Esta historia fue inspirada en un personaje de evento en Priston Tale, juego mmorpg. Espero os guste. Reflejos de un alma Sin ganas de nada, así se definió, anhelando ser otro, con un frío constante en el cuerpo y una presión el pecho. Sus pies se dormían, sumergidos en un hormigueo vibrante. ¿Cómo era posible que otros encuentren la vida tan divertida? ¿Sería que a él no le tocó su parte?Llegó a pensar que alguien olvidó escribir su destino, o que era la entidad secundaria en la historia de nadie… No recordaba nada en especial. Sabía hacer cosas, sí, pero las encontraba inútiles.Una bola de fuego ¿para qué? Un rayo de luz ¿para qué? Un escudo sagrado ¿para qué? Estuvo mucho tiempo allí, recostado de frente al cielo, sin saber del tiempo ni del espacio. Sólo mirando, sin fijar la vista en algún lugar. Cuando se reincorporó, quiso ver su reflejo. Tomó un trozo de vidrio que encontró en su bolsa y lo puso frente así, pero no encontró su semblante, intentó sonreír y no pudo.En ese fugaz momento su estómago se retorció y su mente comprendió un poco, sólo un poco, mas no lo suficiente.No buscó a su alrededor, no se veía nada, pero sabía que habían más. Una vaga esencia, de aroma indescriptible lo puso en estado de alerta. Esperó. Y siguió esperando.Nada sucedió. Todo siguió aparentemente igual. Se empezó a desesperar. Ya no era agradable aquella sensación.Le dio rabia. Se sacudió fuerte, fue un estremecimiento violento, no quería aquel sentimiento y pensó que así lo podía alejar. Estaba oscuro, quizás era de noche, mientras avanzaba por lugares nunca vistos, una sombra se cruzó ante sus ojos, su mirada la siguió y cuando encontró donde posarse enfocó la vista. Una enorme criatura, monstruosa, de alas gigantes, ojos dorados, piel gruesa y áspera estaba allí, de costado a él, vomitando fuego. Retrocedió, tanto que llegó sin darse cuenta a una ciénaga y calló a una zona pantanosa.Un haz de miedo lo atravesó. Movió un pie, después el otro, y supo que no podría salir, nunca.Miles de pequeñas abstracciones se empezaron a acumular a su alrededor. Nadie lo tocaba aún. Otra vez el paso del tiempo se tornó extraño. Más nunca hubo día, sólo noche, una noche sin estrellas y sin luna. Él ya no pensaba. Sólo estaba ahí, con los ojos fijos y la expresión vacía que siempre tuvo. Su corazón latía lento, sin esfuerzos exagerados. Las pequeñas criaturas aún seguían allí, eran cientos, eran miles. Una de ellas se acercó a él. Tocó su piel sumergida en el barro, sus pequeños dientes la atravesaron, un poco de sangre salió de la herida. Él no sintió dolor. Poco a poco las demás criaturas empezaron a acercarse y el desafortunado no mostró signo de advertirlas.Miles de dientecillos se adherían a su piel y ésta fue siendo desmenuzada, así como sus uñas fueron carcomidas.Pronto sus órganos estuvieron al descubierto, con una secreción viscosa, amarillenta y se olor indescriptiblemente repugnante emanando de ellos. Estos pequeños seres se comenzaron a introducir en su cuerpo. La conciencia aún no lo había abandonado, podía ver cómo esto sucedía, podía sentir como lo invadían.Cada vez que una de ellas ingresaba, una descarga eléctrica recorría la zona. Pronto todas estaban dentro y él se sintió como un muñeco lleno de piedrillas. Cerró los ojos y se desvaneció. Un golpe estruendoso los sacudió. Abrió los ojos. Estaba en su recamara, cien años después.¿Un recuerdo en un sueño o un sueño con un recuerdo? Alguien lo llamaba.Abrió la puerta. Un cíclope estaba detrás de ella y con voz zonza indició:- My lord, han traído estos amuletos para usted, para el Mago Oscuro. Los tocó y cerró la medieval puerta.Se equipó con su bata azabache y sus predilectas botas y demás accesorios.Una varita cromada, con un rubí en la punta se marchó con él. Tenían una importante invasión que realizar…