Queridos Bro's

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por DrGigaFer, 18 Agosto 2013.

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    DrGigaFer

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    18 Agosto 2013
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    Escritor
    Título:
    Queridos Bro's
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1257
    #1 "El cuaderno de un chiquillo"

    _¡Deja ya esa computadora!, ¿Qué demonios te ha hecho?

    _Vamos, mamá...

    Cuando escucho eso, la madre sin decir una palabra camino a la sala y desconecto el modem que le daba el poder de navegar en la red al pobre muchacho.

    De un golpe cerro la lap-top, y la dejo a un lado, se puso de pie y camino a los cientos de útiles escolares que tenía acumulados, algunos ya habían perdido sentido tenerlos ahí, ya ni siquiera se acordaba de que había en ese sitio, era un desorden en esa mesa, hojas y hojas que nunca se daba el lujo de ordenar, y comenzó a ojear para ver que encontraba.

    No había mucho, solo un par de impresiones y copias que encargaron los profesores y que no valían nada ya...

    Su madre entro a la habitación pensando que su dulce angelito se había clavado esta vez al celular, pero se sorprendió al ver que intentaba ordenar ese desastre, después de una eternidad.

    La madre, con la autoridad que parecía tener por naturaleza, le dijo:

    _Quiero que ordenes todo esto, y todo lo que no sirva, lo llevas al reciclaje, por favor.

    El muchacho asintió, y de inmediato comenzó a separar lo que no tenía valor ni nada, sin darse cuenta estaba separando más de la mitad, de alguna u otra forma sentía que se estaba librando de un peso que tenía en sima.

    El mismo era la ultima persona en la que pensaría si alguien dijera la palabra "Ordenado", y el verse así lo hizo dudar, y pensaba lo bueno o lo cansado que podría ser hacer eso de vez en cuando pero dejo de pensar en eso cuando solo le quedaba una cuarta parte por separar.

    Se encontró con un cuaderno, un cuaderno que no tenía ninguna relación con su escuela, era algo personal de el, ese cuaderno conocía una parte del muchacho que ni siquiera su familia conocía.

    _Demonios, esta cosa sigue viva _Dijo una vez lo tuvo entre manos_.

    De inmediato salio al patio con una caja de cerillos, llenó un pequeño bote de basura, le prendió fuego, y puso el cuaderno encima con la intención de echarlo al fuego.

    Pero el viento, ademas de inclinar el fuego, hizo que unas pequeñas esquinas del cuaderno se ojearan, dejando ver pequeñas letras que despertaron la curiosidad del chico, apago el fuego y se dirigió a su habitación con el cuaderno.

    Cerro la puerta con candado, se sentó en esa mesa que estaba ordenada a medias, puso el cuaderno en ella, e intento abrirlo con miedo, ¡Seguían ahí!, esas letras, esas lineas, esos párrafos, todas esas paginas inundadas de aquella tinta que fue trazada aquellas inolvidables noches.

    _ Dios, ¿Cuanto tiempo ha pasado _Se dijo a si mismo_?

    Ojeo el cuaderno, y entre tantas paginas se detenía unos segundos a leer lo que había escrito aquel niño, aquel chiquillo desconfiado que se encerraba en su propio mundo, lo que había escrito ese pequeño niño inquieto; Erik.

    Su teléfono empezó a sonar, y Erik de inmediato atendió:

    _ ¿Hola?

    _Viejo, solo un día, ¡Solo un maldito día!

    _ ¿Bro?, ¡Solo 23 horas!

    La persona que estaba detrás del teléfono emitió un grito de emoción, y con razón, ya que esos dos chicos: Erik y Axel, estarían al día siguiente frente a sus ídolos.

    _Entonces _Le dijo Erik a Axel_, yo pasaré por ti y los demás al metro, ¿Vale?

    _Vale, Bro.

    Al decir eso colgó, y Erik recordó y se emociono, por fin, vería al grupo que había admirado desde pequeño. No podía haber una mejor razón para festejar.

    Erik se dirigió a su cama, y uso su celular para navegar en la red, sin preocupación de que su madre lo encontrara, ya que la puerta estaba cerrada con candado.

    Llegó la noche, su madre había vuelto a conectar el modem, todos excepto Erik estaban viendo la televisión en la sala, y este muchacho estaba en Internet, como casi siempre lo estaba, y por si fuera poco, su emoción estaba en un aumento potencial ya que solo pensaba en el día de mañana, era la primera vez que "Los cabeza de alfiler" estarían en su ciudad, y quizá la ultima, sería un día inolvidable para todos esos chicos. Erik y sus amigos, que lo acompañarían.

    Una pequeña sensación que, a veces le encantaba y a veces odiaba, empezó a colgarse en Erik, el sueño lo llevo contra su voluntad hasta la cama, la preparo para acostarse en ella y se echo a dormir.

    La noche fue larga, el sol salio en su máxima potencia, despertando sin ninguna novedad a la mayoría de las personas. Pero Erik sabía lo que le esperaba, de inmediato se levanto y, exagerando se fue a preparar, ya que eran más de las 8 de la mañana y su dichoso evento empezaba hasta las 5 de la tarde. Pero algo logro capturar su fugaz atención.

    El cuaderno, aun seguía ahí, con lo del concierto, se había olvidado de que lo había encontrado, lo tomo en sus manos, lo ojeo hasta llegar al centro, y lo empezó a leer, fue raro, fue muy extraño, fue como si se reencontrara con un viejo amigo.

    En sí, lo que era ese cuaderno era muy simple, ese cuaderno había sido donde Erik escribía sus cuentos, relatos e historias extensas, cuando era un pequeño niño, su ortografía era muy mala, y su narración era pésima, lo que era de esperarse de un niño, lo que leía en si fue lo ultimo que había escrito, un cuento llamado "Ratnik", estaba incompleto, nunca lo terminó, pero aun así, fue tan profundo leer eso, fue tan... nostálgico.

    Erik, con una cara seria y pensativa salio a desayunar, su madre estaba sentada en la mesa con un café, como siempre a esa hora, ni siquiera lo volteó a ver, Erik quería estar solo, por lo que opto por volver a su cuarto, y esperar a que su madre termine para poder desayunar más tranquilo sin tener que soportar algo como una platica, que era lo que menos le podía apetecer a ese extraño chico.

    Para no verse raro ni nada, Erik entro al baño a cepillarse los dientes, tardo un poco mirándose al espejo, recordando como pasaba horas escribiendo, como devoraba cuadernos enteros, como se encariñaba con sus propios personajes, como agitaba su pluma cuando se terminaba la tinta.

    Se mojo el rostro con el agua del lavabo, se seco y salió, entro a su cuarto, tomo una pluma de un pequeño porta-lapices que siempre estaba ahí, y sin pensarlo dos veces comenzó a escribir para no dejar inconclusa la historia "Ratnik".

    Ridículo, se sentía como un ridículo, extraño, estaba terminando lo que un niño comenzó una vez, pero lo estaba haciendo, no como el muchacho Erik, sino como el pequeño niño Erik que una vez fue, recordaba exactamente como quería que terminara "Ratnik", y se esforzó para que quedara como quería que quedara cuando era un niño.

    No despego ni un segundo la veloz pluma del papel, y cuando puso el punto final, la soltó y cayo en sima del texto, fue así como el Erik de 15 años termino lo que empezó a los 8.

    Fue satisfactorio. Pensó un momento en lo que había hecho y se rió de él mismo. Tomo el cuaderno y lo echo abajo de su colchón, con las demás cosas olvidadas que no merecían la pena recordar. Erik tenía algo más importante en que pensar.

    "Queridos Bro's" continua en "#2: El concierto"
     
    Última edición: 19 Agosto 2013

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