— ¿Qué es esa cosa sobre la silla? — Soy un demonio. — Qué alivio. Creí que era ropa sucia que olvidé lavar.
Ahí viene la ropa sucia que olvidaste lavar... ten cuidado. Extraña forma de intimidar a los adultos¿? —¿Qué haces? —Nada, aquí casual, hablando con el demonio, pero lavé toda la ropa. —Ah bueno, menos mal. Diviertete entonces. Me ha dado risa. Corto pero divertido.
¡Qué vaina! Me gustó más de lo que esperaba. No me ha causado gracia, pero siento que tiene su toque de surrealismo penumbroso que me gusta; disfruto esa costumbre que tiene el protagonista al demonio (que he pensado que, fuera de lo que propiamente significa, se refiere más a las calamidades o penas) como para sentirse aliviado de ello. Buen escrito, bastante creativo <3
Yo recuerdo haberlo visto en una revista de chistes infantiles hace tiempo, siendo un monstruo en lugar de un demonio.
Me gusta mucho tu humor Rey, cuesta hacer algo así y menos cuando hablamos de nanos, donde solo tienes un par de palabras para sacar una sonrisa. Sin duda la colada da mucho más miedo que un demonio, sería gracioso imaginar la vida casera de el tipo y el demonio ahí de tranquis (?) Fue muy ameno de leer sin duda, espero seguir viéndote por aquí ♡
Dios, una estaría muertisima de miedo en esa situación, pero prioridades son prioridades y nada es más tenebroso que acordarte que has olvidado hacer algo en medio de la noche. Es casi como desertar y darte cuenta que no has comprado la cartulina, el verdadero terror (?)