Relatos de un apocalipsis zombie

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Manuvalk, 27 Febrero 2015.

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  1. Threadmarks: Gritos en mi cabeza
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Relatos de un apocalipsis zombie
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    10
     
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    511
    Historia 1: Gritos en mi Cabeza

    Día 17 tras la pandemia mundial.



    Los rascacielos eran pasto de las llamas, la destrucción reinaba como nunca antes se había visto. La gente, presa del pánico corría por las calles, buscando una ruta segura. Pero todo estaba invadido. Invadido por aquellos seres, erguidos, tambaleándose, gruñendo... Aquello era algo increíble de ver. Esas cosas despedazaban personas, las asesinaban y se comían su carne. La ciudad era un caos.

    La ira de los muertos amenazaba, mientras hacía despertar lo primitivo de los humanos. El sonido de las balas, de los gritos, de los gruñidos, de los coches quemando rueda, de las llamas abrasadoras, de los grillos, de la explosiones... Todo mostraba un escenario de terror que nunca se había visto. En las calles, la carne desgarrada de lo que un día fueron personas, mientras aquellos que resucitaron avanzaban sin descanso hacía los últimos focos de la humanidad.

    A lo lejos, la resistencia se preparaba para la guerra. Eran aproximadamente mas de cien personas. Yo entre ellas. Armados con cuchillos, palos, pistolas, escopetas, metralletas, con su propia ira, con su furia, con la fe. Entonces alguien dio la orden de avanzar. Y allí, en aquella calle abierta, una batalla encarnizada comenzó. Varias hachas cruzaban los cráneos de los muertos, que, estimulados, se contraían, tenían espasmos, combulsiones.

    Las balas de toda arma de fuego traspasaban la piel muerta de aquellos seres, que no entendían de dolor. No racionaban, no comprendían, no vivían. Esas cosas rasgaban con sus uñas largas la piel de los vivos, luego hincaban sus sucios dientes en tu carne y te inyectaban su patógeno. Su virus. Corrieron varios hacía un coche cercano. Por suerte las llaves estaban puestas y lo arrancaron rápidamente, sin contratiempos.

    Algunos de los muertos, al oír el estruendo que causó el motor, se giraron, excitados, y se tambalearon hacía el vehículo. El conductor lo vio. Eran unos siete, y a pesar de que avanzaban lentamente, en menos de un minuto ya estarían encima. Pisó el acelerador, desesperado. Tenía dos niñas detrás, junto una mujer. De copiloto iba un hombre grande, fuerte y alto. El conductor era todo lo contrario. El coche trastabilló con un cadáver que yacía inerte en el asfalto.

    Le dio gas y pasó por encima, desparramando los sesos de aquel pobre diablo sobre la carretera. Los muertos se lanzaron en tropel al coche, que arrancó tan veloz, que no se percató de que la calle estaba bloqueada por mas no muertos. El vehículo comenzó a atropellar zombis, y la sangre negra y coagulada salpicaba el parabrisas delantero con contundencia.

    El cristal no tardaría en ceder y el conductor, aterrado, no quitaba el pie del acelerador. Solo querría salir de aquella pesadilla. Pero todo iba a empeorar. Tanto bache y golpe frontal hizo que el vehículo se tambalease a un lado, y, totalmente en descontrol, chocó brutalmente contra una farola, y después contra un portal. El coche se quedó ahí, quieto, mientras sus ruedas aun chirriaban. Los no muertos lo rodearon. Aun puedo oír los gritos en mi cabeza.
     
    Última edición: 1 Marzo 2015
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  2. Threadmarks: El francotirador
     
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    Historia 2: El Francotirador

    Día 45 tras la pandemia mundial.



    Ahí estaba yo, en aquella azotea, aspirando el dulce olor del disparo con silenciador. Un sonido nítido, como un simple silbido. Otro disparo. Acciono el pasador y otra bala sube del cargador.

    La mira telescópica me muestra un escenario complejo de la ciudad de Valencia. La neblina reina sobre aquella zona, pero la luz del sol la traspasa con sencillez.

    — Tengo otra bala cargada...

    Busco a mi siguiente víctima desde la mira. Allí, a unos 300 metros, un no muerto quieto, a la espera de un estímulo, para volver a ponerse en funcionamiento. Esta pasmado, casi como observando el paisaje.

    — Tenemos a un amante del cielo. — Digo, más para mi mismo que para Elisa.

    Elisa hace una mueca, mientras pierde el tiempo tomando el sol. La azotea esta asegurada, pero los nuestros no aparecen. Apunto con tensión al muerto pasmado, mientras ajusto la mira para un tiro perfecto.

    Una de mis reglas es: no malgastes ni una bala, que después la falta de una te puede acabar matando.

    Acciono el gatillo del rifle y el disparo da pleno en la cabeza del zombi, que se balancea de lado a lado por unos segundos, para acabar cayendo en el suelo. Entonces, de la nada, dos personas salen de detrás de un coche calcinado por las llamas.

    Me hacen gestos con la mano. Uno de ellos escribe en un papel: "¡Eh, tú! ¡El francotirador!"
     
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  3. Threadmarks: La bengala
     
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    Historia 3: La Bengala

    Día 50 tras la pandemia mundial.



    Cuatro personas avanzaban por una calle desierta, tan solo unos coches desguazados y sucios poblaban aquella avenida de Madrid. En uno de los vehículos, permanecía un muerto viviente con la boca abierta, mostrando unos dientes sucios y negros. Su piel gris olía asquerosamente y sus ojos blancos estaban fijos en el retrovisor. El cadáver estaba quieto, y no se inmutó cuando el grupo pasaba frente a él.

    — ¿Lo veis? — Señaló Luis. — No se ha movido.

    El grupo observó el zombi del coche con desprecio.

    — Esas cosas dan asco, joder... — Dijo Miriam, imitando el gesto de una arcada.

    — Olvidaos ya de ese fiambre, tenemos una misión. Si seguimos así, llegaremos por la noche al campamento. — Añadió Jose, mientras cargaba entre sus brazos una escopeta de caza, procedente de su abuelo en tiempos de guerra.

    El grupo continuaba caminando hacía su destino, el cuál era la Puerta del Sol, donde un comboy militar se estrelló y los vehículos fueron abandonados allí. Piezas nuevas, un par de baterías, quizá hasta armamento... La misión del grupo era simple pero llena de peligros que en cualquier momento podían suceder.

    Jose observaba los edificios, pensando que verlo todo tan tranquilo le ponía ciertamente nervioso. Después de pasear durante quince minutos, llegaron al sitio planeado. Andrés, el experto en mecánica, se puso manos a la obra con las piezas necesarias de los vehículos.

    — Aquí Grupo de Suministros llamando a Campamento. ¿Me recibís? — Dijo Luis sonriendo, con cierto aire de película.

    Miriam le hizo una peineta a Luis, a lo que este respondió con un gesto morboso. Jose leía archivos militares dentro de una tienda de campaña del ejercito español, buscando además víveres o suministros, cuando un gruñido lo sobresaltó.

    Rápidamente se colocó la escopeta de caza en el hombro, y por instinto su dedo índice se instaló en el gatillo. Se volteó para comprobar al causante del ruido, pero allí solo estaba Luis, riéndose a carcajadas.

    — Ni se te ocurra asustar así a la gente, algún día te volarán la tapa de los sesos por tomarte como un zombi de los cojones. — Dijo Jose, molesto por la absurda broma de Luis. — ¿Has contactado con Campamento?

    — No responden, creo que hay interferencias. — Dijo Luis, golpeando el wakie-talkie con la palma de la mano.

    De repente, las interferencias de la radio se volvieron palabras, ante la incredulidad de ambos hombres, que trataban de escuchar con precisión las voces que resonaban.

    ...quí el coman... Castr... en frecu... ncia de e... gencia. ¡Nos est... acorral...! ¡Nec... ay... da inmediat...!

    En ese momento, Miriam y Andrés, que permanecían fuera de la tienda, observaron como a unos quinientos metros una bengala se abría paso entre los edificios. El color rojo de dicha bengala significaba "grave peligro" y Miriam, seguida de Andrés, entraron velozmente a la tienda.

    — Eh tíos...

    — Acabamos de ver una bengala entre los edificios de la ciudad. Alguien necesita ayuda. — Dijo Miriam, tajante, ante la mirada de asombro de los demás hombres.
     
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    Kiros Lionheart

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    Eh, no pude evitar leer tu fic. Resulta que me agrada mucho, son capitulos cortos pero bien planteados y resumidos. Algo que te mete en la ambientación es la manera correcta como describes las situaciones en un apocalipsis zombie, me pasare luego para ver que mas sucede.

    Saludos
     
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  5.  
    Manuvalk

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    Gracias :D espero que te agrade XD
     
  6. Threadmarks: El extraño
     
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    Historia 4: El Extraño

    Día 55 desde la pandemia.



    Nacho avanzaba con cautela sobre las hojas otoñales que yacían en el suelo, lanzadas por el aire frío que las golpeaba. Empuñaba un rifle de asalto que días atrás encontró junto a los restos de un cadáver que una vez fue soldado. A decir verdad, no sabía un carajo sobre manejar semejante arma mortífera, que en manos de un experto, haría maravillas en contra de los muertos vivientes.

    Pero a él eso no le importaba, la seguridad era un factor importante en el nuevo mundo, y, ¿que narices? cualquiera que llevase una metralleta se sentiría mas seguro que en su resguardada casa. Nacho avanzaba en la oscuridad de la noche, rezando para hacer el mínimo ruido posible, ya que dos manzanas mas atrás, una gran horda permanecía quieta, esperando ver a un ser vivo frente ellos.

    A Nacho le costó media vida (notese la ironía) esquivar aquella calle, cubriéndose tras una ligera carrerilla en vehículos volcados, mientras los muertos pululaban, errantes, por aquella calle que mostraba un escenario tétrico. Ahora mismo, Nacho tenía en mente una sola cosa: encontrar a su hermana pequeña de once años, Alexia.

    No recuerda como desapareció, pues todo fue confuso desde que aquel hombre corpulento lo derribase saliendo de la nada. Entonces, mientras caminaba, el ruido de una rama rompiéndose le hizo dar un brinco.

    — Joder... joder... — Se dijo Nacho, suplicando que fuese otra cosa menos "eso".

    Entonces, una linterna le iluminó la cara como si la luz del cielo se lo quisiese llevar, y por un instante no pudo observar nada, solo una luz fugaz. Cuando aquel hombre misterioso bajó la linterna, Nacho pudo verlo bien. ¿Quién era ese extraño que no ha visto nunca y que diablos quería?
     
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  7. Threadmarks: Aterrizaje forzoso
     
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    Historia 5: Aterrizaje Forzoso

    Día 7 tras la pandemia mundial.



    El piloto salió de la cabina, mostrando un rostro sombrío, una expresión de terror permanecía en su cara. Los pasajeros observaron al pobre hombre, esperando la noticia.

    — E-el... avión... tiene una avería en el motor. No tardaremos en descender forzosamente. — Musitó el piloto, ante los murmullos de la gente.

    Justo tras las palabras del serio piloto, el avión pareció dar un brinco, y las luces se apagaron, pasando así a las luces de emergencia.

    "¡Señores pasajeros, les rogamos que recuerden el protocolo en caso de choque y les pedimos que permanezcan en sus asientos! ¡Trataré de estabilizar el avión! ¡Aterrizaremos en las llanuras de Dinamarca!"

    Entonces los gritos comenzaron a sucederse, mientras las súplicas a Dios incrementaban. Esteban, que iba a visitar a su novia en Estocolmo, permanecía hiperventilando y con el respirador en la boca, como otras muchas personas. Entonces, como si entrase en un bucle, el avión se sacudió y pareció alcanzar una velocidad inimaginable.

    Los gritos de angustia se mezclaron con el fuerte aire que se filtraba, mientras en la cabina los pilotos luchaban contra todo pronostico. Entonces unos pitidos en modo de alarma comenzaron a sonar de manera estrepitosa.

    Fueron solo unos segundos, pero Esteban además de ver pasar toda su vida, vio algo en el avión que no cuadraba. Una de las azafatas atacó a otra, arrancándole la yugular de cuajo, mientras borbotones de sangre salían disparados en todas direcciones. La multitud, entre ellos Esteban, no daban crédito a lo que sucedía. Tanto ruido ensordecedor nubló casi por completo la vista de Esteban, que ya ni sabía que sucedía.

    Alguien abrió la compuerta y se sucedieron varios saltos por parte de los pasajeros, que cogían los paracaídas que encontraban, a pesar de no saber como utilizarlos, y se lanzaban en busca de la salvación. Pero Esteban, solo observaba con incredulidad aquella escena de terror puro que jamás olvidaría.

    Antes de que Esteban pudiese dar un último respiro, el avión se estrelló contra las llanuras de Dinamarca, mientras la ciudad de Copenhague sucumbía a una misteriosa plaga.

    El avión, finalmente, explosionó brutalmente, quemando todo lo que había alrededor en un radio de 30 kilómetros, mientras trozos de metal aun llovían del cielo.
     
    Última edición: 3 Marzo 2015
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  8. Threadmarks: Hasta que la muerte los separe
     
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    Historia 6: Hasta que la Muerte los Separe


    Día 2 tras la pandemia mundial.


    ¿Que harías si el día de la boda de tus padres, un virus letal aparece? ¿Que harías, si de pronto, tu felicidad se transforma en terror?

    Josh era feliz, quizá mas que sus padres. Verlos unirse en santo matrimonio le hacía sentirse eufórico. Junto su pequeña hermana Helen observaban los decorativos de la boda, en un lugar montañoso que daba unas vistas excelentes al mar. En ese lugar, sus padres se conocieron. Su tío Randy grababa todo con una cámara de mano, para que los novios tuviesen un recuerdo del día mas feliz de sus vidas. Pronto eso cambiaría.

    Josh ya vio en las noticias que algo andaba mal, pues hablaban de "canibalismo", "vandalismo" y "brutalidad". Josh no le daba mucha importancia. Por fin, el momento de la ceremonia llegó. Josh se sentó junto su hermana y primos, bien vestidos y arreglados. El piano tocaba, anunciando la llegada de la novia al "trono". Su marido la tomo de la mano y la miró con unos ojos de niño enamorado. El padre Rafael relataba unos textos de la biblia, cuando tío Randy se desplomó en el suelo.

    La gente, asombrada, corrió a socorrerle, sin saber que el infierno se iba a desatar. Tío Randy despertó unos minutos después, con unos ojos furicos de color rojo blanquezino, y sus dientes parecían haber cambiado. Miró el mundo con nueva perspectiva: la zombi. A su lado estaba tía Mely, dando las gracias a Dios por hacer que su marido estuviese bien. Poco duraron sus plegarias cuando su marido le arrancó media yugular. La gente enloqueció. Josh reaccionó como pocos y cogió a su hermana y arrancó a correr como nunca lo hizo.

    Su hermana sollozaba a su lado, mientras corrían y corrían hasta que sus piernas no pudiesen más. Sus padres corrían detrás de ellos, llamándoles. Josh parecía no oirles, solo tenía en mente la mirada rabiosa de su tío. Nada le frenaba. La gente en la boda comenzaba a transformarse en seres endiablados y con características primitivas. Nadie supo como, pero, casi al acto, la zona fue acordonada y equipos SWAT rodeaban el lugar. Josh continuaba avanzando con Helen cogida de su mano. Sus padres aun iban detrás.

    Enfrente de ellos varios vehículos gubernamentales permanecían cortando la calle. Casi diez SWAT estaban allí, preparando un puesto de control. Al ver a la familia corriendo, los SWAT levantaron sus rifles de asalto, todos al mismo tiempo.

    — ¡Todos quietos! ¡Pónganse de rodillas!

    Josh y Helen frenaron en seco. Josh vio las armas y entró en un estado defensivo. Obedecieron y se pusieron de rodillas, seguidos de sus padres, que vieron como en cuestión de minutos el día mas feliz de sus vidas se convirtió en una pesadilla.

    — ¡Chico, compruebe que no están infectados! — Exclamo el que parecía mandar a uno de sus discípulos.

    Este no dudo, cogió un aparato extraño, parecido a un teléfono vía satélite y lo colocó sobre la muñeca de Josh. Su pulso estaba acelerado, estaba en éxtasis y la adrenalina le impedía hablar.

    — Limpio.

    Helen sollozaba, mientras el joven policía la miraba con ojos apagados.

    — Limpia.

    Su padre chirriaba con los dientes, sudaba como un perro y tenía la mirada perdida. Sangraba del costado derecho. Le colocaron el aparato, y este soltó un pitido, como el de un microondas.

    — ¡Tenemos un infectado! — Dijo el joven chico.

    — ¡Eso es mentira! ¡Estoy bien! — Replicó el padre, viéndose superado.

    Tres rifles se posaron en su nuca, mientras le colocaban unas esposas. La mujer lloraba, mientras le efectuaban el protocolo.

    — Limpia.

    — Esta bien, llévense a la familia y dejen al padre. Ya saben que hacer. — Dijo el jefe.

    — ¡No, no! ¡Esperen! ¡¿Que le van a hacer?! — Dijo la mujer, tratando de zafarse de las manos de un policía.

    — Efectuar el protocolo. No debería mirar.

    — ¡No tocarán a mi marido!

    La mujer se lanzó sobre el chico que se la llevaba y este, asustado, disparó una ráfaga de balas, que impactaron en el abdomen de la novia.

    — ¡Corr... ¡Corr...ed! ¡Hijos, salv...ensé! — La mujer trataba de vocalizar.

    De repente, el padre, consumido por el virus, se lanzó contra varios SWAT, que, viéndose superados por la ira de este extraño animal, forcejeaban por salvarse. Josh y Helen comenzaron a correr, alejándose del lugar. Cuando estaban a unos 200 metros, Josh vio como gastaban todo un cargador de balas en su padre, en aquella cosa. Una lágrima cayó por sus mejillas, mientras tapaba los ojos a Helen para que no observase la escena. Mientras se iban, Helen habló.

    — ¿Donde vamos, Josh? — Dijo la niña de 8 años, con una voz angelical.

    Josh sintió una punzada en el corazón. Giró por última vez su vista, para ver aquel asentamiento a lo lejos, y la volvió, triste.

    — A un lugar seguro.

    — Y... ¿cuando volverán papá y mamá? ¿Estarán bien?

    Y Josh rompió a llorar, como jamás lo hubiese imaginado.
     
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    Kiros Lionheart

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    Tenia pendiente volver a pasarme por aqui y actualizarme, pero bueno, antes con las obligaciones que tuve se me ha habia olvidado.

    Cada vez que leo estos relatos siempre me causan mas intrigas sobre lo que sucedera, ademas de eso me encanta el suspenso que me manejas en cada capitulo.

    Saludos.
     
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  10.  
    Manuvalk

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    Gracias por pasarte :)
     
  11.  
    Fénix Kazeblade

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    Tristeza, miseria y caos eso es lo que ocurre cuando los muertos caminan entre los vivos y todos se acaban entre todos, el toque de drama, los sentimientos intensos como Rick deschabetanse en Alexandria estás en tu campo, espero solo que guardes un buen argumento para ese libro. El mío ya es casi una realidad y quiero encontrarte firmando con Universal studios para hacer una peli cada quien. El que más me gusto fue el del avión, no sé siempre me ha gustado como escenario para estas cosas.

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  12. Threadmarks: El revólver
     
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    Historia 7: El Revolver



    30 días tras la pandemia zombie.


    Una capa de polvo envolvía un revolver que no era usado desde hacía mucho tiempo. Permanecía el arma quieta en la mesa, esperando ser usada, ser disparada. La luz lunar se filtraba por las rendijas de la persiana y alumbraban con sombras la habitación callada. El sonido de casquillos rebotando en el suelo de la calle parecía sonar por todos lados, seguido de la ruidosa sirena del coche de policía.

    En la pequeña calle, los gritos de pobres almas se sucedían, seguidos de disparos infames. Ryan se asomó por la ventana, evitando ser descubierto por aquel grupo se soldados del ejercito, demasiado ocupados en asesinar tanto vivos como muertos. Sus armas automáticas soltaban ráfagas de furia contra gente que solo quería escapar de la zona de cuarentena.

    Una dictadura se establecía en ella, siendo comandada por un coronel un tanto irascible y con una maldad muy poco común. Ryan observaba con rabia en sus ojos y se preguntaba como una escena tan atroz podía ser tan normal para ellos. Apretó los dientes, sintiendo el dolor que esas personas ya muertas a tiros habrían sentido. Se giró y con prisa cogió una bolsa que utilizaba de maleta, que permanecía al lado de la puerta.

    Cuando iba a salir por la puerta, pareció darse cuenta de que algo se le olvidaba, se le escapaba de esa mente muy ocupada en sobrevivir. Buscó con la mirada lo que necesitaba, y, allí, el revolver estaba en una mesa llena de motas de polvo. Al cogerla, el arma dejó su imagen estampada en el polvo de la mesa. Ryan se sumió en sus pensamientos por unos segundos, pero entonces se sucedieron varios golpes en la puerta de su cubículo.

    — ¡Soy de la FECV! ¡Abra la puerta! — La voz que sonaba tras la puerta parecía ir en serio.

    (FECV: Fuerza Especial de Contención Vírica)

    Ryan se tragó sus palabras y apretó el revolver en su mano, ahora perdiendo el polvo y adheriendose en su mano. Levantó los brazos, apuntando con el arma hacía la puerta. Segundos golpes comenzaron a sonar. El sudor y las palpitaciones de Ryan iban en aumento. Por el rabillo del ojo observo la calle, llena de soldados armados hasta los dientes y golpeando cada puerta.

    Justo en ese momento su puerta se vino abajo y el soldado tardó varios segundos en encontrarlo en la oscuridad, pero antes de que pudiese decir algo, dos balas de pequeño calibre dieron en su cuello y torso, haciéndolo caer al instante. Ryan observo su revolver. De este salía un humo blanco y espeso, pues hacía mucho tiempo que no era usado. Sin darse tiempo a más, Ryan supo que era hora de irse.

    La zona de cuarentena no era lo que era. El revolver fue usado, y lo iba a ser más.
     
    Última edición: 3 Abril 2015
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  13.  
    Fushimi Natsu

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    Me gusta lo que has creado, este conjunto de pequeños relatos que cuentan cada día a día tras este apocalipsis aunque creo que aún no queda claro cómo es que se difuminó el virus. Hasta ahora los más cercanos al comienzo han sido las historias cinco y seis, y me siento impaciente por saber qué acontecimientos sucederán para el primer día o el anterior al desarrollo de la pandemia. Estoy segura de que no darás una gran revelación.

    Aguarda por la pronta continuación. Saludos :)
     
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  14. Threadmarks: Paciente cero
     
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    Historia 8: Paciente Cero



    Día 0 tras la pandemia mundial.


    — ¡Pero si mi casa está ahí! ¡Necesito coger algunas pertenencias! — Insistía una mujer de mediana edad al agente que permanecía al otro lado de la cinta.

    — Lo siento señora, pero esta zona está acordonada y no se le permite el paso al personal civil. Perdone las molestias. — Respondió el agente, mientras escribía en una pequeña libreta.

    — ¡Esto es vergonzoso! ¡Tengo derechos!

    La calle estaba acordonada y vehículos policiales rodeaban el lugar. En un lado de la calle habían pisos que ahora eran desahuciados por el bien de dichas familias y no permitían el paso a la gente.

    En el lado opuesto, una hamburguesería de nombre Burger Shot era inspeccionada por forenses, mientras camareros y dependientes del lugar hablaban con las autoridades.

    — El muerto se llama Bennet Clinton, avanzada edad, soltero y sin familia. — Explicaba el forense jefe. — Al parecer, una hamburguesa con queso y bacon en mal estado. Los análisis de sangre muestran un químico extraño, posiblemente un patógeno aislado.

    — Hable en mi idioma, doc. — Dijo el detective de turno.

    — Que la hamburguesa llevaba un virus modificado geneticamente... por humanos.

    — Así que alguien trató de matarle... — Murmuró el detective, mientras apuntaba las pistas.

    — Aun hay más. — Prosiguió el forense. — Se acaban de llevar el cuerpo del señor Clinton, pero antes de subir a la ambulancia para hacerle la autopsia, se ha despertado y ha atacado al personal médico. Lo tienen atado en la camilla.

    — ¿A que esperas? Llévame ante este suceso.

    El forense jefe invitó al detective a seguirle. Salieron de la zona hasta doblar la esquina de la calle. Otra zona acordonada, esta vez con personal militar. Estos portaban unos trajes antivirus y rifles de asalto, los mejores. Al acercarse el forense y el detective, un soldado les cortó el paso.

    — No pueden entrar dentro de la zona contaminada. — Dijo el soldado, sujetando una M90. — Váyanse.

    — Perdone, señor, pero soy detective y este es forense jefe. Necesitamos tener mas pruebas de est...

    — ¡He dicho que se marchen! Este asunto pertenece ahora al gobierno militar. Tenemos ordenes de disparar a quién no obedezca mis instrucciones. Así que no me tienten. Y ahora, ¡largo!

    El detective y el forense se fueron, asombrados por como el asunto se tornó más oscuro.

    — Esto es muy extraño... — Musitó el forense, sacando su teléfono móvil.

    — Así es... investigaré... ¿que hace llamando? — Dijo el detective.

    — No se usted, pero cuando los militares cogen un asunto que tiene que ver químicos o virus, es porque o bien es terrorista o biológico, y serio. Estoy llamando a mi mujer. Me largo de la ciudad, tengo un mal presentimiento. Yo de usted haría lo mismo, señor detective. Si me disculpa... — Finalizó el forense, antes de irse mientras hablaba con su esposa.

    El detective quedó impregnado de una extraña sensación. Algo iba mal, tan mal que no debía ser su asunto. Observó una vez más la escena y se largó, sin saber que ese día iba a ser el comienzo de algo aterrador para la humanidad.
     
    Última edición: 12 Abril 2015
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    Kiros Lionheart

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    Excelentes capítulos.

    Cada vez mas me fascina esta variedad de relatos sobre historias zombis lo que hace este universo apocalíptico del cual escribes, sea mas interesante. Actualizandome en estos dos últimos episodios me encanto la aparición de elementos sobre posible orígenes del virus e investigación. Burguer Shot me hace recordar a la saga Grand Theft Auto xDD. Pero esta muy bien.

    Saludos.

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    Última edición: 12 Abril 2015
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    Fushimi Natsu

    Fushimi Natsu Fanático

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    ¡Sí! ¡El momento del día cero! Ha estado fantástico :D

    Kiros tiene razón, lo que vuelve tan genial esta historia tuya es la forma en la que la desarrollas: pequeños relatos de un mismo hilo conductor pero en el orden que tú deseas, con una variedad de personajes y sucesos que creo que de otra forma sería difícil de manejar y darle a cada uno su lugar. Muy buen trabajo, en serio.

    Ahora ya sabemos cómo todo ha comenzado y lo que resta por saber es cómo concluirá. Lo máximo hasta ahora visto ha sido el cuarto capítulo con sus cincuenta y cinco días tras la pandemia, ¿por cuánto tiempo ésto se extenderá hasta que los humanos puedan recuperar el planeta? O quizás, ¿perderlo para siempre?

    Creo que cualquier cosa puede llegar a pasar. Mientras tanto seguiré disfrutando cada pequeña historia. ¡Saludos! :D

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  17. Threadmarks: Final bueno: Carta para Rachel
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Historia 9 (Final bueno): Carta para Rachel




    Día 724 tras la epidemia mundial.



    "Han pasado dos años desde que los muertos resucitaran. Nadie sabe como comenzó, como aquel virus, aquel patógeno, que se formó y atacó con fiereza a la humanidad. Quizá este era el escarmiento que necesitábamos. Hemos perdido gente, nos hemos encontrado en situaciones de puro terror, casi rozando lo ficticio. Esperamos y aguantamos, pacientes, la llegada de la ayuda. Pero el verdadero logro de esto, ha sido la unión de todo el mundo para parar una amenaza que era real, y era brutal. Rachel, dentro de los muros, estamos a salvo. Quedan pocos muertos vivientes golpeando constantemente el perímetro. Han desarrollado una vacuna, que no nos ayuda a nosotros pero les afecta a ellos. Nadie sabe el nombre del científico que la descubrió, pero su nombre es "Yasha", de idioma griego. Su significado en español es "Salvación", "Socorrer", "Salvar del peligro" y muchos más términos. Afecta al tejido de los no muertos, forzando su cuerpo a pudrirse más rápido. Han mojado las balas con la vacuna en líquido y cuando disparas a un muerto en el pecho, este tarda menos tiempo en descomponerse. Rachel, esto comienza a volver a ser como antes. El ejercito ya habla de recuperar las calles de Nueva York, y contactamos con varias comunidades de refugiados en Boston, Chicago y Nueva Orleans. Bueno, tras separarnos en aquel accidente de metro, cuando comenzó esto, esperaba encontrarte, pero en este tiempo no ha sido posible. Dejare la nota en nuestra antigua casa, pegada en la puerta principal. Me tengo que ir. Espero que encuentres esta carta, pronto.

    Te quiero con toda mi alma, Francis."


    Mientras esta carta es ondeada por el viento, una horda de no muertos avanza lentamente por la calle desierta. Entre estos seres, una mujer de pelo castaño oscuro, ojos verdes, estatura baja y delgada camina erguida. Tiene un collar en el que se lee "Rachel". Carga una mochila de camping en la espalda. Tiene una Glock sujeta en la mano fría y observa a su alrededor el grupo de muertos que la rodea. Ella no es uno de ellos, ella es la "yasha" para ellos.
     
    Última edición: 17 Abril 2015
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  18. Threadmarks: Final malo: Especie dominante
     
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Historia 10 (Final malo): Especie Dominante




    Día 724 tras la epidemia mundial.



    A la lejanía, se divisa un rascacielos con un cartel colgando en el que pone "HELP". El calor es sofocante. Los árboles pierden hojas con el paso del día.

    Las casas son consumidas por las plantas, que se extienden por el vecindario. Un Ferrari sucumbe ante los sucesos meteorológicos del paso del tiempo. Un rifle de asalto sin balas perece en el suelo, inmóvil, sin tener a alguien para utilizarlo.

    Las fabricas no sueltan humo. Por una vez en la civilización, se respira aire puro. Pero no hay nadie para respirarlo. Los no muertos no lo necesitan. Un hombre cuarentón con el cuello partido pero aun pegado al torso avanza torpemente, sorteando los objetos, las pertenencias de lo que alguien fue una persona.

    Los ojos entrecerrados, como el día de su muerte. Unas pupilas muy diminutas se asoman entre el iris. La boca hace pequeños gemidos, mientras permanece abierta. De ella se asoman pocos dientes, ya roídos por las micro-bacterias. Tiene la piel de color gris acero y camina con los músculos engarrotados.

    Le faltan dos dedos de la mano derecha y tiene el codo roto. Arrastra un pie con el tobillo hinchado y en el otro pie no tiene zapato, solo la piel gastada por arrastrar su carne por el asfalto. No siente dolor, no siente la vida... no siente nada.

    Caminará eternamente por la Tierra, seguido de muchos como él. Dentro de varias décadas más no quedará nada que sea humano, salvo ellos. Ellos son la nueva especie dominante.
     
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  19.  
    Fushimi Natsu

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    ¿Ya hemos llegado al final?

    Ambas versiones han sido geniales, aunque mi favorita ha sido la buena, claro :)

    La carta fue muy bonita y espero que estos dos puedan reencontrarse. Al menos ambos han llegado hasta aquí, donde el futuro esperanzador nuevamente comienza y una pregunta que me queda es cómo Rachel llegó a desarrollar esa vacuna. ¿Es que ella ya era una especie de científica? Aunque me es difícil creerlo, más teniendo en cuenta cómo Francis describió su uso... Vaya, qué dirá él cuando sepa la identidad de Yasha.

    Y el final malo es algo que quisiera jamás llegara a pasar, pero muy realista dentro de las posibilidades. Es obvio que si los zombis no son exterminados, seguirán consumiendo e infectando a los humanos hasta llegar aquí, donde se hacen con el planeta. ¿Y luego qué? Supongo que esta especie dominante seguirá deambulando y devorándose entre ellos... O evolucionando, lo cual me parece una idea interesante ahora que lo pienso.

    Como sea, muy buen trabajo compañero. Ha sido una historia muy atractiva y dinámica, sin perder el rumbo pese a lo inconexo de cada relato, mas no habría habido otra forma de reunir tantas situaciones diversas. ¡Saludos!

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    Última edición: 17 Abril 2015
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