Al entrar al Pueblo note que no era mas que un lugar para descansar. Simplemente me acerque a un Cafe y pedí algo para comer y beber.
En poco me entregaron mi pedido: Una taza con cafe y un pequeño pastel en un plato el cual empecé a comer lentamente. Nada me apuraba.
Mire hacia el frente donde una chica me hacia una pregunta la cual respondi con "solo un poco" para luego decirle que se sentara en la misma mesa que yo. — ¿Eres la chica del Dojo, verdad?
— Si ¿Qué tal estuve?— pregunté con una sonrisa mientras volvía a tomar del liquido negro.— Pide lo que quieras. Yo invito.