Capítulo I: Olvido Destruido. Lucy nunca pudo explicar como demonios fue que alguien entró a su apartamento a mitad de la noche. Se dejó caer en el suelo y comenzó a llorar, encima que no había nadie a quien recurrir; todos se fueron; todos siguieron distintos caminos. Tal vez era una señal, una advertencia. Ella no era apta para ser una maga, pero si no era una maga, ¿qué podía ser? ¿Maestra?, bien podría ser comerciante. Con sólo mencionar el nombre de su padre le harían lugar en love and lucky. Pero aún así, ¿sería feliz con eso? No, simple y eternamente no. Las sostuvo, todas estaban iguales: destruidas, olvidadas. Sus amadas doce llaves estaban rotas.