Allan "Crow" Jordan. Sin duda, era difícil bajar algo que estaba a tanta altura, más aún siendo un cadáver. Mi mirada se posó entonces en un chico que también inspeccionaba el cadáver. Nagito y su mirada estúpida seguían embobados analizando el sitio, y solo ese chico y otro que, si no recordaba mal, era el super patinador, eran los únicos que no estaban ya ocupados inspeccionando otros lugares. Así que hablé en voz alta. —¿Alguno de los dos podría ayudar aquí? —bufé, con algo de desgana. Como tuviese que depender de esos borregos para todo, podría darme por muerto en pocos días. Pero bueno, de momento, necesitaba la ayuda de alguno de ellos, aunque fuese para algo tan tonto como eso. Contenido oculto Nekita Rojo FireRed , ¿quién se sube a los hombros de Crow? :D
Joseph Haría algo que nunca quise hacer durante la llegada de la isla, hablar —Deja ayudo, alguien tiene que hacer el trabajo sucio —me limité a acercarme— Alguien debería subirse y bajar el cadáver, por lo que no me molestaría hacer semejante cosa Si me subía a sus hombros, lograría llegar al cadáver de Aika tranquilamente, al menos
Ambos jóvenes antisociales hicieron equipo para llegar a un fin común. Joseph se subió a los hombros de Crow y, desde esa nueva altura, llegó a estar lo suficientemente cerca como para desatar la soga y atrapar al cuerpo de Aika en sus manos. Lentamente, depositaron el cadáver en el suelo con suavidad. Su compañera fallecida ahora se encontraba sobre el piso del rancho… y ahora que se encontraba allí, podían examinar el cadáver apropiadamente.
Allan "Crow" Jordan. —Tocar un cadáver sin el permiso de un forense y sin ser policía. Demasiado ilegal —susurré, entre risas, mientras analizaba el cadáver de Aika. Y entonces recordé: ¿no había un médico en la isla? De ser así, él debería analizar el cadáver más que los demás, eso estaba claro. Pero no perdería nada por echar un vistazo al cuerpo yo mismo. No hacía falta ser licenciado en nada para pensar con lógica y detectar heridas o marcas en el cuerpo. Y aquí, la causa de la muerte se me hacía fundamental. —Ahora aparta —le espeté al chico mientras lo bajaba de mis hombros, sin preocuparme demasiado de si caía con estabilidad o no—. Este cadáver es mío, vete a investigar otra cosa.
Joseph Después de bajarme, simplemente me limité a obedecer a lo que dijo, era mejor dejarlo a un experto en el tema Menos mal Aika era sanísima, tocar un cadáver así mínimo se te pegan todas las enfermedades habidas y por haber Luego de eso me dispuse a ver que mas había en escena que podía ser investigado con determinación, de aquí no me iría sin respuestas Hmm, la puerta del granero debería tener algo que podría ver
Crow se inclinó hacia el cadáver y lo examinó con cautela. El cadáver se encontraba blanco, pálido, toda vida había abandonado ese cuerpo sin duda. Se encontraba frío… muy frío. Su muerte no había ocurrido hacia sólo unos minutos, eso era seguro. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había perdido la vida? Era difícil determinarlo… El muchacho vio marcas de quemaduras de soga alrededor del cuello de la chica, pero eso era algo que ya se esperaba. Lo que sí llamó su atención era su pecho; mostraba manchas de sangre, sobre ello no había duda. ¿Había sangre en su pecho? Sí, era sangre… no lo había notado a la distancia, pero ahora notaba que la sudadera de la chica se encontraba manchada de sangre… ¡Autopsia preliminar de Aika añadida al Archivo del caso!
Evangeline Jones La taza de café que mantenía sujeta entre mis manos comenzó a temblar, peligrando con derramarse en la mesa de un momento a otro. Todas las voces del restaurante se silenciaron en cuanto la voz de Monokuma comenzó a resonar en nuestros oídos. Mis ojos se abrieron en medio de la conmoción del momento, paralizada en mi asiento. Había pasado. Aquel oso del demonio lo había conseguido: se había hallado un cadaver. El primer cadaver. Y la ínfima esperanza a la que me había estado aferrando hasta ahora, aquella que pretendía creer que ninguno de nosotros sería capaz de cometer tal acto, se esfumó, al igual que cualquier rasto que indicase que acababa de llevarse a cabo el comunicado. Y me sentí tremendamente estúpida por haber creído en algo así. Mi cuerpo reaccionó de súbito, dejando la taza con brusquedad sin siquiera acabarla, y eché a correr escaleras abajo, fuera del restaurante y de todos ellos. Y corrí, a pesar de no estar preparada para ver semejante escenario ante mis ojos. Sentía que si permanecía un minuto más allí, acabaría asfixiada por la propia tensión del momento. *** Por primera vez en mucho tiempo, mi coraza comenzó a flaquear ante la escena que se mostraba frente a mis ojos. Varios estudiantes se encontraban ya allí, tratando de investigar la zona, recolectar pistas y tratar de sacar algo en claro. Envidiaba su fortaleza en aquellos momentos. La envidiaba con toda mi alma. ¿Por qué me estaba costando tanto mantenerme en pie frente a aquella joven muerta? ¿No se suponía que yo era fuerte? ¿Por qué... Por qué mis piernas flaqueaban en un momento como este? Odiaba no saberlo. Pero más odiaba saber que en el fondo tratar de ser lo que no era. Comencé a caminar por la zona, sin saber muy bien a donde dirigirme. Me encontraba algo aturdida, y no podía sacar la mirada de la víctima. Era una persona egoísta, al fin y al cabo. El sentimiento de supervivencia se interponía al de tristeza por la muerte de una persona inocente. Ahora mismo lo que más me importaba era lograr encontrar al culpable de todo esto, sí, pero no por ella. Si no por asegurar mi supervivencia a su costa. Así de ruines podíamos llegar a ser los seres humanos en el fondo. Lo lamento, Aika... Lo lamento. Me dirigí entonces hacia el interior del granero, observando sus paredes en busca de cualquier pista que necesitasemos más adelante.
Alethea Ethans Llegué rápidamente al Rancho, comprobando rápidamente que era cierto. El cadáver de Aika, la súper atleta, se encontraba ahí, colgada de la viga. Me tapé el rostro, impresionada. ¿Tan poco había durado la paz y la tranquilidad en ese sitio? Me tuve que recomponer rápidamente, sobre todo cuanto Monokuma nos informó que tendríamos que investigar el lugar antes del juicio. —Lograremos encontrar a tu asesino, Aika, lo haremos —murmuré, para mí misma, intentando convencerme a mí misma de que tenía que moverme y empezar a hacer algo, como el resto de alumnos. Debía ayudar. Así que, aun con cierta pesadez, pero algo de convicción, caminé hasta un sitio en el equ poder apoyarme, pudiendo así mirar el archivo Monokuma desde mi Manual, intentando descubrir que habría ahí y porqué el director nos lo había facilitado.
Allan "Crow" Jordan —Sangre... —susurré, pensativo—. Sangre, pero no heridas. Al menos no visibles. Exacto. Si había sangre sin haber heridas, eso era porque probablemente, la sangre procedería de otra persona. Y eso empezaba a contradecir mi teoría del suicidio. Aunque quizá la sangre tenía otra etiología, era un factor a tener en cuenta. Por otro lado, marcas de soga, algo bastante claro. ¿Murió ahorcada, o alguien la estranguló, sea con la soga o con sus propias manos? Y sobre el cadáver, estaba frío... mínimo llevaba horas muerto, la temperatura corporal suele empezar a bajar en los muertos a las 8 o 12 horas de la muerte... o algo así. Sí, definitivamente, ese médico debería mover el culo y venir aquí a investigar el cadáver. Lo necesitábamos. —Veamos si la sudadera esconde algo más —me dije, mientras hurgaba en la prenda. Quien sabe, igual tenía algún objeto de valor. Eso y pistas, claro. Pero el objeto de valor también era importante.
Celia Ackerman Crow y el friki bajaron el cadáver, así que quizás pudiera examinarlo luego. Aunque para qué, ptché. Ya lo haría ese medicucho, seguro. Por mi parte, estas pilas de paja aguadraban algo y lo descubriría. —Coño, pero si estos montones... ¡Están apilados a conciencia, seguro! Me parece que alguien los ha movido recientemente, ¿por qué habrá sido? —me pregunté algo confusa, sin saber bien de qué iba todo esto. Probé a empujarlos, a ver si se movían. Si se podían mover, definitivamente alguien lo habría hecho; y si alguien los había movido podía ser una prueba relevante en la investigación. Ahora quedaba por determinar una cosa: ¿para qué los habría utilizado?
Evangeline caminó a lo largo de la pared del granero en busca de alguna pista… y cuando llegó a la pared del fondo del lugar, se detuvo. Algo allí no cuadraba… no podía explicar por qué, pero… sentía como si allí faltara algo… ¿Quizás alguien que hubiese estado ya dentro del granero anteriormente podría decirle que faltaba allí?
El Archivo Monokuma… se trataba de un documento en el cual había una foto del cuerpo sin vida de Aika, y junto a la misma un largo texto que parecía haber sido redactado por Monokuma. "La víctima fue Aika Izumi, la Súper Atleta de Preparatoria. El cuerpo fue hallado en el granero del Rancho Usami. La hora de muerte es indeterminada… pero es evidente que fue asesinada en aquella área. La causa de muerte parece ser ahorcamiento." Eso era todo lo que ponía. Parecía ser una especie de reporte… como una autopsia, pero no tan precisa. De todos modos, de seguro servía para establecer lo básico del caso… ¡Archivo Monokuma #1 añadido al Archivo del caso!
Evangeline Jones Por alguna razón que desconocía, sentía que algo faltaba allí. No podría decirlo con exactitud, pues recordaba perfectamente la primera vez que acudí al rancho, siendo esta la única puerta que no había logrado abrir. Y teniendo en cuenta este dato, imaginé que las personas que habían logrado abrirla serían aquellas que divisaron el cadáver, y ellos tampoco habrían podido apreciar esta falta. Solo había una persona que supiese bien lo que contenía su propio rancho. Caminé hacia Monomi, encontrándomela allí, en silencio, con la mirada gacha y entristecida. Carraspeé un poco para no tomarla por sorpresa: no tenía ánimos para fastidiarla como hubiese hecho anteriormente. —Eh, Monomi —la llamé, desviando la mirada hacia el propio granero. Lo señalé tras mi espalda—. ¿No te parece que falta algo allí? ¿Podrías decirme si estoy en lo cierto?
Al revisar los bolsillos de la sudadera de la chica… Crow escontró un objeto allí. Se trataba de uno de los walkie-talkie del supermercado, que Ziro había conseguido para todos… pero había algo en particular sobre éste. En primer lugar, se encontraba apagado, y en segundo lugar y más importante aún… se encontraba manchado de sangre. ¿Sería la sangre de Aika, o de su asesino? Era difícil determinarlo para él… Eso parecía ser todo lo que Crow podía saber del cadáver. Tal vez alguien más adecuado para examinarlo sí pudiese descubrir algo nuevo allí… ¡Walkie-talkie de Aika añadido al Archivo del caso!
Joseph Pensaba en algo que me había llamado la atención Dado al nivel de vigilancia a que están sometidas todas las instalaciones, mínimo debería haber un monitor o una cámara de seguridad Tenía esa corazonada, ya que incluso el Edificio Viejo estaba vigilado, por lo que un lugar tan trivial como el Rancho también debería de estarlo A ver... Empecé a ver por el techo y las paredes, a ver si podía encontrar al menos una de las dos cosas
Karen Foster Lentamente me acerqué a las puertas del granero, intentando recuperar el aliento. Me había tomado tanto tiempo encontrarlo y, ahora que estaba aquí, tenía tanto miedo de entrar y ver que alguien había muerto. Jamás habría imaginado que alguien caería tan rápido en la desesperación... —Muy bien, muy bien, ahora soy la fotógrafa. Me guste o no, tengo que entrar a ayudar. Primero tomé una foto de la fachada, para darme valor. Ya adentro, descubrí cuántos de mis compañeros se encontraban allí, cada quien investigando. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue el chico Crow junto al cuerpo inerte de... ¿Aika? ¡Sí, era ella! ¡La súper atleta! Aika había sido la primer víctima, ¿pero por qué? —Na-Nagito —llamé al chico mientras me acercaba a él—. ¿Qué fue lo que ocurrió aquí?
En efecto, Celia logró mover aquellas pilas de paja fuera del camino. Tomó unos minutos, pero en cuanto lo hizo… se dio cuenta de que valió la pena. El suelo en esa parte del granero se encontraba manchado de sangre. Una notoria cantidad de sangre casi seca se había acumulado allí… y al revisar el último fardo de paja que había apartado, Celia pudo comprobar que la parte inferior de éste también estaba teñida de rojo. Habían sido colocados allí para ocultad aquella sangre… pero, ¿por quién? ¡Pilas de paja añadido al Archivo del caso!
Allan "Crow" Jordan. Un walkie-talkie. Vaya... juraría que ese objeto nos lo dio Nagito en el desayuno, no antes. Al menos, hasta donde yo sabía. Curioso que Aika, que no se presentó en el desayuno, tuviese uno en sus bolsillos. Y esa sangre... Agh, sin duda el maldito médico debería aparecer de una vez, ¿es que no tenía oídos? El anuncio de Monokuma resonó en toda la maldita isla, demonios. Pero en fin. Mi mirada pasó por Nagito. No me inspiraba confianza, actuaba demasiado alegre. La gente demasiado alegre suele tener problemas ocultos, traumas, inseguridades, miedos... y ese tipo de personas, las débiles, son las más peligrosas en esta situación, donde solo con fuerza de voluntad puede uno contenerse y no matar a otro. La salida fácil, después de todo, es matar. Si es que acaso no era todo una trampa, porque claramente, habiendo tantas personas, por muy imbéciles que sean la mayoría, hay altas probabilidades de que seas descubierto por ellas. Oh, vamos, si fuese tan fácil, yo ya habría matado. Pero en fin. Miré hacia las vigas... me preguntaba si podría ver algún indicio a simple vista. Esperaba no necesitar de la ayuda de algún zoquete de estos otra vez...
Alethea Ethans Lo que en el archivo aparecía, no decía mucho, solo lo que se veía a simple vista. ¿Lo había escrito Monokuma? Porque era sospechoso, lo mirase por donde lo mirase, seguro que él sabía más al respecto y nos estaba intentando engañar... porque él no nos ayudaría a ganar, ¿no? Suspiré mientras apagaba el manual. Lo siguiente fue investigar la puerta.
—E… ¡¿eh?! —exclamó Monomi, saliendo de su trance y volviendo a la realidad—. Ah… no sé, la verdad es que no se de qué estás hablando, Evangeline… Monomi no parecía estar mintiendo, así que… tal vez era otra persona quien había estado antes dentro del granero… —Esto… ¿había algo más que querías preguntarme? —consultó Monomi gentilmente, intentando ser de ayuda de alguna forma. >> Opción A: ¿Qué puedes decirme del rancho? >> Opción B: ¿Qué puedes decirme de Aika? >> Opción C: ¿Qué puedes decirme de Monokuma?