el Byakugan. Puede que sean Doujutsus diferentes, pero comparten los mismos orígenes, así que algo de lo que sabe Hinata debe serte útil.

    Sasuke frunció el ceño.

    —Los Hyuuga nacen con el Byakugan. Los Uchiha tenemos que despertar el Sharingan. No es lo mismo.

    —Um… De hecho… —Hinata dijo con una voz tan baja que casi parecía susurrar—. Eso no es… um… no es del todo cierto…

    Naruto sonrió, pero Sasuke sólo le clavó la mirada a Hinata.

    —Explícate.

    Hinata juntó sus manos y comenzó a juguetear con los dedos.

    —Bueno… nuestros ojos, um… aunque son de este color, bueno, vemos igual que tú. Um… La cosa es que, um, tenemos que entrenar para despertar el Byakugan.

    —¿Y tú ya lo despertaste?

    Hinata asintió.

    —Me tomó un año porque, bueno, no entendía cómo hacerlo, y…

    —Enséñamelo.

    —Um… —Hinata apretó los labios y desvió la mirada por unos momentos—. B-Bueno…

    Naruto se alejó un poco para darle espacio. Hinata se irguió, respirando hondo. Entonces cerró los ojos y comenzó a concentrarse. Movió sus manos y lentamente comenzó a realizar sellos. Caballo, Tigre, Liebre, Perro, Caballo… Cada sello lo realizó lenta y cuidadosamente, como temerosa de hacerlo mal. Cuando terminó la secuencia, colocó su mano derecha en forma de medio sello del Tigre a lo alto frente a su rostro y abrió los ojos.

    —¡Byakugan!

    Lentamente, las venas alrededor de sus ojos comenzaron a hincharse. Tímidas y dubitativas, pero constantes. Y sus pupilas se hicieron más nítidas. Era un error de comprensión el pensar que los Hyuuga no tenían pupilas, sólo porque era extremadamente difícil verlas cuando no estaban usando su Doujutsu. Naruto conocía la forma y el color de las pupilas de Hinata incluso en la más oscura de las noches.

    —Realizaste una secuencia de sellos, —observó Sasuke.

    Hinata asintió, y Naruto notó que el movimiento fue más enérgico que de costumbre.

    —Los sellos son para facilitar la canalización del Chakra correctamente, pero no son obligatorios, —explicó Hinata.

    —Los Uchiha no necesitamos sellos para activar el Sharingan, —dijo Sasuke mientras volteaba a ver a Naruto—. ¿Cómo se supone que ella pueda ayudarme?

    Hinata desactivó el Byakugan e inmediatamente se ensimismó, abrazándose a sí misma. Claro, Naruto recordaba que Hinata había tenido graves problemas de autoestima cuando era niña.

    —No descartes las cosas tan rápido, Sasuke, —dijo Naruto—. Estoy seguro que Hinata puede darte algún consejo que puedas usar. Sólo tienes que ser más receptivo.

    Sasuke se cruzó de brazos.

    —Bien.

    Naruto asintió y se volvió hacia Hinata.

    —Hinata, eres mucho más fuerte y hábil de lo que crees. Por eso te pido que nos ayudes. Estoy seguro que hay algo que sabes que él pueda usar.

    Hinata alzó la vista para ver a Naruto y se sonrojó. Entonces se volvió hacia Sasuke y, tras unos segundos, asintió para sí misma.

    —B-Bueno… P-Primero intenta, um, intenta canalizar tu Chakra…

    —¿Hacia mis ojos? —preguntó Sasuke, y Hinata asintió—. Llevo haciendo eso por meses.

    —Oh… Bueno, ese es el primer paso, —Hinata levantó dos dedos—. El segundo paso, um, bueno, intenta hacer que el flujo de Chakra vaya de tu estómago a tus ojos, de tus ojos hacia el centro de tu cabeza, y de vuelta a tu estómago.

    Sasuke cerró los ojos y comenzó a concentrarse.

    —Mientras mantienes ese flujo, um, haz que la parte que va a tus ojos se dirija al centro de tu pupila y, um… que se acumule. Deberías empezar a sentir, bueno, como que se te nubla la vista.

    Al cabo de unos minutos, Sasuke frunció el ceño y apretó los párpados.

    —Creo que lo siento.

    Hinata se animó.

    —¡Bien! Ahora, mientras mantienes los flujos de Chakra, aumenta la cantidad. Como, um, como un grifo de agua. Ajústala hasta que sientas que el agua… um, el Chakra… bueno, hasta que encuentres la cantidad justa para activar tu, um…

    Sasuke gruñó, luego jadeó. Naruto pudo sentir el Chakra de su amigo filtrándose en el aire y evaporándose mientras aumentaba la potencia. El Chakra se evaporó en una invisible ola de presión. Sasuke relajó los hombros y abrió los ojos.

    Hinata jadeó de sorpresa. Naruto sonrió de oreja a oreja.

    —Activé el… Sharingan, —dijo Sasuke en un susurro mientras se miraba las manos. Entonces alzó la mirada para ver a Hinata—. Gracias. —Entonces señaló a Naruto con el dedo—. Ahora, tú me debes un du…

    La voz le falló, y el Sharingan desapareció justo antes de que Sasuke cayera al suelo. Naruto apenas logró atraparlo para evitar que se hiciera daño. Sasuke parecía tener problemas para respirar.

    —¿E-Está bien? —preguntó Hinata.

    —Sí, —dijo Naruto mientras Sasuke intentaba no quedarse dormido—. El Sharingan, especialmente uno tan inmaduro, consume una cantidad monstruosa de Chakra en poco tiempo. Sasuke sólo necesita seguir entrenando para controlarlo, mejorarlo, y aumentar sus reservas, antes de que pueda usarlo efectivamente en combate.

    —Ya… Ya veo…

    Naruto ayudó a Sasuke a recostarse contra el tocón.

    —Um… Naruto-kun…

    Naruto se volvió hacia Hinata.

    —¿Sí?

    Hinata se sonrojó, mirando al suelo, y comenzó a juguetear con sus dedos.

    —Ustedes… bueno… ¿Entrenan juntos?

    —Sí, —respondió Naruto, cruzando los brazos detrás de su cabeza. Le ofreció a Hinata una amplia sonrisa—. Fuiste de mucha ayuda para que Sasuke pudiera mejorar. Te debemos una.

    Por imposible que pareciese, Hinata se sonrojó aún más.

    —Yo… bueno… sólo le dije lo que a mí me enseñaron…

    —No te subestimes. Supiste exactamente cómo guiarlo. Eso es de admirar.

    —G-Gracias… —Hinata presionó los labios durante unos momentos—. Um… Yo… Quería preguntarte una cosa…

    —Lo que quieras.

    —Bueno… Tal vez sea una molestia o… o un estorbo… P-Pero me gustaría saber si, bueno, si yo podría, um… bueno, si podría… ¿unirme?

    Naruto sintió que el pecho se le hinchaba de alegría.

    —¡Pero claro! Entre más, mejor.

    Hinata sonrió, y a Naruto le pareció que esa era la sonrisa más honesta que Hinata había mostrado en toda su infancia. Por supuesto, Naruto no podía negar lo feliz que le hacía poder entrenar con su mejor amigo y con quien, esperaba, sería su esposa en el futuro. Si también conseguía que los demás chicos se unieran, podrían graduarse todos siendo mucho más fuertes que nunca.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  3.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    2452
    ¡Ey!

    No mentía cuando dije que ya tenía varios capítulos escritos. Ahora mismo el 14 se me resiste, pero terminará por ceder. En fin, espero que les guste.

    Chapter 09. Compañeros

    En invierno, Naruto les enseñó el Jutsu de Escalar Árboles. En tiempos modernos se le conocía más como Jutsu de Caminata Vertical. Ambos nombres eran igual de insuficientes y errados. Después de todo, se podía escalar más que sólo árboles, y más que sólo superficies verticales.

    Sasuke la dominó primero, en sólo tres días. Hinata necesitó cuatro días. Ambos tiempos eran bastante buenos. La media estaba en una semana.

    Hinata ayudaba a Sasuke a controlar su flujo de Chakra para fortalecer su dominio del Sharingan, y a cambio, Sasuke le ayudaba a mejorar su manejo de armas. Luego, los dos se tomaban turnos para entrenar sus técnicas con Naruto, pues ambos habían aprendido rápidamente que, sin importar lo que le lanzaran, él era capaz de defenderse sin muchos problemas.

    Era interesante para Naruto el cómo tenían diferentes razones para pelear con él, pero les proporcionaban la misma cantidad de motivación para esforzarse a alcanzarle. A Naruto le alegraba lo mucho que se esforzaban para mejorar.

    —¡Byakugan!

    Tras realizar una secuencia de sellos más corta, Hinata activó su doujutsu antes de colocarse en posición.

    —¡Sharingan!

    Sasuke adoptó su pose de pelea.

    Hoy, Naruto les había pedido que tuviesen un duelo entre ellos. Habían mejorado mucho en los últimos meses, pero la diferencia entre ellos y Naruto aún era demasiado grande, y estaban comenzando a desesperarse. Especialmente Sasuke. Por ese motivo, necesitaban enfrentarse a alguien que estuviese más cercano a su nivel.

    —¡Comiencen! —gritó Naruto.

    Sasuke se lanzó hacia Hinata con una serie de golpes. Por fin había dejado de intentar sujetar y taclear de buenas a primeras. Hinata desvió cada uno de sus golpes, expulsando una pequeña cantidad de su Chakra con cada movimiento. Ella lanzó un golpe, pero Sasuke lo evitó con un salto, girando hacia atrás de ella. Intentó darle una patada, pero Hinata se cubrió con un brazo.

    Parecía que Sasuke aún no terminaba de comprender el campo extendido de visión del Byakugan.

    Hinata giró y lanzó golpe a la pierna de Sasuke, pero él se retorció de una forma que a Naruto se le antojó dolorosa, y logró sujetarle la mano lo suficiente como para impulsarse lejos de ella.

    Sasuke podía ver los movimientos de Hinata, que eran más bien toscos y rígidos, pero no podía arriesgarse a que ella le hiciese ningún rasguño y le bloquease los puntos de Chakra. Así mismo, era imposible para él intentar sorprender a Hinata, pues no tenía ángulos ciegos que supiera cómo aprovechar, y al mismo tiempo, ella no podía bajar la guardia ni un momento, pues él sabría cómo usar esas grietas en su defensa.

    Estaban mucho más parejos de lo que jamás habrían creído.

    Sin perder el tiempo, Sasuke realizó una secuencia de sellos, y luego infló su pecho con Chakra.

    —¡Arte de Fuego. Gran Bola de Fuego!

    Hinata realizó un sello y saltó hacia atrás, evitando el ataque por poco. Sasuke se abalanzó hacia ella desde el costado, pero ella ya lo había visto. Sasuke le arrojó un kunai, y ella lo esquivó sin mucho esfuerzo. Pero eso la había desbalanceado, y Sasuke aprovechó la apertura para girar sobre sí mismo y lanzarle una patada. Ella lo bloqueó a duras penas, y él continuó girando, golpeándola en el costado de la cabeza con su otro pie.

    Ella gritó al caer al suelo. Sasuke se incorporó mientras respiraba profundo.

    Hinata desapareció en una nube de humo. Naruto no pudo evitar sonreír ante eso. Sasuke jadeó de sorpresa, y apenas logró advertir a Hinata abalanzándose hacia él desde atrás. No logró girarse a tiempo, y ella lo golpeó en el hombro izquierdo. Sasuke saltó hacia atrás, pero el conducto de Chakra de su brazo ya estaba bloqueado. Ya no podría usar más Ninjutsu en ese combate.

    Sasuke apretó los dientes en un gruñido y saltó hacia Hinata con más ferocidad. Aún con su brazo debilitado, poco a poco estaba ganando terreno. Hinata apenas podía defenderse, y se veía forzada a retroceder. Su Taijutsu aún necesitaba mucho trabajo para igualar el de Sasuke.

    Al estar tan concentrada en defenderse, Hinata no notó una roca que sobresalía del césped, y la golpeó con el talón, perdiendo el balance y cayendo de espalda con un grito. Sasuke la sujetó de la cremallera de su sudadera y levantó el otro puño. Hinata se tensó y se le quedó viendo al puño, respirando pesadamente.

    —Suficiente, —dijo Naruto, aplaudiendo.

    Sasuke soltó a Hinata cuando ella recuperó el equilibrio.

    —Lo hicieron muy bien. Han mejorado muchísimo.

    —No hables como si fueras nuestro sensei, —dijo Sasuke, mirándolo fijamente—. Me das grima.

    Naruto suspiró.

    —¿Por qué no puedes alegrarte más? Eres cada vez más fuerte.

    —No puedo alegrarme cuando no mejoro nada. Apenas pude vencer a una debilucha. ¿En qué me convierte eso?

    —¿Pero qué dices? —preguntó Naruto—. Hinata es mucho más fuerte de lo que aparenta. Deberías ser capaz de verlo con tu Sharingan.

    Sasuke frunció el ceño y le mostró los dientes en un gruñido.

    —Además, el Sharingan usa una cantidad absurda de Chakra. Es normal que te canses más rápido.

    Sasuke se cruzó de brazos. No había forma de refutar esa verdad. El Sharingan era su mayor fortaleza y su mayor debilidad.

    —Es cierto, Sasuke-kun, —dijo Hinata—. Sólo te pude sorprender porque tu Jutsu te cegó por un instante, y aproveché ese momento para crear mi clon.

    Con un pesado suspiro, Sasuke relajó el cuerpo, aceptando por fin los cumplidos a su habilidad.

    —Terminamos por hoy, —dijo Sasuke y se giró para irse.

    Hinata se recargó en el roble detrás de ella y se dejó caer al suelo. Tenía la frente empapada de sudor y respiraba con dificultad. Naruto se sentó a su lado.

    —¿Estás bien?

    —S-Sí… Sólo estoy cansada… —Y aun así, encontró energía para sonrojarse.

    Naruto le ofreció una sonrisa.

    —Sí que me sorprendiste cuando usaste el Jutsu de Clones de Sombras. ¿En qué momento lo aprendiste?

    Hinata se miró los pies, pero sonrió un poco.

    —El mes pasado lo usaste contra Sasuke-kun. Usé mi Byakugan para observar tu control del Chakra. Me tomó… un poco más de tres semanas para replicarlo.

    —Eso es impresionante, —admitió Naruto. El Jutsu de Clon de Sombras era de rango A en esta época. Aunque la generación de sus hijos era mucho más hábil en el control del Chakra y el nivel de esa técnica había disminuido al rango C, no le quitaba mérito al hecho de que Hinata lo había aprendido con sólo verlo una vez.

    Hinata apretó los labios.

    —No realmente… Hacer un clon me dejó exhausta. Pero en tu combate con Sasuke-kun creaste dos clones y seguiste peleando como si nada.

    Naruto se rió un poco.

    —Bueno, es que yo tengo dos ventajas injustas en comparación.

    Hinata lo miró con el ceño un poco fruncido.

    —¿Ventajas injustas?

    Naruto asintió.

    —Soy del clan Uzumaki. Nacemos con una capacidad espiritual mayor a la del ninja promedio. En general, los Uzumaki tienen tres o cuatro veces más Chakra de lo normal.

    —¿El… clan Uzumaki? —preguntó Hinata—. No sabía que había un clan con ese nombre en Konoha.

    Naruto tomó una gran bocanada de aire.

    —No lo hay, —explicó Naruto—. Fue destruido hace tiempo. Los pocos supervivientes se dispersaron por el mundo. Mi madre llegó a Konoha cuando era niña, y ahora yo soy el único Uzumaki de la aldea. Una persona difícilmente puede considerarse un clan entero.

    —Ya veo… —dijo Hinata mientras jugueteaba con sus dedos—. Um…

    —Pero bueno, ese es el motivo, —continuó Naruto, forzándose en sonar alegre.

    Hinata le ofreció una pequeña sonrisa.

    —¿Y la segunda ventaja?

    Naruto cerró los ojos y se llevó la mano al estómago.

    —Tengo… un amigo cuya influencia potencia mis reservas.

    —No soy tu amigo, —dijo Kurama en su mente.

    Naruto lo ignoró.

    —Gracias a él, tengo mucho más Chakra que todos los estudiantes de la academia juntos.

    Los ojos de Hinata se abrieron como platos.

    —¡Eso es… muchísimo!

    Naruto rió de nuevo, esta vez más genuinamente.

    —Pero… —continuó Hinata, frunciendo un poco el ceño—. Cuando te observé usando Chakra, no vi que tus reservas fueran tan grandes… Bueno, son bastante amplias, pero…

    —Ah, eso es por mi sello, —dijo Naruto, alzando su mano izquierda y mostrándole la palma a Hinata. El rombo de color verde azulado pareció brillar bajo la luz del sol.

    Hinata se acercó para ver mejor.

    —¿Es un sello?

    —Sí. Guardo casi todo mi Chakra en él, todos los días. Así, cuando haya una emergencia, podré liberar todo ese poder y superar el desafío, —explicó Naruto, y se forzó en mantener su expresión alegre para no preocupar a Hinata—. ¿Sabes? El nombre de este Jutsu es Byakugou.

    Hinata jadeó de sorpresa.

    —¿De verdad? El nombre se parece mucho a Byakugan.

    Naruto asintió.

    —Ambas son técnicas antiquísimas. Quizá comparten historia, —dijo Naruto. Aunque realmente sabía que, de hecho, ambas eran técnicas que descendían de los Ootsutsuki, gracias a Kaguya y a las posteriores enseñanzas del Sabio de los Seis Caminos. Pero Hinata no necesitaba saber toda esa información por ahora.

    —Ya veo… —dijo Hinata.

    Se quedaron en silencio por unos minutos, y Naruto aprovechó para recordar el combate que habían acabado de tener sus amigos. Al final, Sasuke se había movido con mayor agilidad y precisión. Probablemente estaba muy cerca de evolucionar el Sharingan. Mientras tanto, Hinata refinaba cada vez más el uso de su Byakugan.

    Los dos ya eran más fuertes de lo que habían sido en el pasado de Naruto cuando se habían convertido en Gennin.

    Una vez que Hinata se recuperó, ella y Naruto continuaron practicando cómo mejorar el control del Chakra. Tras caer la noche, Naruto la acompañó a su casa.

    ~~~~~~~~​

    Al día siguiente, Naruto notó algo raro.

    Estaba llegando a la academia para empezar las clases. Al lado del edificio, pudo deslumbrar un pequeño grupo de niños que estaban muy juntos entre ellos. Sus poses daban la impresión de que estaban tramando alguna travesura, aunque Naruto sólo podía verles la espalda. Estuvo a punto de ignorarlos, pero entonces uno de ellos habló lo suficientemente alto como para escucharlo.

    —¡Pero qué raros son! —exclamó aquél niño.

    —¡Es un color rarísimo! —dijo otro.

    Naruto sintió un calor desagradable en el estómago. Decidió acercarse, y pronto notó unos cabellos azules asomando por sobre los hombros de los otros niños. ¿Acaso era…?

    —Mi abuela también tiene los ojos blancos, —dijo el tercer niño—. Pero ella está ciega.

    —¡Apuesto a que tú estás ciega también!

    —¿Quieres ser ninja estando ciega? ¡Qué gracioso!

    —Yo… n-no estoy… —dijo la voz de Hinata.

    —¿Qué? ¿Dijiste algo?

    —Yo no escuché nada.

    —¡Ciega y muda! ¡Qué gracioso!

    Naruto sintió que le hervía la sangre. Avanzó a zancadas con la intención de darle una lección a ese trío de mocosos. Pero justo cuando estaba a sólo unos pasos, Sasuke salió casi de la nada y, con la casualidad de quien paseaba por el parque, caminó entre Hinata y los bravucones, empujando a estos últimos con el hombro.

    —¡Oye! ¿Qué te pasa?

    —Es Sasuke Uchiha. El creído de primero.

    —¿Te crees muy chulo, Uchiha? No creas que puedes hacer lo que quieras sólo porque eres popular entre las chicas.

    Sasuke los volteó a ver con una expresión desinteresada, aunque Naruto notó que la estaba forzando.

    —Ustedes no deberían creerse mucho sólo porque son de tercero. Después de todo, son tan débiles que necesitan amontonarse para intimidar a alguien que ni siquiera se defiende. Patético.

    —¿Crees que puedes contra nosotros tres?

    Sasuke soltó una risita altanera.

    —No lo creo, —dijo, entonces los miró fijamente y activó el Sharingan—. Estoy seguro.

    —O-Oye, mejor vámonos… —dijo uno de los tres chicos.

    Sus amigos asintieron y el grupo prácticamente salió corriendo.

    Sasuke desactivó el Sharingan y caminó hacia la academia sin dirigirle la mirada a Hinata.

    Naruto decidió que hablaría con él más tarde. De momento, olvidó todo lo demás y se acercó corriendo a Hinata.

    —¿Estás bien?

    Hinata se estaba abrazando a sí misma, temblando, y le corrían lágrimas por las mejillas. No levantó la mirada.

    Naruto sintió un nudo en la garganta. ¿Qué podía decirle en este momento? Todo su conocimiento y toda su experiencia no le estaban sirviendo de nada para consolar a su amiga. Así que, siguiendo sus instintos, hizo lo primero que se le vino a la cabeza.

    Rodeó a Hinata con los brazos y la atrapó en un fuerte abrazo.

    —¿N-Na-Naruto-kun? —preguntó ella. Naruto sólo apretó más el abrazo. Hinata escondió el rostro en el hombro de Naruto y se permitió llorar.

    Pasaron los minutos, y Naruto no podía evitar pensar en la increíble diferencia entre la niña entre sus brazos y la mujer en la que se convertiría. Hinata era fuerte de cuerpo y espíritu, y era capaz de intimidar incluso al propio Sasuke. ¿Cuánto había tenido que esforzarse para crecer tanto? ¿Cuántas veces había tenido que soportar burlas e intimidaciones?

    Sintió que Hinata se movía, así que la soltó. Esperó a que ella se secara las lágrimas con las mangas de su sudadera.

    —L-Lo siento… Naruto-kun…

    —Está bien.

    —No… No está bien… —Hinata apretó los puños y cerró los ojos—. Yo… No me gusta ser así… Odio… Odio no poder decir… lo que siento…

    Naruto no respondió. Hinata abrió un poco los ojos, pero seguía mirándose los pies.

    —Pero… no quiero molestar a nadie…

    —Siempre habrá gente que se moleste contigo, —dijo Naruto. Hinata lo miró con sorpresa—. No importa lo que hagas ni lo que digas. No importa cómo actúes ni a cuántos intentes agradar, siempre habrá alguien al que no le caigas bien. Es inevitable.

    —Entonces…

    —Entonces, —dijo Naruto con fuerza—, lo único que te queda es ser tú misma. Actúa como crees que deberías actuar. Vive según tus propios valores. Sigue tus propios ideales. Camina tu propio camino.

    Hinata bajó la mirada otra vez.

    —No voy a mentirte y decirte que es fácil, —continuó Naruto—. Pero tampoco quiero que pienses que tienes que hacerlo sola.

    Por algún motivo, Hinata se sonrojó y levantó la mirada hacia él.

    —¿C-Cómo dices?

    Naruto le ofreció una amplia sonrisa.

    —Somos compañeros, Hinata. Como alumnos de la academia, como aldeanos de Konoha, y como ninjas.

    Hinata sonrió.

    —Naruto-kun… —dijo Hinata al cabo de un rato—. ¿Podríamos… tener un combate?

    Naruto ladeó la cabeza.

    —Um… ¿Ahora mismo?

    —No, —respondió Hinata, sacudiendo la cabeza—. Después de clase, antes de entrenar con Sasuke-kun. Yo… Bueno, quiero intentar derrotarte con toda mi fuerza.

    —Por supuesto, —dijo Naruto y extendió su brazo hacia ella, mostrándole el puño.

    Ella sonrió y chocó su puño con el de él.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  4.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    4523
    ¡Ey!

    ¿Ha regresado Fanficslandia? Espero que sí... En fin, aquí el cap. Finalmente llegamos al canon de la historia, con la graduación. Me debatí mucho tiempo sobre si debía cambiar mucho las cosas o no. Honestamente odio cuando las historias que "cambian" el canon se limitan a seguir los eventos tal cual suceden originalmente pero con distintos diálogos o un pesonaje nuevo que no cambia nada. A mi parecer, creo que llegué a un buen compromiso.

    Dejaré que ustedes sean los jueces.

    Capítulo 10. Graduación

    El Byakugou, el sello que almacenaba Chakra, requería un flujo constante para mantenerse estable, pero no requería una cantidad específica. Naruto podía guardar casi todo su Chakra, o casi nada. Para lograr cambiar la cantidad de Chakra que enviaba al sello, Naruto tenía que concentrarse y realizar el cambio con mucho cuidado para evitar activar el sello por accidente.

    Usualmente almacenaba un noventa por ciento de todo su Chakra al día. Hoy por la mañana, sin embargo, había cambiado el flujo para almacenar sólo un cinco por ciento.

    Después de todo, Hinata se lo había pedido.

    —¡Byakugan!

    Hinata adoptó su pose de pelea.

    Para este enfrentamiento, en lugar de ir al segundo campo de entrenamiento, Naruto había llevado a Hinata y a Sasuke al bosque, donde habrían muchas menos posibilidades de que alguien los viera. Naruto se concentró. Hacía mucho tiempo que no hacía esta técnica en particular. Dividió todo su Chakra en partes iguales y le dio forma. Tal como había aprendido tantos años atrás.

    —¡Jutsu Masivo de Clones de Sombras!

    Doscientas copias aparecieron alrededor de Hinata en una gigantesca nube de vapor. Por algún motivo, Hinata se sonrojó, aunque inmediatamente después sacudió la cabeza y frunció el ceño.

    Sasuke estaba sentado sobre la rama de un árbol, observando con su Sharingan activado.

    Naruto y sus clones comenzaron a correr alrededor de Hinata en patrones aleatorios. Aunque ella no se movió, Naruto sabía que podía verlos a todos al mismo tiempo. De pronto, muchos clones empezaron a saltar de un lado a otro, rodeando a Hinata incluso desde el aire. Otros se impulsaron entre ellos para cambiar de dirección. Uno incluso se puso a correr en círculos alrededor de un árbol.

    Al cabo de unos segundos, uno de los clones saltó hacia Hinata con el puño en alto. Hinata se agachó hacia el clon y, con una fluidez casi líquida, lo golpeó en la quijada con la palma de su mano. El clon desapareció en una nube de vapor, habiéndosele quebrado el cuello. Dos clones más se abalanzaron hacia ella, cada uno desde una dirección opuesta. Hinata giró sobre sus talones y golpeó a ambos clones al mismo tiempo, haciéndolos desaparecer.

    Diez de los clones encima de ella le lanzaron kunais y shurikens. Hinata tomó un kunai en cada mano y desvió todas esas armas. Pero cuatro clones más ya estaban a medio camino de atacar. Hinata le lanzó un kunai a uno de esos clones, y éste desapareció ni bien el arma se le clavó en el ojo. Entonces, Hinata saltó hacia uno de los otros tres clones y le sujetó el brazo, dando una voltereta y pateándolo en el rostro. Cuando ese clon desapareció, Hinata cayó al suelo y se impulsó hacia el tercer clon, al cual golpeó en el estómago con su codo.

    Finalmente, el cuarto clon desapareció tras un rodillazo en el cuello.

    Todos los demás clones dejaron de moverse. Los que estaban en el aire se detuvieron tan pronto llegaron a algún árbol o al suelo. Hinata caminó al centro del círculo de clones.

    —Muy bien, —dijo uno de los clones a su derecha.

    —Ahora, ¿quién es el verdadero? —preguntó otro clon, detrás de ella.

    Hinata tomó una gran bocanada de aire y lanzó su segundo kunai hacia su izquierda. El arma voló certera, y se detuvo cuando un par de dedos lo sujetaron en el aire. El Naruto que lo atrapó sonrió, y todos los clones desaparecieron en una nube de vapor.

    —Excelente, Hinata, —dijo Naruto, haciendo girar el kunai en un dedo—. Ni siquiera Sasuke pudo seguirme la pista.

    —Cállate, —dijo Sasuke desde su rama.

    —Gracias por ayudarme a entrenar, Naruto-kun, —dijo Hinata con una sonrisa. Su frente brillaba un poco por el sudor, y sus mejillas estaban un poco sonrojadas por el ejercicio.

    Naruto sintió que se sonrojaba también, y se forzó a ignorar esa reacción. Sasuke cayó a su lado con las manos en los bolsillos.

    —Los dos han mejorado muchísimo. Estoy seguro que ambos podrían ser ascendidos directamente a Chunnin si así quisieran.

    Habían pasado cinco años desde que Naruto, Hinata, y Sasuke habían comenzado a entrenar juntos. Naruto había intentado por todos los medios que el resto de sus amigos se les unieran, pero todos lo habían rechazado. Claro, tal vez Ino y Sakura habrían aceptado si hubieran sabido que estarían con Sasuke, pero Sasuke le había pedido a Naruto que no lo mencionara, pues quería que los demás se interesasen en mejorar, no en intentar acercarse a él.

    Naruto lo había comprendido, pero eso había significado que ninguno otro de sus amigos había tenido motivaciones suficientes como para entrenar. Bueno, no había nada que se pudiera hacer al respecto.

    —Entonces, —dijo Hinata—, tú deberías ser Jounin por lo menos, Naruto-kun.

    Sasuke asintió.

    —Yo también me lo he estado preguntando. Lo normal es que los ninjas se gradúen como Gennin, pasen un exámen para ser Chunnin, y luego una evaluación para ser Jounin. Pero a veces se hacen excepciones cuando hay ninjas excepcionales.

    Naruto rió un poco. Más que nada porque Sasuke difícilmente daba cumplidos como esos.

    —Tal vez sea cierto, —contestó—. Pero quiero graduarme con todos ustedes.

    Sasuke puso los ojos en blanco. Hinata sonrió.

    —¿Por eso es que has ocultado tu fuerza? —preguntó Sasuke—. Llevas cinco años manteniéndote el segundo de la clase.

    Naruto le mostró los dientes con una sonrisa.

    —Y aunque tú llevas cinco años siendo el primero, nunca has mostrado tus verdaderas habilidades tampoco.

    Sasuke le clavó la mirada por unos segundos, pero luego suspiró. Por mucho que no lo fuera a admitir, Naruto sabía que Sasuke también quería graduarse con él.

    —Mañana es el exámen de graduación, —dijo Hinata, emocionada—. ¡Demos nuestro mejor esfuerzo!

    Hinata estiró su puño, y Naruto chocó el suyo con el de ella. Ambos miraron a Sasuke, y después de refunfuñar, también colocó su puño contra el de ellos.

    ~~~~~~~~​

    Esa tarde, Naruto se encontró caminando entre las muchas tumbas del cementerio de Konoha. Los rayos del sol iluminaban el cielo de un anaranjado que a Naruto se le antojaba melancólico, y el viento invernal soplaba burlón en su cabello. Naruto se detuvo frente a una de las cientos de lápidas que decoraban el lugar. La placa de latón tenía los kanas cuidadosamente tallados.

    U. Kushina.

    La tumba de su madre.

    La academia ninja llevaba a los estudiantes del primer al tercer curso dos veces al año para limpiar y colocar flores en cada una de las tumbas. La primera vez que la clase de Naruto había ido a limpiar, Shikamaru había notado lo inusual que era que el apellido en esta tumba fuese sólo una inicial. Iruka-sensei había dado explicaciones vagas y excusas pobres. En su vida pasada, Naruto no había dado importancia, y tampoco habría podido descubrir el por qué, de esta rareza.

    —Mi madre, —dijo Naruto, llevándose la mano al estómago—, fue tu Jinchuuriki antes que yo.

    Kurama no respondió, pero Naruto podía sentir que le estaba escuchando.

    —¿Te llevaste bien con ella?

    Naruto se sentía tonto al preguntarlo. No porque supiera la respuesta, sino porque nunca le había pedido a Kurama que le hablara de su madre en su vida anterior. Había pensado que, después de conocerla él mismo y de lograr que otros le hablaran de ella, no había necesitado más.

    Pero ahora no tenía con quién hablar de ella.

    —Uzumaki Kushina, —dijo Kurama—, era una ninja con un carácter horrible.

    Naruto rió un poco.

    —Se enojaba con mucha facilidad, —continuó Kurama—, y se ofendía ante la más mínima burla hacia su cabello.

    —La conocías bien, entonces.

    —No dejaba de molestarme, queriendo que fuésemos amigos. Era casi tan insoportable como tú.

    —¿Cuándo admitirás que realmente te agradamos?

    Kurama resopló y dejó de responder. Realmente era reacio a aceptar la amabilidad de otros. Aunque era de esperarse, pues los humanos habían querido utilizarlo durante siglos.

    —¿Naruto? —dijo una voz desde atrás. Naruto se giró para ver a Iruka-sensei caminando hacia él—. ¿Qué haces aquí?

    Naruto sonrió. Durante sus primeros meses en la academia, se había preocupado por su relación con su maestro. En su vida pasada, Naruto había sido extremadamente ruidoso y problemático, intentando desesperadamente que la gente no pudiera simplemente ignorarlo. Eso lo había llevado a cometer muchas travesuras, cada una más grande e inconveniente que la anterior. Todo eso había hecho que Iruka-sensei estuviese siempre detrás de él.

    Pero en esta nueva oportunidad, Naruto no había hecho nada de eso. Había pasado demasiado tiempo entrenando con sus amigos como para querer pintar groserías en el monumento de los Hokages. Esta vez, no le había dado ningún motivo a Iruka para estar al pendiente de él. Así que, ¿cómo es que podrían haber desarrollado una relación?

    La respuesta fue bastante simple. Iruka-sensei sabía que Naruto era huérfano como él, y a diferencia de la mayoría de aldeanos, comprendía que sólo era un niño que no tenía la culpa del ataque de Kurama. Aún si ya no tenía que lidiar con las travesuras de Naruto, Iruka-sensei de todas formas lo invitaba a comer ramen de vez en cuando.

    —Nada, —respondió Naruto.

    —¿Nada? —Iruka-sensei llegó al lado de Naruto y miró la tumba. Se tensó al leer el nombre escrito en ella.

    —Sólo estaba pensando, —dijo Naruto—, que hay muchos ninjas aquí que nunca conocí. Y que habrán más que nunca conoceré. Y ya que seré Hokage, pensaba en lo triste que es eso. Cada persona tiene su propia historia y sus propios sueños. El hecho de que no los conozca nunca no significa que no importen.

    —... Y-Ya veo… —dijo Iruka-sensei. Tal vez el hecho de que Naruto estuviese en la tumba de su madre no ayudaba a su ansiedad—. Oye, ¿qué dices si te invito a Ichiraku?

    Naruto sonrió.

    —¡Claro!

    No sólo era su local de ramen favorito. Ichiraku Ramen, especialmente el de antes del ataque de Nagato, le provocaba muchísima nostalgia a Naruto. En esta nueva oportunidad de vivir su vida lo hacía incluso más feliz.

    El agradable olor de las diferentes especias que invitaba a la gente a pasar. El cálido vapor que hacía que la frente se llenase de sudor. La gran y amistosa sonrisa de Teuchi, el dueño. Y, por supuesto, el delicioso sabor del ramen que servían. El espeso caldo que calentaba el estómago, los tiernos y suaves fideos que eran fáciles de sorber, las verduras y la carne frescas y de calidad.

    Sin duda, era el mejor ramen del mundo, y Naruto no perdía oportunidad de comerlo, aún a costa de la cartera de Iruka-sensei.

    —¡Qué delicia! —exclamó Naruto tras beber el resto del caldo.

    Iruka-sensei rió. Aún no se había terminado sus fideos.

    —Es cierto que es muy rico, —dijo—. Pero, ¿no crees que comes demasiado ramen? No puede ser saludable.

    —También como otras cosas, —dijo Naruto—. Ayer comí okonomiyaki, y el día anterior comí yakiniku.

    Iruka-sensei suspiró, pero no dejó de sonreír.

    —Mañana es el exámen final de la academia, —dijo Iruka-sensei tras una corta pausa—. No creo que tengas problemas para aprobar, pero aún así asegúrate de irte a dormir temprano.

    —¡Ja! Después de comer ramen dormiré como un bebé.

    —No te vayas a quedar dormido, —bromeó Iruka-sensei—. Si llegas tarde, reprobarás.

    Iruka-sensei lo dijo en tono de broma, pero Naruto sabía por experiencia que su maestro nunca bromeaba cuando se trataba de seguir las normas. Por mucho que invitase a Naruto a comer de vez en cuando, Iruka-sensei no era un hombre que se dejase llevar por ningún favoritismo. Más bien, era el tipo de hombre que no dejaría entrar al Hokage mismo a una visita a los estudiantes de la academia hasta que se ajustase bien la gabardina.

    Eso también lo sabía por experiencia.

    Tras pedir un segundo tazón de ramen, Naruto se despidió de Iruka-sensei y se dirigió a su casa. El invierno estaba por terminar, aunque aún seguía haciendo bastante frío, por lo que Naruto metió las manos en los bolsillos de su chaqueta. Aun así, no tenía prisa por llegar a su apartamento.

    Miró al cielo y a las titilantes estrellas.

    Habían pasado ya siete años desde que había regresado al pasado. Había logrado evitar que el clan Uchiha fuera virtualmente erradicado, y aunque Sasuke seguía siendo distante, había aceptado que no tenía por qué estar solo para hacerse más fuerte. Naruto quería creer que había mejorado las cosas, pero en las noches, cuando la aldea se quedaba en silencio, no podía evitar preguntarse si terminaría fastidiando las cosas. Por mucho que se hubiera esforzado en mejorar su intelecto, seguía siendo bastante denso.

    ¿Debería contarle su secreto a alguien más? A Sasuke le había dejado caer que había algo oculto tras su inexplicable fuerza, pero no le había dicho nada más. Tal vez debería contarle, a él y al resto del equipo siete, una vez que estuvieran consolidados.

    Sus pensamientos se interrumpieron cuando notó que una persona le miraba desde uno de los locales cerrados, más adelante. Naruto se esforzó por no fruncir el ceño cuando le vio el rostro.

    —¿Mizuki-sensei? —dijo, sorprendido.

    —Hola, Naruto, —dijo Mizuki con una sonrisa—. Perdona si te molesto, pero, ¿podemos hablar un minuto?

    Naruto asintió y siguió a Mizuki por la aldea.

    Qué raro. Originalmente, Mizuki se le había acercado porque Naruto era el peor estudiante de la academia, y se había aprovechado de sus vulnerabilidades para manipularlo y convencerlo de robar un pergamino prohibido. Naruto había creído que, al ser el segundo mejor de la academia, Mizuki no habría intentado hacer nada.

    Por lo visto, Naruto se había equivocado.

    Mizuki llevó a Naruto al parque central Mito, que estaba a sólo unas cuantas calles de la oficina del Hokage. El lugar estaba desolado. Cuando se sentaron en una banca, Mizuki le ofreció a Naruto un té en botella que consiguió de la máquina expendedora en la entrada del parque. Naruto lo aceptó, pero no lo bebió.

    —¿Te sientes listo para el exámen de mañana, Naruto? —preguntó Mizuki.

    —Sí.

    —Me alegro, —rió Mizuki—. Aunque, bueno, no me lo vayas a tomar a mal, pero, ¿no te gustaría graduarte como el mejor de tu clase?

    Naruto se giró para mirar a Mizuki y levantó una ceja.

    —Sasuke se ha mantenido como el primero desde que ingresaron a la academia. ¿Nunca te ha molestado eso?

    Así que es eso, pensó Naruto. En lugar de aprovecharse de su fracaso en el exámen, Mizuki ahora intentaba apelar a su orgullo. Este hombre de verdad estaba desesperado.

    —No realmente, —respondió Naruto con una sonrisa—. Sasuke es muy fuerte.

    El rostro de Mizuki se tensó, aunque logró mantener la sonrisa.

    —Sí que lo es, —dijo Mizuki—. Pero tú siempre dices que serás Hokage. El Hokage es el ninja número uno de la aldea, ¿sabes? ¿No crees que deberías ser el número uno desde el principio? —sonrió—. Si muestras un Jutsu avanzado mañana, te graduarías como el número uno.

    Naruto se esforzó por ocultar su molestia. Mira que usar su sueño para intentar manipularlo…

    —Estoy bien, —dijo Naruto mientras se levantaba de la banca—. Es tarde, será mejor que me vaya a dormir.

    —Naruto, espera.

    Naruto suprimió un suspiro exasperado y se volvió hacia Mizuki.

    —Naruto… la verdad es que hay algo que debería decirte. Se supone que nadie debe contarte esto, pero siempre has sido muy buen estudiante, y creo que tienes derecho a saberlo…

    Pues sí que estaba desesperado. Mira que desobedecer al viejo Tercero…

    —¿Nunca te has preguntado por qué la gente te mira con odio? —preguntó Mizuki.

    Naruto se encogió de hombros. Le costó mucho trabajo esconder su disgusto.

    —No realmente, —respondió Naruto. Con eso, se giró de vuelta para irse a su casa.

    —Naruto, —dijo Mizuki con más fuerza—. Sabes que, hace doce años, el Zorro Demonio de Nueve Colas atacó la aldea, ¿no es así?

    Naruto se detuvo en seco.

    —Al día siguiente, se creó una ley muy específica, —continuó Mizuki. Naruto se volvió y notó la sonrisa burlona en él—. Esa ley prohíbe que cualquier persona te diga a ti, Naruto Uzumaki, que tú eres la reencarnación de ese Zorro Demonio. ¡Ese es el motivo por el que todo el mundo te odia!

    El viento arreció por un momento, haciendo que las ramas y las hojas de los árboles crujieran al rozarse. Naruto sintió que le hervía la sangre. Ya era muy turbio que Mizuki rompiera la ley y que le contase la verdad a Naruto sólo para manipularlo. Pero, por si fuera poco, ni siquiera entendía cómo funcionaba el sello de los ocho trigramas. ¿Cómo era que un Chunnin tan inepto había terminado como profesor en la academia?

    Naruto tomó una gran bocanada de aire frío, calmando el calor en su interior.

    —¿Cuál es el plan, Mizuki?

    Mizuki parpadeó un par de veces, confundido.

    —¿Qué?

    —¿Qué esperas lograr al contarme esto? —preguntó Naruto—. ¿Creías que me enojaría tanto que te ayudaría a conseguir el pergamino prohibido sólo para fastidiar al Hokage?

    Mizuki dio un paso atrás.

    —¿C-Cómo supiste…?

    —¿O tal vez esperabas que perdiera el control y me transformase en el Zorro? —Naruto notó la expresión estupefacta en Mizuki—. ¿De verdad? ¿Usarías el caos para colarte en la oficina del Hokage y así robar el pergamino? Vaya que eres idiota.

    Mizuki apretó los dientes y sacó dos kunais de sus fundas.

    —Ya veo. Así que te crees muy listo, ¿no? —dijo Mizuki, irguiéndose y adoptando una postura arrogante—. Vas por ahí diciéndole a todo el mundo que serás Hokage. Pero nadie aceptará a un monstruo como tú. No eres más que una bestia esperando a atacar. Me sorprende que nadie haya intentado matarte hasta ahora.

    —Oh, ¿y tú serás el primero que lo intente? —preguntó Naruto. Aunque, realmente, Obito ya había intentado matarlo ni bien nació.

    —No necesito matarte, —respondió Mizuki, preparándose para atacar—. Sólo tengo que herirte lo suficiente como para que te transformes. Después de todo, tienes razón. Será la distracción perfecta.

    Naruto canturreó, tomando un kunai de su funda.

    —Lamento decirte, Mizuki, que no lograrás más que terminar en la cárcel, —dijo Naruto—. Eres un debilucho que se convirtió en Chunnin por pura suerte. Eres escoria. No le llegas ni a los talones a hombres de verdad como Iruka-sensei.

    —¡Cállate! —gritó Mizuki y lanzó sus kunais a Naruto.

    Naruto los desvió con el suyo sin ningún esfuerzo.

    Mizuki tomó un pergamino de uno de los bolsillos de su chaleco, lo extendió, y lo activó con un poco de su Chakra. Decenas de kunais y shurikens salieron disparados del sello. Naruto simplemente saltó hacia un lado. Las armas se clavaron en el suelo y en la fachada del edificio frente al parque.

    —¿Sabes qué es lo que le pasa a ninjas como tú cuando los arrestan? —preguntó Naruto—. Konoha no puede permitirse tenerte en una celda, dándote de comer y gastando recursos en ti. En cuanto la gente se olvide de tu traición, y lo harán rápido, pues eres un don nadie, serás trasladado a las instalaciones de Raíz. He escuchado que son particularmente viciosos cuando experimentan en los cuerpos de traidores.

    Mizuki invocó un shuriken de un metro y lo lanzó hacia Naruto, pero Naruto simplemente saltó, dejando que el arma pasase volando debajo de él y se clavase en un árbol. Cuando Naruto tocó el suelo de nuevo, hizo girar su kunai en un dedo.

    —Es increíble que aún siendo Chunnin, sólo estés usando armas. ¿Tanta es tu ineptitud que ni siquiera puedes hacer Ninjutsu?

    —¡Cállate, maldito mocoso! —gritó Mizuki. Entonces realizó el sello del doble tigre—. ¡Jutsu de Clonación!

    Una nube de vapor se levantó en el parque, y tras ella aparecieron unas cincuenta copias de Mizuki, todas con armas en las manos. Todas reían como si ya hubieran ganado.

    Naruto suspiró, sintiéndose decepcionado. Entonces guardó su kunai de vuelta en la funda.

    —Ahora te rindes, ¿no? —alardeó Mizuki—. Pero no creas que te dejaré ir. ¡Conseguiré ese pergamino sea como sea!

    Todos los Mizukis se abalanzaron hacia Naruto. Él se quedó quieto mientras los clones intangibles lo atacaban. Al ser simples proyecciones creadas con Chakra, ninguna hacía ruido tampoco. Al mismo tiempo, los clones no ganaban nueva experiencia ni información para el original tras ser destruidos. El Jutsu de Clonación no servía más que para enseñar las bases del Ninjutsu. Usarlo en un combate real era tan útil como intentar cortar un río con unas tijeras.

    —¡Ahora verás!

    El Mizuki real era el único que tenía un sable corto. Naruto se agachó para esquivar el corte, entonces dio un paso al frente y golpeó a Mizuki en el estómago. Todos los clones se desvanecieron, y Mizuki dio unos pasos atrás, sujetándose el torso y luchando por recuperar el aliento.

    —¿Sabes? —dijo Naruto—. Normalmente intentaría hablar contigo y tratar de hacerte cambiar de parecer. Pero te atreviste a insultar a mi querido amigo, llamándolo monstruo, y trataste de usarlo para manipularme. No te perdonaré aunque te disculpes.

    Mizuki tosió y jadeó.

    —¿Cómo… eres tan… fuerte…?

    —Yo no soy fuerte, Mizuki, —dijo Naruto—. Eres tú el que es débil.

    Con eso, Naruto saltó con un giro y pateó a Mizuki en la cabeza. El Chunnin cayó al suelo inconsciente. Naruto se le quedó viendo unos segundos.

    —Eso último que dijiste, —dijo Kurama en su interior—, fue sólo para hacerte el chulo.

    Naruto sonrió.

    —¡Pues claro! El Hokage es el más chulo de todos.

    Kurama suspiró exasperado y Naruto rió.

    —¡Naruto! —llamó una voz desde atrás.

    Naruto apenas se giró para ver a Iruka-sensei caer a su lado.

    —Escuché pelea, ¿qué…? —Iruka-sensei se interrumpió al ver a Mizuki—. ¿Qué pasó aquí?

    —Me dijo que podía graduarme como el primero de la clase si le conseguía un pergamino que tiene el Hokage en su oficina, —dijo Naruto, tratando de sonar inocente—. Cuando le dije que no me interesaba me dijo algo sobre un zorro, pero no le entendí bien. Se enojó y me atacó, así que me defendí.

    —Tú… —dijo Iruka-sensei—. ¿Derrotaste a un Chunnin tú solo?

    Naruto se encogió de hombros.

    —Era muy débil. No sé ni cómo pasó el exámen Chunnin.

    Iruka-sensei miró a Mizuki por unos segundos. Naruto fingía no saberlo, pero se había enterado que Mizuki había sido ascendido a Chunnin simplemente porque había participado en la defensa de la aldea cuando Kurama atacó. La cosa es que había robado el crédito a otro ninja que había protegido a una familia y muerto poco después. Un insulto al ninja, a su familia, y a Konoha misma.

    —Entiendo, —dijo Iruka-sensei, su voz tensa—. Puedes regresar a casa, Naruto. Yo me ocuparé del resto. No te vayas a perder el exámen.

    Naruto asintió y se fue, confiando en que Iruka-sensei se haría cargo.

    Al día siguiente, Naruto se presentó al exámen de graduación. Akira-sensei, el encargado del segundo grado, sustituyó a Mizuki para ayudar en las evaluaciones. Según Iruka-sensei le diría a Naruto en confianza días más tarde, Mizuki había sido juzgado como traidor y llevado directamente al calabozo de los Uchiha, donde ellos se asegurarían de que no pudiera ser una amenaza nunca más.

    —Muy bien, Naruto, —dijo Iruka-sensei con una sonrisa confiada—. ¿Estás listo?

    Naruto estaba más que listo. Realizó el Jutsu de Clonación y creó cinco clones sin problemas. La única otra vez que Naruto había visto a Iruka-sensei tan feliz fue cuando le pidió que ocupara el lugar de su padre en su boda.

    Tras recibir su nueva y reluciente bandana. Naruto salió del aula con los brazos cruzados tras la cabeza y se quedó en el corredor, recargando la espalda contra la pared. Por orden de lista, Sasuke tomó el exámen justo después que él. No fue ninguna sorpresa verlo salir minutos después con la bandana cubriéndole la frente.

    —Ahora somos ninjas oficialmente, —dijo Naruto con una sonrisa—. Se siente diferente de algún modo, ¿verdad?

    Sasuke se cruzó de brazos y se recargó en la pared junto a Naruto.

    —No puedo creer lo fácil que es el exámen final, —comentó Sasuke—. Cualquiera puede hacer clones ilusorios.

    —Vamos, no seas así, —dijo Naruto—. Al menos ahora podremos hacer misiones y ganar dinero. No sé tú, pero a mí me vendría bien poder pagarme una buena comida de vez en cuando.

    Sasuke esbozó una sonrisa pero no dijo más.

    Shikamaru fue el siguiente en graduarse. Naruto levantó su mano derecha y él se la chocó. No eran los amigos más cercanos, pero Naruto había hecho el esfuerzo por al menos estar en buenos términos con los chicos. Kiba y Shino habían aprobado el exámen antes que él y ya se habían ido a casa.

    Sakura fue la siguiente en aprobar. Tal como la recordaba Naruto, salió del aula habiéndose colocado la bandana como diadema. A diferencia de su vida anterior, Sakura no tenía a Naruto en una luz negativa. Sin embargo, sí que lo ignoraba por completo cuando Sasuke estaba en la misma habitación. O en este caso, en el mismo corredor. Ella se quedó al lado de Sasuke, intentando entablar conversación con él. Bueno, realmente era ella hablando sin parar y Sasuke mayormente ignorándola.

    Hinata fue la siguiente. Cuando cruzó el corredor hacia el aula de evaluación, Naruto le lanzó una sonrisa de confianza. Hinata asintió y se apresuró al exámen. Minutos después, salió del aula con la bandana de Konoha adornándole el cuello. En cuanto cerró la puerta del aula tras de sí, Hinata caminó hacia Naruto.

    —Bien hecho, Hi…

    Hinata extendió sus brazos y rodeó el cuello de Naruto con ellos, abrazándolo con alegría. Casi de manera instintiva, Naruto completó el abrazo.

    —Gracias por ayudarme, Naruto-kun, —dijo Hinata.

    —Por nada.

    Casi inmediatamente, Hinata se tensó, dándose cuenta de lo que estaba haciendo. Dio unos pasos atrás, sonrojándose tanto que su rostro parecía brillar. No ayudó en absoluto que Sasuke y Sakura la estaban viendo con sonrisas cómplices.

    —Hinata, —dijo Naruto, haciendo que ella se sobresaltara.

    —¿S-Sí?

    Naruto se lo pensó por un momento. Había muchas cosas que quería decirle a Hinata. Quería decirle lo mucho que se divertía con sólo hablar con ella. Quería decirle lo hermosos que eran sus ojos, y lo preciosa que se veía con las mejillas sonrosadas. Quería decirle que quería pasar el resto de su vida con ella.

    Pero, lamentablemente, no era ni el tiempo ni el lugar. Ambos tenían que entrenar con sus respectivos equipos y crecer como ninjas y como personas.

    Así que, con una leve sonrisa, Naruto extendió su puño hacia Hinata.

    —Esforcémonos mucho para ser los mejores ninjas de Konoha.

    Sakura puso los ojos en blanco y se llevó una mano a la cara, sacudiendo la cabeza. Pero Hinata sonrió ampliamente y chocó su puño contra el de Naruto.

    —¡Claro!
     
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Adorable Adorable x 1
  5.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    2545
    ¡Ey!

    ¿Aún hay lectores de este fic? ¿Se han ido de fiesta? Como sea, estoy preparando una sorpresita para el siguiente capítulo. Si veo unos cuantos "ey" podría adelantar el capítulo 12. *guiño guiño*

    Capítulo 11. Konohamaru

    El viejo Tercer Hokage tomó la hoja de registro en su mano e inmediatamente gruñó con un deje de decepción. Naruto le mostró los dientes con una amplia sonrisa.

    En su pasado, Naruto había tardado unas tres horas en maquillarse al estilo de los antiguos guerreros mitológicos. Sus compañeros se habían burlado de él, y los adultos simplemente habían puesto los ojos en blanco. Pero, ¿qué podía decir Naruto? Esa fotografía le gustaba mucho, y estaba orgulloso de lo bien que había salido. Se había alegrado sobremanera al descubrir que las hojas de registro habían sobrevivido tras el ataque de Nagato. Y tras el término de la Cuarta Guerra Mundial Ninja, las nuevas generaciones habían comenzado a tomarse fotos similares para sus propios registros ninja.

    Naruto no se avergonzaba en lo absoluto de haber sido un niño tan simple. Si acaso, estaba orgulloso de haber comenzado una moda y una tradición.

    Por lo tanto, había hecho exactamente la misma foto, con el mismo maquillaje y en exactamente la misma pose.

    —Tómate otra foto, —dijo el viejo Tercero.

    —¡Ni hablar! —respondió Naruto felizmente.

    El viejo Tercero se pinchó la nariz con los dedos.

    —¿Por qué te tomaste una foto así, Naruto? Ciertamente no esperaba esto de ti, considerando… —el viejo se cayó, sabiendo que el director de la academia, Ren-sensei, que estaba sentado a su lado, no sabía el secreto de Naruto.

    —Es una obra de arte, —respondió Naruto, cruzando los brazos tras su cabeza—. Cuando sea Hokage, todo mundo querrá hacerse una igual.

    Con un jadeo exasperado, el viejo Tercero dejó caer la hoja sobre el escritorio.

    —Debería obligarte a cambiarla…

    Pero no lo haré, pareció implicar con su tono. Aunque no lo pareciera, el viejo tenía su sentido del humor. Incluso en el pasado, había terminado por ceder y la hoja de registro de Naruto se había quedado tal cual la había presentado. No había necesidad de causar una escena en este momento.

    Excepto…

    Naruto notó una pequeña sombra asomándose por debajo de la puerta.

    Había pensado mucho en cómo acercarse a Konohamaru. El nieto del Tercer Hokage era un ninja extremadamente talentoso y confiable, y era además el sensei de su hijo, Boruto. Si había un ninja con quien definitivamente no se podía permitir no interactuar, era él. Sin embargo, Konohamaru estaba constantemente bajo la atenta vigilancia de Ebisu, y el mismo Konohamaru aún era un niño pequeño que estaba demasiado centrado en sus propios problemas.

    Así pues, Naruto necesitaba que su pequeño estudiante se interesase en él nuevamente. Y, tal como Naruto lo veía, sólo había una forma de hacerlo.

    Por tal motivo, Naruto se levantó de su asiento con una pose agresiva, sorprendiendo al viejo Tercero y a Ren-sensei, y realizó el sello del doble tigre.

    Ya me disculparé después contigo, viejo, pensó Naruto.

    —¡Transformación!

    La nube de vapor que se alzó reveló a Naruto en su versión femenina. Aunque había decidido que llevaría ropa interior, por tener un poco de modestia.

    —No seas así, Lord Hokage, —dijo Naruto, doblando un poco las rodillas, con una mano sobre ellas y tocando su labio suavemente con la otra.

    El viejo Tercero se quedó como piedra mientras una pequeña gota de sangre le salía por la nariz. Ren-sensei no reaccionó mucho mejor, habiendo escupido su té sobre el escritorio.

    Naruto deshizo la técnica, orgulloso de tales reacciones. De adulto, su Jutsu Sexy era de conocimiento popular, y prácticamente nadie se sorprendía en lo absoluto. Tampoco era como que pudiera ir por ahí activando su técnica, pues tenía cierta imagen que mantener.

    —Qué… técnica tan… absurda… —dijo el Tercero mientras se limpiaba la nariz con un pañuelo.

    —¿Cómo te atreves a hacer semejante cosa en frente del Lord Hokage? —exclamó Ren-sensei—. ¿Es que no tienes vergüenza?

    Mojigato, pensó Naruto.

    —... De cualquier forma, —dijo el viejo Tercero—. Naruto, el registro ninja no es ningún juego. Tienes que…

    La puerta se abrió de golpe.

    —¡Llegó tu hora, vejestorio! —gritó Konohamaru, corriendo hacia el viejo Tercero con shuriken en mano—. ¡Lucha con…!

    Tal como Naruto recordaba, Konohamaru se tropezó con su propia bufanda y se estampó en el suelo. Eso tuvo el efecto de hacer que el asunto del Jutsu Sexy fuese olvidado por completo.

    —¡Cómo duele! —chilló Konohamaru, sujetándose el rostro.

    —¡Joven maestro! —exclamó Ebisu, quien llegó corriendo—. ¿Estás bien?

    —¿Caí en una trampa? —preguntó Konohamaru, levantándose un poco.

    —No hay trampas, joven maestro… —dijo Ebisu, mirando alrededor. Su mirada se posó en Naruto y su expresión se endureció.

    Naruto lo ignoró lo mejor que pudo.

    —¡Tú! —dijo Konohamaru, apuntando a Naruto con un dedo y acercándose a él—. Tú hiciste que me tropezara.

    —Te tropezaste tú solito, tarado, —respondió Naruto.

    —¿Cómo te atreves a hablarle así al nieto del Lord Hokage? —dijo Ebisu.

    —Como si es el nieto del mismísimo Lord Feudal, —respondió Naruto—. Un tarado es un tarado.

    —¿Ah sí? —dijo Konohamaru—. Pues tú eres un enano.

    Naruto reaccionó sin pensar, dándole un coscorrón a Konohamaru.

    —¡Tú eres mucho más pequeño que yo, tarado!

    Ups. Naruto no había querido pegarle. Supuso que aún mantenía cierto complejo por ser bajo de estatura. Sí, terminaría por crecer más y ser el más alto de su generación. Pero, bueno, era una piedra en el zapato de todas formas.

    —¡Joven maestro! —dijo Ebisu, tomando a Konohamaru de la mano y llevándoselo hacia la puerta—. ¿Ves lo que pasa cuando te relacionas con gente de su calaña? Nada bueno sucederá de juntarte con alguien así. Lo mejor es que te mantengas al margen…

    Ebisu continuó dando su sermón, aún si el mismísimo Hokage estaba ahí.

    Konohamaru volteó a ver a Naruto. Naruto le guiñó un ojo y le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera. Cuando Ebisu se giró un poco para dar más dramatismo a su sermón, Naruto se apresuró a salir por la ventana, no sin antes gesticular una rápida disculpa hacia el Viejo Tercero, quien asintió, aceptándola.

    Naruto guió a Konohamaru por unas cuantas calles hasta una pequeña calle cerca de la plaza comercial.

    —Oye, —dijo Naruto, poniendo las manos en la cintura—. Siento haberte pegado, fue un acto reflejo. Pero si me vuelves a llamar enano te pegaré con ganas.

    Konohamaru lo miró en silencio por un momento.

    —No pasa nada. Después de todo, he decidido que serás mi maestro.

    —¿Ah, sí? ¿Desde cuándo puedes tú forzar a la gente a enseñarte cosas?

    Konohamaru frunció el ceño.

    —Te acaban de decir quién soy, ¿no?

    —Y yo dije lo que pienso al respecto, —respondió Naruto—. Dime, ¿te gusta que la gente sólo te conozca por ser el nieto del Hokage?

    Eso hizo que Konohamaru callara lo que sea que iba a decir. Bajó la mirada y sujetó su bufanda con fuerza.

    —No…

    —Entonces deberías dejar de esperar que la gente te obedezca sólo por eso.

    Konohamaru asintió.

    —Dicho esto, —continuó Naruto—. No veo por qué no puedo entrenarte.

    El rostro de Konohamaru se iluminó de alegría.

    —¿De verdad?

    —Claro. Me das buena espina. Seguro que te conviertes en un ninja talentoso.

    —Entonces, enséñame esa técnica que usaste para incapacitar al vejestorio. ¡Fue genial!

    Naruto sonrió, rodeando los hombros de Konohamaru con un brazo.

    —¿A que sí lo fue? Si te soy honesto, creo que es la mejor técnica de todo mi repertorio.

    Y no mentía. Claro, sus muchos Rasengan elementales eran extremadamente poderosos, y su modo Kurama era considerado un Jutsu de rango doble S. Pero todas eran técnicas para combatir o para afirmar su superioridad y nada más. El Jutsu Sexy, con todas sus variantes, sin embargo, era mucho más versátil. Después de todo, le había ayudado en su pelea contra Kaguya.

    Y, por supuesto, Hinata y él le habían encontrado muchos más usos.

    Naruto podía defender con toda sinceridad que su Jutsu Sexy era lo más cercano a lo que el Sabio de los Seis Caminos había querido que fuese el Ninshuu, o Ninjutsu. Un arte que acercase a las personas. Y vaya que se había acercado a…

    —¿Qué es lo que pasa, jefe? —preguntó Konohamaru—. Tienes la cara roja.

    —¡Ah! Nada, nada, —dijo Naruto—. Sólo tengo algo de calor. —Se aclaró la garganta—. Venga, vamos a practicar. Primero que nada, quiero que te transformes…

    El resto del día sucedió más o menos como Naruto recordaba, aunque con alguna que otra diferencia. En lugar de decirle a Konohamaru que se transformase en cualquier chica linda que vieran sin más, lo llevó al techo de un edificio cercano para evitar que las susodichas se enojasen. Luego, en lugar de ir a hojear revistas a la librería, Naruto le compartió a Konohamaru una de sus revistas de moda femenina (Konohamaru aún era demasiado niño para las más picantes).

    Finalmente, en lugar de intentar colarse a los baños públicos, que debía admitir era bastante turbio, Naruto llevó a Konohamaru al lago Nekomaru, llamado así por su particular forma de gato. Era un lugar público, así que, por mucho que algunas chicas disfrutasen jugar ahí en trajes de baño, no podían hacer nada si un par de niños iban a verlas durante un par de minutos.

    Y, claro, durante las últimas dos horas, Naruto guió a Konohamaru para que pudiese realizar la transformación correctamente. Debía admitir que, a sus ocho años, Konohamaru era bastante talentoso. Claro, las técnicas básicas como el Jutsu de Camuflaje le salían fatal, pero era impresionante que, a su edad, pudiese realizar Ninjutsu básico tras sólo un poco de instrucción.

    —¡Estoy muerto! —exclamó Konohamaru, sentándose en un viejo tronco caído.

    Naruto le ofreció una botella de agua y se sentó junto a él.

    —Ya casi lo tienes, —dijo Naruto—. Un poco más de práctica y será perfecto.

    Konohamaru sonrió victorioso y bebió un poco de agua.

    —Gracias, —dijo Konohamaru al cabo de un rato—. Por tratarme como a cualquier otro niño, quiero decir.

    —Debe ser duro que te etiqueten por algo sobre lo que no tienes control.

    —Ya lo creo que sí, —respondió Konohamaru—. Mi abuelo me nombró por la aldea, ¿sabes? Todos en Konoha lo conocen, pero nadie me llama así. Es como si sólo pudieran ver al nieto del Hokage, pero no pueden verme a mí.

    Naruto asintió.

    —Y por eso atacaste al viejo Tercero.

    —¡Pues claro! Si lo derroto tendrán que nombrarme a mí Hokage, y entonces todos tendrán que reconocer mi nombre.

    —Te equivocas, —dijo Naruto.

    —¿Qué?

    —Aún si pudieras derrotar al Hokage actual, nadie te reconocería. El Hokage no es sólo el ninja más fuerte de la aldea. Es también aquél a quien todos reconocen como un verdadero líder.

    Konohamaru se puso de pie de un salto y apuntó a Naruto con el dedo.

    —¿Y tú qué sabes de ser Hokage?

    Naruto rió un poco.

    —Sé que no podrás serlo si eres tan egocéntrico. Y también sé que, si de verdad quieres ser Hokage, tendrás que derrotarme a mí primero.

    Konohamaru boqueó, sorprendido. Pero antes de que pudiese responder, Naruto notó el Jutsu de Desplazamiento siendo utilizado.

    —Por fin te encuentro, joven maestro, —dijo Ebisu desde lo alto de un árbol.

    —¡Ebisu-sensei! —exclamó Konohamaru.

    —Sé un buen niño y ven conmigo. No deberías juntarte con… ese.

    Naruto se forzó a no reaccionar.

    En el futuro, Ebisu se convertiría en uno de los consejeros más fiables de Naruto, aunque le había costado años hacerse a la idea. Después de todo, Kurama había matado a su prometida durante el ataque a Konoha. Su odio hacia Naruto no era del todo irracional, aunque seguía siendo injusto.

    —¡No me iré contigo! —dijo Konohamaru.

    Ebisu bajó del árbol con el Jutsu de Desplazamiento.

    —No hay tiempo para hacer rabietas, joven maestro.

    —¡Que no! —gritó Konohamaru, realizando el sello del doble tigre—. ¡Transformación!

    Una nube de vapor se alzó, revelando a Konohamaru habiéndose transformado en una versión más adulta, femenina, y completamente desnuda, de sí mismo. Ebisu se quedó de piedra.

    —¿Qué te pareció eso? —dijo Konohamaru tras cancelar la técnica.

    —¡Pero qué técnica tan desvergonzada! —exclamó Ebisu—. ¿Es eso lo que estuvieron haciendo todo este tiempo? ¡No puedo creer que hayas aprendido semejante vulgaridad!

    Ebisu tomó a Konohamaru del brazo y comenzó a halarlo. Konohamaru se resistía, pero no podía luchar contra la fuerza de un adulto.

    —Konohamaru, —dijo Naruto.

    Tanto Ebisu como su estudiante se detuvieron por un momento.

    —¿Qué es lo que quieres, mocoso? —preguntó Ebisu—. ¿No crees que ya hiciste suficiente?

    Naruto lo ignoró, manteniendo su vista en Konohamaru.

    —Quieres llegar a ser Hokage, ¿verdad?

    —¡Pues claro que sí!

    —Entonces deja de quejarte y hazle caso a Ebisu-sensei.

    —¡Pues claro que…! —Konohamaru se detuvo en seco—. ¿Qué?

    —¿Qué? —preguntó Ebisu, igualmente sorprendido.

    —Puede que sea irritante, arrogante y ególatra, —dijo Naruto—. Pero es un Jounin de élite. Mejorarás mucho si aprendes todo lo que puedas de él. Aunque claro, también está bien escaparte de vez en cuando para entrenar tus propias técnicas.

    Naruto le guiñó un ojo a Konohamaru, dejándole saber que podían verse en cualquier momento para jugar y para entrenar.

    Ebisu se acomodó las gafas con un gruñido.

    —Eres un niño muy impertinente, —le dijo a Naruto—. Pero hasta tú sabes reconocer la grandeza, ¿no es así?

    —Cállate un mes, Ebisu, —dijo Naruto, frunciendo el ceño—. Tu actitud es el único motivo por el que no le caes bien a Konohamaru.

    Ebisu rechinó los dientes por un momento. Pero luego sonrió.

    —¿Ya te crees muy chulo sólo porque te acabas de graduar de la academia? Alguien debería darte una lección de realidad.

    —¿Y tú vas a ser quien me la de? —preguntó Naruto—. No estoy particularmente interesado en humillarte ahora mismo.

    Ebisu frunció el ceño.

    —Definitivamente, alguien tiene que darte una dosis de realidad.

    Con eso, Ebisu hizo dos sellos de medio tigre, cruzando los brazos. Era una pose de preparación para Jutsus relacionados con sellos en pergaminos. Aún odiando a Naruto, Ebisu no tenía intención de pelear en serio. Después de todo, su odio no sobrepasaba su lógica. Sabía lo que pasaría si Naruto moría.

    Naruto suspiró.

    —Anda, atácame.

    Ebisu dejó de sonreír.

    —¿Qué?

    —No me voy a defender ni me voy a mover, —dijo Naruto, cruzando los brazos detrás de la cabeza—. Haz lo que tengas que hacer.

    Ebisu se irguió, esbozando una sonrisa arrogante.

    —¿Así que admites tener miedo?

    Naruto puso los ojos en blanco.

    —Claro, porque definitivamente es peor que un Gennin le tema a un Jounin, a que un Jounin de élite como tú esté intentando intimidar a un Gennin recién salido de la academia, —dijo Naruto—. ¿Crees que esa es una lección que deberías estarle enseñando a Konohamaru?

    Ebisu se sonrojó, y durante unos segundos se mantuvo en silencio.

    —B-Bueno… sí… —Ebisu se aclaró la garganta—. Te dejaré ir por ahora, Naruto Uzumaki. Vámonos, joven maestro.

    Konohamaru miró a Ebisu y luego a Naruto.

    —Ve, —dijo Naruto—. Luego te enseñaré una técnica súper poderosa que ni siquiera Ebisu sabe hacer.

    Ebisu resopló con desdén, pero se giró para llevarse a Konohamaru, quien, tras dudar sólo un poco, lo siguió.

    Naruto se sentó de vuelta en el tronco y miró al cielo.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Gracioso Gracioso x 1
  6.  
    Paulo

    Paulo Athena no Seinto (Santo de Athena)

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Noviembre 2010
    Mensajes:
    228
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Después de una semana de lectura al fin lo consigo terminar, ahora toca comentar...

    Debo decir que al comienzo no le tenia tanta fe al fic, ya que es rarisimo que me lea algo a parte de Pokémon, pero al comenzar con esto pues no hubo cómo detenerme xD

    Al principio creía que con esa de que Naruto regresó al pasado con todos sus recuerdos intactos pues se pondría a hacerles spoilers a todos sobre cada mal que vendría, eso y sumado a que también pensaba que la historia se iba repetir de manera casi exacta al anime con cambios menores... y menos mal que no fue así.

    Hablando del trío, me gustó la manera en la que integraste a Hinata al grupo, dándole un valor más grande que el de solo estar con Sasuke y Naruto por amistad, pues con esa de que ella sirvió para aconsejar al Emo con el Sharingan pues comenzó siendo de gran utilidad para con él.

    Enseguida que pasamos a ver a estos tres entrenar, debo decir que hasta me gusta mucho más que en lo canon que está Sakura en vez de Hinata, y eso que no soy para nada heiter de la peli rosa, aunque tampoco es que me agrade ya que trataba mal a Naruto.


    Y hablando un poco sobre lo que no me agradó tanto... creo que fue la personalidad de Naruto, me explico...

    Al comienzo decía que Naruto regresó al pasado, su cuerpo era el de un niño, pero su mentalidad era de su yo de más de 30 años, sin embargo en varias ocasiones no lo veo portarse como tal, si no que hasta engreído con sus enemigos en base a su superioridad, dos ejemplos mas rápidos de hacer mención fueron Mizuki y Ebisu.

    Sobre esto, hay un par de cosas que tenia en mente al comentar...

    La primera es sobre la extensión del fic, osea, la trama va bien, no está acelerada ni va tan lenta, pero yo en lo personal no consigo verle un fin a esto, no en menos de unos em... 50 capítulos mínimo.

    Vamos apenas en el 12, y por lo que veo ya hace ratos que ya nadie comenta, el problema de esta clase de cosas es que hacen que el autor abandone su obra tarde o temprano, por esa razón yo personalmente no aconsejo a iniciar un cuento tan largo, aunque ese consejo para este cuento ha llegado tarde. Igual, tampoco eres único en esto, yo hablo teniendo en mente a otra gente que pasó por esto antes.

    Yo en lo personal no considero tener problemas con seguir leyendo este cuento y comentar a su vez, por esa razón... de aquí en delante espero que al menos esto te anime a seguir escribiendo.

    Bueno, para ser 11 capítulos tenía muchísimo más que comentar, pero como no fui haciendo anotaciones de todo lo que quería hablar pues nada más esto es lo que diré de lo que recuerdo.

    En fin, creo que por ahora eso fue todo, ahora a esperar la continuación. :)
     
    Última edición: 5 Marzo 2023
  7.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    ¡Ey! Gracias por el comentario y por darle una oportunidad a este fic.

    Justamente eso es algo que he visto en muchas historias que quieren "reescribir" el canon. Una vez vi uno que incluía a un personaje de la misma serie pero de otro "tiempo" y... nada, era exactamente la misma historia pero con los diálogos extra del nuevo personaje. Así que me estoy esforzando por cambiar la historia aquí pero de una manera creíble. Por ahora no lo parece mucho, pero ya estoy planeando cosas que harán cambios brutales después.

    Quería incluir también a los otros personajes, pero no estoy acostumbrado a manejar a tantos a la vez, así que me decidí por la waifu oficial jajaja.

    ¡Gracias por la retroalimentación! Con Mizuki quería que fuera una especie de catársis, o una revancha, pues Mizuki era un traidor que casi mataba a Iruka. Quería que se notara que Naruto de verdad estaba enojado con él. Con Ebisu lo que pretendía era simplemente que no terminase de la misma forma que el canon, es decir, que Naruto no hiciera su jutsu harem. Tal vez me pasé un poco con su actitud ^^ Pero bueno, espero que los próximos enfrentamientos no te saquen tanto del personaje :3

    Bueno, este fic para mí es una práctica para, en el futuro, escribir cosas más profesionales y complejas. Así que no lo dejaré simplemente porque la gente no comente (aunque sí es un desmotivador, no voy a mentir xD), ya que también quiero escribir esta historia y a dónde llega. Con eso de que Boruto sigue y sigue y sigue y nomás no acaba, lo más seguro es que termine inventándome el final. Lo que no puedo prometer es una consistencia semanal, ya que tengo que trabajar y tengo otras cosas que hacer, pero siempre que encuentre un momento, estaré escribiendo. De momento ya tengo empezado el cap 15.

    En fin, el próximo cap lo publicaré el siguiente viernes mas o menos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  8.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    5431
    ¡Ey! Como he comentado antes, me debatí mucho sobre si cambiar o no el equipo de Naruto. Al final di con una respuesta que creo aceptable, y con una buena razón. Tras esto, ya tengo planeadas muchas cosas. ¡Además! Hay sorpresa este cap escondida, así que toca leer. ¡Disfruten!

    Capítulo 12. Equipo Siete

    Al día siguiente, Naruto y el resto de sus compañeros se reunieron en el aula que los había visto crecer por los últimos cinco años. Iruka-sensei se tomó veinte minutos para contarles qué es lo que podían esperar los próximos días, y cómo sus vidas estaban a punto de cambiar. Luego comenzó a formar los equipos.

    Naruto había temido que los equipos fuesen a cambiar. Después de todo, los habían formado con la excusa de equilibrarlos. Pero para su alivio, los equipos se formaron con los mismos integrantes.

    —Muy bien, esos son todos los equipos, —dijo Iruka-sensei—. En unos minutos, los Jounins que liderarán sus equipos vendrán por ustedes, así que quédense aquí. Si su Jounin encargado viene y el equipo no está presente, o está incompleto, tendrán que recursar el último año de la academia, ¿de acuerdo?

    Con la amenaza en pie, Iruka-sensei se retiró. Inmediatamente, el aula se inundó con el bullicio de ninjas emocionados.

    —¡No puedo creer que esté en el mismo equipo que Sasuke-kun! —exclamó Sakura emocionada—. Esto tiene que ser el destino.

    —¡Sólo tuviste suerte, frentona! —gritó Ino desde su asiento.

    —¡Cállate, gorda!

    Naruto puso los ojos en blanco. Con lo buenas amigas que eran de adultas, a veces le costaba comprender que se llevasen tan mal de niñas. Decidió ignorarlas y girarse para ver a Sasuke, quien estaba al otro lado del escritorio.

    —Que bueno que estamos en el mismo equipo, ¿eh, Sasuke?

    Sasuke se giró hacia él.

    —Nunca me podré librar de tí, ¿no?

    —Ja, ja, ya quisieras.

    Sasuke se giró de nuevo para mirar al frente, haciéndose el interesante.

    —Naruto-kun, —dijo Hinata. Se había acercado a su escritorio y estaba jugueteando con sus dedos.

    Naruto se levantó y se recargó en el escritorio.

    —¿Qué tal, Hinata?

    Hinata apretó los labios y bajó la mirada.

    —Yo… Bueno… Quería agradecerte por ayudarme tanto…

    —No fue nada, —dijo Naruto con una gran sonrisa.

    Hinata sacudió la cabeza.

    —Sí lo fue, —insistió ella—. Me enseñaste muchas cosas y… y me ayudaste a confiar más en mí misma… Yo… Bueno, tenía la esperanza de que… um…

    —¿Que estuviéramos en el mismo equipo?

    Hinata asintió.

    —Así podría, um… devolverte el favor…

    Naruto se mordió el interior de la mejilla. La verdad era que él también, muy dentro de sí, había querido ese cambio en los equipos. Pero había tenido que ignorar ese deseo. Después de todo, sabía perfectamente la lógica de los equipos actuales. El equipo diez, especializado en ataques combinados y siguiendo una reciente tradición de cooperación entre sus clanes. El equipo ocho, especializado en rastreo y obtención de información. Y el equipo siete, especializado en Ninjutsu y fuerza bruta.

    Si Naruto hubiera hablado con el viejo Tercero, quizá habría logrado un cambio en los equipos, pero eso habría socavado el esfuerzo de los senseis de la academia y podría poner en riesgo la logística de asignación de misiones.

    Así que tenía que aguantarse.

    —No te preocupes, Hinata, —dijo Naruto, forzando una sonrisa—. Será muy bueno para ti entrenar con tu nuevo equipo. Kiba y Shino son muy buenos en lo que hacen, seguro que aprenderás mucho de ellos y de Ku… del sensei que les toque.

    —Claro… Tienes razón.

    —Sin embargo, —dijo Naruto, gentilmente tomando una de las manos de Hinata con la suya—. Las primeras misiones de Gennin son todas dentro de la aldea y los alrededores. Aún podremos reunirnos de vez en cuando y platicar sobre cómo nos está yendo. Seguimos siendo ninjas de Konoha. Aunque seamos de equipos diferentes, siempre podremos estar juntos.

    Entonces, sin pensarlo, se acercó la mano de Hinata y le dio un beso en los nudillos.

    [​IMG]

    Hinata ahogó un jadeo mientras su rostro se enrojecía tanto que parecía un tomate. Antes de que Naruto procesara lo que había hecho, la clase entera estalló en gritos de sorpresa y vítores animados. Naruto sintió el corazón dando tumbos en su pecho y su rostro calentarse.

    —¡Increíble, Naruto! —exclamó Sakura, recargándose en el escritorio—. ¡No sabía que tenías un lado romántico!

    —Lo que yo quiero saber es en qué momento pasó esto, —dijo Ino—. ¡Cuéntenmelo todo!

    —¿No te parece que se lo tenían muy guardadito? —dijo una de las chicas al frente de la clase.

    —Naruto siempre ha sido muy amistoso, —respondió la chica a su lado—. Pero no me esperaba que fuera a terminar con Hinata.

    —¿No les parece que Naruto no es mal parecido para nada? —dijo la tercer chica de ese grupito—. Si no la hubiera elegido a ella, no me importaría tener una cita con él.

    Los siguientes dos minutos estuvieron llenos de comentarios similares por todos lados. Fue una experiencia interesante, si Naruto era honesto. Cuando Hinata y él habían comenzado a salir oficialmente, en su pasado, eran ya bastante mayores, así que sus amigos y conocidos habían simplemente reaccionado con felicitaciones y comentarios de lo mucho que se habían tardado. Pero siendo jóvenes recién salidos de la infancia… Bueno, la reacción desmedida le daba un poco de pena a Naruto.

    Aunque, claro, parte de la reacción continuada de sus compañeros se debía a que aún tenía la mano de Hinata en la suya.

    La clase entera se silenció cuando la puerta delantera se abrió. Kurenai-sensei observó a los chicos por sólo unos segundos antes de hablar.

    —Equipo ocho, vengan conmigo.

    Kiba se levantó, riendo, y pasó al lado de Hinata.

    —No creo que nuestra sensei apruebe que te quedes atrás con tu novio, —dijo mientras seguía caminando.

    Hinata jadeó de sorpresa.

    —Él… Yo… Um… Nosotros no…

    —Apresurémonos, —dijo Shino, caminando detrás de Kiba.

    Hinata parecía a punto de desmayarse. Naruto le apretó un poco la mano, llamando su atención.

    —Luego nos vemos, ¿sí?

    Tras un par de segundos, Hinata asintió y se fue corriendo detrás de su equipo.

    Cuando se cerró la puerta, Naruto notó que Ino se recargaba en el escritorio frente al suyo.

    —¿Y bien? —dijo ella con una sonrisa y se cruzó de brazos.

    —¿Bien, qué?

    —No te hagas el tonto, —dijo Ino—. Tú y Hinata. Exijo explicaciones.

    —No hay explicaciones que dar, —se defendió Naruto—. Fue… un acto reflejo. Lo hice sin pensar. Sólo somos amigos.

    Ino frunció el ceño.

    —Tienes que estar bromeando. Eso no es algo que hagan simples amigos.

    —La gorda tiene razón, Naruto, —dijo Sakura.

    —¡Gorda tu abuela, frentona!

    —Todo el mundo sabe que ella siente algo por ti, —prosiguió Sakura, ignorando a Ino—, y tú acabas de demostrar que también sientes algo por ella. No me creo que sean sólo amigos.

    Naruto se encogió de hombros.

    Afortunadamente para él, cualquier otra pregunta fue interrumpida por la puerta abriéndose de nuevo. Asuma-sensei entró y llamó al equipo diez.

    —No he terminado de hablar contigo, Naruto, —dijo Ino mientras seguía a Shikamaru y a Chouji.

    Conforme los diferentes Jounin llegaban a llevarse a sus respectivos equipos, el interrogatorio hacia Naruto fue disminuyendo cada vez más. Hasta que, finalmente, sólo quedó el equipo siete.

    Naruto suspiró pesadamente, dejándose caer sobre el escritorio.

    —Árbol, —dijo, sintiendo haber perdido diez años de vida.

    —Lombriz, —dijo Sakura—. Sinceramente, no sé de qué te quejas. ¿Qué esperabas después de besar a Hinata de esa forma?

    —¡No lo digas como si la hubiera besado en la boca! Fue en la mano. ¡La mano!

    —Zircón, —dijo Sasuke, manteniendo los codos en el escritorio y los dedos entrelazados.

    —Te acabas de inventar esa palabra, —dijo Naruto.

    —Sólo porque no la conozcas, no significa que no exista, —dijo Sakura—. Y no cambies el tema. Un beso es un beso, no importa dónde se de.

    —Nariz, —respondió Naruto—. Y sí que importa la zona.

    —Zapato, —dijo Sakura—. De igual forma, el hecho es que la besaste en frente de toda la clase. ¿De verdad pensabas que nadie iba a decir nada?

    —No esperaba que me bombardearan con preguntas.

    —Aquí la única pregunta importante, —dijo Sakura—, es si Hinata te gusta o no.

    Naruto sintió que se sonrojaba un poco.

    —Sí.

    Sakura jadeó sorprendida.

    —¿Y lo admites así sin más?

    —¡Pero si me lo acabas de preguntar! Si quieres que te mienta sólo dímelo.

    —No, no es eso, es sólo que… bueno, no es común que la gente admita sus sentimientos por otros así de buenas a primeras.

    Naruto se cruzó de brazos.

    —Tú te la pasas gritando a los cuatro vientos lo mucho que te gusta Sasuke.

    El rostro de Sakura se enrojeció.

    —E-Eso… ¡Eso es diferente!

    —¿Cómo va a ser diferente?

    —¡Porque soy una chica!

    —A eso se le llama doble moral, —dijo Naruto—. Díselo, Sasuke.

    Naruto y Sakura lo voltearon a ver. Sasuke ni siquiera se había inmutado. Cerró los ojos por un momento antes de responder.

    —Ostracismo.

    Naruto frunció el ceño.

    —Vale, esa sí que te la has inventado.

    —De verdad, Naruto, —dijo Sakura—. Busca la palabra en un diccionario si no le crees.

    —¡Jum! Él sólo se aprovecha de que se me complican las palabras difíciles.

    —No hablen como si yo no estuviera aquí, —dijo Sasuke—. Además, Naruto, ¿cómo es que se te complican las palabras difíciles?

    —Sasuke tiene razón, —dijo Sakura—. Eres el segundo mejor de la clase, pero a veces pareces tonto. Además, es tu turno.

    Naruto gruñó.

    —Bien. Oso.

    —Ojo, —dijo Sakura.

    —Oxímoron, —dijo Sasuke.

    —¡Lo estás haciendo a propósito!

    —Naruto, si te ibas a quejar tanto, no hubieras propuesto que jugáramos shiritori, —dijo Sakura.

    Naruto estiró los brazos hacia arriba.

    —Ya, lo sé. Lo siento. Fue lo primero que se me ocurrió para pasar el tiempo en lo que llega nuestro sensei.

    —Hablando de eso, ¿en dónde estará? Ya todos se fueron hace más de una hora.

    Naruto canturreó un segundo.

    —¿Y si le jugamos una broma?

    Sasuke lo miró. Sakura alzó una ceja.

    —¿Estás demente? —preguntó ella—. ¿Quieres meternos en problemas?

    Naruto sonrió, recordando una de sus muchas charlas con Kakashi-sensei. El Hokage retirado le había confesado a Naruto que aquella broma con el borrador le había parecido hasta tierna, y que lo único que lo había arruinado había sido el hecho de la aparente falta de trabajo en equipo del grupo.

    —Vamos, Sakura-chan, —dijo Naruto—. ¿No crees que se lo merece por llegar tarde y hacernos esperar tanto?

    —Bueno, yo…

    —¿Tú qué dices, Sasuke?

    Sasuke se le quedó viendo por unos segundos.

    —Lo que sea que estés planeando no es importante. Lo que quiero saber es por qué.

    —Ya lo dije, —respondió Naruto—. Es de mala educación hacer esperar a la gente así sin más. Debemos hacerle saber que no estamos de acuerdo.

    —Podemos hacer eso con palabras, —dijo Sakura—. ¡No con una broma que podría hacerle enojar al punto de regresarnos a la academia! Díselo, Sasuke-kun.

    Sasuke se mantuvo en silencio por cinco largos segundos. Entonces dejó salir un suspiro.

    —¿Cuál es la idea?

    —¿Sasuke-kun? —preguntó Sakura, horrorizada—. No puedes estar hablando en serio.

    —Naruto tiene razón. Es de mal gusto hacernos esperar de esta forma. A mí tampoco me gusta esa falta de profesionalismo.

    —P-Pero… —Sakura se llevó la mano a la frente—. Bien… Me arrepentiré de esto, pero… Estoy dentro.

    Naruto sonrió de oreja a oreja.

    —¡Bien! Cada uno coloque una trampa para arrojarle algo.

    Los tres se movieron rápidamente. Naruto fue el primero en terminar, pues sólo atoró un borrador sucio entre la puerta y la pared. Ciertamente, los clásicos eran los mejores.

    —Naruto, —dijo Sakura, sacudiéndose las manos—, ¿no estás subestimando al sensei? Es un Jounin. No creo que caiga en algo tan básico.

    —Tal vez, —admitió Naruto—. Pero aún si falla, será una distracción para que las trampas de ustedes sí le den.

    Sakura sacudió la cabeza y se sentó en el escritorio justo cuando Sasuke regresó de colocar su trampa.

    —Espero que nuestro sensei sea una kunoichi. Estar rodeada de hombres no puede ser bueno para el corazón.

    —Bueno, mientras esperamos a que llegue, —dijo Naruto—. Creo que es mi turno. Um… Na… Nabo.

    Sakura abrió la boca para responder, pero la interrumpió el sonido de pasos. Los tres Gennin se giraron hacia la puerta justo cuando esta se abrió.

    Y tal cual Naruto recordaba, el borrador cayó certero en la cabeza de Kakashi-sensei, levantando una pequeña nube de tiza. Por mucho que fuera una broma infantil, Naruto no pudo evitar encontrarlo gracioso. Le costó mucho aguantarse la risa.

    Kakashi-sensei recogió el borrador y lo miró por un momento.

    —Mi primera impresión…

    Pero lo interrumpió el sonido de una cuerda cortándose, y de pronto una bolsa llena de arena lo golpeó en el rostro desde el costado.

    Naruto soltó una fuerte pero corta risotada. Sakura se llevó las manos a la boca, en parte por la sorpresa, en parte para aguantarse la risa. Sasuke fue el único capaz de mantenerse impertérrito, aunque Naruto pudo notar un leve movimiento en las comisuras de su boca.

    Kakashi-sensei se les quedó mirando un rato largo.

    —¿Terminaron?

    Justo en cuanto Kakashi-sensei terminó de hacer la pregunta, un cubo de plástico le cayó encima, empapándolo con agua. El cubo cayó al suelo con un estruendo.

    Naruto no pudo más y comenzó a reírse a carcajadas.

    —¡Lo siento mucho! —dijo Sakura con el rostro completamente rojo—. ¡Se suponía que se activaría sólo si me movía! N-No quería… esto… quiero decir…

    Naruto intentó disculparse también, pero no podía dejar de reír histéricamente. El estómago ya le estaba doliendo. Sasuke se mantuvo callado todo el rato, aunque al menos tuvo la decencia de sonrojarse un poco. Kakashi-sensei simplemente se sacudió la arena mojada y la tiza.

    —En fin, síganme, —dijo y se dio la vuelta.

    Kakashi-sensei los guió hacia el tejado de la academia, que había sido adaptado como una suerte de plaza miniatura para algunas ceremonias. Naruto, Sasuke y Sakura se sentaron en los pequeños escalones, mientras que Kakashi-sensei se recargó en la barandilla de protección.

    —A ver… Creo que lo normal es comenzar con una ronda de presentaciones, —dijo Kakashi-sensei.

    —¿Presentaciones? —preguntó Sakura. Sus mejillas aún seguían rojas—. ¿Qué deberíamos decir?

    —Lo que les gusta, lo que odian. Sus sueños, sus pasatiempos… —Kakashi-sensei se encogió de hombros—. Esas cosas.

    Los tres Gennin lo miraron por un rato largo.

    —... Supongo que empezaré yo. Me llamo Kakashi Hatake.

    Otro silencio largo.

    —¿Y lo demás? —preguntó Sakura.

    —A ver… No me interesa contarles lo que me gusta y lo que no. Sobre mi sueño… Bueno, tengo unos cuantos pasatiempos.

    Sakura frunció el ceño.

    —¿Así que sólo nos dirá su nombre?

    —Ahora es su turno, —dijo Kakashi-sensei, asintiendo hacia Naruto—. Tú primero.

    Naruto sonrió.

    —Soy Naruto Uzumaki. Lo que más me gusta en el mundo es…

    —Hinata, —tosió Sakura.

    Naruto la volteó a ver, pero ella simplemente miró hacia el cielo, silbando.

    —Lo que más me gusta es el ramen de Ichiraku, —continuó Naruto—. ¿Alguna vez lo has probado, sensei? Es el mejor de la aldea. —Kakashi-sensei no respondió, así que Naruto siguió hablando—. Lo que más odio en el mundo es el konnyaku. Mis pasatiempos favoritos son entrenar con mis amigos y la jardinería.

    Sakura hizo un sonido que pareció una mezcla entre tos y estornudo.

    —¿Jardinería? —preguntó ella—. ¿De verdad?

    —Pues sí, —respondió Naruto—. No se me da muy bien, pero me relaja.

    —Vaya… no te pega nada.

    Naruto se mordió la lengua para no responder. Estuvo a punto de decir que había comenzado a interesarse por la jardinería poco antes de volverse Hokage, cuando Hinata se había lamentado del triste estado de los arbustos de la casa. Originalmente, Naruto sólo había comprado un poco de fertilizante, pero al ver lo mucho que las plantas se habían recuperado se había sentido muy bien.

    En su lugar, se encogió de hombros.

    —¿Y tu sueño? —preguntó Kakashi-sensei.

    —Ser el mejor Hokage que jamás haya existido.

    —Ya veo, —dijo Kakashi-sensei con aire desinteresado—. Siguiente.

    Sakura alzó la mano y sonrió.

    —¡Soy Sakura Haruno! Lo que más me gusta en el mundo es… —le lanzó una miradita a Sasuke—. Bueno… quien más me gusta… Um… Mi sueño sería…

    —Sasuke, —dijo Naruto—. Sólo dilo. Lo sé yo, lo sabe Sasuke, lo sabe hasta el panadero del clan Akimichi.

    —¡Cállate, Naruto! —exclamó Sakura con el rostro sonrojado, y Naruto sólo se rió—. En fin… Me gusta pasar mi tiempo leyendo.

    —¿Novelas de romance? —preguntó Naruto.

    —¡Que te calles!

    —¿Y qué es lo que odias? —preguntó Kakashi-sensei.

    Sakura se lo pensó un momento.

    —Pues el konnyaku es bastante desagradable, —respondió al final.

    Kakashi-sensei dejó escapar un suspiro casi inaudible. Luego asintió hacia Sasuke.

    —Tu turno.

    —Me llamo Sasuke Uchiha. Pocas cosas me gustan, y hay muchas que odio. Y, más que un sueño, tengo la ambición de matar a cierta persona.

    Sakura lo miró, sonrojada. Naruto perdió su sonrisa y lo miró de reojo. Kakashi-sensei no pareció ni inmutarse.

    —¿Y tus pasatiempos? —preguntó Kakashi-sensei.

    —No tengo.

    —No seas mentiroso, —dijo Naruto. Sasuke frunció el ceño—. No creo que te quedes en esa pose chula todo el rato. Algo tienes que hacer para pasar el tiempo. Si hasta hace cinco minutos estábamos jugando shiritori para pasar el rato.

    —Cállate.

    Kakashi-sensei se rascó el costado de la cabeza por un momento.

    —Bien. Esto fue muy informativo, —dijo tras una pausa—. El día de mañana tendremos una misión de práctica.

    Eso llamó la atención de los Gennin.

    —¿Una misión de práctica? —preguntó Sakura.

    —Así es. Realizaremos una sesión de entrenamiento de supervivencia.

    —¿Más entrenamiento? —se quejó Sakura—. Ya hemos entrenado suficiente en la academia.

    —Ya, bueno. Este no será un entrenamiento normal.

    Sakura frunció el ceño.

    —¿A qué te refieres, sensei?

    Kakashi-sensei comenzó a reírse entre dientes.

    —Ah, lo siento, lo siento, —dijo Kakashi-sensei—. Me río porque lo que les voy a decir a continuación los sorprenderá mucho. Ja, ja. Verán Se graduaron veintisiete estudiantes, pero, ¿saben? Sólo nueve de ustedes serán aceptados oficialmente. Los demás tendrán que regresar a la academia. Ese resultado lo decidirá el entrenamiento de mañana. Ja, ja.

    Kakashi-sensei continuó riéndose por un minuto entero.

    —Ya me calmo, ya me calmo, —dijo Kakashi-sensei—. En fin. Los veo mañana en el tercer campo de entrenamiento a las cinco de la mañana. Lleven todas sus armas. Y no se molesten en desayunar o terminarán vomitando.

    Tras decir eso, Kakashi-sensei se despidió con un gesto de la mano y se fue.

    —¡Naruto! —exclamó Sakura, poniéndose de pie—. ¡Esto pasó por lo de las bromas!

    Naruto sólo le sonrió.

    —Algo me dice que esto iba a pasar de todas formas. Además, tú fuiste la que le tiró agua encima.

    Sakura se puso roja otra vez.

    —E-Eso es…

    Sasuke se puso de pie y se guardó las manos en los bolsillos del pantalón.

    —Naruto, ¿por qué estás tan tranquilo? —preguntó él—. ¿Qué sabes que nosotros no?

    Sakura los miró intercaladamente por unos momentos.

    —¿A qué te refieres, Sasuke-kun?

    Sasuke se volvió hacia Sakura.

    —Naruto ni siquiera se inmutó ante lo que acaba de decir Kakashi, —explicó Sasuke—. Y aunque nunca ha sido del tipo que hace bromas, antes nos convenció de hacerle una a un Jounin que no conocemos de nada y que pudo habernos regresado a la academia sin chistar. ¿No te parece raro?

    Naruto se esforzó por mantener su sonrisa.

    —Le estás dando demasiadas vueltas, Sasuke, —dijo Naruto.

    Sasuke gruñó.

    —Llevo entrenando contigo cinco años. Creo que te conozco lo suficiente para saber que estás ocultando algo. Además, también está lo que me dijiste aquella vez…

    —¿C-Cinco años? —preguntó Sakura—. ¿Aquella vez? ¿De qué están hablando?

    Naruto dejó escapar un suspiro y se puso de pie, cruzando las manos tras la cabeza.

    —¿Qué te parece si hacemos un trato? —preguntó, y el rostro de Sasuke se ensombreció—. Si pasamos la prueba y nos convertimos en Gennin de manera oficial, les contaré todo.

    —¿Estás diciendo que la prueba será tan difícil que confías en que no tendrás que decirme nada?

    Naruto se rió.

    —Te equivocas, Sasuke, —dijo Naruto—. No importa lo difícil que sea la prueba, ni tú ni yo podemos permitirnos fallar.

    —Entonces…

    —Lo que estoy diciendo es que, cuando la aprobemos, seremos compañeros oficialmente. Y no quiero tenerle secretos a mis compañeros.

    Sasuke se le quedó viendo por un rato largo, quizá tratando de analizar si le estaba mintiendo o no. Finalmente se relajó.

    —Bien, —dijo Sasuke. Entonces activó el Jutsu de Desplazamiento y desapareció.

    —... ¿Naruto? —dijo Sakura.

    —Nos vemos mañana, Sakura-chan, —dijo Naruto antes de irse también.

    ~~~~~~~~​

    Al día siguiente, a las cinco de la mañana en punto, Naruto, Sakura y Sasuke se encontraron en el tercer campo de entrenamiento. Sasuke se rehusó a hablar con Naruto.

    A las seis de la mañana, apilaron sus mochilas en el césped. Sakura se sentó, abrazando sus rodillas, y bostezó.

    —¿También llegará tarde hoy?

    —Probablemente, —dijo Naruto.

    —De haber sabido, hubiera dormido una hora más.

    Naruto rió un poco.

    —¿Quieren hacer algo para pasar el tiempo? Traje naipes.

    —Es muy temprano para eso, —dijo Sakura, sacudiendo un poco la cabeza—. Además, ¿y si Kakashi-sensei viene y nos encuentra jugando? Ya lo hicimos enojar bastante ayer.

    —Sí, tal vez tengas razón, —dijo Naruto, sentándose en el césped también.

    A las siete de la mañana, Naruto vio una nube en forma de Kurama.

    —¿Me van a decir de qué estaban hablando ayer? —preguntó Sakura de pronto—. Me quedé toda la noche despierta porque no pude dejar de pensar en eso.

    —No es algo que te concierna, —dijo Sasuke sin voltear a verla.

    —No seas grosero, Sasuke, —dijo Naruto—. Es normal que tenga curiosidad. Además, somos un equipo, ¿no?

    —Si somos un equipo, entonces cuéntanos lo que estás ocultando.

    Naruto rió un poco.

    —Ya te lo dije. Se los contaré cuando aprobemos la prueba. También quiero que Kakashi-sensei lo sepa, después de todo.

    Sasuke chasqueó la lengua, pero no dijo más.

    —En fin, —dijo Naruto, volviéndose hacia Sakura—. ¿Qué es lo que quieres saber?

    —Bueno… Dijeron que llevan mucho tiempo entrenando juntos, —dijo Sakura—. ¿Cómo es que nunca me enteré?

    Naruto se encogió de hombros.

    —Cada nuevo semestre te invité a ti y a los otros a entrenar, pero siempre me rechazaron.

    Sakura se sonrojó.

    —Espera… ¿Quieres decir que, todo este tiempo, estuviste entrenando con Sasuke-kun? —preguntó Sakura. Naruto asintió—. ¡Me lo hubieras dicho! Si lo hubiera sabido, habría ido con ustedes sin pensar!

    —Precisamente, —dijo Naruto—. Si hubieras ido sólo porque estaba Sasuke, no te habrías concentrado en entrenar de verdad.

    Sakura frunció el ceño.

    —Eso no lo sabes…

    Pero Naruto sí lo sabía. A Sakura le había costado entender lo que de verdad significaba ser un ninja. Incluso en estos momentos, Naruto sabía que a ella le preocupaba más su figura que su habilidad para el combate.

    A las ocho de la mañana, Naruto se puso a meditar para tratar de olvidar el hambre.

    —Creo que ya lo entiendo, —dijo Kurama.

    Naruto abrió los ojos, encontrándose en el espacio que compartía con su amigo. Aunque Kurama estaba recostado sobre sus patas delanteras, tenía que torcer un poco el cuello para ver a Naruto.

    —¿Qué entiendes?

    —Ese Uchiha, —respondió Kurama—, es el que dijiste que te ayudó a vencer a Kaguya, ¿verdad?

    Naruto sonrió.

    —Pues claro que sí.

    —Ya decía yo, —dijo Kurama, esbozando una sonrisa con demasiados colmillos—. Al principio pensé que era ese tal Itachi, y que estabas usando a su hermano para acercarte a él en el futuro. Pero ni siquiera a él le contaste tu historia desquiciada de viajes en el tiempo.

    —Aún no sé si le contaré todo a Sasuke, —admitió Naruto—. Fue forzado a madurar de una manera muy violenta, pero sigue siendo un niño. Aun así… —suspiró—. No lo sé…

    —¿Oh? Qué raro verte dudando tanto.

    Naruto se giró y apoyó la cabeza en uno de los barrotes de la prisión de Kurama.

    —Sasuke es muy volátil en este momento, aunque no lo parezca, —dijo Naruto—. Si no cuido lo que digo y cómo lo digo, podría hacer que deserte de la aldea mucho antes, y eso es algo que estoy intentando evitar a toda costa.

    —¿Antes?

    Naruto cerró los ojos.

    —Un ninja renegado lo tentó ofreciéndole poder, y Sasuke abandonó la aldea por eso. Aunque al final regresó como un héroe.

    Tal vez, pensó Naruto, debería hablar con Itachi la próxima vez que lo vea. Si podía convencerlo de contarle la verdad a Sasuke, podría evitar que Sasuke siguiera a Orochimaru.

    —Ya veo, —dijo Kurama.

    —Por cierto, —dijo Naruto, volviéndose hacia Kurama y ofreciéndole una gran sonrisa—. ¿Cuándo vas a empezar a admitir que te caigo bien?

    Los ojos de Kurama se ensancharon y su ceño se frunció.

    —¡¿Cómo te atreves a hablarme así?! ¡Soy…!

    —Sí, sí. Eres odio. Que ya me lo has dicho. De verdad, Kurama, se vuelve cansino después de las primeras doscientas veces.

    —¡No uses mi nombre como si fuéramos amigos!

    Naruto puso los ojos en blanco.

    —Bueno, te dejo hacer tu rabieta. Hasta otra.

    Y con eso, Naruto salió del espacio compartido con Kurama. Aunque aún podía sentir al viejo zorro gritarle majaderías.

    A las nueve de la mañana, Naruto logró convencer a Sakura de jugar con los naipes. Ella era sorprendentemente buena. Menos mal que no estaban apostando nada.

    —Estoy comenzando a pensar que Kakashi-sensei no va a venir, —dijo Sakura mientras acomodaba sus cartas en su mano.

    —Pues espero que sí venga, —dijo Naruto—. Sería muy incómodo después del trato que hice con Sasuke.

    Sakura alzó la vista para ver a Sasuke, quien obstinadamente se mantenía de pie.

    —¿Seguro que no quieres jugar con nosotros? —preguntó Sakura—. Ganarle a Naruto todas las veces no es muy divertido.

    —¡Me estoy dejando ganar!

    Sasuke miró a Sakura por sólo un instante y volvió a observar los árboles.

    —No. Ya lo dijiste tú. Si llega Kakashi y los ve jugando, podría enojarse y mandarlos de vuelta a la academia.

    A las diez de la mañana, Sasuke cedió y se unió al juego. No le importaba ganar o perder, pero tenía una cara de póker impenetrable.

    —Así que… —comenzó a decir Sakura mientras repartía las cartas.

    Naruto alzó la vista hacia ella, sospechoso.

    —Hinata, ¿eh?

    Naruto se recargó hacia atrás, dejando las cartas en su regazo, y suspiró pesadamente.

    —Vale, pues. Dí lo que tengas que decir.

    —¡Es que fue muy sorpresivo! —dijo Sakura—. ¿A que sí, Sasuke-kun?

    En lugar de responder, Sasuke simplemente acomodó sus cartas.

    —Nadie pensaba que había nada especial cuando le hablabas, —continuó diciendo Sakura—. Eras igual de amistoso con ella como lo eres con todo mundo. Y de pronto se abrazan el día del exámen de la nada. Y ayer le besaste la mano como si fuera una princesa. ¿Y te atreves a decir que sólo son amigos?

    —Ya dije que fue un acto reflejo, —dijo Naruto. Y era verdad.

    Aún después de casarse, Hinata había desarrollado un miedo irracional a que Naruto fuese a cancelar el matrimonio en cualquier momento. Ino lo había definido con muchas palabras complejas que Naruto no había entendido, pero sí sabía que Hinata estaba sufriendo. Así que había comenzado a besarle justo donde tenía el anillo de matrimonio todas las mañanas y todas las noches para asegurarle que la quería de verdad y que nunca la iba a abandonar.

    Cuando Boruto nació, Hinata logró superar ese miedo, pero el hábito había permanecido de cierta forma. Antes de irse a estudiar para ser Hokage, besaba a Hinata primero en el anillo y luego en los labios.

    Menos mal que la clase había comenzado a hacer escándalo antes de que Naruto hiciera lo segundo.

    —Bueno, —dijo Sakura—. Sólo son amigos. Vale. ¿Cuándo le pedirás que sean más?

    Naruto sintió que le hervía el rostro.

    —E-Esto… ¿Cómo dices?

    —Es más que obvio que tú le gustas, —afirmó Sakura—. Y tú admitiste que ella te gusta. ¿Por qué no empiezan a salir oficialmente?

    —Eso… Um… —Naruto buscó las palabras adecuadas—. Eso sería un poco complicado…

    Sakura suspiró exasperada.

    —¿Cómo que sería complicado? Sólo ve y díselo.

    —¡No!

    —¿Por qué no?

    —¡Porque soy…! —se interrumpió a sí mismo.

    Soy un viejo de treinta años, pensó, sintiendo un nudo en la garganta.

    Ya lo había considerado hacía años. Por mucho que estuviera en el cuerpo de un niño de doce, seguía siendo su yo adulto, mentalmente hablando. Y si consideraba los siete años que habían transcurrido desde que comenzó a revivir su vida, estaba ya rascando los cuarenta. Por mucho que lo desease, no era correcto intentar acercarse a Hinata de esa forma.

    Simplemente no lo era.

    Pero entonces, ¿en qué momento se volvería correcto? No había querido pensar en eso, pero… Bueno, ahora estaba obligado a hacerlo.

    —¿Naruto? —preguntó Sakura más suavemente.

    Naruto notó una pequeña lágrima tratando de escapar por su ojo izquierdo. Rápidamente se secó con la manga de su chaqueta y tomó una gran bocanada de aire.

    —Lo entenderás cuando les diga lo que les prometí…

    Sasuke alzó una ceja.

    Sakura dejó sus cartas sobre el césped y se inclinó hacia él.

    —¿Por qué tienes que esperar a que aprobemos? —preguntó ella—. ¿No somos ya un equipo?

    Naruto bajó la mirada.

    —No sé si estoy listo para decirlo… Creo que… Creo que lo estoy retrasando sólo para tener unos cuantos minutos más para mí… —suspiró, sintiéndose de pronto muy cansado—. Además… seguro que tu opinión cambiará en cuanto te lo diga…

    —¿A qué te refieres?

    Naruto giró la cabeza, sintiéndose avergonzado. Quería decirlo, pero no podía. ¿Por qué no podía? Se lo había dicho al viejo Tercero y a Kurama sin problemas. ¿Por qué de pronto dudaba tanto? Sí, tenía miedo que Sasuke reaccionara negativamente, pero… No, no era sólo eso. Ahora que sus sentimientos hacia Hinata habían salido a la luz, supuso que también le preocupaba lo que fueran a pensar de él.

    Afortunadamente, antes de que Sakura pudiera terminar de quebrar la voluntad de Naruto, escucharon unos pasos acercándose hacia ellos.

    Voltearon hacia la fuente del sonido y vieron a Kakashi-sensei a tan sólo tres metros de ellos.

    —¡Buenos días! —saludó Kakashi-sensei.

    —¿En qué momento llegó? —exclamó Sakura, sorprendida. Pero entonces frunció el ceño—. ¡Llegas tardísimo! Nos citaste aquí hace más de cinco horas.

    —Ja, ja, lo siento mucho, —dijo Kakashi-sensei—. Ya venía de camino, pero se me cruzó un gato negro, así que tuve que dar un rodeo por toda la aldea. Entonces, una señora mayor me preguntó cómo llegar a la zona del clan Nara, que estaba al otro lado de la aldea, y…

    Mientras Kakashi terminaba de contar sus mentiras, Naruto aprovechó para calmarse. Qué vergüenza, poniéndose a llorar frente a Sakura-chan.

    —En fin, —dijo Kakashi-sensei—. Guarden sus juguetes, que vamos a empezar el entrenamiento.

    Naruto se apresuró a guardar los naipes en su mochila y los tres siguieron a Kakashi-sensei unos pocos minutos hacia el lugar de las tres estacas. Kakashi-sensei colocó un reloj alarma en la estaca central y lo activó.

    —Bien, el tiempo límite es hasta el mediodía.

    —¿Tiempo límite? —preguntó Sakura.

    Kakashi-sensei sujetó en alto un par de cascabeles.

    —Su objetivo será quitarme estos cascabeles antes de que suene la alarma. Quien no lo consiga se quedará sin comer. Además, lo ataré a esas estacas y lo forzaré a que me vea a mí comer.

    La mención de comida hizo que los tres Gennin recordar su hambre. El gruñido de su estómago hizo que Naruto olvidase un poco lo que había ocurrido hacía unos minutos.

    —Un momento, —observó Sakura—. ¿Por qué sólo hay dos cascabeles?

    Kakashi-sensei soltó una risita taimada.

    —Para que al menos uno de ustedes termine atado, claro, —respondió Kakashi-sensei tan tranquilo como quien respondía la hora—. Además, quienes terminen atados serán descalificados y deberán regresar a la academia. Tal vez sólo uno termine así, o tal vez los tres. Así que les recomiendo que usen todas las armas a su disposición. Después de todo, no podrán conseguir el objetivo si no me atacan con la intención de matarme.

    —¿Cómo dice? —preguntó Sakura, llevándose las manos al pecho—. ¡Eso es peligroso! Podríamos lastimarlo de verdad.

    —Sólo aquellos que carecen de habilidad se preocupan por eso, —dijo Kakashi-sensei—. Un verdadero experto en el uso de armas sabe exactamente cómo herir, pero no matar.

    Sakura frunció el ceño, pero no respondió.

    —En fin, comiencen cuando de la señal, —dijo Kakashi-sensei. Se esperó unos segundos antes de continuar.

    —¡Ahora!




    Ofrezco disculpas por el dibujo. No sé replicar el estilo de Kishimoto :|
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  9.  
    Avan

    Avan Iniciado

    Virgo
    Miembro desde:
    24 Enero 2023
    Mensajes:
    1
    Que tal amigo, apenas me registre para poder comentar, realmente es una historia buenísima, hace años había perdido el interés en seguir leyendo fics de Naruto (seamos sinceros desde que se acabó la serie dejaron de escribir buenos fics) hasta que hace poco me dio curiosidad de leer uno, busque y busque y daaaa más de lo mismo por lo cual había dejado de leer, fics malos, fics con buena trama pero ortografía horrible, fics sin sentido y muchísimos fics buenos pero ya abandonados. No se como pero llegue a esta página que jamás había visto (comencé a leer fics en 2012) y más de lo mismo, bueno eso era así hasta que vi el titulo de tu fic, supuse en un comienzo que era un típico fanfic de Naturo volviendo al pasado, pero Dios mío! Encontré esta agradable sorpresa en forma de fanfic, buena ortografía, buena trama y sobre todo un autor que la sigue escribiendo y mejor aún con sucesos recientes de Boruto, Solo espero que lo llegues a terminar.

    Por cierto, desde que comencé a leerte e notado que en esta página hay muy poca actividad y casi nadie te comenta. Quisiera sugerirte que quizás te motivará más si más personas te comentan por lo cual te recomiendo te mudes a wattpad o vamos puedes publicarlo aquí y en wattpad, considero que es una plataforma de aun más alto alcance y seguramente será más visualizada esta obra.

    Sin más por el momento me despido, amigo. Excelente obra.
    Saludos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  10.  
    Paulo

    Paulo Athena no Seinto (Santo de Athena)

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Noviembre 2010
    Mensajes:
    228
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Es bueno ver a alguien más comentar a parte de mí... despues de todo eso motiva al autor a seguir con esto.

    Aunque debo decir que concuerdo en parte con lo que dice, antiguamente cuando comencé por aquí había mucha actividad, pero hoy en día es todo lo contrario lamentablemente, ya que esta es la única página en la que la gente te deja un comentario bien hecho, a diferencia de Watpadd, o incluso Foro DZ.

    En fin, yendo al fic...

    Debo decir que me sorprendió aunque paresca raro, eso del equipo siete realmente pensé que pondrías a Hinata en el lugar de Sakura.

    En una ocación se hace mención del equilíbrio de los integrantes de un equipo, pero yo no le vi el sentido a esto, porque en lo Canon Naruto es el peor, Sasuke el mejor, y Sakura la más inteligente. Pero aquí naruto es diez veces mejor que en lo original, por lo que pienso que hubo un fallo con eso del balance.

    Algo en que estaba pensando a su vez es que noté que a pesar de toda la charla entre Sakura y Naruto no haz hecho la payasada de la chica pegandole al protagonista, eso sí que es hasta nefasto de recordar, y se agradece que no hayas incuido esto en tu obra.

    Sobre la Broma, debo decir que tambien la sentí algo más exagerada que en lo original, aunque tras caer en ella no me esperaba un simple, ''en fin, siganme'' por parte de Kakashi, ya que lo habíano mojado, aunque igual no me quejo, ya que fue algo distinto.

    Tenia que marcar esto, fue una de las cosas que más me hizo reír xD

    Esto me recurda un poco a las inseguridades que tenía en la pelicula, ya que todos sabíamos que Naruto quería a Sakura, incluyendo a la misma Hinata, hasta que llegó la peli rosa a justificar esto para calmar a la Hyuga.

    Sobre esto debo decir dos cosas;

    Desde mi punto de vista, creo que es inecesario insertar una imagen a mitad de un fic, aunque entiendo que lo hayas hecho con tal de dar a entender mejor lo que nos querías contar.

    Ah y sobre lo segundo... pregunto, ¿tu hiciste el dibujo? De ser así debo decir que me gusta mucho tu arte.

    En fin, no recuerdo qué más tenía que agregar, así que si lo recuerdo quedará para la próxima.

    Ah, y hablando de próxima, ya me preocupaba que dijeras que tenias echo ya varios capítulos y este se estuviera tardando en salir n_nU

    Bueno, con esto me despido, y a esperar por la conti.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  11.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    ¡Ey! Definitivamente leer comentarios me motiva a seguir escribiendo. Gracias por tomarte el tiempo c:

    Estuve a punto de poner a Hinata, la verdad, pero el motivo de dejar así los equipos lo puse en el propio cap, aunque quizá me faltó explicar un poco. Verás, en el segundo episodio del anime, Iruka dice que los equipos los hicieron para balancearlos. Por eso el equipo siete tiene al mejor y al peor de la academia. Sin embargo, mucho más adelante (no recuerdo exactamente cuándo), hay un flashback con el tercer hokage donde explican que esto era sólo una excusa para poner a Naruto y a Sasuke en el mismo equipo, que desde el principio los equipos ya estaban determinados. Ino, Shikamaru y Chouji por la colaboración entre sus clanes; Kiba, Shino y Hinata porque los tres son muy hábiles para el rastreo y la recolección de información, y finalmente, Sasuke siendo el mejor de su generación, y Naruto teniendo al nueve colas, serían el equipo más poderoso.

    Me pareció que este motivo era definitivamente mejor que simplemente "balancearlos", así que decidí dejarlo así. Por supuesto, no dejaré que Sakura sea tan exageradamente débil a comparación con sus compañeros. Planeo hacer algo al respecto.

    Jaja, yo también siempre pensé que eso era molesto. Además, habría sido bastante tonto que Sakura le tuviera tanto odio a Naruto siendo que, en esta nueva línea temporal, el prota ya no hace bromas ni comentarios impertinentes.

    Aquí hice referencia a uno o dos capítulos de Boruto con flashbacks que explican lo que pasó con Kakashi desde la muerte de Rin hasta convertirse en sensei del equipo siete. Él había reprobado ya a dos equipos por ser incapaces de trabajar en equipo. Luego, cuando va a buscar a los protas al aula, se da cuenta del borrador y decide dejarse caer en la broma, pensando "bueno, si al menos los tres trabajaron juntos para hacer esto..." sólo para descubrir que eran tan discordantes como los otros equipos.

    Por ese motivo, en esta nueva línea temporal, al Naruto convencer a sus compañeros a todos hacerle bromas a Kakashi, está haciendo que trabajen en equipo. La idea aquí es que sepas que Kakashi se dejó caer en todas las trampas sólo para ver sus reacciones, y el "En fin, síganme" es él tratando de que no se le note la felicidad al ver el trabajo en equipo.

    Espero que esto haya resuelto las dudas c:

    La verdad es que me divertí mucho escribiendo este cap. Cambiando los diálogos y los eventos lo suficiente como para demostrar que las cosas sí que están cambiando.

    Me alegra saber que lo notaste c:

    Bueno, más que dar a entender la escena, sólo quería dibujar a Naruto besando la mano de Hinata xD

    Sí, lo hice yo. ¡Me alegra que te guste! La verdad es que, intentando replicar el estilo del manga, me di cuenta que tiendo a dibujar a los personajes, o mejor dicho, sus ropas, demasiado pegadas, y siempre me salen muy delgados, y aquí salieron raros por eso. Pero bueno, me alegra que te gustase.

    Siento si me tardo un poco en publicarlos ^^U He estado un poco ocupado y se me olvida. Pero has de saber que llevo la mitad del cap 15 escrita, así que definitivamente aún hay capítulos por venir.

    Y con esto, espero que más gente lea y comente el fic ^^
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  12.  
    Dembles

    Dembles Iniciado

    Leo
    Miembro desde:
    22 Enero 2022
    Mensajes:
    44
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Me encanta esta historia, sigue así... te invito a que pases por mi perfil para que veas mi último proyecto que estoy trabajando
     
  13.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    4587
    ¡Ey!

    No es cierto eso de que tardé meses en subir un nuevo cap. Son mentiras de los celosos. ¡Disfruten!

    Capítulo 13. Revelación

    Para darles una oportunidad justa, Kakashi-sensei cerró los ojos en cuanto dio la señal. El campo de entrenamiento tres era particularmente frondoso, creando una cantidad casi ilimitada de sitios dónde esconderse. Era el campo más utilizado por ese motivo, pues ayudaba a entrenar tácticas de sigilo.

    Sakura usó el Jutsu de Desplazamiento para ocultarse bajo un arbusto cercano. Sasuke, por su parte, llegó hasta la rama de un árbol algo más lejos. Naruto se quedó de pie frente a su sensei.

    —¡Bueno! —gritó Naruto—. ¿Qué te parece si tenemos un duelo justo y honesto, sensei?

    Kakashi-sensei lo miró por unos segundos.

    —¿Cómo dices?

    Sasuke alzó una ceja.

    —¿Qué está haciendo? ¿Se ha vuelto loco? —susurró.

    —Algunos lo conocen como distracción, —respondió Naruto, también en un susurro.

    Sasuke se tensó, pero fue lo suficientemente hábil como para mantenerse en completo silencio mientras se volvía hacia Naruto.

    —¿Un clon?

    Naruto asintió. Sasuke volvió a mirar hacia el claro, donde el clon de Naruto se preparaba para atacar a Kakashi-sensei.

    —Necesitamos un plan de ataque, —dijo Naruto.

    —Estoy noventa por cierto seguro que podrías quitarle los cascabeles tú solo, —admitió Sasuke a regañadientes—. ¿Por qué quieres que hagamos ningún plan?

    Naruto le mostró a Sasuke la palma de su mano izquierda, donde estaba el sello Byakugou.

    —Estoy guardando casi todo mi Chakra, —explicó Naruto—. Además, Kakashi-sensei es un Jounin. Te irá mal si lo subestimas.

    Los ojos de Sasuke se ensancharon.

    —¿Eres idiota? Este no es el momento de guardar tu Chakra.

    —Cálmate, —dijo Naruto con una sonrisa—. Si los tres trabajamos juntos, quizá podamos quitarle los cascabeles.

    El clon de Naruto estaba tratando de golpear a Kakashi-sensei, quien, Naruto observó con curiosidad, no había sacado su libro aún.

    —¿Qué estás tramando, Naruto? —preguntó Sasuke.

    —Tú confía en mí. Iré a distraer a Kakashi-sensei. Ve con Sakura y traten de idear un plan para tomar los cascabeles.

    —¿Y qué nos detendría para tomar los cascabeles y dejarte fuera?

    Naruto puso los ojos en blanco.

    —Vamos, Sasuke. No me hagas tener que deletrearlo, —dijo. Sasuke sólo frunció el ceño—. Es una misión, zopenco. El objetivo es conseguir los cascabeles. Ya luego veremos cómo los repartimos. Pero si no trabajamos juntos, todos fracasaremos.

    Justo en ese momento, Kakashi-sensei logró conectar su codo contra el cuello del clon, haciéndolo desaparecer. Naruto lo tomó como su señal. Usó el Jutsu de Desplazamiento, usando su Chakra para ocultar la imagen de su cuerpo durante su movimiento, y saltó hacia el claro.

    —Así que puedes hacer Clones de Sombras, —dijo Kakashi-sensei—. ¿Fue así como derrotaste a Mizuki?

    Naruto puso los brazos como jarras.

    —Mizuki era un debilucho y un cobarde.

    —Sí, eso dice su hoja de registro, —bromeó Kakashi-sensei—. Admito que me sorprende que puedas usar un Jutsu tan avanzado, pero no será suficiente para quitarme los cascabeles.

    Naruto realizó el sello del doble tigre. Sólo tenía suficiente Chakra para crear dos o tres clones más. Tenía que ser inteligente.

    —¡Jutsu de Clon de Sombras! —gritó, y un clon se materializó a su lado.

    Kakashi-sensei mantuvo una pose relajada, pero Naruto se dio cuenta que, de hecho, estaba atento. ¿Por qué no le estaba subestimando? Aún si Naruto se había graduado como el segundo mejor de la academia, Kakashi-sensei no podía saber las verdaderas capacidades de Naruto. Aunque, claro, Kakashi-sensei no era un Jounin cualquiera. Había pertenecido a las fuerzas especiales ANBU. Seguro que se olía algo, aún si no sabía el qué.

    Los dos Narutos se abalanzaron hacia Kakashi-sensei. Trabajando con una coordinación que sólo se podía lograr al perfeccionar el uso de clones, lanzaron golpes y patadas, siendo bloqueados fácilmente por el Jounin. No era como que Naruto se estuviera esforzando demasiado. Sólo lo suficiente para mantener a su sensei distraído.

    Kakashi-sensei sujetó al clon del tobillo y le clavó un puño en el estómago. El clon jadeó dolorosamente justo antes de ser azotado contra el suelo. Naruto saltó y le lanzó una patada hacia la cabeza, pero Kakashi-sensei se cubrió con su otro brazo. Naruto le lanzó un puñetazo, y Kakashi-sensei soltó al clon para sujetarle la mano. Naruto hizo chasquear la lengua y se impulsó hacia atrás para alejarse.

    —Con esos movimientos tan simples, —dijo Kakashi-sensei, irguiéndose—, no lograrás quitarme los cascabeles. De nada te sirve poder hacer clones si no los sabes usar.

    Naruto gruñó, aunque por dentro estaba aliviado. Si Kakashi-sensei lo estaba provocando, significaba que estaba comenzando a subestimarlo. Perfecto.

    —¡Ahora! —gritó Sasuke a la lejanía.

    Kakashi-sensei levantó la mirada justo a tiempo para ver a Sakura corriendo hacia él.

    —¿Qué están tratando de…? —se interrumpió cuando el clon de Naruto se aferró a su pierna—. ¿Cómo es que no desapareciste?

    —¡Ja! —dijo el clon, con dificultad—. Si sabes usar bien la técnica, puedes evitar que los clones desaparezcan tan fácilmente.

    Antes de que Kakashi-sensei pudiese decir algo, Sakura le arrojó un montón de shurikens y kunais con una precisión terrorífica. Kakashi-sensei maldijo entre dientes. Tomó un kunai de su funda y se lo clavó al clon en el cuello, forzándolo a desaparecer en una nube de vapor. Pero justo en ese momento, Sasuke saltó desde detrás del Jounin y realizó una corta secuencia de sellos.

    —¡Arte de Fuego. Gran Bola de Fuego!

    Viéndose entre una andanada de armas letales y una calcinante llamarada, Kakashi-sensei realizó una secuencia de sellos a una velocidad vertiginosa. Naruto apenas logró ver lo que había hecho.

    —¡Arte de Tierra. Sumersión Subterránea!

    Momentos antes de ser golpeado por armas o fuego, Kakashi-sensei literalmente descendió dentro del suelo como si de agua se tratase. Desapareció tan rápido que, ante el ojo inexperto, habría parecido que usó el Jutsu de Desplazamiento.

    Las armas de Sakura siguieron su camino, y el Jutsu de Sasuke quemó un poco el césped. Pero ninguno logró rozar a Kakashi-sensei.

    —¡Maldición! —exclamó Sasuke—. ¿A dónde se fue?

    Naruto lo sabía, pero no podía ver ni detectar exactamente por dónde saldría ni a quién atacaría. Tampoco tuvo tiempo de advertir a sus compañeros, pues el suelo a los pies de Sakura estaba comenzando a moverse.

    Moviéndose tan rápido como pudo, Naruto realizó una secuencia de sellos. El Sabio Pervertido le había enseñado este Jutsu, pero Naruto jamás había hecho uso de él, siendo que el Rasengan ya era mucho más fuerte. Hoy, sin embargo, era justo el Jutsu que necesitaba.

    Colocó la mano en el suelo y se concentró.

    —¡Arte de Viento. Palma Vendaval!

    Aire a presión salió de la palma de su mano y se coló en las grietas del suelo. Naruto no podía dirigirlo hacia ningún lado, pero estaba lo suficientemente cerca como para llegar hasta Kakashi-sensei.

    La tierra bajo Sakura explotó cuando Kakashi-sensei salió de ella. Sakura pegó un grito, pero el Jounin ya no la tenía en la mira. Se alzó unos metros en el aire, y Naruto notó su expresión de sorpresa. Ahora que había visto que Naruto era capaz de usar Ninjutsu de rango C además de sus clones, ya no lo iba a subestimar más.

    Sin embargo, ya era demasiado tarde para cambiar de opinión.

    Una vez más, Sasuke había saltado hacia él, kunai en mano. Kakashi-sensei lo volteó a ver con suficiente tiempo como para prepararse. Pero claro, Naruto no se iba a quedar quieto. Nuevamente realizó la secuencia de sellos de antes y activó la Palma Vendaval. Excepto que lo hizo con la planta de los pies. Salió volando a una velocidad que ni él se esperaba, pero se recuperó rápidamente.

    En su mano derecha ya estaba haciendo girar su Chakra.

    Kakashi-sensei apenas logró mover los ojos para ver a Naruto acercarse con una poderosa esfera de Chakra en la mano.

    —¡Rasengan!

    Sin embargo, por mucho que parecía acorralado, Kakashi-sensei seguía siendo uno de los ninjas más hábiles y experimentados de toda Konoha. Giró sobre sí mismo justo a tiempo para sujetar a Naruto de la mano, a muy poco de rozarse con el Rasengan. Luego lo hizo girar en un arco hacia Sasuke, quien, viendo la inminente colisión con Naruto, dejó caer su kunai. Naruto también tuvo que deshacer su Rasengan para no lastimar a su compañero.

    Kakashi-sensei estampó a Naruto contra Sasuke y a ambos los lanzó hacia Sakura, quien lanzó un corto grito de dolor cuando la derribaron. Naruto rodó por el suelo por unos momentos, raspándose con piedras y ramas caídas.

    Vaya derrota, pensó Naruto, asombrado. Las pocas veces que había visto pelear a Kakashi-sensei de verdad habían sido cuando él aún era demasiado inmaduro como para entender de verdad el nivel que tenía el Jounin. Pero, ¿ahora? Bueno, Naruto no había creído que era posible admirar a Kakashi-sensei más de lo que ya lo hacía.

    Con un gruñido, Naruto se alzó en sus rodillas y miró hacia sus compañeros.

    —¿Están bien?

    Sasuke había caído en dirección perpendicular encima de Sakura, más específicamente, sobre su estómago. Sakura se estaba sujetando las sonrojadas mejillas con las manos.

    —Ahora puedo morir feliz, —dijo ella.

    Bueno, si podía decir semejante cosa, entonces estaba bien.

    Sasuke se recuperó rápidamente y se levantó. Le extendió la mano a Sakura para ayudarla. Ella la tomó, emocionada, pero en cuando comenzó a levantarse, gruñó de dolor y se le doblaron las rodillas. Naruto se apresuró a ir con ellos.

    —¿Estás bien, Sakura-chan?

    —Sí… —respondió Sakura, mirándose la pierna derecha—. Sólo… creo que me torcí el tobillo.

    —Recárgate en mí, —dijo Sasuke y, sin esperar a que ella respondiera, se pasó el brazo de Sakura por el hombro.

    Sakura pareció a punto de desmayarse.

    —¿Qué creen que están haciendo? —dijo Kakashi-sensei, caminando tranquilamente hacia ellos. Aún con casi todo el rostro cubierto, era fácil ver que tenía el ceño fruncido.

    Naruto tomó un kunai de su funda y se puso frente a sus compañeros, empuñando el arma hacia Kakashi-sensei.

    —Dijiste que te atacáramos como si quisiéramos matarte, —respondió Naruto.

    Kakashi-sensei se detuvo a sólo un par de metros de ellos.

    —No me refiero a eso, —dijo Kakashi-sensei, colocando los brazos como jarras—. Saben perfectamente que sólo hay dos cascabeles. ¿Por qué me atacaron los tres?

    Naruto no respondió. Él sabía la respuesta correcta, pero necesitaba que tanto Sasuke como Sakura lo dijeran, pues eran ellos quienes necesitaban entenderlo. Así que Naruto simplemente alzó su kunai un poco más.

    —Eres un Jounin, —admitió Sasuke—. Sería muy arrogante de nuestra parte creer que podemos derrotarte individualmente.

    —¡Es cierto, sensei! —dijo Sakura, apoyándose completamente en Sasuke y levantando su pie herido.

    —Siguen sin pensar en los cascabeles, —dijo Kakashi-sensei.

    —Claro que sí pensamos en ellos, —dijo Sasuke, y Naruto sintió que lo miró a él por un momento—. Pensamos que, si nosotros teníamos los dos cascabeles, tú no podrías decidir quién regresaba a la academia, así que no te quedaría de otra más que aprobarnos a los tres.

    —Somos un equipo, después de todo, —dijo Sakura—. Ninguno quiere regresar a la academia, así que nuestra única opción es aprobar juntos.

    Kakashi-sensei miró a Naruto, quien le ofreció una sonrisa desafiante.

    —Ustedes… —dijo Kakashi-sensei—. ¡Tienen toda la razón!

    Sakura tartamudeó un poco.

    —¿D-De verdad?

    —¡Claro! Les explicaré… Pero antes, deja que te revise esa herida.

    Sasuke y Kakashi-sensei llevaron a Sakura hacia una roca cerca de las estacas y la ayudaron a sentarse ahí. Kakashi-sensei se puso de cuclillas y le quitó la sandalia a Sakura. El tobillo estaba comenzando a ponerse de color morado.

    —Jum, parece un esguince, —dijo Kakashi-sensei—. Te pondré un vendaje de momento. Luego te llevaré al hospital. Mañana estarás como nueva.

    —G-Gracias, sensei.

    Kakashi-sensei tomó unas vendas de su bolso lateral y comenzó a ponérselo a Sakura.

    —Verán, —dijo mientras trabajaba—. Todos a quienes puse a prueba en el pasado se preocupaban demasiado por seguir las normas, o por competir entre ellos. —Ajustó un poco las vendas—. Si le preguntan a cualquier ninja, les dirá que seguir las normas y las instrucciones es lo más importante, y que cualquiera que no lo haga no es más que escoria, pero…

    —Aquellos que abandonan a sus amigos son peor que escoria, —dijo Naruto, mirando el Monumento de los Caídos.

    Kakashi-sensei lo miró de reojo mientras le volvía a poner la sandalia a Sakura.

    —¿Por eso insististe en que trabajásemos juntos, Naruto? —preguntó Sasuke, recargándose en una de las estacas y cruzándose de brazos—. ¿Sabías que esa era la clave para aprobar?

    —Sí, —admitió Naruto.

    —¿Por qué no nos lo dijiste antes? —preguntó Sakura.

    —Tenían que darse cuenta ustedes mismos. Si no, la lección no les habría servido de nada.

    Kakashi-sensei se puso de pie.

    —Naruto, quiero hablar contigo.

    —Tendrás que formarte, Kakashi-sensei, —dijo Naruto, volviéndose hacia su equipo.

    Sasuke frunció el ceño.

    —Es cierto. Nos debes una explicación.

    —¿Una explicación? —preguntó Kakashi-sensei.

    —Naruto nos está ocultando algo, —dijo Sasuke—. Sabe muchas más cosas de las que debería, y a veces actúa de una manera muy extraña. Además… Hace cinco años, me mostró un poder descomunal. Algo que no debería ser posible.

    —¿Un poder descomunal? —preguntó Sakura.

    Kakashi-sensei frunció el ceño.

    —¿Acaso era…?

    —No, —le interrumpió Naruto—. No era el Zorro de Nueve Colas.

    El ojo de Kakashi-sensei se ensanchó. Pero fue Sakura quien habló después.

    —¿El Zorro de Nueve Colas? —preguntó ella—. ¿Estás hablando del monstruo que atacó la aldea hace doce años? ¿Qué tiene que ver eso contigo?

    Naruto se colocó la mano en el estómago.

    —La única forma de frenarlo fue sellándolo dentro de mí, Sakura-chan, —dijo Naruto—. ¿Nunca pensaste que era extraño? Tal vez tus padres no, pero seguro que algún adulto llegó a decirte que no te relacionaras conmigo sin ninguna explicación.

    Sakura se sonrojó un poco.

    —Yo…

    —Como sea, ahora sabes el motivo.

    —Si no fue el Zorro, —dijo Kakashi-sensei—. Entonces, ¿a qué se refiere Sasuke?

    Naruto tomó una bocanada de aire y le mostró a Kakashi-sensei la palma de su mano izquierda, donde tenía el sello del Byakugou. Kakashi-sensei jadeó de sorpresa.

    —El… Byakugou…

    —Sabes cómo funciona, ¿no es así?

    Kakashi-sensei asintió.

    —Puedes guardar una parte de tu Chakra en él…

    —Ahora mismo estoy guardando una cantidad de Chakra equivalente a, veamos, diez Jounin promedio.

    —¡Diez Jounin! —exclamó Kakashi-sensei.

    —Mi linaje Uzumaki, —dijo Naruto—, más la influencia de Kurama, hicieron que mis reservas de Chakra sean exageradamente grandes. Pero no tengo uso para todo ese Chakra, de momento. Así que lo guardo casi todo en el Byakugou.

    —¿Kurama? —susurró Sakura.

    —Increíble, —dijo Kakashi-sensei—. ¿Cuánto tiempo llevas acumulando tu Chakra en el sello?

    Naruto canturreó un momento.

    —Poco más de cinco años.

    Kakashi-sensei palideció, entendiendo las implicaciones.

    —No… No estoy entendiendo, —dijo Sakura, llevándose una mano al pecho—. Naruto tiene mucho Chakra y lo está guardando, pero… ¿por qué reaccionas así, sensei?

    —Te lo diré de una forma sencilla, Sakura, —dijo Kakashi-sensei—. Antes, Naruto usó el Jutsu de Clon de Sombras. Seguro que te diste cuenta que no eran simples ilusiones, ¿verdad?

    Sakura asintió.

    —Me sorprendió. Pensé que los clones eran sólo imágenes generadas con Chakra.

    —El Jutsu de Clon de Sombras es una versión avanzada, —explicó Kakashi-sensei—. El Chakra se consolida en esas imágenes y se vuelve tangible. Es un Jutsu que requiere un control del Chakra que, usualmente, sólo tienen los Jounin. Además, es un Jutsu prohibido para el conocimiento general. Sólo se nos permite a los Jounin aprenderlo una vez que hemos probado ser de confianza.

    —Entonces… —dijo Sakura—. ¿Cómo es que lo sabe Naruto?

    Kakashi-sensei entrecerró el ojo.

    —Si sólo fuera el Jutsu de Clon de Sombras, no me sorprendería tanto, —admitió Kakashi-sensei—. No es común, pero sí llega a pasar que un Gennin observe a un Jounin realizando ese Jutsu y lo aprenda por su cuenta. Sin embargo… —señaló hacia el sello en la palma de la mano de Naruto—. El sello Byakugou es un Jutsu no sólo antiquísimo, sino extremadamente difícil de aprender. Sólo queda una persona viva capaz de usar ese Jutsu, y ella no ha regresado a la aldea de Konoha en más de diez años.

    Sasuke se irguió, su mirada penetrante clavada en Naruto.

    —Eso significa que…

    —Sí, —dijo Kakashi-sensei—. Naruto sabe usar un Jutsu cuya existencia no debería ni conocer. Además…

    —¿Hay más? —preguntó Sakura.

    El rostro de Kakashi-sensei se ensombreció.

    —El Rasengan…

    Naruto se tensó y sintió cómo le temblaban las manos.

    —¿El… Rasengan? —preguntó Sakura—. ¿Te refieres a ese Jutsu extraño con el que intentó golpearte, sensei?

    Kakashi-sensei no respondió inmediatamente. Simplemente se le quedó viendo a Naruto por unos incómodos cinco segundos.

    —Naruto, —dijo Kakashi-sensei—. ¿Cómo es que conoces el Rasengan?

    —¿Kakashi-sensei? —insistió Sakura—. ¿Por qué ese Jutsu es tan importante?

    —El Rasengan es uno de los Jutsus más nuevos que existen, —explicó Kakashi-sensei—. Aunque no parezca la gran cosa, Sakura, requiere de un control del Chakra tan alto que es muy difícil de dominar incluso para Jounin como yo. Y aunque sea pequeño, su poder destructivo es inconmensurable… No sólo eso… La persona que lo creó…

    Naruto alzó la vista y dio un paso al frente.

    —Esa persona fue el Cuarto Hokage, —anunció Naruto—. Él fue tu sensei, ¿verdad?

    Kakashi-sensei frunció el ceño.

    —Sasuke tiene razón, —dijo—. No deberías saber nada de esto. ¿Qué está pasando aquí? ¿Quién eres?

    Aunque su pose no había cambiado mucho, Naruto notó que Kakashi-sensei estaba completamente tenso y alerta. Si Naruto hacía algún movimiento brusco, cabía la posibilidad de que Kakashi-sensei fuese a atacarlo.

    —No soy un enemigo, —respondió Naruto—. Y tampoco he engañado a nadie. Soy Naruto Uzumaki, de verdad. Te puedo mostrar el sello de los Ocho Trigramas para que lo compruebes tú mismo.

    Kakashi-sensei asintió, y Naruto se descubrió el estómago. Moldeó un poco de Chakra, y el sello se hizo visible.

    —¿Qué… Qué es eso? —preguntó Sakura.

    Kakashi-sensei colocó dos dedos sobre el sello y lo estudió por un momento.

    —Este sello es el que mantiene encerrado al Zorro de Nueve Colas en el interior de Naruto, —respondió. Satisfecho, se puso de pie nuevamente—. Es real. Al menos eso me deja tranquilo de que no eres un impostor.

    Naruto se volvió a cubrir el estómago.

    —Pero aún no explica por qué sabe lo que sabe, —dijo Sasuke—. Hace cinco años me enseñó una versión del Rasengan tan poderosa que succionaba el aire a su alrededor. Si dices que ese Jutsu lo inventó el Cuarto Hokage, entonces, ¿cómo es que Naruto puede hacer una versión mejorada?

    —Esa, Sasuke, —dijo Kakashi-sensei, cruzándose de brazos—, es la pregunta correcta. ¿Nos quieres explicar la situación, Naruto?

    Naruto tomó una gran bocanada de aire.

    —Aunque lo he pensado mucho, no sé cómo explicar esto… —dijo y bajó la mirada—. Entenderé que no me crean, pero juro que todo lo que les diré a continuación es verdad.

    Sasuke, Sakura, y Kakashi lo miraron atentos. Naruto escondió las manos en los bolsillos de su chaqueta.

    —Yo… No sé cómo, ni por qué, pero regresé en el tiempo.

    —¿En… En el tiempo? —preguntó Sakura, estupefacta.

    Naruto asintió.

    —Yo ya viví todo esto. Graduarme de la academia, hacer misiones, entrenar, —explicó Naruto, sintiendo que le comenzaba a faltar el aire—. Crecí, hice amigos, tuve una familia… —Su voz se quebró, y sintió que lágrimas se formaban en sus ojos—. Me costó muchísimo trabajo. Nunca fui hábil, ni inteligente, ni disciplinado. No sabía por qué la gente me odiaba, así que hacía travesuras porque estaba desesperado porque me reconocieran, porque no pudieran ignorarme…

    —Naruto… —susurró Sakura.

    Naruto forzó una sonrisa.

    —Con el tiempo aprendí muchísimas cosas, —continuó—. Aprendí el valor del trabajo en equipo gracias a Kakashi-sensei; la fuerza que otorga el querer proteger a alguien gracias a Sakura-chan, y… —miró a Sasuke—. Gracias a ti, aprendí el poder de la amistad.

    Sasuke torció la boca, pero no dijo nada. Naruto se volvió hacia Kakashi-sensei.

    —Un día como cualquier otro, me quedé dormido en mi oficina porque había trabajado hasta muy tarde. Cuando me desperté, sin embargo, estaba más de veinte años en el pasado, cuando tenía cinco.

    —¿Veinte años? —dijo Sasuke.

    Naruto asintió.

    —Estaba a un mes de cumplir treinta y tres cuando regresé en el tiempo, —explicó Naruto, luego se volvió hacia Kakashi-sensei de nuevo—. Más los siete que llevo desde entonces, podría decirse que ya soy un viejo de cuarenta.

    Kakashi-sensei canturreó, alzando la vista por un momento.

    —Eso explicaría por qué sabes cosas que no deberías saber… Aunque claro, sigue siendo difícil de creer.

    Naruto se encogió de hombros.

    —Lo entiendo. Podrías incluso pensar que alguien más me dijo estas cosas, —dijo, y entonces hizo una corta pausa—. Así que, intenta preguntarme algo que definitivamente nadie podría haberme dicho. Quizá no sepa la respuesta, pero si la sé, asegúrate de estar preparado para escucharla.

    Sakura y Sasuke miraron fijamente a Kakashi-sensei mientras este meditaba las palabras de Naruto.

    —Bien, —dijo Kakashi-sensei al cabo de un minuto—. Asumiendo que dices la verdad, deberías conocerme bastante bien. Así que… ¿Cuál es mi personaje favorito de Icha-Icha Paradise?

    Naruto parpadeó, perplejo, por unos segundos. Luego estalló en risa. Por supuesto que Kakashi-sensei haría una pregunta así. De hecho, era obvio, en retrospectiva. Seguramente había notado lo mucho que a Naruto le había costado admitir su secreto y quería apaciguar la tensión. No importaba la edad que tuviera, Naruto sabía que siempre podría confiar en Kakashi.

    —Yukiko es tu favorita, —dijo Naruto, luego le guiñó un ojo—. Aunque eso podría cambiar en el siguiente libro.

    Con la velocidad de un rayo, Kakashi-sensei dio unos pasos al frente y sujetó a Naruto de los hombros.

    —¡¿Habrá un tercer libro?!

    Naruto sonrió.

    —Ja, ja, no te diré más.

    —¡No! —se lamentó Kakashi-sensei.

    Sakura y Sasuke se miraron mutuamente, confundidos.

    —Um, ¿Sensei? —dijo Sakura—. Sobre lo que dijo Naruto…

    Kakashi-sensei se irguió de nuevo, recuperando su pose relajada, y se aclaró la garganta.

    —Ah, sí. Claro. Ajem. Creo que Naruto dice la verdad. Aunque el cómo sucedió es un misterio. ¿No tienes ninguna idea de qué pudo ser?

    Naruto dejó escapar un suspiro.

    —Lo único que se me ocurre es que sea el efecto de un artefacto Ootsutsuki.

    —¿Ootsutsuki? —dijeron Sasuke, Sakura y Kakashi al mismo tiempo.

    Naruto alzó una ceja y consideró sus siguientes palabras.

    —Los Ootsutsuki son un clan desconocido, pero todos sus miembros son extremadamente poderosos. También tienen artefactos que escapan de la comprensión humana.

    Sasuke dio un paso al frente.

    —Si estos tales Ootsutsuki son tan poderosos, ¿cómo es que nunca hemos escuchado hablar de ellos?

    Naruto lo miró con el ceño fruncido.

    —Por dos motivos, —respondió—. El primero es que la única Ootsutsuki de la que alguna vez hubo registro fue sellada en la luna por el mismísimo Sabio de los Seis Caminos.

    Kakashi-sensei dio un paso atrás.

    —Espera… ¿No estarás hablando de… ella?

    —¿Ella? —preguntó Sakura.

    Naruto asintió.

    —Sí. Kaguya Ootsutsuki. La que alguna vez fue llamada la Diosa Conejo. La progenitora del mismísimo Chakra en este mundo.… Y la segunda persona más fuerte a la que jamás me he enfrentado…

    —¿La… segunda? —preguntó Kakashi-sensei, atónito.

    —¿Cómo que te enfrentaste a una diosa? —preguntó Sakura—. Y… ¿quién podría ser incluso más fuerte?

    Naruto bajó la mirada y se sujetó el estómago con fuerza. Quiso responder, pero le temblaban los labios. Si pronunciaba una sola sílaba, estallaría en llanto. Kurama estaba vivo, podía sentirlo en su interior. Pero aun así… Aun así…

    Sintió una mano en su hombro, y alzó la mirada para ver a Kakashi-sensei, sonriéndole cálidamente.

    —Nos lo dirás cuando estés listo.

    Naruto sonrió.

    —Gracias…

    —¿Y bien? —preguntó Sasuke—. ¿Cuál es el segundo motivo?

    Naruto lo miró y suspiró.

    —¿Seguro que quieres saberlo?

    —Deja de jugar y dilo.

    —Bien, pero tú lo pediste, —dijo Naruto—. Los Ootsutsuki no son de este planeta.

    Como era de esperarse, hubo un silencio sepulcral tras esas palabras. Naruto no los podía culpar. Él mismo todavía no terminaba de creérselo.

    —¿Cómo es eso siquiera posible? —exigió Sasuke—. ¿De otro planeta? Todo el mundo sabe que entre más te acercas al cielo, menos aire hay. Cualquier ser vivo moriría al instante. ¿Cómo podría nadie venir de fuera del planeta?

    —Tú y yo estamos en las mismas, Sasuke, —admitió Naruto—. Aunque nos hemos enfrentado ya a varios de ellos, realmente no sabemos nada.

    —¿No han podido interrogarlos? —preguntó Sakura—. Estoy segura que un escuadrón de especialistas en Genjutsu podría…

    Naruto sacudió la cabeza.

    —La especialidad del clan Ootsutsuki son los Jutsus de Espacio-Tiempo. Es imposible capturarlos.

    El grupo se quedó en silencio por un tiempo. Naruto entendía que era demasiada información al mismo tiempo. ¿Debería haberla dosificado? No, le había prometido a Sasuke y a Sakura que les contaría la verdad. Tal vez era demasiado ahora, pero con el tiempo lo asimilarían.

    —Bueno, —dijo Kakashi-sensei al cabo de un rato—. Esta plática ya se alargó demasiado. Mañana empezaremos a tomar misiones oficiales, así que será mejor que descansen lo más posible. Ya después seguiremos hablando sobre esto. Por ahora, llevaré a Sakura al hospital. Nos vemos mañana en la oficina del Hokage a las seis de la mañana.

    Naruto asintió. Kakashi-sensei cargó a Sakura en sus brazos y desapareció con el Jutsu de Desplazamiento.

    —Naruto, —dijo Sasuke—. ¿Es verdad todo lo que dijiste?

    —Quisiera que no lo fuera, Sasuke, de verdad, —admitió Naruto.

    —Entonces… tu inexplicable fuerza…

    —Sí, —dijo Naruto—. No es más que el resultado de veinte años de entrenamiento. Te lo dije, ¿no es así? No nací con talento ni suerte ni nada. Sólo una gran cantidad de Chakra que ni siquiera supe usar correctamente hasta pasados los dieciséis.

    Sasuke pareció considerar estas palabras.

    —Sin embargo, eso no cambia el hecho de que ahora mismo eres ridículamente fuerte, —dijo, frunciendo el ceño—. Y no puedo permitirme quedarme atrás.

    —Sasuke, vengo del futuro, ¿recuerdas?, —dijo Naruto—. Te puedo decir con total seguridad que vas por el camino correcto. Ya eres muchísimo más fuerte de lo que eras en mis recuerdos.

    —No me importa qué tan fuerte soy ahora, —replicó Sasuke—. Lo que me importa es lo fuerte que tengo que hacerme. Después de todo, tengo que…

    Naruto entrecerró los ojos y frunció el ceño.

    —Independientemente de tus metas, —dijo, sintiendo que se le tensaba la quijada—, ya te he dicho la mejor forma de hacerte fuerte. Aprende a preocuparte por tus compañeros y encontrarás la fuerza que buscas.

    —Lo dices como si fuera algo simple.

    —Porque lo es, —respondió Naruto, y se encontró sonriendo—. Es simple, pero también es extremadamente difícil. Habrán momentos donde creas que tus compañeros te retrasan. Constantemente pelearás contra enemigos que serán mucho más fuertes que tú. Y eso te frustrará y empezarás a buscar modos más rápidos de hacerte fuerte…

    Sasuke torció los labios, pero esperó a que Naruto prosiguiera.

    —Y en esa búsqueda del camino fácil, te cegarás a todo lo demás… Y ninjas malvados se aprovecharán de ti y te manipularán. Y eso te hará enojar. Y caerás en un bucle infinito de frustración y odio, y te perderás a tí mismo… Y terminarás cometiendo errores por los que te arrepentirás toda tu vida.

    —Hablas como si… —Sasuke se interrumpió a sí mismo, dándose cuenta de lo que iba a decir.

    Pero Naruto completó la frase de todas formas.

    —¿Como si supiera exactamente lo que pasará? —dijo con una sonrisa débil—. Escucha, no pienso entrometerme en ninguna decisión que tomes. Pero sí me gustaría que realmente consideres lo que trato de transmitirte. Ábrete a la opción de amar a tus amigos y a tu aldea, y te aseguro, Sasuke, que te volverás el ninja más fuerte del mundo.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  14.  
    Paulo

    Paulo Athena no Seinto (Santo de Athena)

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Noviembre 2010
    Mensajes:
    228
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Bueno... ya casi perdía la fe en que continuarías con la história, pero veo que aun sigues por aquí.

    Me recordó bastante al anime, hasta se me hizo algo raro creer que Naruto tendría la misma accion que ya conocíamos, siendo que ahora su mentalidad era la de un adulto, pero luego de eso vemos que era un clon y todo va de diferente manera.

    Esto es otra cosa que me sorprendió un poco. Desde el comienzo creía que Naruto la iba hacer más fácil, y le diría a sus compañeros la clave de la prueba y aprobar de manera sencilla, ya que este se sabe toda la historia, pero bueno...

    Pensando en el tema, se me hace algo extraña la lógica esta, porque la creencia era que el número de aprobados era según la cantidad de cascabeles conseguidos. Aunque esa de que ''tu no puedes decidir / más que aprobarnos a los tres'' se siente como algo que tal vez ni Kakashi lo pensó de esa manera.


    Y con esto basicamente se revela a si mismo... dando paso a las preguntas y el resto de las explicaciónes de los temas que ya conocemos.

    Bueno... creo que se me hizo algo corto mi comentario, ya que... despues de todo fue un capítulo con mayor contenido de acción, y ya ahí no se mucho que decír la verdad, así que bueno...

    De momento vuelvo a recalcar que fue un buen capítulo, y quedo a la espera de ver cómo continúarás con la história.
     
    Última edición: 26 Agosto 2023
  15.  
    ElevenCatra

    ElevenCatra Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Agosto 2023
    Mensajes:
    1
    ¡Ey!
    Soy otra persona más que se registra en esta página para poder comentar en tu fic. Mientras te anime a seguirlo, me doy por bien servida. A continuación te dejo mis apreciaciones, un poco en general.

    • El fic me parece muy refrescante en líneas generales. No voy a mentir, el primer capitulo me había echado un poco para atrás porque... pues... Boruto, puaj. Pero me insistí a mí misma a seguir leyendo, y a partir del segundo me enganchaste. En ese sentido, tienes una forma de narrar que es muy adictiva. Es suelta y fluye en cada momento.
    • Siento que muchos personajes están muy bien conseguidos; en especial Naruto. Cada que aparece, puedo sentir e imaginármelo diciendo justamente lo que tú narras, y haciendo cada pequeña cosa que escribes. En ese sentido, te felicito: una de las cosas que más cuesta en los fan-fics es lograr que los personas se sientan como ellos.
    • Sin embargo, siento que ese parentesco se pierde con otros personajes; mi mayor 'dolor' es con Sasuke. Siento que n0 lo veo... muchos de sus diálogos me resultan forzados o fuera de lugar; o son cosas que él no diría. No lo veo en sus interacciones, pero es cierto que, cuando se cambian los eventos, es lógico que los personajes también cambien.
    Seguiré de cerca este fic (ya me suscribí a él por e-mail); por favor, no lo abandones... <3
    Gracias por entretenerme.
     
  16.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Claro, Kakashi dijo que sólo los que consiguieran un cascabel aprobarían. Pero recuerda que su intención era probar si se limitaban a obedecer las reglas, o si trabajarían en equipo para salvarse todos y no que sólo uno de ellos regresase a la academia. Naruto sabía esto, por eso le dijo a Sasuke que era una misión y que el objetivo era conseguir ambos cascabeles, sin importar quién los consiguiera. Al final, claro, no los consiguieron, pero eso, al igual que en la historia original, importa poco c:

    ¡Ey! No te culpo por tener esa reacción. Yo tampoco estoy muy encantado con Boruto. Aunque tiene cosas interesantes (todo lo relacionado con el clan Ootsutsuki se me hace muy interesante), sí es bastante cansino. Me alegra mucho que hayas decidido leer el fic de todas formas. ¡Gracias por tu comentario!

    Ciertamente una de las cosas más difíciles al escribir un fanfic es capturar la personalidad de los personajes correctamente. Admito que Sasuke me está resultando un reto muy grande, pues tal como dices, no puede simplemente tener la misma personalidad, ya que, a diferencia de la historia original, aquí lleva 5 años siendo influenciado por el bueno de Naruto. Supongo que, de manera inconsciente, estoy basándome mucho en la personalidad que tiene cuando ya es un adulto y acepta abiertamente que Naruto es su amigo y que es más fuerte que él.

    Espero que los próximos capítulos sean de su agrado c:
     
    Última edición: 1 Septiembre 2023
    • Adorable Adorable x 1
  17.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    3435
    ¡Ey!

    Aquí el siguiente capítulo. Espero que les guste.

    Chapter 14: Inspiración

    Naruto llegó al edificio del Hokage diez minutos antes de las seis. El sol ya había terminado de salir, por lo que el cielo ya era de un brillante color azul. Aunque el aire seguía bastante frío. Aún quedaban unos cuantos días de invierno, después de todo.

    A pesar de la hora, la recepción del edificio estaba llena de actividad. Ninjas, oficinistas, aldeanos, y visitantes caminaban de un lado a otro sin parar, cada uno concentrado en comenzar el día. Naruto sintió una ola de nostalgia recorrer su cuerpo. Tras el ataque de Nagato, el edificio había sido reconstruido para ser más grande, y en los siguientes años había sido remodelado para colocar aquellas extrañas escaleras eléctricas.

    Así que ver la recepción tal cual la recordaba llenó a Naruto de alegría.

    Encontró a Sakura sentada en una de las bancas al costado de la recepción, en el lugar más alejado del bullicio de la gente. Parecía estar a punto de quedarse dormida.

    —Buenos días, Sakura-chan, —dijo Naruto justo cuando Sakura comenzaba a bostezar. Se sentó a su lado.

    —Buenos días, —respondió Sakura en cuanto pudo hablar. Se recorrió un poco para darle espacio a Naruto.

    —Llegaste muy temprano, —observó Naruto.

    Sakura asintió aletargada.

    —Otra vez no pude dormir…

    —¿Pensando en todo lo que les conté ayer?

    —Sí… —respondió ella. Puso las manos sobre sus rodillas y estiró los brazos—. Naruto, estuve pensando en lo que me dijiste… Sobre tú y Hinata, quiero decir.

    —Ya somos dos.

    Sakura se sonrojó y frunció el ceño.

    —Aún si todo lo que dijiste es verdad, es difícil creer que seas un adulto. Quiero decir, te conozco desde que entramos a la academia. Y cuando te miro sólo veo a un niño apenas unos meses mayor que yo.

    Naruto cruzó los brazos detrás de la cabeza y se recargó en la pared.

    —Puede que tenga el cuerpo de un niño de doce, pero la realidad es que he vivido por cuarenta años. Intento evitarlo, pero no puedo dejar de pensar en ustedes como unos chiquillos. Maldición, mi hijo mayor tiene tu edad.

    —¡¿Un hijo?! —exclamó Sakura.

    Naruto se sobresaltó, mirando alrededor. Varias personas voltearon a verlos con miradas curiosas.

    —¡No grites cosas problemáticas! —dijo Naruto entre dientes.

    Sakura se cubrió la boca y su rostro se puso de color rojo.

    —Lo siento… —Continuó hablando mucho más bajo—. Pero… ¿Acabas de decir que tienes un hijo? No me lo imaginé, ¿verdad? ¿Eso fue lo que dijiste?

    Naruto suspiró, sintiendo que el corazón le daba tumbos. Se esperó a que la gente dejase de prestarles atención y continuaran a lo suyo.

    —En el futuro, sí, —admitió—. Pero eso no importa ahora. Ni él ni Himawari han nacido todavía…

    —¿Hima… wari?

    Naruto sacudió la cabeza y miró a Sakura.

    —Lo he pensado mucho, pero no llego a una solución, —dijo Naruto, ignorando la pregunta de Sakura—. Al principio pensé que podía simplemente esperar a que Hinata cumpla dieciséis. Pero el problema es el mismo. Aún en este cuerpo, sigo siendo treinta años mayor que ella. ¿No te parece incorrecto?

    —Yo… —dijo Sakura—. No lo sé. Pero, quizá deberías contarle todo esto a ella y preguntarle lo que ella piensa.

    —No puedo hacer eso.

    —¿Por qué no?

    Naruto puso los ojos en blanco.

    —Conozco a Hinata como conozco la palma de mi mano, —explicó—. Ella no dudará en decir que no pasa nada, que ella será feliz de cualquier forma. Pero sé que sólo estará siendo amable. ¿Sabes lo difícil que es hacer que admita cuando se siente incómoda? Sólo me enteré que su dolor de espalda y su falta de sueño se debían a que su lado del colchón tenía un resorte roto porque los niños estaban jugando a impulsarse en él y rompieron una foto. De no ser por eso, ella habría vivido los siguientes cinco años…

    Sakura levantó el brazo y descargó un poderoso golpe en la cabeza de Naruto. Con tan mala suerte que Naruto se mordió la lengua.

    —¡Oye! ¡Eso me dolió! —dijo, saboreando la sangre de su herida.

    —No voy a pretender que lo que me acabas de decir no me sorprende, —dijo Sakura, extrañamente tranquila—. Pero comparar un colchón roto con su relación es una estupidez. Sé honesto con ella y pídele que sea honesta contigo, y ya luego verán cómo suceden las cosas.

    Naruto se sobó el chichón mientras consideraba esas palabras.

    —... Me pegaste muy fuerte.

    —Naruto…

    —Vale, vale, —dijo Naruto, alzando las manos de forma defensiva—. Lo meditaré por un tiempo. Tampoco hay prisa, ¿sabes?

    —Sí, tienes razón… —respondió Sakura. Jugueteó un poco con los dedos. Silbó por dos o tres segundos. Luego miró a Naruto—. Por cierto, me estaba preguntando…

    —No te diré si tendrás algo con Sasuke o no.

    —¿Por qué no? —exigió Sakura, frunciendo tanto el ceño que sus ojos se afilaron. Naruto tuvo que esforzarse para pretender que no lo asustaba.

    —Te diré los dos escenarios que se me ocurren, —dijo—. Primer escenario. Te digo que nunca terminaron juntos. ¿Qué es lo que harías?

    Sakura canturreó un momento.

    —Supongo que… intentaría acercarme más a él para cambiar ese futuro.

    Naruto asintió.

    —Digamos que lo consigues y terminas logrando casarte con él. Ahora, en este mismo escenario, yo recuerdo que Sasuke se casó con otra persona y tuvo hijos. Si cambias ese futuro, esos hijos jamás nacerán.

    Los ojos de Sakura se ensancharon de horror.

    —Ahora, segundo escenario, —continuó Naruto—. Te digo que sí terminan juntos. ¿Qué harías?

    —Y-Yo… seguiría actuando como siempre, supongo.

    —Exacto. Sabiendo que sí terminarán juntos, tal vez lo darías por sentado. Tal vez actuarías de formas que socaven lo que Sasuke pudiera o no sentir por ti. Y terminarías por cambiar el futuro nuevamente.

    Sakura frunció el ceño.

    —Un momento, ¿pero no es eso mismo lo que estás haciendo tú? —preguntó ella—. Sabes hacer Jutsus que seguro aprendiste siendo más mayor. Tú mismo estás cambiando el futuro. ¿No tienes miedo de arruinar las cosas?

    —Por supuesto que sí, —admitió Naruto—. Pero yo no pedí esto. Simplemente pasó. Y tampoco es que pueda no hacer nada. Hay gente que perdí, Sakura-chan. Gente muy importante. ¿No crees que debería hacer lo posible por evitar esas muertes?

    Sakura abrió la boca para contestar, pero la cerró inmediatamente.

    —¿O es que pensaste que lo único que quería era asegurarme de estar con Hinata?

    Sakura no respondió, pero tuvo la decencia de sonrojarse. Naruto sacudió la cabeza ligeramente.

    —Cada palabra que digo, cada acción que tomo, están cambiando el futuro. Ya hay muchas cosas que han cambiado sólo por eso, Sakura-chan, y no sé qué repercusiones tendrán. Lo único que puedo hacer es seguir adelante y confiar en que todo saldrá bien. Por eso preferiría no contarte nada más del futuro que conozco. Al menos hasta que ciertos eventos estén por pasar o se estén adelantando…

    Naruto sintió que se le hacía un nudo en la garganta. Ya había cambiado algo importantísimo. Había salvado a la mayoría de los miembros del clan Uchiha. Pero los eventos de la masacre se habían adelantado. ¿Qué otros eventos se adelantarían también? Le aterraba pensar que Nagato decidiera destruir Konoha sólo un minuto antes.

    —Está bien, —dijo Sakura al cabo de un minuto—. No volveré a preguntar. Confiaré en ti. Pero a cambio, confía en mí también. Habla con Hinata.

    —Lo haré, —respondió Naruto. Eventualmente, pensó.

    Sasuke llegó a las seis en punto y se sentó al lado de Sakura. Ella pareció retorcerse sobre sí misma, tratando de decidir cómo actuar. Lo que Naruto le había dicho la había conmocionado más de lo que había previsto. Así que tocó su brazo con el codo para llamar su atención y le sonrió.

    —Sólo sé tú misma, —le dijo. Sakura pareció brillar de alegría y, con más confianza, comenzó a intentar entablar conversación con Sasuke nuevamente.

    Kakashi-sensei llegó a las diez de la mañana. Naruto tuvo que agitar un poco a Sakura para despertarla. Se había quedado dormida sobre el hombro de Sasuke, y cuando ella se levantó, completamente sonrojada, él se apresuró a limpiar el rastro de saliva con un pañuelo, sin que ella lo viera.

    Subieron un piso y entraron a la oficina de asignación. Era una habitación bastante amplia, con dos mesas largas colocadas al fondo, dejando un espacio vacío donde tanto clientes como ninjas podían formarse de manera ordenada. En la mesa del fondo estaban los encargados oficiales de asignación de misiones. Todos eran Chunnin, aunque algunos Jounin a veces se encargaban del trabajo. El Hokage mismo también lo hacía, de vez en cuando. La segunda mesa era la tesorería temporal, donde los clientes pagaban el adelanto y el faltante de sus peticiones.

    Hoy no parecía haber mucha gente. Sólo dos o tres solicitantes. No había otros equipos ninja. Kakashi-sensei caminó hacia la mesa de asignación y realizó el medio sello del tigre. Una señal de respeto.

    —Equipo Kakashi, reportándose para asignación, —dijo con su aire distante.

    El Chunnin levantó la mirada y alzó una ceja.

    —¿Kakashi-san? ¿Tienes un escuadrón a tu cargo?

    —Sí, bueno, sucedieron muchas cosas, —respondió Kakashi-sensei, encogiéndose de hombros—. ¿No les llegó la ficha?

    —Ah, sí, —dijo el Chunnin, rebuscando entre una pila de papeles—. Debería estar por… Aquí está. —Tomó una hoja de la pila y la leyó rápidamente—. Qué interesante. ¿Los dos mejores de su generación? Y contigo como su capitán. Creo que hablo por todos cuando digo que se esperan grandes cosas de ustedes.

    —¿La misión? —insistió Kakashi-sensei.

    —Sí, claro… —dijo el Chunnin. Tomó uno de los pergaminos que tenía extendidos delante y lo observó por un momento—. Veamos… El aserradero Morinaka está falto de trabajadores. Dos de sus asistentes tuvieron un accidente y estarán una semana en recuperación. Ustedes tendrán que suplir sus actividades por ese tiempo. La recompensa al finalizar la misión será de tres mil ryo por persona.

    Kakashi-sensei asintió.

    —La aceptamos agradecidos.

    —Bien. Preséntense con Morinaka-san, el capataz, para más detalles.

    Mientras salían del edificio, Sakura celebraba la asignación de su primera misión.

    —No puedo creer que nos pagarán tres mil a cada uno, —decía—. Y por sólo una semana de trabajo. Mis padres me dan doscientos a la semana por ayudar con los quehaceres.

    Naruto no pudo evitar soltar una carcajada ante eso.

    —¿De qué te ríes?

    —No me río de ti, —dijo Naruto—. Es sólo que es adorable verte tan emocionada.

    Sakura se sonrojó, pero frunció el ceño.

    —¿Y eso qué se supone que significa? ¡Tres mil ryo es muchísimo!

    Naruto siguió riendo, y Sakura pareció apunto de golpearlo. No era que Naruto despreciase el dinero, pero él llevaba siete años viviendo con esa cantidad. A duras penas le alcanzaba para pagar las cuentas y la comida. Tenía que salir a cazar casi dos veces por semana para poder ahorrar un poco y darse el lujo de comer en Ichiraku de vez en cuando. Aunque Sakura pensase ahora que era mucho dinero, pronto descubriría que comprar armas y equipo, y darles mantenimiento, era bastante caro.

    Su primera misión fue bastante sencilla. Sólo tuvieron que transportar tablones de madera desde el aserradero hacia los diferentes talleres del distrito norte de la aldea. El capataz incluso les proporcionó unos carros de transporte especiales, por lo que les fue muy sencillo terminar las tareas diarias. Naruto y Sasuke hicieron el trabajo pesado, mientras que Sakura se aseguraba de mantener el registro, guiarlos, y cuidar que no golpearan a ninguna persona durante sus trayectos.

    La segunda misión fue algo más simple. El dueño de un restaurante necesitaba unos hongos especiales que crecían en la corteza de los árboles que estaban en las inmediaciones de la aldea. Supuestamente eran una delicia si se les cocinaba correctamente, pero sólo podían ser recogidos por ninjas, pues los hongos solían crecer bastante alto, y no era como que pudieran talar los árboles sólo por los hongos.

    Las misiones que se desarrollaban a menos de diez kilómetros de Konoha no se consideraban como salir de la aldea, pues habían patrullas constantes de Chunnin y Jounin. Era casi imposible sentirse desprotegido, especialmente porque los Gennin tenían prohibido salir sin escolta.

    Les tomó sólo unos minutos llegar a la zona donde los hongos crecían en los árboles. Sakura abrió un pergamino por un momento.

    —Los hongos que buscamos se parecen mucho al shiitake, —explicó ella—. Pero son más pequeños y de un color más oscuro. Dice aquí que evitemos los de color muy claro porque aún son inmaduros.

    Sasuke saltó hacia un árbol, se impulsó y cayó sobre el tronco aledaño. Tomó uno de los hongos de ahí y se dejó caer.

    —¿Son estos? —preguntó, sosteniendo el hongo a lo alto.

    —¿Q-Qué acabas de hacer? —preguntó Sakura, sin embargo.

    Sasuke ladeó la cabeza.

    —¿A qué te refieres? Tomé uno de los hongos.

    —No me refiero a eso. Caíste sobre el tronco pero no te sujetaste a nada.

    —Ah…

    —Se llama Jutsu de Escalar Árboles, —intervino Kakashi-sensei—. Se supone que yo debo enseñarles esta técnica cuando los crea capaces, pero veo que se me adelantaron un poco.

    Naruto sonrió desvergonzado. Sasuke sólo se encogió de hombros.

    —Entonces… ¿soy la única que no lo sabe hacer? —preguntó Sakura.

    —Sí, bueno… —Kakashi-sensei se rascó un poco la cabeza—. Si Naruto y Sasuke están de acuerdo, puedo enseñarte el Jutsu mientras ellos recolectan los hongos.

    —Pero…

    —No te preocupes, Sakura-chan, —dijo Naruto con una gran sonrisa—. Nosotros nos encargamos.

    Sin esperar por una respuesta, Naruto y Sasuke saltaron a lo alto de los árboles y comenzaron a recolectar los hongos. Sakura necesitaba aprender Jutsus básicos de todas formas. Naruto quería intentar motivarla para entrenar más duro, pero era difícil cuando su única preocupación era verse bien para intentar gustarle a Sasuke.

    Tal vez tendría que aprovechar situaciones más serias para hacer que se diera cuenta de lo que significa ser ninja.

    Afortunadamente, Sakura era muy buena para el control del Chakra, por lo que dominó el Jutsu de Escalar Árboles poco antes de que Naruto y Sasuke terminasen de recolectar los hongos.

    —Muy bien, —dijo Kakashi-sensei. Habían regresado a la aldea y entregado los hongos al dueño del restaurante, quien les entregó la recompensa por la misión—. Hoy terminamos pronto, pero tengo que atender un asunto, así que iremos por la siguiente misión el día de mañana. Tienen el resto del día libre.

    Con eso dicho, Kakashi-sensei usó el Jutsu de Transporte y desapareció en una nube de vapor. Naruto se dio cuenta que jamás se había molestado en aprender ese Jutsu, especialmente después de dominar el Modo Kurama, que lo hacía casi tan rápido como el Raikage. Él y Sasuke se dieron la vuelta para irse.

    —Un momento, —dijo Sakura, y ellos se volvieron hacia ella—. ¿Van a ir a entrenar?

    Naruto y Sasuke se miraron por un momento.

    —No lo habíamos pensado, pero… —comenzó a decir Naruto.

    —Parece que ya vamos por pura costumbre, —terminó de explicar Sasuke, asintiendo.

    —Déjenme entrenar con ustedes, —pidió Sakura, llevándose una mano al pecho—. No había terminado de asimilarlo, pero hace rato me di cuenta por fin que… Bueno, ustedes están a otro nivel completamente distinto de mí. Y… bueno, no quiero quedarme atrás.

    —Primero tendrás que enfrentarte a Naruto, —dijo Sasuke.

    —Sí… Esto… ¿qué? —dijo Naruto, sorprendido.

    —¿Pelear con él?

    Sasuke asintió.

    —No siento que de verdad tengas la motivación de mejorar, —explicó Sasuke—. De hecho, pienso que sólo sientes envidia porque somos mucho mejores que tú.

    Naruto frunció el ceño.

    —Oye, te estás pasando.

    —No, —dijo Sasuke—. Ella tiene que entender la verdad. Si entrena sólo para sentirse mejor consigo misma, sólo terminará por entorpecernos. Y a diferencia de ella, nosotros sí tenemos metas que queremos alcanzar. —Se volvió hacia Sakura—. ¿O acaso me equivoco?

    Sakura bajó la mirada y apretó los puños.

    —No… Tienes razón, —dijo ella—. Yo… sólo me hice ninja porque todos mis amigos querían serlo también. No tengo ningún objetivo como ustedes… —levantó la mirada y frunció el ceño—. Pero ahora somos un equipo, y eso significa que debo estar a la altura. Sasuke-kun, si crees que enfrentándome a Naruto encontraré la motivación adecuada, entonces que así sea.

    —Sólo una cosa, —dijo él y se giró hacia Naruto—. Tienes que mostrarle el mismo poder que me mostraste a mí. Sakura sólo sabe que hay una gran diferencia, así que tienes que hacer que realmente lo comprenda. Que no le quepa ni duda de lo mucho que tiene que mejorar.

    Naruto suspiró por la nariz y se cruzó de brazos.

    —Bien, pero no modificaré el Byakugou, así que si me desmayo otra vez tendrán que atraparme antes de que me pegue contra el suelo.

    ~~~~~~~~​

    —Tal vez deberías dejarte suficiente Chakra para hacer ese Jutsu, —dijo la voz de Kurama—. Das vergüenza, desmayándote así y permitiéndote ser vulnerable para ataques enemigos.

    Tras derrotar a Sakura, Naruto le había mostrado el Rasen Shuriken. Y tal como había sucedido tantos años atrás con Sasuke, Naruto se había desmayado por haber usado todo el Chakra que tenía disponible. Al menos le pareció ver que Sasuke se apresuraba para atraparlo. Qué buen amigo.

    —Tal vez tengas razón, —dijo Naruto. Estaba acostado en el suelo, con el agua inerte rozando sus mejillas. No tenía muchas ganas de levantarse.

    —Esa mocosa es demasiado débil, —observó Kurama—. No intentó usar ningún Ninjutsu, y su Taijutsu fue lamentable. La chica Hyuuga habría complementado mejor el equipo.

    Naruto estiró el cuello para poder ver a Kurama.

    —Sakura se convertirá en una de las kunoichis más fuertes y hábiles del mundo. Lo único que necesita es motivación y determinación.

    —Tienes demasiada confianza en esos chiquillos.

    Naruto se apuntó a sí mismo con el dedo.

    —Chico del futuro, ¿recuerdas?

    Kurama puso los ojos en blanco.

    —Esa excusa no te vale para todo.

    —De hecho sí. Podría decirte cualquier cosa que se me ocurra y no sabrás si es verdad o no.

    Kurama frunció el ceño, pero no respondió inmediatamente. Durante un minuto completo, Naruto sólo pudo escuchar el sonido de gotas de agua cayendo del techo al suelo inundado.

    —No, —dijo Kurama—. No eres el tipo de persona que haría eso.

    Naruto le ofreció una amplia sonrisa.

    —Me conoces muy bien, amigo.

    —No por gusto. Y no soy tu amigo.

    Naruto se giró y se levantó. Miró a Kurama y puso los brazos como jarras.

    —Vamos, ¿no te cansas de repetir lo mismo todos los días? —preguntó Naruto. Alzó el brazo y mostró su puño hacia Kurama—. Eres parte de mí, y yo soy parte de ti. ¿Por qué no nos llevamos bien y ya?

    Kurama cerró los ojos y giró su enorme cabeza hacia otro lado.

    —Largo.

    Naruto bajó el brazo y suspiró. Hoy tampoco, pues.

    Abrió los ojos y miró el cielo azul. Una brillante nube blanca flotaba perezosa en el aire, relajando la tierra con su fresca sombra. Naruto parpadeó un poco y miró alrededor. Estaba sentado, con la espalda recargada en el grueso tronco de un roble. Encontró a Sasuke en el árbol de al lado, recargado en él con un pie sobre el tronco y los brazos cruzados. Sakura estaba un poco más lejos, en el claro, sentada sobre una gran roca con las manos apoyadas en la piedra y la cabeza hacia atrás, observando el cielo.

    —Por fin despiertas, —dijo Sasuke.

    Naruto gruñó un poco, sintiéndose cansado, pero no tan exhausto como aquella vez que hizo lo mismo. Sakura se levantó de un salto y corrió hacia él.

    —Naruto, ¿estás bien? —preguntó Sakura—. Lo siento, hice que usaras todo tu Chakra.

    —No pasa nada, —dijo Naruto, apoyándose en el árbol para levantarse. Le temblaron un poco las rodillas—. Al menos espero que te haya servido de algo.

    Sakura asintió tímidamente y escondió las manos detrás de su espalda.

    —Sí… Nunca había visto semejante control del Chakra. Era tantísimo, girando en todas direcciones y comprimido en una esfera tan pequeña que podía verlo. Y luego ví las aspas, y el ruido… Creí que me quedaría sorda… Y entonces empezó a succionar el aire y no podía respirar bien pero tampoco podía dejar de verlo. Era magnífico… —Sakura se dio cuenta que no había parado para respirar y tomó una bocanada larga—. Sasuke-kun tenía razón. Necesitaba ver eso. Me esforzaré para estar a la altura y no ser una carga para ustedes.

    Naruto miró a Sasuke, quien asintió, y se volvió hacia Sakura de nuevo. Sostuvo su puño en alto.

    —Entonces esforcémonos juntos, Sakura-chan.

    Sakura se sonrojó un poco y le devolvió la sonrisa. Luego alzó su propio puño y lo chocó con el de Naruto.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Ganador Ganador x 1
    • Adorable Adorable x 1
  18.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    3197
    ¡Ey!

    Como podrán notar por el nombre de este capítulo, finalmente llegamos al primer arco. Dejen sus ¡EY! junto con teorías de cómo creen que cambien las cosas. ¡Disfruten!

    Capítulo 15. El Demonio de la Niebla

    En las siguientes dos semanas, Sakura demostró una tenacidad que sorprendió incluso al propio Sasuke. En cada momento libre que tenían entre misiones les pedía que le pusieran ejercicios para hacerse más fuerte. Cada vez Sasuke los hacía más pesados, y cada vez Sakura los completaba sin quejarse. Finalmente, hacía un día, había conseguido un pergamino que enseñaba un Jutsu básico de agua. Se había memorizado los sellos en segundos, pero aún no lograba activarlo.

    —No entiendo qué estoy haciendo mal, —dijo Sakura. Estaban regresando al edificio del Hokage para completar su más reciente misión y conseguir su recompensa—. Estoy segura de que estoy canalizando bien mi Chakra.

    Kakashi-sensei canturreó un poco.

    —Activar un Jutsu elemental requiere más que los sellos y el moldeo de Chakra, —explicó—. Tienes que visualizar la técnica en tu mente, como cuando realizas el Jutsu de Transformación. Luego, tienes que agregar el elemento necesario a la circulación de tu Chakra. Una vez hecho esto, tienes que descubrir la cantidad exacta de Chakra que requiere el Jutsu. Muy poco y no se activará. Demasiado y te quedarás sin Chakra al instante, y sólo eso podría matarte.

    Sakura lo pensó un momento.

    —Creo que entiendo lo que me dices, pero… ¿Cómo agrego el elemento agua a mi Chakra?

    —Eso es más difícil de explicar, —dijo Kakashi, sujetando su barbilla con los dedos.

    —Tienes que sentirlo, —explicó Sasuke. Él sostenía a Tora, el gato que habían rescatado del bosque según su misión, pues sólo con él se quedaba tranquilo—. Todos los ninjas tienen la capacidad de usar Jutsus de cualquiera de los cinco elementos básicos, pero siempre hay uno o dos elementos a los que cada persona es afín. Ese o esos elementos son usualmente los que los ninjas se enfocan en dominar, pues pueden sentir de manera intrínseca su elemento.

    —Entonces… ¿tengo que sentirlo? —preguntó Sakura, frunciendo el ceño.

    Naruto entendía su frustración. Sakura era una chica inteligente, pero necesitaba explicaciones específicas y detalladas para entenderlo todo. Algo tan vago como “sentirlo” le era insuficiente. Sin embargo, así es como funcionaban las naturalezas del Chakra. De todas formas, Naruto confiaba en Sakura. Tarde o temprano terminaría por comprenderlo.

    —Hablando de eso, ¿dijiste que hay afinidades, Sasuke-kun? —preguntó Sakura.

    Sasuke asintió.

    —Significa que se te facilita usar ese elemento. Por ejemplo, los Uchiha tenemos afinidad con el elemento fuego.

    —¿De verdad? —dijo Sakura, luego se giró hacia Kakashi-sensei—. ¿Ustedes también saben su afinidad?

    —La mía es el rayo, —dijo Kakashi-sensei.

    —La mía es el viento, —dijo Naruto.

    —Ya veo, —replicó Sakura—. ¿Y cómo le hago para saber mi afinidad?

    —Hay una forma, —dijo Kakashi-sensei—. El próximo día que tengamos libre te ayudaré a descubrirla.

    Sakura sonrió.

    —¡Gracias!

    Lo primero que Naruto notó tras entrar al edificio del Hokage fue el olor. Una densa peste a alcohol que le revolvió el estómago. Naruto se forzó a ignorarlo mientras subían las escaleras. Desgraciadamente, la peste era incluso mayor dentro de la oficina de asignación, forzando a los trabajadores a abrir los ventanales. Especialmente teniendo en cuenta que estaba no sólo el Hokage ahí, sino también la esposa del mismísimo Lord Feudal, Madame Shijimi.

    Sasuke se adelantó y le devolvió el gato.

    —¡Mi querido Tora! ¡Te extrañé mucho! —dijo Madame Shijimi, abrazando y acariciando al gato un poco demasiado fuerte. El gato pareció dar un aire fatalista—. Sabía que podía confiar en los ninjas de Konoha. ¡No tardaron ni dos horas en encontrar a mi precioso Tora! Simplemente maravilloso.

    —Muy bien hecho, equipo Kakashi, —dijo el viejo Tercero—. Ya que aún es temprano, supongo que puedo asignarles otra misión para hoy. Veamos…

    —Viejo Tercero, —dijo Naruto, levantando la mano—. ¿Nos podrías asignar una misión de mayor rango?

    Antes de que nadie pudiera responder, Iruka-sensei, quien tenía turno con la asignación, azotó las manos en la mesa y se levantó.

    —¡No puedo creer que te hayas vuelto tan arrogante, Naruto! —exclamó—. Las misiones de rango D no se supone que sean difíciles. Se supone que te enseñen el valor del trabajo y a trabajar en equipo con tu nuevo escuadrón.

    Mientras Iruka-sensei daba su sermón, Naruto miró fijamente al viejo Tercero. Los ojos del Hokage parecieron titilar.

    —Muy bien, —dijo el viejo Tercero, interrumpiendo a Iruka-sensei—. Supongo que puedo encomendarles una misión de rango C, aunque no será una muy difícil.

    Iruka-sensei lo miró, perplejo.

    —¿Está usted seguro, Lord Hokage? Naruto y Sasuke podrán ser los mejores de su generación, pero…

    —Está bien, —dijo el viejo con una sonrisa confiada—. Además, si fracasan, perderán toda la confianza puesta en ellos, y les será muy difícil volver a conseguir misiones superiores al rango D. —Se volvió hacia el equipo siete—. ¿Están de acuerdo con esta condición?

    —¡Naruto! —se quejó Sakura—. ¿Cómo pides esas cosas?

    Naruto cruzó los brazos tras la cabeza y le sonrió.

    —Tranquila. Confío en nosotros. Además, acaba de subir el precio de las patatas. No me vendría mal ganar un poco más de dinero.

    Sakura comenzó a hablar, pero la interrumpió el viejo Tercero.

    —Bien, ahora, —dijo—. ¡Adelante, por favor!

    De la puerta lateral, donde generalmente esperaban los solicitantes de escoltas, apareció Tazuna, el viejo borracho y malhablado que Naruto había conocido en su primerísima misión de rango C. Lamentablemente, la peste a alcohol barato hizo que desapareciese todo rastro de nostalgia.

    —¿Pero qué es esto? —dijo el viejo Tazuna, tambaleándose un poco. Se recargó sobre el marco de la puerta. Su enorme botella de sake parecía a punto de caérsele— Sólo son un montón de chiquillos. Particularmente el enano con cara de idiota. ¿Seguro que eres lo suficientemente mayor como para ser ninja?

    Naruto frunció el ceño y apretó los puños. Le costó mucho trabajo no insultar a Tazuna de vuelta. El viejo le dio un sorbo despreocupado a su botella. ¿Cómo es que su hígado no había muerto ya?

    —Soy Tazuna, un constructor de puentes veterano. Su misión es arriesgar sus vidas para protegerme hasta que regrese a mi país y termine de construir mi puente.

    ¿Cómo era capaz de hablar tan bien con lo borracho que se veía?

    —El viaje hasta el País de las Olas tomará unos tres días, —anunció el viejo Tercero mientras hacía unas anotaciones en su pergamino—. Otros tres días para regresar, más el tiempo que se tarde en terminar el puente, que puede tardar entre siete y diez días más. Por lo tanto, tras completar la misión, cada uno de ustedes recibirá doce mil ryo.

    —Do… —dijo Sakura, pero comenzó a toser, habiendo tragado saliva y respirado al mismo tiempo—. ¡¿Doce mil?!

    El viejo Tercero asintió.

    —Al ser guardaespaldas, deben proteger a Tazuna-san de peligros menores, como animales salvajes y bandidos. Pueden tener que usar sus armas y salir lastimados. Por eso el precio es mayor. Aunque las comidas no están incluidas, así que asegúrense de llevar raciones suficientes, o tendrán que cazar y preparar su propia comida.

    —Aceptamos agradecidos, —dijo Kakashi-sensei con una reverencia. Luego se volvió hacia Tazuna—. Tazuna-san, por favor recoja sus cosas. Partiremos en diez minutos.

    ~~~~~~~~​

    —Naruto, —dijo Sasuke—. ¿Por qué pediste una misión de mayor rango?

    Llevaban caminando sólo media hora tras salir de la aldea. Tazuna y Kakashi-sensei caminaban detrás de ellos, en incómodo silencio.

    —Yo también me lo he estado preguntando, —dijo Sakura—. No te habías quejado de las misiones hasta ahora. ¿Por qué de pronto…? Espera… —se acercó a Naruto con un gesto conspiratorio y susurró—. ¿Es por lo que tú ya sabes?

    Naruto rió un poco.

    —No todo tiene que ver con eso, Sakura-chan. Realmente necesito el dinero.

    —¿Para qué quieres doce mil ryo? Con eso podré comprarme ese kimono tan bonito que quería para los festivales de verano y me sobrará para unas sandalias a juego.

    —No mentía cuando dije que el precio de la comida está subiendo, —respondió Naruto—. Además, nunca viene mal tener un ahorro de emergencia por si pierdo o se me rompen las armas. ¿Sabes lo que cuesta un buen kunai?

    —Yo…

    —Los he visto en diez mil ryo, —dijo Sasuke.

    Sakura jadeó de sorpresa.

    —Diez…

    —Cada uno.

    —Sí, sí, —confirmó Naruto—. El otro día vi un shuriken molino retráctil en la armería. Costaba cincuenta mil ryo.

    Sakura pareció dejar de funcionar en ese momento, aunque sus piernas siguieron moviéndose, afortunadamente.

    Aproximadamente dos horas después, se encontraron con un pequeño riachuelo en el camino con un amplio puente de madera para cruzar. Era, de manera no oficial, una especie de frontera, donde terminaba el área de patrullaje de Konoha. Cualquier ataque que sucediese fuera de esa zona contaba como amenaza extrajudicial, y el País del Fuego tendría que pagar los servicios oficiales de los ninjas de Konoha para hacerse cargo.

    Por lo tanto, era exactamente donde comenzaba el peligro.

    Naruto recordaba los eventos importantes que transcurrían en esta misión, pero no los detalles. Recordaba que se había lastimado poco antes de conocer a Zabuza, pero no cómo. Un ninja enemigo, seguramente. Y también… ¿cadenas? Bueno, fuese como fuese, lo que importaba realmente era que el plan que había estado desarrollando por meses saliera bien.

    Caminaron durante unos diez minutos más, y Naruto notó una pequeña rareza en el camino. Un charco de agua en el costado, cerca del césped.

    Qué raro, pensó. No había llovido en días, y tampoco parecía que alguien hubiera pasado por ahí recientemente. No había huellas frescas ni de pisadas ni de carretas. ¿Los restos de algún Jutsu?

    —Ah… —dijo, chocando su puño con la palma de la otra mano. Ya lo recordaba.

    En ese momento, el charco de agua se expandió, y de él salieron dos ninjas enmascarados. Se impulsaron directamente hacia Kakashi-sensei y lo amarraron con sus cadenas, las cuales tenían púas extremadamente afiladas en todos los eslabones. Sin perder tiempo, halaron las cadenas con fuerza para despedazar a Kakashi-sensei.

    Sakura gritó al ver los restos caer al suelo.

    Con el Jounin fuera de juego, los ninjas enemigos se abalanzaron hacia Naruto, que estaba más cerca. Naruto se volvió para verlos. Estaban un poco demasiado cerca, quizá. ¿Esperaban que Naruto tratase de huir? A juzgar por la ferocidad con la que estaban atacando, no pretendían detenerse a averiguar qué tan experimentados eran sus oponentes.

    Sasuke saltó y lanzó un shuriken hacia sus cadenas, desviándolas y clavándolas en un tronco cercano. Un kunai certero lo siguió y aseguró que no pudiesen soltarse fácilmente. Naruto casi sacudió la cabeza. Ese era precisamente el punto débil de una cadena conjunta tan larga.

    Otro error fatal que cometieron fue distraerse, volteando las miradas para ver donde las armas de Sasuke habían inmovilizado la cadena. Naruto aprovechó la situación y la distancia y creó un Rasengan en cada mano. Antes de que los enemigos pudiesen reaccionar, Naruto arremetió contra ellos y los golpeó en los costados con su Jutsu.

    Con gruñidos de dolor, los enemigos salieron impulsados hacia los árboles, girando como shurikens y enredándose en sus propias cadenas. Se escucharon muchos sonidos de crujidos, y Naruto sabía que muchos de ellos no eran de ramas, precisamente.

    Sasuke cayó en frente de Naruto y se volvió hacia el bosque, donde habían caído los enemigos.

    —¿Esos eran Chunnin? —preguntó.

    —Eso parece, —dijo Naruto.

    Sakura se acercó a ellos, temblando.

    —¿Chicos?... Kakashi-sensei… Él…

    —¿Yo, qué? —preguntó Kakashi-sensei, detrás de ella.

    Sakura se volvió hacia él, lágrimas en los ojos.

    —¡Kakashi-sensei! ¡Estás vivo! —Se giró hacia donde habían caído los restos, sólo para descubrir un montón de troncos pequeños en su lugar.

    —Sí… —dijo Kakashi-sensei, dando un par de pasos hacia los enemigos caídos. Sus brazos y piernas estaban doblados en lugares que no debían doblarse. Ambos estaban inconscientes y sangrando por las heridas de sus propias cadenas—. Creo que te pasaste un poco, Naruto. Pretendía interrogarlos.

    —¿Están… muertos? —preguntó Sakura.

    —No, —dijo Kakashi-sensei—. Aunque con esas heridas no sobrevivirán por su cuenta.

    Sakura se llevó las manos a la boca.

    —Eso es…

    —Así es el mundo de los ninjas, Sakura, —dijo Kakashi-sensei. Sacó un kunai de su estuche—. Cuando tu misión requiere matar a otro ninja, tendrás que hacerlo, aunque no te guste. Si los dejamos vivos ahora, quizá tengan compañeros que los ayuden, y entonces volverán a por nosotros. Entre más pronto lo aprendas, mejor.

    Después de hacer el trabajo sucio, Kakashi-sensei guió al equipo y a Tazuna para continuar con su camino. Aunque intentaba mantener un aire despreocupado, Naruto se dio cuenta de lo tensos que tenía los hombros.

    —Kakashi-sensei, —dijo Sakura con voz baja. Aún después de veinte minutos, seguía perturbada—. Se supone que en las misiones de rango C no nos enfrentamos a otros ninjas, ¿no?

    —Así es.

    —Entonces, ¿por qué nos atacaron?

    Kakashi-sensei suspiró.

    —Había pretendido preguntarles eso mismo, —respondió, lanzándole una mirada a Naruto.

    —Lo siento, —dijo Naruto—. No estoy acostumbrado a enfrentarme a gente tan débil.

    —¿Qué me dices de Mizuki?

    Naruto se encogió de hombros.

    —Mizuki era como un niño con palos. Los ninjas de antes eran asesinos experimentados. Son cosas distintas.

    —Espera, ¿Mizuki? —preguntó Sakura—. ¿Mizuki-sensei?

    —Sí, —dijo Naruto—. Quiso reclutarme para traicionar a Konoha antes de la graduación, así que le dí su merecido.

    Sakura miró hacia atrás, recordando el estado en que habían terminado los últimos ninjas que se enfrentaron a Naruto.

    —Su… merecido…

    —No es lo que te imaginas, Sakura-chan, —dijo Naruto—. Sólo le pegué un poco. Iruka-sensei llegó rápido y lo llevó con los Uchiha.

    —Ya veo.

    —Un momento, un momento, —dijo Tazuna, deteniéndose en seco—. Todo pasó muy rápido así que no ví mucho, pero… ¿Me están diciendo que el enano es de hecho muy fuerte?

    Naruto frunció el ceño.

    —Llámame enano una vez más y te responderé con los puños.

    Tazuna dio un paso atrás, pero Kakashi-sensei rió un poco, colocando una mano reconfortante en el hombro de Tazuna.

    El resto del camino hasta la costa fue bastante tranquilo. Ni bandidos ni animales salvajes. La primera noche se hospedaron en la posada de una pequeña aldea. Esa noche, Sakura tuvo que aprender que, durante una misión, no existían los lujos tales como una habitación propia. La segunda noche acamparon a la intemperie.

    Poco después del amanecer del tercer día de la misión, el grupo llegó a un pequeño pueblo pesquero, apenas un conjunto de chozas de madera y paja construidas sobre un viejo muelle. Naruto no pudo sentir más que asombro al saber que, en el futuro, este pueblo pobre se convertiría en una aldea importantísima dedicada a la importación y exportación que serviría como una importante fuente de ingresos para Konoha.

    Tazuna los guió hacia uno de los pescadores. El hombre tenía un bote viejo de madera con un motor sujeto de una manera un tanto precaria, aunque afortunadamente no lo encendió.

    La distancia más corta entre el País del Fuego y el País de las Olas era de aproximadamente treinta kilómetros. Lo que convertiría al futuro puente Naruto en el más largo del mundo. La enorme infraestructura se podía ver fácilmente incluso con la espesa niebla que se levantaba alrededor.

    —Es enorme, —admiró Sakura, levantando la mirada para observar el puente.

    —Sólo quedan un par de metros para terminar la construcción, —dijo Tazuna.

    —Sólo un par de metros, —repitió Kakashi-sensei—. Y aún así, decidiste viajar hasta Konoha para pedir guardaespaldas. ¿Por qué hacerlo tan tarde en la obra?

    Tazuna se tensó y comenzó a balbucear, claramente buscando una excusa.

    —Lo que yo pienso, —continuó Kakashi-sensei—, es que hay alguien a quien no le hace mucha gracia que este puente sea construido. Alguien que se beneficia de la falta de conexión terrestre. Alguien, quizá, que no teme usar bandas criminales para intimidar o incluso matar a los encargados de hacer el puente, y que no tendría reparos en incluso contratar ninjas.

    Sasuke y Sakura lo miraron, luego miraron a Tazuna.

    —¿Es cierto? —preguntó Sakura—. ¿Esos ninjas del otro día nos atacaron para llegar a usted?

    Tazuna cerró los ojos y suspiró. No había forma posible de engañar tan fácilmente a un ex miembro de ANBU como Kakashi-sensei. Había hilado los cabos ni bien había visto el puente. Así que Tazuna no tuvo más remedio que decir la verdad. Les contó sobre Gatou, el magnate de una compañía de transporte de carga marítimo que también tenía negocios turbios en el mercado negro.

    El País de las Olas era muy pequeño y pobre, pero su cercanía al País del Fuego lo convertía en un punto estratégico de extrema importancia para todo movimiento marítimo. Era una mina de oro para cualquier compañía que lidiara con barcos. Sin embargo, la construcción del puente acabaría con el monopolio absoluto de Gatou, pues la gente ya no estaría obligada a utilizar barcos para todo y podrían, en su lugar, usar carretas para cruzar la frontera.

    Aunque la construcción del puente era inevitable a largo plazo, pues si Gatou había encontrado esa mina de oro, era sólo cuestión de tiempo para que otras compañías se diesen cuenta. Lo único que Gatou quería, pues, era retrasar la construcción lo más posible para sacar todo el dinero posible de su pequeño monopolio.

    Lástima, para él, que el País de las Olas había logrado contratar los servicios de ninjas de Konoha.

    Llegaron al muelle de la aldea pesquera aledaña al puente. El dueño del bote se fue tan pronto bajaron los pasajeros. Parecía realmente aterrado de que los hombres de Gatou lo descubriesen ayudando a personas a cruzar el mar.

    —Mi aldea queda a sólo unas horas de distancia, —dijo Tazuna, cuyo tono de voz era más serio y aprehensivo—. Les daré alojo en mi casa, como disculpa por haberles mentido.

    Siguieron a Tazuna durante un rato. Kakashi-sensei era muy bueno pretendiendo un aire despreocupado, pero Naruto notaba su preocupación. Ahora que sabía que aquellos Chunnin habían sido enviados por Gatou, entendía que era muy probable que más ninjas los atacasen. Y Naruto sabía que eso era justamente lo que iba a pasar.

    Tan pronto llegaron a un pequeño claro que colindaba con un lago, Naruto sintió una ola de recuerdos inundar su cuerpo. Más que nada eran sensaciones. Recordaba el miedo que sintió, la culpa, el dolor; pero más que nada, recordó la determinación. Sintió su corazón acelerarse un poco.

    Se escuchó el sonido de ramas crujiendo.

    —¡Abajo! —gritó Kakashi-sensei.

    Apenas lograron caer pecho tierra justo cuando una descomunal espada pasó girando sobre ellos. La enorme arma siguió un arco y se clavó en el tronco de un grueso árbol. La fuerza con la que había viajado fue suficiente como para encajarse hasta casi la mitad del tronco.

    Naruto alzó la cabeza justo a tiempo para ver a un hombre aparecer sobre el mango de la espada, balanceándose con la gracia que sólo la experiencia de un Jounin otorgaba. El ninja los miró por encima del hombro, y Naruto se esforzó por no sonreír. Finalmente, después de esperar tanto, estaba cara a cara contra uno de los dos hombres que le habían enseñado lo que de verdad significaba ser un ninja.

    Zabuza Momochi, el Demonio de la Niebla, había llegado.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Ganador Ganador x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
  19.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    5235
    ¡Ey!

    Este capítulo fue bastante difícil de escribir. Por favor dejen sus comentarios con sus impresiones y sus EY.

    Capítulo 16. Herramienta

    —Vaya, vaya —dijo Kakashi-sensei con tono despreocupado y afable, dando unos pasos hacia Zabuza—. ¡Pero si es el famoso ninja renegado de la Aldea de la Niebla, Zabuza Momochi-kun!

    —Y tú eres Kakashi del Sharingan, por lo que veo, —respondió Zabuza.

    Una clásica estrategia de intimidación consistía en identificar al oponente de manera clara, pero sin develar qué tanto se sabía. Después de todo, si el enemigo te conocía, era muy posible que también supiera tus debilidades.

    —¿Del Sharingan? —dijo Sasuke casi en un suspiro.

    Zabuza se giró un poco para verlos mejor. Naruto sintió que de pronto se le helaba la piel. La mirada de Zabuza era, definitivamente, la de un asesino sanguinario.

    —Me temo que mi objetivo es matar a ese viejo, —dijo Zabuza con la casualidad de quien habla del clima.

    Kakashi-sensei se llevó la mano a la bandana que le cubría el ojo izquierdo.

    —Formación defensiva a tres puntos, —ordenó Kakashi-sensei sin dejar de mirar fijamente a Zabuza—. Protejan a Tazuna-san a toda costa. Sakura al frente. Naruto y Sasuke a los costados.

    Obedecieron inmediatamente, colocándose frente a Tazuna, cada uno protegiendo tres lados, tal como Kakashi-sensei instruyó. Esta formación defensiva era ideal contra ataques frontales, pero dejaba completamente desprotegida la retaguardia. Naruto, sabiendo que Haku yacía escondido entre los árboles, decidió mantener un poco de atención hacia la zona desprotegida.

    Kakashi-sensei se descubrió el ojo y se ajustó la bandana sobre la frente.

    —Me honra poder ser testigo de los rumores sobre tus hazañas, Kakashi del Sharingan, —dijo Zabuza.

    —¿Cómo es que Kakashi tiene el Sharingan? —preguntó Sasuke en un susurro apenas lo suficientemente fuerte como para que Naruto lo escuchase.

    —¿Qué es eso del Sharingan? —preguntó Sakura.

    Sasuke chasqueó la lengua, pero respondió igualmente.

    —Es un Jutsu exclusivo del clan Uchiha. Es demasiado poderoso y agotador como para usarlo fuera del combate, así que difícilmente verás un Uchiha activándolo en la aldea.

    —Pero Kakashi-sensei no es un Uchiha… ¿o sí?

    Naruto pudo sentir que Sasuke lo miraba por encima del hombro.

    —Eso mismo quiero saber yo.

    —Creo que esa es una historia que Kakashi-sensei debería contar él mismo, —respondió Naruto, haciendo que Sasuke lanzara un suspiro de desdén.

    —Bueno, veamos, —dijo Zabuza, captando la atención de todos—. Tengo que matar a ese viejo, pero parece que tendré que acabar contigo primero, Kakashi.

    Dicho eso, Zabuza tomó su espada y saltó hacia el lago, realizando un sello de activación. Naruto notó entonces que una espesa niebla había comenzado a alzarse de pronto. Ahora que entendía mejor cómo funcionaba el Ninjutsu, admiraba aún más la habilidad de Zabuza para las tácticas de ataque silencioso.

    —¿E-Está de pie sobre el agua? —exclamó Sakura.

    Pero antes de que nadie pudiera responder, la niebla se hizo tan espesa que ya era difícil ver a Kakashi-sensei, quien estaba a menos de cinco metros de ellos.

    —Naruto, —dijo Kakashi-sensei en voz baja—. ¿Sabías que esto ocurriría?

    Naruto sintió un calor incómodo en el pecho.

    —Sí.

    Kakashi-sensei suspiró.

    —Luego me darás más detalles. Por ahora, concéntrense en proteger a Tazuna-san. Zabuza es un oponente muy fuerte. No lo pierdan de vista.

    —Sensei, —dijo Naruto mientras Kakashi-sensei se preparaba para moldear su Chakra—. No te confíes del agua.

    Kakashi-sensei le lanzó una mirada, pero inmediatamente se volvió para prestar atención a sus alrededores. Sin embargo, para cuando hizo un sello con las manos, el espesor de la niebla lo cubrió por completo, y de pronto, los Gennin estaban solos junto con Tazuna.

    —No se ve nada… —dijo Sakura.

    —Ocho puntos… —dijo la voz de Zabuza, que parecía venir de todos lados al mismo tiempo—. Laringe. Columna. Pulmones. Hígado. Cuello. Cabeza. Corazón… —Con cada palabra que decía, Naruto sentía como si cada uno de los puntos mencionados le fuese atravesado por una senbon. La mano con la que sostenía el kunai le empezó a temblar un poco—. Ahora… ¿Cuál prefieren que les perfore primero?

    El silencio que vino después fue sólo interrumpido por el sonido de saliva siendo tragada. Los Chunnin que los habían atacado antes no habían sido muy fuertes, pues Sasuke habría podido derrotarlos por su cuenta. Pero Zabuza, al igual que Kakashi-sensei, había sido parte de las fuerzas ANBU de la aldea de la Niebla. Era mucho más fuerte y hábil que un Jounin promedio.

    Y lo hacía notar.

    De pronto, Naruto sintió una inmensa oleada de Chakra que generaba presión en todo el cuerpo. Miró hacia la dirección de donde provenía, y se dio cuenta que Kakashi-sensei había comenzado a moldear una cantidad exorbitante. Esa presión parecía querer aplastarle los huesos con su sola presencia. Era un Chakra con intención asesina, forzando a Naruto a recordar todas aquellas veces que había peleado con su vida en juego.

    Sin embargo, el sólo hecho de saber que ese Chakra pertenecía a Kakashi-sensei ayudó a que Naruto se sintiera protegido. Hizo que se sintiera nuevamente como un niño que podía depender enteramente de su sensei.

    —Sasuke, Sakura, Naruto, —dijo Kakashi-sensei. Naruto sintió que su voz lo despertaba de un trance—. No se preocupen. Los protegeré a todos con mi vida. Nadie de mi equipo morirá.

    Naruto sonrió, y sabía que esas palabras eran ciertas. Entonces sintió un escalofrío, y una leve perturbación en la niebla justo detrás de él. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, escuchó la voz de Zabuza.

    —¿Será cierto eso?

    Estaba justo detrás de él.

    De manera casi instintiva, Naruto giró sobre sí mismo con el kunai en alto, haciendo un arco con el brazo. En cuanto giró lo suficiente, pudo ver por un momento que Sasuke, con los ojos de un brillante carmesí, también estaba en proceso de atacar. Zabuza blandió su espada, pero era demasiado grande, y los ataques de los Gennin conectaron primero. Sasuke le clavó el kunai en la axila, mientras que Naruto lo apuñaló en el costado.

    Zabuza explotó en un chorro de agua.

    —¿Eh? ¿Qué? —dijo Sakura, volviéndose justo a tiempo para ver el agua del clon de Zabuza caer al suelo.

    —Son sorpresivamente buenos, —dijo Zabuza, quien de pronto apareció detrás de Sakura con la espada en alto.

    Pero antes de descargar el arma y cortar a Sakura en dos, Kakashi-sensei apareció desde el lado y lo embistió, clavándole un kunai en el cuello. Nuevamente, Naruto vio cómo se convertía en agua. Casi como si lo hubiera planeado, Zabuza nuevamente salió de la nada y blandió su espada en un amplio arco, partiendo a Kakashi-sensei a la mitad.

    Sin embargo, aquél era también un clon de Kakashi-sensei. De hecho, era un clon de agua, igual que los de Zabuza. Y aprovechando que su enemigo se había quedado momentáneamente sorprendido, Kakashi-sensei apareció detrás de él y sostuvo un kunai a su cuello.

    —No te muevas, —ordenó Kakashi-sensei—. Estás acabado.

    Zabuza rió. Y entonces, un segundo Zabuza apareció detrás de Kakashi-sensei.

    ¿Cuántos clones hizo?, se preguntó Naruto. Con la niebla siendo tan espesa, era muy fácil para los Jounin ocultar el uso de sus técnicas. Ese pensamiento le dio una idea a Naruto. Realizó el sello del doble tigre y canalizó su Chakra, creando tres clones de sombras lo suficientemente alejados como para pasar desapercibidos.

    El Zabuza al que Kakashi-sensei había acorralado se convirtió en agua, y el que estaba detrás de él blandió su espada. Kakashi-sensei se agachó a tiempo para esquivar el ataque, pero Zabuza usó el momentum de su propio ataque para girar sobre sí mismo y lanzarle una patada. Pero justo antes de conectar, uno de los clones de Naruto, que se había posicionado un poco lejos, le lanzó un shuriken a Zabuza para interceptarlo.

    De alguna manera, a pesar de la densa niebla, Zabuza vio el ataque de Naruto y flexionó la pierna a tiempo para evitar que el shuriken lo lastimase. Ese movimiento fue más que suficiente para ayudar a Kakashi-sensei a saltar lejos del peligro.

    —¡No te entrometas, mocoso! —gritó Zabuza, levantando el brazo y preparándose para lanzarle su espada a Naruto.

    Sasuke saltó hacia él y le lanzó una patada. Zabuza decidió no lanzar su espada, y en su lugar giró sobre sí mismo y la blandió para cortar a Sasuke a la mitad. Y entonces Sasuke también se convirtió en agua. Había copiado el Jutsu de clones de agua. Naruto sonrió.

    —¿Qué dem…? —comenzó a decir Zabuza, pero Kakashi-sensei ya estaba en movimiento, abalanzándose hacia Zabuza con un kunai. Zabuza gruñó, frustrado, y usó su espada para partir a Kakashi-sensei a la mitad.

    Naruto no se sorprendió de ver que no era más que otro clon de agua.

    Zabuza miró a los lados y notó al clon de Naruto. Sin perder tiempo, le lanzó su espada y lo destruyó en un instante.

    —¡Basta ya! —gritó Zabuza—. ¡Usen otro maldito Jutsu!

    Naruto frunció el ceño. ¿A qué se refería con eso? No necesitó pensarlo por mucho tiempo para darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Si tenía que adivinar, diría que Kakashi-sensei había usado su Sharingan para hacerle creer a Zabuza que el clon de Naruto también había sido de agua.

    Kakashi-sensei saltó hacia Zabuza, aparentemente de la nada, y le arrojó una andanada de shurikens. Zabuza saltó hacia atrás para evitarlos, y al hacerlo se había alejado aún más de su espada. En ese momento, Sasuke apareció detrás de él y arremetió con un kunai en mano. Zabuza se giró y le sujetó el brazo fácilmente. Entonces le clavó un puño en el estómago.

    Pero sólo consiguió destruir otro clon de agua.

    Naruto pudo sentir la ira y la frustración de Zabuza en el grito que soltó. Fue entonces cuando Kakashi-sensei se acercó hacia él, caminando con calma.

    —¿Es que acaso sólo saben hacer un Jutsu? —preguntó Zabuza, intentando provocarlos.

    Kakashi-sensei ladeó un poco la cabeza.

    —¿A qué te refieres?

    —¡Tú y tus chiquillos! ¡No han hecho más que clones de agua!

    Kakashi-sensei giró la cabeza lo suficiente como para ver a los Gennin, pues sus cuerpos originales se habían quedado con Sakura y con Tazuna. Luego se volvió hacia Zabuza.

    —Sólo te has enfrentado a mí, —dijo Kakashi-sensei.

    —¡Qué!

    Kakashi-sensei sacudió la cabeza y se puso en guardia.

    —Deja de intentar distraerme, ¿quieres? —dijo Kakashi-sensei.

    Zabuza pareció a punto de explotar de ira, pero demostró su experiencia en el campo de batalla al forzarse a sí mismo a mantener la calma. Sostuvo la mirada de Kakashi-sensei por unos segundos.

    —Bien, —dijo—. No importa qué trucos estén intentando hacer. Igual morirán en este lugar.

    Entonces comenzó a realizar una larga secuencia de sellos. Kakashi-sensei, como si lo hubiera previsto, comenzó a hacer exactamente la misma secuencia, exactamente al mismo tiempo. Zabuza intentó apresurarse para terminar primero, pero Kakashi-sensei le siguió el ritmo sin problema. Y antes de que nadie se diera cuenta, habían terminado.

    —¡Arte de Agua. Dragón Misil!

    Ambos Jounin activaron la técnica al mismo tiempo. El agua del lago estalló, y de ella salieron dos enormes pilares de agua que, con un poco de imaginación, efectivamente parecían dragones. Estos dragones se enroscaron el uno en el otro, intentando desesperadamente destruir a su oponente. Mientras tanto, Kakashi-sensei y Zabuza ya habían pasado a un combate de Taijutsu.

    Sus movimientos eran muy rápidos, y su técnica era precisa. Aun así, Naruto se dio cuenta de que los movimientos de ambos eran exactamente los mismos. Era como si estuviesen unidos por una posesión de sombra. Eso era claramente intencional, pues Kakashi-sensei estaba manteniendo la calma, mientras que Zabuza parecía pasar de la sorpresa al terror conforme su combate se prolongaba.

    Naruto se mordió el labio, sintiendo un poco de envidia. Al dominar el modo Kurama, Naruto se había vuelto mucho más rápido y fuerte que la mayoría de ninjas. Debido a eso, había dejado de entrenar su Taijutsu, y su técnica era ciertamente inferior. Kakashi-sensei y Zabuza, sin embargo, estaban demostrando la increíble diferencia en habilidad que tenían con él. Cada uno de sus ataques era mortal, y ninguno de sus movimientos era inútil. De no ser porque Kakashi-sensei estaba usando un Genjutsu para confundir a Zabuza, Naruto no habría sabido decir quién de los dos era mejor.

    Al cabo de un rato, Zabuza se impulsó contra Kakashi-sensei y cayó cerca del lago, teniéndolo a su espalda. Kakashi-sensei, quien estaba imitando sus movimientos como un espejo, estaba posicionado bastante más lejos.

    —¡Ahora te enseñaré de lo que soy capaz! —gritó Zabuza mientras comenzaba otra secuencia de sellos. Sin embargo, pareció congelarse de terror cuando Kakashi-sensei copió sus movimientos a la perfección y al mismo tiempo.

    No sólo eso, en aquella fracción de segundo en la que Zabuza se detuvo, Kakashi-sensei completó los últimos sellos del Jutsu.

    —¡Arte de Agua. Gran Cascada!

    El lago detrás de Zabuza explotó, y toda el agua comenzó a arremolinarse a unos metros por encima de la superficie, girando sobre sí misma para ganar velocidad. Zabuza se volvió justo a tiempo para ver cómo todas esas toneladas de agua se impulsaron y arremetieron contra él. Con un aullido ahogado, Zabuza fue embestido con una fuerza colosal. El enorme torrente de agua giró un poco de modo que evitó llevarse también a Kakashi-sensei por muy poco, y finalmente se estrelló contra los árboles, quebrando y destrozando los primeros troncos que sufrieron el impacto.

    Después de un intenso minuto, el agua finalmente bajó la velocidad, y al cabo de unos momentos, la mayoría regresó al lago, llevando consigo ramas, troncos rotos, e incluso rocas.

    El cuerpo de Zabuza, siendo liberado de la presión, se deslizó por un tronco y cayó al suelo con un sonido húmedo. Sin embargo, no tuvo ni un momento para respirar, pues Kakashi-sensei le arrojó kunais justo en donde sus brazos y piernas conectaban con su torso. Zabuza lanzó un grito de dolor. Ahora, aún si le quedase Chakra y estamina, Zabuza no podía atacar. Había sido derrotado.

    Kakashi-sensei caminó hacia él, y Zabuza alzó la cabeza, mirándolo con terror.

    —¿Acaso… puedes ver el futuro? —preguntó con voz débil.

    —Sí, —respondió Kakashi-sensei, tomando un kunai de su estuche—. Y ahora morirás.

    En ese momento, Naruto se vio inundado de una repentina impresión en el cerebro, como si de pronto hubiera recordado algo importante. De manera instintiva supo que uno de los clones que había hecho había desaparecido. Sin embargo, antes de que Naruto pudiese procesar esa información de manera lógica, permitió que su cuerpo actuara por su cuenta, dejando que la intención de su clon lo guiase. Tomó un shuriken y lo lanzó hacia los árboles.

    El shuriken chocó contra un par de senbon que salieron de la nada, y las armas cayeron al suelo con un estruendo metálico.

    Kakashi-sensei se volvió hacia Naruto por sólo un instante, y luego miró hacia las armas.

    —¿Qué estás…? —preguntó, pero entonces se dio cuenta de la presencia que lo observaba desde lo alto de un árbol.

    Mientras Naruto alzaba la vista para ver a Haku, terminó de procesar lo que su clon había vivido durante los últimos minutos. Había encontrado a Haku y lo había estado monitoreando durante toda la pelea. Cuando Haku tomó sus senbon para atacar a Zabuza, había deshecho el Jutsu para advertir al Naruto original.

    Pues parece que sí que se me da el sigilo, pensó Naruto.

    —Oye, tú, —dijo Haku, volviendo su enmascarado rostro hacia Naruto—. ¿Qué crees que haces?

    —Eso mismo te lo pregunto yo, —respondió Naruto con el ceño fruncido—. ¿Qué crees que haces, atacando a Kakashi-sensei de esa forma?

    —Atacando a… —dijo Haku, dirigiendo su mirada hacia Kakashi-sensei—. ¿Es que no les enseñan nada a los Gennin de Konoha?

    Kakashi-sensei miró a Naruto por un momento con los ojos entrecerrados. Luego se volvió hacia Haku.

    —Deberás disculparlo, —dijo al cabo de un momento, aunque no relajó su postura—. Suele ser muy impulsivo.

    Por el rabillo del ojo, Naruto notó que Sakura daba unos pasos al frente.

    —¿Qué… qué está pasando? ¿Quién es él?

    —Es un miembro de las fuerzas especiales ANBU de la Aldea de la Niebla, —respondió Kakashi-sensei—. Puedes notarlo por la máscara que lleva.

    —¿De ANBU? —preguntó Sasuke, sorprendido—. ¿No es muy joven para eso?

    —Así es el mundo ninja, Sasuke, —respondió Kakashi-sensei—. Constantemente encontrarás niños más jóvenes que tú que son mucho más fuertes que yo.

    —Bueno, ahora que terminamos con las presentaciones, —dijo Haku, tranquilamente tomando otro par de senbon de sus ropas—. Mi trabajo es cazar al criminal Zabuza Momochi y llevar su cuerpo de vuelta a la Aldea de la Niebla. Estoy seguro de que los honorables ninjas de Konoha entienden la situación.

    Pero Naruto no iba a permitir que escapasen. Tomó un kunai y apuntó a Haku con él.

    —¡Y una mierda! Nosotros luchamos contra él, y Kakashi-sensei lo derrotó. Si debes llevarte su cadáver, lo menos que puedes hacer es esperar a que esté muerto.

    No le gustaba hablar de esa manera, pero tenía que sonar convincente.

    Afortunadamente, Kakashi-sensei pareció notar las intenciones de Naruto. Así que dio unos pasos despreocupados hacia Haku.

    —No nos robaremos el cuerpo de Zabuza, si eso es lo que temes, —le dijo—. Terminaremos el trabajo y nos iremos, y luego podrás hacer lo que tengas que hacer.

    Haku sacudió la cabeza.

    —No, debo matarlo con estos senbon. Tienen una sustancia especial que protegerá su cerebro. Aún si es un criminal, debemos estudiar los Jutsus que desarrolló por su cuenta.

    Interesante. Así que tenían una excusa preparada para estas situaciones. Y era bastante convincente. Cualquier otro ninja la aceptaría y le permitiría continuar.

    Sin embargo, Kakashi-sensei no era cualquier otro ninja.

    —Ah, no te preocupes por eso, —dijo con tono afable—. El cerebro se mantiene intacto tras la muerte durante uno o dos minutos. Aún si le corto la cabeza, tendrás tiempo de sobra para clavarle esas senbon especiales.

    Naruto no podía ver el rostro de Haku, pero la pausa que hizo le dejó saber que se estaba frustrando.

    —Debo insistir, —dijo Haku—. He estado cazando a Zabuza por mucho tiempo. Dañaría mi honor si permito que ninjas de otra aldea hagan el trabajo por mí cuando estoy tan cerca de mi objetivo.

    —Lo bueno de ser miembro de ANBU es que el único honor que importa es el que tienes hacia tu aldea, —respondió Kakashi-sensei.

    Haku soltó un suspiro exasperado.

    —Sus negativas son sospechosas, —dijo después de un momento—. No quiero tener que matar ninjas de otra aldea, pero deberé hacerlo si se siguen interponiendo entre mi objetivo y yo.

    Kakashi-sensei entrecerró los ojos y frunció el ceño, retomando su pose de pelea. Haku levantó las senbon y se preparó. Aparentemente habían decidido dejar de intentar convencer al otro y simplemente enfrentarse en combate.

    Y esa era justo la distracción perfecta.

    Antes de que Haku pudiese moverse, el último clon de Naruto saltó desde otro árbol y le dio una patada en la espalda. Haku se giró en el aire y le arrojó sus senbon, haciéndolo desaparecer. Sin embargo, eso hizo que le diera la espalda al Naruto original, quien saltó hacia él. Haku no pudo girar de nuevo a tiempo, y Naruto tuvo oportunidad de clavarle una rodilla en el costado. Haku gruñó, y Naruto giró el cuerpo para asestarle un puñetazo que le quebró la máscara y le hizo girar de nuevo.

    Haku golpeó el suelo boca abajo y Naruto cayó sobre su espalda, sacándole todo el aire con el impacto. Con una mano mantuvo la cabeza de Haku contra la tierra, y con la otra hizo girar su kunai y lo clavó justo al lado de su cuello, haciéndole un pequeño corte, luego lo hizo girar, produciendo un fuerte crujido húmedo.

    —Sígueme la corriente, —susurró entre dientes.

    El cuerpo de Haku se tensó, pero luego dejó de moverse.

    —¡Naruto! —gritó Sakura—. ¡¿Acaso estás demente?! ¿Cómo demonios se te ocurre matar a un ANBU de otra aldea? ¡Si el Mizukage se entera, tu nombre será registrado en su libro Bingo!

    —Cálmate, Sakura, —dijo Naruto, alzando la vista para ver a Zabuza. El Jounin parecía estarse esforzando para no ver a Haku—. Aún si fuera un ANBU de verdad, fue su culpa por mostrarse ante nosotros y atacarnos. Ningún Kage intentaría vengar a un ANBU tan incompetente.

    Sakura intentó hablar de nuevo, pero Kakashi-sensei la interrumpió.

    —¿Aún si lo fuera? ¿Estás diciendo que no era un miembro de ANBU?

    Naruto asintió, y notó que los ojos de Zabuza se crisparon por un momento.

    —Tú lo sabes bien, Kakashi-sensei. Sus acciones eran demasiado sospechosas para ser un ANBU. ¿Qué es eso de una sustancia especial para proteger su cerebro? Lo único que importa es que no caiga en manos enemigas. Un ANBU cualquiera nos habría dejado matarlo sin más en lugar de gastar energía haciéndolo él. Si acaso sólo se hubiera mostrado si, tras matara Zabuza, hubiéramos intentado llevarnos su cabeza.

    —En eso tienes razón, —dijo Kakashi-sensei, volviéndose hacia Zabuza—. ¿Así que este era tu plan de escape? Debo admitir que es bastante ingenioso. Estoy tan cansado que no habría notado las discrepancias hasta que hubiera sido muy tarde.

    Zabuza chasqueó la lengua y apartó la mirada.

    —Cállate y mátame. No me interesa conversar más contigo.

    Naruto frunció el ceño.

    —¿De verdad crees que engañas a alguien, Zabuza? ¿En serio crees que permitiré que actúes como si no te afectara?

    Zabuza giró la cabeza para verlo, y Naruto notó que tenía la barbilla hacia arriba. Claramente estaba evitando ver a Haku.

    —¿Y eso qué se supone que significa?

    —Buscas la muerte para liberarte del dolor de perder a tu preciado amigo, —dijo Naruto—. Pero eres tan cabezota que no quieres admitirlo. Pues ya lo siento, pero no lo permitiré. No dejaré que manches la memoria de tu amigo de esta manera.

    —¿Amigo? —preguntó Zabuza, luego comenzó a reir—. ¿Eres idiota? Ese niño era sólo una herramienta. Lo utilicé desde que lo encontré para serme útil. Es una lástima que se haya roto tan pronto, pero eso es todo lo que me importa.

    Naruto observó los ojos de Zabuza y sacudió la cabeza.

    —No. No era sólo una herramienta. Confiabas en él con tu vida. De hecho, estoy seguro que el plan de hacerte entrar en un estado cercano a la muerte con sus senbon lo propuso él. Hasta donde tengo entendido, un ninja no toma sugerencias de sus herramientas, así que, ¿por qué tú sí?

    Zabuza apartó la mirada.

    —Cállate.

    —Te diré por qué, —continuó Naruto—. Porque lo apreciabas. No como una herramienta útil, sino como un compañero hábil. Estuviste dispuesto a confiarle tu seguridad y tu propia vida. Y estoy seguro de que él también te apreciaba a ti. Tanto como para enfrentarse a cualquier enemigo que te pusiese en riesgo. Y no, no me creo que ese era su rol como herramienta. Pude notarlo por cómo le temblaba la voz cuando intentaba convencernos de no matarte.

    Eso último era mentira. Haku era un excelente actor.

    —Él te quería y te apreciaba, no como su dueño, sino como un amigo. No, como un miembro de su familia. Y estoy seguro de que tú piensas lo mismo. Puedo verlo en cómo no has querido voltear a verlo en ningún momento. Odias la idea misma de perderlo, y por eso has abandonado las ganas de seguir peleando. Por eso es que…

    —Cállate ya, por favor…

    Naruto ahogó sus palabras ante el tono de Zabuza. El Jounin cerró sus ojos mientras le caían lágrimas por las mejillas. Naruto sintió un dolor punzante en el pecho y pensó que se había sobrepasado. Realmente no había pretendido herirlo tanto…

    —Kakashi, —dijo Zabuza con voz temblorosa—, por favor, por lo que más quieras, mátame ya… No soporto más a ese niñato tuyo…

    Kakashi-sensei dio un único paso hacia Zabuza.

    —Mi más sentido pésame por tu pérdida, Zabuza, —dijo Kakashi-sensei—. Puedo ver que, tal como dice Naruto, realmente querías a…

    —Haku, —dijo Zabuza, dejando colgar su cabeza—. Sí… lo admito. No sé cuándo, pero en algún momento comencé a pensar en él como a alguien querido para mí… Vaya fracaso de ninja que soy…

    Kakashi-sensei sacudió la cabeza.

    —No eres un fracaso. Eres humano. De hecho, yo soy de la idea que la fuerza de un ninja viene del deseo de proteger a tus seres queridos. Estoy seguro de que llegaste tan lejos gracias a que lo tenías a él.

    Zabuza soltó una carcajada débil.

    —Eso ya no importa. Haku está muerto, y con él, mis ganas de vivir. Mátame de una vez, por favor.

    —No, —dijo Naruto, y entonces se puso de pie, tomando su kunai con él—. Si es verdad todo lo que dijiste, creo que necesitas decírselo directamente a Haku.

    —¿Pero qué demonios estás…? —dijo Zabuza, volviéndose hacia él. Se interrumpió cuando notó que Haku se estaba levantando también—. ¿Haku…?

    Haku se quitó la máscara y Naruto aprovechó para echarle un vistazo. Recordaba haberlo confundido con una chica, tantos años atrás, y sentirse muy incómodo tras descubrir que era hombre. Pero ahora que lo volvía a ver, desde la perspectiva de toda una vida, tenía que admitir que el maldito era hermoso.

    —Zabuza-san… —dijo Haku, dando unos pasos hacia Zabuza. Sus ojos se humedecieron mientras se acercaba a él—. ¿Es verdad todo lo que dijiste?

    Los ojos de Zabuza estaban ensanchados y rojizos.

    —Haku…

    Haku se dejó caer de rodillas al lado de Zabuza y le posó las manos gentilmente en las mejillas.

    —Zabuza-san…

    Zabuza desvió la mirada, pero no pudo evitar que le siguieran cayendo lágrimas de los ojos.

    —Debí decírtelo antes. Nunca se me pasó por la cabeza que pudieras morir antes que yo, siendo que siempre era yo el que se arriesgaba…

    Haku sacudió la cabeza.

    —No debes disculparte. Tú me acogiste y me entrenaste. Es normal que sea tu leal herramienta hasta el final.

    —Haku… —Zabuza dejó soltar un pesado suspiro y volvió los ojos para mirar fijamente a Haku—. No eres mi herramienta. Ya no más.

    Los ojos de Haku se ensancharon y sus mejillas se sonrojaron.

    —Zabuza-san, yo…

    Pero Zabuza lo interrumpió, girando la cabeza para mirar a Kakashi-sensei.

    —¿Y ahora qué, Kakashi? ¿Nos matarás?

    Inmediatamente, Haku se levantó y se colocó frente a Zabuza para protegerlo. Tomó más senbon y se preparó para atacar.

    Kakashi-sensei lo miró por un momento y guardó su kunai.

    —Naruto, tú eres el que forzó esta situación. ¿Qué es lo que pretendes?

    Haku lo volteó a ver, apretando los dedos alrededor de sus senbon. Naruto cruzó los brazos detrás de la cabeza y estiró un poco el cuerpo.

    —Lo único que quería era salvarles la vida, —admitió—. Eso, y que se dejaran de esas tonterías de herramientas y tal. Los dos son ninjas talentosos, y seguro que se harán más fuertes ahora que admitieron lo que de verdad sienten.

    —Te recuerdo que son nuestros enemigos, —dijo Kakashi-sensei—. Los contrataron para matar a Tazuna-san, ¿o es que ya se te olvidó?

    Naruto suspiró y bajó los brazos, poniéndolos como jarras. Miró a Haku por unos momentos.

    —¿Por qué un ninja tan talentoso como Zabuza está trabajando para alguien como Gatou? —preguntó. Era algo que había querido saber desde hacía mucho tiempo.

    Zabuza suspiró.

    —Si de verdad quieres saberlo, te lo diré. Lo único que quiero en este momento es conseguir suficiente dinero para poder financiar un proyecto personal. Gatou será una inmunda rata, pero paga muy bien.

    —¿Cuál es ese proyecto?

    —Supongo que no importa que lo sepan unos ninjas de Konoha, —dijo Zabuza—. Hace unos años intenté un golpe de estado para matar al Mizukage y fracasé. Necesito dinero para poder intentarlo otra vez.

    Naruto canturreó un poco.

    —¿Acaso quieres ser el siguiente Mizukage? No creo que puedas serlo si matas al anterior. Al menos así no funcionan las cosas en Konoha.

    Zabuza intentó sacudir la cabeza, pero no tenía fuerza suficiente, así que simplemente cerró los ojos.

    —No. Sólo deseo matar al maldito. Él es la causa de que se les conozca como la Aldea de la Niebla Sangrienta.

    —Pensaba que eso era algo de lo que te sentías orgulloso, —dijo Naruto, sorprendido—. ¿No acaso disfrutaste matando a todos esos estudiantes cuando eras niño?

    Zabuza rió un poco.

    —No me malentiendas. Me gusta matar. Añoro aquellos días en ANBU, donde todas las misiones que se me encomendaban eran de asesinato. Aquél día en la academia, sin embargo, no quería matar a aquellos niños. Sólo hice lo que tenía que hacer para demostrar un punto. Jamás me gustó que hicieran que los estudiantes se matasen entre ellos, y tampoco quería que me obligasen a hacer lo mismo. Así que los maté a todos para darles una lección. Al final funcionó, pues nunca más volvieron a forzar a estudiantes a matarse entre ellos.

    Era una lógica bastante retorcida, pero Naruto supuso que crecer en semejantes circunstancias hacía cosas raras en el cerebro.

    —¿Así que quieres matar al Mizukage porque hace ese tipo de cosas en la aldea? —dijo Naruto.

    —Sí. La aldea no necesita matar a su propia gente para ser conocida como sanguinaria. Yagura es sólo un idiota que no entiende de estas cosas.

    —¿Yagura? —preguntó Kakashi-sensei—. Ese es el nombre del anterior Mizukage, ¿no?

    Zabuza lo miró desconcertado.

    —¿El anterior?

    Kakashi-sensei asintió.

    —Yagura fue asesinado el año pasado. La actual Mizukage es una mujer llamada Mei Terumi.

    Zabuza se quedó en silencio durante un tiempo, luego comenzó a reír, aunque su voz era débil.

    —¿Yagura está muerto? Tiene que ser un maldito chiste. ¿Me estás diciendo que no he hecho más que perder el tiempo?

    Kakashi-sensei se rascó un poco la cabeza.

    —Bueno, considerando que llevas mucho tiempo como ninja renegado, y que aparentemente sólo son ustedes dos, no me sorprende que no estés al tanto de los asuntos internos de la aldea. Yo… siento que te hayas enterado de esta forma.

    Zabuza suspiró, sonando derrotado.

    —Casi prefiero que me hubieran matado y ya, —dijo—. ¿Qué más sabes del actual Mizukage, Kakashi?

    —No mucho. De hecho, sólo sé lo que te acabo de decir, y sólo gracias a que aún tengo contactos dentro de las fuerzas ANBU de Konoha. Si ellos tienen más información, entonces es clasificada.

    —Ya veo… —dijo Zabuza, luego se volvió hacia Naruto—. ¿Y bien, niño? Ahora que respondí a tu pregunta, ¿qué planeas hacer con nosotros?

    Naruto lo pensó por un momento.

    —Supongo que te gustaría investigar la situación actual de la Niebla. Si nos haces un favor, no me importaría dejar que se vayan.

    Zabuza alzó una ceja.

    —¿Qué favor?

    —Personas como Gatou son un cáncer para la sociedad. Lo único que quieren es ganar dinero y poder a costa del sufrimiento ajeno. Elimínalo y a sus hombres más leales.

    Zabuza entrecerró los ojos, como sospechando de que Naruto no pidiera algo más difícil. Al cabo de un momento, simplemente asintió.

    —De acuerdo. En cuanto me recupere, mataré a Gatou y a sus hombres.

    —Zabuza-san, —dijo Haku, finalmente guardando sus senbon, y posando sus manos sobre los hombros de Zabuza—. Yo solo puedo matarlos a todos ellos. Descansa y recupérate y deja que yo me encargue.

    —No, el encargo es para mí. Debo…

    —¡No! —gritó Haku, interrumpiendo a Zabuza—. Estás herido y necesitas descanso. —Sin dejar que Zabuza respondiera, Haku se levantó y se volvió hacia Naruto—. ¿Naruto-kun, verdad? Te estaré eternamente agradecido por lo que has hecho por nosotros. Puedes estar tranquilo. Mataré a Gatou y a sus hombres.

    Naruto asintió.

    —Te lo encargo, Haku.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  20.  
    Hakuno

    Hakuno Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    15 Octubre 2006
    Mensajes:
    159
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Renacimiento
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    4633
    ¡Ey!

    ¿Se han ido todos? Espero que no. Actualmente llevo hasta el capítulo 25 escrito, y siendo que estoy publicando cada dos semanas, bueno, hay fanfic para un buen rato. El capítulo anterior y este solidifican la idea de los cambios que están sucediendo debido a la intervención directa de Naruto. A partir del próximo capítulo entraremos en el arco de los exámenes Chunnin, y desde ya les aviso que se pongan los cinturones de seguridad pues se vienen curvas.

    En fin, ¡disfruten!

    Capítulo 17. Héroe

    Mientras Haku tendía las heridas de Zabuza, Naruto regresó con Sakura y Tazuna y se sentó contra un árbol.

    —Naruto… —comenzó a decir Sakura mientras mantenía una cautelosa mirada sobre los ninjas de la Niebla—. ¿Fue por esto que pediste esta misión?

    Naruto asintió, pero no respondió. De pronto se sentía cansado, como si hubiera estado peleando por horas. Al mismo tiempo sentía como si una enorme carga hubiese desaparecido de sus hombros. Había logrado salvarle la vida a Zabuza y a Haku, pero su experiencia con el clan Uchiha le estaba haciendo pensar que algo malo iba a suceder de todas formas.

    Sin poder quitarse esa sensación de encima, Naruto recargó la cabeza en el tronco del árbol y suspiró.

    Cuando Haku terminó de vendar las heridas de Zabuza, caminó hacia Kakashi-sensei y le devolvió sus kunais.

    —Ahora que saben que Tazuna-san no está en peligro, ¿volverán a Konoha? —preguntó.

    Tazuna se tensó, haciendo que Naruto soltase una risita. Con todo lo que había sucedido, ya hasta se le había olvidado que, al haber ninjas enemigos involucrados, la misión había automáticamente pasado a clasificarse como rango B, incluso A, considerando que Zabuza era ex-miembro de ANBU. El equipo Kakashi, que consistía de Gennins recién salidos de la academia, tenía todo el derecho de abandonarla sin penalización.

    Kakashi-sensei lo meditó un momento mientras guardaba sus armas. Se volvió hacia Tazuna.

    —Supongo que podemos quedarnos hasta que termine el puente, siempre que nos dé el alojamiento que nos prometió, más alimentos.

    Tazuna suspiró con una sonrisa.

    —Es lo menos que puedo hacer para pagarles las molestias.

    Haku lo miró por un momento.

    —Si no es mucha molestia, ¿consideraría dar alojamiento también a Zabuza-san?

    Naruto alzó las cejas, sorprendido, pero antes de que nadie pudiera responder, Zabuza lanzó un grito incrédulo.

    —¿Qué estás diciendo, Haku? ¿Planeas dejarme a merced de ninjas de Konoha?

    —Si quisieran matarnos ya lo habrían hecho, —respondió Haku con calma, volviéndose hacia Zabuza—. Además, estamos muy lejos de nuestro escondite y no puedo llevarte al refugio que nos dio Gatou. Podrían atacarte mientras no estoy. Creo que lo más seguro es confiar en ellos. —Se giró de nuevo hacia Tazuna—. No pretendo que nos den alojamiento gratis, por supuesto, ni tampoco que cuiden de sus heridas. Pagaremos nuestra estancia, alimentos, y tratamiento médico. Sólo necesitamos un lugar seguro donde él pueda recuperarse.

    Tazuna gruñó pensativo y se rascó un poco la cabeza. Alzó la mirada para ver a Kakashi-sensei.

    —No entiendo muy bien cómo funcionan las relaciones entre ninjas, pero estoy seguro que esto no es muy ortodoxo. ¿Qué opinan ustedes?

    Kakashi-sensei se encogió de hombros.

    —Ahora que han decidido traicionar a su empleador, han dejado de ser una amenaza para nosotros y para usted. Así que puede tomar cualquier decisión que desee.

    —Ya veo, —Tazuna dijo, volviéndose hacia Haku—. Mi casa no es muy grande, así que si no les molesta compartir la misma habitación entre todos ustedes, no veo por qué no alojarlos a todos.

    Haku inclinó la cabeza en una reverencia.

    —Le estoy agradecido.

    Con eso decidido, se dirigieron todos a la aldea de Tazuna. Haku cargó a Zabuza todo el camino, rehusandose a permitir que nadie lo tocase. Tuvieron que dar un pequeño rodeo para evitar que los otros aldeanos los vieran arrastrando el cuerpo malherido de Zabuza, pero llegaron sin problemas a la casa de Tazuna. La habitación que les ofreció era realmente el salón que estaba justo después del comedor, que era también la cocina.

    En cuanto Haku ayudó a Zabuza a acostarse sobre un viejo futón, Kakashi-sensei se sentó contra la pared y soltó un largo suspiro de agotamiento.

    —¿Estás bien, Kakashi-sensei? —preguntó Sakura. Tsunami, la hija de Tazuna, se arrodilló junto a él y le ofreció una toalla húmeda.

    —Estoy bien, —suspiró Kakashi-sensei, aceptando la toalla con una mano débil. Se secó el sudor de la frente—. Sólo estoy agotado…

    —¿Va a estar bien, ninja-san? —preguntó Tsunami.

    —Sí, sólo… —dijo Kakashi-sensei, cerrando los ojos—. Sólo necesito… descansar…

    Sakura y Tsunami ayudaron a Kakashi-sensei a recostarse en un futón.

    —Es lo que pasa tras usar el Sharingan más allá de tu límite, —dijo Sasuke, quien estaba recargado en la pared contraria. Tenía el ceño fruncido y no dejaba de observar al Jounin.

    Kakashi-sensei abrió un ojo para verlo, pero antes de que pudieran decir nada más, Naruto caminó entre ellos.

    —Ahora no es momento para eso. Kakashi-sensei necesita recuperarse, y mientras Haku esté cuidando de la salud de Zabuza, tendremos que seguir cuidando a Tazuna de los hombres de Gatou. Cuando regresemos a Konoha podrán platicar al respecto.

    Sasuke chasqueó la lengua. Haku, quien estaba sirviendo un poco de agua en una taza, alzó la mirada.

    —En cuanto me asegure que Zabuza-san no corre peligro, puedo ir a la oficina de Gatou y matarlos a todos, —dijo con una sonrisa tan dulce que a Naruto le dio escalofríos—. No me tardaré ni dos horas.

    Naruto lo miró de reojo.

    —Sea como sea, este no es ni el momento ni el lugar. —Se volvió hacia Sasuke—. Dejemos el tema por ahora y preparémonos para pasar la noche, ¿vale?

    Sasuke le sostuvo la mirada por un tiempo, pero terminó por ceder y se fue a ayudar a Tsunami a preparar el resto de futones.

    Unas horas más tarde, habiendo sedado a Zabuza con un medicamento, Haku se colocó de nuevo la máscara quebrada y salió de la casa sin mediar palabra. Kakashi-sensei tenía los ojos cerrados, pero Naruto notaba que seguía despierto por la manera en que respiraba. Mientras, Sakura se había sentado al fondo, abrazando sus piernas y mirando al techo. Sasuke, por su parte, había decidido irse a dormir pronto.

    —¿Todo bien, Sakura-chan? —preguntó Naruto en voz baja, sentándose a su lado.

    Sakura lo volteó a ver por un segundo, luego escondió un poco el rostro entre sus rodillas.

    —Sí, creo… —respondió. Luego dejó escapar un pesado suspiro—. De hecho, no… Otra vez fui completamente inútil en el combate…

    Naruto se recargó hacia atrás y canturreó un poco.

    —Yo no diría eso. Te quedaste todo el tiempo con Tazuna, protegiéndolo.

    Sakura sacudió la cabeza un poco.

    —No necesitas consolarme. Sé que la única forma de cambiar es haciendo un esfuerzo. —Sakura levantó el rostro y miró a Naruto con seriedad—. ¿Crees que podrías ayudarme a entrenar?

    —Esto… —Naruto se rascó un poco la mejilla, sorprendido—. No me molesta, pero, ¿ya tienes algo en mente?

    —Sí, —dijo Sakura, asintiendo—. Quiero conocer mi afinidad de Chakra y empezar a aprender Jutsus relacionados.

    Naruto ladeó la cabeza. Sólo había una manera confiable de saber la afinidad elemental de un ninja. Giró un poco la cabeza hacia donde Kakashi-sensei fingía dormir.

    —Kakashi-sensei, ¿tienes papel de afinidad contigo?

    —¡Naruto! —siseó Sakura, sin duda alterada de que Naruto despertara a su sensei.

    —Bolsillo inferior izquierdo, —respondió Kakashi-sensei sin siquiera molestarse en abrir los ojos—. Lazo rojo.

    Mientras Sakura boqueaba ante lo que acababa de pasar, Naruto caminó hacia la mochila de Kakashi-sensei y, siguiendo sus instrucciones, produjo un pequeño rollo de papel amarillento, sujeto con un lazo rojo. Cuidadosamente tomó dos hojas y guardó el resto donde lo había encontrado.

    —Te pagaré el mío luego, —dijo Naruto mientras se acercaba a Sakura. Nuevamente se sentó frente a ella, notando que su amiga ahora estaba sentada sobre sus piernas cruzadas, y le ofreció uno de los papeles.

    —¿Una hoja de papel? —preguntó Sakura, sosteniendo la hoja en alto.

    —Esto es papel de afinidad, —explicó Naruto—. Se produce a partir de un árbol especial que ha sido cultivado durante generaciones para ser sensible al Chakra, y además se alimenta con este durante todo su crecimiento. Te ayudará a conocer la afinidad elemental de tu Chakra.

    Por supuesto, evitó decir que cada hoja de papel costaba diez mil ryo. Sakura no necesitaba sentirse culpable de usar algo tan caro, de momento.

    —Su funcionamiento es simple, —continuó Naruto, sosteniendo su hoja en alto para que Sakura la viera—. Sólo canaliza un poco de tu Chakra en la hoja. La forma en que reaccione te dirá cuál es tu afinidad.

    Para dar ejemplo, Naruto hizo exactamente eso, y su hoja de pronto se rasgó en dos. Sakura soltó un jadeo de sorpresa.

    —Esto sucede cuando tu afinidad es el viento. Vamos, ahora inténtalo tú.

    Sakura miró su papel y frunció el ceño. No pasó ni un segundo antes de que su hoja se volviese de un color marrón oscuro antes de desmoronarse y caer al suelo. Sakura sólo parpadeó ante lo que acababa de presenciar.

    —Felicidades, —dijo Naruto con una sonrisa—. Tienes afinidad para la tierra.

    —¿T-Tierra? ¿Mi afinidad es la tierra? —preguntó Sakura, asombrada. Naruto también estaba sorprendido de aprender esto. La Sakura de sus recuerdos jamás se había molestado en averiguar su naturaleza del Chakra, siendo que se había concentrado enteramente en el Jutsu de potencia física de la vieja Tsunade y sus estudios como ninja médico. Sakura lo miró y le mostró los dientes con una enorme sonrisa—. ¡Mi afinidad es la tierra!

    —Guarden silencio, mocosos, —dijo Zabuza—. Los adultos intentamos dormir.

    Sakura lanzó un gritito de sorpresa y miró a Zabuza.

    —¿No te había puesto a dormir Haku?

    Zabuza abrió un poco los ojos, pero Naruto notó que estaba batallando contra el sueño.

    —Me volví resistente a su sedante hace años, —explicó.

    Naruto no pudo evitar sonreír.

    —¿Significa que pretendes dormir para no preocuparlo?

    —Cállate o te mato, —dijo Zabuza mientras Kakashi-sensei reía entre dientes.

    Naruto se encogió de hombros y se volvió hacia Sakura.

    —Si quieres podemos ir al bosque de aquí al lado y te enseño unos Jutsus básicos para que empieces a entrenar.

    —¿S-Seguro? —preguntó Sakura, mirando a Kakashi-sensei por un momento—. ¿No tenemos que proteger a Tazuna-san? Quiero decir, ¿qué pasa si Zabuza intenta matarlo mientras no estamos?

    —No te preocupes, Sakura, —dijo Kakashi-sensei, aún sin abrir los ojos—. Lo tengo bien vigilado. Vayan a entrenar un poco.

    Zabuza refunfuñó, diciendo algo como que los mataría a todos en cuanto bajaran la guardia, pero Naruto decidió ignorarlo. No podía mover más que la cabeza, y Kakashi-sensei efectivamente estaba preparado para actuar si intentaba hacer algo. Sasuke también podría ayudar.

    Sólo unos cuantos minutos más tarde, con el sol habiéndose ya ocultado en el horizonte, Naruto guió a Sakura hacia un claro en el bosque. El mismo donde, en su vida pasada, habían aprendido el Jutsu de Caminata Vertical.

    —Muy bien, —dijo Naruto, poniendo los brazos como jarras—. Ahora que sabes que tu afinidad del Chakra es la tierra, es recomendable que te concentres en dominarla antes de intentar aprender Jutsus de otras naturalezas.

    Sakura asintió con firmeza, luego parpadeó un par de veces y torció la boca en una mueca.

    —¿Eso significa que desperdicié mi dinero en ese pergamino que enseña un Jutsu de agua?

    —No, —respondió Naruto, sacudiendo la cabeza—. Ese Jutsu definitivamente te será útil en el futuro. Y te será más fácil aprenderlo en cuanto hayas realizado varios otros Jutsus elementales. Simplemente déjalo de lado por el momento.

    Sakura no pareció muy convencida, pero asintió de todas formas.

    —Bien, ahora, —dijo Naruto, realizando el sello del carnero y moldeando un poco su Chakra—. El Jutsu que te enseñaré es muy sencillo. Observa cuidadosamente.

    Comenzó a realizar la secuencia de sellos. Eran sólo seis sellos, pero igual los hizo lento para que Sakura se los aprendiera. Cuando hubo terminado, dejó que su Chakra fluyera hacia el suelo.

    —¡Arte de Tierra. Muro de Roca!

    La tierra detrás de él comenzó a levantarse con un estruendo mientras las rocas se raspaban las unas con las otras. Cuando el Jutsu terminó, Naruto se volvió para ver el resultado. Era un muro de unos tres metros de alto y dos de largo, con unos treinta centímetros de grosor. Las esquinas y la zona exterior estaban quebradas y se veían ciertamente frágiles, pero el centro del muro parecía bastante resistente.

    En un todo, Naruto estaba aliviado de crear un muro tan sólido, siendo que no había usado ese Jutsu desde su exámen Jounin.

    —Bueno, tu turno, —le dijo a Sakura mientras se volvía hacia ella.

    Sakura miró el muro por unos momentos con el ceño fruncido y asintió. Realizó la secuencia de sellos sin problema y moldeó su Chakra.

    —¡Arte de Tierra. Muro de Roca!

    Al igual que con Naruto, la tierra detrás de Sakura comenzó a levantarse. Sin embargo, para cuando terminó el Jutsu, Naruto se esforzó por no hacer una mueca.

    El muro de Sakura era apenas de un metro de alto, y ni siquiera había podido mantener una forma cuadrada pues las esquinas se habían desmoronado tan pronto como habían salido de la tierra. El resto del muro estaba lleno de profundas grietas. Casi como habiendo entendido lo que había pasado, Sakura tocó su muro gentilmente con la punta del pie. El muro cedió sin ninguna resistencia y terminó de deshacerse en un pequeño monte de tierra.

    —Usaste muy poco Chakra, —observó Naruto.

    Sakura asintió.

    —Me dio miedo usar demasiado y causar un accidente.

    —Ah, ya veo, —dijo Naruto con una sonrisa—. Es cierto que la mayoría de Jutsus elementales básicos pueden salirse de control si usas demasiado Chakra, pero los Jutsus de tierra suelen ser diferentes.

    —¿Diferentes?

    —Al crear o manipular tierra, la cantidad de Chakra que uses decidirá qué tan resistente es, entre otras cosas. Claro, hay Jutsus de tierra que pueden ocasionar desastres si no tienes cuidado, pero el Muro de Roca sólo será tan grande como lo visualices, y tu Chakra sólo decidirá qué tan fuerte será el muro.

    —Entiendo, —dijo Sakura con una sonrisa confiada.

    Entonces realizó los sellos nuevamente y creó un segundo muro. Esta vez tenía una superficie perfectamente lisa. El problema fue que una corriente de aire lo derribó, mostrando que el muro apenas era de uno o dos centímetros de grosor.

    —Es más difícil de lo que parece, —dijo Sakura, llevándose una mano a la barbilla—. Ya veo, si sólo me concentro en usar Chakra, el muro será sólo lo suficientemente grueso como para sostener su propio peso, lo que lo hace inútil como defensa.

    Sakura siguió practicando, pero no pasó mucho tiempo antes de que cayera agotada, recargándose en el último muro que creó, el cual, aunque se tambaleó un poco, soportó su peso mientras se sentaba en el suelo.

    —Hacer Jutsus elementales gasta mucho más Chakra de lo que pensé, —dijo entre pesados jadeos.

    Naruto asintió.

    —La transformación de la naturaleza del Chakra requiere de mucho esfuerzo espiritual, —explicó, recordando lo poco que había logrado aprender para pasar su examinación Jounin—. Los Jutsus del elemento al cual eres afín se te facilitarán mucho más, pero aún así estás transformando la naturaleza de tu Chakra, y eso requiere de una mayor cantidad. Lo único que puedes hacer al respecto es entrenar para aumentar tus reservas.

    —¿Los Jutsus de mi afinidad me serán más fáciles? —preguntó Sakura, ensanchando los ojos en horror—. Con razón no podía hacer el Jutsu de agua… ¿Y cómo puedo aumentar mis reservas de Chakra?

    Antes de que Naruto pudiese responder, lo interrumpió una tercera voz.

    —Usando tu Chakra y forzando tus reservas, —dijo Haku mientras se acercaba desde los árboles—. Meditar también ayuda.

    Cuando Haku salió de las sombras del follaje hacia la luz de la luna, Naruto notó que su traje estaba manchado de sangre. Incluso la máscara tenía más marcas rojas de lo que debería. Sakura se puso de pie, alerta, en cuanto lo vió.

    —Veo que ya regresaste, —dijo Naruto—. ¿No te dieron muchos problemas?

    Haku sacudió la cabeza lentamente y se quitó la máscara.

    —Zabuza-san y yo éramos los únicos ninjas al servicio de Gatou. Aunque tenía muchos hombres, no fueron un reto.

    —¿Qué hay de los Chunnin que nos atacaron antes que ustedes?

    Haku canturreó con aire indiferente.

    —Los contrató Zabuza-san.

    Naruto asintió. No era la primera vez que ordenaba la muerte de alguien, pero sí de tanta gente al mismo tiempo. Y ciertamente no había podido acostumbrarse, aún si esos hombres eran criminales.

    —Cumpliré mi parte del trato, —dijo Naruto—. Podrán irse en cuanto Zabuza se recupere.

    Haku sonrió.

    —Me alegra saber que los ninjas de Konoha mantienen su palabra.

    Naruto le devolvió la sonrisa.

    —¿Te gustaría quedarte a entrenar con nosotros?

    —No, —dijo Haku, sacudiendo un poco la cabeza—. Iré a quedarme al lado de Zabuza-san. Sólo vine a reportarme.

    Naruto asintió y esperó a que Haku desapareciera entre los árboles, luego se giró hacia Sakura.

    —Bueno, ya lo escuchaste. Puedes meditar o puedes intentar forzar tus reservas.

    Sakura frunció el ceño y asintió con firmeza.

    A la mañana siguiente, después de un ligero desayuno de miso recalentado y filete de pescado con apenas un poco de sal, Naruto, Sasuke y Sakura acompañaron a Tazuna hacia el puente. Kakashi-sensei decidió quedarse para mantener vigilados a Zabuza y a Haku.

    Avanzaron por entre las estrechas calles de la aldea, aunque decirles calle era tal vez un poco generoso, pues no había ninguna delimitación más allá de la propia distribución de las casas, algunas hechas de robusta madera, la mayoría chabolas de poco más que paja y tablones húmedos. La niebla que se alzaba alrededor de las endebles estructuras era densa y helada pues los rayos del alba eran insuficientes para calentar el aire.

    Al cabo de un rato llegaron a un área más amplia, donde Naruto supuso que la gente se reunía para eventos públicos. Estaba a reventar de personas, todos intentando ver lo que se encontraba al centro de la zona. Los hombres más altos miraban desconcertados, mientras que las mujeres que habían estado al frente urgían a sus pequeños a marcharse. Todos, sin embargo, compartían la misma tensión en sus rostros y la misma rigidez en sus cuerpos. Y susurraban de la forma en que las multitudes hacían cuando apremiaba la incertidumbre.

    Aunque Tazuna quiso continuar su camino hacia el puente, Naruto se abrió paso entre la multitud a base de empujones y codazos. La gente soltó gruñidos e improperios, pero se congelaron en cuanto vieron su bandana y ultimadamente le permitieron continuar.

    Naruto no se sorprendió cuando finalmente llegó al frente de la multitud, aunque sí sintió que el desayuno amenazaba con salir por donde había entrado. Justo en medio de la plaza había una pila de cadáveres. La sangre ya había secado, pero era tanta que se había encharcado en el suelo, tiñéndolo de rojo y luego oscureciéndose hasta parecer negro. Los cuerpos parecían estar intactos salvo por los orificios a los costados de sus cuellos, justo donde estaba la yugular, y desde donde la sangre había fluido libremente. Un pequeño enjambre de moscas ya se había reunido sobre su festín aunque el aire frío aún no había comenzado a pudrir la carne.

    El cadáver en la cima de la pila resaltaba por la ropa que llevaba por cuanto contrastaba con los harapos del resto; un carísimo traje negro hecho a la medida, una camisa de algodón puro, unas destrozadas gafas oscuras, unos zapatos de piel bien ajustados, y un montón de anillos de oro y piedras preciosas.

    Gatou.

    Un jadeo llamó la atención de Naruto, y se giró para ver a Sakura cubriéndose la boca con las manos. Sus ojos estaban bien abiertos, observando el resultado de una masacre.

    —¿Qué carajo…? —dijo Tazuna, viendo los cadáveres con el mismo desconcierto que el resto de aldeanos—. De verdad lo han matado…

    Sus palabras fueron como un Jutsu de liberación, retirando el Genjutsu que parecía haber caído sobre los aldeanos. Se giraron hacia él y luego posaron sus miradas sobre Naruto y sus compañeros, como viéndolos por primera vez.

    —¿Han sido ustedes? —preguntó un anciano con voz temblorosa—. ¿Ustedes han matado a Gatou y a sus hombres?

    —¡Lo han hecho ellos! —exclamó una mujer de mediana edad, incapaz de ocultar el júbilo en sus palabras—. ¡Tazuna-san había dicho que buscaría la ayuda de ninjas!

    —¡Son ninjas de Konoha! ¡Son nuestros héroes!

    —¡Vivan los ninjas de Konoha!

    Naruto frunció el ceño ante sus palabras. De niño se habría sentido validado y habría alardeado hasta hartarse, pero ahora no sentía más que un nudo en el estómago. La reacción de los aldeanos le molestaba. Se sentía tan… sumisa.

    Dio un paso al frente y se giró hacia la multitud, cruzando los brazos sobre el pecho.

    —¡Basta! —exclamó, viendo que la visión se le oscurecía un poco por culpa de su propio ceño—. ¡Dejen de vitorear!

    —¿Por qué? —preguntó un joven de no más de quince años—. ¿No han sido ustedes?

    Naruto hizo una mueca.

    —El problema no es que lo hayamos hecho nosotros. El problema es que ustedes no han hecho nada.

    La expresión de la multitud se endureció.

    —¿Y qué esperabas que hiciéramos? —dijo un hombre que sostenía su brazo izquierdo con un cabestrillo de tela vieja—. Somos un pueblo pesquero pobre. No han nacido ninjas aquí en cincuenta años.

    —Gatou llegó por sorpresa, —dijo una joven que abrazaba su barriga con una mano, tendría seis o siete meses de embarazo—, con un ejército de matones armados. Enfrentarnos a él era pedir la muerte. ¡Él se encargó de hacérnoslo saber!

    El resto de gente comenzó a decir cosas similares, alzando las voces cada vez más para hacerse oír. Naruto intentó escucharlos a todos, pero el sonido de una multitud era inentendible. Abrió la boca y tomó una bocanada de gélido aire.

    —¡Cállense todos! —gritó, y consiguió que el silencio reinase por unos segundos. El tiempo suficiente para continuar hablando—. Es cierto que se enfrentaban a bandidos con armas, y es cierto que Gatou era un maldito que se encargó de matar sus esperanzas. Pero eso no excusa que hayan decidido agachar la cabeza y quedarse en silencio y permitir que hiciera lo que quisiera. Se alegraron de que nosotros llegásemos y acabáramos con Gatou, pero ¿y si no lo hubiéramos hecho? ¿Y si Tazuna no hubiera llegado nunca a Konoha? ¿Se habrían quedado en silencio, habiendo perdido a su maestro constructor, mientras Gatou los seguía aterrorizando? ¿Habrían permitido que los forzase a morir de inanición?

    —¡Tú no lo entiendes! —gritó la voz de un niño pequeño. Naruto se sorprendió de ver al pequeño Inari, el nieto de Tazuna, lanzándole una mirada de rabia. Se dio cuenta de que no lo había visto en lo absoluto hasta ahora—. ¡Tú eres un ninja y puedes pelear! ¡Nosotros estamos indefensos!

    —Todo el mundo está indefenso, —replicó Naruto, sintiendo que le hervía la sangre, y se forzó por contenerse—. Siempre hay alguien más poderoso que tú, alguien que matará a tus seres queridos y tratará de forzarte a que te rindas antes de finalmente matarte a ti.

    —¡Eso es precisamente lo que…!

    —¡Eso no significa que debas dejar de luchar! —aulló Naruto. El corazón le daba tumbos en el pecho—. ¡El enemigo gana en el momento en que te rindes! Pero si sigues luchando, si te sigues levantando, nunca podrá ganarte. Si permites que te destruya la voluntad, es entonces cuando has perdido, y la muerte se convierte en algo trivial, incluso deseable.

    Aspiró otra bocanada de aire, intentando enfriar el calor de su pecho.

    —La muerte de Gatou no es la solución a sus problemas, —continuó diciendo—. En cuanto ese puente se termine, el País de las Olas llamará la atención de los otros países, y otros criminales intentarán pisotearlos de nuevo para robarles lo que les pertenece. ¿Qué harán entonces? ¿Volverán a forzar a que Tazuna arriesgue el cuello para buscar ayuda? ¿O tal vez enviarán a alguien más joven?

    La gente desvió la mirada. Incluso el pequeño Inari lo miraba horrorizado, entendiendo las implicaciones. Naruto prosiguió.

    —No pueden quedarse toda la vida esperando a que llegue un héroe a salvar el día. El mundo no funciona así. La próxima vez no tendrán tanta suerte, y para cuando se den cuenta será demasiado tarde.

    Estiró un brazo y apuntó con el dedo a la multitud.

    —Es hora de que reaccionen. La próxima vez que se avecine el peligro, usen lo que tengan a la mano como arma; cuchillos, palas, incluso piedras. Únanse codo con codo y arremetan contra aquellos que quieran someterlos. Desmuéstrenle al mundo de lo que es capaz una multitud enardecida. ¡Demuestren el valor de la orgullosa gente del País de las Olas!

    La gente lo miró en silencio. Naruto se desanimó, pensando que no había logrado nada, pero entonces, Tazuna quebró el silencio, aplaudiendo con firmeza. La joven embarazada lo copió, y al poco rato, todos se encontraron aplaudiendo. Algunos incluso comenzaron a lanzar vítores animados. Naruto sonrió, sintiendo que un peso se esfumaba de sus hombros.

    —Ese fue un buen discurso, Naruto, —dijo Sakura tras acercarse a él—. Parece que realmente los animaste.

    —Tengo experiencia hablando en público.

    Sakura enarcó una ceja.

    —¿De verdad? ¿Qué hacías de adulto?

    —Era invitado en shows de entretenimiento, —respondió con un airoso movimiento de los hombros.

    —¿En… qué?

    —Olvídalo, —caminó hacia Tazuna—. Vayamos al puente. Sería bueno si lo termina pronto.

    —¡Déjamelo a mí! —respondió Tazuna con una amplia sonrisa.

    A diferencia de los recuerdos de Naruto, donde Tazuna había trabajado prácticamente solo, se habían unido a la construcción todos los hombres y mujeres capaces de ayudar, y bajo la experta dirección de Tazuna, terminaron el puente en tan sólo dos días.

    El pueblo entero se reunió donde el puente finalmente conectaba con el País del Fuego. Incluso colocaron un listón hecho de tela vieja para inaugurarlo oficialmente.

    Haku y Zabuza estaban ahí también. Zabuza se sostenía precariamente con dos tablones de madera que hacían las veces de muletillas. Haku, por su parte, estaba vestido con su kimono rosa de patrones florales. Su largo cabello caía perezoso a los costados de su rostro, ocultando parcialmente su quijada, lo que le daba un aire menos angulado.

    —Nos quedaremos aquí, —les informó Zabuza con un gruñido—, hasta que me recupere. Luego iremos a la Aldea de la Niebla a investigar cómo está la situación con la nueva Mizukage.

    —Buena suerte, —les dijo Naruto con una sonrisa—. Espero nos volvamos a ver.

    —Yo no, —repuso Zabuza, y Haku sólo sonrió apenado.

    La multitud comenzó a aplaudir, reclamando la atención de los ninjas.

    —¡Hoy es un día de gran júbilo para el País de las Olas! —dijo el hombre de mediana edad al que el pueblo había animado a convertirse en el nuevo alcalde—. ¡Hoy nos conectamos con el país más grande y poderoso del mundo! Usando este puente traeremos grandes riquezas y nuevas esperanzas al País de las Olas. Gracias a los honorables ninjas de Konoha, hoy tengo el placer y el magnífico honor de inaugurar oficialmente el Gran Puente del Héroe.

    Usó unas enormes tijeras de jardinería para cortar el listón, y la multitud aplaudió. Naruto pestañeó desconcertado, siendo que habían decidido ponerle un nombre distinto al puente. Una pequeña parte de él quiso exigir explicaciones, pero su parte más sensata decidió mantenerse callado. Después de todo, el nombre del puente era lo que menos importaba. Naruto regresó a Konoha sabiendo que Zabuza y Haku estaban vivos, y que la gente del País de las Olas no volvería a dejarse apalear por ningún otro gamberro.

    Independientemente del nombre que tuviera, el Gran Puente del Héroe se convertiría en un símbolo de perseverancia ante la dificultad.

    Aún si era un nombre de lo más cliché.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Cargando...
Similar Threads - Renacimiento
  1. AraXiel
    Respuestas:
    9
    Vistas:
    1,679
  2. Raimor
    Respuestas:
    4
    Vistas:
    3,472

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso