One-shot Quinta Generación [Multiship] [Pokémon Rol]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Yugen, 15 Septiembre 2019.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
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    Escritora
    Título:
    Quinta Generación [Multiship] [Pokémon Rol]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2356
    Título: Quinta Generación
    Fandom: Pokémon Rol
    Personajes: Mimi Honda, Alpha Xenodis, Emily Hodges, Dante Miles, Ian Lockhart, Liza White y Nikolah Cruz.
    Summary: "La quinta generación de Holders estaba apenas por comenzar."
    N/A: S O R P R E S A
    Esto se me ocurrió en la ducha y de la nada lol. Me pareció algo bonito y diferente.Todos los personajes tienen entre venticuatro y venticinco años.




    —¿Responde?

    —No.

    —Arceus, lo voy a matar.

    —Aguanta Mimi. Respiraciones profundas. Inspira e espira...—volvió su atención al teléfono móvil sobre su oreja. Sus dedos apretaron con fuerza la mano de su mejor amiga—. Dante, no me esperes para cenar. Voy de camino al hospital.

    —¿Al hospital?—respondió preocupado al otro lado de la línea. Casi pudo verlo con perfecta claridad alterarse, haciendo ese gesto que tan tierno se le había hecho siempre cuando se ponía nervioso. Como subía y bajaba su nuez de adán. Sintió como se acercaba más el teléfono. Si hubiese sido físicamente posible, hasta hubiese pasado a través de él solo para asegurarse de que estuviese a salvo— ¿Por qué? ¿Te ha pasado algo? ¿Estás bien?

    Emily no pudo evitar enternecerse. Su esposo siempre era tan caballeroso y atento. Sin embargo, se vio forzada a volver en sí cuando Mimi volvió a gritar, sus uñas clavándose en la mano que sostenía de forma inconsciente.

    —A mi nada, estoy bien—habló apresuradamente—. Se trata de Mimi.

    Confusión pintó el rostro de Dante.

    —¿Mimi?

    —Dale la cena a los niños y acuéstalos. Llegaré tarde.

    —Em—

    —¡¿Este trasto no puede ir más deprisa?!

    La voz de Mimi sonó cargada de rabia, de molestia y de dolor. Las contracciones eran cada vez más asiduas y voraces y sentía como si su cuerpo fuese a partirse en dos. Maldecía con toda la furia de su alma aquella hermosa luna de miel en Hoenn. Maldecía el champán. Maldecía aquellos besos empalagosos. Y maldecía a su marido con todo su ser.

    Una hora de placer para eso. No le compensaba en lo absoluto.

    —Señorita voy todo lo rápido que puedo—exclamó el chófer del taxi, nervioso y sudoroso—. Ya me he saltado dos semáforos.

    Un nuevo chillido rompió el silencio de la carretera. Los juegos de luces de la ciudad pasaban como un arroyo, a toda velocidad sobre los cristales de las ventanillas. Mimi tiró de la blusa de Emily, en un intento desesperado por soportar el dolor.


    —¡No entiendo como demonios has podido tener dos!

    ***


    —¡Mimi! ¡Mimi!

    —¿Señor necesita algo?

    Andar como un pollo sin cabeza por la recepción del hospital se ganó la mirada extrañada de las enfermeras. No tardó en acercase al mostrador. Había tardado en ver el mensaje de Emily... pero en cuanto lo había hecho había volado en Shen hasta el hospital, sin importarle las miradas asombradas de los ciudadanos.

    —¡Mi mujer! ¡Mi hijo! Q-quiero decir... ¡Ha venido aquí mi mujer!

    —¿Cómo se llama su mujer?—le instó la enfermera.

    —Mimiko Honda.

    Aquella voz no fue de Alpha. Si no de un joven de edad similar, quizás algo mayor, de serenos ojos café. Fue un tono frío, calculador, cuya calma contrastaba sobremanera con la actitud nerviosa de Xenodis.

    —Mimiko Honda... Oh sí, aquí está. Paritorio, planta baja.

    Apenas había terminado de pronunciar aquellas palabras cuando Alpha salió corriendo.

    —Señor es por el otro lado.

    Ian hizo un gesto con la mano.

    —Ni lo intente—sentenció—, es un caso perdido.

    Y como si tuviese todo el tiempo del mundo Ian caminó detrás de él con las manos en los bolsillos del pantalón.

    ***

    Dante se levantó de la silla al verlos aparecer casi veinte minutos después. Su rostro que se habían mantenido compugido se iluminó y mostró una auténtica mueca de alivio genuino. A pesar de tener dos hijos y haber pasado varias veces por hospitales el entorno frío y aséptico siempre lograba ponerlo nervioso.

    —Gracias a Arceus...—musitó en voz baja.

    Alpha se adelantó, alterado.

    —¿Dónde está el bebé?

    —Uh...—sus mejillas enrojecieron ligeramente y bajó la mirada. Le causaba cierta pena tener que dar una noticia tan vacía cuando Alpha parecía al borde de un ataque de nervios... pero no tenía de otra. Suspiró—. Aún no sabemos nada.

    —¿Sabemos?

    Ian enarcó una ceja. Allí no parecía haber nadie más que ellos tres.

    —¡Aquí chicos!—exclamó una voz desde el asiento aledaño a Dante. El joven entonces tomó su holomisor y lo levantó de la silla. Liza White, la misma actual profesora del colegio de Lienzo saludaba enérgicamente con la mano al otro lado de la pantalla—. ¡Estamos cuidando a los nenes pero nos mantenemos al corriente de todo, claro que sí! Por cierto, ¡felicidades Alpha!

    —¡No, la cola de Purrloin no es comestible!—se escuchó una voz masculina detrás de ella. Una voz que sonaba dolorida— ¡Auch, eso le duele al tío Niko!


    Ian dejó escapar una risa por la nariz. Liza y Nikolah estaban sufrimiento la terrible tarea de hacer de niñera de los hijos de Dante y Emily. El joven no podía entender cómo habían podido salir unos niños tan traviesos de unos padres tan tranquilos. Era una enorme ironía en sí misma. Y sin embargo, por alguna razón que rayaba el masoquismo, la joven pareja de novios siempre estaba ahí para echar una mano con ellos. Ambos tenían un don para tratar con niños.

    Liza era profesora pero Nikolah... Nikolah simplemente era como un niño más. Un niño grande.

    De hecho así solía llamarlo Liza cariñosamente a menudo.

    —Están detrás de esa puerta—habló Dante entonces y carraspeó, porque las palabras se le atoraban en el fondo de la garganta. Se sobó la nuca sin encontrar las palabras exactas. Él tampoco podía ocultar su nerviosismo—. Emily está con ella.

    La puerta que se hallaba frente a ellos era una puerta doble, verde, por cuyos cristales no se podía ver nada. Debían tener una funcionalidad mucho más estética que práctica. El reloj sobre sus cabezas era martilleante, marcando cada uno de los segundos con su insistente tic tac.

    Alpha se sentó y se llevó las manos a la nuca revolviéndose el cabello con los dedos. Las hebras castañas, disparejas y dispersas como cuando era un mocoso de trece años volvieron a caer en el mismo sitio, como las cartas cuando se barajan.

    Contuvo por unos instantes la respiración.

    —Tío, ni cuando me enfrenté contra ti en el Campeonato había estado tan nervioso—masculló con las manos cruzadas detrás de la nuca, la vista fija en sus zapatos.

    Ian supo enseguida que se refería a él. El joven se había mantenido de pie con la suela de su deportiva apoyada contra la pared aséptica de azulejos. Miraba al vacío, pensando. Calibrando. Era experto en mostrar serenidad, en ser frío y pragmático. No habría llegado a ser campeón de Galeia de otro modo.

    Y sin embargo...

    —Ni tranquilo hubieses conseguido vencerme—respondió sin mirarle. Alpha le dirigió una mirada de circustancias e Ian le regaló una palmada conciliadora en la espalda. Sonrió, lobuno—. Todo estará bien. Lo que me preocupa es que tenga los genes que tiene.

    Pasaron los minutos lentos. Parsimonioso.

    —¿Café?

    Alpha tomó la taza de manos de Ian, pero sus propias manos temblaban de forma terrible. Su nerviosismo era palpable en cara poro de su piel e Ian comprendió enseguida que la cafeína no era la respuesta.

    —Mejor no.

    Y le quitó el vaso de plástico de las manos.

    —¿Cuanto tiempo van a llevarse ahí dentro?—exclamó casi fuera de sí. Se frotó el cabello con las manos— ¡Joder me voy a volver loco!

    —Alpha calma—trató de calmar Liza las aguas desde el holomisor—. Un parto suele durar una media de seis horas. Ocho en madres primerizas.

    Sus ojos se abrieron de forma imposible.

    —¡¿Ocho horas!?

    Ian volvió a apoyar la espalda contra la pared, vaso de café en mano. Le dio un sorbo al mismo y rebuscó en los bolsillos de su chaqueta hasta extraer una vieja Game Boy.

    —Bueno... ¿alguien quiere jugar una partida?

    La incertudembre era evidente. La impaciencia también. Y el insistente tic tac del reloj no ayudaba a aligerar la tensión del ambiente. Ninguno sabía que esperar.

    Ian jugaba a la Game Boy, Dante se levantaba y se volvía a sentar incapaz de quedarse sentado y Alpha hacía más de lo mismo. Trataba de mantener la calma, pero era como echar agua al mar. Sus nervios estaban crispados, su corazón latía con enorme fuerza.

    ¿Estaría todo bien ahí dentro? ¿Mimi? ¿El bebé? ¿Cómo sería? ¿Se parecería más a él o a Mimi? Todo lo que sabía gracias a las ecografías es que era un chico. Nada más que eso.


    Tras minutos eternos las puertas verdes se abrieron finalmente y salió el doctor con un gorro verde, quitándose la mascarilla.

    Todos se incorporaron de sus asientos.

    —Adelante, por favor—sonrió el obstetra—Enhorabuena señor Xenodis.

    Se precipitaron sin pensar al interior de la habitación. Allí se encontraron con Emily. El rostro cansado de Emily se iluminó nada más verlos.

    —¡Chicos!—exclamó con emoción— Menos mal que llegais. Dante, gracias por venir.

    >>Ha sido largo pero...

    Emily le estaba secando a Mimi el sudor de la frente con un paño. El cabello dorado se le pegaba ligeramente a la piel y sus mejillas estaban enrojecidas por el esfuerzo. Dar a luz era un trabajo arduo.

    >>... Al fin lo conseguimos.

    A Alpha se le cristalizaron los ojos ante aquella estampa. Mimi estaba sosteniendo entre sus brazos un pequeño bebé. De mejillas sonrosadas y piel blanca, menudo y rollizo. Sobre la cabeza poseía una pequeña mata de cabello castaño tan similar a él. La orgullosa madre lo observaba como si fuese algún tipo de milagro. Colmada de emoción y felicidad. Alzó la mirada de sus ojos cansados y sonrió.

    Le sonrió a él. Alpha se congeló en el sitio. Una parte de él se preguntó si aquello era o no real. ¿Estaba pasando de verdad? La impresión y las emociones no le dejaron dar un solo paso.

    —No te va a morder. Aún no, al menos.

    El bebé se removió entre los brazos de su madre y abrió los ojos. Unos grandes y brillantes ojos azules. El sello distinguido de los Honda.

    —Cállate Ian. Es... es... precioso. Tiene tus ojos.

    Mimi sonrió.

    —Y el color de tu pelo.

    —¿Has pensado en que nombre ponerle?—intervino Emily entonces.

    —¡Alpha Juni—!

    —Akira—cortó repentinamente Mimi con voz calma, sosegada. Sus ojos azules desbordando genuino orgullo no se apartaban del pequeño resguardado entre sus brazos—. Se llamará Akira. Significa niño inteligente.

    —No será muy inteligente con el padre que tiene.

    Mimi estrechó los ojos, ceñuda.

    —¿A este quién lo invitó?

    Ian se encogió de hombros, indolente. Sería acertado afirmar que el solito se invitó.

    —Akira ¿eh? El heredero de los Xenodis-Honda. Prometí que no iba a llorar, pero...

    La voz se le cortó y entre lágrimas Alpha se echó el antebrazo sobre los ojos. Se sentía tan orgulloso. Un orgullo que ni haber ganado el Campeonato podría emular. Su pecho henchido de emoción y cariño.

    Un orgullo que llenaba de calor su corazón.

    Emily le dio unas palmaditas conciliadoras en la espalda.


    —Ya, ya~ Eres papá, Alpha—le dijo— Eres papá.

    ***

    —¿Dónde está ese niño precioso?

    Liza lo tomó de la oreja y lo levantó.

    —Aquí cielo, aquí. Aún no sabe gatear, no va a estar debajo de la camilla.

    —¡Oh!

    Aquello fue todo lo que Nikolah alcanzó a exclamar al ver aquella escena. Mimi sostenía un bebé entre sus brazos. Ya vestido; la habitación estaba llena de flores y globos azules de felicitación que habían enviado conocidos y familiares en cuanto se enteraron de la noticia. Chad y Elisa habían enviado un Phantump de peluche que Mimi se sentía reticente de entregar, sin embargo. Un pokémon fantasma... ugh.

    Honda suspiró con resignación. No sabía quien era más bobo. Si Alpha o el propio Nikolah.


    —Así que os habeis enterado todos—dijo con condescendecia—. Ni estando en Sinnoh lograría tanta cobertura mediática...

    —Eso es porque alguien habló de más.

    Y Liza le lanzó una mirada a la joven de largo cabello negro que se encontraba junto a la camilla, siempre al lado de su mejor amiga. Emily esbozó una sonrisilla nerviosa y alzó las manos en el aire en señal de inocencia.

    —¡Lo siento, lo siento!—exclamó—. Me parecía algo bonito que compartir entre todos~ No lo pude evitar...

    —Sin duda lo es—convino Liza con una dulce sonrisa acariciando con suavidad la cabeza de Akira. El pequeño se estremeció—. Es un niño precioso. ¿Effy no ha venido?

    —Está con Hubert en Kalos—prosiguió Mimi—. Pero llamaron para avisar que vendrían en el próximo avión.

    —Imaginaba algo así.

    —Bueno, creo que va siendo hora de dejar descansar a los jóvenes padres. Mimi, andaremos por aquí por si necesitas cualquier cosa. Recuerda descansar lo suficiente~

    Le acarició la mejilla con cariño y Mimi cerró momentáneamente los ojos bajo su tacto. No importaba todo lo que hubiera pasado entre ellas, el pasado disonante... eran y seguirían siendo amigas de corazón.

    —Gracias Em.

    Emily sonrió deslumbrantemente antes de acercarse a Dante y abandonar la habitación.

    ***

    —Es increíble ¿verdad?

    Entre sus brazos Akira abrió sus grandes ojos celestes y sonrió.

    —Ya lo creo—comentó Alpha, orgulloso—. Yo, soy papá, Akira. Papá. Di papá~

    —Alpha, aún no sabe hablar.

    —Eso lo dirás porque quieres que diga mamá antes.

    Mimi asintió, soberbia.

    —Por supuesto.

    —Ya quiero regalarle su primer pokémon—declaró él con emoción, casi como un niño. Y sintió la pequeña mano de su hijo cerrarse en torno a su dedo pulgar y apretar con toda la fuerza de la que fue capaz—. Y enseñarle a combatir. Y combatir contra él. Estoy seguro de que aplastará a los hijos de Ian... cuando los tenga.

    Compartieron un corto beso.

    >>Va a ser el mejor.

    Y lo sería. Quizás con el tiempo. Pero aún faltaba mucho para eso. La quinta generación de Holders estaba a penas por comenzar.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Me encantó leer esto Noir, la verdad es que ya lo he leído un par de veces porque me ha sorprendido y gustado mucho. La verdad es que soy la primera a la que le encanta imaginarse a nuestros niños ya mayores, con sus vidas hechas y demás, de hecho creo que tengo alguna cosilla cortita por ahí publicada del Demily con hijos, y la verdad es que leerlo de alguien más es genial.

    Al principio me costó un poco ver por donde iban los tiros, pero después al entenderlo, dios, me encantó la idea. La verdad es que, como dices, no es una dinámica que se plantee mucho pero que puede dar mucho de sí. Pobre Mimi, no sabe lo que le espera después y, como bien dice, por un rato de placer (?) Anyways, me encantó el momento de "no sé como has tenido dos, Emi" porque la verdad, en ese aspecto veo a Emi muy diferente a mí y la veo perfectamente teniendo dos niños. De hecho, ya lo dije, y creo que en mi fic lo puse así, pero me los imagino teniendo a la parejita y lo típico de la niña se parece al padre y el niño a la madre. ES QUE SON TAN CLICHÉS, LOS AMO.

    También me encantó ver a Dante tan preocupado por Emi es que, dios, se pelearía con el mundo por ella and i love him for that. Alpha e Ian, OMG, TENÍAN QUE IR JUNTOS, OBVIAMENTE. Ian riéndose de Alpha en su propia cara, prácticamente, viva el Rival idec (?) La verdad, amé todas las intervenciones de Ian, es que, joder, no me puedes poner a mis dos husbandos juntos porque es que me da algo.

    Anyways, la escena final es muy tierna. LISTEN VIVO POR Y PARA EL NIZA Y OSEA, IMAGINARLOS CUIDADO DE LOS NIÑOS DE MIS NIÑOS, POR FAVOR, QUE LOS AMO. Y la referencia al GoodAir, ay mis bebés, tan felices todos que lloro.

    En fin, no sé, lo amé, en serio, como creo que todos los que han leído esto y pues uwu, ojalá ver más cosillas con esta dinámica, que es super entretenido de leer. No vi ningún fallo y como siempre, me encanta como escribes so <3
     
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