Gran Garladia Ragnarok, el último bastión

Erin Elroy

Apenas verbalizó la duda sentí que algo se me clavaba en el pecho, no supe si fue tristeza, miedo, culpa o todas juntas. Él se estaba desvaneciendo como los monstruos frente a nuestros ojos, estaba volviendo al ciclo, y volví a preguntarme por incontable vez si algo de lo que hacíamos realmente respondía a algún bien. Aura seguía avanzando, la gente seguía muriendo y los nuestros seguían siendo la moneda de cobro, sin siquiera permitirnos observar resultados reales.

Las lágrimas lo vencieron por completo, una tras otra brotaron y se me ocurrió que en realidad debía llorar, ya no el dolor del cuerpo, si no todo el restante, ese que Claire había adormecido junto al rencor. Siguió hablando, lo seguí escuchando y cuando su mano palpó su cintura sentí el peso de lo que iba a entregarme incluso antes de tenerlo en mis manos.

Otra arma que representaba una vida que no podía ser.

Sentí rechazo por el mandoble, no porque fuese suyo si no por lo que representaba, pero a pesar de eso extendí las manos y recibí el arma. Estábamos en el nido de un monstruo, pero en esa acción hubo algo de solemnidad que no pude ignorar y aunque sentí el nudo salado en el fondo de la garganta me esforcé en mantener la compostura.

Que protegiera a Eigis por él.

Primero debía encontrarla.​

No pudo completar el pedido a pesar de lo obvio que era, falleció frente a nosotros y pronto su cuerpo se desintegró, dejando solo una armadura vacía. No había siquiera un cuerpo, todo lo que quedó fue el anillo y cuando lo tomé noté el peso. No sabía si era mejor o peor, pero puede que todo lo que conserváramos de Arthur, yo como su superior, y Eigis como la persona que lo había amado fuese esto. Un alma contenida en un objeto.

—Se lo diré —susurré con los ojos en la armadura ahora vacía—. Descansa, Arthur.

Sabía que teníamos que irnos, que no podíamos quedarnos aquí, pero tuve que tomarme un tiempo para procesar lo que había sucedido. Sentir el peso del mandoble, el del anillo y aceptar que Arthur no podría volver a casa, aunque no era que tuviéramos una como tal para este punto, y peor aún que no podría volver con Eigis para que ella pudiera disculparse. Quizás debía dar gracias, ¿no? Porque mis Titanes siguieran con vida. Tal vez debía hacerlo, pero de repente sentí que estaban tan condenados como Arthur, porque también cargaba sus armas.

Rigel me hizo reaccionar, asentí con la cabeza y tuve que tragar grueso, con la realidad aplastándome el pecho cada vez con más insistencia. No me levanté de inmediato de todas formas, llevé una mano a la armadura vacía y la suspendí allí como una suerte de despedida definitiva. Al regresar el brazo a mi espacio me levanté, cargando el anillo y el mandoble, y seguí a los demás al retroceder por el camino que habíamos tomado para llegar hasta allí.

Nos movimos a otra ciudad donde podríamos descansar antes de elegir otro objetivo. Al llegar tuve que tomar otra pausa, seguir batallando con las emociones que me repicaban en el cuerpo y solo después pude decidir hacer otras cosas. Teníamos que seguir funcionando, quisiéramos o no.

Contenido oculto: diligencias (???

David, si por fa me puedes equipar la armadura de caballero mogu (creo que había hecho todas las piezas, dunno). Te lo pido porque me da miedo cambiar stats y cagarla, estoy chikita

Habilidad de senda:
- Remus, hombre arruinado
>> Comandar: 90%
- Jacques, vendedor ambulante
>> Comandar: 90%
- Robin, fan de Shawka
>> Comandar: 90%

Van 50 guiles en un boleto de lotería y el post queda en edición, so hold up
entiendo que por el 2-2 y 6-6 sería doble pareja, so 500 guiles pa despilfarrar (?

Compras:
- Elixir medio (sana a la mitad de su máximo los PS y PM de un aliado): 190 guiles (x2)
- Panacea (cura cualquier estado alterado): 130 guiles (x2)
- Éter X (+30 PM, ratio x0,33): 240 guiles (x2)
Total: 920 - 500 de la lotería = 420
Bueh 470 con el boleto, se me olvidó

Rigel: *está broke y no le sale nada*
Erin: *está forrada y le sale un bono*