Por supuesto, Galio no estaba nada contento con la idea de tener que seguir jugando al amiguito de los guardias eleanos. Nunca lo verbalizó expresamente, pero saltaba a la vista que despreciaba a Elérea con toda su alma. Pero al escuchar que pronto subirían a su barco, hizo de tripas corazón y, desviando la mirada y apretando los dientes, asintió ligeramente, entregando las placas de piedra prometidas. El guardia sonrió, agradecido. —¡Ah, qué maravilla! ¡Muchísimas gracias, buen hombre, Elérea está en deuda contigo! Ten, puedes quedarte con algunos otros despojos de monstruos que los guardias hemos recuperado. Te pueden ser útiles para hacer tus propias armaduras, ¿no? Y, cuando se alejaron con su botín como recompensa, Galio suspiró aliviado. —... y una mierda está en deuda conmigo —susurró—. Bueno, ¿qué? ¿Es hora de ir al barco o no? No quiero seguir haciendo de niñera, ¿sabéis? —¡Nadie te lo ha pedido, tío! —gruñó, furibunda, Myura—. Oj, no puedo con él. Void, tú decides. Yo con tal de que se calle, hasta le diría que sí. Obtienes: - Plumita x2 - Lana gruesa x2 - Piel de sapo x2 - Garra dura x2 - Ropajes raídos x2
Void Me encogí de hombros despreoupado. —Eso mismo, has sido tú el que se ha propuesto seguirnos todo el camino sin que nosotros te lo pidiésemos, ¿No es cierto? Tampoco dijimos nunca que nos subiríamos al barco, sólo que nos lo pensaríamos. Sí, nunca tuve intenciones de subirme en primer lugar, ¿pero había otras opciones? Con piratas atracados en el puerto, era poco probable que otros barcos quisiesen detenerse en portobelo; además, todo el mundo en el puerto había escuchado la propuesta que Galio nos hizo, y los rumores sobre cómo habíamos destruido el lugar seguro que habían volado. Normalmente me daría igual lo que la gente dijese o pensase de mí, pues siempre había suscitado miradas extrañas, pero si se nos culpaba por la destrucción que causaran los piratas, sería aún más difícil permanecer en Portobelo y acceder al puerto. Y entonces no habría forma alguna en la que pudiésemos salir a la mar. Tsk. —...Pero supongo que tras pensarlo he decidido que subiremos, entre más pronto salgamos fuera de Elérea mejor, de todos modos. Aunque no sé de qué te quejas, el que ha hecho de niñera de ambos he sido yo, ustedes se la han pasado peleando todo el camino. Cada vez estoy más convencido de que la gente se hace más tonta con la edad. >>Subirse al barco de Galio
Galio sonrió, poniendo los brazos en jarra. —¡Ja, ja, ja! ¡Estupendo! Ya era hora... pues chaval, vamos a ello. Y tú, Begimita... ¡al barco también, vamos! Tenemos un largo trayecto por delante. Comenzó a avanzar, y Myura, con gesto de duda en su rostro, suspiró. —Void, yo de este tío no me fío un pelo, ¿eh? Vamos a ver si conseguimos aprovecharnos del barco y tal, pero esa "misión" suya... no sé yo si me convence. Bueno, como sea, ¡al menos podemos surcar los mares ya! Dicho y hecho, en pocos minutos habían subido al barco, que Galio identificó como el "Bismarck II". Apreciaron Myura y Void cómo todos los piratas obedecían sin rechistar todas y cada una de las palabras de Galio, aceptándoles en el barco tan pronto como el tipo alzó la voz para decir que eran sus nuevos pasajeros. Desde luego, Galio parecía intimidar a los suyos bastante. Los tenía bien controlados. —Bien, chavales —dijo, en cubierta aún, tirando de una de las velas—. Entonces, ¿surcamos el mar? ¡Tenemos que llegar a una ciudadela al sur de Fayar, la ciudad de Sahwa! Cuando estemos allí os contaré qué quiero que hagáis. ¿Listos para navegar? —U-Uh, no me gusta mucho eso de estar en el mar —confesó Myura, algo mareada—. Ojalá lleguemos pronto. —¿Te dan miedo las olas, begimita? ¡Tranquila, te distraerás por el camino; a veces saltan monstruos del fondo del mar y toca pelear! —¿¡C-Cómo...!? ¿Encima van a salir monstruos de ahí? Joder, ya me estoy arrepintiendo... A bordo del Bismarck II, tienes ahora acceso a las casillas de agua del mapamundi. Empiezas en D4, y puedes moverte libremente por cualquier zona del mapamundi con agua del lado este. No puedes subir al norte porque el bloqueo de elérea afecta a los barcos, pero sí puedes (y debes) ir al sur. Eres libre de detenerte en alguna isla que veas, pero una vez pases por D3 o D4 en Fayar (en la primera está tu destino), automáticamente rolearé que atracas en el puerto. En los posts con agua, tira dados de enemigos de forma normal; si el post tiene zona de agua y zona de tierra, haré dos listas de 3 caras separadas para esa zona una vez desbloquees alguna de las tiradas.
Rigel Betelgeuse El ogro terminó por debilitarse con los poderosos ataques de Kein y míos. No obstante, antes de desaparecer de nuestra vista, pudo alcanzar a asestar un poderoso garrotazo sobre Biggs, que lo tumbó de un golpe. Preocupado, cogí una cola de fénix y la utilicé sobre él, volviendo a la batalla. —¿Te encuentras bien, Biggs? —pregunté. Asintió, y con su cañón me ayudó a derrotar al enemigo. Kein y Boko respiraron tranquilos, guardando las garras. —Afortunadamente, ese ogro era tremendamente lento y no ha podido golpearnos. De no haber sido por eso, hubiésemos estado en apuros. Será mejor que volvamos a Portobelo, ahora que contamos con los chocobos, a comunicarle al Padre que ya cumplimos con su encargo. Tras la propuesta, montamos a lomo de los chocobo, que nos guiaron en un pispás hacia la ciudad. Antes de entrar, me aseguré de que todos nos encontrásemos bien. Aún Biggs estaba algo débil, y mis capacidades de curación no eran las mejores. Le di una poción, la única con la que contaba (tendría que comprar luego alguna más), y con eso hecho, fuimos directos a la iglesia. Contenido oculto Gasto una poción y hablamos con el Padre de la Iglesia para completar el encargo.
—Uf... —suspiró Biggs, tenso y cansado, al llegar a la ciudad—. Desde luego, ha sido peligroso. Era un monstruo fuerte. El porrazo que me ha dado me ha dejado completamente K.O. Pero, ¡estoy bien, no os preocupéis! Jefe, vamos a informar al padre de la iglesia. Dicho y hecho, Rigel y los demás se adentraron en la Iglesia, hablaron con el padre y pronto le explicaron lo sucedido, contándole cómo habían elimindo al ogro y, con él, el problema que suponía para los feligreses preocupados. Sonriente, el padre dijo: —¿E-En serio han hecho tal cosa? Ah, ¡debió ser peligroso! Pero les debo una... sin duda, son enviados de los Sagrados para purgar el mal, no tengo duda. ¡Gracias, y mil gracias! Mis pobres feligreses se alegrarán mucho al saber esto. ¡Tengan! Es todo cuanto puedo darles, pero espero que les sea útil. ¡Considérenlo un obsequio divino por su gran corazón! Cada uno obtiene: - Ropajes raídos x3 - Poción x2 - Éter x2 - Cola de fénix x1 - Panacea x1
Erin Elroy Lo que restaba del camino hacia Puerto de Portobelo lo hicimos sin mayores interrupciones, se veía que la pose de Aidan tendría que quedar para otra oportunidad. Lo bueno era que no habíamos tenido que poner a Peter en ningún riesgo, de nuevo, no era como que pretendiéramos dejar que le tocaran un pelo, pero siempre había que pensar en todo. El puerto era activo, ni modo, pero no podía decirse que fuese desastroso ni nada. Estaba protegido después de todo, amurallado como se encontraba, de forma que no tuviese que lidiar con todo lo que implicaba la lluvia carmesí. Lo que pasaba, claro, era que en un sitio tan concurrido eso de encontrar a la familia del pequeño se ponía un poco complejo, pero no era nada con lo que no pudiésemos lidiar tampoco. De la manera que fuese, me acerqué a Peter y me acuclillé a su altura antes de tener que zambullirnos entre la actividad del puerto. Suavicé los gestos al hablarle, tampoco iba a ponerle cara de soldado al pobre niño, y esperaba que la confianza que había encontrado en Darek también lo hiciera sentir tranquilo con nosotros, así no aplaudiera el espectáculo del Relámpago. —¿De casualidad imaginas por dónde podríamos encontrar a tu familia? Si no, no pasa nada. —Le dediqué una sonrisa suave—. Entre los tres vamos a encontrar a tus padres muy rápido, eso seguro. Contenido oculto: compras -Espada leal -Botas reforzadas -Éter x2
Por suerte, el niño sabía bien dónde podría encontrar a sus padres. Nada más entrar a Portobelo dibujó una sonrisa en su rostro, como si solo por estar allí se sintiese tremendamente feliz y seguro. —¡Mis padres son mercaderes! —indicó—. Así que deberán estar en el mercado. ¡Vamos allí! Dicho y hecho, fueron hasta el mercado, y pasearon por la zona un poco, encontrando a los padres tras poco tiempo. Resultaron ser mercaderes de ropa, de hecho, ellos mismos hicieron el peluche de Mu de Peter. Se habían percatado de la ausencia de su hijo, claro, pero no podían salir tan fácilmente de Portobelo... para cruzar con seguridad tenían que alquilar un carro de chocobos, y no tenían dinero. Por eso estaba allí el padre, voceando por todo el mercado para pedir ayuda y, como mínimo, atraer clientes, y la madre esforzándose por vender todos los productos en el tiempo más corto posible. Querían hacer guiles... para poder ir a buscar a su hijo cuanto antes. Claro, el agradecimiento fue grande, e insistieron en regalarle a Erin y a los demás toda una serie de productos de su puesto, por mucho que no quisieron aceptarlos. Y allí los tenían, cada uno cargando telas y ropas para él o ella. Darek se despidió del pequeño, y, sonriendo, se alejaron. Fue como si volviese a ser él de nuevo, apagándose el rostro tan pronto como se desprendió del niño. Aidan, claro, no pudo evitar preguntar: —... ¿por qué, Darek? ¿Por qué siempre tienes esa... bondad hacia los niños? Entiendo que a todos nos pueden gustar, pero lo tuyo es raro. Cambias radicalmente. —... —Darek no respondió por unos segundos. De hecho, ni siquiera lo hizo después—. Bien. ¿Volvemos, entonces? Y ahí quedó Aidan, mirándolo con sorpresa y decepción. —Oye, ¡deja de ignorarme! Misión cumplida. Obtienes: - Jersey de lana - Lana gruesa x3 - Ropajes raídos x3 - Cuero rígido x2
Nada más entrar, el peculiar trío fue rápidamente escoltado por los soldados, que los llevaron, protegidos con sus armas, entre los monstruos que pululaban las calles. Curiosamente, todo parecía relativamente tranquilo; no había prácticamente nadie, salvo soldados limpiando las calles y manteniendo el número de monstruos a raya. —Por aquí. Vuestros hijos estarán a salvo, seguramente anden dentro del refugio, también —les comentó el soldado que les escoltaba, trotando más que andando, mientras otros dos los rodeaban. Mark se veía visiblemente incómodo de estar no solo en territorio eleano, sino siendo dirigidos por soldados del Imperio. Y no era para menos, más allá de su resentimiento hacia ellos; no en vano acababan, literalmente, de masacrar a muchos de los suyos. *** Al final terminaron entrando en el "refugio". En realidad, no era sino un mercado cerrado que había cerca del puerto, donde la gente que había quedado alejada de sus casas se acumulaba, protegida de los monstruos y a salvo de la horripilante lluvia. Cuando entraron, no pudieron evitar sentirse observados; principalmente por Mark, claro. Portobelo era un pueblo grande, sí, pero más o menos todos se conocían. Y el tono de piel de Mark revelaba, ya en sí mismo, su origen de ascendencia fayense; y al no conocerlo y verlo entrar en el refugio, todos centraron sus ojos en él. Incómodo, Mark chasqueó la lengua. —... estúpidos eleanos. Se apartaron en un rincón, donde Mark, exhausto, se dejó caer en el suelo. Tilkin pronto se durmió, apoyando su cabeza en el muslo de Mark. —Uf, yo voy a caer redondo como este pronto, ¿eh? Pero a ser posible en una camita, calentita... cuando la lluvia de los cojones termine. Miró a Roxy, ojos oscuros clavados en las perlas anaranjadas de Roxy. —... pensé que no te vería más, la verdad. Quizá eso se lo debo a la lluvia, y todo. Al ver cómo empezaba a caer, lo primero que pensé fue en que te pillaría sola, de camino, y que necesitarías ayuda, y... el enano y yo fuimos corriendo sin pensarlo. Kalef nos permitió salir sin problemas; no diría que estaba "preocupado" por ti, sin embargo. Más bien parecía que estaba preocupado por sus planes, en cierto modo. Quería que te protegiésemos, pero me da la sensación de que era porque tiene expectativas de que sigas ayudándole, de algún modo. Vaya con Kalef, ¿eh? Sí que pretendía quitarse a Raif de encima todo lo posible, y... para eso necesitaba a Roxy viva. Mark suspiró, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos. —Rox, Rox, Rox —dijo, aún con ojos cerrados—. Me desconciertas, ¿sabías? Siempre vas tan decidida y sin nada de miedo, y, sin embargo, entiendo tan poco qué se supone que buscas... qué pretendes. No es que quiera saberlo, eh, porque sé que tampoco me lo ibas a decir. Pero vaya, que sea lo que sea, no sé hasta qué punto merece la pena por los líos en los que te terminas metiendo. Pero bueno, quién soy yo para hablar, ¿eh? Salgo de una... conquista para meterme bajo la puta lluvia carmesí. Parece que persigo a la muerte, pero ella es más rápida. Y curiosamente, estoy siempre persiguiéndote a ti, también. ¿No serás tú la muerte, eh? —bromeó, mirándola ligeramente. La mirada de Mark revelaba... cariño, cuanto menos. Sí, desde luego sentía algo por Roxy, fuese lo que fuese. Y no lo ocultaba. En su sonrisa, en su gesto, en sus ojos, se podía notar. Iban a estar allí un rato, desde luego, así que... no tendría más remedio que interactuar con él. Quizá pudiese sacar algo útil de Mark, ¿no? La mente de Roxy, después de todo, no podía dejar de trabajar en la misma dirección. Y toda la información que obtuviese, siquiera mínimamente relacionada, podría ser útil. O... o quizá solamente era curiosidad... por Mark, Kalef y los demás. ¿Era eso? ¿Era curiosidad por ellos? ¿Algo parecido a... aprecio? Joder, qué más daría. La cuestión es que tenía que hacer tiempo. >> Sobre el pasado de Mark >> Sobre los futuros planes de Kalef >> Sobre Raif
Roxanne 'Roxy' Flamair ♥ Mark, como venía siendo costumbre, hizo gala de su estupidez hablando después de mí, incluso cuando había quedado claro en numerosas ocasiones que no sabía mentir. Por suerte, parecía ser que más personas de las que esperaba estaban a su mismo nivel intelectual, y los guardias se tragaron la mentira sin más. Los monstruos volvieron a rodearnos, pero el portón se abrió en esos instantes y pudimos entrar en Portobelo antes de sufrir alguna baja. La ciudad estaba siendo afectada por la lluvia también, pero la diferencia a las afueras era obvia, y los guardias os guiaron hacia un refugio donde podríamos estar a salvo hasta que la lluvia cesase. Solté un suspiro imperceptible mientras nos dirigían hacia el interior del lugar y le dediqué una sonrisa de agradecimiento al soldado, completamente falsa, antes de que nos dejasen solos. Llamamos la atención de todos los presentes, especialmente Mark con su claro aspecto fayense, pero por fortuna nadie nos dijo nada y acabé por tirar de la mano del hombre con cierta fuerza, tanto para alejarnos lo más rápidamente posible de las miradas como para indicarle que se callase. Lo último que necesitábamos era que nos echasen de ahí, con la suerte que habíamos tenido de que nos dejasen entrar. Me dejé caer contra el suelo también, quitándome las sandalias para poder masajearme ligeramente los pies, y no pude evitar soltar una risa floja al ver como Tilkin caía rendido sobre la pierna de Mark. Casi no lo contábamos, ¿eh? Pero estábamos a salvo, y eso era lo único que importaba por el momento. Luego Mark siguió hablando y lo escuché, levantando una ceja cuando me explicó lo que había pasado con Kalef para que les dejase salir así sin más. Resoplé cuando terminó, no porque me importase de alguna manera que el principito estuviese o no preocupado por mí, si no porque realmente odiaba la idea de estar ayudándole aun cuando había cumplido mi parte de antemano. Un jodido aprovechado, eso era. —No lo soy —contesté, con el tono de voz sedoso de siempre y una ligera chispa de diversión en mi semblante—. Lo que pasa es que tú eres idiota. Yo al menos tenía un objetivo claro en mente, y sinceramente no me importaba mucho si merecía la pena todo lo que hacía por conseguirlo, pues aquel objetivo era lo único que conocía. ¿Pero él? ¿Cuál era su motivación? ¿El cariño ese estúpido que parecía profesarme? Un idiota con todas las letras, no había más. >>Oye, Mark... —lo llamé después de un rato, después de haberme calzado de nuevo y haber cruzado las piernas—. Llevo un rato queriendo preguntarte... ¿de qué conocías a Galio? Llevamos un tiempo juntos y no me has contado muchas cosas de ti, sorprendentemente. No era que me interesase demasiado, ¿eh? Pero no teníamos nada mejor que hacer hasta que nos dejasen salir y dudaba que Mark me fuese a decir nada muy interesante de otra cosa, pero si lo hiciese... al menos era conveniente empezar por sacar conversación con algo más ligero, ¿no? >>Sobre el pasado de Mark.
Mark no pudo evitar reír cuando Roxy le insultó llamándole idiota. Alzó su brazo protésico, y lo señaló con su otra mano, sonriente. —¡Desde luego, en eso estamos de acuerdo! Soy un completo idiota, y esta es la prueba de ello. Pero en fin, idiota y todo, estoy de una pieza. O de... una pieza casi entera, al menos, ¿no? Y tú también lo estás. Y eso es lo importante. No todo el mundo podrá decir lo mismo. Mañana habrá cientos de cadáveres por las calles, y por los bosques, praderas, por todas partes. Pasa siempre tras las putas lluvias carmesíes de los cojones. Suspiró pesadamente, echándose hacia atrás de nuevo. Y reaccionó cuando Roxy le preguntó, al principio con cierta sorpresa. Pero luego desvió la mirada, centrándose en un punto fijo. —... así que te interesa mi vida y todo, ¿eh? Sorprendido me hallo. Tú me has contado más bien poco de tu vida, Rox, ¿y pretendes que yo te cuente de la mía? Qué morro le echas a la vida, ¿eh? Suspiró otra vez, esta vez enfocando la mirada en el suelo. Con su única mano hábil, empezó a describir círculos, distraído. —Pues verás, primero debería contarte algo. Resulta que mi nombre real es... Marcus Al'Fatih. ¿Al'Fatih? Ese nombre le sonaba a Roxy, sí. En su tiempo en Fayar, había conocido a muchos ricos ególatras de Ayra, y se había metido en la cama de otros cuantos. Todo por conseguir información, sí. Y recordaba ese nombre. Los ricos se reían de esa familia, por lo que recordaba; era un tema frecuente cuando hablaban del pasado de la nobleza fayense, y lo usaban hasta como frase hecha: "¡deja de gastar tanto, o te vas a quedar como los Al'Fatih!". —... sí, sí, vengo de una familia de ricos podridos de dinero. Pero ahí "podridos" es la palabra clave —explicó Mark—. Mi familia, antes, cuando yo era pequeño, era una de las más ricas e influyentes de Ayra. Muy amigos de la madre de Kalef, por cierto... ahí le conocí de pequeño, y por eso somos buenos amigos. Ya sabes que el Rey Abdhel tenía sus... aventuras con otras nobles, y así nació su hijo bastardo. Y, bueno, la cuestión es que ahí me crie. Hasta que el gilipollas de mi padre decidió que era buena idea empezar a gastar ingentes cantidades de dinero, básicamente todo lo que teníamos, en unas apuestas de mierda. Y mira que mi madre le decía que no, que era mala idea. Pero él le gritaba "¡cállate, mujer, tú no sabes de negocios!". Y el muy imbécil lo perdió, y siguió y siguió hasta quedarse sin nada, siempre creyendo que la próxima vez sería "la buena". Y tenía los huevos gordos de hacerse llamar "cabeza de familia". El nombre de Al'Fatih le hinchaba el ego, hasta que reventó. De pronto, dio un golpe con la mano en el suelo, y continuó dando golpecitos, su mano convertida en puño. —¿Sabes que hizo el subnormal para mantener su nombre y su reputación un poquito más, antes de joderla del todo? Prostituyó a mi madre. La metió en una casa putrefacta del barrio bajo y la vendió como si fuese un chocobo, ofreciéndola a los pobres como una rica a la que podrían usar a su antojo por cuatro guiles de mierda. Y yo tuve que quedarme con ella, claro, porque él no iba a cuidarme. Dio un último puñetazo, y quedó ahí. Quieto. —... cuando lo perdió todo de verdad, convirtiéndose en el hazmerreír del barrio alto, mi padre se suicidó. Y, ¿de herencia? Nos dejó un huevo de deudas, claro. Eso, y una reputación asquerosamente ridícula. Y mi madre, convertida en la puta de Al'Fatih, quedó severemente traumatizada por todo lo que pasó. Era otra persona, era un cascarón vacío, sin alma. Incapaz de hacerse cargo de mí, e incapaz de soportar todo lo que había vivido, cuando yo era aún pequeño. Y quedé solo, prácticamente. Sin nadie que me cuidase, sin nadie que velase por mí; al revés, tenía que cuidarla yo a ella. Y todo por la mentalidad de mierda de un puto rico que se cree más listo que nadie. Por eso... los odio. Me hicieron aprender a vivir en la calle, porque no me quedó más remedio. Me hicieron vivir con miseria, con peleas, con robos. No quedaba otra, ¿no? >> Y en ese momento de mi vida, me encontré con Galio. Él era un veterano del barrio bajo, con fama de matón por allí, desde que era un adolescente. Me tomó bajo su tutela, me enseñó a vivir en la calle. Por eso, en parte, lo considero como un hermano. O lo consideraba, al menos. Desde que Elérea nos invadió y mató a mi madre y a la familia de Galio... bah, da igual. Déjalo. La miró, sus ojos clavándose en los de Roxy. Y sonrió. —¿Sabes? Siempre me han gustado demasiado las mujeres, lo reconozco. Y he ido alguna que otra vez a verme con... señoritas de compañía. De hecho, tengo cierta predilección por ellas, a decir verdad. Quizá por eso me gustas tanto, quién sabe. La cuestión es que... lo hago, además de porque me gusten las mujeres, porque siento que si se ven conmigo, que si tienen una noche junto a mí, no solo ganarán el dinero de ese día y podrán ahorrarse acostarse con algún baboso que las use como a objetos, igual que usaban a mi madre... sino que estarán con alguien que las respete y que las trate bien, ¿sabes? A veces solo necesitan eso. Mi madre... solo necesitaba eso. >> Sobre los futuros planes de Kalef >> Sobre Raif
Roxanne 'Roxy' Flamair ♥ No le di mayor importancia a su comentario sobre si quería saber más de él o al hecho de que no le había contado nada de mi vida, porque no pensé que tuviese mucho sentido hacerlo; en cambio, escuché su relato en silencio y sorprendentemente atenta. Quién sabía si era por el cansancio que de repente me interesaba por su vida, pero lo cierto era que tampoco pretendía darle muchas vueltas al motivo que fuese. Decir que me sorprendí al saber que Mark venía de una familia de ricos era decir bastante poco, especialmente porque su apellido lanzó chispazos de recuerdos aquí y allá. No era un nombre que tuviese buena reputación en Fayar, eso desde luego, y el relato del muchacho solo logró confirmar más el hecho y, además, el porqué de que llegasen a aquella situación. No era una persona que destacase por su empatía, más bien todo lo contrario, pues realmente se había visto que podía no mostrar escrúpulos en muchas situaciones comprometidas, y por ello me estaba costando un poco saber como reaccionar según iba escuchando a Mark hablar. Podía fingir hasta cierto punto, ¿pero tenía algún sentido en aquel punto? No, realmente. Así que me quedé en silencio, simplemente recibiendo su mirada cuando volvió a dirigirme la vista, y recogí las piernas contra mi pecho en el proceso. —Lo siento, cariño —fue lo único que logré decir, extendiendo un brazo para dedicarle una caricia suave sobre la mejilla antes de devolver a su espacio. No creía que la historia aislada de su padre pudiese justificar odiar a todos los ricos existentes, pero a decir verdad tampoco tenía mucho sentido intentar reaccionar de una manera lógica y justa después de haber pasado por algo así, por lo que preferí no comentar nada al respecto. No sabía si aquella información me serviría alguna vez, pero al menos podía entender un poco más las motivaciones del hombre. >>Conoces bastante bien la historia de Fayar, ¿cierto? —pregunté después, queriendo desviar el tema de conversación—. ¿Qué sabes de Raif? El hermano del principito, ya sabes. >>Sobre Raif.
Después de haberse abstraído por un momento tras contar su historia, Mark reaccionó cuando Roxy le preguntó aquello. Alzó una ceja, mirándola. —¿Raif? ¿A qué viene hablar del creído ese? Bah, Raif era el hijo legítimo de Abdhel, más o menos de mi edad. Un par de años mayor que Kalef. Y la cuestión es que de pequeño, alguna que otra vez, coincidí con él; ya te digo que mi familia era bastante influyente. El tipo, en definitiva, nunca me cayó muy bien. Es este tipo de tío que siempre te mira por encima del hombro, que se cree bohemio y antisistema pero siempre está en la más alta de las élites, que piensa que el mundo está a sus pies y actúa como si todo estuviese a su disposición, y... un puto conquistador de cuidado. En todos los sentidos. Ese tipo habla y te lleva a su terreno; es muy listo, el cabrón. Eso lo tiene en común con Kalef. Suspiró. —Pero se largó, y jodió muchísimo al Rey con eso. En cuanto tuvo la edad, se piró de Fayar y se exilió a Shinryu. Con eso, renunció en teoría a todos sus derechos aquí. Y Kalef sabe muy bien que en cuanto se entere de lo que ha pasado con su padre, querrá recuperar el trono. Y la gente lo comprará, claro. Porque, como te digo, sabe llevarse a todos a su terreno. Por eso Kalef quiere no solo liberar Fayar y reconquistarla, sino ocultar la muerte de su padre a todo el mundo, y solo revelarla cuando pueda hacerse ver como el héroe liberador, ¿sabes? Así, por mucho que haga Raif, no podrá hacer de las suyas. ... por lo que decía Mark, Raif era un tanto aprovechado, era inteligente y era un excelente manipulador. Y Roxy ya sabía bien, por su conversación con Kalef, que estaba haciendo sus propios... movimientos en aquella guerra fría por el trono, pese a que en teoría no sabía que su padre había muerto. No dudaba en ningún momento que lo que decía Mark fuese verdad: en cuanto lo supiese, arremetería con todo su carisma, y seguramente, no solo con eso. También con la fuerza, si era necesario. No estaba colaborando con el Imperio, en teoría, en vano, eso desde luego. Pero curioso. Manipulador, aprovechado e inteligente. Se lleva en la sangre, ¿eh? >> Sobre los futuros planes de Kalef
Roxanne 'Roxy' Flamair ♥ No parecía que a Mark le hiciese mucha gracia hablar de Raif, aunque de igual manera contestó a mi pregunta y me contó un poco más sobre él. Tampoco me contó demasiado que no supiese por Kalef, a decir verdad, pero tenía que admitir que hubo un detalle que fue nuevo y que, además, me hizo mucha gracia. Es decir, ¿que Raif era capaz de convencer a la gente de hacer lo que él quisiese solo con su dialéctica? Eso me sonaba de algo~ De todos modos, todo esa información me preocupaba un poco, aunque jamás lo fuese a admitir. Sabía lo que quería y no me iba a dejar manipular fácilmente, pero... si el cabrón aquel intentaba convencerme de ayudarle como lo había hecho el principito, íbamos a empezar a tener unos cuantos problemas. —Y... ¿sabes qué tiene planeado hacer Kalef después? Ya que sois tan amigos~ >>Sobre los futuros planes de Kalef.
Mark no pudo evitar apartar la mirada rápidamente al oír aquella pregunta, los ojos oscuros enfocados en el suelo. Su mano útil rascó la cabeza de Tilkin casi como un impulso, y el durmiente moguri reaccionó estremeciéndose con gusto. —... aparentemente, quiere abusar a su favor de la lluvia —explicó—. Allí en el portón estábamos a salvo, porque tenemos todo ese armamento magitek, y la lluvia no parecía azotar muy fuerte allí. Además de que es una zona militar, casi sin gente, solo soldados. Hay espacio de sobra para resguardarse. Pero Kalef decía que... los pocos soldados eleanos de Ayra que no fueron a ayudar en la base de Sahgwa habrían partido al portón en cuanto se enteraron de nuestro ataque. Que no hubiesen llegado aún, sin embargo, era señal de que, si salieron, se quedaron a mitad de camino. Y ya sabes lo que implica quedarte a mitad de camino en una lluvia, ¿no? Se tiró casi por instinto de la camiseta, como si tuviese dificultades para respirar. Y no realmente por eso, sino porque aún le generaba angustia pensar en todo aquello. En las conquistas, el portón, las muertes, Kalef, la Resistencia. Desde la batalla contra Thorna y los momentos anteriores a eso, Mark parecía visiblemente afectado. —Así que eso. No van a descansar mucho; dice Kalef que tienen que aprovechar. Que en cuanto remita la lluvia, sin perder tiempo, irán a Arya y atacarán con toda la fuerza que tengan. Que entre los monstruos y la escasez de efectivos, será el momento perfecto, y... una vez tengan Ayra, Laahr caerá por su propio peso, si no se rinden antes los del Imperio. Ese es... su plan. Sin duda, el príncipe lo tenía, de nuevo, todo bien atado, y tomaba decisiones rápidas y certeras. Y, sin embargo, volvía a dar la sensación de que era capaz de todo con tal de ganar; porque, si bien su plan era bueno, era también muy peligroso. Y seguramente lo sabía. La presencia de monstruos podía ser una ventaja, pero también suponía un altísimo riesgo. Los monstruos no iban a discriminar entre Resistencia y ejército, entre civiles y militares, ni entre fayenses y eleanos. Pero posiblemente Kalef estaba dispuesto a asumir ese riesgo. Y no era un riesgo que él sufriese personalmente, porque se quedaría en la retaguardia, bien protegido; lo sufrirían sus hombres. En aquella ocasión, cuando supo de la muerte de sus hombres a mano de Thorna y eso le afectó tanto... ¿fueron realmente las vidas perdidas lo que le afectó, o fue el hecho de no haberlo previsto y haberse sentido ligeramente superado? Era difícil no empezar a pensar lo segundo. —En fin. Cuando vuelva al portón supongo que me enteraré de qué ha pasado al final. Quién sabe, con suerte cuando regrese me encuentro con que ahora tenemos a "Fayar del norte" y "Fayar del sur", cada una bajo el dominio de una nación distinta, ¿eh? Pero bueno, Kalef me dio instrucciones de protegerte y asegurarme de que sobrevivías a la lluvia y alcanzabas tu objetivo, así que... sea cual sea ese objetivo, quizá me quedo solo un ratito más. No quiero faltar a una orden, ¿huh? Bostezó con energía entonces, estirando el brazo útil para desperezarse. Y entonces apoyó la cabeza hacia un lado, cerrando los ojos. —Joder, macho, no va a quedar más remedio que echar una cabezada aquí. Porque yo estoy... terriblemente cansado ya. Sí... normal que lo estuviese. Habían sido unas horas jodidamente intensas. *** Algo de tiempo después, la luz entró repentinamente en aquel refugio, y los soldados eleanos permitieron a la gente salir. Roxy, Tilkin y Mark salieron después de haber podido descansar un poco, y encontraron, como las demás personas, el desolador panorama que tenían delante. Sí, las calles estaban limpias de monstruos, pero... también había algunos destrozos y cuerpos cubiertos por sábanas aquí y allá, que los soldados estaban empezando a retirar. Tilkin susurró entonces: —Kupopó... ¿por qué ha pasado todo esto? En Guiguí la lluvia no nos da problemas... solo significa que hay más monstruitos para cazar, ¡y eso son guiles! Mark bufó. —... pues tienen suerte en ese sitio. Porque donde yo vivo, aquí, y en todas partes en las que he estado... siempre es lo mismo. Un día hermoso que de pronto se tiñe de rojo, gotas que caen, gritos y más gritos. Y al día siguiente, este... jodido silencio tan tétrico, sangre por las calles y cuerpos por todos lados. Tilkin agachó el pompón, entristecido. Él no precía ser consciente de la gravedad de la lluvia, porque aparentemente los moguris no la sufrían tanto. Al notar que la situación a su alrededor era tensa, sacó el cuaderno que siempre llevaba y, queriendo aliviar un poco el ambiente, dijo, alzándolo. —Hey, Roxybonito, por cierto. ¡He pensado que puedo prestarte mi cuaderno si quieres, kupó! Anoto cosas de todos los monstruitos que voy encontrando y apalizando, kupó. Igual te es útil, o... algo. Tomó Roxy el cuaderno en sus manos. Hmmm, sí que podía ser útil, sí. Sobre todo si el enano lo iba actualizando, ¿eh? En fin. Ahora solo tenía que... esperar, posiblemente. O eso, o buscar información por ahí. Después de todo, tras una lluvia carmesí, la actividad en los puertos tardaría un poco en reactivarse, más aún habiendo tantos monstruos nuevos en el mar ahora. Raif, si es que llegaba, tardaría en llegar. Así que o bien buscaba otra fuente de información, o bien, eso. Esperar era el otro plan. Contenido oculto Ya eres libre, así que te dejo esta lista: Actualizaciones para tu capítulo: - ¡Se desbloquean los Comentarios de Tilkin en el bestiario! Lo iré actualizando próximamente. - Tus PS siguen como los dejaste tras la batalla de los bicornios; puedes descansar en la posada y de paso así dormís debidamente (?) - Tras la lluvia carmesí, los monstruos del mapamundi y de las zonas han podido verse afectados... ahora habrá más, y seguramente, más fuertes. El nivel recomendado de las zonas abiertas se ve aumentado, y, al entrar en alguna, asegúrate de ir zona a zona, pues los enemigos encontrados pueden cambiar. También pueden cambiar los enemigos en el mapamundi, por lo que si encuentras un "Nada" seguirá siendo nada, pero si encuentras enemigos, pueden ser otro tipo de enemigos, ¿quién sabe? - Tienes acceso al mapamundi de Elérea, a la Gruta de los Cristales, a Portobelo y a Doli, y habrá alguna misión y objetos para comprar nuevos en ambos poblados. Asimismo, en Portobelo tendrás acceso, por haber completado Erin la misión en el capítulo anterior de Peter, al Mercado de textiles y al servicio de síntesis de artesanía de la zona. Recordad que la artesanía es la manera de coger las armas y armaduras realmente buenas... las armas y armaduras disponiblees comprando no mejorarán mucho más de lo que ya podéis encontrar en tiendas, tiene que ser por artesanía como consigais las mejores. - Hay ciudadanos disponibles en Doli y en Portobelo, para usar tu habilidad de senda. Recuerda que tienes la posibilidad de fallar hasta 3 veces, y mientras no falles 3 veces, podrás usar la habilidad cuantas veces quieras por capítulo. - El bosque de chocobos está disponible para cualquiera, incluida Roxy. - No tienes disponible la capital de Elérea solo porque Erin no ha acabado con su trama del capítulo anterior; cuando así sea, podrás entrar también, pero solo podrás acceder a la zona residencial por el momento. - Cuando quieras avanzar, cosa para la que, eso sí, te recomiendo esperar y dedicar un tiempo a entrenar y tal, solo tienes que indicármelo.
Roxanne 'Roxy' Flamair ♥ Si yo me consideraba una persona sin escrúpulos, lo de Kalef no tenía ni nombre. Aquella vez en las alcantarillas había pensado que se de verdad se preocupaba por sus hombres, pero según iba pasando el tiempo y lo conocía un poco más, empezaba a dudar de que ese fuese realmente el caso. No, realmente tenía sangre fría y solo parecía importarle que todo fuese acorde a sus planes, como el hecho de aprovechar la lluvia par atacar o mandar a Mark para asegurarse que me deshacía de su hermano. ¿Pero tenía, en realidad, alguna clase de derecho de juzgarle? No pretendía hacerlo, de todos modos, pero aun así me sería imposible, porque él y yo no éramos tan diferentes. Él estaba dispuesto a lo que fuese por cumplir su objetivo de recuperar Fayar y yo... a la vista estaba de que pecaba de lo mismo. Vi a Mark cayendo redondo después de contestarme y solté el aire por la nariz, dejando caer la cabeza hacia atrás en el proceso. Ni de coña me iba a dormir en un sitio lleno de desconocidos y con la lluvia carmesí cayendo fuera, así que solo quedaba esperar. Después de un buen rato, los soldados abrieron las puertas del refugio y todos pudimos salir al exterior. La estampa era horrible, con destrozos por todos lados y cadáveres aquí y allá... pero al menos la lluvia había acabado, así fuese momentáneamente. Observé el intercambio entre Tilkin y Mark con cierta indiferencia, pero no pude evitar alzar las cejas con sorpresa cuando vi que el moguri me mostraba su cuaderno. —¿En serio? —pregunté, ojeándolo en cuanto lo tuve en mis manos, y le dediqué una sonrisa suave inmediatamente después—. Muchas gracias, pequeñín, es información valiosa esta~ Lo cerré después de otro rato mirándolo por encima y lo guardé entre mis cosas, aprovechando para acariciarle un poco la cabeza al moguri tras hacerlo. Me crucé de brazos, echándole un vistazo al panorama general, y acabé por hacerles una seña con la cabeza al par antes de comenzar a andar. >>Con la lluvia creo que mi objetivo se va a retrasar, así que vamos a aprovechar el tiempo de mientras. Contenido oculto Posada: recupera los PS y PM de todo el grupo (40 guiles) Comprar: Látigo desestabilizador (20 Daño físico, tiene 1/3 de posibilidades de bajar la defensa mágica del rival ligeramente) (Req.: 10% dominio) (450 guiles) Servicio de artesanía: Piel de sapo (30 guiles) Habilidad de senda: Mumkar, ladrón retirado (80%) Hablar (encargos): Tahúr misterioso 1020 - 520 = 500 guiles
Mumkhar: Obtienes una ultrapoción, un ultraéter y una cola de fénix, +100 guiles. Artesanía: obtienes Zapatos de sapo —Kupopó... —susurró Tilkin, encantado de ser felicitado. Así pues, caminaron un poco por la zona, sin un rumbo demasiado fijo. Fuera de las murallas, seguramente, la cosa no estaría muy bien. Habría cientos de monstruos pululando por Elérea. Ahora que la cosa parecía estar más relajada en cuanto a la cantidad de monstruos, esa lluvia debía haberlos reestablecido todos, o incluso superado el número. Y, además, había sido una lluvia especialmente intensa, aquella. Desde luego, Roxy tenía razón: su objetivo iba a retrasarse por la lluvia. Y es que fuese cual fuese su objetivo, no importaba: la lluvia iba a retrasar todo. Y fue mientras caminaban que alguien silbó ligeramente, llamando la atención de Roxy. Era un... hombre sentado en el mercado, tras un puesto cochambroso que tenía en una esquina. El "puesto", en realidad, no era sino una alfombra tirada en el suelo, sobre la que el tipo se sentaba con piernas cruzadas. En sus manos... barajaba cartas sin parar. —... hola, muchacha —saludó el tipo, con una voz tétrica y silbante, aparentemente ignorando por completo la existencia de Tilkin y Mark, y centrado exclusivamente en Roxanne—. Vaya, qué interesante. Se respira una magia muy, muy intensa en ti, muchachita, sí, señor. Apuesto a que con esa magia tuya, puedes usar cartas mágicas, ¿me equivoco? —Oh, Rox —dijo Mark, sobresaltado, hablándole al oído—. Este tío raro parece que sabe de esas cartas tuyas, ¿eh? La verdad es que no las había visto nunca hasta conocerte. El tahúr, sin embargo, siguió hablando, sin siquiera dignars a mirar a Mark. Su rostro era muy paliducho, cubierto por la capucha que llevaba en su mayoría, solo dejando entrever largas barbas oscuras que se mecían con cada palabra, cargadas de canas. —Quienes tenemos magia, podemos manifestarla de muchas formas, ¿eh? Aunque algunas personas usan como forma de canalizarla bastones, varas u otros artefactos, presiento que a ti, como a mí, nos gustan... las cartas, ¿eh? Son solo formas de manifestar nuestra magia. Pero quienes usamos cartas también... nos gusta el riesgo, ¿es verdad, acaso? Je, je, je... nunca sabes qué saldrá después. Solo dejamos nuestra magia fluir, sin darle forma concreta. Y que sea la carta imbuida en magia la que decida cómo expresarla. Esa sensación es... impresionante. E-El tío era raro, sí, pero no mentía en algo: las cartas eran mágicas porque estaban imbuidas en energía, sí, pero la que usaba la magia era Roxy. Sí, él decía que servían como cualquie otro objeto para canalizar magia, solo que estas eras una forma irregular de usarla, dependiente del azar. Aunque... Roxy, igualmente, tenía una magia irregular. Por lo que las cartas no eran "por el riesgo". El riesgo ya lo llevaba de serie, así que, ¿qué más daba añadir un poco más~? El tahúr, entonces, hizo un gesto con el dedo, invitándola a acercarse. —... hace tiempo que perdieron el poder, chica. Pero... estas cartas que tengo en mis manos... son unas cartas sagradas, si quieres llamarlas así. O, quizá, convenga más decir que son infernales. Je, je, je... de una u otra manera, han perdido su poder, pero puede ser devuelto. Extrajo una carta, y se la ofreció. La carta... estaba en blanco. —Ten. Si te interesa, tan solo debes ir al lugar de los cristales, al oeste. Allí, en las profundidades, la carta sentirá la fuerza mágica cuando la reconozca. Logra... que recupere su poder. Ese será un primer paso. >> Si es que acaso te interesa, claro... je, je, je. Cuando se alejaron, Roxy con la carta en la mano, Mark tuvo un escalofrío. —Ese tipo daba todo el mal rollo. Pero menos mal que no vamos a hacerle caso, pf. >> ... ¿verdad que no? Misión: ve a la gruta de los cristales, explora las profundidades, y devuélvele el poder a la carta.
Roxanne 'Roxy' Flamair ♥ Mientras caminábamos por el pueblo, comprando algunas cosas que me fuesen necesarias y recuperando el dinero de formas poco ortodoxas, escuché un silbido que llamó la atención de los tres que conformábamos el grupo. Me giré, acompañada por Mark y Tilkin, y no tardamos en dar con el origen del silbido: un señor de lo más extraño que estaba sentado sobre una especie de alfombra. Por regla general no me hubiese interesado alguien tan destartalado, pero... ¿y esas cartas en sus manos~? Fue inevitable el no acercarme al hombre y escuchar lo que me tuviese que decir, con una atención hasta absurda. No era sorpresa de nadie que las cartas eran mis armas favoritas de entre las que poseía, quizás justamente por ese riesgo y azar que el hombre estaba mencionando. Al igual que mi propia magia, ¿no era sumamente emocionante no saber qué te va a salir~? Miré la carta que me ofreció con una emoción diferente en mi rostro, pues por mucho que estuviese en blanco, no podía negar que la posibilidad de que fuesen poderosas estaba ahí. Había sido también un tahúr como aquel el que me dio mi primera baraja de cartas, ¿así que por qué no iba a confiar en las palabras de este también? Además, si solo tenía que ir al final de una gruta, ¿qué tan malo podía ser? Le sonreí a Mark en cuanto nos alejamos, con cierto aire enigmático, y me encogí de hombros antes de guardarme la carta junto a las demás barajas. Tenía que darse cuenta, ¿verdad? De que no iba a desaprovechar una oportunidad como aquella en ningún universo posible. Antes de que pudiésemos salir del poblado, sin embargo, un pescador llamó nuestra atención también y, al acercarnos, nos explicó que estaban encargando ayuda de los ciudadanos para pescar por culpa de la lluvia carmesí. El problema tenía que ser especialmente grave ahora, pero no iba a negar que me apetecía destrozar unos pocos monstruos ahora que estaba más descansada. —Bien, ¿qué tal si pescamos un poco, entonces~? Contenido oculto Minijuego: Pesca (500 guiles)
Roxanne inició la pesca, después de pagar la cantidad acordada, claro. El pescador le observó con cuidado, analizando su técnica de pesca. Primero cogió algo de basura inútil, que se enredó en el anzuelo, y el pescador tuvo que aguantar la risa. Luego, pescó una perca, y la miró con una ceja alzada, sin estar nada sorprendido. Cuando pescó dos sardinillas, se quedó sorprendido, asintiendo con la mano en el mentó. Y, finalmente... —¡¡P-Pero bueno!! ¡Un p-pez espada, y de un tamaño enorme! ¡¿Cómo has podido pescar algo tan grande, chica?! Ah, vaya, eso nos vendría tan bien... >> Te propongo algo, ¡me das una sardina, una perca y un pez espada, y te daré la recompensa que ofrecemos a quien nos ayude! O si prefieres, me das la perca y te llevas el resto, lo que decidas. ¡Pero mi comisión me la llevo, eh! ... una comisión además de los guiles, se ve, ¿no? Hmpf. Puedes completar la misión o quedarte la mayoría de tus capturas pero no hacerlo, tú decides.
Roxanne 'Roxy' Flamair ♥ Mis primeros intentos con la red no fueron los más brillantes, hasta yo tenía que admitir eso, pero las reacciones del pescador solo lograron animarme a esforzarme aun más, consiguiendo de aquella manera sorprenderle con la última presa que conseguí. Y no era para menos, a decir verdad, porque incluso yo me sorprendí de haber logrado sacar aquel bicho del agua. No demostré mi sorpresa, sin embargo, y más bien me giré con una clara expresión de orgullo hacia el hombre. Lo escuché cruzándome de brazos, alzando una ceja con aire inquisitivo, y acabé por intercalar miradas entre los peces y el pescador un par de veces antes de encogerme de hombros. —Quédate los tres, ¿quién sabe cuando vas a conseguir presas tan buenas tú solito~? Además, seguro me venía mejor la recompensa que ofrecían que los peces en sí, así que era la mejor opción para mí también. >>Completar encargo.
El pescador tomó los peces con una enorme sonrisa. ¡Sin duda, ese pez espada le había parecido una captura maravillosa, y cuando lo cogió entre sus brazos, lo miró con los ojos casi transformados en guiles! Sonriente, dijo: —¡Jo, jo, jo! ¡Qué maravilla! Esto me vendrá muy bien, sin duda... ¿sabes qué te digo? ¡Que con esta pieza podremos bajar el precio de los sedales para seguir contando con colaboración ciudadana! Ahora que acaba de caer la lluvia, además, será más que necesario... Obtienes: - Descuento en pesca para todos (baja a 400 guiles) - Piel escamada x3 - Piel de sapo x3 - Pata de cangrejo x3 A partir de ahora, si se captura un Pez espada y se le entrega al pescador en lugar de los peces menos raros, bajará el precio de pesca para todos.