One-shot de Dragon Ball - Querida Nuera | Gohan & Videl.

Tema en 'Dragon Ball' iniciado por Rashel Vandald, 26 Julio 2018.

  1.  
    Rashel Vandald

    Rashel Vandald <3 <3 Felices fiestas. <3 <3

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    Título:
    Querida Nuera | Gohan & Videl.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4365
    QUERIDA NUERA

    —Gohan S. & S. Videl—

    Mi nuera debe ser tan atractiva y joven como yo. Debe ser fuerte y bastante lista, ni de broma aceptaré a una tonta y debilucha. Mi nuera también debe saber tratar con mi querido hijo, por ende, también debe ser astuta (pero no tanto como yo). Su habilidad en la cocina debe ser igual o mayor que la mía. Y por último y más importante: debe tener presente que antes de la salvación del mundo… ¡está la licencia de conducir!


    Disclaimer:
    Dragon Ball (Z) © Akira Toriyama.
    Querida Nuera © Adilay (Ackatery) Fanficker.

    Advertencias: Quizás un poco de OoC.

    Número de letras: 2,955 (anterior).
    Número de letras: 3,860 (modificación).

    Notas de autora (2018).

    Wow, he de decir que ya que estaba en decisión sobre qué fics modificar, este llegó a mí y dijo ¡aquí, por favor! No pude negarme. Edité todo el escrito a mi actual estilo, corregí varios errores y si hay otros seguramente los editaré en un par de años ja, ja, ja.

    El personaje de Chi-Chi me es admirable, sin duda es la esposa idea para Goku, me gustaría hacer un fic de ellos pero no sé… aún no tengo nada ja, ja. Bueno, sin más palabrería les dejo el escrito. Ojalá les guste tanto como su primera versión.

    ___


    ___

    Mi nombre es Son Chi-Chi, en el pasado fui una popular peleadora de las artes marciales, pero me retiré de ese violento mundo al contraer nupcias y al ser madre. Tengo dos bellos hijos, Gohan y Goten; soy hija de Ox-Satan y también esposa de Goku, uno de los pocos miembros sobrevivientes de una de las razas guerreras más poderosas del universo. Para variar, lejos de ser un esposo normal, es un luchador de fama casi mundial que no puede pasar cinco minutos sin tener que salvar al mundo.


    En vez de pasar con excelencia una simple prueba para conducir, a mí querido marido se le ha implantado la idea en su cabeza de entrenarse día y noche sin descanso lo que ocasionalmente provoca que yo me enfade y le grite por su poca colaboración en el hogar.


    Lamentablemente no estoy aquí para hablar de mi esposo. Él es… otro tema.


    Jamás me había planteado la cuestión: ¿Qué busco en mi nuera?


    Hasta hoy.


    Verán, hace algunas semanas mi primogénito, mi talentoso hijo Gohan llevó a casa a una jovencita llamada Videl. Al principio no me pareció una chica tan distinta a las demás, de hecho no tardé mucho en odiarla pues pensaba que ella estaba a punto de echar a perder a mi bebé.


    Una chica más, malcriada, sin muchos modales, sin chiste y sin nada que pudiese ser digno de un chico como mí amado niño.


    Entonces pensé, ¿qué busco en una chica que yo pueda llamar: hija?


    Por ello me he planteado los puntos que quiero en mi nuera. No sólo hablando de Gohan, sino de Goten también aunque él sea aún un niño. Nunca está de más ser precavida.


    Punto número 1: Mi nuera debe ser tan atractiva y joven como yo.


    Cielos, no quiero a una jovenzuela o a una anciana cerca de mis hijos.


    Bien, lo admito; ojos grandes y azules; una figura difícil de conseguir junto a un rostro pálido con pocos rasgos de peleas anteriores… Videl en ese punto era bastante accesible.


    Punto número 2: Debe ser fuerte y bastante lista.


    Ni de broma aceptaré a una tonta y debilucha…


    Mmm, si lo pienso bien; esa tal Videl está estudiando la universidad, en la misma clase que Gohan. Estudia a su lado cada día y también entrena con él cuando terminan.


    Sin duda, Videl cumple con este requisito.


    Punto número 3: Mi nuera también debe saber tratar con mi querido hijo, por ende, también debe ser astuta; pero no tanto como yo, nadie puede ser más astuta e ingeniosa que yo.


    Además de que también debe ser educada.


    Ahora que lo recuerdo, escuche a Gohan hablar de ella con Goten. Dice que ella sabe muy bien su secreto, ¡sí! Me refiero a su “transformación” cuando su cabello se tiñe de amarillo y cambia su apariencia a la de un rebelde. Odio esa transformación pero de no ser por ella, mi bebé quizás ya no estaría a mi lado.


    Y bueno, todo eso sin contar que es la hija de ese tal sujeto, Mr. Satán; quién según todo el mundo, es un “héroe”. Aunque por otro lado, eso quiere decir que, la chica ¡es endemoniadamente rica!




    —Disculpe… señora—interrumpió Videl a Chi-Chi, quien saliendo de su cavilación se dio vuelta y la miro.


    La joven estaba entierrada y sudorosa.


    —¿Sí? Dime —contestó con simpleza y tranquilidad la esposa del saiyajin más fuerte del universo, absteniéndose de seguir viendo por la ventana hacia su campo, hacia afuera de su hogar.

    —Me preguntaba si podría tomar un baño aquí antes de regresar a casa —pidió Videl con un toque de nerviosismo.


    Chi-Chi la miro de arriba abajo y notó que en verdad necesitaba una ducha. Sonrió cálidamente y le contestó:


    —Claro, en un momento le pediré a Gohan que vaya por agua…

    —No se preocupe señora. La haré yo, sólo quería saber si habría un problema con ello —espetó Videl con torpeza, apenada.


    Alzando los hombros, Chi-Chi le dejó rienda suelta. Videl era casi igual de obstinada que ella por lo que no valía la pena discutir por pequeñeces, además acarrear agua no era tan peligroso y menos para una joven guerrera.


    Chi-Chi se negaba a verlo, más a reconocerlo. Pero Videl de cierto modo le recordaba a sí misma.


    —Bueno, como quieras.

    —Muchas gracias —agradeció Videl con una mirada vivaz, feliz. Luego salió de casa siendo observada por la ama de casa.


    Por la ventana, Chi-Chi vio que Videl se acercó a Gohan, quien iba a lado de Goten, y le susurraba algo al oído para que el curioso infante no la oyera. Gohan le regresó la mirada y al parecer se sorprendió con algo.


    Videl lo tomó de la ropa y le obligó a prender el vuelo. Goten reía y Chi-Chi parpadeó algo pensativa. Casi preocupada. Ella mejor que nadie conocía esa actitud de mariposa en primavera, su actitud de antaño para con su esposo fue muy parecida.


    —¿A dónde llevara a mi Gohan?


    En ese momento, la imaginación de Chi-Chi comenzó a trabajar. A trabajar y a trabajar hasta que hizo clic.


    Eufórica corrió y abrió la puerta de su casa violentamente encontrándose con su hijo menor.


    —¡Goten!

    —¿Qué pasa mamá? —Preguntó extrañado por su actitud.


    Amaba la expresión de sus hijos de desconcierto, le recordaban a Goku, tan inocentes y tiernos que ella sentía que debía protegerlos de todas las chicas que quisieran corromper esa inocencia. Eso incluía a Videl.


    —¡¿A dónde fueron, Videl y mi Gohan?!—Preguntó la mujer alterada y sonrojada.


    Goten sonrió con calma. Con esa curva de labios y esa dilatación de pupilas, Chi-Chi sintió su neurosis bajar significativamente.


    —Fueron por agua. Videl le pidió a mi hermano que le acompañara al río más cercano para hacer menos tiempo, ¿por qué lo preguntas? Creí que ya lo sabías. —Goten ladeó la cabeza.


    La mujer mayor siguió desconfiando. Su hijo menor era demasiado puro para darse cuenta de las perversiones que cubrían al mundo, joder. Incuso se había esmerado en que el degenerado del Maestro Roshi no intentase algo estúpido como intentar darles a sus hijos sus revistas guarras.


    Durante dos largas y cansinas horas; casi al anochecer, Videl y Gohan al fin regresaron a casa, mojados y riendo divertidos. Pisaron el suelo en frente de la casa Son sin darse cuenta que una fiera los asechaba; estaba esperando su regreso.


    —¡Gohan! —Gritó Chi-Chi antes de que pudieran darse cuenta.


    Los saiyajines eran criaturas asombrosas. Goku y Vegeta eran pruebas vivientes de ello. Chi-Chi incluso sabía por Krilin que su hijo, con tan corta edad, venció a Cell cuando alcanzó un punto máximo en su ira al ver morir al Androide 16, convirtiéndose en lo más parecido a un Dios de la Guerra que él ex monje haya visto en su vida. Aunque ella no lo dijo abiertamente, la ama de casa infló su pecho con orgullo al detectar que Gohan, quisiera o no, era un luchador asombroso. Un prodigio aún entre saiyajines que hizo a un lado su entrenamiento para centrarse en sus estudios como fue deseo de su madre.


    Pero si algo asustaba a todos los hombres de aquella casa (incluyendo a su amado fallecido), era ver a la única mujer que la habitaba, molesta y bastante inestable. Si ella gritaba los saiyajines callaban, bajaban la cabeza y obedecían sus órdenes; como debía ser.


    Gohan podría haber derrotado a Cell, sobrepasado a Goku, y ser un dios del combate si eso quería; pero cuando Chi-Chi exclamó su nombre, se tensó en su sitio, se inclinó hacia atrás haciendo notar su ya presente temor adjunta a una parálisis de espalda que lo orilló a tomar una postura recta, y empezó a tartamudear.


    —D-dime ma-mamá.


    Videl, quien iba a su lado prefirió guardar silencio. Al igual que el joven, ella sabía que Chi-Chi no debía ser interrumpida o cuestionada al momento de qué empezaba a gritar.


    Así debe ser.


    Sin embargo, el aura roja que invadía a la mujer mayor desapareció tras un suspiro de alivio. Destensó los hombros y relajó los músculos de la cara. Tenía que calmarse.


    —Ve a darte una ducha, no quiero que te enfermes…

    —Ehhh —dudó él si debía ir o no. Sobre todo porque Videl estaría a solas con ella.


    Chi-Chi conocía lo suficiente a su hijo como para saber lo que le preocupaba.


    —Que… vayas —le dijo entrecortadamente con los ojos sombríos, dientes apretados como un tigre que advertía un ataque feroz a la yugular.

    —S-sí, ya voy —respondió con una forzada sonrisa y con la velocidad que caracterizaba a los saiyajin desapareció.


    Chi-Chi advirtió a Videl con una misma mirada. Esa que sólo podían descifrar las mujeres. Esa que sólo una madre podría enviar a una pretendiente.


    —Después de Gohan seguirás tú —le extendió una toalla agregando—: no lo tomes personal pero Bulma acaba de llamar y dijo que deseaba que Goten pasara la noche con Trunks y no quiero que vaya él solo. Gohan siempre lo acompaña. E ir volando empapado por la ciudad no es adecuado. De otro modo te pediría que te bañases primero.

    —Sí… yo entiendo —susurró Videl incómoda ante su escrutinio.


    Se cruzó de brazos y le dejó un espacio para que entrase a su casa.


    —Entra o pescarás un resfriado.

    —S-sí, señora.




    Videl mantenía la mirada baja estando sentada en una de las sillas del comedor con la toalla arriba de su cabeza húmeda; estaba bastante nerviosa. Chi-Chi le dijo que esperara unos momentos ahí en lo qué Gohan salía, ya que como su ropa estaba mojada iba a prestarle alguna de las suyas y no deseaba que ningún hombre merodeara por ahí mientras tanto. No era adecuado ni digno.


    En realidad, a quién no deseaba ver ahí era a Gohan. Oh no, su hijo aún no debía presenciar el cuerpo femenino con sus encantadores ojos antes de contraer nupcias con una buena nuera. Una que Chi-Chi aprobase.


    ¿Qué clase de madre sería si le permitirá lo contrario?


    Seguramente… ¡su hijo ya sería padre!


    —S-señora —habló Videl en voz baja. Chi-Chi cerró la olla exprés y dejó la cuchara de madera a un lado.

    —¿Sí?

    —Yo… quisiera disculparme.

    —¿Por qué? —Ella aún no se daba la vuelta, cosa que puso más nerviosa a la hija de Sr. Satán.


    Esa era la intención.


    Unos pasos se oyeron y al fin, la mujer mayor se dio vuelta; ambos chicos estaban vestidos, y con ropas cómodas que los hacían ver muy lindos. Y normales. Si ella no estuviese consciente de todo lo que pasaba a su alrededor diría que eran muchachitos comunes, sin poderes ni siquiera algún tipo de fuerza.


    Se enorgullecía al verlos juntos. Era un deleite maternal saber que en ausencia de Goku, ella no estaba yendo por mal camino al tratar de criar a sus rebeldes y fuertes hijos por sí sola. Eran buenos chicos.


    —Ya estoy listo mamá —decía Goten feliz—. Espero que Trunks y yo podamos jugar videojuegos, ¡toda la noche!

    —Yo también, hijo mío —le respondió Chi-Chi completamente feliz, mostrándose diferente a como estaba antes; al menos eso le pareció a Videl—. Y no olvides lavarte los dientes antes de dormir, ¿oíste bien?

    —Sí, mamá.


    Gohan dio un vistazo rápido. Videl miraba a su madre y su madre parecía temblar ligeramente. Su rápida conclusión preocupante, por no decir bochornosa, era: “Su madre ha malinterpretado algo, de nuevo”.


    Antes de que él pudiera hablar, Chi-Chi les sugirió salir antes de que la noche cayera por completo. Lamentablemente Gohan sólo pudo mirar una vez más a Videl siendo descubierto por ésta y salir de casa junto a su hermanito.


    Habría que darse prisa. Que Kami-sama salvaguardase la casa por si ellas dos no lograban tolerarse en su ausencia.


    Chi-Chi suspiró y cerró la puerta.


    —Ven, te mostraré donde está el baño —le dijo a su invitada. Videl dudó en pararse pero supo que debía hacerlo.


    Así que con los pasos más delicados que los de una bailarina de ballet la siguió. Chi-Chi abrió una puerta al fondo y le dejó espacio.


    —Es aquí, si necesitas algo avísame.

    —S-sí, muchas gracias. —Videl tensó los hombros cuando los ojos de Chi-Chi echaron un vistazo por su cuello. Ladeó la cabeza hacia la derecha como si hubiese recibido el piquete de un abejorro.


    La esposa de Goku entrecerró los ojos más no abordó el tema.


    —Vamos, entra —dijo antes de retirarse con una sonrisa.


    La madre de Gohan, daba miedo.




    Videl no tuvo problemas en el baño, de hecho se sintió cómoda; no era tan grande como el que usaba en casa, pero era acogedor y muy hogareño. Ordenado. La familia Son tenía tantas cosas en un lugar tan aislado de la sociedad que sentía que no dejaría de sorprenderse.


    Se preguntó si ella también podría vivir esa vida. Junto a Gohan, Goten y dudablemente a lado de la madre de ambos hermanos. Fue una pena la muerte señor Goku, por lo que su amigo le contaba sobre su padre, hubiese sido un honor conocerle.


    Lamentablemente Videl supo que no debía hacerse falsas señales, ya que la estabilidad y su acceso a la residencia Son estaba al borde de irse al diablo; no debió jugar a: “Quien llega más rápido” con Gohan.


    Sí, sabía que Gohan la dejaría ganar. Obviamente, ninguno se esperó lo que pasó después.


    La mano del saiyajin golpeó por accidente su cuello y la dejó inconsciente por una hora. Cuando despertó, él pedía perdón recibiendo un empujón al agua de la hija de aquel sujeto que les causó problemas en el torneo de Cell; ambos se quedaron a jugar como un par de niños hasta que vieron que el ocaso estaba cerca y la madre del chico estaría justamente como lo estaba en esos momentos.


    Molesta. Ofendida. Lo peor es que Videl no se sentía con el valor de negarle eso.


    Con cuidado tocó el moretón que tenía en el cuello en la parte inferior derecha; sin duda se veía como un… ¡ah! No importa. No importaba que la madre de Gohan haya sido una peleadora experta en sus tiempos; su (ya desarrollado) instinto de madre le diría que esa marca fue causada por “algo” más que la mano pesada de su hijo.


    Casi podría jurarlo.


    Ella se dio cuenta de aquello cuando ambos descansaban en el agua agitados y aún entre risas por el juguetón juego. Vio su cuello y ahí estaba, recién hecha. Un moretón que podría acarrearles muchos problemas a ambos.


    Aunque. Gohan le debía un segundo round. Nadie le salpicaba agua en la cara y no pagaba el precio por ello.




    Al salir de la ducha Videl notó que su ropa seguía mojada por lo que la tomó dispuesta a lavarla y esperar a que se secara.


    Un tono rojizo adornó sus ojos y una incomodidad profunda perforó su pecho al saber que estaría desnuda por horas enfrente de los ojos femeninos de la madre de Gohan; y probablemente también la observarían los ojos del joven cuando regresara.


    Quedarse encerrada en el baño le pareció una buena opción. No deseaba ser vista así.


    Con pasos largos y lentos se dirigió a la cocina para preguntar por un lugar donde pudiese lavar su atuendo. La señora Chi-Chi estaba en la sala viendo la televisión mientras bebía una taza que al parecer, era té.


    —Ehm, disculpe.

    —Mmm. —Chi-Chi se volteó para ver a la muchacha empapada con su ropa en manos.


    Bebió un poco más del té que Bulma le aconsejó tomar para sus momentos de intenso estrés. Lo bueno era que la científica no se equivocaba a menudo. Se sentía más relajada.


    —¿Dónde podría lavar esto? —Videl enseñó su ropa teniendo cuidado en no rozar la toalla para que siguiera cubriendo su cuerpo. La madre de Gohan y Goten se levantó.

    —Bueno, como no trajeron el agua podrías lavarla en el río más cercano. Pero ahora mismo no te aconsejaría que lo hicieras; hay muchos animales salvajes que van ahí en las noches —dijo seria. Cerró los ojos y los abrió con lentitud, encontrando la solución—. Ven.




    Chi-Chi la obligó a dejar las prendas en el baño en un rincón para que pudiera lavarlas por la mañana. Videl no se negó por más que quiso hacerlo; por lo que una vez que la puerta del baño se cerró, Chi-Chi la encaminó hacia su propia habitación.


    —Te daré algunas prendas para que duermas —le dijo amablemente—. Aunque me parece que nadaras en ellas—rio un poco avergonzada de su físico.


    No queriendo ofenderla de ningún modo Videl rio junto con ella, apenada por el comentario la viuda ex peleadora.


    —Disculpe las molestias —musitó Videl cuando recibió una piyama en conjunto de color verde muy al estilo chino.


    De tela delgada muy suave. Como una nube tibia.


    —No hay ninguna —respondió neutral y sin perder la sonrisa—. Dormirás en la habitación de Goten y mañana podrás lavar tu ropa para que vayas a casa.

    —Le agradezco su hospitalidad. —Videl hizo una pequeña y tradicional reverencia antes de sentir la mano de Chi-Chi sobre su hombro.

    —No hay de qué —musitó—, cuando llegue Gohan nos sentaremos a cenar. Sal cuando estés lista —ordenó saliendo para darle privacidad a la joven. Cerró la puerta y casi al instante se abrió de nuevo—. Si quieres cepillarte el cabello, en el tocador hay cepillos ¿vale? —La puerta se cerró de nuevo.


    Vaya que esa mujer era rara. Aunque amable.




    Cuando Gohan llegó algo angustiado por lo que pudiese pasar entre su madre y Videl, las encontró a ambas viendo la televisión, completamente felices; riendo y charlando entre ellas después de escuchar las tonterías que promocionaban en los infomerciales de la noche.


    —¡Por favor! ¡¿Cómo creen que unas zapatillas te harán bajar de peso?! ¡Lo único que hace bajar de peso es una alimentación sana y mucho ejercicio! —Gritaba Chi-Chi al televisor entre risas, cuando el comercial terminó.


    Anonadado Gohan cerró la puerta con cautela, y aunque no fue desapercibido por ambas; ellas siguieron en su mundo.


    —¡Ahora esto! —Decía una Videl (casi) muerta de la risa—. ¡El café milagroso que quita el dolor de las articulaciones!


    A Gohan por más extraño que le pareció aquella escena, le alegro ver a su madre y Videl conviviendo amenamente. Un sentimiento muy cálido lo embargó.


    —Vaya —suspiro Chi-Chi apagando la televisión justamente cuando la novela de moda hizo su reaparición—. Jamás pensé que los infomerciales fueran tan divertidos.

    —Je. Yo tampoco —respondía Videl entre diminutas risas—. Eh, Gohan, ya llegaste.

    —Sí, Bulma me pidió que cuidara por unos momentos a Trunks y Goten mientras ella terminaba un experimento; no deseaba que ninguno de ellos acusara un temblor y la desconcentrarán —respondió tratando de justificar su retraso.


    Ya que cuando no lo hacía, su madre era capaz de interrogarlo como si él fuese un preso; sí, con todo y la lámpara encima de su cabeza en medio de la cocina a oscuras para sacarle confesiones imaginarias. Amaba a su dramática madre, jamás habría nadie como ella.


    —Lo importante es que ya estás aquí, vamos a cenar y después, a dormir—dijo Chi-Chi pasando por alto la hora a la que llegó su hijo.


    A ella no le gustaba quedarse sola, así que le llamaba la atención a su primogénito cuando entraba tarde a casa, pero ahora que estaba Videl con ella, el tiempo pasó volando.




    La noche cayó por completo y las luces de la residencia Son estaban apagadas. Excepto una. La de Chi-Chi, quién estaba sentada en su cómoda cama. La cual aún notaba la ausencia del marido de la solitaria mujer. Sin embargo, en vez de acostarse con las sábanas encima pensando en su amado Goku, estaba escribiendo en un pergamino y una pluma un escrito que empezaba con el encabezado:


    Mi Futura Nuera.


    Donde escribía además de sus incontables requisitos una pequeña anotación debajo de la fecha.


    «Considero que Videl podrá ser una excelente candidata…aunque la última palabra la tiene mi querido hijo.


    Sin embargo tiene varios puntos sueltos, por ejemplo…



    Su habilidad en la cocina debe ser igual o mayor que la mía. Bien, no la he visto cocinar ya que aún no me es apropiado decirle que cocine para ver que tal es su habilidad en ese campo.



    No quiero que Gohan muera de hambre, para variar sacó el mismo apetito que su padre. Pero bueno, ¿qué más puedo pedir si tiene dinero y practica artes marciales?».




    Videl se había levantado temprano para ir a lavar su ropa con un atuendo diferente. Ya no era una piyama lo que vestía, sino un vestido rojo sin mangas con dibujos amarillos al estilo chino. El cabello amarrado en un chongo con un lazo rojo y algunos cabellos sueltos de lado a lado de su rostro dándole un toque muy tradicional.


    Aunque a Videl le pareciera extraño ya que por lo regular la tradición eran los kimonos.


    Cuando Gohan despertó y se vio obligado a salir aún con el sueño impregnado en el rostro. Vio a su madre haciendo el desayuno con calma. Cuando no estaba Goten parecía que el trabajo de su madre disminuía. Cosa que le alegraba profundamente.


    —Buenos días madre —saludó Gohan bostezando.


    El sábado era un día que a todos en esa casa por igual les encantaba. Cero trabajo, cero escuela y muy poco crimen que combatir; la policía estaba ahí para algo, ¿no?


    —Buenos días Gohan —dijo la mujer con un tono dulce—. Hijo, ve por Videl para desayunar. No me gustaría que se fuera a casa con el estómago vacío. Está en el río lavando su ropa.

    —Claro. En un momento regresamos —dijo el chico con sencillez saliendo de su casa con la piyama puesta.


    No había problema puesto que en la montaña Paoz no había nadie más aparte de ellos y los animales que apenas pasaban por ahí.


    Tan sólo 10 minutos después, Chi-Chi desde su ventana miro a su primogénito acompañar a la hija de Mr. Satán con una sonrisa en el rostro. Ambos parecían platicar amenamente, aunque Videl mostraba una sonrisa menos extensa y por otro lado su hijo se notase muy tranquilo.


    La esposa de Goku sonrió feliz al ver como Videl le decía algo al oído mientras le golpeaba débilmente el costado a su hijo, Chi-Chi soltó una carcajada al momento de que éste se sonrojaba ligeramente mostrándose un poco nervioso.


    Chi-Chi lo sabía. Ningún saiyajin (y lo había comprobado con su esposo) se sonrojaba así y actuaba de forma torpe y tímida (ella sabía a qué grados de timidez llegaba su Gohan), a menos de que algo no estuviese pasando en sus curiosos sistemas.



    Ya sabía qué más escribir en su pergamino:



    «Nadie puede engañarme. Nadie. Ni mucho menos mi propia sangre. Él me dice que exagero, pero yo creo que Videl es la adecuada para ser su esposa.



    Agrego que Videl tiene puntos extras por gustarle a mi hijo.



    Sin embargo para tener mi absoluta aprobación. Y más importante: debe tener presente que antes de la salvación del mundo…



    ¡Está la licencia de conducir!».


    ―Fin―

    Muchas gracias por leer.

    Sinceramente amo al personaje de Chi-Chi (Milk). Podrá ser muy estricta y demás, pero notablemente ama a sus hijos y desea lo mejor para ellos. Je, je, je. Menos mal que al parecer Videl tiene su bendición. ¿O ustedes qué dicen? 7w7

    Fic publicado en Wattpad y Fanfiction bajo el nombre de "Adilay Fanficker".
     
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    Rahzel

    Rahzel Usuario popular Comentarista empedernido

    Aries
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    ¡Aish! ¡Qué emoción! Amo a Milk/Chi Chi es uno de mis personajes favoritos de la serie y el que más ha sufrido ¡que con esposo como Goku, hay que tener caracter! La adoro porque siempre se ha preocupado por su familia y se mostraba su amor por ellos.

    Me gustó mucho el desarrollo de la trama y como Chi chi va aceptando de a poquito a Videl y que a pesar de no bajar la guardia y estar al pendiente del futuro de su hijo, es amable y en cierta forma, la acepta, hasta que finalmente, le da el visto bueno ¡excelente trabajo! La frase final me encanta XD no creo que tenga problemas Gohan con su licencia XD

    ¡Un abrazo!
     
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    Paulijem

    Paulijem Hija de Aslan, Larcha y Tributo del andén 9 y 3/4

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    Milk es un personaje que amo. Ella se ha hecho respetar entre los más fuertes, a pesar de no contar con poderes o un cerebro extraordinario; coincido con que ella es la mujer perfecta para el alocado Gokú que ama salvar el universo cada dos segundos xD.

    Me gustó este enfoque sobre LA NUERA IDEAL, quién más que ella podría saber qué le conviene a su hijo (que además es algo muy tipico de las madres ¿no?). Su análisis es muy adorable, ese estudio minucioso que le hace a Videl es súper divertido y me dio mucha gracia sus sospechas :yagami:. Mientras leía realmente me encontré con esa Milk/Chi-Chi que conocemos, de mi parte no sentí que fuera OoC. El final suma duda me sacó una carcajada :wahaha:.

    Fue un One-Shot muy lindo, lo disfruté bastante. Espero que te animes a escribir más sobre ella ::3:.

    ¡Saludos! :muffin:
     
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    InunoTaisho

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    Ayer no pude comentar pues me agarró la tarde, hoy aprovecho un tiempito mientras ando vagando un rato por el centro en compañía de unos tíos ya que vamos a disfrutar las fiestas de Oaxaca, capital estatal.

    Y como te dijeron Rahzel y Paulijem, el caracter de Milk/Chichi lo dibujaste tan bien que me parecía estar viendo un capítulo del anime dedicado al tema; y es que indudablemente toda madre abnegada y sacrificada por sus hijos, y encima viuda, no estaría dispuesta a aceptar cualquier lagartona para su pequeño e inocente hijo mayor,no señor. Menos mal que Videl fue aprobando todos y cada uno de los requisitos hasta complacerla completamente. Me recordó tanto esa parte cuando le dijo:

    "Videl (saboreando el arroz): Esta comida está muy buena; en mi casa el cocinero no cocina igual.
    Chichi (asombrada): ¿Tienes cocinero?... Seguramente tu casa es muy grande.
    Videl (sin darle mucha importancia a la pregunta): Oh, sí, tenemos como cincuenta habitaciones.
    Chichi (impactadísima): ¿¡Cincuenta!?

    Entonces en ese momento la señora Son se vuelve a su hijo mayor para preguntarle a modo de orden: ¿¡Gohan, cuándo van a casarse!?

    A lo que el pobre se atraganta con el arroz que termina escupiéndolo, manchando toda la cara de su hermano menor, Goten, quien solo sonríe preguntando: ¿Entonces van a casarse?"


    Todo un diálogo por demás hilarante, y el pobre Gohan queriendo que la tierra se lo tragara.
     
    Última edición: 29 Julio 2018
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