Querido Extraño <<principal NejiTen>> (NH, SS, IN, GM, ST)

Hola a todos, luego de unas merecidas vacaciones estoy de vuelta :33 y bueno, con un día de retraso a lo dicho les dejo la conti xD disculpen por eso, pero como llegué muy cansada pues no tuve muchos ánimos de estar en la compu D:! pero bueno eso ya quedó atrás, les dejo este capítulo, ojalá sea de su agrado.

Haine: ¡Holaaa! ^^ bueno ya estoy de regreso, así que puedo contestar con tranquilidad tu post :’D jaja ¡que vivan las personas generosas que nos donan algo de internet por un rato! xD Muchas gracias por haber leído la continuación, qué alegría que te gustara, y bueno, aquí dejo lo que sigue, y ojalá también disfrutes de ello.
susie: ¡Amigaa!^^ n__n ¿cómo estás? Espero bien. GRACIAS por leer el capii, me da muchísimo gusto que te haya gustado. Jaja, reí bastante con tu comentario, y más por el “chiste” de los ojos blancos de Neji xDDD a verdad es que no me di cuenta de ese detalle cuando escribí aquello ^^U jaja pero nadie es perfecto ;) Buenoo susie, espero que esta conti te guste, ¡gracias por todo!
Marlex: Holitass n_n antes que nada ¡gracias! Por tomarte la molestia en leer mi historia loca xD que alegría me da saber que sí te gusta, y bueno, con lo del beso de Sasuke y Hinata, parece que conseguí el efecto que quería xDD no fuiste la única que creyó que besaría a Sakura x3 pero bueno, no todo es pergecto ;) jaja Sale, espero que estés bien y que te guste esta conti.
AmayaRosshemberg: Holasss ^^ jeje muchas GRACIAS por haber leído mi conti ^^ perdón, me tardé un día más de lo que dije xD espero que tu inner no me haga nada O…O jaja y ahhhh no me descubras antes de tiempo con tu spoiler ¬¬ xDDD pero bueno, digamos que no le atinaste del todo :33 sólo un poquitín, jaja pero no exactamente ¬w¬ bueno ya, me dejo de palabrería, espero que estés bien y que te guste este capítulo.
Zhiinygami: Amiga ^^ muchas gracias por tu comentario y por haber leído la continuación n_n que alegría que te haya gustado, y más la idea de Yukimaru, me preguntaba cómo lo iban a tomar los lectores O…O xD al parecer bien. Jajaj bueno amiga, espero que esta conti te guste, aquí se rebela otro secreto :33 jeje bueno que estés bien.
Risahyuga: Hola amigaa xDDD jaja aaaay como adoro tus mega comentarios, son tan geniales, me haces emocionarme. Y más con tus hiperventilaciones, ya te imagino dándote aires xDD jajajajajaja, ya, lo siento :33 Sí, bueno, creo que le di al pobre de Neji un pasado triste xD jaja pero era necesario, creo que ya metí mucho drama .-. pero pues todavía va a haber un poquitín más xD todo es necesario, y bueno, con respecto a Yukimaru ¬w¬ en este capi sabrás si de verdad es su hijo o sólo de cariño xD jaja, sale amiga, espero que estés muuuuy bien, cuídate muchísimo, y ojalá te guste este capítulo.
NejitenFE: Holiitas amiga n_n gracias por haber leído la continuación y por tu comentario, que bueno que te gustó la conto :p y bueno, xD no te preocupes, que Tenten no tuvo a Yukimaru a los seis años xD jaja eso incluso está fuera de mi realidad xD jaja aunque… ¿por qué no? ¬w¬ bueno ya, espero que te guste el capi.
ginakate: ¡Amiga! Qué milagro xD que gusto me dio verte, sí, ya tenía mucho tiempo que no teníamos contacto, xD pero bueno. Que alegría que te gustó mi historia ^^ gracias por leerla n_n y FELIZ AÑO NUEVO para ti también, que cumplas todos tus deseos y propósitos, y bueno, espero que te guste esta continuación. ¡Cuídate!
AmyCrazyxD: ¡Hola! Antes que nada quiero darte las gracias por leer mi historia :’D muchas gracias por tomar un poco de tu tiempo en leer mi fanfic, lo aprecio ^^ y bueno parece que compartimos el gusto por el NejiTen xD amo esa pareja, y pues sí, quise darle al fanfic un toque algo “mágico” por así ponerlo, y no hacerlo tan cliché con la típica historia escolar -.- jaja pero bueno. Sale me retiro, que estés bien y espero que te guste la continuación.
Vistoria: Hola, ¿cómo estás? Espero bien ^^ Gracias por tu comentario y por leer la continuación. Es correcta tu observación, Neji desde siempre ha tenido agallas, aunque claro, tiene temores –como todos- xD bueno, al menos a mi punto de vista, Neji es así :33 jeje parece que no te agrada Sakura, y para serte sincera, tampoco es de mi preferencia, aunque no le hago bashing xD simplemente la tomo como un personaje más, pero la tomo en cuenta porque a la mayoría de las personas la adoran .-. En fin, ¡que bueno que te guste el SasuNaru! :3 <3 esa pareja es mi adoración ** pero pff, ¬¬ prohibido el Yaoi, así que me abstengo de subir escritos xD Y con respecto a Itachi, mmm quizás tu suposición no esté del todo equivocada, pero no te puedo asegurar nada. Y del acercamiento de Neji y Tenten, ¬w¬ pues... a partir de ahora comenzará más y más, y... una pregunta por curiosidad, ¿Te gusta el lemon? xD bueno ya me retiro, que estés bien y ojalá te guste la continuación.
JadeHyuga: ¡Hola! Muchísiiimas gracias por tu comentario y por leer mi fanfic ^^ que alegría que te gustó y sí jaja apoyo tu comentario de que el NejiTen es kawaii >w< demasiado :33 y bueno que más puedo decir xD solamente GRACIAS por leer mi historia, espero que esta continuación te guste. Cuídate, que estés bien.
Princex: Hola, gracias por tu comentario y por leer mi fanfic :’D y claro, me daré una vuelta por el tuyo.
Ritsu Yuiki: Holiitas amiga ^^ antes que nada GRACIAS por leer la conti ^^ y pues sí, jeje perdón porque no te pude avisar de la conti, de hecho no le avisé a nadie porque no estaba en mi casa D:! pero bueno, como ya regresé puedo hacerlo con toda la calma. Mmm... respecto a lo de Itachi, no te diré mucho porque sino haré spoiler xD pero puede que tengas algo de razón :33 y con respecto a Yukimaru, lo descubrirás en este capítulo. Sale, cuídate y ojalá te guste la continuación.

Capítulo 8: La verdad que no fue contada.

—¡Yukimaru! —gritó con mucha emoción al tiempo de abrazar posesivamente al infante.

—¡Mamá! —gritó el niño correspondiendo el abrazo.

Neji puso los ojos en blanco. ¿Había escuchado bien? ¿¡Mamá!? No... no era posible, ¿ese niño era hijo de... Tenten?

Fue un momento muy conmovedor. Tenten abrazaba con toda la fuerza de su alma a Yukimaru, este, a pesar de estar sonriendo, también derramaba lágrimas, producto de su felicidad.

—Mi amor... No te imaginas todo lo que te extrañé —susurró Tenten, mientras acariciaba el rosto del muchachito.

—Yo también mamá, todos los días pensaba en ti, es por eso que estuve luchando contra mi enfermedad... para poder venir a verte —masculló con una de sus sonrisas dulces, muy características de él.

Neji simplemente se dedicaba a mirar la escena con estupefacción. No sabía qué pensar, hacer ni decir. Dan se dio cuenta de esto, así que se acercó hasta él.

—Mucho gusto, mi nombre es Dan .

—Hyuuga Neji —respondió cortante.

—Parece ser que no entiendes nada ¿verdad? —preguntó con una sonrisa.

El Hyuuga no respondió, simplemente le dirigió una gélida mirada, como diciendo ¿qué no es obvio?

Fue en ese instante cuando Tenten recordó la presencia del Hyuuga.

—N... Neji... —pronunció al tiempo de girarse.

—¿Quién es él mamá? ¿A caso es tu novio?

—¿Eh? —la castaña se sonrojó—. No... no Yukimaru, él es... bueno él es un amigo mío.

—Tenten —interrumpió el Hyuuga—. Tal vez sea mejor que me retire, luego te veo.

—¡No! —gritó de súbito—. No te vayas Neji... Hay algo que... no te conté, no quería hacerlo hasta que...

—¿Hasta que qué? —preguntó gélidamente.

—Hasta el lunes que te viera. Pensaba presentarte a estas dos personas, pero no pensé que las cosas se adelantarían.

El Hyuuga, de alguna manera se sentía irritado, pero optó por quedarse a escuchar la historia. Todos tomaron asiento en el comedor; Tenten preparó algo de té y sirvió galletas.

—¿Quieres que yo le cuente? —preguntó Dan.

—No, está bien, quiero hacerlo yo.

La castaña le dio un sorbo a su té con leche y prosiguió.

—Cuando fui secuestrada por Orochimaru, ellos extrajeron mi genética, ¿cómo? No tengo ni la menor idea, aunque claro que yo ignoraba totalmente esto. Luego me escapé, esa parte de la historia ya te la expliqué, y bueno, cuando tenía los doce años, que encontré a Yukimaru en el jardín, él aseguró que yo era su madre, lógicamente me extrañé, es decir, hasta donde yo sabía, seguía siendo virgen. Aún así lo llevé ante mi madre y le conté lo que había pasado, ella también se extrañó, pero tenía dudas, ya que de cierta manera Yukimaru se parecía a mí, y su color de cabello es idéntico al de mi abuelo paterno; Así que nos hicimos unos análisis, y efectivamente salió positivo, resultó ser que Yukimaru sí es mi hijo.

—Fue entonces que les conté la verdad —intervino el niño, captando la atención de todos—. Les conté, que yo no había nacido de una forma natural, Orochimaru tomó la genética de mi mamá porque fue la persona con la que mejor tuvo resultados sus experimentos, y cuando ella se escapó, intentó crear vida artificial en base de su genética... La verdad es que aún no sé cómo le hicieron, pero con ayuda de Kabuto, crearon una manera extraña de recrear vida por medio de la decantación... fue entonces que nací yo... Ellos me criaron, pero nunca me trataron bien, me golpeaban y me obligaban a hacer trabajos muy pesados, todo el tiempo se la pasaban diciéndome “tienes que crecer más rápido y volverte tan fuerte como tu mamá” y yo no sabía quién era mi mamá, hasta que un día encontré una foto de ella, realmente no me constaba que fuera ella, pero algo en mi corazón me decía que sí, así que me decidí escapar. En el camino, me encontré con unas personas, y les enseñé la foto y les pregunté que si sabían quién era esta persona. Ellos rieron y me dijeron que era la princesa de Agra, y como se dirigían a la ciudad me fui con ellos, ya ahí no me fue difícil llegar hasta donde estaba mi mamá.

—El resto de la historia ya te la conté —concluyó Tenten.

Neji se quedó callado, parecía reflexionar las cosas, realmente esa niña estaba llena de sorpresas.

—Entonces ¿cabe la posibilidad que existan más niños con tu genética? —se decidió a preguntar.

—No... —contestó Tenten.

—Antes que yo me escapara —Yukimaru tomó la palabra—, Orochimaru murió por una extraña enfermedad que tenía, por lo que escuché, el fue herido de gravedad en una guerra que hubo aquí en Konoha, pero no sé bien de eso, el punto es que él murió y Kabuto vertió en el drenaje las muestras de mi mamá, pero no sé porqué lo hizo.

—Ya veo...

Hubo un momento de silencio, al parecer nadie sabía qué decir; esto, hasta que Dan comentó algo.

—A todo esto, nosotros no sabemos qué relación tienen ustedes dos.

Neji y Tenten se voltearon a ver, aunque rápidamente desviaron su mirada.

—Digo, para que tú le hayas confiado toda tu historia, es porque realmente deben tener un fuerte lazo.

—Bueno es que... —Tenten empezó a tartamudear, no se le ocurría que decir.

—Es así —contestó el Hyuuga, cosa que a la Ama le sorprendió—. Al principio Tenten y yo no nos llevábamos bien, nos caíamos mal, pero por un juego las cosas cambiaron, descubrimos que ambos guardamos cosas en común.

—¿Así? —preguntó Yukimaru—. ¿Qué tipo de cosas?

—El dolor —respondió fríamente—. Los dos... Sabemos lo que es el dolor.

Aquello se empezó a tornar algo incómodo, así que Tenten se levantó para recoger las tazas de té vacías y llevarlas a la cocina.

—Yo te ayudo —se ofreció Dan.

—Gracias.

Ambos jóvenes se fueron rumbo a la concina, dejando al Hyuuga con el niño.

—Sabes Tenten —habló el albino mientras lavaba una taza.

—¿Qué sucede?

—Hyuuga Neji me parece un buen tipo.

La Ama se sonrojó débilmente, pero rápidamente frunció el seño y preguntó “molesta”.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Nada en realidad, pero no es mala idea que tu hijo empiece a pasar más tiempo con él... por si acaso.

Tenten se soltó a reír como loca.

—Ay, qué gracioso eres Dan, Neji es un muy buen amigo... además... no creo que sienta nada por mi.

La joven entristeció la mirada, y claro que Dan lo notó, por lo que tomó su mano y musitó:

—Al parecer... tú si sientes algo por él.

Por su lado, Neji permanecía quieto y sereno, ignoraba por completo la punzante mirada de Yukimaru... de hecho, él se había parado junto a Neji, y se encontraba observándolo de pies a cabeza.

—Eres guapo —comentó.

El Hyuuga le dirigió una mirada interrogante.

—No mal interpretes, solamente estoy analizándote, porque déjame decirte que no voy a dejar que un cualquiera se acerque a mi mamá.

Este comentario le causó gracia a Neji, por lo que soltó una leve risa.

—Entonces ¿ya pasé la prueba del físico?

—Así es —respondió animadamente para después volverse a sentar en su lugar.

El niño empezó a jugar con el mantel de la mesa, aunque no parecía que se estuviera divirtiendo, más bien estaba pensativo.

—Oye... ¿puedo llamarte por tu nombre? —preguntó sin mirar al Hyuuga.

—Sí —respondió extrañado—. Puedes hacerlo.

—¡Genial! Entonces... Neji ¿puedo hacerte una pregunta?

Él simplemente asintió.

—¿Estás enamorado de mi mamá?

Eso fue como una piedra directa al estómago. Las palabras se le enredaron en la garganta, sinceramente... No sabía qué contestarle.

—¿P... por qué me preguntas eso?

—Eso es un sí ¿verdad?

Neji se quedó callado, nerviosamente pensaba en qué decirle, porque sinceramente, ni él mismo estaba seguro de la respuesta.

—¡El que calla otorga! ¡Quiere decir que sí!

El pequeño empezó a saltar de alegría, Neji rápidamente se puso en pie y trató de callarle la boca, pero Yukimaru simplemente seguía gritando: ¡es un sí!

—¡No grites! ¡Ven acá Yukimaru! —Neji exclamaba mientras perseguía al niño.

Tenten y Dan salieron de la cocina, viendo aquella graciosa escena con una gotita resbalándoles por la nuca.

—Parece que sí se llevan bien ¿no te parece? —preguntó el albino.

La castaña simplemente rió y asintió.

El clima era frío, el viento resoplaba golpeteando suavemente en las ventanas. Ya había oscurecido, el cielo se había convertido en un manto oscuro y sobre él resaltaban pequeños destellos, y claro, el hermoso astro asemejado a los ojos del Hyuuga también estaba presente.

—Tenten, ¿qué hora es? —preguntó Neji.

La joven miró su reloj de mano.

—Son... Cuarto para las nueve.

—¿No se supone que irías a una pijamada?

El silencio se presentó, la castaña peló los ojos y esbozó una leve pero tonta sonrisa.

—¡Ah! —gritó de súbito—. ¡Lo había olvidado! Nos quedamos de ver a las nueve.

—¿Una pijamada mamá?

—Sí, les prometí a mis dos mejores amigas que hoy les contaría mi historia.

—¿Estás segura de eso? —cuestionó Dan.

La Ama bajó un poco la mirada, parecía algo nostálgica, pero al cabo de un breve lapso de tiempo, soltó un suspiro y contestó:

—Sí... Son como mis hermanas, confío ciegamente en ellas.

Dan cerró los ojos y esbozó una sincera sonrisa, dando a entender que todo estaba bien.

—Va a ser en mi casa —anunció el Hyuuga—. Si gustan, ustedes dos pueden venir —refiriéndose al albino y al infante.

Yukimaru pareció querer decir algo, pero Dan se le adelantó.

—No gracias, la verdad es que tengo algo que hacer... Si no te molesta Tenten, quisiera ir a ver a Shizune y a Tsunade.

—Puedes hacerlo, pero en todo caso me llevaré a Yukimaru, a no ser que él quiera ir contigo.

El aludido sintió las miradas de todos en él, no le gustaba eso, por lo que rápidamente tomó una decisión.

—Creo que Dan tiene muchas cosas de las que hablar con esas mujeres, así que mejor me iré con mi mamá, al fin y al cabo puedo quedarme con Neji mientras ella platica con sus amigas ¿verdad?

Neji sintió un nudo en el estómago ante la sonrisa inocente del niño, así que no le quedó de otra más que acceder.

—Bueno, entonces iré rápido a alistar unas cosas que necesito, y... ¿trajeron algo de ropa? —preguntó a Dan.

—No, cuando ellos encontraron nuestra guarida y nos atacaron, tuvimos que huir, creo que es lógico que no nos dio tiempo de llevarnos nuestras cosas.

Tenten se sintió algo incrédula, así que simplemente rió tontamente.

—Bueno, en ese caso mañana iremos de compras.

Pasaron unos cuantos minutos para que la Ama estuviera lista; dio a Dan la dirección de la casa de Tsunade y Shizune, y ella, Neji y Yukimaru partieron hacia su destino.

En otro lado, una joven corría apresuradamente. Sus ojos esmeralda estaban llenos de deseo, al parecer buscaba algo, y ella parecía una de esas personas que no se detienen hasta conseguir lo que desean.

—No importa lo que Sasuke-kun diga... Yo investigaré para él.

Sakura se había vestido toda de negro, parecía una espía profesional. Llegó a la casa de Hinata, y una vez ahí se coló sigilosamente en el jardín, esperando entre las plantas a que su víctima llegara.

La espera no fue mucha, ya que pronto apareció la persona que tanto ansiaba ver. Ella esbozó una sonrisa maliciosa, y para pronto sacó de su bolsa un pequeño objeto.

—Ahora sólo tengo que atinarle —susurró para ella misma—. Pero me pregunto ¿quién será ese niño? Nunca lo había visto... Bueno, no importa eso.

Aquél microscópico objeto, era nada más ni nada menos que el micrófono, el artefacto que jugaba el papel más importante en su jugada; el que le daría la victoria.

Se acercó lo más que pudo. Esperó silenciosa a que la Ama pasara cerca de ella, y justo en el momento clave... Lanzó el micrófono hacia la chica, cayendo en su cabello.

—Bingo —susurró con aires de triunfo—. La idea era que cayera en su ropa, pero bueno, no importa.

Volvió a su escondite original: entre los arbustos, justo debajo de la ventana de la habitación de Hinata. De una bolsa que traía, sacó un extraño aparato, era una especie de caja del tamaño de una de zapatos; conectó sobre ésta unos audífonos, los cuales colocó en sus oídos, luego extendió una antena y empezó a girar un botón para encontrar el punto justo de la mejor transmisión.

—Lo tengo —sonrió—. Escucho a la perfección la voz de Tenten.

Por otro lado, los jóvenes ingresaron a la casa de los Hyuuga. Era grande, no exageradamente, pero sí en comparación a una casa promedio.

—¡Tenten! —exclamó Hinata desde las escaleras.

Rápidamente descendió para acercarse a su amiga, aunque algo captó su atención.

—¿Quién eres tú? —preguntó a Yukimaru.

—Yo soy el hij...

A tiempo. Neji tapó la boca del infante, siendo él el que tomó la palabra.

—Familiar de Tenten —respondió gélidamente—. Hablará de ello con ustedes.

Y diciendo eso, el Hyuuga tomó al infante de la mano y se lo llevó de ahí. Hinata se quedó con un deje de consternación, pero entendió que no debía apresurar las cosas, que pronto la verdad le sería revelada.

—¿Temari?

—Está en mi cuarto... Vamos que nos está esperando.

En otro lado muy pero muy lejano, más específicamente, en una guarida situada en las riberas de la india, se encontraba un peculiar grupo de personas. Parecían estar discutiendo de algo sumamente importante, se mostraban serios, y cada uno de ellos portaba una capa negra con adornos de nubes rojas.

—¿Estás seguro de esto?... Madara —preguntó un muchacho de cabellera blanca, la cual portaba en una coleta baja.

—¿Dudas Kabuto?

—Un poco, si ya sabemos en dónde está ¿por qué no tomarla por la fuerza y ya?

—Es algo simple —interrumpió una tercera voz.

Los dos que conversaban, giraron su vista hacia un muchacho de ojos azulados y cabellera rubia, el cual, se mostraba seguro de sí mismo.

—Habla Deidara —pidió Kabuto Yakushi.

—Esa niña tiene un poder sorprendente, y aunque no sabe controlarlo, no está sola, los otros dos se han largado, y lo más seguro es que estén con ella. El más grande: Dan, tiene más control sobre su habilidad, y el niño al ser descendiente de la mujer, tiene un poder increíblemente grande, si combinamos todo esto, resulta muy difícil lograr atrapar a la chica, además, ocasionar una revuelta en esa ciudad, atraería a la policía y eso significaría más problemas —concluyó el rubio.

—Así es —continuó el individuo de la máscara: Madara alias Tobi—. Es por eso que he elaborado un plan más sutil.

—¿Y cuál es? —exigió el albino.

El líder rió arrogantemente, hizo una seña a Deidara, y éste hizo pasar a dos personar, las cuales captaron rápidamente la atención del Yakushi.

—¿Ellas? —preguntó incrédulo.

—Aunque no lo creas, son increíblemente fuertes —admitió el rubio.

—Sus cuerpos no aceptaron el suero especial de Orochimaru, no tiene ningún poder. No creo que puedan atrapar a Tenten.

Madara hizo un ademán, e inmediatamente una de las chicas se movió a una velocidad tan rápida, que Kabuto no pudo advertir el golpe que le asestaron en el estómago.

—No nos subestimes... Kabuto-sensei —susurró a su oído.

El albino sonrió arrogantemente al tiempo de caer desplomado al suelo, pues aquél golpe le había sacado el aire; aquellas muchachas no eran cualquier cosa.

—Bien, presten atención —pidió el líder—. Su misión es ir a Konoha, deberán fraternizar con Ama Tenten y Ama Yukimaru, una vez que lo logren, tráiganlos para acá les cueste lo que les cueste.

Ambas chicas hicieron una reverencia y asintieron. Kabuto se recobró del golpe y se logró incorporar; ajustó sus lentes y luego añadió:

—Pero necesitarán un nombre... Número uno y número dos no son nombres de personas.

—Es verdad —apoyó Madara—. En ese caso, sus nombres clave serán... Suna Matsuri y Suna Sari.

Era magnífica aquella noche; perfecta para que los más obscuros secretos salieran a la luz. En la casa Hyuuga estaba por pasar muchas cosas; Hinata preparó algo de té y sirvió galletas para acompañar el momento. Las tres chicas estaban ya con sus pijamas y acomodadas, listas para comenzar todo.

—Bien Tenten... Tienes la palabra, queremos escucharte —musitó Temari con la ansia empalagándole la boca.

La Ama se encogió de hombros, respiró fuertemente y...

—Todo comenzó en mi infancia…

En el jardín, una atenta Sakura estaba al asecho, prestaba atención a cada palabra que escupía la boca de Tenten; parecía estar tan metida en ello, que ignoraba por completo el quemante frío que la agazapaba.

—Sólo espera un poco más... Sasuke-kun.

En esa misma casa, en la tercera habitación de la segunda planta se encontraban dos personas: Neji y Yukimaru. El Hyuuga se mantenía ocupado leyendo un libro, mientras que el infante curioseaba en toda la estancia.

—Neji ¿Qué es esto?

El aludido apartó la vista de su lectura para voltear con el niño.

—Es una lámpara antigua —contestó con su típico tono apático—. Me extraña que no la conozcas, en la película de Aladdín sale una.

Yukimaru hico un extraño puchero, mezcla de tristeza y rabieta.

—En la mayor parte de mi vida me la pasé fugitivo, nunca he visto una película.

Neji se sorprendió por esto, aunque si lo pensaba bien tenía lógica, es decir, ese niño llevaba una vida difícil.

—Si quieres podemos ver alguna.

—¿¡Enserio!? —el rostro del muchachito se iluminó, tenía una sonrisa de oreja a oreja.

El Hyuuga asintió, pero para pronto recordó algo.

—No tengo películas para niños... Tenten dijo que mañana te llevaría a comprar ropa, yo los acompañaré y si ella está de acuerdo pasaremos al cine.

Yukimaru pegó un gran brinco y esbozó una inocente sonrisa. Fue raro, pero este acto provocó un escalofrío dorsal en Neji.

—Sabes Neji... Siempre me he preguntado cómo se sentirá llevar una vida normal.

Los ojos del infante se apagaron, pero demostraba una débil sonrisa; no precisamente de felicidad, era más que nada... melancólica.

—Es decir... Poder ser como los demás niños, ir a la escuela, regresar a casa y percibir el aroma de la comida casera, jugar con mi papá y mamá... no sé, cosas así.

Hyuuga Neji no era un hombre que demostrara sus emociones, y a decir verdad tampoco era frágil a los sentimientos de los demás; pero... había algo extraño en ese niño, su tristeza era profunda y sus heridas quemantes. Todo ello él lo podía percibir, las palabras de Yukimaru penetraron en su cuerpo y resonaron en su alma... Realmente sentía lástima.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —cuestionó mirando directamente al infante.

—Adelante.

—¿Quién es tu papá? —preguntó sin rodeos—. Aunque no hayas nacido de una forma natural, debieron haber utilizado algún espermatozoide; por fuerza.

Yukimaru expresó sorpresa por aquella pregunta, no se la esperaba.

Guardó silencio y agachó la mirada. Un nudo en su garganta se formó, sentía... ¿miedo?

—Siempre me lo he preguntado —susurró—. No lo sé Neji... Nunca me lo quisieron decir, ni siquiera sé si realmente tengo uno. Orochimaru era realmente inteligente, así que no me sorprendería que no haya sido necesaria la utilización de un esperma.

El Hyuuga no quiso darle más vueltas al asunto, el niño parecía dolido, así que optó por cambiar el tema.

La noche avanzaba poco a poco; era fría. Las hojas de los árboles se meneaban por las fuertes ventiscas. La luna estaba menguante, pero eso no la hacía perder su elegancia, su hermosura...

—Es... demasiado —musitó Temari con estupefacción.

—Esa es mi realidad —suspiró Tenten—. Fin de la historia.

Por fin la Ama había concluido con su relato; Hinata y Temari se mostraban atónitas, extrañadas... no podían digerir todo lo que acababan de escuchar.

—Has sufrido tanto... —comentó la Hyuuga rompiendo el silencio que se había formado.

Tenten sonrió dulcemente, tratando de dar a entender que pese a todo ella estaba bien.

—Todo es tan extraño... Aún no puedo creer que ese niño sea tu hijo, ¿¡quién creería eso!? Tú tienes diecisiete años y él once, es ilógico si lo vez de una forma... pues ¡lógica! —ironizó la Sabaku No.

La Ama asintió —Lo sé, pero cuando se trata de Orochimaru y Kabuto la lógica no existe, son personas realmente asombrosas y muy inteligentes, desarrollaron lo que nadie intentaría jamás hacer.

—Supongo —admitió Hinata.

Otro incómodo silencio invadió el momento. Temari y Hinata se lanzaban miradas, mientras que Tenten cabizbaja comprimía su dolor.

—Gracias Tenten —sonrió la joven Hyuuga.

La castaña alzó de súbito su mirada. No entendía porqué su amiga le agradecía.

—Gracias por confiar en nosotras —completó la rubia.

Una extraña sensación invadió el corazón de Tenten... Se sentía tan bien, era una mezcla de sensaciones; de alguna manera sentía un enorme alivio, tanto que no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran.

—Al contrario... Gracias a... ustedes por escucharme... —respondió entrecortadamente debido a los sollozos.

Se abalanzaron sobre ella y la abrazaron fuertemente. Inmediatamente soltó el llanto, pero era diferente al de todos los demás... ¡No estaba triste! No lloraba por sufrimiento y eso era algo increíble; su llanto era de felicidad, de alivio, de seguridad. Sentía una suave calidez en su corazón; poder compartir sus tristezas y felicidades con sus amigas le quitaron un enorme peso de encima.

Ella también derramó un par de lágrimas: Haruno Sakura sentía culpa, remordimiento, aquella historia realmente era dolorosa, ¿cómo podría traicionarla? Pero Sasuke...

—Basta Sakura... sabías que esto podía pasar.

Decidida tomó sus cosas minuciosamente, y sin pensárselo dos veces se marchó de aquel lugar, con una gran historia en la cabeza y una enorme culpa en el corazón.

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Nota: Para quienes no sepan, Sari es una Kunoichi de la Arena, sale tanto en el manga como en el anime. Aunque es poco conocida.

¿Qué te pareció la continuación?
¿La relación de Neji y Yukimaru?
¿¡Matsuri y Sari con los malos!?
¿Que crees que hará Sakura?
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Próximo capítulo:

—Cuanto tiempo sin verte... Tsunade.

La más dolorosa de las lágrimas escurrió por sus mejillas y una inmesa rabia atacó a su corazón.
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—¡Kankuro, Gaara! —exclamó con felicidad al ver a sus hermanos.

—Oh... que hermosa chica —susurró con sorna al posar los ojos en la Ama.
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Dibujó una sonrisa triunfal al ver que su plan resultó. Ellos dos estaban atónitos, pero ninguno despegaba la mirada del otro... Estaban a centímetros de besarse.
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—¡Tengo que conseguir un novio ya! O ese vago me ganará...
—¿Y que tal ese de por allá? —sugirió Ino.
No estaba nada mal, de hecho era perfecto, ¡ganaría la apuesta seguro!

Próximo capítulo: Capítulo 9 "¡Empieza el amor, empiezan los problemas!

 

Hola a todos. Disculpen por no responder a sus comentarios como usualmente lo hago, pero ando algo (mucho muy) apurada D:! y básicamente sólo vengo a subir conti, pero ¡MUCHAS GRACIAS! a todos los que leen mi fanfic y también a los que lo comentan, es por eso que puedo salir adelante. ¡Gracias! de todo corazón <3

Capítulo 9 “Empieza el amor, empiezan los problemas”



Aparentemente fue una noche normal, y digo aparentemente, porque todo estaba a punto de comenzar...

Él se encontraba parado frente aquella casa; era un hombre maduro y estaba dispuesto a confrontar lo que viniera pero... aún así no podía evadir un tremendo sentimiento de culpa y temor. ¿Cómo podría verles la cara? Después de tantos años de engaño... era difícil volverlas a mirar.

—Uhm... ¿quién podrá ser a esta hora? —preguntó Tsunade al ser despertada por el timbre de su casa.

Perezosamente se puso en pié y soltó un gran bostezo. Se colocó sus pantuflas y su bata para después salir de su cuarto.

Su blondo cabello estaba totalmente suelto y algo alborotado por la almohada. Bajó las escaleras a su paso y sin prisa alguna; caminó hasta la entrada, colocó su mano en el picaporte; sin pensárselo lo giró y poco a poco abrió la puerta...

—¿Qué desea...?

La Senju se despabiló en un segundo...

—Cuánto tiempo sin verte... Tsunade.

Sus pupilas se dilataron ante su imagen y su corazón se comprimió...

—Tú... —logró susurrar.

Estaba atónita; estupefacta. Ella sabía que a al día siguiente lo vería pero... realmente no estaba preparada, seguía siendo una emoción muy fuerte para su alma.

Dan la miraba fijamente con una tenue sonrisa dibujada; Ella no podía ni respirar de la impresión, no sabía cómo reaccionar.

—D... Dan —por fin logró decir su nombre.

—Sé que me odias por todo lo que te hice pasar pero...

La más dolorosa de las lágrimas escurrió por su mejilla y una inmensa rabia atacó a su corazón.

—¡Idiota! —gritó desgarradoramente al tiempo de pegarle una cachetada.

La mejilla del albino se enrojeció brutalmente, pero éste, no tuvo tiempo de decir ni hacer nada, ya que al instante Tsunade se abalanzó sobre él y lo apresó en un fuerte abrazo... De esos que nacen del alma.

—Tsunade... Dan —susurró Shizune por detrás, quién también se despertó al escuchar el timbre.

Era una fría noche... Muchas cosas pasaron en diferentes lugares y... lo más curioso es que la mayoría de ellos tenían algo que ver.

Las horas pasaron, eran las seis de la mañana. La joven Haruno no pudo esperar ni un momento más para soltar la sopa; así que decidida, se alistó con un pantalón pesquero de mezclilla, una blusa rosa de tirantes, acompañada por un ligero suéter verde, sus zapatos de piso blancos y decidió peinar su cabello en dos trenzas bajas.

“Sólo espera Sasuke-kun” —pensó sin dejar de correr.

La casa del mozo no estaba muy lejos de la suya, fue por eso que decidió irse a pie. Hacía un poco de frío; el cielo estaba clareando, todavía le faltaba un poco. El canto de las aves se escuchaba por doquier, después de todo, son aves madrugadoras.

Por fin llegó a su destino. Paró de súbito y con la respiración agitada miró fijamente la casa del muchacho; más bien su departamento, ya que no era muy grande que digamos, pero nunca necesitó de más espacio, ya que vivía solo.

—¿Por qué siento esta sensación de culpa? —se preguntó mientras colocaba una de sus manos en su pecho—. ¿Realmente está bien lo que quiero hacer?

Un viento resopló en su cara, haciendo que sus trenzas se menearan. Fue en un instante... empezaba a dudar si realmente lo iba a hacer.

Por otro lado, exactamente en la casa Hyuuga, todos dormían plácidamente. La casa estaba silenciosa, después de todo las chicas se habían dormido a las tres de la mañana por andar platicando y haciendo cosas de niñas; pero todo esa paz y ese silencio estaba a punto de romperse.

—¡Kankuro, Gaara! —gritó eufórica al recordar aquello.

Todas las chicas se despertaron de un brinco; exaltadas y asustadas por el grito de Temari. La rubia estaba toda exasperada, parecía que buscaba algo.

—¿Qué te pasa Temari? —cuestionó Tenten con un gran bostezo—. ¿Por qué gritaste así?

—¡Olvidé que mis hermanos llegan hoy a las siete!

Tenten y Hinata se dedicaron una mirada. Ambas estaban algo modorras y adormiladas.

—¿Hermanos? —preguntó Hinata.

—Sí, vienen de Hong Kong, estuvieron viviendo allá un par de años, ¡hoy regresan y se supone que tengo que ir a recogerlos!

—Tranquilízate primero Temari —pidió Hinata.

—Haber... —la castaña miró el reloj—. Son las seis y cuarto, si nos damos prisa llegaremos a tiempo al aeropuerto.

—¡Está a una hora de aquí! —exclamó Temari al tiempo de encontrar aquello que estaba buscando: su zapato derecho.

—Pero como hoy es domingo, y es... temprano, no hay tráfico así que... si salimos ya, nos haremos media hora —aseguró la Hyuuga.

No se dijo más. Las tres chicas se empezaron a alistar más rápido que veloz. Estaban contra el tiempo.

—¡Es verdad! Ninguna de nosotras tiene licencia para conducir —recordó Temari.

—Y mí papá no está en casa... Él y Hanabi se fueron desde el viernes a la casa de mi abuela.

Las tres chicas se miraron, como preguntándose con la mirada ¿y ahora qué? Fue entonces que Hinata recordó algo.

—Neji nii-san tiene licencia.

—¡Enserio! Pues hay que pedirle el favor —comentó la Ama.

—Yo opino que Tenten se lo pida —anunció Temari con una extraña sonrisa maliciosa—. Es más probable que ella lo convenza.

—¿¡Qué?!... ¿¡Por qué yo!?

—P... por favor Tenten —sonrió Hinata.

Era un complot en su contra; más no le quedó de otra. Resignada soltó un gran suspiro y salió de la habitación de Hinata, rumbo a la de Neji.

Trató de no hacer mucho ruido con sus pasos. Una vez que llegó, dio un gran respiro y con cuidado tocó la puerta...

Guardó silencio para escuchar, pero luego de unos segundos al no obtener respuesta volvió a golpear la puerta.

—¿Acaso está sordo? —se preguntó algo irritada.

Por tercera vez consecutiva golpeó la puerta, aunque esta vez lo hizo con el triple de fuerza...

Nuevamente sin respuesta, y eso encabronó a la Ama ¿¡cómo iba a creer eso!? Nadie tiene el sueño tan pesado como para no oír semejantes monstruosidades de golpes.

—¡¿Qué rayos están hacien...!?

Tenten abrió de súbito la puerta, pero su voz se apagó al instante ante tal escena.

No pudo evitar dibujar una dulce sonrisa. Neji y Yukimaru durmiendo en la misma cama; el Hyuuga estaba acomodado de lado, y el infante acurrucado en su pecho.

Sí, era un momento muy tierno, pero aún así la castaña no pudo evitar sentirse algo melancólica. Tiempo atrás, Yukimaru le comentó que él siempre se preguntó cómo sería un padre, eso le destrozó el corazón, ella sabía sus deseos, y verlo de esa manera con Neji pues...

—¿Tenten? —articuló el muchacho entrecortadamente.

Neji se despertó al sentir la presencia de la joven. Con cuidado de no despertar al niño se incorporó en la cama, para después frotarse los ojos.

—Es muy temprano ¿qué haces aquí?

Los ojos de Tenten se clavaron en el descubierto pecho del Hyuuga, ya que tenía desabrochado los primeros botones de su pijama. Un leve carmesí se pintó en sus mejillas, su corazón se aceleró levemente y por un instante olvidó a lo que iba.

—¿Eh?...¡ah! —reaccionó sacudiendo la cabeza—. P... perdón por molestarte pero... Temari recordó que sus hermanos llegan a las siete de Hong Kong, así que nos preguntábamos si... podrías llevarnos al aeropuerto.

El Hyuuga no respondió al instante; clavó sus orbes lunares en los de la chica y la observó con detenimiento; esta situación fue algo incómoda para ella, pero aún así se abstuvo en decir algo.

—Está bien... pero si quieren llegar a tiempo será mejor irnos ahora.

El rostro de la joven se iluminó. En algún momento... Ella recordó al Neji apático, engreído y mal educado que conoció, fue por eso que dudó por un momento si realmente aceptaría.

—¡Gracias! Las chicas ya se están alistando, yo me arreglo rápido.

Neji asintió y la joven se dispuso a irse, pero una voz la despertó.

—Mamá... Papá... qué bueno que estén los dos aquí.

—¿Eh?

Tenten abrió los ojos como plato y un leve sonrojo acudió a ella. Neji simplemente se estremeció un poco, pero pudo disimularlo.

—¿Yukimaru?

Tenten soltó un suspiro cuando se percató que el infante seguía dormido, aunque... eso no quitaba el hecho de lo que acababa de decir... Ella bajó la mirada, se sintió triste, lo que acababa de pasar era prueba de que el niño añoraba un padre; ella sabía muy bien que Yukimaru no lo diría, pues a pesar de ser joven, él entendía a la perfección la situación de su madre y no quería causarle problemas.

—Bueno... será mejor que lo despertemos... no podemos dejarlo solo —habló la Ama rompiendo con el silencio.

Tenten se acercó al niño para moverlo un poco con la mano y así despertarlo, aunque...

—¿Q... Qué pasa? —preguntó con un tercer sonrojo.

Antes que pudiera tocar a Yukimaru, Neji la detuvo apresando su mano con la de él.

—Ayer se durmió tarde, es mejor que lo dejes dormir más tiempo, cuando ya nos vayamos a ir yo lo despierto.

Tenten se percató que estaba un poco cerca del Hyuuga, no mucho en realidad, pero sí más de lo normal.

—Está bien... —asintió para después liberar su mano y marcharse.

El sol salió un poco más. Esta vez el cielo se iluminó por cándidos rayos dorados y rojizos; el clima seguía siendo fresco, pero pronto se calentaría.

—¡Ya vámonos! —gritó Temari ya en la puerta de la casa.

Hinata fue la primera en bajar ante el llamado de Temari; en realidad ella ya estuvo lista desde hacía mucho rato. Llevaba puesto un sencillo vestido lilita con un lazo en la cintura color azul pastel, unos zapatos de piso negros y su cabello suelto.

Tenten fue la segunda en hacer su aparición. Ella se vistió con un pantalón pesquero verde oscuro, acompañado por una blusa strapless blanca, una torerita roja, unos zapatos de piso rojos y su cabello como habitualmente lo portaba: en dos bolitas.

Y ya por último, casi seguidos de Tenten, bajaron Neji y Yukimaru. El Hyuuga, era de esas personas de estilo simple, así que optó por usar un pantalón de mezclilla color crema tirándole a blanco, una camisa azul y sus zapatos negros. Yukimaru portaba la misma ropa del día anterior; puesto que no tenía cambios; y consistía en una playera verde de manga larga, y sobre ésta un especie de mandil overol color azul cenizo, un pantalón azul de algodón y unos zapatos negros.

—Vámonos —anunció el Hyuuga tomando las llaves del auto.

Todos abordaron el auto y pusieron marcha hacia el aeropuerto. Iban en una camioneta para ocho personas. Neji manejaba, Tenten iba de copiloto y los asientos traseros iban Hinata, Temari y Yukimaru.

Gracias a las grandes habilidades del Hyuuga como conductor, y la buena suerte de no haber mucho tráfico —tal como lo estipuló Hinata— llegaron justo a tiempo. Apenas estacionaron el auto y Temari bajó corriendo, pues sus hermanos eran unos maniáticos a la puntualidad.


—¡T... Temari espera! —gritó Hinata.

—¡Perdón, me adelantaré! —gritó la Sabaku No ya alejada un par de metros.

—Vaya, es muy impaciente —comentó Tenten.

—Mamá tengo hambre.

La castaña miró al niño, cierto, ninguno de ellos había desayunado aún, y ahora que lo pensaba, ella también sentía algo de aislamiento en el estómago.

—Bueno, después de aquí vamos a desayunar ¿te parece? —preguntó con una sonrisa.

El infante se alegró, expresándolo con un semblante de felicidad, pero rápidamente apagó aquella expresión al recordar algo.

—Pero mamá ¿y Dan?

—Es verdad... Ayer dijo que iba a ir a ver a Tsunade-sama y a Shizune-senpai.

—Pero... seguramente estará ocupado con ellas —opinó Yukimaru—. Así que mejor lo esperamos en la casa.

Tenten asintió y sin más plática ingresaron al aeropuerto. Se dirigieron a la sala de espera, donde vieron a Temari toda inquieta, parecía un lobo enjaulado, pues no paraba de dar vueltas.

—¿Qué sucede? —preguntó Hinata.

—Aún no llegan, al parecer el vuelo se retrasó.

—No te preocupes —sonrió la castaña—. Seguramente no han de tardar.

Temari frunció el seño y apretó los puños. Unas venas se marcaron en su sien; no se veía muy feliz.

—¡Qué coraje me da que los vuelos no lleguen a tiempo!

—T... tranquila Temari —pidió la Hyuuga.

Pasó media hora más para que el avión arribara, aunque cabe mencionar que no llegó solo, un segundo avió aterrizó casi a la par.

La voz detrás de la alta voz anunció la llegada de ambos vuelos. Temari pegó un enorme brinco y comenzó a buscar con desesperación a sus hermanos.

—¡Demonios, hay mucha gente! —exclamó al ver todo el tumulto que entraba.

—¡Yo te ayudo a buscar Temari-san! —exclamó Yukimaru al tiempo de correr hacia la Sabaku No, quien apenas se podía distinguir entre toda la bola de personas.

—¡Regresa! —gritó Tenten atemorizada al perder de vista al infante—.

La Ama salió corriendo. Neji y Hinata simplemente se miraron, como preguntándose qué hacer.

Temari no escuchó cuando el niño le ofreció su ayuda, ella estaba totalmente entrada en encontrar a su familia, y no tardó mucho en hacerlo.

—¡Kankuro, Gaara! —exclamó con felicidad al ver a sus hermanos.

Por su parte, Yukimaru al ser bajito se mezcló rápidamente entre la multitud; y no pasó mucho para que se perdiese entre ellos.

—Ay no... —murmuró—. ¡Mamá!

Levantó la mirada y comenzó a recorrer con la vista todo a su alrededor; pero no vio a nadie conocido. Se sintió algo cohibido; miles de extraños lo apachurraban constantemente, obligándolo a caminar; cada vez se iba alejando más y más. Miraba atemorizado sin poder distinguir a nadie, la desesperación comenzó a llenarle.

El aeropuerto era un lugar bastante grande. Por un momento dejó de escuchar con claridad los ruidos; solamente podía percibir el sonido de su acelerado corazón y su inquieta respiración.

—¿M... mamá? —preguntó con miedo—. ¿Dónde estás?

Ni una respuesta... estaba totalmente perdido.


Por otra parte, Tenten estaba como loca buscando a Yukimaru, gritaba su nombre una y otra vez, pero no pudo verle.

—¡Tenten! —escuchó que alguien le habló.

La castaña reconoció la voz, sin duda alguna era Temari quien la llamaba. Viró un par de veces hasta que pudo distinguir a su rubia amiga haciéndole señas, y junto con ella pudo reconocer a Hinata y a Neji, por lo que pensó que ya habían encontrado a Yukimaru. Se abrió paso entre la gente, que poco a poco iba despejando el área, por lo que no le resultó muy difícil llegar hasta ellos.

—Bueno ahora que estás aquí Tenten, los presentaré a todos —anunció la Sabaku No al lado de un par de muchachos bien parecidos.

—¿Yukimaru? —preguntó la Ama antes que su amiga comenzara con las presentaciones.

—¿No está? —preguntó Temari.

Tenten sintió una punzada en el pecho y sin decir ni una palabra salió corriendo de ahí.

Uno de los hermanos Sabaku No, más específicamente un castaño, se quedó pensativo con una enorme sonrisa.

—Oh... qué hermosa es esa chica —susurró con sorna sin despegar la vista de la Ama; viéndola alejarse cada vez más.

Un silencio se presentó en el grupo de aquellos jóvenes. Temari se mostraba consternada, pues no entendía muy bien lo que estaba pasando; Gaara, el hermano menor, simplemente mantenía una expresión neutral, Kankuro, el segundo hermano, mantenía una sonrisa arrogante mientras pensaba en cosas. Hinata miraba extrañada a su primo, pues éste se le veía tenso, tenía el seño ligeramente fruncido y parecía querer hacer algo.

—¿Neji nii-san?

El Hyuuga no pudo más. Obedeció sus instintos y salió corriendo detrás de Tenten.

Por su parte, Yukimaru terminó en una cafetería, seguía sin saber en qué parte estaba. Aún buscaba a su madre o por lo menos a alguien conocido, pero seguía sin encontrar los y eso ya le estaba causando mucho sentimiento.

—No me debí separar —susurró con tristeza.

Resignado se sentó en una esquina, abrazó sus rodillas y empezó a reflexionar...

Por todas sus malas experiencias tenía un cierto grado de madurez, pero eso no quitaba el hecho de que seguía siendo un niño, un pobre impúber que se separó de su madre y estaba totalmente perdido en un lugar ajeno.

—¿En dónde están? —preguntó tratando de contener su llanto.

Le fue inútil. El pensar que estaba totalmente solo y al descubierto, fue suficiente para que de sus ojos emanaran las primeras lágrimas. Cristalinas y saladas... escurrieron por su rostro dejándolo marcado. Varios sollozos se le escaparon y el fluido en su nariz se aflojó.

—¿Por qué lloras? —escuchó una voz.

De inmediato el infante alzó su enrojecida vista para encontrarse con un par de muchachas sonrientes.

—Me perdí —respondió a secas.

Eran un par de castañas, una de ellas tenía el cabello hasta la espalda y la otra lo portaba arribita de los hombros. La del pelo más corto sacó un pañuelo de su bolso, y con delicadeza secó las lágrimas del niño; éste se quedó atónito por la acción de la chica, es decir, ella estaba siendo demasiado amable con un extraño.

—Ya está —sonrió ella—. Las lágrimas no quedan bien con un niño tan lindo como tú.

—G... gracias —respondió tímidamente al tiempo de ponerse en pie.

—Me llamo Suna Matsuri y ella es mi hermana Suna Sari.

—Es un gusto... Yo soy Ama Yukimaru.

Sari lo tomó por una mano y Matsuri por la otra.

—Entonces Yukimaru-kun, vamos a buscar a tu mamá ¿te parece?

El Ama viró la vista y notó que ambas chicas portaban un equipaje, por lo que dedujo que ellas acababan de llegar.

—¿Seguras? Lo más probable es que tengan compromisos.

Matsuri miró con asombro al joven, realmente era muy considerado.

—No te preocupes —contestó Sari—. Anda, ven con nosotras.

El niño finalmente accedió. Comenzaron a caminar y Matsuri le dedicó una mirada fugaz a la otra castaña, como dándole a entender algo.

—¿Lo encontraste? —preguntó Neji a Tenten.

—No —respondió con desesperación—. ¿Y si se lo robaron?

—Tranquilízate, no debes pensar esas cosas.

—Pero... —sus ojos se empañaron.

—Este sitio es demasiado grande, debe de estar.

Todos se separaron para buscar al infante; ya llevaban media hora.

—Yukimaru, ¿no tienes el número de algún pariente? —preguntó Sari.

—No... La verdad es que acabo de llegar a la ciudad y no sé.

—Entonces, ¿qué te parece si vienes con nosotras a nuestra casa? —preguntó Matsuri.

Él abrió un poco los ojos y se quedó perplejo; no sabía qué hacer.

—No lo sé... Es que seguramente mi mamá me está buscando, y si me voy...

—No te preocupes —intervino la Suna de cabello más largo—. En la casa tenemos un directorio, si nos das el nombre de alguien de tu familia podemos buscar su número y llamarles.

—Pero...

—¡Anda! —insistió Matsuri con una ricilla y jaloneando al niño—. Este lugar es enorme, seguramente tu madre ya se fue a la estación de policías a reportarte, así que mientras más pronto nos pongamos en contacto con tu familia mejor.


Yukimaru bajó la mirada y empezó a debatir en su cabeza. No estaba muy seguro de qué hacer, tenía un extraño presentimiento y un fuerte nerviosismo, pero la insistencia de aquellas jóvenes lo llevó a aceptar.

—¡Bien! Entonces vámonos yendo.

Los tres caminaron hacia el estacionamiento. Yukimaru caminaba con el pensamiento perdido, realmente dudaba si debía irse con ellas, es decir, a él no le constaba que su mamá ya no estuviera en el aeropuerto buscándolo, además, aunque ellas se vieran como buenas personas seguían siendo unas completas desconocidas.

Matsuri pidió un taxi. El chofer las ayudó a guardar su equipaje en el maletero y luego les abrió las puertas para que pudieran ingresar al auto.

—Adelante —dijo Matsuri al infante haciendo la seña para que él subiera primero.

Se lo pensó por tres segundos más, para luego asentir levemente y comenzar a subir al carro.

—Yukimaru... —se escuchó una voz.

El infante se viró al ser llamado; encontrándose con aquella persona.

—¡Neji! —exclamó con felicidad.

De inmediato se bajó y corrió al lado del Hyuuga.

—¿Él es tu papá? —preguntó Sari.

—No exactamente —respondió con una sonrisa—. Él es un amigo de mi mamá.

Neji bajó la mirada seria hacia el niño.

—Tenten te está buscando desesperadamente y tú ya te ibas.

Eso sin duda fue un reclamo, por lo que el chico bajó la mirada.

—No lo regañe por favor —pidió Matsuri—. Él no quería irse, nosotras le insistimos para que nos acompañara, pensábamos buscar en el directorio el número de algún pariente.

El Hyuuga miró fría y fijamente a las dos jóvenes por un par de segundos. Después cerró los ojos, pronunció su típico monosílabo y habló:

—Agradezco su atención, pero ya no es necesario.

—Bueno, me alegro que hayas encontrado a tus conocidos, nos vemos Yukimaru —se despidió Matsuri al tiempo de acariciarle la cabeza.

Las jóvenes montaron en el taxi y se marcharon, dejando una escena un poco tensa.

—Estuvimos a punto —murmuró la del cabello más largo.

La otra joven soltó un suspiro —Ni modo, tendremos que proseguir con el plan original.

Regresando al aeropuerto. Neji y Yukimaru se adentraron para buscar a Tenten y a los demás.

—Nunca, pero nunca debes irte con extraños.

El niño paró en seco. El Hyuuga se giró y lo miró con desaprobación.

—Perdón Neji... Pero no creo que esas chicas fueran malas.

—No importa cómo se vea la gente, no saques tus propias conclusiones o eso te puede llegar a meter en grandes problemas.

—Pero...

—Basta Yukimaru —reprimió—. Es por tu bien, nunca sigas a extraños, aunque sean chicas jóvenes y amables. Si Tenten te hubiera visto se hubiera alterado mucho, así que no lo vuelvas a hacer.

El joven asintió con la mirada triste y la cabeza baja. Neji lo miró y notó que realmente estaba muy arrepentido, por lo que soltó un suspiro y dijo:

—No le diré a Tenten que te ibas a ir con ellas.

—¿¡Enserio!?

Él asintió.

—¡Gracias! —exclamó con felicidad.

Siguieron su camino y no tardaron mucho en encontrarse con el resto. Tenten apenas lo vio y corrió a abrazarlo posesivamente; realmente estaba angustiada.

—Yukimaru no me vuelvas a hacer esto —susurró sin romper el abrazo.

—Perdóname —respondió abrazándola más fuerte—. Yo sólo quería ayudar a Temari-san.

Un par de lágrimas escurrieron por el rostro de Tenten. Se sentía muy feliz.

—Yo lo sé, sólo... No te me vuelvas a separar.

Rompieron el abrazo. Todos estaban en silencio mirando la escena, hasta que Kankuro intervino.

—Te ayudo —dijo a Tenten mientras le ofrecía una mano para que se levantase, pues se hincó para abrazar a su hijo.

La castaña parpadeó un par de veces.

—G... gracias.

Tomó la mano del Sabaku No y se puso en pie.

—Toma, sécate las lágrimas con esto —nuevamente Kankuro habló ofreciéndole un pañuelo.

Tenten pensó que aquél sujeto era muy agradable, pero no pensó ni sacó conclusiones de nada, pues ella no era así.

—Bueno ahora sí —irrumpió Temari—. Vámonos.

—Hay que ir a casa a dejar las maletas —dijo por primera vez el pelirrojo.

—Es verdad —pensó Temari—. Teníamos pensado ir a desayunar, pero es mejor que vayamos primero a casa a que desempaquen.

Kankuro miró a Tenten y dijo:

—Es una lástima, espero que otro día me des el placer de desayunar contigo.

El castaño besó su mano, esto provocó una reacción en Yukimaru, quien parecía molesto.

—No creo que eso se pueda —respondió entre dientes—. Mi mamá es una persona muy ocupada.

Los dos Sabaku No viraron la vista en el joven. Gaara no mostraba ningún gesto, pero el castaño sí, pues abrió los ojos como palto al escuchar aquello.

—¿Mamá?... Tenten, ¿eres casada?

La Ama se le subió el color, no sabía qué responder.

—N... no, es una larga historia.

—Bueno no importa —sonrió—. Aún así espero que algún día podamos ir a comer juntos.

Neji no mostró ninguna reacción ni gesto alguno; pero dentro de él surgió algo que le molestó... Era una sensación extraña que lo hacía sentir cierto enojo hacia el hermano de Temari.

No se dijo más. Todos ingresaron a la camioneta y pusieron marcha hacia la casa de Temari. En el camino todos estuvieron callados con la excepción de Kankuro, que no dejaba de preguntarle a la Ama cosas.

—Llegamos —anunció Neji apagando el motor.

—Muchas gracias —dijo Temari, luego nos vemos, ustedes váyanse a desayunar.

—Sí, nos vemos —se despidió Tenten.

El Hyuuga encendió el auto y se dispuso a marcharse, pero algo lo detuvo.

—Espera Neji nii-san.

Él miró a Hinata por el retrovisor, dándole a entender que prosiguiera.

—Quiero quedarme con Temari.

—¿Eh? —se extraño la castaña—. ¿No quieres desayunar con nosotros?

—Pues... No es eso, pero creo que necesitarán ayuda con todo lo que tienen que desempacar.

Nadie entendió muy bien la excusa de Hinata, pero pues preguntaron más, así que la Hyuuga descendió y casi al instante Neji puso marcha y se fueron.

—¿Hinata? —preguntó Temari al abrir la puerta, pues escuchó el timbre—. ¿Por qué te quedaste? ¿A caso no querías ir con ellos a desayunar?

La Hyuuga empezó a jugar un poco con sus dedos.

—Es que… No lo sé. Aunque ellos no lo demuestren... Creo que se quieren, así que pensé que...

Temari tardó sólo tres segundos en captar la idea de su amiga, por lo que esbozó una enorme sonrisa sarnosa.

—Tienes razón... Qué bueno que te quedaste, así tienen más oportunidad de descubrir sus sentimientos.

—Eso creo.

—Bueno, en ese caso entra, vamos a desempacar y después de eso hay que ir a una plaza.

Por otro lado. Neji paró en una fondita para tomar algún desayuno, y una vez que terminaron decidieron que era buen momento para ir al cine, después de todo se lo habían prometido al infante.

—¿Qué película veremos? —preguntó Tenten.

—Hay que ver la cartelera.

Entraron al cine, y luego de diez minutos de polémica decidieron ver la película de “La leyenda de la luna dorada”, apta para todo público.

—Bueno espérenme aquí, yo iré a formarme para comprar los boletos —pidió Tenten.

—No, yo pagaré, así que ustedes espérenme aquí —contestó el Hyuuga.

—No Neji, tú pagaste la cuenta del restaurant, así que por favor déjame pagar las entradas.

Quizás hubiera insistido más en pagar él los boletos, pero sabía que podía herir a Tenten, y no quería hacerla sentir menos, por lo que accedió.

—Entonces no me tardo —anunció para después irse.

Los dos chicos tomaron asiento en unas bancas que estaban ahí, ninguno decía nada. Yukimaru parecía estar molesto por algo, se le veía claramente en su rostro.

—Eres un idiota —farfulló con la trompa torcida.

Neji giró de inmediato la vista hacia el infante y le clavó su punzante mirada.

—¿Por qué lo dices?

—¡Por que es la verdad! —gritó pegando en sus rodillas—. Dejaste que ese tipo extraño besara la mano de mi mamá y hasta le dio un paño para que se limpiara.

Nuevamente sintió esa rara sensación de malestar en su estómago. El simple hecho de recordar a Kankuro lo irritaba, pero claro que no lo demostraría.

—Hmph.

—¿Eso es todo lo que tienes qué decir?

—No entiendo tu reclamo. Kankuro-san solamente ayudó a Tenten, y además ¿por qué habría de importarme?

El infante frunció el seño y estuvo a punto de decir algo, de no haber sido porque Tenten llegó con los boletos.

—La función empieza en diez minutos, así que apurémonos.

Se fueron a comprar palomitas y refresco, y mientras Neji y Tenten escogían el mejor paquete, Yukimaru comenzó a idear un plan.

“Está claro que Neji es un completo inútil en cuanto al amor se refiere, y mi mamá es muy distraída y algo reservada. Así que creo que tengo que hacer algo”

—Yukimaru vamos —anunció Tenten sacándolo de sus pensamientos.

Los tres entraron a la sala, se posicionaron en sus asientos y esperaron a que el film comenzara.

Por otra parte. Hinata, Temari y sus hermanos se marcharon a una plaza bastante grande. Ahí tomaron un almuerzo y se dispusieron a ver algunas tiendas, cuando de pronto se encontraron con dos personas conocidas.

—¡Hola chicas! —saludó una rubia de ojos celestes, quien estaba acompañada por un joven de cabellos azabache.

—Hola Ino, hola Sai —saludó Temari—. Les presento a mis hermanos, Gaara y Kankuro.

—Es un placer —saludó el piel albina con una sonrisa.

—Igualmente —respondió Kankuro.

Gaara simplemente se dedicó a asentir.

—¿A dónde iban? —preguntó la rubia.

—Pues... Queríamos ir a ver ropa pero... —comentó Hinata volteando a ver a los hermanos de la Sabaku No.

—Entiendo, pues en ese caso nosotras tres vamos a ver la ropa, y mientras que Sai se vaya con ellos dos a algún lado.

Nadie puso objeción, por lo que los tres chicos se marcharon del lugar.

—¿Está bien eso Ino? —preguntó Temari—. Dejar a Sai en tu cita.

La Yamanaka soltó un gran suspiro.

—Sí... He estado saliendo con él casi todos los días, y es muy lindo, agradable y sinceramente me gusta mucho. Pero... Es demasiado lento, quiero decir, como que no entiende muy bien las emociones y sentimientos, pues él desde pequeño se quedó huérfano y en el orfanato que estuvo no le enseñaron nada acerca del amor.

—¿Entonces no lo quieres como novio? —preguntó la Hyuuga.

Ino se quedó trabada, pareció reflexionar un poco.

—No lo sé... creo que si el me lo pidiera aceptaría, es que él es tan inocente, gentil, y es todo un artista, básicamente lo contrario a mí, supongo que por eso me agrada.

Temari bajó la mirada y soltó un respiro.

—Al menos tú estás por conseguir novio.

Hinata e Ino miraron interrogativamente a su amiga.

Temari volteó y... No estaba nada mal, de hecho era perfecto, ¡ganaría la apuesta seguro!

El día seguía transcurriendo. La película finalizó y pronto las personas comenzaron a salir de la sala.

—¡Qué hermosa película! —exclamó Tenten.

—Sí, me encantó, el cine el lo máximo —sonrió Yukimaru.

Neji y Tenten fueron a tirar a la basura los embaces vacíos, y una vez ahí, quién sabe porqué se quedaron platicando de algo sin importancia.

“¡Es mi oportunidad!” —pensó con determinación.

Un chico de unos quince años de edad pasó cerca de él, y fue justo en ese momento que armó sus ideas.

—Oye —lo llamó.

El joven se detuvo y se giró hacia Yukimaru.

—¿Qué? —preguntó.

—Te doy estos dos yens si me haces el favor de empujar a esa chica castaña que está por allá.

—¡No hay problema! —accedió el muchacho recibiendo el dinero.

El joven empezó a correr hacia donde estaba la “pareja” gritando un nombre, y una vez ahí, empujó con su hombro a la Ama. Ésta automáticamente perdió el equilibrio; Neji instantáneamente la tomó y la jaló con fuerza hacia él para evitar que se cayera aunque... A la hora de del empuje, Neji pegó contra la pared y Tenten inevitablemente quedó atrapada entre los brazos de éste.

Un sonrojo notable apareció en las mejillas de la Ama. El corazón de ambos latía apresuradamente.

Yukimaru dibujó una sonrisa triunfal al ver que su plan resultó. Ellos dos estaban atónitos, pero ninguno despegaba la mirada del otro... Estaban a centímetros de besarse.

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¿Qué te pareció la continuación?
¿Pensaste que Yukimaru se iría con Matsuri y Sari?
¿Quién crees que sea el chico que Temari quiere para novio?
¿Neji y Tenten se besarán? O..O
¿Sai le pedirá a Ino que sea su novia?
¿NejiTenKanku? ¿un triángulo amoroso?
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Próximo capítulo:

Sus labios se juntaron en el más apasionado beso... Todos sus recuerdos regresaron a su corazón y una lágrima brotó de aquél sentimiento.
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—Tenemos dos nuevas alumnas. Ellas son Suna Matsuri y Suna Sari.

El Hyuuga volvió a sentir aquél sentimendo de desconfianza.
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—Sasuke-kun... Quiero decirte algo pero...

—Habla de una vez, estoy apurado.
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—Tenten... la verdad es que la primera vez que te vi yo...

Hervía de coraje, ¡no permitiría que él se acercara más a ella!

—¡Ah! —gritó al sentir agua helada cubriéndo su cuerpo.


Capítulo 10. El complot de Yukimaru y los celos de Neji.