Long-fic de Inuyasha - Quiero estar a tu lado (SesshomaruXRin)

Re: Quiero estar a tu lado (SesshomaruXRin)

Hola a todos ^^U lamento la tardanza pero aquí les traigo el siguiente capitulo, espero que les guste.

Capítulo VII: A la deriva.​

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¿Cómo era eso posible? Tal cantidad de demonios devora hombre explicaba el hecho de que muchas aldeas hayan sido arrasadas por completo. Inuyasha se colocó adelante en posición de ataque, Naijiro a su derecha con sus pergaminos listos para ser usados y Kagome y Rin detrás apuntando con sus arcos y flechas.

-Muy bien, prepárense para la batalla-Exclamó Inuyasha con seriedad.

-Es hora de vengar la muerte de todos mis compañeros-Decía Naijiro con un brillo que delataba su deseo de venganza, pero al mismo tiempo se mantenía en guardia ya que el enemigo era peligroso.

Por un momento Rin dudó, aunque había entrenado tanto tiempo esta era la primera vez que le tocaba luchar con tantos oponentes, intentó recordar todas las técnicas aprendidas en tantos años pero eso solo aumentaba su nerviosismo ¿Cómo debía reaccionar en una situación así?

-No temas Rin, somos un equipo y no permitiremos que alguien salga herido-Musitó Kagome manteniendo su vista al frente, reflejaba una sonrisa que tranquilizaba un poco las ansias de Rin.

-Tienes razón, luchemos con todas nuestras fuerzas.

Inuyasha fue el primero en avanzar, los demonios iban descendiendo por grupos lo que facilitaba las cosas notoriamente. Al verse fácilmente destruidos por la poderosa espada del Hanyou, intentaron atacar en mayor número pero entonces las flechas de Kagome y Rin los purificaban incluso antes de que tuviesen tiempo de acercarse a Inuyasha.

-¡Feh! Son solo unos cobardes que prefieren atacar en grupo-Gritaba Inuyasha rebosante de confianza mientras acababa fácilmente con ellos.

Naijiro por su parte, resultó ser un buen exterminador a pesar de su condición humana, el agua sagrada paralizaba momentáneamente a los demonios, dándole oportunidad para usar unos pergaminos especiales que los exorcizaban en cuestión de segundos.

-No lo haces nada mal monje-Dijo Inuyasha al ver que Naijiro lo seguía de cerca.

-Algo no está bien Inuyasha, esto está resultando más fácil de lo que esperaba-Dijo con un semblante serio y preocupado.

-¡No digas tonterías! Vayamos a la cima de aquella montaña, seguramente allí radica su poder.

Los demonios dejaron de atacar por algunos minutos y comenzaron a escapar hacia la cima de la montaña, Kagome y Rin terminaron de purificar a los pocos que quedaban y se apresuraron a alcanzar a Inuyasha y a Naijiro.

-Rin, lo hiciste muy bien. Tus poderes son sorprendentes-Dijo Kagome en tono aprobatorio.

-Muchas gracias Kagome-Ambas siguieron corriendo, esta vez Rin se sentía mucho más confiada que antes.

Para ellas dos era un poco difícil seguirle el paso a Inuyasha, incluso el joven Naijiro se había quedado atrás, cuando lo alcanzaron empezaron a subir la montaña, pero otros demonios intentaron rodearlos. Naijiro logró acabar con 5 de ellos con sus pergaminos, Kagome y Rin terminaron con los otros 10, el joven monje estaba sorprendido por las habilidades de ambas mujeres; pero este no era el momento para distraerse.

De la nada otro grupo de al menos 30 se acercaban desde arriba y por los alrededores, Kagome y Rin apuntaban hacia todas las direcciones buscando el mejor sitio para comenzar a atacar, pero luego se dieron cuenta de que estaban rodeados, si lanzaban sus flechas cualquier otro demonio aprovecharía para atacarlas por la espalda.

-No hay manera de escapar…-Musitó Naijiro perdiendo las esperanzas.

-¿Por qué pones esa cara de tonto? ¡Esto aún no se termina!

Naijiro se sorprendió al escuchar a Inuyasha nuevamente, había regresado para ayudarlos a todos, Kagome suspiró aliviada y nuevamente se colocaron en posición de ataque.

-No importa cuantas veces lo intenten, no podrán derrotarnos-Gritaban los demonios al unísono mientras se abalanzaban a toda velocidad hacia Inuyasha.

-¡Ya cállense todos y denme su mejor golpe! ¡Kaze no Kizu!

El impacto de aquel ataque era realmente devastador, todos los demonios estaban siendo exterminados tan fácilmente que esta vez el mismo Inuyasha comenzó a dudar

-Algo no está bien ¡Inuyasha no bajes la guardia!-Le gritó Naijiro con firmeza.

-¡Es fácil decirlo!-Protestó el Hanyou, quien no podía si quiera cuidar de Kagome y Rin-¡Tendrán que defenderse por un rato sin mi!

A medida que pasaba el tiempo, mas y mas demonios aparecían, era una batalla de nunca acabar y para colmo tanto Kagome como Naijiro y Rin comenzaban a cansarse; sin embargo estaban conscientes de que detenerse significaba perder la vida.

Rin poseía una excelente vista, así que se encargaba de los demonios que se encontraban a mayor altura mientras Kagome atacaba a los que estaban mas cerca, la fuerza y experiencia de la Miko hacía que el impacto de sus flechas hiciera estruendos en el lugar.

-Kagome es muy buena, yo también debo dar mi mayor esfuerzo-Dijo mientras llevaba una mano a su espalda para buscar rápidamente otra flecha.

De pronto algo no iba bien, Rin tomó la flecha pero sintió una fuerte punzada en el brazo, su cuerpo estaba débil y se sentía mas pesada de lo normal ¿Sería el cansancio? Lo descartó casi de inmediato ya que esto era más bien como una parálisis repentina. Los demonios aprovecharon la oportunidad para atacarla por sorpresa.

-¡Rin, ten cuidado!-Gritó Kagome al verla distraída, pero al querer correr hacia donde ella estaba su cuerpo tampoco respondió.

Inuyasha se había percatado de lo que ocurría pero no podía hacer nada con todos esos demonios atacándolo a el; Naijiro también comenzó a sentirse débil pero hizo todo lo que pudo por caminar hacia donde estaban Kagome y Rin.

-Solo un poco más…

Rin intentó recuperar el control de su cuerpo, cada vez se sentía mas pesada, los demonios que intentaban acercarse a ella estaban siendo purificados por Kagome, cuyos ataques empezaban a perder fuerza. El rostro de la Miko comenzaba a palidecer debido a la presión física y mental a la que estaba sometida.

Rin se sintió mal al verla así, incluso el joven Naijiro estaba dando lo mejor de si en esta pelea mientras ella se rendía fácilmente. De pronto unos demonios aparecieron detrás del monje con intenciones de arrebatarle la vida, éste cerró los ojos esperando el golpe de gracia pues no tuvo tiempo de reaccionar, sin embargo Rin utilizó todas las fuerzas que le quedaban para lanzar una flecha mas…

Era como si en los momentos de alta tensión su energía se disparara al máximo, al menos eso pensó Kagome al ver como la magnitud de sus poderes espirituales purificaba fácilmente a los demonios restantes, un simple roce con su aura ya los hacía vulnerables. Rin cayó al suelo de rodillas, esta vez estaba al limite, apenas y podía respirar, pero los demonios devora hombre no pensaban dar tregua.

-Señorita Kagome, señorita Rin, por favor manténganse junto a mi, crearé una barrera que nos mantendrá alejados de esos demonios mientras recuperamos un poco nuestras energías. Estoy seguro de que Inuyasha podrá manejar esto por un rato.

Inuyasha estaba acabando poco a poco con los demonios, pero a pesar de estar en desventaja ellos no parecían preocuparse en lo más mínimo.

-Es increíble que aún no se den cuenta de la trampa que les tendimos-Gritaba uno de ellos con una sonrisa maliciosa.

-¿Trampa?, malditos, entonces lo que le esta pasando a ellos es culpa suya.

-¿Qué sucede? ¿Por qué no puedo crear la barrera?-Se preguntaba a si mismo el monje un tanto desesperado.

-No puedo…moverme…-Kagome cayó al suelo completamente débil, Inuyasha se enfureció al ver las verdaderas intenciones de los demonios: Acabar Kagome y los demás.

-Entonces es a través del clima que capturan a sus victimas, debilitándolas para apoderarse de sus cuerpos ¡Malditos sean!

El Kaze no Kizu no se hizo esperar, pero tomaría algo de tiempo acabar con todos y llegar con Kagome y los demás, el solo rogaba poder lograrlo a tiempo.



-Joven Naijiro ¿Qué Hacemos?-Exclamó Rin levantándose con suma dificultad, el monje solo se limitó a negar con la cabeza- Esto no puede terminar así…No lo permitiré.

Rin sacó su última flecha, era todo o nada, Inuyasha finalmente había acabado con todos sus contrincantes, pero todo sucedió muy rápido. Nadie habría podido pensar que las cosas terminarían así.

Dos menos, Inuyasha logró acabar con ellos antes de que se acercaran mas hacia Rin, pero aún quedaban 3. Rin tomó aire con fuerza y lanzó su última flecha…acabando con dos de los demonios, el tercero ya estaba encima de ella con una garra destinada a descuartizarla, Inuyasha preparó su espada para impedir que lo lograra y entonces…

-¿Qué demonios?...-Inuyasha no podía creer lo que sus ojos le mostraban, Rin había detenido al demonio únicamente con su arco.

-¡Maldita humana! ¿De donde saca tanto poder?-Exclamaba el demonio sorprendido.

-Ya no puedo más…

El leve campo de fuerza creado por Rin cedió a los pocos segundos, ella se encontraba demasiado débil, Inuyasha aprovechó para usar su espada pero detectó un olor bastante familiar, acto seguido un látigo cortó el cuerpo del demonio restante en dos partes, haciendo que parte de la montaña se derrumbara junto con Rin, quien había perdido el conocimiento.

-Señorita Rin…-Musitó Naijiro con debilidad, temiendo lo peor.

-¡Resiste Rin!-Inuyasha saltó para rescatarla pero alguien se le había adelantado, al verlo de espaldas inmediatamente lo reconoció-¡Sesshomaru!

-Adelántate y destruye de una buena vez la guarida de esos demonios-Fue lo único que se limitó a decir antes de lanzarse al vacío en busca de Rin.

Inuyasha regresó inmediatamente, tomó a Kagome entre sus brazos y cargó a Naijiro sobre su espalda, ambos estaban tan débiles que no podían moverse, por una parte le preocupaba mucho Rin pero estando Sesshomaru no tenía que pensar mucho al respecto…El la traería sana y salva aunque tuviese que arriesgar su vida.


Bueno hasta aquí se los dejo! Tratare de no ausentarme tanto ^^U bueno espero que les guste, tal y como muchos esperaban ya apareció Sesshomaru, el próximo capitulo estará algo intenso.

 

Re: Quiero estar a tu lado (SesshomaruXRin)

Hola!! Gracias a todos los que comentaron, aquí les dejo el siguiente capítulo, nuevamente sale a escena Sesshomaru.

Capítulo VIII: Reencuentro inesperado.​

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­­­­­Ya antes la había visto en situaciones similares, donde se encontraba inconsciente, débil e incapaz de defenderse por sí sola; él siempre la rescataba sin dudar ni un segundo. Pero esta vez algo lo detuvo, quizás fueron solo 5 segundos pero en ese tiempo no pudo avanzar ¿Cuál era el motivo?

El cadáver de aquel demonio caía a la misma velocidad que Rin, Sesshomaru se dio prisa y lo cortó en mil pedazos, restos de nieve y piedras amenazaban con sepultar a Rin sin posibilidad alguna de supervivencia. Frunció el ceño y se acercó a toda velocidad, tomándola entre sus brazos y alejándose de aquella destruida montaña.

—Rin, despierta—Pero sus llamados no surtían efecto, a pesar de todo decidió mantener la calma ya que ella respiraba con regularidad.

Sin embargo pudo notar que su cuerpo estaba peligrosamente frío, exponerse a semejante temperatura le hubiese ocasionado la muerte. De nuevo su mente se mantuvo en blanco, se dedicó a contemplar el rostro de la joven, estaba molesto por su osadía pero ese sentimiento era opacado por otro más fuerte ¿Qué era ese sentimiento?

Sintió que ella se movía lentamente entre sus brazos, de pronto sus miradas se encontraron, una inmensa paz se apoderó de él, con tan solo verla abrir sus ojos pudo descubrir el otro sentimiento que antes desconocía: Alivio.

—Sesshomaru-sama…Me alegra verlo—Su voz era débil, pero aún expresaba la enorme felicidad que le producía ver a su señor nuevamente, al darse cuenta de la cercanía un leve rubor se asomó por sus mejillas.

Él por su parte no dijo nada, se alejó lo más que pudo de las montañas, pero Rin al ver la dirección que tomaban se acordó de sus amigos y comenzó a preocuparse.

—Debemos regresar, Kagome y el joven Naijiro estaban muy débiles—Musitó con dificultad.

—Inuyasha está con ellos—Se limitó a decir, dándole a entender que nada malo les pasaría a sus amigos.

Rin aún estaba preocupada, pero su cuerpo no respondía del todo, si regresaba solo sería una carga para Inuyasha, quien ya seguramente había escapado de allí junto con Kagome y el monje. Lentamente sus ojos comenzaron a cerrarse.

—Rin…—La voz de su señor hizo que reaccionara momentáneamente, pero no pudo si quiera abrir los ojos.

—¿Si?...—Dijo casi en un susurro, ya no estaba segura de encontrarse despierta o dormida.

—Nada…descansa.

Mientras tanto en la cima de la montaña, Inuyasha avanzaba decidido a exterminar a esos demonios que casi se salen con la suya, repentinamente habían cesado los ataques, lo cual lo tranquilizaba, a pesar de que Naijiro ya podía caminar por sí solo aún estaba muy débil y Kagome no despertaba.

—Inuyasha… ¿Dónde está Rin?—Fue lo primero que preguntó al notar la ausencia de su amiga.

—No te preocupes, Sesshomaru apareció para rescatarla

—Así que Sesshomaru decidió venir—Dijo ella con un tono divertido, Inuyasha no comprendió lo que quiso decir.

—Dime Kagome ¿Te encuentras bien?—Preguntó el Hanyou con evidente preocupación.

—Sí, ya puedes bajarme—Musitó algo apenada, ya que se encontraba en los brazos de su esposo.

—¡No seas tonta! No necesitas hacerte la fuerte, yo puedo cuidarte, además…

—Además…—Continuó ella sonrojada, eran pocas las veces que Inuyasha mostraba su sensibilidad delante de otras personas.

—Aunque hayas subido de peso puedo cargarte fácilmente.

Se produjo un silencio sepulcral, Kagome se colocó de pie cuidadosamente mientras Naijiro se alejaba con cautela, era evidente que Inuyasha no comprendía la gravedad de su comentario.

—Osuwari…—Instantáneamente Inuyasha cayó al suelo, a pesar de que Kagome dijo la palabra mágica con debilidad, continuó caminando hacia adelante junto con un resignado Naijiro, dejando atrás a Inuyasha cubierto de nieve.

No tardaron en llegar a la cima de aquella montaña, a primera vista divisaron una cueva y decidieron entrar. Kagome y Naijiro podían sentir una presencia maligna en el interior e Inuyasha detectaba un olor que le resultaba casi imposible de soportar.

—Huele a cadáver humano—Musitaba tapándose la nariz asqueado.

—No lo entiendo ¿Por qué no nos atacan los demonios?—Preguntó Kagome aún a la defensiva.

—No puede ser…Esto debe ser una broma, no me digan que…

Naijiro no pudo terminar de hablar, ya que al adentrarse más en la cueva una parte del suelo cedió ante su peso y los tres cayeron sin poder evitarlo. Rápidamente Inuyasha tomó a Kagome en sus brazos y aterrizó ágilmente de pie, el joven monje también había logrado caer sin mayores problemas, cosa que sorprendió un poco a Inuyasha.

—Nada mal Naijiro, nada mal.

—Inuyasha, detecto una energía maligna muy poderosa en esa dirección—Dijo Kagome señalando hacia adelante.

—El olor a cadáver se hace más fuerte allá, andando.

Pero de pronto un ruido extraño los hizo detenerse, era una especie de crujido pero debido a la oscuridad era difícil detectar el lugar exacto.

—¿En donde se siente con más fuerza esa energía?—Preguntó Inuyasha a Kagome.

—No lo sé, es difícil decirlo—Respondió Kagome concentrando su vista en varias direcciones, como si estuviese siguiendo algo.

—Es como si estuviera en varias partes a la vez—Añadió el joven monje.

—Entonces haré que salga de su escondite de una vez por todas—Exclamó Inuyasha preparándose para usar su espada, pero fue detenido por Kagome.

—Antes de eso déjame probar una última cosa.

Le quedaban solamente 3 flechas, pero si sus suposiciones eran correctas esta no sería una flecha desperdiciada, preparó su arco y cerró los ojos por algunos segundos, luego los abrió y la lanzó con todas sus fuerzas lo más alto que pudo. El resplandor que dejó la flecha reveló una horrible y gigantesca criatura similar a una oruga gigante, Inuyasha ataco con su espada y la destruyó fácilmente, pero esto no era el final.

—Es como una cascara vacía—Musitó el Hanyou una vez que estuvo cerca de aquel monstruo.

—¡Miren hacia allá!—Exclamó Kagome sorprendida.

Al final se dieron cuenta de que la cueva era más bien un nido donde aquel monstruo depositaba sus huevos, en los alrededores habían numerosos cuerpos de humanos entre los cuales Naijiro pudo reconocer con dolor a sus estimados maestros y compañeros.

—Lo sentimos mucho, joven Naijiro—Dijo Kagome con pesar.

—Escucha Naijiro, los que ves allí no son más tus maestros, debemos acabar con todos ellos ya que pronto se convertirán en demonios como los que viste hace un rato.

—Lo entiendo…acabemos con esto.

Mientras tanto, Sesshomaru y Rin se encontraban en las afueras de la aldea, Rin se había aseado un poco en unas aguas termales, su temperatura corporal ya se había normalizado pero aún estaba débil, al regresar él se encontraba sentado debajo de un árbol esperándola; se le notaba distraído, en realidad últimamente solía perderse en sus pensamientos, o al menos eso pensaba ella.

—¿Cómo te sientes?—Esa simple pregunta hizo que su corazón latiera con fuerza, ¿Acaso el notaría su nerviosismo? Solo por si acaso decidió calmarse un poco.

—Estoy mucho mejor—Dijo con una cálida sonrisa, él giró la vista hacia otro lado como de costumbre mientras ella se sentaba a su lado.

—¿Por qué viniste a este lugar?—Preguntó luego de un breve silencio, lo cual sorprendió mucho a Rin.

—Unos demonios devora hombres estaban atacando las aldeas vecinas, así que decidí venir junto con Inuyasha y Kagome para ayudar—Respondió ella con tranquilidad.

Sesshomaru no respondió esta vez, ya se encargaría de saldar cuentas con Inuyasha por haber permitido que seres tan insignificantes le dieran problemas, por si fuera poco Rin se adentraba más y más en el mundo de las batallas y esa no era la vida que él había decidido para ella, aunque, después de todo ella era libre de hacer lo que quisiera. No pudo pasar por alto la enorme valentía que demostró Rin al usar sus poderes espirituales contra ese demonio, quizás fue eso lo que lo sorprendió al punto de no poder moverse, o quizás fue el hecho de saber que si muere por tercera vez ya nunca más podría volver a la vida.

—Sesshomaru-sama—La voz de Rin lo sacó de sus pensamientos—¿Cómo supo que me encontraba en este lugar? Lo digo porque llegó en el momento más oportuno.

—Me encontraba cerca—Respondió con la tranquilidad que le caracterizaba, Rin se conformó con su respuesta y no siguió insistiendo.

Ella estaba tan feliz de ver a Sesshomaru de nuevo, y al encontrarse a su lado notó que aún tenía puesto el collar que le había regalado, muchas cosas habían pasado desde aquel día y finalmente estaban juntos de nuevo, la oportunidad perfecta era ahora.

—Sesshomaru-sama—Dijo ella en un tono más alto de lo normal, haciendo que Sesshomaru se sorprendiera un poco, sin llegar a demostrarlo claro está—Necesito decirle algo muy importante.

—Dime…—A pesar de que sus palabras eran serias, en el fondo sentía algo de curiosidad, no entendía la razón del repentino nerviosismo de Rin.

Rin respiró hondo lentamente, suspiró y miró fijamente a Sesshomaru, quien también se encontraba viéndola en ese momento, los nervios la consumían pero esta vez nada impediría que dijera lo que siente.

—Pues…usted dijo que cuando creciera podía hacer lo que yo quisiera, y lo que quiero ahora es…lo que quiero ahora es regresar junto con Sesshomaru-sama.

Esperó su reacción, pero él se mantenía igual de serio, los segundos se convertían en horas, necesitaba saber lo que pensaba al respecto, si la aceptaba de nuevo o si la rechazaba, pero no podía continuar con esa incertidumbre. Sesshomaru se levantó y caminó hacia adelante, ella hizo lo mismo pero no se atrevió a pedirle una respuesta.

—¿Crees que no me he dado cuenta de tus patéticas intenciones?

—¿Sesshomaru-sama?—Dijo Rin confundida y temerosa, no entendía el repentino cambio de su señor.

—Retrocede Rin, no estamos solos.

Y en efecto así era, no tardó en aparecer alguien de entre los arbustos, a medida que se acercaba el semblante de Sesshomaru cambiaba a uno más serio, el otro Youkai por su parte sonreía como si estuviese deseando ese momento con todo su ser.

—Luego de tanto tiempo, nos vemos de nuevo.

—¿No te cansas de perder?—Dijo Sesshomaru sarcásticamente.

—Ni creas que las cosas serán igual que en aquella ocasión, te recomiendo que no bajes la guardia—El Youkai continuó caminando pero al ver a Rin se detuvo de golpe, estaba tan sorprendido como ella al verla en ese lugar.

—Osore-san…—Dijo con voz cortada por la sorpresa—No me digas que tu verdadero objetivo era Sesshomaru-sama.

Sesshomaru volteó a verla al escuchar esas palabras, estaba sorprendido de que Rin conociera a Osore ¿En qué momento sucedió todo eso?, sin embargo no permitiría que el enemigo se aprovechara de ella para chantajearlo, acabaría de una vez por todas lo que comenzó aquella vez.

—Quien lo diría…después de todo si somos enemigos—Dijo el Youkai con frialdad.